Todos se movían de un lado a otro, evitando que la pelota tocara el piso, eso era en lo que estaban todos concentrados, bueno, casi todos.
Un castaño estaba distraído con su compañero de al lado.
Kakashi Hatake, era un año mayor que él, y era algo así como su “crush imposible”. No era que Kakashi fuera el más popular, o alguien inalcanzable, si bien era un poco serio sabía que era amable; el problema es que él era demasiado tímido como para acercarse así que siempre le tocaba ver a lo lejos, porque incluso en esos momentos donde se encontraba a tan solo unos pasos de él, la distancia parecía ser enorme. Soltó un suspiro y se giró para ver al frente, lo siguiente que sintió fue el balón estrellándose en su rostro, se lo merecía por distraído.
Cayó al suelo en golpe seco, su cabeza le dolía mucho.
— ¿Estás bien? —preguntó Kakashi viéndolo, era quien estaba más cerca por lo que fue el primero en acercarse
—Sí, eso creo
—Eso debió doler —comentó un chico pelinegro acercándose
—Te está sangrando la nariz, deberías ir a la enfermería —comentó otro de sus compañeros de equipo
—Kakashi, llévalo con la enfermera para que revise que todo esté bien, el resto siga —ordenó el entrenador
El chico asintió y lo ayudo a levantarse con cuidado.
Ambos estaban en la enfermería esperando a la enfermera en un silencio incomodo que ninguno rompía, Yamato tenía la cabeza levantada evitando que bajara más sangre.
—Lamento que me hayas tenido que traer —habló el castaño después de armarse con mucho valor
—No te preocupes por eso, igual ya solo estaba esperando el momento en que terminara, me estaba aburriendo un poco —contestó Kakashi que esperaba recargado en el marco de la puerta
¿Aburriendo? Pero si Kakashi era quien había bloqueado todas las pelotas que lanzaban contra ellos, además de anotar uno que otro punto, de seguro solo lo decía para que no se sintiera mal.
Ahí estaba de nuevo ese silencio incomodo, que difícil era mantener una conversación. Iba a hablar de nuevo pero Kakashi se adelantó.
—Ahí viene la enfermera, te dejo entonces
—Está bien senpai —soltó, aunque lo que le hubiera querido decir más, ansiaba tener una charla larga con su senpai, pero estaba claro que no podía atreverse a tanto.
Caminaba hacia su casa cabizbajo, con una bandita en la nariz.
¿Por qué era tan difícil hablarle a la persona que le gusta?
—¡Oye! ¡Yamato! —gritó alguien acercándose a su costado
El castaño se giró a ver cuando de forma pesada una chica paso su brazo sobre los hombros del castaño.
—¡¿Estás bien?! —exclamó justo en su oído, antes de que pudiera quejarse o responder la chica habló primero. —Los chicos me dijeron que tu cara es un imán de balones —comentó mientras reía
—Vamos Anko, no puedes ser así de impertinente con Yamato que de seguro se siente mal por lo que paso —se unió a la conversación otra chica. —¿Te encuentras bien Yamato?
—Si, solo fue un leve golpe
—Pero si dijeron que te derribo —dijo Anko mientras Yamato se soltaba de su agarre
—Si, pero no fue nada grave, estoy bien
—También dijeron que Kakashi te llevo a la enfermería —Anko le dio leves golpes con su codo
—Si, senpai me llevo porque fue quien estaba más cerca
—¿Entonces pudiste hablar con él? ¿Cómo te fue? —cuestionó la chica poniéndose frente a él
—Ah, yo no lo llamaría hablar realmente —contestó agachando la cabeza
—No sé por qué se te hace tan difícil hablar con él, es solo otro chico
—Lo ves así porque a ti no se te dificulta la interacción con otras personas, pero para un introvertido como yo es difícil —contestó el castaño —Con esfuerzo les puedo a hablar a ustedes porque son mis vecinas
—Y porque nosotros te hablamos primero —añadió Anko
—No te presiones por eso Yamato, de seguro en algún momento se te quitara la pena y podrás hacer más amigos. Quizá solo te pone nervioso hablar con Kakashi-senpai porque es mayor que nosotros, deberías intentarlo con chicos de tu edad y luego hacerlo con mayores —decía Yugao, quien era menor que Anko, pero menos explosiva que ella y más sensata.
—Yugao, vamos a la misma clase y tú has visto que ni siquiera me siento cómodo con hablarle a nuestros compañeros —dijo el castaño para soltar un suspiro
—Entonces ve directo al pez gordo, de seguro con Kakashi te llevaras bien —insistió Anko
—Quizá…algún día
—O intenta con Sukea, Sukea es más sociable y divertido, te sigue la conversación de cualquier cosa —decía la chica
—No, Sukea definitivamente no es mi tipo —Yamato negó con la cabeza
—Solo decía. Cambiando de tema Yamato, ¿tu mamá llego tarde ayer también?
—Sí, me envió un mensaje diciendo que saldría quizá hasta la madrugada, pero hoy me dijo que vendría a comer
—Te lo dije Yugao, hay algo raro aquí
— ¿Raro? ¿Por qué? —cuestionó Yamato
—Estos días el tío Orochi ha estado llegando tarde, ayer me quede despierta esperándolo y escuche que al parecer están investigando una nueva enfermedad —explicó Anko
— ¿Nueva enfermedad?
—Sí, él estaba hablando por teléfono y le decía a su colega que el paciente tosía flores
— ¿Tosía flores? —Yamato arqueo una ceja extrañado
—Sí, yo puse ese mismo rostro, de seguro Anko solo escucho mal —comentó Yugao
—No, yo sé lo que escuche y fue eso, pero si vez a tu mamá intenta preguntarle a ella si sabe algo —se defendió Anko
—Lo haré, las veo después —El castaño se detuvo frente al portón de su casa
Las chicas hicieron un gesto de despedida para avanzar a la casa siguiente.
Yamato entro a su hogar, a esas horas siempre estaba tan tranquilo y silencioso, justo como le gustaba. Fue a su habitación para hacer sus deberes mientras sus padres llegaban. Disfrutaba mucho de hacer sus actividades en total silencio, el cual fue interrumpido un par de horas más tarde cuando escucho el grito de la llegada de sus papás.
—¡Llegamos enano! ¡Trajimos de comer así que ven! —esos gritos provenían de su padre, así que fue rápido a atender al llamado
—Te he dicho que no le digas enano, aún está en crecimiento —regañó la mujer rubia
—Así mida dos metros será siempre mi enano —se defendió el hombre de cabellos azul pálido.
—Aquí estoy, ¿les ayudo en algo? —preguntó Yamato acercándose
—No, yo me encargo de servir la comida —dijo Dan mientras ponía un empaque de comida china frente al castaño—Servido jovencito
—Oh, otra vez comida china
—Lo lamento hijo, pero he estado muy ocupada estos días en el hospital así que vengo cansada para cocinar —se disculpó Tsunade sentándose
—Lo importante es que vamos a comer juntos, con todo el trabajo que han tenido no habíamos podido —dijo Yamato destapando su comida
—Lo sentimos enano, pero ya sabes, siempre sale cada cosa que nos complica estar en casa
—No importa papá, está bien —contestó Yamato con una sonrisa
Respecto a su familia, no tenía mucho de que quejarse, incluso si sus padres estaban ausentes por su trabajo eran bastante amorosos con él.
En la escuela era distinto, pasaba totalmente desapercibido, de no ser por Yugao y Anko no le hablaría a nadie en el lugar.
Iba llegando a otro día de clases con la esperanza de que el equipo de voleibol olvidara el percance de ayer. Mientras caminaba hacia la escuela lo vio, solo unos pasos delante de él iba su amor platónico, caminando de manera despreocupada con un libro entre manos; Frente a él iba un castaño que charlaba animadamente con un pelinegro.
Kakashi era perfecto, tan perfecto que parecía que a la naturaleza no le bastaba con tener uno así que le había enviado un gemelo, Sukea. Pero incluso si tenían la misma cara, eran tan distintos. Kakashi era un chico tranquilo y aplicado en la escuela, incluso si siempre estaba rodeado de su grupito de amigos, él permanecía apartado leyendo algún libro. Sukea, por el contrario, era más extrovertido, siempre metiéndose en problemas; si el reglamento de la escuela decía no teñirse él pelo, él se lo tiño de un tono castaño, si el reglamento decía no maquillarse, él iba con un leve maquillaje en los ojos que había plagiado tomado de algún grupo de visual kei. Yamato entendía porque era mejor amigo de Uchiha Obito, ambos siempre estaban metidos en problemas por incumplir reglas.
Yamato comenzó a apresurar un poco el paso, su mente siempre estaba lista creando escenarios románticos con su senpai. Quizá, si se acercaba y Kakashi lo veía le preguntaría como seguía por el golpe, entonces podrían comenzar a charlar, solo debía acercarse un poco para que su senpai lo viera. Estaba a solo unos pasos de él cuando sintió a alguien jalar su mochila.
—¡¿Por qué no nos esperaste?! —reclamó Anko mientras lo jalaba
—Vamos Anko, suelta a Yamato —la regañó Yugao
—Lo lamento, pero mi papá me acercó antes de irse al trabajo —se disculpó Yamato
— ¡Con más razón debiste esperarnos para que Dan-san nos trajera también! —exclamó Anko soltándolo. Los gritos no tardaron en captar la atención de las personas que iban a su alrededor.
Sukea y Obito se giraron a ver que sucedía.
—Oye, ¿no es imán de balones? —preguntó Sukea
—Si, es él —contestó Obito asintiendo
Por lo visto no se olvidarían fácilmente de su pequeño accidente.
—Que buen apodo —dijo Anko mientras reía para acercarse a los chicos —¿Alguno de ustedes hizo la tarea de matemáticas?
—No, estuvimos toda la tarde jugando videojuegos —contestó Obito
—¿Y por qué no me hablaron para ir a jugar con ustedes, tontos? —reclamó la chica
—Estábamos demasiado concentrados jugando que lo olvidamos —replico Sukea—Ahora hay que conseguir quien la pase—el chico vio a su alrededor hasta notar a una castaña caminando cerca. —¡Rin, ¿tienes la tarea de matemáticas?!
—Si, pero no te la pienso pasar —contestó la chica siguiendo su camino
—¿Y a mí? —le dijo Obito sonriendo
—Tampoco
Anko se acercó a ella para tomar su mano —A mi si, ¿verdad?
—Si, solo a ti —Rin correspondió al agarre
—¡Es injusto! ¡A nosotros también pásanosla! —exclamó Obito
—No se la paso a tontos. Vamos antes de que comience la clase —dijo Rin para comenzar a correr sin soltar el agarre de Anko
— ¡Espera Rin! —Obito estaba a punto de correr pero Sukea lo detuvo
—Déjala, cuando la tenga Anko se la pedimos a ella —habló Sukea
Yamato vio aquella escena con desagrado, ¿cómo podían ser tan irresponsables y despreocupados? Se giró a ver a Kakashi quien ni siquiera le dio importancia, entonces noto los airpods en sus oídos, con razón no notaba tal alboroto. Y ese era su día a día, observar a lo lejos a su senpai. Las cosas no sucederían si uno no daba un paso primero, y si quería que Kakashi lo notara debía hacerlo él.
Respiro hondo y dio pasos seguros hacia su senpai, al menos le daría los buenos días, si, ese era un buen inicio. Estaba a sus espaldas, estiro su mano para jalar su ropa y entonces otro castaño se acercó primero.
—¡Buenos días Kakashi-senpai! —exclamó Iruka sujetando el brazo de Kakashi
—Buenos días —contestó Kakashi quitándose los audífonos
—Estuviste increíble ayer en la práctica de vóleibol, si quieres a la próxima puedo ponerme yo a tu lado, yo si se regresar los balones y no me dan en la cara —dijo aquello último entre risas— ¿No te molestaría eso, verdad?
—En realidad yo-
—Ya se, ya se, me lo ibas a pedir —interrumpió Iruka—Pero ya me adelanté así que durante el entrenamiento estaré contigo
Yamato detuvo su paso con la cabeza agachada, los únicos momentos donde podía estar cerca de su senpai era durante los entrenamientos y ahora ni siquiera tendría eso. Sintió una extraña punzada en el pecho, pero no le dio importancia, siguió su camino hacia su salón. Aquel dolor se mantuvo ahí, pero era soportable, al menos hasta que las clases terminaran, una vez en casa le diría a su madre o simplemente dormiría.
Durante la hora del almuerzo no tenía hambre, ni humor para tolerar los gritos del comedor, se sentía triste porque otra vez no pudo acercarse a Kakashi, quizá ir a la biblioteca era mejor idea, siempre había calma ahí.
—Veamos, quiero leer cualquier cosa menos romance —pensaba para sí mismo mientras elegía su lectura. Estiro su mano a tomar un libro de fantasía pero choco con otra que iba por el mismo libro. Conocía bien esa situación, el típico cliché romántico donde se encontraría con su verdadero amor, si claro, no se dejaría llevar por la otra persona, él tomo el libro primero y se lo quedaría. —Lo siento, pero yo lo sujete primero —dijo girándose a ver a la persona a su lado.
—Ah, está bien tomaré otro —contestó Kakashi, fue ahí que Yamato se dio cuenta que los clichés existían por algo, porque siempre eran justo con su persona amada.
“No, senpai, tómalo si quieres, yo solo iba a hojearlo prefiero algo más” era lo que quería decir, pero se quedó callado, sin soltar aquel libro.
Kakashi solo tomo un libro de al lado y se giró, Yamato quería decir algo, cualquier cosa, ahí estaba su oportunidad con Kakashi y la estaba dejando ir, entonces el mayor se detuvo y se giró a verlo.
— ¿Estás mejor? —preguntó Kakashi viéndolo
— ¿Mejor? —repitió confundido
—Si, por el golpe de ayer —aclaró Kakashi
—Ah, sí, ya estoy mejor, gracias por preguntar
—Bien —Kakashi siguió su camino como si nada
Yamato no pudo evitar sonreír, finalmente habían cruzado palabras, y Kakashi se había preocupado por él, ese debía ser el mejor día de su joven vida. Aquello o tuvo tan feliz que incluso se olvidó del dolor en su pecho.
Nada le podía arruinar su felicidad, o eso creía hasta que en el entrenamiento de voleibol de este día vio como alguien más ocupaba su lugar al lado de Kakashi, era Iruka. Su día parecía ir demasiado bien para ser verdad, soltó un suspiro y al ver a Iruka charlar animadamente con Kakashi sintió como aquel dolor en su pecho regresaba. No quería estar en esa práctica si eso era lo único que vería, fue con el entrenador para que lo dejara ir a la enfermería por sentirse mal, y tomando en cuenta el previo accidente con el balón en su cara el entrenador acepto.
No había mentido, se sentía mal así que fue a la enfermería para ver si le daban alguna pastilla para el dolor, pero en el lugar no había nadie así que solo fue a buscar algún lugar en el exterior donde pudiera descansar.
Fue hacia el patio trasero de la escuela y se sentó bajo un árbol, tenía todavía una clase antes de poder ir a casa, ¿Y si faltaba? No era el tipo que hacia eso pero no quería estar ahí.
Despeino su cabello largo, estaba haciendo tanto drama por Kakashi y eso que ni siquiera eran algo.
— ¿También estas evitando el deporte, imán de balones? —dijo Sukea acercándose para pararse a su lado.
—No estoy evitando nada, solo me siento mal —contestó el castaño
—Nah, descuida, yo igual vengo aquí a evitar deportes—comentó Sukea sentándose al lado. —Estoy en el club de ajedrez, pero ni siquiera lo entiendo.
— ¿Entonces por qué estás ahí? —preguntó a Yamato girándose a verlo
—Porque ese día llegue tarde y era el único que tenía lugares disponibles —explico el mayor. Yamato no dijo más, entonces él decidió continuar. —¿En qué club estas? He visto que vienes los sábados también
—Estoy en el club de jardinería
— ¿Hay club de eso? ¿Y qué hacen?
—Tenemos un vivero en la parte este de la escuela.
— ¿En serio? Nunca lo había visto, y eso que la parte este es mi lugar favorito para besar chicas —dijo Sukea pensativo mientras intentaba recordar haber visto ese lugar. De nuevo hubo un silencio incómodo. —Yo estoy en el club de fotografía, quizá algún día vaya a tu club para obtener buenas fotos
Yamato se giró a verlo, ¿por qué insistía en seguirle hablando? Anko no se equivocaba cuando decía que aquel chico le seguía la conversación de cualquier cosa.
—Dios, que callado eres, me recuerdas a Kakashi, de seguro te llevarías bien con él —reprochó Sukea mientras sacaba su celular
— ¿Me llevaría bien con Kakashi-senpai?
—Sí, es igual que tú, por más que uno intenta charlar con él no te sigue la plática —se quejó Sukea mientras revisaba su teléfono.
¿Su senpai también era introvertido? Ahora sabía que sabia aquel detalle podía ser más fácil acercarse.
—Oye, ¿viste esa nueva noticia sobre personas que escupen flores? —preguntó Sukea
—Eso de seguro te lo dijo Anko —contestó Yamato
—Sí, me lo dijo ella, pero mira, aquí también lo dicen —Sukea le mostro la pantalla de su celular donde en twitter había varias personas comentando sobre una “nueva enfermedad”, pero sobresalía un hilo de alguien a quien Sukea seguía.
—Comienza con un dolor en el pecho y luego empieza una tos leve donde sueltas algunos pétalos —leía Yamato. —Parece campaña para una nueva película o algo así
—No creo que sea una trama de una película, está en twitter y yo le creo a twitter —replicó Sukea
Yamato solo se le quedo viendo con una mirada juzgadora, podría ser el hermano gemelo de Kakashi, pero era tan distinto, solo un tonto creería algo de twitter con tanta fe, más cuando aquellos perfiles parecían falsos. Aunque bueno, Sukea no era tan desagradable y era alguien demasiado cercano a Kakashi, si se hacía su conocido tal vez le daría oportunidad de acercarse a su senpai o de al menos saber más cosas sobre él.
—Oye, Sukea-senpai —lo llamó Yamato
—Deja las formalidades imán de balones, dime solo Sukea
—Me llamo Yamato —soltó indignado por el apodo. —A mí me gustaría-
El teléfono de Sukea comenzó a sonar interrumpiéndolo. —Hola Mei, ¿en la parte este de la escuela? Perfecto, voy para allá —el chico colgó y se giró a ver a Yamato. —Lo lamento imán de balones debo irme, me cuentas después es interesante escucharte decir más de tres palabras. —Sukea se levantó para irse rápido.
El castaño soltó un suspiro, no, definitivamente no podía acercarse a alguien como Sukea.
Cuando termino sus tareas, estando en la tranquilidad de su hogar se quedó pensando en aquellos testimonios en twitter sobre una nueva enfermedad. Si era un tipo de marketing para una nueva película sonaba genial, debía ser extraño toser pétalos de flores sin explicación alguna.
Después de cenar –a solas, pues sus padres no llegaban aún- fue a la cama a descansar, aquel día había sido tan agitante emocionalmente. Primero estaba triste por no poder hablarle a senpai, luego fue feliz cuando le hablo y de nuevo se puso triste cuando notó que tenía un nuevo compañero en el voleibol –un compañero que si charlaba con él-, sintió una punzada en el pecho al recordar eso. Esperaba que al otro día su madre llegue a casa para decirle que se estaba sintiendo mal.
El cliché del libro funciono, tal vez si usaba más clichés románticos podría acercarse a Kakashi, ahora sabía que tenían una personalidad parecida.
Cerro los ojos intentando dormir; tenía un sueño donde finalmente tomaba valor para acercarse a Kakashi, recorrían una pradera llena de hermosas flores rojas, pero al llegar al final alguien más llegaba y se llevaba a Kakashi alejándolo de él, el dolor en su pecho comenzó a hacerse más intenso despertándolo, respiraba agitado y comenzó a tener una tos violenta así que cubrió su boca con su mano, sentía como si se ahogara, algo en su garganta le impedía respirar bien; de repente sintió algo extraño salir de su boca. Una vez que se detuvo y él estaba más calmado abrió su mano para ver que era aquello que tosió.
Se quedó un par de minutos observando su mano incrédulo por lo que veía, ¿eso era realmente…un pétalo?