Yamato entro al salón, la siguiente clase aun no comenzaba.
—Oye, Yamato, ¿estás bien? —preguntó Itachi acercándose
—Sí, solo que me puse un poco nervioso
—Lo note, no era mi intención incomodarte —dijo el Uchiha
—No, descuida, no fue tu culpa
—Te fuiste tan rápido que ya no me dejaste preguntar, ¿por qué el interés ante esta enfermedad? —cuestionó Itachi
—Eh…bueno, ayer Sukea me mostro lo que pusiste en twitter y me dio curiosidad saberlo
—Entiendo, pensaba que quizá estabas enfermo también, aunque bueno, sé que tu mamá es doctora así que no tendrías de que preocuparte si te enfermas
—Sí, justo eso —Yamato sonrió de forma nerviosa
—Gracias por creerme, si se de algo más te lo diré, eso sí sigues curioso por el tema —dijo Itachi
—Está bien Itachi. —Yamato fue a su lugar para sentarse.
— ¿Qué se traen Itachi y tú? —preguntó Yugao que se sentaba al lado suyo.
—No es nada importante —contestó Yamato
Yugao lo vio confundida. Hasta ayer se lamentaba ser un introvertido, y hoy les había hablado a más de dos personas, algo serio debía estar ocurriendo.
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—Terminamos por hoy, sacaste muy bien Obito, Asuma te hace falta mejorar esos bloqueos, Kakashi necesitas más practica rematando.
—Hay que entrenar saliendo de clases —dijo Obito acercándose a Asuma
—Pues vamos, no tengo nada que hacer
— ¡Yo también quiero ir, Obito! —exclamó Gai acercándose a los chicos
—Genial, entonces saliendo hay que hacerlo, ¡¿Vienes Kakashi?! —exclamó girándose a ver a su compañero
—No creo, tengo unos pendientes —contestó Kakashi
— ¿Y tú, imán de balones? —preguntó girándose al castaño a su lado
—No puedo hoy, será otro día —respondió Yamato
—Vamos nosotros, le diré a Sukea y Anko si quieren venir, y luego de eso vamos a comer a algún lado —dijo Obito mientras iban hacia los casilleros de las duchas.
Yamato fue al suyo para sacar una toalla y secar su sudor, se giró a ver a Kakashi quien parecía buscar algo; Siempre tras los entrenamientos lo primero que hacia Kakashi era tomar agua, se mantenía bien hidratado, por eso tenía esa piel tan linda, pero ese día parecía que olvido su bebida. Yamato vio su casillero, tenía una botella extra.
— ¡Kakashi-senpai! Mira, te traje una soda —dijo Iruka acercándose con dos latas
¿Por qué Iruka siempre se adelantaba a todo? Como si estuviera un paso delante de él, quizá a él también le gustaba Kakashi, y si era así entonces sería aún más difícil acercarse a su senpai.
—Gracias, pero no me gustan los refrescos —dijo Kakashi rechazando la bebida para salir del lugar.
—A mí si —Obito se acercó al castaño
—Piérdete Obito —replico molestó Iruka pasando de largo de él.
Yamato tomo su botella y salió del lugar. —Kakashi-senpai —lo llamo de forma tímida.
— ¿Qué pasa? —preguntó girándose a verlo
—Tú…estuviste increíble en el entrenamiento de hoy —soltó nervioso mientras apretaba la botella.
—Falle tres remates —dijo Kakashi
—Pudiste haber fallado más pero solo fueron tres —dijo emocionado para luego darse cuenta de lo torpe que fue eso— ¡Toma! —Yamato puso la botella en manos de Kakashi y se fue corriendo.
Kakashi se quedó confundido para luego ver la botella en sus manos. Yamato era bastante curioso con él.
—Estoy en casa —dijo Yamato entrando a su hogar. Estaba exhausto, socializar era tan difícil. Tomaría un baño y a la cama, quería descansar.
—Bienvenido —contestó alguien desde la sala, Yamato de inmediato fue a ver quién era.
— ¡Mamá! Estas en casa hoy
—Si, al fin me dieron mi día libre
— ¿Y papá?
—En la cocina, preparando algo de comer, ¡se supone que lo debía tener listo para antes que llegaras! —habló levantando la voz en aquello ultimo
— ¡Ya casi esta! —contestó Dan desde la cocina.
—Vamos a esperar a que tenga la comida lista o cena, mejor dicho
—Bien, espero contigo —Yamato lanzó su mochila a un lado para ir a sentarse al lado de su madre.
— ¿Qué tal tu día?
—Normal, supongo —respondió, aunque su día fue todo lo contrario a eso. En la mañana con lo de Itachi, luego estuvo un rato largo con su senpai, sus clases si siguieron normales y en el entrenamiento pudo recuperar su posición al lado de Kakashi, aunque no dejaba de meter la pata cada que hablaba con él. — ¿Qué estás viendo? —preguntó girándose a ver el televisor
—Malas noticias —contestó Tsunade que esperaba el momento en que soltaran la bomba y al escuchar al presentador se dio cuenta de que ese momento había llegado.
“En otras noticias una nueva epidemia se ha reportado. El centro nacional de epidemiologia y control de enfermedades ha informado sobre una nueva enfermedad, aún se desconoce las causas de esta pero los síntomas son muy peculiares, la gente infectada tose pétalos. Hasta ahora se han informado de múltiples casos en diferentes puntos del país y los investigadores siguen trabajando en buscar que provoca este extraño padecimiento, se sabe que no es contagioso, simplemente aparece acompañado de un dolor en el pecho. Se le pide a la población mantener la calma y si presenta síntomas ir de inmediato al hospital más cercano.”
—Pero si no saben que lo provoca, ¿de qué sirve ir al hospital? ¿Hay algún tipo de tratamiento? —cuestionó Yugao girándose a ver a su tío
—Aún se está investigando, pero se pide que vayan al hospital para que se pueda llevar un control de la enfermedad ya que se debe monitorear constantemente el aumento de flores en sus pulmones —explicó de forma tranquila Orochimaru
—Debe ser desesperante estar enfermo y no saber que lo provoca ni si te vas a curar —comentó la chica regresando a ver el televisor.
— ¿Por qué Anko aún no llega? —preguntó Orochimaru viendo hacia el reloj
—Se quedó con los chicos en las canchas del parque
—Probablemente esté muy ocupado estos días así que no se preocupen si no llego a casa
—Descuida tío, me imagino que las cosas se pondrán pesadas en tu trabajo por esto, estaremos bien.
— ¿Y qué les hacen a las personas que están enfermas de eso? —preguntó Yamato girándose a ver a su madre
—Todo tipo de estudios, muchas radiografías para vigilar sus pulmones, tenemos un área especial para esos pacientes, una vez que entran no pueden salir del hospital para que estén vigilados —respondió Tsunade
Yamato trago grueso, él les tenía miedo a los hospitales, algo que era irónico tomando en cuenta la profesión de su madre. Si le decía que estaba enfermo entonces lo llevarían allá y estaría retenido en el hospital, odiaba no confiar en ella y contarle, pero tampoco quería ir al hospital.
— ¡Ya está lista la comida! —exclamó Dan desde la cocina
—Vamos a comer cariño —le dijo Tsunade sacándolo de sus pensamientos
Estando en la mesa solo podía jugar con su comida, no tenía hambre y sentía su estómago revuelto por los nervios.
— ¿No te gusta lo que prepare? —preguntó Dan viéndolo
—No, no es eso…solo que comí demasiado en el almuerzo en la escuela así que estoy lleno aun —contestó, no le gustaba mentir, pero a veces era necesario soltar una pequeña mentira. — ¿Puedo irme ya a mi habitación?
—Adelante, más tarde si quieres te llevo algo más ligero —respondió Dan de forma comprensiva
—Gracias —Yamato se levantó rápido para ir a recoger su mochila y correr a su alcoba.
—Creo que se asustó con la noticia de la epidemia —comentó Tsunade al verlo irse
—No tiene nada de que asustarse, tiene como mamá a la mejor doctora del mundo que encontrará una solución a este problema —dijo Dan con confianza mientras le sonreía
—Espero que podamos hacerlo pronto
Para el siguiente día la noticia ya se había extendido por todo el país. Yamato caminaba por los pasillos de su escuela escuchando a todos hablar del tema.
—Escuche que el profesor de inglés lo tiene, por eso ha estado faltando
—Oí que les da solo a las personas con problemas cardiacos o respiratorios
—Me dijeron que ya hubo una muerte y fue horrible
—Todo está hecho un caos tras esa noticia —comentó Yugao
—Y ustedes no me creían —reprochó Anko—En las noticias no dieron nombre, pero escuche que el tío Orochi hablaba con alguien más y se refería a la enfermedad como “Hanahaki”, al parecer hay un libro llamado así porque el tío le decía a esa persona que se lo consiguiera, creo que hablaba con Jiraiya-san
—Yo creo que deberías dejar de espiar las conversaciones del tío Orochi —regañó Yugao
—Oye, Yamato —lo llamó Itachi mientras se acercaba corriendo a él
— ¿Sí? —Yamato se giró a verlo
— ¿Viste lo de las noticias ayer? —cuestionó el Uchiha
— ¿Quién no lo hizo? —comentó Anko
—Deja que ellos charlen solos —Yugao le dio pequeños empujoncitos a su hermana, ella también quería saber su conversación, pero no quería arruinar los intentos de socializar de Yamato —Los veo en el salón chicos
—Si las vi, ¿qué harás? ¿Iras al hospital? —preguntó Yamato
— ¿Crees que debería hacerlo? Solo espero que si voy los exámenes no sean muy tardados, yo me encargo de cuidar a mi hermanito menor cuando mis papás no están.
—Entonces deberías considerar hacerlo… mi mamá me dijo que las personas que van al hospital son retenidas mientras les hacen exámenes y cosas así —explicó el castaño
Itachi soltó un suspiro—Si no voy… ¿entonces solo me queda esperar mi muerte? Siento como los pétalos van aumentando cada que toso y cada vez me cuesta más controlar mi respiración, ¿crees que mis pulmones se llenen de flores y me muera?
—Yo… no lo sé —respondió Yamato, aunque si lo sabía, eso pasaría. —Pero…podemos investigar
— ¿Investigar qué? Si ni siquiera el centro de enfermedades sabe algo
—Pues yo oí algo hoy, vamos a la biblioteca a la hora del almuerzo
— ¿La biblioteca? —cuestionó Itachi extrañado
—Sí, creo que podríamos encontrar algo ahí
Itachi estaba algo dudoso, pero ¿qué otra opción tenía?
A la hora del almuerzo fue a la biblioteca tan y como Yamato dijo.
—Busca un libro que se llame “Hanahaki” —ordenó el castaño
—Bien —el chico comenzó a revisar título por título, en todas las secciones que la biblioteca escolar podía ofrecer.
Su hora de comida estaba cerca de termina y ninguno parecía tener suerte en encontrarlo.
—Parece que no está aquí —comentó Itachi
—Entonces tendremos que ir a la biblioteca pública —sugirió pensativo el castaño
— ¿Se llama solo Hanahaki? —preguntó Itachi
—Eso creo
—Mira, Minato-sensei lo lleva —indicó Itachi señalando a un rubio caminando en el pasillo —Hay que pedírselo
—Sí, pero habla tú —soltó Yamato
Itachi asintió y fue tras el profesor. — ¡Minato-sensei!
—Hola chicos, se terminó la hora del almuerzo, deben regresar a sus aulas —dijo de forma amable el mayor
—Queríamos saber si nos podría prestar ese libro, lo necesitamos —Itachi señalo el escrito que llevaba en su mano junto a otros documentos
— ¿Este libro? —Minato los vio extrañado—Lo lamento, pero no puedo prestárselos, ya alguien me lo pidió antes
— ¿Sabe dónde podríamos encontrar otro? —preguntó el azabache
—No creo que puedan encontrar otro
— ¿Por qué no? —habló finalmente Yamato ante las negativas
—Este libro es de mi esposa, es algo así como una reliquia familiar suya, solo hay pocos ejemplares porque es un texto viejo, por eso me extraña que ustedes sepan de él.
Itachi y Yamato intercambiaron miradas desanimados.
—Aunque…si me hacen un favor podría tomarle unas fotocopias y dárselas
— ¿Qué tipo de favor? —preguntó Itachi
—Organizar unos archivos, es sencillo. —contestó Minato sonriéndoles. —Si quieren las copias vengan a la sala de profesores al terminar el día y les digo, ahora vayan a su salón antes de que inicien las clases
—Está bien —los chicos hicieron una leve reverencia para irse.
— ¿No tienes problema con quedarte? —preguntó Yamato
—Sí, debo irme porque mi hermanito menor tiene un festival escolar hoy —dijo Itachi
—Pues ve entonces, Minato-sensei dijo que es sencillo así que yo me encargo y mañana leemos las copias juntos
— ¿En serio? Muchas gracias, Yamato. ¿Por qué no hablas mucho si eres agradable?
—Eh…bueno, se me dificulta hablarles a otras personas —contestó nervioso el castaño
— ¿Por eso me dijiste que yo le hablara a Minato-sensei? —preguntó Itachi a lo que Yamato asintió. —Pues si necesitas hablarle a alguien solo dime y yo lo hago, ¿bien? —dijo con una sonrisa el chico
Ahora él mismo se cuestionaba, ¿por qué no le había hablado a nadie antes? Pensaba que la mayoría de los chicos a su alrededor eran unos extrovertidos que se la pasaban gritando, así como Obito o Gai, el capitán del equipo de voleibol, pero ahora se daba cuenta de que no, había también chicos agradables como Itachi que hablaban de forma tranquila, algo que le gustaba.
—Lo lamento chicas, pero debo quedarme a hacer unas cosas, nos vemos mañana —dijo Yamato despidiéndose de Yugao y Anko
—Regresa con cuidado a casa —contestó Yugao antes de irse
Yamato fue a la sala de profesores y asomo su cabeza al lugar.
—Yamato, ven, ven —Minato le hizo una seña con la mano. — ¿Dónde está Itachi?
—No pudo quedarse, pero yo me encargo de todo el trabajo que tenga —respondió el chico acercándose
—Mmm puede que sea demasiado para uno —Minato se quedó pensativo. —Dame un momento —le dio una sonrisa para salir al pasillo y después de unos minutos regreso acompañado de Sukea y Obito. —Bien, entre los tres será más fácil, vamos a la bodega.
—Oh, hola imán de balones, últimamente nos encontramos seguido —saludo Obito al verlo mientras seguían al profesor.
—No le digas así, se llama Yamato —corrigió Sukea dándole un leve golpe a su compañero
— ¿En serio? Como casi no habla desconocía su nombre
Minato abrió la puerta de la bodega la cual estaba llena de cajas. —Verán chicos, el director me pidió que le ayudara a acomodar los documentos de esas cajas en los estantes que están en la parte trasera.
— ¿Y si le pidió a usted que lo haga por qué nos trajo aquí? —preguntó Obito
—Porque mi hijo tiene un festival en su escuela hoy y no puedo faltar; recuerdo que tú y Sukea necesitan un punto para no reprobar Ciencias, ¿no? —dijo de forma persuasiva Minato
—Ah, está bien —soltó resignado el chico
—Solo deben pasarlo a los estantes no es tan difícil, y si trabajan en equipo terminaran pronto, así que den su mejor esfuerzo —decía mientras les sonreía.
—Pues vamos a empezar ya —Sukea se acercó a una caja para abrirla
—Asegúrate de que lo hagan bien, te dejo como encargado —murmuró Minato en el oído de Yamato para darle unas copias
—Claro sensei, gracias
—No es nada —Minato le guiño el ojo. —Los veo mañana chicos
Yamato guardo las hojas en su mochila para luego acercarse a ayudar.
— ¿A ti también te falta un punto en ciencias? —preguntó Sukea viendo al castaño
—Yo ni siquiera voy en su clase —contestó Yamato
—Ah, cierto, que eres más pequeño
—Son demasiados papeles, incluso entre los tres no terminaremos pronto —se quejó Obito. —Deberíamos llamar a alguien más para que nos ayude
— ¿Quién? La mayoría ya se fue a casa —contestó Sukea
—A Kakashi, le diré que Minato-sensei lo dijo y veras que viene rápido —decía de forma burlona el chico.
—Solo vendrá a mandarnos, no nos ayudara en nada —soltó Sukea
— ¿Por qué dices eso? —preguntó Yamato girándose a verlo
—Porque Kakashi es un mandón, solo manda y manda —reprochaba Sukea
Yamato lo vio extrañado, Kakashi no le daba la impresión de ser así, lo creería más de Gai, que era el capitán del equipo de voleibol, pero no de Kakashi. Aunque bueno, Sukea convivía más con él, sus razones debía tener para pensar eso.
El resto de la tarde se le hizo eterna escuchando a Obito y Sukea decir la primera tontería que pensaban, parecían compartir una única neurona. Ellos hablaban y hablaban, él solo quería terminar ya para irse y tener un poco de calma.
— ¡Nos vemos mañana! —se despidió Obito cuando toco separarse del camino
— ¿Y entonces por qué te quedaste ayudando? —preguntó Sukea
—Minato-sensei me dio unas fotocopias de un libro a cambio de ayudarle —respondió Yamato
—Minato-sensei siempre hace lo mismo, se aprovecha de los alumnos para que le hagan favores —se quejó Sukea
— ¿En serio?
—Sí, siempre nos pide a Obito y a mí que le ayudemos a cambio de que nos de algunos puntos extra para pasar, a veces hasta el mandón de Kakashi le hace favores, y no sé porque si él tiene buenas notas.
Aquello no le parecía malo, parecía más buena obra del profesor para que ellos no reprobaran.
—Hasta mañana Sukea —se despidió Yamato para seguir su camino
Sukea hizo un gesto con la mano y avanzo hasta llegar a su hogar.
—Llegue —dijo lanzando su mochila en la entrada para quitarse el calzado.
—Sí, entiendo papá —era la voz de Kakashi, Sukea fue corriendo hacia él. —Tendremos cuidado
—Pásamelo, quiero hablar con él —dijo estirando su mano
—Si papá, oye Sukea —decía Kakashi para apartar el teléfono de su oído. —Colgó
—Te dije que quería hablar con él —reprocho Sukea
—Fue él quien colgó —se defendió Kakashi de forma tranquila
—Siempre es lo mismo, yo quiero hablar con él y tú nunca me dejas —se quejó el castaño
—Papá siempre llama a la misma hora, tal vez si llegaras temprano a casa podrías hablar con él
—No quiero escuchar más de ti, siempre haces lo mismo —dijo molestó mientras se iba del lugar
—Oye, ¿no vas a comer? Te estaba esperando…—dijo Kakashi
— ¡No voy a comer contigo hasta que me dejes hablar con papá! —contestó el chico
Soltó un suspiro y se asomó al pasillo de la entrada— ¡Al menos recoge tus cosas al llegar! —Kakashi escucho un portazo y soltó un suspiro. Cada noche era lo mismo. Se acercó a recoger la mochila de su hermano y noto una flor en esta; ladeo la cabeza extrañado, sabía que Sukea era demasiado coqueto y siempre recibía regalos de parte de las chicas con las que salía, pero era la primera vez que veía una flor azul como esa, ¿qué significaba? Dejo la flor donde estaba para luego ir a su habitación. Al entrar soltó un estornudo así que por su chaqueta para cubrirse y al tomar su ropa vio caer un pequeño girasol de esta. Vio a su alrededor confundido, eso le parecía demasiado raro.