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Radio Coffee | ChanLix por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Tenía ganas de escribir está historia desde hace dos años más o menos. Recientemente tuve la suficiente inspiración para poder poner todas las ideas en orden.

 

En mi cabeza esto es totalmente pastelcore, así que trataré de apegarme a ese concepto con los títulos.

Chan suspiró, tallándose la cara con los puños de su hoodie favorita. El día estaba fresco, y el apenas color naranja del amanecer empezaba a entintar el cielo oscuro que daba paso a una mañana fresca de otoño. Salir de la estación, después de su programa de radio nocturno, usualmente indicaba que su día había terminado y ya podía ir a la cama a descansar. Usualmente, si ese usualmente no fuera así la mayoría de las veces. De todas formas, Chan sabía que no era una persona que necesitara dormir mucho. En cambio, obtenía ese extra de energía necesario para iniciar el día en la compañía ajena.

Cruzó la calle, caminando sólo un par de cuadras más antes de llegar a ese bonito lugar donde iba cada domingo. Una cafetería de dos pisos, que de una extraña manera lograban mantener el balance en la decoración entre loft y hogareño, siendo fresco en el verano, y cálido en el invierno. Pero eso no era lo que le interesaba a Chan, en lo más mínimo. No, a Chan lo que le interesaba era ese chico que atendía en el turno matutino.

-¡Felix!- Exclamó, apenas soltando la puerta. La cafetería no tenía ni diez minutos abierta, Felix todavía estaba arreglando los postres de las vitrinas y encendiendo las máquinas.

-Hey, Chris.

Y ahí estaba. Esa bonita sonrisa radiante, que servía como boost de energía para que Chan pudiera reiniciar marcha.

-¿He llegado muy temprano?- Se aclaró un poco la garganta, acercándose a la barra. Siempre prefería sentarse ahí que en una cabina, al menos de ese modo podía ver de cerca a aquel lindo chico que atendía la cafetería tan temprano.

Hacía varios meses había terminado su programa como cada noche, y en vez de dirigirse a casa, la falta de sueño y el hambre le habían hecho vagar por la calle. No era demasiado lejos de la estación de radio, y tampoco era un lugar muy grande, pero ver qué una cafetería estaba ya abierta tan temprano en la mañana le habían incentivado a entrar y satisfacerse.

Estaba demás decir que nunca había sido un fanático del café, pero si de los dulces, y vaya que había sido recibido con un aroma dulce al abrir aquella puerta. Además de agregar que había sentido una instantánea conexión con el chico rubio que todos los días abría la cafetería y atendía a clientela.

-Nunca llegas muy temprano.- Felix le aseguró, girándose para empezar a preparar la bebida que sabía Chan tomaba usualmente. -Aunque, insisto en que deberías tomar una comida apropiada en vez de té y pastel.- Exhaló, sirviéndole su bebida y una rebanada de pastel de zanahoria.

-¿De qué hablas? Té y pastel es una comida completa.

-Si vives en el país de las maravillas.- Felix rodó los ojos, tomándose un segundo para entrar a la cocina y salir con más productos que pondría en las vitrinas a exposición. -Por cierto, escuché tu programa está noche. Bueno, al menos una parte. Debía de llegar aquí a tiempo, después de todo.

La tranquilidad con la que lo comentó fue seguida por una reacción más que opuesta a lo que había esperado recibir por parte del locutor. Ciertamente, no había esperado provocar que Chan empezará a ahogarse con su bocado.

-Oh Chris, lo siento. ¿Estás bien?- Se apresuró a asistirle. -¿Qué ocurrió?

-Si…yo…- Chan procuró recuperar el aliento antes de admitir que estaba terriblemente avergonzado de saber que aquel chico le había escuchado narrar una de sus noches nuevamente. -¿Escuchaste mi programa? ¿No es acaso muy tarde?- Se giro un poco al sentir su rostro arder ante el abochornamiento que estaba experimentando.

-No podía dormir.- Felix admitió, sonriendo finalmente. -Decidí repasar la clase que veré hoy, y me gusta estudiar con ruido.

-Ni siquiera tenía idea de que sabías el nombre y horario de mi programa.- Se rascó la nuca, tratando de aliviar su incomodidad de saberse observado y escuchado por Felix. ¿Habría dicho algo vergonzoso a mitad de transmisión? Si tan sólo pudiera recordarlo. ¿Por qué había olvidado todo lo que había hecho y dicho hasta este momento?

-Vamos, no soy tan lento.- Se mofó, fingiendo sentirse herido y hacer un puchero. -Eres Bang Chan, es fácil buscarte en internet. Además, recordé que me había comentado antes acerca del horario de tu programa. Solo verifiqué si estabas transmitiendo y me uní a los oyentes.- Se encogió de hombros explicando. -A veces me no puedo creer que realmente una celebridad venga a desayunar a esta cafetería seis días a la semana.

-N-no es así.- Trato de esconderse detrás de sus manos y reírse. Realmente no podía creer que recibía tanta atención del chico que le gustaba. -Lix, no soy una celebridad. Y, oh cielos, ahora realmente no sé que pensar luego de saber que escuchaste la transmisión. ¿Fue mala?

-¿De qué hablas?- Felix se apoyó en la barra con ambas manos, más que sorprendido por aquella pregunta. -Fuiste genial, eres tan calmado y sabes qué decir a todas los comentarios que te llegan.- Sonrió. -Fue como si escuchara una de nuestras usuales platicas, pero está vez había muchas personas oyéndote hablar. Me sentí acompañado por ti mientras estudiaba. Fue lindo.

Genial, iba a morir. Chan sentía que genuinamente iba a morir por un ataque al corazón debido a tanta alegría que estaba sintiendo. Felix le había escuchado en su programa de radio, y le había halagado. Admiraba tanto su capacidad para poder usar ese tipo de palabras y no sentirse avergonzado, como él mismo se sentía cada que recibía un halago. Pero así era Felix, lo suficientemente seguro de sí mismo como para entregar cumplidos sin preocuparse mucho en cómo se vería ante la persona quien recibía el cumplido.

-Basta, no digas esas cosas.- Exhaló entre risas bobas, tratando de hacerse invisible dentro de su ropa. -No fue tan buena, y no soy genial.

-Lo eres.- Esta vez la seriedad en su voz detonó que tan firme se sentía al respecto. -Eres genial Chris, perfecto en lo que haces.- Le aseguró.

-Lix, basta, no puedo.

-Lindo.- Y aún así, Felix continuó con su lluvia de cumplidos, hasta asegurarse que Chan no fuera más que una masa derretida en aquella silla donde se encontraba sentado.

Y como cada día, su conversación era una imagen que podría verse a través de las ventanas de la cafetería, donde dos chicos se aborchonaban y avergonzaba cada dos o tres palabras.

Quizás, si Chan fuese un poco más seguro de sí mismo, hubiese notado que aquel coqueteo entre ambos era la confirmación que necesitaba para confesar cómo se sentía en realidad. O, si Felix no considerara Chan como una estrella en el cielo, no se limitaría a solo buscar una amistad cuando no era lo que deseaba más. Pero todavía tenían tiempo para descubrir eso. O quizás, sólo necesitaban de un programa de radio.

 

Notas finales:

Tenía ganas de escribir está historia desde hace dos años más o menos. Recientemente tuve la suficiente inspiración para poder poner todas las ideas en orden.

 

En mi cabeza esto es totalmente pastelcore, así que trataré de apegarme a ese concepto con los títulos.


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