Ser conciente de dios es algo que no deberías saber, que dios es tan cruel para darte un poder que solo te genera destrucción, cuántas veces saltaste en el tiempo para cambiar algo y ver un resultado peor, ¿Cuántas veces Takemichi?; cuantos murieron frente a tus ojos, cuántos muertos que volvieron a la vida solo para morir de nuevo por tus decisiones.
Cargar con la muerte es algo que nadie debería tener que pasar, ver sus manos manchadas del rojo de la sangre, y no solo de uno si no de varios de tus amigos.
Ya no puedes ver tus manos de la misma forma, te estremeces con los fuertes y lo peor de todo es que te estás cansando, no ves un cambio, y te preguntas si el problema eres tú o son ellos.
—Dios estoy tan casando— hablas al cielo, no te queda mucho tiempo, el cuerpo te duele a horrores, pero eso no es nada comparado con el dolor en el alma, acabas de caer de un edificio, el cuerpo sin vida de tu compañero está sobre el tuyo, la sangre empapa tu ropa, los murmullos son lejanos, quieres acariciar los blancos cabellos por última vez, pero no puedes ni levantar los brazos, el tiempo se está acabando y sientes la vida irse entre tus manos.
La oscuridad te absorve y no eres conciente de lo que pasa después.
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Al abrir tus ojos de nuevo ves el cielo estrellado iluminado por la luna, no sientes el suelo a tus pies, es más como si estuvieras flotando y tienes miedo de mirar abajo.
—¿Dónde estoy?— preguntas pero nadie te contesta, estás solo y el silencio reina en el lugar.
—¿Quieres seguir intentando salvar a tus amigos? — te pregunta una voz que no sabes de dónde proviene
—Quiero que vivan una vida larga, y feliz— contestas con cansancio
—El costo para eso es muy alto, estás dispuesto a sacrificar lo que te queda de vida por la de ellos—
La respuesta no necesitas pensarla ya lo sabes y es —Si.
—Tu recuerdo será borrado de todos ellos, todos quienes te conocen no te recordarán— insistió la voz
—No importa, solo quiero que vivan felices— dices tan cansado —Si con mi vida borras todas las heridas y sufrimientos, estoy dispuesto a pagarlo— susurró Takemichi con una voz de alguien que ha vivido muchos años.
—Que así sea entonces—
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Todos aquellos a los que Takemichi quiso salvar continuaron su vida sin saber que un tal Hanagaki Takemichi sacrifico no solo su vida si no sus memorias por que fueran felices.
Cada fragmento fue por La vida de Shinshiro, por la estabilidad de Kazutora, por la vida de Akane.
De esta forma Mikey no perdió el control y recibió ayuda, Izana pudo tener a la familia que quiso y supo que los lazos de la familia no solo son sanguíneos, que estos se llevan en el corazón.
Kazutora vivió una vida familiar más estable, sin el rencor en su corazón fue una gran persona.
Kokonoi e Inupi no se perdieron en el mundo de las pandillas a causa de la culpa.
Hubo cosas que no pudieron cambiarse, ya que ellas enlazarno a otros caminos, Hakkai necesitaba al agresivo de Taiju para poder encontrar al bondadoso de Mitsuya.
Draken necesitaba ser dejado en el prostíbulo para encontrarse con la familia Sano.
Todos ellos siguieron su vida, pero las cosas buenas que tuvieron en esta vida, tendrán que recompensarlo en otra vida y otro tiempo a quien lo ha sacrificado todo por ellos.
Porque Takemichi se merece ser amado por cada uno de ellos.