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By My Side por Eira Baker

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Notas del fanfic:

¿Creyeron que no volvería? Pues se equivocaron ewe ¡Hola, gente bonita! ¡Está noche les traigo un fic muy largo! Pero antes...
 
Uuuf estuve a punto de renunciar a todo y dedicarme a cantar en las calles de Palermo por unos miseros centavos o hacer un show de malabares y... (? Okey no xD pero si estuve muy triste ;-; verán... Estaba pasando todas mis cosas a mi nuevo celular y... se me borró absolutamente todo lo que tenía escrito :'D Perdí en total como 50 fics :'D 50 fics en dónde dos eran largos, uno era de secuestro y otro de reencarnación :'D el de reencarnación era muy bonito porque todo era dulce y cómico :'D PutahBidah :'D También estaba escrito el capítulo final de "Infierno" :'D ese fic no lo subí por aquí, por el límite de palabras (? Y lo perdí :'3 se fue más rápido que mis ganas de vivir (? Okeeey, demaciada depresión jsjsjsjs pero como dije, realmente estaba muy triste ;-; eran fics en dónde pasé MESES escribiendo! En el capítulo de infierno, Near estaba viajando en avión para alejarse de todo y de todos, pero sorpresa... Repentinamente Mello se sentó al lado de él :3 Near se queda sorprendido y quiere bajar del avión, pero fue tarde su reacción porque ya estaban despegando, y a menos que quiera saltar del avión con un paracaídas para salir... Pues estaba jodido xD y bueno, tienen una profunda conversación y Mello le dice que no quiere dejar ir a la persona que más ama... Y decían más cosas que ya no recuerdo u.u pero ambos viajan juntos y se quedan juntos :3 compran una casa, adoptan a un hamster (? Y ese fic fue escrito como venganza ewe leí un fic que no me gustó nada y pues, bueno, yo escribí ese fic en dónde quiero hacer sufrir a un personaje que no es ni Mello ni Near jsjsjsjs pero como soy súper buena (?, los que obraron mal iban a ser felices u.u aprenderían su lección y verían que no se puede obligar a una persona a qué te ame cuando claramente ama a otra persona u.u no está bien, nada bien u.u y es que Naruto me enseñó el camino de perdonar a los malvados (inserte corazón aquí) (? 
 
También ya tenia escrito el fic que les había mencionado, inspirada en esa película de terror psicológico, y les cuento de que va porque por el momento no voy a escribir esos fics que se me borraron, sigo molesta ò.ó era más o menos de que Near está loco y sufre alucinaciones de que Mello está con él. Al no superar su muerte, piensa que Mello sigue con vida y que está trabajando junto a él, y su equipo le dicen que no es así, que Mello murió. Near no les hace caso y piensa que ellos quedaron tan mal que no pueden aceptar que Mello seguía vivo. Desde la perspectiva de Near, los demás son los locos, ya que él puede ver y tocar a Mello. Ya por el final Near termina matando a su equipo restante porque querían internarlo en un psiquiátrico. Near está cubierto de sangre y le dice a Mello, con los labios curvados hacia arriba en una sonrisa demente, que ahora nadie podría separlos. La alucinación de Mello solo le pide que lo siga, y lo lleva a un cementerio, guiandolo hasta que terminan frente a una tumba que dice "Mihael Keehl", y ahí si aparece la verdadera alma de Mello, quien suelta alguna broma para aligerar el ambiente, pero lo miraba con una sonrisa vaga y los ojos brillando algo tristes, diciendo: "Realmente te hago falta..." Y Near termina llorando, reconociendo que era verdad, su Mello estaba muerto. Mello se sienta junto a él y lentamente acaricia sus rizos blancos. Al final Near se recuesta en la tumba de Mello y cierra sus ojos, pudiendo sentir los dedos del rubio en sus cabellos, acariciandolos. La cuestión es que las almas de Mello y Near se unen juntas y ambos son enviados a un mundo en dónde estarán eternamente juntos, un mundo lleno de luz y cálidez, dónde podrán recuperar el tiempo perdido. 
 
Y el fic de reencarnación, era en dónde los personajes que murieron se reunen en el limbo, y tienen que pasar diferentes pruebas si quieren tener la oportunidad de volver a la vida. Al inicio Mello no reconoce a Light y le da igual, es Matt quien lo saluda, y Light sonrie incómodo. Hay momentos dramáticos, peleas, insultos y gritos. Y luego de que alguien se encargará de explicarles las reglas, traen a Near, quien sigue vivo pero Muerte y Vida (personajes femeninos propios, normalmente no me gustan los personajes inventados pero los míos no aparecen tanto y además no interfieren en nada) creyeron que sería conveniente que él estuviera. Cuando Near despierta, ve a Mello y piensa que está soñando, bajo la sorpresiva mirada de Mello, los ojos de Near comienzan a llenarse de lágrimas y corre hacia él, abrazándolo de la cintura y enterrando su rostro lloroso en el pecho de Mello. Y sucedían un montón de cosas antes de que Vida y Muerte los llevarán a su primera prueba. También aparecía L, quien miraba a Light y decía: "me llamaron loco" (? xD Recuerdo una de las partes del fic, en dónde una tribu salvaje y agresiva que veían a Mello como un dios y lo adoraban (quien sabe cómo lo habrá logrado), habían acorralado a L, Misa, Light y matt, quienes habían quedado varados en esa isla, y Light cobardemente dijo: "¡Soy el mejor amigo de Mello!" Y L y misa lo miraron con una gotita de sudor bajando por sus frentes ante la mentirota que dijo, y Matt, quien estaba balanceándose de lado a lado porque estaba colgando de un árbol debido a que cayó en una trampa que agarro su pie, grito: "¡Ey! ¿Cuando me morí y cuando se volvió loco el mundo para que tú seas su mejor amigo? ¡Ese soy yo! ¡Impostor!"
 
En ese fic, ya cerca del final, La Muerte y Vida les ofrecen a Mello y a Near ser uno de ellos, serían inmortales y podrían estar por siempre juntos, siendo poderosos, con habilidades increíbles, pero Mello y Near lo rechazaron, primero querían vivir como humanos, junto a sus amigos. Y bueno, cuando vuelven a la tierra, Near es despertado por sus lacayos, notando que Near se encontraba llorando, y luego de eso Near no tiene ni un recuerdo de lo que pasó, pero sintio que tenía que encontrar a alguien. Decide salir y va caminando solo, por las calles, simplemente pensando en que era esa sensación que sentía, como ansiedad, algo fuerte recorriendo su cuerpo... Luego escucha una voz y su corazón se acelera precipitadamente. Mira hacia esa dirección y ve a un chico rubio de hermosos ojos azules. Inmediatamente sus ojos se llenan de lágrimas y solo sigue su instinto, corriendo hacia él y lazandose a sus brazos. Ese chico era Mello, quien no sabía que pedo y solo termino de pompis en el suelo con Near abrazándolo. Matt estaba con él, que miraba a su amigo con una sonrisa burlona, diciendo: "wow, Mello, traes locos incluso a los hombres, ese es mi amigo". Y pasa una escena pero luego los tres recuerdan todo y van a buscar a Misa, quien también logro tener una segunda oportunidad. Matt es quien la hace recordar, agarrándola del rostro y juntando sus frentes, diciéndole que él la considera una chica fuerte, inteligente y capaz de lograr grandes cosas, y que por eso y más, la ama. Misa llora y ambos se abrazan. Y luego los cuatro van corriendo a buscar a L y a Light, quienes estaban trabajando juntos en un supermercado. Misa menciona lo atractivos que se ven con el uniforme de trabajo y matt la mira como si fuera una promiscua infiel. Misa lo mira y le dice que para ella nadie es más guapo que él. Near objeta diciendo que Mello es el más guapo. Mello y matt observarian a sus respectivas parejas con una gotita de sudor resbalando por sus frentes porque comenzaron a discutir sobre quién era más sexy, y luego Mello y Matt tratarian de calmarlos, con Matt diciendo que no pueden pelearse por semejante estupidez, y Mello estando de acuerdo, diciendo que era más que obvio que él es el más atractivo de todos. Y luego terminan peleándose los cuatro, haciendo un desastre y llamando la atención de Light y L. Hay un reencuentro muy emotivo. Y así, luego están los seis reunidos y aparecen Ryuk, Rem y Sidoh, quienes vienen a decirles que el rey Shinigami lanzo seis libretas por el mundo, los seis planean trabajar juntos y luego piensan que se deberían dividir por parejas, Matt se muestra algo dudoso y opina que debería ser por suerte, misa se molesta y dice que elige a L y que se trague esa, y L está todo deprimido por eso, Mello se burla y Matt le dice: "No pasará ni un día y tú ya vas a discutir con Near". Mello dice que no y Near lo piensa, creyendo que puede ser verdad ya que Near es paciente con los resultados y Mello no, no le gusta quedarse quieto, y además y lo más importante es que en vez de estar trabajando, Near solo va a querer comérselo a besos y encerrarse en una habitación con él. Y Near piensa que necesita a alguien fácil de controlar como su títere, por eso pide a Misa. Mello lo mira todo ofendido y dice: "¿Por qué me cambias por Misa? ¿Es por qué es rubia? Te recuerdo que yo también soy rubio, bebé!" Y L también piensa que no podrá trabajar bien con Light, así que dice que Mello y Light podrían trabajar bien juntos. Ambos chicos mencionados se miran con desagrado y se rehúsan completamente. Entonces al final se van por pareja. Mello y Near se irán a Rusia. Matt y Misa a Estados Unidos. L y Light a Japón. Y así, cada uno con un Shinigami, y Rem dice que protegerá con su vida a Misa, y Misa la mira y le dice que eso ya no será necesario porque ella no piensa hace que alguien más se sacrifique por ella. Ese fic era de Meronia, Lawlight y MattMisa. Y no cuento el relleno porque definitivamente lo volveré a escribir... No ahora, pero más adelante... 
 
Veamos que más perdí... dos fics de terror que iba a subir en halloween, uno era de Mello yendo con su familia a visitar a su abuela que vive lejos, fueron en auto y decidieron quedarse a descansar en una pequeña casa, y ahí Mello conoce a un pequeño niño albino que no hablaba. Y no digo más nada porque si tengo deseos fuertes de volver a escribir eso jsjsjsjsjs 
 
También perdí una historia de San Valentín y también perdí la continuación del fic de Prohibido, en dónde por cierto había una escena caliente en el auto entre Mello y Near mientras L y Light compraban en el supermercado (? Les diré ya el final de ese fic, bueno, como resolvieron el problema. Resulta que nosotros sabemos que no son hermanos, pero ellos (Mello, Near, sus padres, todos) no lo saben, y más adelante Takada, la tía castrosa qué nadie quiere, los hubiera descubierto desnudos en la cama (imaginen la escena, Mello apoyando la espalda en la cabecera de la cama, Near encima suyo, sentado sobre su erección, ambos comiéndose la boca, estando en su mundo, y de repente ¡BAN! Takada aparece inesperadamente), y bueno, hace todo un escándalo y saca a Near de la cama de un tirón de su muñeca, discuten, hay gritos, Takada golpea fuertemente a Near en la mejilla por creer que se puso a seducir a su hermano, Mello se enoja, la saca a la fuerza, ambos planean irse y lo hacen. Cuestión, Near está embarazado, esperando un hijo de Mello, y Near estaba yendo a comprar facturas. Takada se encuentra con Near y ve su estómago, se enoja y planea llevarlo a la fuerza a abortar. En el hospital, Near escapa y se encuentra con Misa, quien es enfermera en ese lugar, ella lo ayuda y bueno, lo invita a su casa y lo defiende de Takada. En ese lugar Misa le deja llamar a Mello, y de paso le presenta a su esposo Matt. Y Mello llega y Misa siente algo al verlo, y quiere ayudarlos. Deja que Mello y Near se queden en el cuarto de su hijo. Su hijo es A, quien estaba estudiando y se mudo con su novio Beyond. Y aquí entra lo curioso jsjsjsjs Mello y A nacieron el mismo día :D y cuando ven la foto de A... ¿adivinen a quien se parece mucho? :3 y resulta que en el hospital hubo un error y el hijo de L y Light era A! Y Mello era hijo de Matt y Misa :3 y les juro que no fue fácil averiguarlo jsjsjsjs mínimo hubiera tomado cinco capítulos xD y como me siento culpable por haber hecho malos padres a L y a Light, pues está era mi manera de mostrarles como creo yo que ellos serían de padres, porque para mí Light sería una linda y buena madre!! Y L sería un padre genial, súper atento y bueno! Y discutirían pero de manera divertida y dulce jsjsjs cómo por ejemplo, L quiere darles de cenar un pastel a sus hijos y Light tipo: "¡No, L, malo!" Light es quien hace comida saludable :3 sería súper linda y bonita su relación pero todo se me borró T.T
 
Y perdí un fic en dónde Mello perdía la memoria y pensaba que Near era su amigo, Near no lo niega y se queda fascinado por la compañía del rubio, haciendo todo lo posible para que no recupere su memoria (ya saben, cuando alguien conoce lo que es la calidez, es imposible que lo deje ir), ambos comparten cuartos y Near lo seduce, terminando durmiendo juntos, se hacen pareja y Near es feliz, pero luego escucha una conversación entre Roger y Watari, que se sienten preocupados porque Mello no está interesado en ser el sucesor de L y más bien se le nota en las nubes, como si estuviera enamorado, y por eso piensan que Mello debería volver a conocer a L, ya que ese fue el motivo por el cual Mello quería ser su sucesor, porque quedó impresionado con él y se volvió su ídolo. Near se enoja y planea irse de ese orfanato antes de que L llegue. Hace todo un teatro y le llora a Mello, convenciendo a Mello con el poder de un rostro lloroso y ojos acongojados de un uke (?, él simplemente acepta a la idea de Near de irse y eso sucede, se van y Near mira hacia atrás con una sonrisa triunfante y diabólica, feliz de lograr irse y tener a Mello solo para él. Y así termina. Perooo! Estamos hablando de Mello, él no tiene ni un pelo de tonto, la verdad es que él ya había recuperado la memoria xD pero le gustó estar con Near y le seguía el juego uwu tan lindos los dos jsjsjsjs y Mello también sonríe mientras entrelaza sus dedos con los de Near. Y fin. 
 
Perdí más y estaba súper deprimida, pero recobre el ánimo gracias a mis amigos y a personas que no conozco pero que fueron muy dulces :'3 y bien dicen que cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana (? Tuve nuevas ideas para fics~ jsjsjsjs 
 
Y ya terminó, solamente quiero decirles algo más, que si ustedes aman al Meronia como lo amo yo y les disgusta ver fics de otras parejas que les sale, hagan lo que hagan no lo lean, simplemente ignorenlo, no le den importancia a esos fics. Si lo leen, van a querer dejar comentarios de odio porque les disgustara ver cómo hacen actuar a sus personajes favoritos y la historia en si, ¿y saben algo? Solo harán que esas personas quieran escribir más. Así que simplemente no le den importancia y eviten llenarse de odio. Sé que será difícil para muchas pero solo concentrense en lo que les gusta, muestren su apoyo a esos hermosos fics que aman e ignoren lo demás. Y en lo único que deben pensar es que no importa lo que las demás escriban y digan, el Meronia si tiene OBVIAS pruebas de ser canon, y no importa si algunos se burlan de lo que Near escribió detrás de la foto de Mello, o si piensan que otras parejas son mejores, nada quitara el hecho de que la única persona a la cual quiere Near es SOLAMENTE MELLO. Y de parte de Mello también se nota algo más, solo que su complejo de inferioridad no le deja ver lo obvio, pero si dejara eso de lado vería que también quiere a Near. 
 
¿Por qué digo esto? Porque sucedió algo ;o; muchas cosas en realidad, pero miren... el comentario de alguien me hizo enojar cuando dijo: "Near escribió el nombre de tal fulanito... blabla" se ve que le cuesta decirlo porque le molesta aceptarlo, su nombre es MELLO. Puedo aceptar que me quieran discutir los sentimientos de Mello, pero los de Near... ¡Por favor! Le pese a quien le pese, lo de Near es bastante evidente. Y a mí me pareció bastante lindo como Near sonrie de una forma que se me hizo muy sincera, sintiendose divertido por la usual competencia que siempre tiene con su querido Mello, ambos diciendo el nombre del otro a la vez :'3 muy lindo, los amooo u///u y no fue una sonrisa oscura! Y es por eso que me vale lo que digan los demás, el Meronia es canon (inserte un enorme corazón aquí) 
 
Y había fans de otras parejas que estaban diciendo cosas feas del Meronia :'c y me sentí mal por una chica que se estaba enfrentando a esas tres, yo quería ayudarla pero no lo hice porque.. No tenía una cuenta en ese sitio y yo no sé inglés :D (inserte corazón roto aquí) y usaría el traductor pero no confío tanto en eso y probablemente termine diciendo cosas que ofendan a todas y mejor no me arriesgo Dx y dios, les juro que soy una persona muy paciente y odio las discusiones y las peleas pero... Si las tuviera enfrente les aseguro que aunque yo mida un 1.60 y ellas más, aún así yo me les tiro encima y ya verían lo que les pasa grrr (? 
 
Pero ya verán, Meronia crecerá, seremos más quienes hagamos crecer esa preciosa pareja! Y que no intenten detenernos porque no pararemos! Demostraremos que es la mejor pareja de todo el anime de DN uwu junto al Lawlight~ 
 
¿Y saben algo? Que vivan los fics dulces y bonitos, esos si me encantan, esos si me fascinan y están geniales. Y esos están grabados en mi corazón. No los fanfics turbios que están saliendo actualmente. 
 
Y que todas las demás se metan su veneno por dónde no les da el sol (hablo de las que shippean a una pareja y hablan mal de las demás. Las otras están bien. Pero jamás seremos amigas. Es una relación como las multishipper y yo, que somos enemigas juradas *mira el horizonte como un héroe que ha tenido muchas batallas* (? Me dejó de estupideces jsjsjsjsjs pero no me gustan las multishipper, y tampoco las que dicen amar a una pareja pero sin embargo escriben de alguno de ellos con otro personaje (? Cuando amo algo de forma muy seria, o es todo o no es nada eweU intento ser de pensamiento más libre pero es imposible :'D igual no me meto con ellas, cada quien con su pedo, pero si hablan mal de alguna de mis parejas favoritas, agarrense (? 
 
Y voy a aprender a dibujar, de manera lenta pero lo hare, porque quiero hacer muchos dibujos de Mello y Near, preciosos, dibujos que superen al de todas esas que dijeron su basura de mi pareja favorita! Sacaron al tigre que llevo dentro! (? Pero más que nada lo hare porque quiero colaborar en lo que pueda u.u escribir, dibujar, y más si puedo. 
 
Y mejor hasta aquí lo dejo, lo demás que quería decir lo pondré en el fic que pienso subir mañana :3 
 

Notas del capitulo:

Quiero agradecer a mi bella Kari, por ser una gran amiga y prometerme que escribiría fics dulces de Mello y Near n//n, a Santi por ser un gran amigo y consolarme con helado jsjsjs, a Huesitos por hacerme reír siempre (la amo), a Fran por ser un buen amigo que me distrajo con otras cosas y así dejar de pensar en eso jsjsjsjs, a CieloCaido por sus palabras de consuelo, a Valeria, Fátima, y las demás que hicieron que tuviera deseos de volver a escribir :'3 a mi panquecito por ser como un ángel que hace que ame más al Meronia y también a Xime-Celee por leerme anónimamente por aquí y seguirme por Wattpad jsjsjsjs gracias, linda :3 y me hiciste notar que fue una mala idea pedir opiniones por aquí cuando no se puede comentar sin cuenta eweU uuh, descuiden, subiré todo por Fanfiction y ahí podrán decir lo que gusten, si algo no les termina por convencer y creen que sería mejor de otra manera, solo diganlo y yo haré lo que pueda u.u lean mi perfil, ahí está explicado todo por si no entienden de que habla está loca (se apunta con los dedos) y nada, ya los dejo leer~

¡Ah! ¡Death note no me pertenece! 

 

By My Side.

 

—¡Mello! ¡Lo pateaste muy lejos! —se quejó un niño de cabellos rojos, quien había sido el que había ido a buscar la pelota más de dos veces y ya estaba cansado de andar de aquí para allá.

 

—¡Tranquilo, iré a buscarlo yo! —grito el rubio mientras ya iba corriendo para buscar la pelota que se perdió entre los árboles. 

 

Estaba mirando por los alrededores cuando escucho unos sollozos débiles venir de lo más profundo del bosque. Se acercó con cautela hacia aquel lugar en dónde se escuchaban esos ruiditos, encontrándose con un pequeño niño sentado en el suelo, abrazando sus piernas mientras tenía el rostro hundido entre sus rodillas. Pudo notar como su cuerpo se sacudía de manera leve, evidenciando que estaba llorando.

 

—Oye, niño… ¿Por qué lloras? —preguntó ligeramente preocupado, avanzando hasta quedar frente a él, arrodillándose sobre el suelo de tierra sin importarle si se ensuciaba.

 

El otro se encogió más, guardando silencio abruptamente.

 

—¿Estás bien? —volvió a preguntar Mello con suavidad ante su silencio —. ¿Te lastimaste? ¿Te duele algo? 

 

El niño de cabello rizado y nevado levantó el rostro de manera lenta.

 

Mello se quedó sorprendido, ese diminuto niño tenía los ojos más hermosos que alguna vez haya visto en su vida; eran grandes, grises como un cielo tormentoso, y lucían brillosos, con pequeñas gotitas cristalinas resbalando por sus mejillas rojas. El niño era pálido, sus labios finos y rosados; más su esponjoso, suave y desordenado cabello blanco que enmarcaba muy bien su rostro infantil… lo hacían parecer un ángel.

 

Era demasiado hermoso, tanto que le dejó sin habla y embelesado con él, sin poder quitarle los ojos de encima. 

 

El niño no habló, sólo soltaba gimoteos tristes. 

 

Mello se angustió cuando aquel niño muy lindo arrugó ligeramente el rostro con dolor. Recorrió con sus ojos azules todo el cuerpo de él buscando algo, un motivo por el cual lloraba, y lo vio, un abultamiento en forma de medio huevo de color morado en su tobillo. 

 

—Tranquilo… —dijo Mello, agarrando con cuidado su pequeño pie, observando que tan mal se encontraba. El niño estaba descalzo, las plantas de sus pies se encontraban manchadas de tierra y suciedad —. No es algo tan grave… —Mello recordó que él solía lastimarse mucho peor y solo bastaba dos días para que estuviera como nuevo.

 

—¿Q-quién…? —intentó hablar el niño, con un poco de miedo, limpiándose las lágrimas que no le dejaban ver bien. 

 

Mello levantó la mirada del pequeño pie hasta toparse con los grisáceos orbes del chico. 

 

El corazón de Nate latió con fuerza, quedándose hipnotizado por los ojos como océanos del chico rubio. 

 

—Oh, perdona, no me presenté —se disculpó con una pequeña sonrisa nerviosa al ser observado tan atentamente por el niño de cabellos blancos como azúcar —. Me llamo Mihael, pero mis amigos me dicen Mello —dijo amablemente —, ¿y tú cómo te llamas?

 

—Nate… —contestó con una voz tan suave y baja que Mello tuvo que esforzarse para lograr entenderlo. 

 

—Nate —repitió algo dudoso, asegurándose de haber escuchado bien. Nate asintió suavemente —. ¿Te gusta que te llamen así o tienes algún apodo que te hayan puesto tus amigos? 

 

Nate bajo la mirada, algo decaído. 

 

—Yo no tengo amigos… —confesó débilmente. 

 

Mello lo miró con incredulidad y luego de unos segundos colocó sus manos en los hombros del diminuto niño, cambiando su mirada a una decidida. 

 

—¡Pues ahora lo tienes! —Nate lo miró y sintió sus cachetes calientes al ver la cálida y bonita sonrisa adornando el bello rostro del rubio —. Me gustaría ser tu amigo, Nate. 

 

Los ojos del niño menor brillaron con emoción y su corazón brincó de felicidad, sintiéndose muy tentado de sonreír. 

 

—¿De verdad? 

 

—¡Si! Y como tu amigo, tendré que pensar en un apodo para ti… —Mello cerro los ojos y se pico la frente con sus dedos, pensando —. Un apodo ideal para alguien tan bonito como tú… 

 

Nate se sonrojo aún más. Nadie nunca le había dicho que era bonito. Por ser albino, los demás niños siempre decían que él se veía bastante siniestro y que su apariencia les asustaba. 

 

—¿De verdad crees que soy bonito? —preguntó tímidamente.

 

—Definitivamente lo eres. Cuando te ví pensé que eras un ángel caído del cielo. 

 

Nate apartó la mirada, apenado y jugando nerviosamente con un mechón de su cabello blanco. 

 

A Mello le gustó ver sus mejillas sonrosadas, se veía incluso más hermoso que antes. 

 

—N-no exageres… 

 

—¡No lo hago! Puede que solo seas una persona al igual que yo, pero con tus bonitos ojos grises, tu esponjoso cabello nevado y tú perfecta y blanca piel de porcelana… estás cerca de parecer un verdadero ángel —Mello sonrió al tener clara una idea y agarró las pequeñas manos del tierno infante entre las suyas —. Encontré el apodo perfecto para ti… —Nate lo miró a través de su flequillo rizado, todavía avergonzado —. Serás… Near, ¿te gusta? 

 

—Near… —el niño pálido susurro su apodo, acostumbrándose a él y gustandole cómo sonaba —. No está mal… —le regaló una sonrisa amable. 

 

Near se veía tan delicado y adorable sonriendo que Mello no pudo evitar querer tenerlo entre sus brazos. Sin pensarlo mucho, envolvió sus brazos alrededor del pequeño niño y lo atrajo a su pecho, abrazándolo con suavidad. 

 

—M-Mello… —tartamudeo el niño de cabellos albinos por la repentina sensación cálida que lo invadió al ser abrazado por el rubio. Su rostro se puso rojo como un tomate bien maduro, sintiéndose muy avergonzado por ese abrazo. No era para nada desagradable, se sentía tan bien que le recorrió un intenso hormigueo por todo su cuerpo, haciéndolo estremecer suavemente.

 

—¿No te gusta que te abracen? —preguntó en voz suave entre los cabellos del niño que tenía abrazado, oliendo el delicado aroma de sus rizos blancos como nieve. 

 

—N-no es eso, solamente… fue repentino —habló con timidez, envolviendo lentamente sus propios brazos en la pequeña cintura del rubio, acercándolo más a su cuerpo. 

 

Estuvieron un largo tiempo abrazados, hasta que finalmente se separaron, con mucha lentitud, como si no quisieran hacerlo, como si no desearan alejarse del calor del otro. 

 

Al ya estar a una cierta distancia apartados, compartieron una tímida y pequeña sonrisa, y Mello se acercó a besar suavemente la mejilla del niño. 

 

Los pómulos de Near se encendieron violentamente y tuvo que morderse el labio para no suplicarle por otro. 

 

Mello revolvió su cabello albino cariñosamente y le pidió que lo esperara, que tenía que ir a hacer algo rápidamente y luego volvería por él para llevarlo a su casa. Near solo lo miró y asintió débilmente, sin verdaderos ánimos de dejarlo ir. 

 

El chico mayor se incorporó y fue a buscar la pelota olvidada, encontrándola entre unos arbustos. Con la pelota en sus manos, regresó dónde sus amigos a devolverla, y también para decirles que su mamá le envió un mensaje pidiéndole que volviera a casa. Los demás niños se quejaron un poco pero luego se despidieron de Mello, prometiendo que volverían a reunirse mañana. 

 

Mello corrió lo más rápido que pudo hacia donde estaba el pequeño niño de cabellos albinos que le fascinó y gusto, teniendo en mente que le gustaría conocer todo de él y llegar a ser buenos amigos. 

 

Al llegar al lugar donde lo dejó, observó que ya lucía mucho mejor, menos alterado, sólo quedando un rastro de lágrimas ya secas en sus mejillas sonrojadas.

 

Near lo miró y Mello simplemente se acercó a él, dándole la espalda y apoyando una rodilla en el suelo.

 

—Sube —dijo Mello, pretendiendo llevarlo a caballito. 

 

Una pequeña sonrisa adornó el rostro de Near y, aún sumido en su clara timidez, se subió con cuidado, abrazándose al cuello del chico mayor y dejando que Mello lo sujetará de sus delgadas piernas. 

 

En el camino, Near no pudo evitar olfatear suavemente las hebras sedosas y doradas del chico, quedando maravillado por su dulce aroma a manzanas. 

 

Mello siguió las indicaciones de Near y llegaron en corto tiempo a su casa, siendo recibidos por la abuela del chico, quien los dejó pasar y se encargó de vendar el pie de su nieto mientras Near le contaba lo que sucedió. La abuela le agradeció a Mello de todo corazón por ayudar a su nieto y lo invitó a quedarse a comer. 

 

A la abuela le agrado Mello, se encariño rápidamente con él y no pudo evitar pellizcar cariñosamente sus mejillas. Mello solo sonrió incómodo y Near arrugó ligeramente el rostro, sintiendo algo extraño en su interior al ver que alguien tocaba a su amigo.

 

Mello se quedó en casa de Near hasta que oscureció, jugando entre los tres a diversos juegos de mesa. Cuando llegaron los padres del niño albino, y la abuela les explicó brevemente la situación, a ellos no les pareció que se volviera solo tan de noche y por eso lo dejaron quedarse a dormir. Mello llamó a su casa y les dijo a sus padres que pasaría la noche en la casa de un nuevo amigo, ellos pidieron hablar con los padres de Near y luego de una larga charla, permitieron que su hijo se quedará. 

 

Mello se acostó junto a Near, ya que su cama era lo suficientemente grande para que los dos pudieran estar tranquilamente. Se quedaron toda la noche hablando, Mello le confío todas las travesuras que hizo, y de las cuales sus padres no tenían idea, bajo la promesa de que sería un secreto entre ellos. Y Near le contó sobre cómo se mudo recientemente a ese lugar debido al trabajo de su padre, pero que nunca pudo hacer un amigo, ni dónde vivía anteriormente y tampoco ahora, por eso se sentía sumamente feliz porque Mello fuera su amigo. 

 

Ya por la madrugada la voz de Near fue disminuyendo su volumen hasta que ya no se escuchó nada más de él, quedando plácidamente dormido. 

 

Mello continuó estando despierto. Por algún motivo, no pudo apartar la vista de los rosados labios del dulce niño que estaban ligeramente separados. Los acarició con su pulgar y su cuerpo entero se estremeció por la suavidad de aquellos labios. Se quedó apreciando con fascinación los labios de Near y cada pequeño gesto de ese bello rostro dormido, hasta que el sueño fue más fuerte que su deseo de verlo y terminó durmiendo acostado de lado, cerca del menor.

 

[...]

 

Después de dos días Mello volvió a reunirse con Near. Llevó hamburguesas para compartir con su nuevo amigo y ambos fueron a comer a la casita del árbol del menor. Una vez ahí, comenzaron a comer mientras Mello le contaba muy animado que estuvo haciendo en esos días, con Near escuchando cada palabra con suma atención mientras le sonreía de forma cálida. 

 

Las cosas continuaron así, ambos se reunían por la mañana hasta el anochecer, casi todos los días. Iban más que nada a la casita del árbol del niño de cabellos rizados, en dónde Near le mostraba sus cosas; fotos, juguetes, chucherías que recolectó de sus viajes, y también le contaba las historias de cómo las consiguió. Mello lo escuchaba con fascinación mientras sus bellos ojos azules brillaban encantadoramente. Solían quedarse casi todo el día ahí, solamente bajando a cenar cuando la mamá del niño albino los llamaba. 

 

Con el pasar del tiempo los dos se hicieron muy unidos, y los padres de Near estaban muy contentos de que su único hijo se haya conseguido un amigo que era tan atento y cariñoso con él, además de educado y responsable. 

 

Un día en especial, Near le había mostrado dos muñecos muy bonitos que hizo de ellos mismos. A Mello le gustó su versión en miniatura y decidieron jugar a qué sus personajes paseaban por todo el mundo, recorriendo las construcciones que Near hizo con dados y simulando que tenían súper poderes y que tenían que vencer a unos villanos. 

 

Así fueron pasando cuatro meses, y ya era el inicio de la primavera, en dónde todo se veía más vivo y más hermoso, con pocas nubes y con algunos pájaros coloridos volando por los cielos, entonando maravillosas canciones. 

 

Mello estaba caminando despreocupado hacia la casa de Near, con los brazos cruzados detrás de su cabeza. Near estaba esperándolo debajo de su casa en el árbol y Mello sonrió en cuanto lo vio. Corrió, dejándose caer sobre él y besando su mejilla, provocando que el pequeño albino se sonrojara por el acto. 

 

—¿Eh? —Mello se apartó del niño luego de besarlo, tocando inmediatamente su frente con gesto preocupado —. ¿Tienes fiebre? 

 

Near casi ronronea por la agradable sensación de los dedos fríos del mayor en su frente. 

 

—No, Mello —respondió, aún con sus mejillas sonrojadas.

 

—¿Entonces por qué estás rojo? —preguntó con genuina curiosidad.

 

—Probablemente solo sea por el calor… —mintió, desviando la mirada y jugando con uno de sus rizos blancos. 

 

Mello aceptó esa explicación y apretó la mejilla regordeta del niño por diversión, haciendo que este se quejara débilmente. Mello lo beso otra vez como modo de disculpa y Near se puso aún más rojo. 

 

Aquel día Mello se quedó a dormir otra vez, acostándose junto al chiquillo de apariencia angelical y mirándolo dormir plácidamente, grabando en su memoria cada pequeño detalle del rostro del lindo niño albino. Alargó su mano y tocó suavemente el esponjoso cabello de su ángel.

 

En poco tiempo, Mello llegó a sentir mucho cariño hacia Near; se emocionaba cuando lo veía, le encantaba escuchar su suave voz, y le gustaba mucho verlo sonreír, lo hacía de una forma tan adorable y tierna que por las noches sonreía al recordarlo. Era increíble para él cómo a pesar de tener días pesados y difíciles, solo bastaba ver a Near para que el estrés y el cansancio desaparecieran por completo, siendo reemplazados por una cálida sensación. 

 

Miró como lentamente en el rostro de Near aparecía una sonrisa angelical. 

 

—No cabe duda de que eres la criatura más bella que ví en mi vida, mi hermosa nube blanca… —se acercó al rostro del contrario y besó suavemente su pequeña nariz. 

 

El más joven seguía con los ojos cerrados, inconscientemente acurrucandose más cerca del chico mayor mientras dormía tranquilamente. Mello acaricia su suave mejilla, con mucho cuidado y gentileza, acercándose un poco para besarle en los labios, apenas un roce inocente. 

 

—Que duermas bien, mi ángel. 

 

[...]

 

Actualmente, ya a finales del año, Mello y Near se habían vuelto inseparables, y no había modo de ver a uno sin el otro. 

 

En esos momentos estaban en la casa del árbol, como de costumbre, Mello estaba acostado en el suelo, de costado, y Near se encontraba cerca suyo, sosteniendo un libro entre sus pequeñas manos mientras leía en voz alta. 

 

Era un libro que le regaló su abuela, un libro de un cuento infantil porque quería que su nieto dejara de leer libros aburridos con puras letras y nada de dibujos. 

 

Al llegar a la parte en dónde el príncipe besaba a la princesa para despertarla de su profundo sueño, Mello lo interrumpió: 

 

—¿La beso? —Near asintió —. Me preguntó cómo se sentirá… Yo nunca me bese con nadie.

 

—Yo tampoco. 

 

—¿Y si es algo increíble? 

 

Near lo pensó.

 

—Es probable —dijo simplemente, cambiando de página para seguir leyendo —. No lo harían si no lo fuera. 

 

Mello miró detenidamente los labios rosas de Near, viendo como se movían con cada palabra que decía. 

 

—Near —el rubio se incorpora y se acerca al otro, interrumpiendo su lectura —, dame un beso…

 

Inmediatamente las mejillas del albino se tornaron rojizas ante esas palabras, y volteo a ver sorprendido al rubio, abriendo su boquita en clara sorpresa. 

 

—¿U-un beso? —tartamudeo apenado y muy sonrojado. 

 

—Si —hablo firme el rubio, no apartando su intensa mirada azulada de él. 

 

Near se quedó en silencio, haciendo una breve pausa mientras pensaba si estaría bien acceder a la petición de Mello. Luego de meditarlo se dió cuenta de que Mello podría estarse refiriendo a un beso en la mejilla. 

 

Con ese pensamiento en mente, Near se acercó a Mello tímidamente.

 

—Está bien —se aproximó para besar la mejilla del chico pero este lo detuvo. 

 

—Un beso en los labios, Near —aclaró. 

 

Ahora Near se sonrojo hasta las orejas, poniéndose nervioso. 

 

—¿P-por qué? 

 

—Simplemente para saber si es agradable —el de ojos azules habló con aparente tranquilidad, alzando los hombros —. Está bien si dices que no. 

 

Near se mordió el labio, apretando sus rodillas con las manos. ¿Estaría haciendo algo malo si aceptaba? Pero si en aquel cuento lo hacían, entonces no creía que fuera malo. 

 

—Pero solo uno —exclamó Near observando al contrario con una clara vergüenza instalada en sus pómulos. 

 

Mello lo miró con ternura y con una sonrisa plasmada en sus labios, agarrando al menor de las manos. 

 

—Solo uno —repitió el rubio, cerrando los ojos para darle más confianza al menor de hacerlo, simplemente esperando pacientemente el beso. 

 

El frágil chico respiró profundo y se acercó más al otro, con sus mejillas ardiendo en vergüenza fue bajando los párpados mientras estiraba el cuello para llegar a los labios del chico rubio. 

 

Los labios finos y suaves de Near tocaron los de Mello, de manera delicada y amorosa, sintiéndose como una tierna caricia de una suave pluma. 

 

Mello sintió un millar de emociones dentro suyo al sentir los labios cálidos, rellenos y suaves del pequeño. Le gustó la suavidad y el sabor de los labios de Near. Lo mismo pasaba con el niño más pequeño, obteniendo como resultado que un color escarlata tiñera sus mejillas usualmente lechosas.

 

Near aferró sus manos temblorosas al jersey color gris del chico mayor, presionando los labios con más firmeza contra los de él, cerrando los ojos con más fuerza y concentrándose en los labios del chico y en el calor que sentía en su vientre al besarlo. 

 

Permanecieron con los labios juntos por unos minutos, saboreando los labios del contrario.

 

Ambos estaban con las mejillas sonrojadas y sus corazones palpitando en sincronía, moviendo delicadamente los labios y temblando por los fuertes sentimientos que atacaban todo su ser.

 

Fue Near quien se separó del otro al advertir que terminaría desmayándose por el mar de emociones que lo estaban atacando en ese preciso momento. 

 

Mello abrió los ojos y sonrió, mirando con mucho cariño y dulzura al diminuto albino que estaba a tan solo unos pocos centímetros alejado de él, en un estado de nerviosismo total y con sus mejillas aún encendidas de rojo carmesí. 

 

—¡Es tan suave y sabe a vainilla! —exclamó Mello, emocionado. 

 

—¡Aaaah! —Near se cubrió el rostro avergonzado. 

 

Mello agarró delicadamente las pequeñas manos del tierno infante y las alejó de su rostro, llevando su propia mano a la carita sonrojada de Near, apreciando de cerca lo bonito de sus ojos grises, sus largas pestañas, sus finas cejas, su pequeña nariz respingona, y esos tentadores labios rosados que tuvo la fortuna de probar. 

 

—Tus labios se sintieron muy bien, Near —dijo mientras llevaba su pulgar a los labios del más pequeño y los acariciaba. 

 

—Silencio, por favor —pidió Near en su usual tono suave, evitando hacer contacto visual con el rubio, completamente apenado. 

 

—¿Me quieres decir que no lo disfrutaste?

 

Near respiró profundo, intentando tranquilizarse y detener el hormigueo que sentía en su estómago. 

 

—No dije eso —Near bajó la mirada a su regazo y jugó con sus manos —. Si me gustó. 

 

Mello sonrió con satisfacción y se agachó hacia el rostro del niño para rozar débilmente sus labios con los suyos. 

 

—Para mi fue algo increíble… ¿Podemos hacerlo otra vez? 

 

Las suaves mejillas del niño volvieron a teñirse de un rojo intenso y su corazón se encontraba latiendo con más rapidez.

 

Se apartó un poco de Mello y luego de un momento, asintió débilmente. Quería volver a besar a Mello. Realmente quería. 

 

—Si —hablo en voz baja, con una tierna sonrisa y todavía sonrojado. 

 

Mello lo agarró de su delicado mentón y le hizo alzar el rostro, rozando gentilmente sus labios contra los suyos, ambos mirándose fijamente con los ojos entrecerrados, como preguntándose si estaba bien continuar.

 

No dudaron más, los dos se acercaron de nueva cuenta, fusionando sus labios al mismo tiempo, solo que está vez se besaron con más fuerza y pasión. Abrieron sus labios y Mello deslizó lentamente su lengua en la boca de Near, quien jadeó suavemente y movió su rosada y húmeda lengua para que tocará la de Mello. 

 

Ambos se abrazaron, recorriendo el cuerpo del contrario con manos ansiosas, explorando y arrugando la ropa. Sus lenguas bailaban mientras Mello iba acostando a Near sobre el piso, subiéndose encima suyo, con sus piernas a cada lado de la cadera del niño. Near gimió contra su boca al sentir la presión en sus caderas. 

 

Se alejaron para tomar aire, pero luego de unos segundos volvieron a juntar sus labios con más entusiasmo, disfrutando del sabor del otro. 

 

El cabello de Mello le hacía cosquillas a Near, quien lo agarró de sus mejillas para acercarlo aún más y besarlo con más fuerza. 

 

—Me siento caliente —habló repentinamente Mello contra sus labios, apartándose un poco para tomar una bocanada de aire —. Quisiera hacer más… ¿Tal vez tocarnos un poco?

 

Near lo miró curioso, con su respiración acelerada y el cabello revuelto. 

 

—Pero nos estamos tocando —hizo notar con una tierna mueca de confusión. 

 

—Lo sé, pero… ¿Y si lo hacemos sin ropa? 

 

Near ensancho los ojos, sorprendido, y sus mejillas se sonrojaron. 

 

—B-bueno… —avergonzado aún el menor desvió su mirada, observando con atención el piso como si fuera lo más interesante del mundo mientras pensaba —. E-esta bien —finalmente aceptó la propuesta de Mello, del chico que habitaba hasta en sus sueños, del chico por el cual sintió algo fuerte desde el momento que lo conoció. 

 

La mirada de Mello se oscureció de placer y atrajo a Near de sus mejillas para darle otro beso, uno dulce y lento, para no asustarlo. 

 

Mello se apartó despacio del chico luego de sellar sus labios en otro corto y suave beso. 

 

Se quitó de encima del niño, y en su perfecto rostro apareció una media sonrisa ladina, comenzando a llevar las manos a su jersey, quitandosela y también sus demás prendas de vestir. 

 

Near se puso nervioso y tímido, y fue también quitándose la ropa, con sus mejillas levemente sonrosadas. Mello lo observaba de reojo con la pupila dilatada, sintiendo su corazón palpitar velozmente al ver la suavidad con la cual Near se sacaba la ropa. Era tan lindo y a la vez excitante verlo desnudarse frente a él con movimientos lentos y sus mejillas sonrojadas. 

 

Cuando estuvieron completamente desnudos, Mello paseo su mirada por la anatomía desnuda de Near, quedándose maravillado por la nivea y algo rosada piel de su niño, sus ligeras curvas y lo frágil que se veía ahí parado, jugando con su cabello delicadamente, totalmente cohibido, sin mirarlo. 

 

Mello se acercó al tímido muchacho y lentamente deslizó sus manos por la piel aterciopelada de Near que tanto le gustaba, bajando despacio hasta sus caderas y acercándolo a su cuerpo desnudo. 

 

Near jadeo con sorpresa al sentir algo duro y caliente contra su vientre. Miró sorprendido hacia Mello y este solamente lo beso en los labios, invadiendo su boca con una lengua traviesa que recorría su cavidad y que buscaba encontrarse con la suya. 

 

Un dulce cosquilleo hizo posesión del cuerpo de Near y su corazón palpitó con fuerza, respondiendo al beso del chico mayor con la misma intensidad. 

 

Era una sensación increíble. 

 

Ser besado así, tan deliciosamente, estaba haciéndole perder la cordura. 

 

Lentamente Near fue envolviendo el cuello de Mello con sus brazos. Sus mejillas encendiéndose aún más mientras lo acercaba más hacia sí, amando el contacto del cuerpo desnudo de Mello contra el suyo. Lo sabía. Sabía que lo único que quería era tener a Mello, aquel chico de ojos color cielo que le robó el sueño. No quería nada más que eso… que Mello siguiera besándolo y tocándolo. 

 

La emoción que sentían ambos se intensificaba, y sus respiraciones iban siendo cada vez más rápidas, besándose con voracidad, tomando pequeñas pausas para respirar y luego volviendo a unir sus labios con desesperación. 

 

—Mmgh… —Mello corto el beso, alejándose un poco del tierno niño para mirar hacia abajo. 

 

Near, intentando controlar su respiración, también miró hacia donde Mello lo hacía. 

 

Los orbes grisáceos se abrieron más de lo normal y su boca se había abierto levemente por la impresión de ver el hinchado pene del rubio. 

 

Mello estaba muy bien dotado, de eso no había duda alguna.

 

Sus mejillas se encendieron y el calor en su cuerpo se incrementó. Era como un fuego que iba creciendo cada vez más, haciéndolo arder de completo deseo. 

 

El chico de ojos azules observó en silencio el rostro ruborizado de Near y cómo se mordía el labio nerviosamente. 

 

—¿P-puedo tocarlo? —preguntó Near de imprevisto. 

 

Ahora fue el turno de Mello de sonrojarse, sintiendo la sangre acumularse en sus mejillas. 

 

—Si, puedes hacerlo —hablo con una voz ronca, excitada —. Solamente… —Mello recorrió con su mirada el pequeño lugar y, agarrando de la mano a Near, fue hacia un rincón, tomando asiento en la suave alfombra y soltando la mano del niño —. Así estaremos más cómodos —aclara, separando sus piernas, invitando a Near a hacer lo que quisiera con él. 

 

Near lo mira y se arrodilla, gateando hasta quedar entre las piernas abiertas del chico mayor. Acerca su nívea mano a la extensión de su compañero y toca con cierta timidez su miembro, jadeando al sentir lo aún suave que estaba, pero al darle algunas caricias se fue endureciendo en su mano, haciéndose aún más grande bajo su sorpresiva mirada. 

 

Luciendo asombrado, acaricia el eje y lo mira crecer todavía más. Near mira curioso la gran polla y comienza a acariciarla de arriba a abajo, con fascinación, mientras da un muy leve giro de muñeca por inercia, logrando que Mello gimiera. 

 

Con una sonrisa en sus labios al escucharle, Near se inclina y lame la punta de la erección del contrario. Mello ahora gruñe. 

 

Near levanta la cabeza y lo mira, creyendo que lo lastimó de algún modo. 

 

—L-lo estás haciendo bien, Near, continúa —pidió Mello con una voz ronca y sus mejillas sonrojadas. 

 

Near acercó otra vez su rostro a la endurecida carne de Mello. Conservando su timidez, fue separando sus labios y se metió dentro de la boca la cabeza de la erección del chico, succionando tentativamente mientras sus dos manos se envolvían alrededor de la base, trabajando en él. 

 

—¡Ah, Near! —Mello cerró los ojos fuertemente mientras su cuerpo se estremecía, delirando de placer. 

 

Near continuó con su labor, chupando y consiguiendo meterlo un poco más dentro de su pequeña boca. 

 

Al sacarse el pene de la boca con un ligero chasquido para tomar aire, Near nota una pequeña gota blanquecina en la hendidura. Lo lame con cierta duda y tararea suavemente, el sabor era dulce, agradable, delicioso. 

 

Quería más de aquel sabor. 

 

—Mello… sabes muy bien —exclamó suavemente, relamiéndose los labios. Lo acarició con su mano y salió más de aquel delicioso líquido. 

 

Sus grisáceos ojos se iluminaron de emoción, como si le hubieran regalado lo que más deseaba en el mundo. Agachó la cabeza hacia la pelvis del chico y sus labios se envolvieron nuevamente alrededor de la polla de Mello, chupando y succionando con avidez. 

 

Con el pasar de los segundos, Near agarró más confianza, lamiendo sin detenerse el acalorado sexo del chico, disfrutando mucho de hacerlo. 

 

Olía a limpio, a suavidad y dulzura venir del miembro de Mello… Un aroma ligeramente dulce y acogedor, algo así como almizclado, tal vez. 

 

Near siguió chupándole el miembro y miró con curiosidad a Mello, sus mejillas se sonrojaron aún más al apreciar el rostro enrojecido del mayor, como cerraba fuertemente los ojos y tenía los labios separados, gimiendo mientras echaba la cabeza hacia atrás. 

 

Mello se veía precioso. Con su rostro lleno de placer, todo sudado, despeinado, y hecho un lío de gemidos y jadeos descontrolados.

 

Near se saca el pene de la boca con un plop húmedo, acariciándolo rápidamente y luego volviéndolo a meter dentro, saboreando el líquido preseminal con su corazón acelerándose por el agradable sabor al cual iba volviéndose adicto. 

 

Mello tuvo que morderse los labios para no gritar de placer, la sensación de la caverna caliente del niño se sentía maravillosamente bien, como movía sus jugosos labios por todo el largo de su hinchado pene, el roce y la humedad de su lengua acariciándolo… Todo era perfecto y glorioso. 

 

Near ahueco las mejillas, comenzando a succionar y chupar con más ganas. Mello tuvo que resistir las ganas que tenía de empujar la cabeza de Near más hacia su miembro, no quería ahogarlo, por lo tanto solo dejó sus manos posadas en la nuca del chico.

 

—Aah… Near… 

 

La suave lengua de su angelito hacía maravillas en su pene, tanto que en medio del calor abrumador, movió ligeramente sus caderas contra la cavidad de Near, hundiéndose más en la garganta del niño. El pequeño no se quejó y metió más del erguido pene en su pequeña boca, hasta chocar su nariz contra la pelvis de Mello, chupando cómo podía aquel líquido transparente y dulce.

 

El cuerpo de Mello se sacudió violentamente, emitiendo un gemido más fuerte y ronco. 

 

Near cerró sus párpados mientras iba succionando con más fuerza la cabeza, respirando por su nariz para evitar ahogarse. 

 

Mello miró la caliente escena. Near estaba entre sus piernas extendidas, con la cabeza metida entre sus muslos mientras chupaba su miembro rígido, acariciando con sus delgados deditos blancos sus testículos. Cuando quería descansar la mandíbula se lo sacaba y colocaba su mano sobre el glande del pene, girándola cuidadosamente.

 

Mello solo se dedicaba a gemir bajito mientras sus ojos vidriosos se apartaron de la excitante vista del niño haciéndole una mamada y miraron el trasero descubierto que se balanceaba cada que Near se metía y sacaba más rápido su erección de la boca. Estiró su brazo y apretó una nalga de Near, haciendo que el niño soltara su pene para gemir suavemente. A Mello le recorrió una intensa corriente eléctrica por la columna al ver cómo su fluido traslúcido formaba hebras largas que unían su pene con la boca del niño. 

 

Mello pensó, si su boca se sentía tan bien, ¿que tal si metia su pene en la cavidad anal de su bello ángel? 

 

—N-Near… espera —lo detuvo antes de que el tierno albino volviera a meterse a la boca su hombría. 

 

—¿Ocurre algo? —preguntó con la voz entrecortada, sintiendo su cuerpo en llamas, deseoso de seguir saboreando a Mello. 

 

—Necesito que te acuestes y abras tus piernas —pidió ansiosamente, queriendo tener más de Near, de su adorable y hermoso ángel. 

 

Near arqueo una ceja pero no lo cuestiono, estaba demasiado caliente como para pensar bien. Siguió sus indicaciones y se dejó caer en el suelo, doblando las rodillas y separándolas, en un completo mutismo y con sus mejillas aún adornadas por la vergüenza.

 

El miembro de Mello se puso totalmente duro y palpitante por la excitante vista de su dulce niño completamente desnudo y abierto de piernas para él. Acaricio su erección palpitante y lo frotó contra Near. 

 

Las mejillas de Near se tornaron de un rojo intenso y sufrió un agradable escalofrío recorrer su cuerpo por la acción del rubio. 

 

—¡Mmnh, Mello! 

 

Mello se dió cuenta que el agujerito de Near era muy pequeño para lograr meter su endurecido miembro ahí. Necesitaba abrirlo de algún modo, ¿con sus dedos? 

 

Mello pinchó un dedo en el pequeño orificio del niño más joven y noto una resistencia en ese lugar. Near tuvo que cubrirse sus labios para no dejar escapar un gemido ahogado de estos.

 

El chico mayor también se percató que Near estaba muy seco, lo iba a lastimar si metía su dedo sin antes cubrirlo con algún tipo de lubricante. 

 

Se llevó el dígito a la boca, lamiendolo. 

 

—¿Mello? —llamó acalorado el niño pequeño, pero no pudo decir nada más porque Mello juntó sus labios en un beso necesitado. 

 

Mello aprovechó su distracción y probó otra vez, hundiendo lentamente su dedo mojado de saliva en el culo de Near, más allá de su esfínter. 

 

El pequeño chillo débilmente e instintivamente movió las caderas, sintiéndose ligeramente incómodo por ese dedo enterrado en su interior. 

 

—¿P-por qué…? —preguntó con mucha vergüenza al sentir ese dedo moviéndose dentro suyo —. ¿Qué está haciendo Mello? 

 

—Preparándote. 

 

—¿Para qué? —se sonrojo con más ferocidad cuando Mello se acostó encima suyo, sintiendo su piel caliente contra la suya y como abría sus piernas agresivamente con su mano libre. 

 

—Para que nos volvamos uno solo —su voz salió ronca por lo excitado que se encontraba, clavando su dedo más profundo. 

 

Near dejó escapar un dulce sonido y cerró los ojos, disfrutando de aquellas increíbles sensaciones que le provocaba Mello. No dijo nada más. Lo que sea que quisiera hacer Mello con él, estaba bien. 

 

—Eres precioso, Near… —dice con adoración al ver a su precioso ángel tan sonrojado, tembloroso y con sus rojos y regordetes labios abiertos; liberando suaves gemidos para él —. Muy hermoso… 

 

Verlo en ese estado lo calentaba en extremo.

 

Al primer dedo le siguió el segundo, buscando expandir a Near lo más rápido que pudiera. 

 

Las piernas de Near temblaron. Llevó sus manos hacia los brazos de Mello y gimió fuerte ante el fuego intenso que se acumulaba en sus entrañas y que se iba esparciendo por el resto de su cuerpo, haciéndole sufrir espasmos de placer. 

 

Mello metió un tercer dedo. 

 

El dolor del estiramiento hizo gritar a Near, pero se calmó bajo los toques de Mello y sus caricias. 

 

Las palabras estaban de más. Solo se escuchaban sus respiraciones cada vez más agitadas y un suave sonido húmedo, junto a los ocasionales gemidos tímidos y pequeños suspiros acalorados por parte del niño albino. 

 

Compartieron otro beso, Mello acariciando su lengua con la de Near, clavando sus dedos más profundamente dentro del dulce chico. 

 

Near gemía entrecortadamente mientras Mello preparaba su entrada, acariciando sus paredes y moviendo los dedos más deprisa. 

 

De repente un sonoro gemido se escuchó del niño de cabellos albinos, arqueando inmediatamente su espalda y estremeciéndose violentamente. 

 

—¡Mello! —chillo su nombre, en un estado de satisfacción total cuando el chico tocó un lugar dentro suyo que lo hizo vibrar de puro éxtasis —. ¡Hazlo otra vez! 

 

Mello lo obedeció y Near volvió a temblar adorablemente. 

 

—¡Ah! —los brazos de Near envuelven el cuello del chico encima suyo, sintiendo más calor —. Se siente bien… muy bien… ¡Nh! 

 

Con una sonrisa, el rubio beso su mejilla sonrojada y le susurro palabras tiernas y dulces en el oído, meciéndose ligeramente contra él. Near dejó escapar un gemido ahogado al sentir el roce entre sus sexos. Se miraron y el corazón de Mello se aceleró al ver los ojos repletos de ternura y deseo del pequeño. Se inclinó hacia él, besándolo suavemente, acariciando sus labios con dulzura y gentileza, como si fuera su más preciado tesoro.

 

—Aaah… mnh… nnh…

 

La temperatura dentro de ese cuarto iba creciendo, haciéndolos sentir mucho más calor. 

 

Mello no tardó en profundizar el beso, introduciendo su lengua y reclamando la de Near, besándolo con desesperación y ganas. Near correspondía como podía, abrazando más fuerte al rubio. 

 

Ambos estaban perdidos entre una niebla de placer, gozando de algo nuevo que los hacía sentir increíbles y poderosos. 

 

Near rompe el beso y libera un gemido de necesidad cuando el chico encima suyo quita los dedos de su interior, dejándolo vacío. Near lo mira con sus mejillas levemente inflamadas en molestia y Mello sonrió. 

 

El de ojos azules se incorpora, sentándose sobre sus rodillas y tirando de la pequeña cintura del niño albino hacia abajo, más cerca suyo. Near instintivamente abre aún más sus delgadas piernas, dejando a Mello entre ellas. 

 

Mello acaricia su virilidad y gime, forzándose a detenerse y luego guiar su hinchada longitud a la virgen y rosada entrada del niño, se dió una última caricia y un apretón y luego apoyo la cabeza de su sexo contra el mas joven. Near lo mira con los ojos entrecerrados, ansioso, moviéndose ligeramente mientras su corazón palpitaba con fuerza. 

 

Mello se acostó sobre su cuerpo otra vez y solamente comenzó a frotar su erección contra la parte íntima del niño. Ambos se aferraron al cuerpo del otro y mantuvieron la mirada conectada entre sí, soltando pequeños suspiros calientes y leves gemidos por la deliciosa fricción entre sus pieles desnudas. 

 

Mello simuló una embestida y Near soltó un pequeño gemido, temblando en los brazos del chico mayor. 

 

En medio de su delirio de lujuria, Mello escucho como el padre de Near llegaba a casa. Podía imaginarlo, él entrando y siendo recibido por su esposa, saludaría a la tierna abuelita mientras preguntaba dónde estaba su hijo, y su esposa le diría que estaba jugando con su amigo, como siempre, que no se preocupara. 

 

Mello se detuvo en sus caricias, vacilante. Quería follarse a Near, se moría de ganas de hacerlo, pero ¿estaría bien? 

 

Mello se mordió el labio, sin saber si avanzar o parar con todo eso.

 

—Mello… —el dulce llamado de su ángel lo hizo concentrarse nuevamente en él, en el calor de su cuerpo y en las suaves caricias de sus pequeñas manos —, te quiero dentro, por favor… —hablo el más joven con decisión y anhelo. Llegó a comprender lo que estaba por suceder y no quería detenerse por nada del mundo. Deseaba entregarle su primera vez a Mello. Su primera vez y las que siguieran. Quería ser suyo. Solo suyo. Sentía que moriría si no lo hacía —. H-hazlo… por favor… 

 

Near levantó la cadera, intentando alcanzar la hombría de Mello, con sus pómulos sonrojados y con una mirada nublada de absoluto deseo y amor. 

 

El niño de cabellos rubios no pudo resistirse más y se zambulló en Near, abriéndose paso con cuidado en el agujero rosado y virgen, temblando por la deliciosa tensión y soltando un gemido gutural por lo apretado que estaba el pequeño albino. 

 

Near sintió que se derretía entre los brazos de Mello, teniendo que cerrar fuertemente sus ojos mientras lo sentía deslizarse por su recto. 

 

—Ah, ah… ngh… ¡hm!... a-ah… —dulces sonidos salían de la boca del niño más joven, tomando una bocanada de aire cuando sintió la dura verga de Mello llegar a la mitad de su apretado agujero, sintiendo un intenso hormigueo en su barriga, provocando que se sonrojara intensamente. 

 

—¿Puedo seguir? —preguntó Mello en un susurro, lamiendo el cuello de su bello ángel y depositando besos en su mentón.

 

—S-si… —tembló aún más cuando sintió a Mello empujándose en su estrecha caverna hasta chocar sus testículos contra su trasero desnudo, apretándolo contra su cuerpo en un poderoso abrazo — A-ah… ah, ah… Mello… 

 

Estaban conectados. 

 

Sus cuerpos finalmente estaban perfectamente unidos. 

 

Near se perdió en un mar de placer, sonrojándose a más no poder y gimiendo dulcemente. Lo único que podía pensar es que era grande. Mello era grande. Y lo llenaba tan bien. 

 

Duele, pero se siente bien... —pensó Near mientras sentía a Mello chupar su cuello y bajar las manos hasta agarrar su trasero —. D-de verdad lo estoy haciendo con Mello...

 

Un suave tarareó de aprobación se escuchó del más joven cuando Mello salió un poco para luego volver a meter su carne erecta por completo, clavándose profundamente en su interior. 

 

—E-estas muy apretado… —el joven de cabellos rubios apretó la mandíbula, embriagado por la maravillosa sensación del cuerpo de Near apretandolo muy bien. Se sentía como un abrazo cálido y agradablemente húmedo en su pene. Era una sensación bastante confortable y deliciosa. 

 

—Y Mello está muy… ah, caliente… 

 

El chico de ojos azules beso sus labios suaves y Near ronroneo de gusto. 

 

—Eres perfecto, Near… Muy hermoso… 

 

Near sonrió suavemente al escucharlo y eliminó la pequeña brecha que los separaba, reclamando sus labios otra vez. Pronto Near se encontró gimiendo mientras Mello jadeaba y ambos se besaron con ganas, perdiéndose en el sabor dulce del otro, tan dulce como la miel y el dulce de leche. 

 

Mello detuvo el beso y fue chupando el cuello de Near, dejando moretones rojos en esa piel que antes era blanca y libre de marcas. 

 

Near desvió la mirada, sonrojado. Podía sentir el pene de Mello palpitar dentro suyo, y como los labios del chico iban lamiendo y mordiendo su piel cremosa, dejando en su lugar chupetones que le costaría cubrir. 

 

Mello se comenzó a mover, saliendo y entrando con cuidado, sin dejar de repartir besos húmedos por cualquier trozo de piel pálida que estuviera a su alcance.

 

Las manos del chico mayor apretaron con más fuerza el trasero redondo del pequeño albino y deslizó su pene hasta que solo la punta estaba dentro, para luego penetrarlo de golpe, llenándolo otra vez. 

 

Todo el pequeño cuerpo de Near se estremeció adorablemente y su boca se abrió, dejando escapar un sonoro gemido cuando Mello golpeó ese lugar especial en su interior que lo hizo doblar los dedos de sus pies y que su respiración saliera entrecortada. 

 

—Otra vez… por favor, hazlo de nuevo —suplico dulcemente, extendiendo sus piernas para que Mello se acercará más. 

 

Mello volvió a golpear ese punto dulce y Near tiró la cabeza hacia atrás, temblando de gusto cuando Mello tocó su próstata otra vez. 

 

—Si, Mello, si… continúa… 

 

Las mejillas de Mello se adornan de un rosa pálido y esconde su rostro en la curvatura del cuello de Near, inhalando profundamente su delicado aroma. Pronto sus manos abren las mejillas del chico debajo suyo y penetra continuamente ese punto que enloquecía a Near, sumergiéndose más profundamente en él. 

 

—¡Aaaah! ¡Mello! —gimió adorablemente su nombre, en un estado de euforia—. No pares… 

 

Las pestañas de Near revolotean y sus caderas se levantan, aferrándose desesperado a Mello mientras sentía como este comenzaba a moverse más rápido, más fuerte dentro suyo, con su pene frotando su próstata constantemente. 

 

Near hacía más deliciosos ruidos y Mello gruñe, incorporándose y agarrando las pequeñas caderas del niño más joven, tirando de ellas hacia las suyas, clavando más profundo su gruesa polla en el interior de Near. 

 

—¡Ngh!... ah… aah… mnh… ¡Ah!

 

Mello se retira y luego vuelve a embestirlo, hundiéndose con dureza en Near mientras los empujones se iban volviendo más rápidos y desesperados. 

 

—¡Aah, Mello, si! —su cuerpecito se tambaleaba con cada embestida del chico encima suyo, haciéndolo gemir lindamente mientras sentía cada dura arremetida contra su frágil cuerpo. 

 

Mello lo miraba, pensando en lo jodidamente bonito y precioso que se veía Near con sus ojos llorosos y sus mejillas profundamente sonrojadas, gimiendo y maullando su nombre, retorciéndose debajo suyo. 

 

Abrazo la pequeña figura y se apretó contra él, metiéndose aún más profundo en su interior y moviendo más frenéticamente su cadera. Near por poco se desmaya de placer y  envolvió sus piernas alrededor de las caderas de Mello. 

 

—Por favor, por favor… Dame más —rogó dulcemente su precioso ángel, estirando los cabellos rubios entre sus pequeños dedos mientras sus caderas se movían —. N-no soy de cristal… Puedes hacerlo… —gimoteo. 

 

Near se veía incluso más bello. Rogándole con su aterciopelada voz, sus mejillas rojas y sus ojos brillantes. 

 

¿Cómo negarle algo? 

 

El corazón de Mello se acelera al verlo y comienza a penetrarlo cada vez más hondo y más rápido, empujando agresivamente contra él mientras besaba su piel suave.

 

—¡Ah, Mello! ¡Ah, ah, aah! —gimió deliciosamente, con su cuerpo moviéndose con el de Mello. 

 

Near adoro como Mello se mecía sobre él, tocando con cada salvaje embestida un punto en su interior que lo hacía temblar de placer, teniendo la boca abierta; dejando escapar más ruidos lascivos mientras sus pezones se frotaban contra la piel caliente del chico rubio. 

 

Mello estaba maravillado, deleitándose con la melodiosa y linda voz de Near gimiendo cada vez más fuerte, gimoteando de gusto y apretando sus piernas con más fuerza en su cintura. 

 

Mello reclama los labios del chico sonrojado mientras acelera sus embestidas. Sus bocas se unían ansiosamente y sus lenguas se lamían la una a la otra, devorándose. 

 

Los movimientos de Mello se fueron volviendo más frenéticos y más urgentes, tomando un ritmo rápido e implacable, haciendo que fuera difícil seguir besándose.

 

Near jadea y libera sonidos muy dulces y adorables. En cambio Mello gemía largamente en un tono lento y sensual, provocandole escalofríos al menor. Fue delicioso escuchar esos sonidos de Mello. 

 

—M-Mello —llamo el chico albino, apretando los hombros del rubio —, espera… siento mucho calor… s-siento que algo va a ocurrir…

 

—Es normal —jadea, besando los cabellos húmedos —, solo déjate llevar, Near…

 

—No puedo… No lo puedo soportar más… —Near frunce el ceño por el excesivo placer que lo embargaba, sintiendo que algo dentro suyo iba a explotar en cualquier momento.

 

Mello no pudo reprimir un fuerte jadeo al sentir que Near se volvía más apretado, haciéndolo ralentizar sus embestidas. 

 

—Aah, Near… Te amo… Te amo mucho… —confesó su amor entre jadeos, moviendo sus caderas con lentitud de atrás hacia adelante. 

 

Near ensanchó los ojos al oírle y un intenso sonrojo apareció en sus mejillas. 

 

—Y-yo… —intento hablar con su voz entrecortada por el placer, agarrando el rostro del rubio entre sus pequeñas manos para hacer que lo mire —. Yo también te amo, Mello… —le sonrió dulcemente y con una mirada que le brillaba de mucho amor. 

 

Mello también sonrió, acercándose a besarlo mientras lo iba penetrando con más intensidad, chocando sus testículos contra el trasero de Near, haciendo que el chico pálido solo fuera un manojo de gemidos y sollozos necesitados.

 

Cuando Mello ejecutó embestidas cortas pero repetitivas, entrando y saliendo con fuerza, haciendo que el húmedo ruido de sus pieles desnudas al chocar fuera más fuerte; Near sintió una intensa ola de calor atacarlo, teniendo que separarse de los labios de Mello y echar la cabeza hacia atrás para gemir largamente. 

 

Sentía que algo enorme estaba por llegar. Todo su cuerpo se sentía caliente y el cosquilleo que sentía en el vientre se iba haciendo más potente. 

 

Los bonitos y acuosos ojos de Near miraron a Mello, con una muda súplica de que fuera más rápido. 

 

No hubo ninguna negación por parte del chico de ojos azules. 

 

Mello apretó con fuerza la delicada piel de porcelana y comenzó a penetrarlo con movimientos cortos y precisos, aumentando la velocidad, con cada empuje tocando inevitablemente la próstata de Near, ocasionando que el chico babeara y gimiera su nombre. 

 

Near cerró los ojos y se dejó llevar, estremeciéndose violentamente ante las abrumadoras sensaciones de su cuerpo. 

 

Mello también sentía que ya llegaría al orgasmo.

 

Sumido en el placer y con el corazón acelerado, las embestidas de Mello cobraron mayor velocidad, entrando y saliendo rápidamente, para luego agarrar las caderas de Near y levantarlas hasta el nivel de su pelvis, clavando su miembro profundamente en él. La espalda de Near se curvo violentamente y finalmente llegó el alivio. Una intensa corriente eléctrica recorrió su cuerpo y gritó de placer, sintiendo que algo salía disparado de su pene a borbotones, cayendo sobre su vientre y pecho. 

 

Mello unió sus bocas, reclamando sus labios posesivamente en un beso hambriento. 

 

Near tuvo que romper de mala gana el delicioso beso cuando otro sonoro grito abandonó sus labios en el preciso momento que sintió un abundante y espeso líquido hirviendo llenar sus entrañas hasta lo más profundo de su ser. 

 

Mello gruño con satisfacción y Near no dejo de temblar, con su cuerpo sacudiéndose ligeramente mientras aún sentía sus entrañas ser empapadas por el esperma caliente del rubio. 

 

Ambos estaban con sus respiraciones agitadas, intentando bajar del cielo y volver a la realidad. 

 

—E-eso… —tartamudeo Near, sintiéndose ido, aún en las nubes mientras solo las palpitaciones de su corazón llenaban sus sentidos. Salió levemente de su estado perdido al sentir un cálido beso en su boca. 

 

—Fue un orgasmo —la voz de Mello fue suave, acortando la distancia entre ambos para volver a reclamar sus adictivos labios, besándolo lentamente, comenzando a succionarle con suavidad su labio inferior mientras sus manos recorrían cada centímetro del cuerpo del niño. 

 

Un gemido ahogado salió de los labios de Near cuando Mello se movió dentro suyo, dando algunos empujones perezosos más, estremeciendo su cuerpo sensible. 

 

—Mmh… M-Mello —logró decir en medio de los besos abrasivos del chico, empujando suavemente su pecho. 

 

El rubio lo beso por un tiempo más, antes de finalmente deslizar su pene ya flácido del interior de Near. 

 

Near arrugó ligeramente el rostro, lamentando haber perdido el calor de Mello y la sensación de tenerlo dentro. 

 

Por otro lado Mello miró con un enorme sonrojo el agujero con fugas del chico, como su semilla iba saliendo de Near y manchando el piso. 

 

Near se dió cuenta de la observación del chico que amaba e inmediatamente bajó sus piernas y las juntó. 

 

—D-deja de mirarme así… Es vergonzoso —se quejó con sus pómulos ardiendo de pena. 

 

Mello sonríe por la actitud adorable de su ángel, sintiéndose aún más enamorado de él, y lentamente se acercó a darle un beso suave y pausado, acariciando su mejilla sonrojada. 

 

—Near… —jadeo contra sus labios al cortar el beso —, después de lo que hicimos, ¿vas a tener pena de mi?

 

Near se lo pensó un momento. 

 

—Definitivamente sí, así que te pediré que no lo hagas —se lo dijo con mucha seriedad, mirándolo intensamente con sus grisáceos ojos. 

 

Mello lo miró con incredulidad. 

 

—Eres imposible. 

 

Near quitó su fingida expresión y se rió tiernamente, acercándose a Mello para robarle un pequeño beso. 

 

—Pero así te gustó, ¿verdad? —preguntó cerca suyo, rozando débilmente sus labios con una sonrisa traviesa.  

 

—Así me gustas —se lo confirma antes de robarle otra vez sus labios, deslizando lentamente sus manos por los lechosos muslos del niño albino, separándolos suavemente —, así te amo —murmuró para luego besarlo otra vez. 

 

Near no se quejó, tarareando complacido al sentir otra vez los labios húmedos de su amado sobre los suyos. Fue cerrando los ojos y sus delgados brazos rodearon el cuello de Mello, acercándolo más hacia él. 

 

Se separaban por breves segundos para coger un poco de aire e inmediatamente después Mello estampaba sus labios con los rosados de Near, besándolo con parsimonia y levantándolo del suelo para sentarlo en su regazo. 

 

El beso iba subiendo de intensidad y poco a poco el calor volvía a apropiarse de sus cuerpos. El albino pudo sentir como sus pómulos ardían cuando se descubrió sentado sobre la entrepierna del chico. 

 

¿En qué momento dejó el piso? 

 

Near gimió cuando la erección de Mello jugueteó con él, sintiendo también las manos ansiosas del chico volver a recorrer todo su cuerpo, haciéndolo suspirar de placer. 

 

—Mmh… M-Mello —protestó débilmente el pequeño, con ternura y sin verdaderas ganas de detenerlo.

 

Mello comenzó a llevar sus manos hasta las caderas desnudas del chico, empujándolo hacia abajo para que sintiera su pene que volvía a estar erecto y duro, embriagando de deseo a Near.

 

—N-no deberíamos, podrían venir a buscarnos y… —Mello lo silencio con un fogoso beso, con Near temblando cuando el rubio se movió, restregando la dureza de su entrepierna entre sus nalgas —. Nmh… 

 

Se besaron hasta que sus pulmones dolían por la falta de oxígeno. 

 

—Me quieres dentro tuyo, Near… no intentes negarlo —la mirada de Mello brillaba de pasión, sin apartar sus orbes del albino, quien desvió la mirada, sonrojado y sintiendo su corazón volver a latir con intensidad. 

 

Mello tenía razón, aunque lo intentará no podía negar que disfruto sentirlo en su interior y que deseaba locamente volverlo a tener introducido en su cuerpo. 

 

El chico de ojos color cielo no necesito una respuesta para saber la verdad y, aprovechándose de la cercanía en la cual estaban, sujetó su mentón con suavidad y lo hizo volver la vista hacia él, para mirarse intensamente.

 

—Quiero volver a hacerte el amor, Near… Y no deseo que sea cosa de una sola vez. Lo que quiero es hacerte mío una y otra vez… hasta que caiga rendido encima tuyo, teniéndote entre mis brazos, disfrutando de tu cuerpo desnudo en mi cama y sentir tu calor envolverme… tus débiles caricias… tus adictivos besos. 

 

Un suave quejido salió de los labios de Near cuando Mello mordió su cuello, clavando fuertemente sus dientes en la delicada piel, para después lamer ese lugar e ir repartiendo besos por su pequeño hombro.

 

—Tu también lo quieres. Deseas que yo me meta en tu pequeño y apretado agujero —Mello volvió a mover su cadera, provocando un roce mucho más profundo entre sus partes bajas —. Me quieres solo a mi… 

 

Sus palabras dichas con una voz tan ronca, sensual e íntima, hizo que Near asintiera con la cabeza, desesperado por qué se lo meta ya. 

 

Mello fue presionando la cabeza de su pene en la entrada de Near, comenzando a sumergirse en su calor. Gimió, feliz de estar nuevamente dentro de su ángel. 

 

El niño pálido gimoteo de placer al sentir que su abertura se abría de nuevo, recibiendo gustoso el erecto pene de Mello. Miro hacia abajo y se sonrojo muy fuerte al ver cómo el erguido miembro del chico mayor estaba dentro suyo otra vez. 

 

Con un rubor en sus pómulos, Near abrazó el cuello de su pareja y este puso sus manos en las caderas del niño, ambos no se apartaron la mirada y los movimientos comenzaron. Primero fueron lentos y cuidadosos, luego Near, cegado de deseo, movió agresivamente sus caderas de adelante y atrás, con Mello apretándolo de su pequeña cintura hacia abajo, hundiendo su erección más adentro. 

 

Sus corazones latian deprisa, ambos liberando dulces sonidos de satisfacción.

 

Mello comenzó a moverse más rápido, aprovechándose de la estrechez del niño y la posición en la cual estaban para adentrarse más en Near. 

 

—Mh… m-mas, Mello, por favor… ¡Hah! Aaah, quiero más —susurro el menor con su dulce voz teñida de lujuria, envolviendo sus piernas alrededor de él. 

 

Mello comenzó a empujar hacia arriba con más intensidad, y un gemido lleno de lujuria abandonó los labios rojizos de Near, temblando de satisfacción cuando penetró su punto dulce otra vez, haciéndole ver estrellas. 

 

Los rizos blancos bailaban en el aire cada que subía y bajaba, en un ritmo más rápido y fuerte, la baba comenzando a caer de sus hinchados labios rojizos, teniendo la boca abierta y los ojos cerrados, simplemente disfrutando de los deliciosos movimientos de Mello, de su pene que se clavaba en su interior una y otra vez, sumergiendolo en una burbuja de calor del cual no quería salir. 

 

—Aah, Near… me encantas… —Mello volvió a besarlo, sumamente embelesado por lo bonito que se veía su Near con el cabello todo revuelto, pegado en algunas partes de su rostro por el sudor, y montado en él —. Me vuelves loco… —aumentó la rapidez de sus embestidas, golpeando la próstata del chiquillo con cada penetración. 

 

—¡AH! 

 

Las cálidas y húmedas paredes de Near se apretaron con fuerza alrededor del eje de Mello, provocando que el chico mayor gruñera de placer. 

 

Con la excitación nublando sus sentidos, Mello salió del interior de Near de golpe y lo recostó nuevamente en el piso, solo que está vez lo dejo boca abajo.

 

Agarro una almohada, colocándola debajo de Near para levantar su pelvis y así tener un mejor ángulo de penetración. 

 

Una sonrisa traviesa apareció en su rostro al ver cómo el agujero de Near palpitaba, abriéndose y cerrándose, seguramente por la necesidad de tener algo en su interior. 

 

No pudo evitar darle una palmada a su firme trasero, haciendo que el niño lo mirara con el ceño fruncido. 

 

—¿Q-qué tanto haces, pervertido? —preguntó con sus suaves mejillas pintadas de un rojo intenso. 

 

—Solo estoy apreciando la belleza de mi ángel —le sonrió, mostrando sus perfectos dientes en una sonrisa divertida mientras se inclinaba hacia él. 

 

Mello besó la espalda del menor cariñosamente y luego empujó su pene erecto entre las mejillas inferiores de Near. 

 

Near dio un respingo y gimió dulcemente por la acción del chico mayor. Empujó su cuerpo contra el de Mello, en busca de más contacto. 

 

Mello se volvió a introducir lentamente en él, deleitándose con el roce, arrancándole dulces gemidos y sollozos de placer al pequeño que fue como una hermosa melodía para Mello.

 

Mello continuó empujando hasta llegar a lo más hondo del cuerpo del menor, quien solo gemía bajito y movía sus propias caderas, chocando contra las del rubio. 

 

—M-muévete… —pidió acalorado, embriagándose con la sensación de volver a ser solo uno con Mello. 

 

—Uhm… m-maldición —Mello se apartó, agarrando de la pequeña cintura de Near para empezar a mover sus caderas.

 

Con cada segundo que pasaba aumentaba la intensidad y la fuerza con la cual lo follaba. 

 

Near descansó su frente sudorosa contra la suave alfombra debajo suyo, apretándola entre sus pequeños dedos mientras disfrutaba del frenético vaivén de caderas.

 

Las embestidas de Mello tomaron más velocidad, moviéndose más rápido dentro de Near al advertir que ya estaba por llegar al clímax, disfrutando otra vez de la estrechez y humedad del interior del niño, obteniendo los gemidos más lascivos de él. 

 

Mello miro sus cuerpos unidos, como el pequeño agujero de Near recibía sin problemas su palpitante sexo, una y otra vez, sin parar. 

 

Apretó los dientes, levantando más las caderas de Near para hacer las estocadas más profundas y salvajes. 

 

—¡Mgnn! ¡Ah, ah, ah! —Near se sentía fuera de control, gimiendo de puro placer por los movimientos rudos de Mello mientras de su pene ya goteaba líquido preseminal. 

 

Mello aceleró el ritmo, sintiéndose cerca de las puertas del paraíso, embistiendolo feroz y brutalmente, haciendo que el cuerpo de Near se moviera de adelante hacia atrás mientras soltaba alaridos de placer por cada certera estocada en su interior. 

 

Mello deslizó sus manos hasta las caderas del niño y aceleró aún más el paso, con su pene entrando y saliendo de Near más rápido, sintiéndose ya muy cerca de acabar. 

 

Near simplemente cerró los ojos, gimiendo sin parar, mojando la alfombra con su saliva y sudor. 

 

Luego de unos duros y violentos empujones, Mello entierra profundamente su polla en Near, pegando su pelvis contra las nalgas de él, y llega el alivio.  

 

Los ojos de Near rodaron ante la satisfactoria sensación de llegar al orgasmo, con un líquido viscoso y caliente derramándose en su interior al igual que otro que salía de él e iba manchando el piso. 

 

Mello lo agarró de sus cabellos níveos con fuerza y le hizo voltear el rostro, haciéndolo rozar sus labios con los suyos, gimiendo y jadeando cerca, dejando que el contrario sintiera lo caliente y rápida de su respiración. 

 

Se besaron pausadamente aún abrumados por la sensación del orgasmo, sintiéndose complacidos. 

 

Mello salió del interior del niño y vio con una sonrisa satisfecha los gruesos hilos de esperma espeso deslizarse por los muslos rosados de Near. Le dió una nalgada divertida y Near se quejó débilmente.

 

Mello se disculpó en un suave susurro y se dejó caer junto al cuerpo agotado de Near, estando boca arriba mientras descansaba. Near lo miró y débilmente gateó hasta quedar recostado sobre Mello, acariciando su pecho mientras jadeaba suavemente. Mello inmediatamente rodeo su pequeña cintura con los brazos y lo apegó más a su cuerpo. 

 

Estaban hechos unos auténticos desastres, con los rostros sonrojados, cabello desordenado, marcas de mordidas, y manchas blancas que estaban pegadas en sus cuerpos sudorosos, además de que se sentía un extraño olor alrededor de ellos. 

 

—Near…

 

—¿Si, Mello? —habló dulcemente, besando la piel desnuda del rubio. 

 

Mello sonrió un poco, sintiendo un agradable cosquilleo dónde Near lo besaba. 

 

—¿Lo disfrutaste? 

 

Near sonrió al igual que Mello, sentándose a horcajadas sobre él y acercándose a besar sus labios dulcemente. 

 

—Mucho —contestó besándolo otra vez —. Mello estuvo increíble. 

 

Mello levantó una mano y acarició con delicadeza la mejilla del niño, sonriéndole cálidamente. 

 

—Near, lo que dije antes era verdad… Yo te amo. 

 

Near paso dulcemente sus pequeños dedos blanquecinos por las hebras doradas del chico debajo suyo, sonriendo con timidez y teniendo un sonrojo bonito en sus suaves mejillas. 

 

—Y yo también te amo, Mello… 

 

—Entonces nosotros seríamos más que amigos. 

 

Near se incorporó, todavía sentado arriba de él, y lo miró desde arriba con curiosidad. 

 

—¿Más que amigos? 

 

—Si… 

 

—¿Algo así como… mi papá y mi mamá? —preguntó tímidamente, jugando nerviosamente con un mechón de su cabello nevado. 

 

Mello soltó una pequeña risa. 

 

—Pues sí, sería algo así… 

 

—Entonces Mello y yo somos pareja —dijo tranquilamente, aparentando una expresión serena, pero en su interior había todo un caos de fuegos artificiales, feliz de que Mello y él sean como sus padres. Entonces en un futuro vivirían juntos y tendrían hijos. Su primer bebé se llamaría Mikaela. Ya lo había decidido.

 

Near estaba inmerso en sus fantasías de vivir en una casa grande, viéndose a él usando un delantal y cocinando junto a su familia, con Mello abrazándolo desde atrás y besándole la mejilla. Y sus dos pequeños hijos intentando ayudarlo en lo que podían. 

 

Mello miraba divertido como el rostro de Near se iluminaba y sus grandes ojos brillaban intensamente, incluso creyó ver corazones flotando alrededor suyo y como una intensa aura brillante lo rodeaba. Bajo un poco sus ojos y miro lujuriosamente el cuerpo desnudo del otro que aun seguía sentado cómodamente sobre él. 

 

Había marcas rojizas y chupetones algo morados en el cuello y hombros de su niño, su piel estaba rosada y perlada de sudor, tenía los labios hinchados, cabello revuelto, vientre manchado de un líquido cremoso, y más abajo su miembro rosado brillaba. 

 

Mello le rodeó la cintura con los brazos y lo hizo volver a estar acostado en su encima. 

 

Near salió de sus fantasías y se acomodo sobre él. 

 

—Dímelo otra vez —pidió ansiosamente Near, besando dulcemente los labios de su chico —, dime qué me amas.

 

—Te amo, te amo, te amo… Solo a ti, Near… 

 

Near se rió tiernamente. 

 

—Me haces muy feliz, Mello —susurro antes de besarlo. 

 

Mello sonrió en medio del beso y ambos fueron besándose con calma, moviendo gentilmente los labios contra los del contrario. 

 

Cuando Mello deslizó las manos hasta su trasero desnudo, Near rompió el beso. 

 

—No, no… —se negó el chico con las mejillas rojas, intentando apartarse —, ahora no… Ellos podrían venir. 

 

—Está bien, pero todavía tenemos tiempo para descansar —Mello lo aprisionó entre sus fuertes brazos, robándole un beso que se sintió tan suave y cálido para Near que le correspondió gustoso. 

 

Se besaron un poco más y luego Near descansó su mejilla en el pecho de Mello. Su pequeño dedo hacía figuras invisibles de mariposas y corazones en el pecho del rubio, distrayéndose mientras se relajaba en sus brazos y enredaba amorosamente sus piernas con las suyas. 

 

—Eres muy cálido —dijo Near, aferrándose al cuerpo de Mello con una linda sonrisa. 

 

Mello acarició el cabello blanco y rizado de Near, disfrutando de su suavidad y del calor de su cuerpo, sintiéndose muy feliz y dichoso en esos momentos. 

 

—¡Niños! ¡Ya está la cena! 

 

Al escuchar la voz de la mamá de Near, Mello inmediatamente se levantó, llevando consigo a Near, quien quedó con las piernas a cada lado de la cadera del rubio. 

 

—¡S-si! ¡Ahora bajamos! —contestó enseguida Mello. 

 

El rubio intentó quitarse de encima a Near pero este estiró sus brazos para agarrarlo del rostro y así inclinarlo hacia abajo para besarlo tímidamente pero a la vez con confianza en sus suaves labios, haciéndolo sentir muy querido y a la vez con una enorme calidez en su corazón. Near se apartó luego de un rato y le sonrió con adoración. 

 

Mello lo tomó del rostro para comenzar a besarlo por todos lados: mentón, mejillas, nariz, párpados y por último sus afelpados labios. 

 

Near cerró los ojos y correspondió su beso con desesperación y anhelo, ambos cayendo nuevamente al suelo y abrazándose fuertemente, eliminando toda distancia entre sus cuerpos. 

 

Near noto como su temperatura estaba elevándose, y Mello se encontraba con ganas de volver a estar dentro del tierno albino. 

 

No tenía suficiente de Near. Aún quería más. 

 

Mello se acomodo entre las piernas del niño e inmediatamente después introdujo su miembro ya erecto de una sola estocada en el interior húmedo, apretado y suave de su ángel. Near se tensó momentáneamente pero luego se aflojó con un suspiro caliente. 

 

—¡M-Mello! —se quejó suavemente, aunque no estaba para nada disgustado. Su cuerpo ardía de deseo y su mente se perdía por las emociones que le hacía sentir. 

 

—Será rápido —gruñó Mello mientras sus embestidas fueron rápidas desde el inicio, penetrando a Near con dureza y salvajismo. 

 

—¡Aah! —Near tembló de pies a cabeza, mordiéndose los labios para acallar sus gemidos de satisfacción al sentir el pene de Mello entrando y saliendo de su entrada sin descanso, pero era inútil. No podía callarse. Mello estaba moviéndose muy rápido dentro suyo, frotándose muy fuerte contra sus paredes internas —. A-ah… ngh… Mello… mhm… ¡Ah! 

 

Se besaron con urgencia, y Mello acarició sus piernas blancas sin detener el vaivén de su pelvis, follando a Near contra el suelo. 

 

Con su mente ya nublada, Near solo pudo envolver sus delgados brazos alrededor de Mello y disfrutar nuevamente de sentirlo dentro suyo. 

 

Mello sorpresivamente se paro y cargó a Near, impactando al chico contra la pared más próxima, manteniéndolo sujeto ahí mientras lo volvía a penetrar, arrancándole un suave quejido a Near, y sintiendo como su agujero lo recibía gustoso. 

 

—¡Nmh! —Near gimió acalorado en medio del beso, moviendo lujuriosamente sus caderas, alentando a Mello a qué se mueva. 

 

—¿Mi ángel quiere que lo folle? —preguntó en voz ronca contra sus labios —, ¿tanto lo quieres? 

 

Near le sonrió burlón, mirándolo con sus ojos entrecerrados a causa del placer. 

 

—No, Mello, no quiero eso… —hablo contra su oído, lamiendo su oreja —. Lo que yo quiero es que me hagas el amor muy pero muy fuerte. 

 

Mello tenía una sonrisa traviesa, acercándose a besar el cuello de Near y luego llevar sus labios contra los ajenos. 

 

—Quiero que sepas que yo quería ser tierno… 

 

Near se sintió aún más excitado por la forma en la cual Mello lo miraba, con un brillo salvaje en sus orbes azules. 

 

Mello deslizó lentamente su verga de la entrada palpitante del niño albino y cuando lo tuvo casi fuera de su calor, lo penetró hasta el fondo de una sola estocada. 

 

—¡Aah! 

 

Near frunció el ceño por el placer, echando la cabeza hacia atrás al sentirse muy lleno de Mello, sintiéndolo tocar ese punto dulce en su interior que lo hacía sentir increíblemente bien. Quería… anhelaba que lo tocará ahí con más fuerza. 

 

—Umh… M-Mello… No pares —dijo con cierta dificultad y escuchándose suplicante. 

 

Era tan magnífico. Grande. Asombroso. No tenía suficiente. 

 

En cuanto a Mello, él tenía la respiración entrecortada, delirando de la dulce sensación de estar dentro de Near. Era tan adictivo. Tan estrecho. Caliente. Suave. 

 

Lo mantuvo contra la pared, colocando las palmas en ella mientras las piernas de Near colgaban débiles sobre sus brazos, moviéndose de adentro hacia afuera bruscamente en un ritmo constante, encargándose de dar estocadas certeras y penetrarlo con mayor intensidad mientras hacía un largo arrastre de su lengua por el cuello del menor.

 

Near echó la cabeza hacia un lado para darle más espacio, dejándolo besar su cuello cubierto de mordiscos mientras lloriqueaba de placer. 

 

Con cada segundo que pasaba, Mello lo iba penetrando de una forma tan intensa y salvaje que enloquecía a Near por lo placentero que era, haciendo que un grito dichoso saliera de sus hinchados labios rojizos. 

 

Al advertir que Near ya estaba por llegar a su límite, Mello lo agarró del trasero y lo embistió con más fuerza, clavándose profundamente en su interior una y otra vez, arrancándole sonoros gemidos al dulce niño que ya no podía más.

 

Todo era demasiado para los dos, el sonido de sus pieles chocando con cada embestida del rubio, el olor a sexo que los envolvía, el suave y húmedo interior de Near que apretaba tan bien a Mello, y las embestidas certeras del chico rubio que tenían vuelto loco a Near. Ambos no duraron mucho y bastó una dura y fuerte embestida más para que Mello dejara salir su semilla en la estrecha cavidad del pequeño albino, haciéndolo llegar al orgasmo junto a él, sintiéndose tocar las nubes con la punta de los dedos.

 

Near se ruborizó completamente al sentirlo acabar otra vez dentro suyo, llenándolo con su semen caliente y viscoso. Pero no tuvo tiempo para enfocarse en eso porque el agradable cosquilleo en su vientre se incrementó y su cuerpo sufrió de leves espasmos, terminando eyaculando entre ambos torsos sudados. 

 

Las piernas de Mello temblaron, terminando cayendo de rodillas al suelo, con Near sentado en sus piernas. 

 

Near intentaba recobrar el aliento, mirando el rostro perlado de sudor del rubio y como sus labios se encontraban entreabiertos, intentando también normalizar su respiración. 

 

Los rostros de ambos lucían acalorados y sus ojos estaban entrecerrados, luciendo perdidos, con la respiración entrecortada. 

 

Aún cansado, Mello deslizó su pene fuera de Near, dejándolo aún estar sobre sus piernas. 

 

Una suave sonrisa apareció en el rostro infantil del menor y se abrazó al cuello de Mello para volverlo a besar, recorriendo con su lengua cada centímetro de la boca de su amado, siendo correspondido de inmediato por Mello. 

 

Mello tuvo que romper el beso con un gruñido molesto al advertir que estaba volviéndose a poner duro. 

 

Near miro su entrepierna con una sonrisa divertida y atrajo nuevamente al rubio para darle un último beso, sintiéndose en el cielo al tocar los labios de Mello con los suyos. 

 

Sus miradas se encontraron al separarse y ambos compartieron una sonrisa, sintiéndose relajados al escuchar los suaves sonidos del agua al caer, junto a los reclamos de los trepadores azules, también llegando a su nariz el toque dulzón de la hojarasca, sintiendo un poco de frío al sentir una brisa colarse por la pequeña ventana que olvidaron cerrar. 

 

—¿Otra ronda? —preguntó en broma Mello, guiñandole un ojo con una sonrisa coqueta. 

 

Near se rió sin fuerzas. 

 

—Me duele hasta el pelo, Mello —hizo una pequeña mueca al escuchar que su vientre gruñía —. Y tengo hambre… —quiso sobarse el estómago pero se detuvo al ver que estaba manchado y pegajoso con su semilla.

 

Mello asintió en compresión. 

 

—Si, yo también muero de hambre… —beso sus cabellos albinos y una vez más en sus labios, apenas un pequeño y dulce beso para luego bajar a Near de sus piernas. 

 

—Te puedes quedar a dormir… y por la noche nosotros podemos… —la mirada sugerente de Near hizo que Mello comprendiera y se inclinara a besarlo otra vez. 

 

Near pasó su rosada lengua por los labios del chico, deslizando uno de sus pequeños pies a la entrepierna del chico mayor, acariciándolo circularmente. 

 

El libido subió en Mello y tuvo que alejarse de los labios de Near, sujetándolo del mentón para apoyar su frente contra la suya, haciéndolo sentir su caliente aliento. 

 

—¿Intentas provocarme? —pregunto contra sus labios. 

 

—Tal vez —tararea dulcemente —. ¿Está funcionando? —pregunta de forma provocativa, sin detener el movimiento de su pie. 

 

Mello gimió, sonriendo de una forma traviesa y con los ojos oscurecidos por el deseo, pasando su lengua por los labios de Near. 

 

—En estos momentos entraría en ti sin dudarlo… —hablo mientras llevaba su mano hacia el agujero de Near, metiendo sorpresivamente dos de sus dedos en la cavidad anal del pequeño. 

 

El calor subió al rostro del dulce niño, siendo su turno de gemir, sintiendo como sus piernas temblaban y que se le cortaba la respiración. 

 

—Acariciando cada rincón de tu cuerpo, succionando cada uno de tus pezones con fuerza, metiéndome profundamente en tu interior para luego besar tus encantadores y suculentos labios, follándote muy fuerte hasta hacerte gritar mi nombre… y dejarte con el cuerpo muy débil a causa de las veces que te hice mío… —dijo de manera ronca, moviendo sus dedos deprisa, haciendo que un poco de semen escapara del interior de Near y que él solo fuera un caos de gemidos descontrolados —... Pero ellos sospecharán de que algo sucede al ver que no bajamos —fue sacando lentamente sus dedos, dejando a Near con ganas de más, pero comprendía que Mello tenía razón. Debían bajar o ellos irían a buscarlos y no sería conveniente. 

 

Antes de que Mello pudiera apartarse, fue detenido por el brazo de Near, quien se acercó hasta sus labios y los selló en un beso por breves segundos. 

 

—Quiero que por la noche volvamos a hacer el amor —susurro suavemente, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Mello. 

 

El rubio sonríe divertido y junta nuevamente sus labios contra los del niño. 

 

—¿Algo más? 

 

—Mmh… —otro beso —, quiero que me hagas el amor hasta el amanecer y que sea alucinante. 

 

Mello sonrió enternecido por la mirada adorable de su ángel y se acercó hasta rozar su nariz con la suya. 

 

—Claro, amor mío. 

 

Se dieron un largo y suave beso, teniendo que separarse porque ya estaban demorando bastante. Con un suspiro se apartaron uno del otro y luego comenzaron a recoger su ropa que estaba regada por el suelo. 

 

Mello se vistió con rapidez. En cambio Near se tomó su tiempo para vestirse, le dolían las extremidades inferiores y además sentía todo su cuerpo agotado y exhausto. La tercera ronda fue demasiado, Mello se pasó de exigente. Pero de todos modos lo disfruto. 

 

Near se acomodó rápidamente y lo mejor que pudo sus cabellos despeinados, pasando sus dedos por ellos para volver a lucir presentable. Su cuerpo estaba sudoroso, pero ya pensaría en una excusa para eso. 

 

Mello lo miraba embobado, Near había pasado de ser un ángel a ser su precioso hada de la luna. Lucia tan bello siendo iluminado por la suave luz blanquecina de la luna que quería abrazarlo y besarlo hasta quedarse sin aliento, colocarlo en el suelo y unir sus cuerpos una y otra vez, hasta no poder más. 

 

Pero sería paciente y esperaría, y por la noche, en la seguridad y privacidad de la habitación de Near, podría volver a hacerle el amor. 

 

El primero en bajar por las escaleras fue Mello, dándole la mano a Near para ayudarlo a bajar los últimos escalones. 

 

Las mejillas de Near se encendieron con violencia cuando Mello inesperadamente lo agarró de la nuca y lo besó en los labios. 

 

—N-no… —reclamo, mirando alrededor por si alguien los había visto. 

 

Mello se rió. 

 

—No eras tan cuidadoso allá arriba, Near. Gemías bastante fuerte. 

 

Ahora todo el rostro del menor se tornó de un rojo intenso ante lo dicho por Mello. 

 

¿De verdad fue muy escandaloso? 

 

—Oh dios… 

 

Mello lo miró con un poco de diversión y muy enternecido, envolviendo la pequeña cintura de su amor con los brazos. 

 

—Fue delicioso escucharte hacer esos sonidos… 

 

Near se sonrojo aún más si eso fuera posible. 

 

—No digas cosas vergonzosas, Mello… 

 

—Es la verdad… —una hermosa sonrisa apareció en el rostro de Mello —. También te veías muy lindo estando en mis brazos… solo podía pensar en lo afortunado que era al tener a una criatura tan bella para mí… 

 

El corazón de Near palpita con fuerza al escucharlo, sonriendo enternecido y con sus orbes grisáceos estando luminosos. 

 

Lentamente rodea su cuello con los brazos, poniéndose de puntitas para alcanzar los labios de su novio y sellarlos en un beso apasionado que iban a profundizar pero el gruñido de ambos estómagos los detiene. 

 

—Definitivamente tenemos hambre.

 

—Si —estuvo de acuerdo Near, sobándose el estómago con una mueca de pesadez. 

 

—Vamos, ya quiero comer la comida de mi suegra y luego disfrutar de mi delicioso postre por la noche —se acercó a morder traviesamente el regordete cachete del chico menor para luego entrelazar los dedos de su mano con los de Near. 

 

Near lo miró y una suave y tímida sonrisa adornó sus facciones infantiles, dejándose llevar de la mano por Mello hasta su casa. 

 

Después de todo, su abuela no se equivocó. Mudarse no fue malo en lo absoluto. 

 

~Siempre a tu lado quiero estar

Cerca de mi te quedarás

Junto a mi~

The end.

 

Notas finales:

Creo que esto fue básicamente lemon uy u/u tenía que hacerlo por el Meronia! Y la mayoría quiere eso :'u si fuera por mi, escribiría puras cosas dulces y tiernas pero tampoco viene mal los fics con suculencia u.u Ah, y si quieren tirarle odio a una pareja que sea hablando con un amigo, gente (? oh pero si ven que alguien le tira mierda a su pareja favorita, ahi si peleen (? Ah, pero ya les digo, nada superará al Meronia y al Lawlight jojojojo y no lo pienso solo yo, estaba hablando con mi amigo y sucedio que yo le dije que no quería nada con nadie porque actualmente odio a los hombres (? Ah, en broma jajajaja Y él me dijo: "¿Y si fuera Levi?" Y yo le contesté que en ese caso haría lo imposible para encontrar a erencito y que sean pareja :D y hablando de eso, surgió el tema de Mello y Near, y él dijo: "algo tienen que me hacen verlos gays" y yo tipo: "¿Que? ¿Decís entre ellos?" Y él dijo: "Si, entre ellos" y yo re feliz jajajaja no solo nosotras lo vemos 7w7 
 
Ya, tuve una avalancha de pensamientos y no lo estoy organizando bien jsjsjsjs perdón si dije una boludez, estoy con mis emociones al 100% T//T 
 
Y la frase del final es de una canción de Naruto Shippuden~ lo escuche y me subió el ánimo jsjsjsjs escuchar música es la mejor terapia~ y en honor a ese anime, este fic lleva el nombre de esa canción :3 Y perdonen los errores, corregir un fic tan largo te cansa la vista y además todavía estoy aprendiendo a manejar mi nuevo celular, es grande y me resulta difícil agarrarlo :'3 
 
Gracias por leer. 


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