Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todos Mereceos Amor por Sioa Shun

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ushuaia, Lunes 25 de abril del 2022. Tierra del Fuego, Argentina.



Todos merecemos amor.

Capítulo 1: Encuentro fortuito.

By Sioa Shun Uchiha-san. 



Estaba agotado, no lo siguiente a agotado, se iba a morir del cansancio, sus ojos se cerraban solos, quería llegar a casa, necesitaba llegar a su casa, si seguía así probablemente iba a dormirse en la maldita estación de tren esperando su transporte, estaba esperando pacientemente en la cola para sacar su ticket pero esta no avanzaba y comenzaba a ponerse de pésimo humor. 

 

Levantó su vista del suelo irguiéndose para poder ver quien estaba frente a él y de pronto se encontró con una enorme y amplia espalda frente a él. -¿Eh? ¿Disculpe…? - Llamó intentando ser amable, el mundo no tenía que pagar el hecho de que él hubiera elegido un trabajo de mierda. 

 

El hombre frente a él apenas se giró para verlo por sobre su espalda. Tragó saliva, frente a él una mirada espesa y profunda lo enfrentaba, cubierta por finos cristales con aumento. Unos ojos serios pero hermosos le devolvía la mirada. -Perdón pero está demorando mucho en sacar el ticket  ¿Acaso necesita ayuda? 

 

-Lo lamento, nunca he viajado en tren ¿Podría ayudarme? - La profunda voz del extraño lo distrajo de su cansancio y se maldijo a sí mismo por el leve estremecimiento que lo recorrió ¿Qué le ocurría? ¿Acaso tantos años de convivir con Usagi-san ya lo afectaba tanto? 

 

-Claro, no es problema.- Aceptó con gesto amable, parándose junto al hombre con una sonrisa cansada. -¿Dónde desea ir? - Consultó mientras miraba con calma el mapa de la metrovia, incapaz de apartar del todo sus ojos del extraño a su izquierda  ¿Qué hacía un hombre así allí? Su ropa se veía costosa y de alta calidad, ni hablar de su zapatos y su maletín, además aparentaba estar en sus treinta  ¿Qué persona en sus treinta nunca ha tomado transporte público? 

 

-Quisiera ir lo más próximo posible a la intersección de las calles 133 y 19. - Explicó con tranquilidad su interlocutor. 

 

-Oh, va en la misma dirección que yo, entonces es mejor tomar este tramo.- Comenzó a explicar señalando el mapa sobre ellos donde se veían detalladas las estaciones. -Tendrá que bajarse aquí, no se preocupe, puede bajarse conmigo. - Le ofreció mientras, apresurado, sacaba ambos tickets al ver a más gente impaciente formada tras ellos. -Pagaré por ambos, no se preocupe, no queremos retrasar más a la gente. 

 

-Tienes razón, no era mi intención causar molestias.- Se disculpó el hombre asintiendo con su cabeza. -Muchas gracias por su ayuda. 

 

-No… no se preocupe, mejor vamos al andén. - Pidió ya con ambos boletos en la mano y un tanto nervioso, era difícil hablar con ese sujeto, su porte tan serio que era casi severo era un poco intimidante. En silencio caminaron juntos al adén y se quedaron de pie a la espera del tren. -Estem… perdón si me pregunta es un poco incómoda pero ¿Realmente nunca se ha subido a un tren público?

 

-No, no es algo a lo que esté habituado, suelo tener un chofer que me conduzca donde necesito. - Admitió el hombre con aquella misma voz profunda que lo dejaba ligeramente obnubilado. -Muchas gracias por tu ayuda, realmente me sentía algo… ignorante…por no saber sacar el ticket por mi cuenta.

 

-Ah, no, no, descuide, no es problema y todos necesitamos ayuda cuando intentamos algo nuevo. -Lo tranquilizó el castaño y una vez el tren arribó se sentó en un lugar disponible, algo tenso ¿En serio ese sujeto era real? De manera discreta lo miró de reojo, su piel era muy palida y sus cabellos negros solo la resaltaban aun más, cuand el sujeto se acomodó a su lado una leve briza le alcanzó el amaderado aroma de su perfume fino y apretó sus dientes de forma discreta. 

 

-¿Siempre ayudas a extraños? Lamento que haber tenido que distraerte conmigo haya interrumpido de alguna forma tus actividades. 

 

-Ah, no, no, insisto, no se preocupe, ayudarlo no fue nada.- Afirmó girandose apenas en su dirección para poder conversar. -Iba de regreso a casa, por suerte mi trabajo por hoy ha terminado. -Además me alegra haberlo ayudado.

 

-Ya veo, en todo caso espero poder agradecerle el gesto.- Comentó el mayor, girando ligeramente el rostro a su dirección. -Quizás en otro momento, porque me temo que no tengo nada aquí que ofrecer. 

 

–Muchas gracias, pero no es necesario.- Contestó algo apresurada y atolondradamente, rascando su nuca con una mano mientras sentía esos penetrantes ojos mirarlo fijamente, repentinamente se sentía demasiado nervioso. -Estem.. ¿Ocurre algo?

 

-Me gustaría saber tu nombre.- Pidió el hombre de traje sin apartar sus ojos de él. 

 

-Misaki..- Se apresuró a decir de forma algo torpe y carraspeó nerviosamente mientras apartaba la mirada. -Quiero decir, soy Takahashi Misaki. 

 

-Tienes un lindo nombre. 

 

Ambos se quedaron en silencio y Misaki intentó desesperadamente enfocar su vista en algo, en lo que fuera pero no sobre el elegante sujeto a su lado. No había nada de interesante o nuevo en el vagón que se sacudía mientras avanzaban, además estaba casi vacío para esa hora de la tarde noche. 

 

Qué sujeto extraño  y llamativo acababa de conocer, discretamente volvió a verlo de reojo, sujetos así no se veían todos los días.

La imagen de su casero inundó su mente por un momento y un tic nervioso atacó su ojo izquierdo solo de pensar en él. Usagi-san no cuenta, lo veía todos los días, pero él definitivamente no contaba. Usagi-san caía en una categoría totalmente aparte en eso de ser “extraño y llamativo”. Inconcientemente sacudió su cabeza de lado a lado ante ese pensamiento. 

 

-¿Te encuentras bien?- Escuchó la voz de su acompañante preguntar y deteniendo su movimiento se giró a mirarlo con una sonrisa tímida de disculpa, él pensando que ese extraño era algo raro y él era quien realmente se estaba comportando fuera de lo común.  

 

-Si, si, disculpe, es que pensé en algo desagradable.- Comentó con una leve mueca mientras escuchaba por altoparlante el nombre de la siguiente parada. -En todo caso, no quisiera ser impertinente pero ¿Por qué un hombre como usted ha decidido tomar el transporte público? 

 

-¿Un hombre como yo? 

 

-Ah no, disculpe, no quise que sonara mal, pero sí ha dicho que nunca ha tomado el tren y que tiene siempre un chofer a su disposición, solo pensé que era rara esta situación. -Intentó explicarse moviendo sus manos frente a él de manera algo acelerada, intentando darse a entender. -Lo siento, no quise… por favor, no me haga caso.- Suplicó haciendo una reverencia de disculpa  frente al mayor pero entonces escuchó una breve carcajada, muy pequeña, muy discreta y al alzar la vista con desconcierto encontró a su acompañante cubriendo apenas su boca con una de sus manos mientras lo miraba con sorpresa. 

 

-Eres muy honesto ¿Siempre dices lo primero que piensas?- Consultó finalmente regresando a la seriedad inicial, pero había un ligerísimo brillo divertido en sus ojos. 

 

-Lo–lo siento, es un mal hábito. 

 

-No creo que sea malo.- Afirmó el sujeto con su voz calma y profunda. 

 

-Ah…- De nuevo se hacía el silencio, no quería cortar la conversación pero tampoco sabía que decirle, miró por la ventana y suspiró con cierta resignación, ya estaban cerca. -En la siguiente parada nos bajaremos.- Advirtió y se levantó de su asiento notando como su acompañante lo imitaba con un movimiento de innata elegancia bajando juntos una vez el tren se detuvo.

 

Caminaron en un silencio algo incómodo hasta la calle y Misaki se detuvo para enfrentar al desconocido que seguramente nunca volvería a ver. -Bueno, yo me despido aquí, debo volver a casa ¿Necesita algo más? 

 

-No, muchas gracias, puedo llegar a mi destino desde aquí con el gps. - Ambos hicieron una breve reverencia y el joven comenzó a caminar calle abajo con gesto nuevamente agotado, mirando por sobre su hombro como aquel sujeto tecleaba en su celular. Una lastima nunca volver a saber de él, hubiera querido pedir su numero o correo ¿En qué estaba pensado? ¿Era tonto? Tenía que dejar de leer tantas estupideces que luego le trastocaran la mente. 

 

Apenas minutos después llegó al imponente edificio donde vivía, entró sin dudas en la lujosa recepción y presionó el botón del ascensor, esperando a que el aparato bajara mientras miraba sin ver el panel donde se marcaban los pisos que la máquina iba descendiendo. 

 

¿Cómo es posible que un joven común y corriente viviera en un lugar así con un sueldo promedio?  Simple… No sabía si era la persona con más suerte del mundo o estaba jodidamente maldito. 

 

Takahashi Misaki, de veinticinco años, licenciado en economía egresado de la universidad Mitsuhashi y empleado de la editorial Marukawa Shoten en el departamento de ventas vivía desde hace 7 años con el afamado novelista acreedor de varios premios de literatura y egresado en derecho con honores de la universidad T, Usami Akihiko. 

 

¡¡¿Qué diablos?!! ¿Cómo era eso posible? 

 

Haciendo corta la larga historia, dicho caprichoso hombre era el mejor amigo de su hermano mayor y cuando él logró ingresar a la universidad M su hermano, recién casado, había tenido que desplazarse a Osaka por temas de trabajo. Ellos no tenían una buena posición económica, eran clase media, su hermano ya pagaba sus estudios y no había dinero para también pagar un alquiler asi que había terminado viviendo con el afamado escritor a cambio de ocuparse de la limpieza y la comida. 

 

Sus últimos años allí habían sido un manicomio. Antes de entrar a la universidad, el autor había sido su tutor y su relación comenzó con el pie izquierdo al descubrir que ese pervertido redomado no solo estaba enamorado de su hermano sino que comercializaba libros eroticos donde lo usaba como personaje para plasmar sus profundas fantasías con un segundo seudónimo. 

 

Pese a que en primer término su desagrado era mutuo lentamente se habían comenzado a llevar mejor y su amistad se afianzó cuando Takahiro había terminado de romper el corazón del millonario el día que había anunciado su matrimonio.  Diez años de amor idealizado habían explotado en la cara de escritor y él, joven e inexperto, se había quedado a recoger los pedazos.

 

Así se forjó una amistad  inquebrantable. Usagi, el apodo que usaba para llamar a su casero, era un hombre solitario y complicado, pero vivir juntos había logrado volverlos inseparables, y aunque la diferencia de edad era de diez años, el millonario era para él algo así como un hermano menor caprichoso y rebelde a la vez que era su protector. 

 

Tenían confianza entre ellos, pese a todo gracias a ese hombre sus crisis de los veinte no habían sido tan malas, su ayuda con algunas clases de la universidad lo habían ayudado a graduarse y en parte gracias a él había decidido aplicar en Marukawa cuando terminó la universidad y no sabía a qué diablos dedicar su vida. ¿Por qué seguía viviendo con él cuando llevaba ya un año siendo un empleado formal? 

 

Eso era fácil de contestar. Si se iba de esa casa el escritor moriría al cabo de tres días, no sabía ni cómo era posible que ese sujeto hubiera sobrevivido solo hasta sus treinta y cinco años por su cuenta. 

 

Se había planteado irse a vivir solo e incluso había hecho una amplia búsqueda de departamentos, pero lo que podía costearse eran poco más que ratoneras y luego de discutirlo con su casero habían arreglado seguir viviendo juntos a cambio de que él se encargara de pagar algunos servicios y siguiera haciéndose cargo de la limpieza y la comida, aunque convencer a Usagi de que le permitiera pagar al menos una parte de las expensas había sido un suplicio. 

 

Además había otro detalle de por medio, gracias a Usagi y a su loca editora había comenzado a cuestionar su sexualidad hacía unos años atrás y se había descubierto homosexual y con ello… Había llegado su primera decepción amorosa y así como él había rejuntado los pedazos del autor años atrás, había sido Usagi quien lo había acompañado y consolado mientras lloraba sin poder siquiera respirar en el sillón del salón. 

 

Aun recordaba el lío que había sido ese, Usagi cual hermano sobreprotector había ido a bajarle toda la dentadura al hombre que había destruído su corazón. 

 

En una de las ocasiones en que Usami Akihiko había tenido que ir a la editorial para terminar su trabajo por ser un maldito irresponsable empedernido él había conocido a su mas grande idolo, Ijuuin Kyo - Sensei, el mangaka de su biblia, The Kan.  Después de animar al autor para que continuara dibujando y hacer una confesión totalmente irreflexiva, él lo había buscado y sin que él pudiera creer que aquello fuera real, el hombre le había propuesto salir. 

 

Luego de una sucesión de crisis e histeria había terminado aceptando, en parte porque Usagi lo había animado a hacerlo. Tenía veinte años en ese entonces y cayó.. cayó irremediablemente enamorado. 

 

Usagi había sido su cómplice para que él y Kyo pudieran mantener su relación, había sido su pantalla con su hermano muchas veces y así habían pasado más de cuatro años pero mientras trabajaba de medio tiempo en Marukawa en el departamento de Jupum poco antes de recibirse de la universidad había decidido ir a animar a Kyo pues estaba teniendo un ciclo particularmente difícil por la carencia de inspiración y lo descubrió, el hombre le era infiel con uno de sus asistentes. Los descubrió en pleno acto en el estudio del mangaka, y tras una discusión se enteró de que aquella no era la primera vez, esos dos llevaban tiempo de amantes y entre disculpas Kyo había cortado su relación, alegando haberse enamorado del agradable Yanase.

 

Ese día llego al penthouse hecho un estropajo, había intentado mantener compostura pero apenas entrar y que Usagi decidiera hacerle una mala broma sobre que tan duro le habría dado el mangaka, estalló, y cayó al suelo entre sacudidas y llantos mientras se abrazaba a si mismo y se preguntaba ¿Cómo había sido tan ingenuo de pensar que un hombre así podría enamorarse de él? 

 

En serio Usagi lo quería muerto, después de eso, incluso ahora poco más de un año después, no podía ni tolerar mirar al sujeto. 

 

Tras entrar a trabajar formalmente en Marukawa, como ya había dicho, había buscado departamento, pero como ya había dicho no encontraba nada que lo convenciera y Usagi no quería en realidad que estuviera solo, aun estaba herido y deprimido y aunque le avergonzaba decirlo, entendía la preocupación de su casero y amigo, estaba tan mal que su alegría natural se había apagado.

 

Ahora ya estaba mejor, pensar en Kyo aun dolía, más cuando por alguna casualidad se lo cruzaba por los pasillos de la editorial, alguna vez lo había visto en compañía de Yanase y dolía. No les deseaba mal, en absoluto, una parte de él se sentía feliz por ellos, se notaba que eran perfectos el uno para el otro, pero eso no le quitaba que doliera como el infierno. 

 

En este punto de su vida ya tenía la madurez suficiente para no odiar a su ex por haberse enamorado de alguien más, así funcionaba la vida, aunque seguía creyendo que el engaño había sido innecesario, hubiera preferido mil veces tener el corazón roto por ser abandonado a haber visto al hombre que pensaba hasta presentar con su familia acostándose con alguien más mientras le mentía en la cara. 

 

Parpadeó apenas al ver las puertas del elevador abrirse frente a él ¿Por qué cuando estaba cansado no podía evitar pensar en Kyo? ¿En toda su vida en general? Resopló apenas y estaba por subir cuando el ruido de la puerta de entrada lo desconcentró y vió entrar a aquel llamativo sujeto del tren.

 

Sus ojos se conectaron, ambos abriéndolos con sorpresa. No atinaron a decir nada, solo se miraban mientras el mayor se acercaba a paso firme. -Gracias por detener el acensor.- Comentó el mayor y Misaki volvió a sentir el leve escalofrío que provocaba esa profunda voz. 

 

¿El tipo lo había seguido? No, no, nada de eso, en serio tenía que dejar de leer las novelas de Usagi, le trastocaban el cerebro. Eso solo era una coincidencia, solo una muy grande coincidencia. 

 

-Ah, claro, no es nada… No esperaba encontrarlo aquí.- Admitió mientras terminaba de entrar al cubículo de metal y presionó el botón del último piso. -¿Viene de visita? Nunca lo había visto en el edificio… eh… ¿A qué piso va? 

 

-Al último y si, vengo de visita.- Contestó y ambos volvieron a mirarse, iban al mismo piso… ¿Qué estaba pasando ahí? 

 

El ascensor subía y ellos se miraban en silencio, los ojos oscuros del hombre parecían estar escrutando y analizando hasta el último ápice de él y comenzaba a ponerse cada vez más nervioso. 

 

Se bajaron juntos y caminaron callados por el pasillo y ambos se detuvieron en la puerta del penthouse, girando a mirarse con incredulidad. -Ah… ¿Viene a ver a…?

 

-¿Vives aquí, Takahashi-kun?- Hablaron los dos dos al mismo tiempo y el elegante sujeto llevó una mano frente a su boca vuelta un puño para carraspear antes de volver a hablar. -Lo siento, quizás no tengo bien la dirección, estoy buscando a Usami Akihiko. 

 

Los ojos de Misaki se abrieron aún más y abrió su boca para decir algo pero solo pudo modular en el aire sin que ninguna palabra pudiera ser formulada y se regañó mentalmente a sí mismo mientras su rostro se volvía cada vez más rojo ¿Por qué perdía el habla justo ahora? -No, si, usted si tiene bien la dirección, entré por favor. - Pidió mientras discaba el código de seguridad y abría la puerta, dando paso al sujeto con nerviosismo.  

 

-¿Vives con Akihiko? -Preguntó el hombre sin poder disimular su sorpresa en lo que entraba al lujoso apartamento.  

 

-Si, somos amigos y  vivir aquí me ayuda un poco económicamente. - Explicó mientras se quitaba las zapatillas y el formal saco azul obscuro que usaba. -Venga, entre por favor, Usagi debe estar en el estudio o durmiendo. 

 

-Con permiso. - Lo escuchó hablar mientras avanzaba tras quitarse los zapatos y sentía sus ojos clavados en su espalda. 

 

Estaba demasiado nervioso ¿Por qué? Seguramente sería algún empresario o productor o algo así, sabía que el último libro de Usagi iba a tener una película, quizás tuviera alguna especie de reunión o algo así y no sería raro que el autor no le hubiera dicho nada, es más ya tenía que empezar a pensar en excusas para disculparse, si conocía a ese irresponsable seguramente el desgraciado hubiera decidido que era un buen día  para irse no sé ¿A Sapporo? con tal de escapar del trabajo y él tuviera que pagar los platos rotos. - Por favor, póngase cómodo, llamaré a Usagi-san y prepararé el té. - Ofreció colgando su saco de un perchero junto a la puerta y se asomó a las escaleras. -¡¿Usagi-san?! Ya llegué… -Tanteó y entonces la puerta del estudio se abrió de golpe y su casero se asomó ¿Cómo podía saberlo? Porque ya conocía ese aspecto casi inhumano del escritor cuando estaba rozando su fecha límite y su capacidad innata de procrastinar lo había llevado a escribir como un energúmeno para llegar a tiempo a la entrega, cosa que de todos modos casi nunca lograba.  

 

-Misaki… cómida…- Murmuró antes de desplomarse en el suelo. 



-¡¡AH, USAGI-SAN, NO MUERAS!! - Gritó mientras corría escaleras arriba para levantar al escritor del suelo ¿Cómo había terminado así en solo un día? La noche anterior, durante la cena había recibido un correo de Henmi, había habido una urgencia en la oficina, unos importantes registros de ventas habían desaparecido y había tenido que salir disparado a la oficina que había sido una verdadera probada del infierno, nunca había visto a Yokozawa-san tan furioso, y había estado trabajado desde entonces como desesperado junto a sus compañeros para recomponer el archivo completo llevaba más horas de las que podía contar enterrado en estadísticas, papeles, cajas y con los gritos de su jefe como cántico constante. 

 

Abajo el invitado observaba con gracia como el diminuto castaño tomaba al escritor para hacer que volviera a ponerse de pie y lo ayudaba a bajar por las escaleras y finalmente hacer que se desplomara en el sillón que estaba enfrente de él. -No sabía que el trabajo de escritor podía ser tan agotador… 

 

-Hum…- Usami levantó la vista ante esa voz mientras apartaba un poco a Misaki para clavar sus ojos amatistas en los del sujeto que no podía creer que estuviera sentado en su casa. -¡¿Quién demonios te dejó entrar Haruhiko?! 

 

-El joven Takahashi-kun me dejó pasar, de todos modos nuestro padre me entregó tu código de seguridad en caso de que te negaras a atenderme. 

 

Misaki miraba a uno y otro mientras de pronto sentía que un aura de peligro y odio se extendía en toda la sala, casi podía ver la onda de energía negra en torno a ambos hombros y sintió como su mandíbula de pronto caía al suelo de la impresión. -¡¿Nuestro padre?! 

 

-Misaki, no dejes entrar ratas a la casa.- Protestó Usagi haciendo que el castaño frunciera el ceño.

-¡Usagi-san, no seas grosero! - Lo regañó alzando la voz pero retrocedió instintivamente ante la mirada que le dirigía el mayor. 

 

-No te preocupes, Takahashi-kun, no esperaba un cálido recibimiento de parte de mi hermano. - Comentó el hombre y el castaño estaba cada vez más confundido, mirando a uno y a otro mientras sentía que las pocas neuronas que Yokozawa no había hecho explotar acababan de fundirse. 

 

-¡¿HERMANO?!

 

-Tsk, él es mi medio hermano mayor, Misaki. - Presentó con desinterés el escritor mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía pese al gesto fruncido del morocho frente a él. -Si te molesta el humo puedes irte. 

 

-Lo haré pronto, no te preocupes. - Contestó con hostilidad el mayor. 

 

-Puedes hacerlo ahora. 

 

-Iré a hacer té.- Se desligó el castaño huyendo a la cocina, el clima era tan pesado que esos dos lo estaban asfixiando ¿En serio eran hermanos? ¿Por qué esa aura entonces? ¿Cómo es que no sabía que Usagi tenía un hermano? Jamás lo había escuchado hablar de su familia, sabía que no se llevaba bien con ellos pero en serio… ¿Qué diablos estaba ocurriendo? 

 

-Akihiko nuestro padre me envió a verte por dos asuntos en específico, era claro que si no venía a verte en persona encontrarías la forma de evadirte. 

 

-No sé que quiere ese hombre, pero puedes decirle que no me interesa. 

-Akihiko

 

-Dije que no me interesa.- De pronto el aire de por sí denso se volvió tan pesado que Misaki, incluso en la cocina, sentía que no podía siquiera respirar. 

 

-Usagi-san, deberías ser más responsable, al menos escucha lo que Haruhiko-san tiene para decirte, vino hasta aquí, sé más educado. - Le reclamó desde la cocina mientras preparaba los té y casi tira los frascos ante la mirada que le mayor le envió. 

 

-Bien…Sé breve Haruhiko, aun tengo que comer y volver a mi estudio.- Aseveró clavando sus ojos en los del mayor. 

 

Haruhiko dió un suave suspiro mientras entre ambos se instalaba un silencio incómodo y ambos se estudiaban, atacandose con sus ojos como si de esa forma pudieran matarse de alguna manera. -Necesitamos tu presencia en la mansión, el abuelo falleció el día de ayer y tienes que estar presente en la lectura del testamento. 

 

-No me interesa, solo dile a ese hombre que pueden hacer lo que quieran con mi parte de lo que sea.- Sentenció cruzándose de brazos y piernas en una postura defensiva e inflexible.  

 

-Al menos deberías presentarte a hacer la renuncia de tu parte de forma personal, Akihiko. 

 

-Dejé claro cuando me marche que no quiero tener nada que ver con esa familia.- Sentenció con un tic nervioso en su ceja derecha. 

 

Misaki trago saliva y se acercó y dejó las tres tazas de té en la mesa junto a un plato con una tarta de fresas que había preparado el día anterior. -¿Desea una porción, Haruhiko-san? 

 

-Muchas gracias, Takahashi-kun. - Respondió girando su rostro para clavar sus ojos en el joven de ojos verdes, era mejor mirar a ese amable chico que intentar apuñalar a su medio hermano con telepatía. -Y gracias por intervenir, estoy sorprendido de que seas capaz de vivir con este caprichoso imberbe 

 

-Eh…- Misaki no sabía qué contestar, más al escuchar el gruñido de su casero, lo conocía, ese hombre estaba a punto de explotar. -Por favor, Haruhiko-san, no haga más tenso el ambiente. -Pidió con nerviosismo. 

 

–¿Qué más quieres Haruhiko? ¿Cuál es el otro asunto?- Exigió saber el escritor frunciendo el ceño al ver la forma en que su medio hermano y Misaki se hablaban. -¿Cómo es que ustedes dos se conocen? 

 

-Takahashi-kun fue amable al ayudarme a llegar aquí en tren y dejarme pasar a tu departamento, Akihiko.- Contestó mientras tomaba su taza de té para darle un sorbo, reiniciando su duelo a muerte de miradas. 

 

-Ja ¿Qué hacías tú en el tren? -Preguntó sonriendo con sorna el albino.  

 

-El auto de la compañía que estaba usando se averió y el reemplazo tardaría unas horas en llegar y quería terminar lo antes posible con esto.  

 

Misaki respiró profundo mientras se sentaba junto a su casero y servía la tarta de frutillas para los tres en silencio, mirando cada tanto a la inesperada visita ¿Realmente eran medio hermanos? Eran parecidos, si, de hecho, ver las poses casi idénticas y las miradas rabiosas le hizo sentir un sudor frío en la espalda, quizás en apariencia no fueran parecidos pero por otra parte eran escalofriantemente iguales. 

 

-Haruhiko-san aquí tiene. - Interrumpió el diálogo para señalar su porción al morocho. -La hice ayer así que está buena, pruebela por favor. - Invitó intentado diluir un poco la asfixiante atmósfera y vio la forma inconcientemente refinada en que el hombre tomaba el plato y el tenedor para cortar un poco de la porción y probarla. Sus manos eran grandes, sus dedos muy largos y finos, tenía… lindas manos. El sonrojó de pronto le trepó hasta las orejas ante el pensamiento que acababa de sucar su mente. 

 

-Estoy sorprendido, Takahashi, al parecer tienes buenas habilidades en repostería demás de un buen ejercicio de paciencia para vivir con Akihiko.- Comentó alzando su vista al castaño con una imperceptible sonrisa al ver que el chico se sonrojaba aún más y comenzaba a negar con sus manos mientras reía tan nerviosamente como lo había hecho en el tren al pensar que lo había ofendido. 

 

-No, no, nada de eso, solo es una especie de hobby que me ayuda a calmar el estrés, nada más pero gracias, me alegra que le haya gustado Haruhiko-san. 

 

-¿Te gustan las frutillas, Takahashi-kun? 

 

-Ah, si, claro… me gustan bastante.

 

Usami Akihiko miraba la interacción con una ceja arqueada ¿Había escuchado alguna vez a Haruhiko hablar “tanto” con alguien que no fuera Isaka? ¿Misaki estaba sonrojado? ¿Era una broma, cierto? -Haruhiko.-  Lo llamó atrayendo de nuevo la atención del mayor, notando que de todas formas sus ojos se por segundos se desvían ligeramente para seguir prestando atención al agente de ventas ¿De qué mierda se estaba perdiendo? -¿Cuál es el otro asunto? - Insistió, quería echarlo de su jodida casa pero al mismo tiempo le daba curiosidad la extraña interacción que estaban teniendo esos dos. 

 

-Será nuestra compañía productora la que se encargará de producir la película de tu último libro, y yo estoy a cargo del proyecto.

 

-¿Y eso en qué me afecta? 

 

-Usagi-san, has tu trabajo.- Regañó de forma instintiva Misaki girándose a ver a su casero. -Tienes que estar involucrado en el proyecto de la película, no puedes desligarte de eso, estoy seguro de que Isaka-san te explicó los pormenores del asunto, es más yo mismo lo escuché cuando te dijo que tú mismo debes revisar el libreto. 

 

-No me interesa. - Se limitó a reafirmar mientras encendía otro cigarrillo y le daba una profunda calada antes de darle un sorbo a su taza. 

 

-Usagi-san, o fumas o bebes y HAZ tu trabajo.- Recalcó el castaño con irritación, luego por culpa de ese idiota, tenía a Isaka-san acosandolo en la editorial para que fuera él quien presionara al niño en cuerpo de adulto que era su amigo para que hiciera lo que debía. 

 

-Así que tienes a un jovencito diciendote lo que debes hacer, Akihiko, deberías escuchar a Takahashi-kun, al parecer tiene más sentido común que tu. - Intervino el mayor con el ceño apenas fruncido. -Esto es parte de tu trabajo, y tendremos, para nuestra desgracia, que trabajar juntos y no voy a permitir que tu irresponsabilidad arruine un proyecto en el que estoy a cargo, además tampoco quiero escuchar las quejas de nuestro padre y de Ryuichiro.  

 

-¿Ryushiro?

 

-Isaka-san y Haruhiko son amigos de la infancia.- Explicó Akihiko con su ceja nuevamente arqueada al escuchar la pregunta instintiva de Misaki que parecía bastante interesado de pronto en que su hermano lo mencionara. -En todo caso no me interesan los problemas que puedas tener, si ya has venido a decir lo que tenías que decir, vete. 

 

-Oye, Usagi-san, no tienes que ser tan grosero, es tu hermano. - Reclamó Misaki con molestía antes de volver a ver al invitado. -No le hagas caso, Haruhiko-san, mejor termine de merendar con calma. 

 

-Gracias por tu amabilidad, Takahashi-kun, pero Akihiko hace que cualquier cosa sepa mal con su actitud caprichosa.- Se limitó a quejarse mientras dejaba la tarta medio empezada y la taza de té en la mesa. -Gracias por tu hospitalidad, yo me retiraré ahora.

 

-Sabes dónde está la puerta. 

 

-Usagi-san… - Protestó de nuevo el castaño, casi rodando los ojos por la actitud del millonario. -Espere, Haruhiko-san, lo acompañare a la puerta. - Dijo levantándose del sofá para ir con el hombre hasta la entrada a la casa. -Lamento mucho la actitud de Usagi-san, Haruhiko-san, intentaré que se haga responsable de su trabajo, pero no puedo prometer mucho. - Comentó avergonzado una vez en la puerta mientras veía al hombre calzarse. 

 

-No sé te preocupes Takahashi-kun, aunque agradeceré si logras disuadir a Akihiko de ir a la mansión a renunciar a su herencia correctamente, yo ya cumplí en venir a informar lo que debía. - Afirmó girándose para ver al castaño con atención ¿Quién era ese chico? ¿Qué era exactamente de Akihiko? Sabía que su hermano era gay ¿Eran acaso pareja? 

 

-Lo intentaré, Haruhiko-san, pero Usagi-san puede ser algo difícil de convencer. Lamento que su visita haya sido tan…

 

-Insisto, Takahashi-kun, no te preocupes, conozco a mi hermano.- Dijo con calma, haciendo un leve gesto con su mano para tranquilizarlo. -No es tu culpa que nosotros nunca nos hayamos llevado bien, espero poder compensar su amabilidad y hospitalidad en otro momento. 

 

-Ah, no, no tiene que…- Intentó decir mientras se pasaba una mano por su cabello con nerviosismo para acomodarlo tras su oreja, desviando apenas la mirada cuando el sonido del celular del mayor cortó el aire y lo vió tomarlo con firmeza. 

 

-Mi transporte me espera abajo y tengo otros asuntos que atender ahora, Takahashi-kun, pero insisto, lo compensaré, con su permiso.- Comentó haciendo una leve reverencia antes de retirarse.

 

-Que tenga un buen día. - Se despidió haciendo también otra reverencia mientras lo veía marcharse. Su espalda era muy ancha… ¡BASTA, MISAKI! Le regañó su propio pensamiento al darse cuenta de que hacía ya varios segundos que Haruhiko se había marchado y él seguía ahí parado como si todavía pudiera ver su espalda. 

 

Apresurado entró de nuevo en el departamento bajo la atenta mirada del escritor y se metió directo en la cocina. -Prepararé la comida, Usagi-san, estará lista pronto…- Comentó al aire mientras comenzaba a pasearse por ese conocido espacio, pelando verduras mientras sentía la mirada de su amigo clavada en él. -¿Qué ocurre, Usagi-san?- Preguntó alzando su vista. 

 

-Eso quiero saber yo. - Contestó el escritor caminando hasta la isla de la cocina para apoyarse en el mármol y mirar al chico con sus ojos entrecerrados. 

 

-¿Ahora de qué hablas, Usagi-san?- Cuestionó con su ceño fruncido. 

 

-No sé, tu dime.- Respondió con una ceja apenas arqueada. -¿Desde cuando te sonrojas así solo porque halagan tus habilidades de repostería? 

 

-¡¿Ah?! Usagi-san tal vez si necesitas descansar de escribir ya confundes lo que imaginas con la realidad. - Bromeó nervioamente intentado hacerse el tonto mientras desviaba su mirada y seguía peleando la verdura. 

 

-¿Eso crees? - Preguntó con cierta burla el escritor mientras una sonrisa maliciosa se dibujaba en sus labios. -¿Entonces también imagine que empezaste a sonrojarte cuando le veías las manos a Haruhiko? 

 

-¡¿Eh…?!  ¡AUCH! ¡Usagi-san, no me molestes cuando cocino!- Protestó aún más rojo al escuchar al hombre reírse a carcajadas luego de que su comentario había hecho que se le resbalara el cuchillo de los nervios y terminó por hacerse un corte en un dedo. 

 

-En serio tienes mal gusto, Misaki.- Se burló descaradamente entre risas mientras veía al chico poniendo el dedo herido bajo el chorro de agua. 

 

-¿Usagi, porqué no en vez de decir tonterías no me traes el botiquín? - Protestó molesto sintiendo su rostro arder. 

 

-Si, si.- Aceptó despreocupado mientras iba a buscar lo pedido al baño para luego entregárselo al castaño y verlo atentamente mientras se colocaba el yodo y una curita. -¿Y de qué tanto hablaban en la entrada? 

 

-Usagi-san, en serio imaginas cosas, solo me pidió que intentara convencerte de que vayas personalmente a renunciar a tu herencia.- Comentó mientras volvía a poner atención a lo que hacía. -Y no creo que debas rechazarla en realidad, pero lo que decidas es asunto tuyo, aún así deberías ir a hacer lo que debes hacer y punto, eres un adulto. 

 

-No iré, no tengo ganas de aguantar a ese nido de víboras. 

 

-Usagi-san, es tu familia. - Resopló con resignación el castaño. 

 

-Por eso lo digo, tú no los conoces Misaki y es mejor así.- Comentó encogiéndose de hombres. -Aunque si quieres meterte en los pantalones de Haruhiko… 

 

–¡USAGI-SAN!- Gritó sintiendo su rostro en llamas. -¡NO TODOS SON UNOS PERVERTIDOS DESVIADOS CON LA MENTE CORROSIVA COMO TU! 

 

El escritor volvió a reír a carcajadas y Misaki deseo apuñalarlo con el cuchillo que tenía en su mano. -¿Y de qué más hablaron en la entrada? Tardaste en volver 

 

-Deja de imaginar cosas.- Protestó el chico con el ceño fruncido mientras iba metiendo las cosas en la olla pero luego tragó saliva y desvió la mirada. -Aun así… eh… 

 

-¿Qué pasa, Misaki?- Preguntó entretenido el albino mientras observaba al chico esquivando sus ojos como si fueran la peste. 

 

-Nada, nada. - Estaba por cometer una locura ¡NO! ¡FUERA IMPULSO DE IDIOTES!

 

-Vamos Misaki ¿Qué ibas a decir? - Lo instó a hablar mientras volvía a encender un cigarrillo. 

 

El chico respiró tan profundo como pudo y sintió sus orejas arder, hablando entre dientes. -¿Creesqueseaposiblequepuedasdarmeelnumerodetuhermano? 

 

-Lo siento Misaki, si no abres la boca para hablar es imposible entenderte. - Dijo entre incrédulo, sorprendido  y totalmente entretenido con lo que acababa de escuchar. Jamás pensó que a NADIE Haruhiko pudiera parecerle remotamente atractivo, mucho menos a Misaki. Había empezado a molestarlo por curiosidad y porque le pareció divertido, el chico era fácil de avergonzar y era común entre ellos que él lo fastidiara de vez en cuando con algún hombre solo para discutir un poco y hacerlo enojar, pero honestamente nunca hubiera imaginado que el chico se iba a atrever a pedirle el número de su hermano. 

 

-¡DEJA DE FASTIDIAR!- Gritó Misaki con el rostro hirviendo, sabía que el estúpido de Usagi lo había escuchado perfectamente, pero en ese instante sonó su telefono y lo sacó del bolsillo del pantalón de vestir, rogando que no fuera Henmi para avisarle de algun otro percanse, sin embargo se encontró con un mensaje de un número desconocido. 

“Takahashi-kun, espero que no te moleste que haya conseguido tu número de Ryuichiro. Respecto a lo de compensar tu amabilidad ¿Estarías disponible el viernes en la tarde para ir a merendar conmigo? 

Atte: Usami Haruhiko”

 

Usagi vió en primer plano como el rostro de su compañero de su joven compañero de piso se iba deformando y enrojeciendo mientras quedaba absolutamente petrificado.  Curioso, se asomó más por sobre la isla de la cocina. -¿Misaki? - Lo llamó sin recibir respuesta y estiró el cuello para verla pantalla y poder leer el mensaje que el castaño seguía observando. -¡¿ES EN SERIO?! - Gritó con absoluta incredulidad, eso no podía estar pasando en serio. -¡¿Qué rayos le dijiste o hiciste con Haruhiko en el tren, Misaki?! 

 

-¡YO NO HICE NADA! 

 

-Bueno, al menos me diste ideas para seguir escribiendo. -Dijo el escritor con obvia malicia y burla mientras se giraba sobre sus talones para ir a su despacho. 

 

-¿Ah…? ¡USAGI-SAN NI SIQUIERA SE TE OCURRA VOLVER A USARME EN TUS LIBROS PERVERTIDOS!- Gritó con desesperación cuando escuchó al mayor reirse mientras subía la escalera, deteniéndose a la mitad para girarse a mirarlo. 

 

-Asique si ocurrió algo pervertido en el tren, no lo habría esperado de ti, Misaki.- Se burló con malicia antes de volver a carcajearse y seguir subiendo las escaleras. -Sexo en un bagon vacio esz una buena idea para…

 

-¡ESTÚPIDO USAGI! ¡TE ENVENENARÉ LA COMIDA UN DÍA! 

 

Por toda respuesta el chico escuchó la puerta del despacho cerrarse entre las risas de su casero y apretó con excesiva fuerza el celular en su mano.

 

Oh, su celular… ¿Y ahora que le contestaba a Haruhiko? Con el rostro ardiendo se quedó mirando el mensaje sin saber qué hacer. 

 

-.-.-.-.-.-.- Continuará. 



Ushuaia, Martes 26 de Abril del 2022. Tierra del Fuego, Argentina. 

 

Notas de la autora: 

 

 Bueno, como verán no hay mucho por aclarar, estoy usando los personajes y sus historias de base, pero es un universo divergente del kanon, no sé si califica como un universo alternativo porque estoy usando la historia original de base pero con varios cambios. 

 

Espero que haya quedado más o menos claro como es el panorama en el que se enmarca la historia. Me desquité de querer escribir un poco de Misaki e Ijuuin, pero como queda claro la pareja de esta historia es Haruhiko x Misaki, habrá participación de otras parejas y para aquellos que tengan dudas, Akihiko ya no ama a Takahiro, lo supero, pero seguramente permanezca soltero toda la historia porque no tengo ni puta idea de con quien emparejarlo ¿Alguna sugerencia al respecto? 

 

Bueno espero que la premisa les haya gustado y, aunque creo que no necesita aclaración, Misaki ahora mismo está teniendo un ataque completo de GAY PANIC. 

 

Esta historia tiene más o menos forma en mi cabeza, pero todavía no sé muy bien qué curso va a seguir, espero que la disfruten de todas formas conmigo y gente, plox, alguna sugerencia para el título si tienen, porque LO ODIO. 

 

Y si, si, ya sé, para los que sí me conocen, YA SÉ QUE TENGO OTRAS COSAS POR ACTUALIZAR, PERO DEJENME XD Amo esta pareja, es como un placer culpable y no hay mucho de ellos, asique este es mi aporte al fandome. 

 

Cómo siempre, estaré leyendo y respondiendo siempre sus comentarios y si les gusto no olviden votar. Los veré pronto.

 

Sioa Shun.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).