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Una caja de rosas gemelas (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Después de ese día, Safils y Roofs abrazaron a Viola cada que tenían la oportunidad. Mezclaron sus cuerpos por toda la iglesia. No sólo en la cama, sino en el pasillo, en la sala de estar y hasta en la cocina. Cada lugar, pequeño y grande, se convirtió en un escenario de humillación en el que le mostraron sensaciones que solo había encontrado en sus fantasías más obscenas. Roofs, en particular, era del tipo de hombre que no podía soltarlo después de descubrir lo fascinante que habían sido sus encuentros. Como si fuera un niño con juguete nuevo.

"Maldita sea, te estoy diciendo que lo dejes descansar".

Pero aunque Safils dijo esto, él también era de esos que atormentaba a Viola hasta que perdía el conocimiento. Incluso hubo momentos en que Safils lo cogió hasta segundos antes de que los niños llegaran a tomar clases y hubo días en que tuvo que dar misa con una voz completamente ronca. Y de esto, lo que más preocupaba a Viola era su voluntad tan terriblemente débil. Si lo querían, no podían rechazarlos. Aunque su cabeza sabía que esto era algo inaceptable, su cuerpo lo buscaba como si fuera muy común. Y solo provocaba que se arrepintiera de ser tan irremediablemente pecador.

Cuando ellos no estaban con él, hubo muchos días en los que se recostó en la tumba de su padre, llorando y diciendo que había perdido el camino definitivamente. Además, todo lo que Viola podía hacer en esos momentos era pedirle perdón a Dios y orar con toda su fuerza. Días y días y días.

A la mañana siguiente, después de haber sido abrazado con locura por los dos hasta altas horas de la noche, Viola se despertó y vio que ya todo estaba completamente despejado. Roofs solía salir al pueblo antes del amanecer y Safils no estaba allí porque probablemente estaba dando misa de gallo. Entonces se levantó, se puso su túnica y le echó un vistazo a la iglesia: Como había imaginado, el hombre estaba rezando en el altar y las sillas estaban llenas de un montón de aldeanos. Por supuesto, en el momento en que presenció la escena y pensó que era la cosa más hipócrita que hubiese visto jamás, Viola dio un paso atrás y dejó la catedral.

Comenzó a caminar sin rumbo fijo.

Era la primera vez que se perdía del servicio de adoración de la mañana después de hacerse cargo de la iglesia. Y había pasado mucho tiempo desde que pareció tan desesperado.

"Vete".

Alguien dijo eso en la cabeza de Viola. 

"Huye" 

"Puedes salir de aquí ahora porque nadie te está viendo."

Para Viola, sonaba como una voz divina. 

Sí, realmente podía irse.

Viola volvió a su habitación y comenzó a prepararse. Cuando abrió el cajón del escritorio, notó que había una caja lo suficientemente pequeña como para sostenerla con las dos manos. La dejó sobre el escritorio y abrió la tapa. Allí, una tela morada yacía ordenadamente en su interior. Lo tocó con los dedos y lo revisó de arriba para abajo.

"Cuando las cosas sean difíciles, mira esta tela y piensa en el significado de nacer en este mundo. Entonces seguramente encontrarás la respuesta."

Las enseñanzas de su padre resonaban en su cabeza. Viola en realidad siempre estaba pensando en el significado de nacer en este mundo. ¿Por qué su madre lo arrojó frente a esta iglesia? Quería creer que era la guía de Dios, pero entonces, ¿Por qué se encontró con el demonio? Viola, que buscaba una respuesta a sus dudas, volvió en sí y agitó la cabeza. En realidad no tenía mucho tiempo para perderlo en tonterías. Debía huir rápidamente y llegar lejos del pueblo. Por fortuna, las posesiones de Viola eran solo unas pocas prendas y tan pronto como metió su ropa en la bolsa, ya estaba listo para irse.

Finalmente, solo puso la tela morada dentro de su bolsa y, aprovechando la ausencia de los demonios, salió apresuradamente de la iglesia y corrió. Si iba al pueblo, lo encontrarían enseguida así que Viola decidió cruzar la montaña. Después de todo, sabía que más allá de los árboles y los ríos, había otro país un poco más pequeño que este. La iglesia en ese lugar tenía la misma organización eclesiástica que este por lo que, una vez que fuera, podría obtener ayuda en la institución y tener asilo político.

Sin dudarlo, subió por el sendero de la montaña. Caminó rápido hasta que no pudo ver la iglesia y luego siguió un poco más que eso. Pero a medida que se adentraba al bosque, el aire se enfriaba y el sudor que le ocasionaba caminar por el sendero provocaba que comenzara a temblar y que sus movimientos se entorpecieran.

"Ah..."

Dejó de caminar porque estaba sin aliento. Pero, mirando hacia atrás, la iglesia finalmente había dejado de estar a la vista ¿Qué tan lejos caminó? Respiro profundo, tomó todas sus fuerzas y decidió dar un paso adelante para llegar a la cima de la montaña de alguna manera.

"¡Ay!"

Sin embargo, perdió el equilibrio cuando sus pies tocaron el suelo húmedo.

En el momento en que su cuerpo flotó en el aire, rodó por el camino de la montaña y cayó cuesta abajo en un segundo. Instantáneamente, agarró un árbol por puro instinto y se quedó mirando para abajo como si agradeciera estar vivo. No obstante, su zapato izquierdo rodaba por la pendiente y el latido de su corazón pareció molesto de escuchar. Apresuradamente agarró el árbol, ajustó su postura y regresó al sendero de la montaña. Cuando miró su pie izquierdo, el que no tenía zapato, había una herida horrible en la parte posterior de su carne y un montón de sangre corriendo por todos lados hasta detenerse en dos grupos. Sus manos estaban llenas de pequeñas heridas y seguro su expresión era terrible. Puso sus pies en el suelo fangoso, volvió a subir la montaña y pensó que no debía detenerse allí si quería sobrevivir.

Después de caminar un rato, encontró una vieja cabaña en donde podría dormir. Obviamente era imposible llegar a la cima de la montaña incluso si continuaba de la misma manera durante una hora más y por si fuera poco, creía que si se quedaba aquí esta noche definitivamente no iban a enterarse.

Viola entró en la choza. Era sorprendentemente espacioso por dentro e incluso tenía una cama. Lo suficiente para una noche. Dejó escapar un suspiro de alivio, se secó el sudor y bajó su equipaje al suelo.

Pero vio algo negro completamente esparcido en la pared.

Cuando se acercó a comprobar la situación para, tal vez, limpiarlo un poco o ver que no fuera un animal, entonces...

"..."

Descubrió que era sangre. No estaba fresca y tampoco maloliente, pero estaba seguro de que lo era.

Miró alrededor de inmediato. No pasó mucho tiempo antes de que temblara al ver un mechón de pelo descolorido junto a la cama. Quizá alguien murió aquí y de una manera tan cruel que no quedaba ni la forma de su cuerpo. Viola inmediatamente rezó. Es decir, todavía creía en Dios y todavía era lo suficientemente devoto cómo para esperar que con esto, la persona que había fallecido ahora pudiera estar en paz. No obstante, el grito de algún animal se escuchó desde la distancia, haciendo que tuviera tanto miedo que olvidó rezar y ocasionó que sus manos temblaran con muchísima fuerza. Acababa de recordar ese viejo rumor de que había un lobo devorador de hombres en esta montaña. Sin embargo, ya estaba oscuro afuera y obviamente sería más peligroso caminar que quedarse allí para ocultarse.

Viola volvió a sentir un escalofrío impresionante y, como en las veces anteriores, se arrodilló y rezó en un rincón de la recámara. Había pensado que si no lo hacía, entonces definitivamente no tendría la confianza para mantenerse cuerdo toda la noche.

Mientras rezaba una y otra vez, escuchó el sonido de algo grande golpeando la puerta de la choza.

"¡Ah!"

Viola se dio la vuelta y se encontró con un par de ojos brillantes, mirándole desde su lugar en la puerta de la entrada. No era humano, sino una bestia increíblemente enorme. Habiendo notado a Viola, se acercó como si estuviese tratando de confirmar sus movimientos y aunque era evidente que estaba asustado, el jovencito encontró que no podía moverse o al menos intentar apartar la mirada de él.
Viola entonces sacó su paño morado de la bolsa que había dejado a sus pies y lo sujetó con mucha fuerza contra su pecho. ¿Iba a morir? Si Dios creía que mandar a una de sus criaturas para destrozarlo debido al pecado que había cometido, era lo correcto, entonces no le quedaba más remedio que aceptarlo de buena gana. Él sabía que lo merecía. Sabía que no merecía el perdón de nadie. Viola cerró los ojos, rindiéndose.

Entonces, se escuchó el sonido de algo golpeando el suelo. Luego sintió claramente la presencia de una cosa pesada siendo aplastada y, segundos más tarde, el olor de sangre.

"Oye."

Viola se sobresaltó por la voz tan repentina. 

Cuando abrió los ojos, entonces encontró que Roofs estaba a la derecha y que Safils se encontraba justo a su lado. Además, en frente de los pies de Viola, había un bulto marrón que habían dejado completamente destrozado: Era un lobo que todavía estaba vomitando sangre.

"Por mucho que ores, tu Dios no te salvará. Llámanos a nosotros en lugar de hacer algo tan ridículo."

Roofs miró a Viola.

"Te lastimaste..."

Safils se arrodilló en el suelo y acarició el pie izquierdo de Viola. La piel que había estado sangrando estaba comenzando a ponerse casi negra.

"Um..."

Viola agarró más fuerte la tela morada que sostenía entre las manos. La verdad era que ya no le dolía cuando los veía a los dos.

"¿Qué tan lejos planeabas huir?"

Roofs envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Viola para levantarlo. Luego suspiró como si no quisiera escuchar la respuesta incluso aunque había preguntado.

"¿Y qué es esto?"

La tela resbaló de la mano de Viola.

Roofs lo miró por un momento y Safils, como dándole la razón a una conversación que tenían en su mente, asintió antes de decidir acercar el paño a su cara.

"No hagas eso..."

El paño púrpura cubrió los ojos de Viola y después, su lengua lamió el lado más alejado de sus labios. Fue como si esos toques fueran mágicos porque el dolor sordo que había estado sintiendo por todas direcciones debido a la caída, finalmente desapareció.

"Cierra tus ojos."

Podía sentir el área que estaba en contacto con su mano, hormigueando y punzando hasta que los dos le quitaron la ropa.

"Alto..."

"Tú no quieres eso..."

La voz, que susurraba en su oído, era increíblemente dulce.

"Eso es... ¡Ah!"

"¿Está bien dejarte en este estado tan terrible?"

Y es que, incluso con un ligero roce, fue evidente que el área de su pene se había hinchado hasta el punto en que lo sintió insoportable.

"Um..."

Una lengua se metió en su boca, sus dedos tocaron los hoyuelos de sus genitales y luego se sumergieron en el fluido que estaba siendo exudado por su ano.

"Sí."

Los dedos se balancearon a través del espacio tan estrecho de su culo y entonces, con un movimiento bastante rápido hacia arriba, comenzó a notar que estaba temblando con muchísima más fuerza que la primera vez. Casi al borde del orgasmo. Luego, sus brazos se envolvieron alrededor de su espalda como si tratara de sostenerlo para no caer.

"Ah, ah..."

A medida que el calor, que no era el suyo, se acercaba y se adhería a su carne, entonces el cuerpo del demonio comenzaba a moverse de arriba para abajo como si tratara de enseñarle la forma que tenía gracias a él.

"Está... Muy caliente."

La razón se le derritió cuando el calor se extendió desde el área de contacto. Era una estimulación tan dulce, tan infinitamente amable, que comenzó a sentirse casi como si estuviera en un sueño.

"Umm... Un poco más. Un poco más cariño..."

Un objeto bastante duro entró por su culo.

Viola salivaba y gemía incontrolablemente ante la estimulación tan constante de aquellos cuerpos contra el suyo. Era igual a si estuviera dando vueltas y vueltas o igual a si su cabeza estuviera terriblemente mareada como para seguir el ritmo.

"¿Cuál de los dos es mejor?"

Viola no sabía si la voz en su oído era de Safils o de Roofs. Y la verdad era que ni siquiera había sentido la necesidad de pensarlo.

"Yo…"

Mientras respondía, un hombre hizo que envolviera sus piernas alrededor de la cadera que tenía frente a él.

"¿Me escuchaste?"

"Así es, tienes que comenzar a hablar. Después de todo, eres nuestro recipiente."

Alguien acarició su cabello, una lengua penetró sus labios abiertos y luego unos labios corrieron hasta llegar al fondo de sus orejas. Y mientras le pellizcaban los pezones, casi como si los rasparan con las uñas, y le decían lo perfecto que era en el sexo, Viola levantó la espalda y gritó sin saber exactamente lo que estaba haciendo o la forma en que tenía que moverse a continuación. El joven se limitó a sacudir la espalda de una manera casi vulgar y a gritar:

"¡Ah!"

Instantáneamente, el calor envolvió su cuerpo y la piel se le puso de gallina. De sus genitales, goteaban fluidos corporales transparentes y su cuerpo había comenzado a retener en su interior todo lo que estaba recibiendo de esos hombres.

"¡Ah!"

Finalmente, alcanzó un clímax sin eyaculación que le robó a Viola su capacidad de pensar. Y solamente entonces le quitaron la venda de los ojos.

"..."

Viola se sorprendió. No era una cabaña, sino una habitación rodeada de pesados ​​muebles y puertas de madera. En una cama grande, en el medio, estaban Safils, Roofs y también él. Y como siempre y a diferencia de Viola, los dos simplemente caminaban por el frente con la ropa puesta.

"Es mi habitación".

Viola miró a Roofs mientras se acercaba a él. Escucharlo hablar de esa manera provocaba que se pusiera a temblar sin planearlo.

"Tienes muy buen gusto."

Safils miró alrededor de la habitación y dijo sus impresiones muy honestamente. Incluso Viola pudo notar que el interior, que estaba en su totalidad en tonos rojos y negros, era espacioso, y que la decoración parecía bastante lujosa para su gusto. La ropa de cama era muy suave y podía decir que estaban en algún lugar noble sin pensarlo demasiado. ¿Pero en qué momento llegaron hasta aquí? No podía estar seguro de eso.

"Oye, todavía no hemos ni empezado, ¿No te estás relajando mucho?"

Roofs resopló y tomó la mano de Viola. Lo aventó contra la cama con tanta fuerza que su espalda y su interior se sacudieron al mismo tiempo.

"¡Ah!"

Viola eyaculó como si lo estuviera esperando desde que comenzaron con esto. Luego se hundió en la cama tal y como estaba.


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