Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Oceanic Catarsis por ReaBasarab

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ojala disfruten éste mi primer viaje en años c: 

Notas del capitulo:

Publicado tambien en Wattpad https://www.wattpad.com/user/AndreaBerghBackman

Y en AO3 https://archiveofourown.org/works/40183005

La verdad es que te quiero.

Seguramente te quiero como hace unos años atrás te quería.

Tal vez y hasta te quiero mas.

Seguramente si que te quiero aún más.

Tal vez y hasta te amo.

La verdad creo que si es eso.

Definitivamente te estoy amando.

Simplemente es que no te he podido olvidar, casi como si la vida misma y la cotidianeidad de ésta me recuerden constantemente tu existir; es cuando despierto con los rayos del sol que pienso en ti y en la tibieza que siempre emanan tus abrazos y caricias y en lo cálida que me ha resultado siempre tu mirada; cuando observo el cielo nublado es que la lluvia me recuerda a tu risa, dura pero enigmática, casi peligrosa, siempre filosa y algo mordaz pero perfectamente embonante con mi seriedad y es que no sé cómo es que lo haces, pero siempre arrancas la mía; es en el atardecer de fuego que siento tu cabello cosquilleando en el vientre y las yemas de tus dedos recorriendo mis más profundos temores; en el sol es que veo la fiereza de tu mirada y la seducción de tus anhelos junto con una sórdida mordida, casi como si fuese una prueba, un juego en el inicio apenas del mayor de los placeres; es la fuerza del viento la que me recuerda la fuerza de tu alma, tan violenta y desgarrada como el inmenso océano de tu mente y tan dulce y piadosa como el perfume de las flores regodeando en tus poros; es tu risa la que siempre retumba dolorosamente en mi cabeza y cuando eso ocurre -que es casi siempre que respiro- que me llega la convicción piadosa de intentar sacarla con un destornillador porque simplemente no me siento con la fuerza de seguir. Tal vez sea por esos recuerdos cuya penitencia angustiosa me impide eximir mis culpas y es porque llevo extrañándote desde más tiempo del que he podido contar, seguramente el mismo tiempo que te llevo amando y estoy casi seguro será el mismo tiempo del resto de mis suspiros, quizás hasta que llegue al último suspiro de mi existir.

No sé qué tipo de amor desencadenante ejerces en mi que por más que pienso y pienso únicamente puedo sentir, comprender e idear como comparación decente a una bomba: casi como un fuego que no se acaba; como una explosión eterna recién liberada; como el zumbar constante de la herida recién hecha por el castigo a mi alma que inflinjo a cada maldito segundo que pienso en ti, y, es que puedo asegurarte que es uno que no he vuelto a sentir, porque no es solo el romance que absorbe el estupor de tu existir o una de esas sensaciones magníficas creadas por un juego de niños cuyas emociones se comparan con caramelos, sino que es una amistad tan querida y desaprovechada, tan descuidada y herida, tan quebradiza y atormentada; casi tan pálida y moribunda como nuestros propios corazones. Tan perenne entre la vida y la muerte, casi como un jodido y retorcido juego, casi como un suplicio perdido entre los estragos de nuestras vidas y entretejido con las lágrimas que siempre nos hemos hecho derramar, siempre tan maravillosamente burbujeante, siempre tan jodidamente aplastante, tan aplastante que me ahoga. Ésto es porque tú me ahogas. Me siento ahogar a tu lado y me siento morir sin ti.
Quizás yo te causo lo mismo.

Quizás es el afecto que le daría a un infante, posiblemente sean mis constantes ansias por sanar a mi yo niño y poder darme la fuerza y el cuidado para ser mejor persona en el futuro dentro de alguna otra dimensión y, quién sabe, tal vez y así hasta nos habríamos ahorrado tanta mierda, tanto sufrimiento y tantos lamentos. Tal vez es justo ese afán mío para no herirte a tan tierna edad, y es que me gusta pensar que si así pudiera impedir toda la devastación que ahora somos valdría la pena si sé que estarás bien… Pero es que eso también es una mentira. Porque la verdad es que creo ser egoísta, quiero ser un maldito ruin y asqueroso egoísta y por eso mismo en el fondo ¡No me importaría repetir todo este círculo eterno si sé que puedo volver a tenerte aunque sea una sola vez! Porque también existe un gran cuidado que anhelo profesarte. No sabes cuánto te amo y todo aquello que quiero vivir a tu lado y contigo, lo mucho que quiero estar ahí cuando llegues a la cima y siempre ser tu apoyo. Tal vez porque sé muy bien que lo necesitas, y es eso lo que necesito. Tal vez es que reflejo en ti lo que yo necesito. Yo te necesito. ¿Sanarás alguna vez? Lamento tanto no haber siquiera tenido la consideración de pensar más allá de mi amargo hastío y burdo egoísmo. Ni siquiera sé a veces quién soy.
Me gusta pensar que también me necesitas. 

A veces todavía escucho tu voz entre mi soledad encendiendo el descontrol de mi cuerpo más allá de mi mente; quizás y sea el anhelo de mi yo amante cuyos recuerdos todavía suspiran tu nombre mientras que bajan por cada vértebra en mi columna y cierro los ojos dejándome llevar, y es hasta al llegar a las falanges de los pies que casi rememoro cada sensación del vapor de tus labios, de la punzante dulzura de tus dientes, del sabor de mi propia sangre perturbando la palidez de tu cuello y que danza al ocultar los lunares de la vía láctea más preciosa resbalando entre mis manos, esa que reside en tu piel al deslizarse entre mimos y caricias casi como un persistente juego que siempre anhelo hacer eterno; pienso en la borboteante cantidad de suspiros cayendo entre nuestros labios como una cascada sinfónica de perdición máxima, de las galaxias convertidas en moretones de diseño y sentimentalismo único que siempre permanecen marcando la palidez de nuestra existencia y  que cuando parecen decidir irse, es que hay nuevos formándose siempre mal ocultos, pienso y recurro al recuerdo del clímax nebuloso que observo únicamente en tus pupilas cuando susurras mi nombre y la profundidad del anhelo más puro escondido en aquellos recónditos besos grabados siempre en mi alma.
Quisiera creer que también en la tuya.

Es que recuerdo todo, y también la exquisita forma que tú sonrisa siempre me recibía aún en mi enorme rabia oculta, es que no puedo describir lo que sentía por ti, y a veces todavía me parece lejana la idea de qué siento con exactitud. Quisiera volver en el tiempo y hacer las cosas mejor, aceptar mis deseos negados y ¿Por qué no? Tal vez hasta animarme a abiertamente tomarlos, deseos que en esos gritos desesperados que suelo ahogar en tu garganta darían a modo de alerta lo que mi corazón siempre dicta en cada latido bombeado cuando estoy a tu lado.
¿Deseos o sentimientos? A veces me asalta la duda cuando absurdamente me corrompe la negación, posiblemente un pobre intento para evitar dañarme más al pensar cada noche en tu aroma golpeando fuertemente mi calma, porque siempre fuiste así: abrupto, salvaje y punzante, decidido, terco y necio, aferrado, divertido, fuerte, centrado, dulce, amoroso y jodidamente fantástico ¡Maldita sea! Jamás me arrepentiría de haber aceptado tu tan enfocada propuesta de relevos, y eso que me arrepiento de muchas cosas; ya lo he dicho antes y lo repito: tal vez esto es porque prefiero creer que hubiese válido la pena evitarnos tantos años de dolor. Seguramente es cobarde ésto que digo sobre todo porque sé que seguramente si lo supieras -y a veces fervientemente lo sostengo- te quebrarías en mil pedazos, y seguramente si así sucediese yo me rompería en diez mil pedazos más, porque ¡Maldita sea Rin! Esto me duele más a mí que a ti.

Así de absurdo y así de cliché ¿Por qué siempre amaste esos clichés absurdos y románticos de novelas de siglos pasados y de películas de trama deducible? ¿Todavía te gustan al vivirlos en carne propia? Yo también odio procesarlos a diario que observo el espejo y parece una jodida broma cuando te miro ahí en el reflejo con una cálida sonrisa y un gesto amable invitándome a sumergirme en tus brazos para sentir que todo está bien. Yo también odio mis malditas memorias que me susurran tus secretos nuevamente casi como un mantra y claman la armonía de tu voz en cada rincón del departamento y de mi existir.

Todo suena tan vacío, todo se siente tan absurdamente vacío, no ha habido ningún detalle que no haya ya cambiado y que no haya vuelto a colocar en la forma en la que siempre la he mantenido para ti. Cambie los sillones y la mesa 6 veces pero al final los regrese a dónde los pusimos la primera vez. Moví el colchón para no recordarte en él, pero no pude evitar idealizar todo lo que hemos vivido ahí regresandolo finalmente a su lugar sin sentirme seguro para yacer nuevamente ahí, por eso es que he despierto en medio de la noche cubierto de sudor y me traslado al suelo repitiendo tan absurda táctica por semanas enteras ya que tu aroma aún persiste en las sabanas sin importar cuanto las haya lavado.
Creo vives en cada parte de mi.

Quisiera ser tu amigo, pero real como alguna vez me consideraste .Todavía te quiero y puedo decir que te extraño a diario, sólo que a estas alturas no sé si es que podría amar a tu yo actual tanto como amé y sigo amando a quien conocí, no sé tampoco si podrias querer a mi yo actual, me rebato en si llamar ésta mierda un amor con locura o sólo la negación que me lleva a la locura que tanto me pesa al amarte; tal vez sea la aversión a la pérdida que he cargado toda mi vida pero que he logrado camuflar bien con un concepto de cinismo y desinterés a las malditas despedidas que tantas son las que he atravesado pero que no podría imaginar ninguna más dolorosa que no sean las tuyas… Y es que suelo bloquear y perder aquellos otros traumas que se alojan en mi cerebro para desecharlos y transmutarlos a un concepto más de mi usual hastío ¡¿Por qué no puedo desprenderme también los tuyos?! ¡¿Por qué no puedo soltar mis miedos al abandono o al adiós?! Todavía hay mil cosas en las que quisiera tenerte a mi lado para vivir, pero aún lucho con la idea de sostener cuidadosamente tus recuerdos porque soy necio e inoportuno, quisiera tanto poder cambiarlo. Ya sabes lo que dicen, aquello que más aborrecemos de otros es una característica muy nuestra, tal vez por eso me fuiste molesto desde el principio: porque eras tan similar a mi que no me reconocía en ti y fue en ti que vi aquello que también me hubiese gustado en secreto ser, pero tan diferente como para engancharme con tu preciosa personalidad y ese tierno jugueteo que creí tan eterno como el brillo de tus ojos, brillo que vi romper aquella maldita noche en el cerezo…

Hubo tantas cosas que dije y no quise decir, y tantísimas que guarde receloso en la lengua cuya fantasía aún me persigue; disculpa, pero sí soy plenamente consciente de querer haberlas dicho antes, me gusta pensar que tal vez de haberlo hecho la realidad a nuestros pies hoy sería muy diferente a como la estamos viviendo entre las tortura de aún respirar y mantenernos vivos ¿Cómo saberlo si se trata de ti?

Hubiese querido dedicarte todas las canciones de amor, de desesperanza, de paz, de calma y de horror, canciones con las que quisiera bailar y aquellas que despertaran en tu abdomen el deseo máximo de querer perderte eternamente en aquella calidez que solo tú conoces; canciones que me hagan llorar, o bien esas absurdas melodías pegajosas que no comprendo pero me terminan por hacer reír y bailar a tu lado. Simplemente hablo de todas las canciones que me recuerden a ti, aquellas que hacen latir mi corazón tal como lo haces tú junto con aquella maravillosa vista de la reminiscencia de tu sonrisa.

Y son tantísimas lágrimas por las que mataría únicamente si así pudiese haberte evitado tanto dolor tanto por culpa mía como por los demás. Ojalá hubiese sido más listo o al menos menos ignorante. Incluso me gusta pensar que jamás quise probarme mi valor al querer endulzarme el frágil ego por atención. Pero la vida está hecha junto con las elecciones en ella y si hubiera alguna otra dimensión dónde actúe mejor y hasta llegué a decirlo abiertamente como ahora mismo lo grito a cada momento sólo puedo anhelarla en el trance del sopor, espero haberlo disfrutado al menos en el limbo de ésta soledad. La apnea en los sueños actualmente me persigue, me ata y me quiebra, pero cuando logró vencerle es contigo con quién más anhelo soñar y, cuando lo hago trastabillo con elegir entre la belleza de la mentira y arrojarme a tus brazos o autocastigarme haciéndome despertar sudando frío y clamando tu nombre.
¿También piensas en mí?

La negación es de mis talentos más macabros, la palpó y tomo como mía y de igual forma me es tan ajena algunas veces. Negué tanto mis sentimientos que cuando deberían haberse ido es que más persisten, y ahora que intento negar la pasión que todavía crece en mis entrañas más parece ser una burla, casi un karma, y sí creo eso de ser un karma de mi vida pasada, o tal vez de ésta misma que me encargue de arruinar.

He intentado tanto enamorarme otra vez, pero todo me parece burdo. Ilusiones al por mayor y la burla de mi corazón no ha sido casual. Aún con ello, no puedo sentir nada remoto al amor que ya he vivido, tal vez porque en cada persona vivirá un amor diferente entre sí, tal vez porque no me he dado el tiempo, tal vez porque es un mal chiste, tal vez porque no debería probar suerte, tal vez porque ninguno eres tú.

A veces me preguntó si lo que extraño de ti es tu esencia y tu ser, o el cómo me hacías sentir siempre tan en paz y en alegría, en calma y con un entendimiento casi espiritual de mi existir con los elementos que nos rodeaban, entendiendo la tierra en mis manos o el aire que me seca con ternura, pero más en hallar mi esencia tan bien ligada con el fuego de tu propia existencia.

¿Qué tan incorrecto es el amor ciego que aún profesa mi pecho? ¿Puedo detestarte por sentir que eres tú quien no me deja vivir? ¿Puedo despreciarte por sentir que eres tú quien no me deja seguir? ¿Puedo maldecirte por sentir que eres tú quien no me deja avanzar? ¿Puedo aborrecerte por sentir que eres tú quien no me deja ser fuerte?

¿Puedo odiarte por sentir que eres tú quien no me deja ser más libre?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).