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¡Acompáñame! por Elisa Minjares

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Notas del fanfic:

Hola~

Regrese con un nuevo fic, este es uno que había olvidado publicar.

En fin, aprovechando que estamos en ese tema, actualmente estoy preparando mis fics para publicarlos en Wattpad y en Fanfiction.net, en ambos lugares mi nombre de Usuario es Romana Colasour (Wattpad) y Romana-Colasour (ff.net)

 

En fin, la canción que me inspiro para este fic es La La La Lovesong por Unchain:

https://open.spotify.com/album/2sIixjX8rXBQnNykrj8v2i

(No esta en youtube)

Espero que les guste ^^

Mientras el aire frío de diciembre le congelaba la nariz, Shun esperaba en la banqueta fuera del mercado de abarrotes cercano a su apartamento con los brazos cruzados y golpeando el pavimento con el pie.

“¿Dónde estará?” se preguntó mientras miraba la hora en su celular. “Ya han pasado 10 minutos desde la hora acordada, así que debería llegar aquí en cualquier momento. ¿Le habrá pasado algo? Si sabe que llegará tarde me avisa.”

Mientras revisaba su teléfono, el sonido de una moto se hacía cada vez más fuerte. Parecía acercarse a toda velocidad. Shun la miró siguiendo el escándalo que esta producía y quedó impresionado al ver como esta se estacionaba frente a sus pies.

Atónito, miro a la moto de color rojo. Aunque, ahora que la veía más de cerca se dio cuenta de que no era una moto exactamente, era similar, pero tenía una apariencia más tierna.

Una vez notó eso sus ojos se dirigieron hacia el motociclista. Este, se quitó el casco y sacudió su despeinada melena color café.

—¿¡Seiya!? —exclamó. El susodicho sonrió.

—¡Shun! Adivina que me regaló Saori por mi cumpleaños. —él se quedó mudo de la sorpresa.

—¿Te regalo una motoneta?

—¡Es una vespa! —contestó sonriendo. —Y la razón por la cual fue tan generosa es porque estaba increíblemente apenada de haber sido rescatada por milésima vez por tu servidor. —puso una mano con picardía en su pecho. —No lo iba a aceptar, pero ella insistió y hasta me pagó las clases para aprender a usarla. ¿Entonces qué dices? ¿Nos vamos de paseo? —pregunto y le mostró un casco de color rosa.

Shun sonrió en lo que se le coloreaban sus mejillas. Seiya tomando eso como un “sí” le aventó el casco a las manos.

—¡Agárrate fuerte que pienso ir rápido!

—¿De donde?

—¡Mi cintura! ¡Sin pena!

Apenas se acomodó bien Seiya arrancó. El susto lo hizo abrazarlo más fuerte, lo cual era agradable considerando el clima, pero también le perturbaba su corazón añorante.  

Se detuvieron en un semáforo rojo y Seiya se dirigió hacia él.

“¡Oh, no!” pensó alarmado. “¿Acaso puede sentir lo rápido que late mi corazón? ¡No, no, no! No es posible ¿verdad?”

—¿Tienes hambre? —le gritó para asegurarse de que lo alcanzara a escuchar.

—Eh, sí. —Aquel día era viernes y habían salido temprano de la preparatoria. Seiya le había preguntado si tenía la tarde libre y al decirle que sí lo citó en media hora frente al mercado de abarrotes que estaba a unas calles de su departamento. Con solo ese tiempo para ir a su casa y regresar, apenas alcanzó a cambiarse de ropa.

—¡Perfecto! Ya sé a dónde podemos ir.

El semáforo cambió a verde y aceleró una vez más.

Dieron una vuelta en “U” un poco más adelante y Shun se agarró con más fuerzas por miedo a caerse. Parecía que Seiya quería aprovechar su nuevo transporte, ya que estaba tomando una ruta más larga, ruta que desafortunadamente para él incluía muchas vueltas que hacían que el vehículo se inclinará sacando el lado temerario de Shun. Aunque, por otro lado, las vueltas que tomaban les ayudaban a evitar los semáforos. No se decidía si eso era algo bueno o algo malo.

También parecía amar el colarse entre los carros y andar zigzagueando sin importarle nada. Fue un recorrido bastante divertido y muy largo. No fue hasta lo que pareció ser media hora que regresaron a la calle principal. En el camino, noto que pasaron por las casas de varios de sus amigos. De ahí se dirigieron a un restaurante de comida rápida.

—¿Qué dices si encargamos algo? —pregunto.

—Bueno, ya que estamos aquí. —rió.

Shun se estaba emocionando. Esto parecía ser una cita, pero no quería hacerse ilusiones ya que estaba seguro de que no tenía oportunidades con Seiya, aún menos considerando que Saori le había comprado una vespa. Suspiro y lo sujeto con un poco más de fuerza, aprovechando el momento.

 

Bienvenidos a Carl’s Jr. ¿Puedo tomar su orden? —dijo una voz que les pareció familiar.

—¿Marín?

—¿¡Seiya!?

—Espera, ¿aquí trabajas? —preguntó con una sonrisa en el rostro.

Sí, ¿acaso no sabías?

—No, no me habías dicho.

Bueno, ahora lo sabes. ¡Espera! ¿Con quién vienes? 

—Con Shun, ¡pero estoy estrenando el regalo de Saori!

—¿¡Estás conduciendo!?

—¡Sí! Tienes que ver esto.

—¡Definitivamente tengo que verte! Pero ordena primero.

—¡Va! Entonces Shun, escoge, yo invito.

Esto definitivamente parecía una cita.

 

Unos minutos después estaban en la ventanilla de entrega y Marín salió a verlos. Vio el vehículo y se echó a reír.

—¡Oye! No te rías.

—Perdón, perdón. Es solo que es muy tú. Pero dime, ¿cuándo aprendiste a conducir una vespa? —sonrió mirándolos a ambos.

—También me pagó las clases.

—Tienes mucha suerte. —alguien en su trabajo le paso su orden. —Ya quisiera yo tener la suerte de encontrarme con la señorita Saori en alguno de sus momentos en aprietos, tal vez me pagaría la universidad.

—Ja ja ja, tal vez.

—Dime Shun, ¿Qué tan mal conduce? —Seiya renegó mientras sacaba el dinero para pagar.

—Conduce muy bien en realidad, aunque le gusta tomar el camino largo.

—Bueno, hay que aprovechar lo que se pueda. Esta “ciudad” es muy pequeña y no hay gran cosa que ver. Sin mencionar que no todas las calles están lo suficientemente bien pavimentadas para lo que quiere hacer. —

Marín paso la orden y Seiya se la dio a Shun quien la metió en su mochila.

—Deberían pasear por la vía rápida, pueden ver el mar desde ahí. —el carro de enfrente les pitó y Marín lo miró molesta. —Bueno, ahora sí tienen que irse. Mándale un beso de mi parte a tu hermana, Seiya. —él se quejó.

—¡Las verás en la noche! ¡Hazlo tú! —y aceleró una vez más.

 

—¿Qué te pareció la idea de Marín? —preguntó Seiya cuando pararon en un alto volteando a ver a Shun.

—¿De ir por la vía rápida?

—Eso mismo.

—Tú eres el que está conduciendo, así que confió en tu criterio.

Sonrió y se volteó justo cuando cambió la luz.

Un “ya dijiste” se perdió en el viento.

 

El día no era perfecto. Era frío, con un poco de viento y estaba completamente nublado a pesar de ser las 2 de la tarde, hora en la cual el cielo usualmente se despejaba. A pesar de esto, el mar seguía siendo una vista agradable. Uno pensaría que aquella vista les daría igual después de vivir tantos años en el mismo pueblo costero, sin embargo, ese no era el caso, no esta vez al menos.

Era una cosa ver los riscos en un autobús por un paseo escolar y otra muy distinta el presenciar la vista desde los altos riscos mientras paseaban en una motoneta, y para Seiya, una que él conducía. Ese hecho le daba al paseo y también al paisaje un toque especial. Incluso las granjas de peces a varios metros de distancia parecían nuevas.

—Pararemos en el mirador ¿qué te parece? —había dicho Seiya en el camino. 

Shun, tomando un poco más de confianza, se separó un poco de él y gozo de como los mechones de su cabello que salían del casco se movían con el viento. Esto era diferente a ver las cosas a través de la ventana de un autobús o de un automóvil con las ventanas abajo. El aire frío le congelaba su garganta expuesta y su cabello suelto golpeaba contra esta misma.

“Espero que esta no sea la última vez.” Pensó. “Solo que me aseguraré de traer cuello alto la siguiente vez.”

 

Finalmente llegaron y Seiya celebró que casi todo estaba disponible ya que era viernes por la tarde cuando durante el ciclo escolar de invierno. Una vez se estacionaron le dijo a Shun que dejaran los cascos en los manubrios.

—¿Seguro?

—Sí, es raro que se los roben, si los van a robar será con todo y vespa.

—Te ves muy relajado al respecto.

—¡Como sea, vamos a comer!

 

Se tomaron una foto con el mirador en el fondo y una vez que Shun guardó su teléfono, empezó a sacar la comida.

—Me pregunto cómo estarán, es mi primera vez encargado hamburguesas. ¿Se habrán movido en el camino? —

—Para algo eso envueltas, así que no ha de a haber problema Seiya. —entonces le paso la suya a Seiya.

—Pues, las papas son las que no sobrevivieron, están por todos lados en la bolsa. —Seiya, mientras tanto, le quito la envoltura a su hamburguesa.

—Tenías razón, la mía está bien, ¿Qué tal la tuya?

Shun la abrió cuidadosamente al sentir algún ingrediente húmedo pegado al envoltorio, —Excepto por el tomate con mayonesa todo bien.

—¡Genial! —guardaron sus envolturas y comieron mientras se recargaban en el mirador grueso de concreto.

Después de un rato Seiya suspiró.

—Ya quiero que termine el semestre.

—Yo también… —se quejó Shun con él. —Se que falta poco pero ya quiero salir y que falte poco para navidad.

—Igual, aparte ya no quiero tener que lidiar con el profesor de sociales. Enseña bien, pero odio que sea tan favoritista. —Shun asintió.

—Me hace sentir extraño porque favorece mucho a las chicas y a mí. Eso me hace sentir muy incómodo.

—Lo he notado. ¿Qué tal si una vez que haya publicado las calificaciones le llenamos la casa de huevo?

—¡No lo odio tanto como para hacer eso! Pero a quien sí odio es al profesor de ética.

—Ay cierto. Vaya hipocresía. —Shun asintió y ambos rieron.

—Por cierto, ¿tú entendiste el proyecto de química?

—¿Cuál?

—El de las reacciones.

—Ah, ese. No…— contestó Shun y ambos rieron.

—Ya valí en esa materia.

—Puedes pedirle a June que te explique, o que te pase el trabajo. Ella sí es buena para química a diferencia de nosotros.

—Lo consideraré. —los jóvenes se volvieron a quedar en silencio mientras terminaban de comerse las papas dentro de la bolsa. Una vez terminadas Shun guardó la bolsa y ambos se quedaron contemplando el mar.

Seiya volteó a ver a su amigo, poniendo atención especial en el brillo de sus ojos y el movimiento de su cabello largo. No le importaban los comentarios que escuchaba de su apariencia, él le parecía muy apuesto.

Al sentir su mirada lo volteo a ver y avergonzado Seiya miró hacia otro lado.

—Oye Seiya.

—¿Sí?

—¿Por qué no fuiste a la escuela con tu vespa? Hay compañeros que van en carro y lo estacionan cerca de la escuela.

Seiya estaba avergonzado.

—Emh… verás…

—¿Sí?

—Quería hacer algo primero…

—¿Qué querías hacer?

—Probarla… Ver cómo funcionaba… divertirme con ella antes de que todos empezaran a mirarla en la escuela.

—Y… ¿no has llevado a Saori de paseo? —pregunto tentativamente, mirando a sus dedos.

—Yo… no… No lo he hecho. —observó con atención las granjas a lo lejos.

—¿Y eso? Pensé que la querrías llevar de paseo primero… Ya sabes, en agradecimiento.

—No… no la dejan subirse… —contestó evitando la mirada de Shun. —Aparte… —se encogió de hombros.

—¿Aparte…?

—Eres mi mejor amigo… y pues, ya sabes… —se estaba muriendo de nervios. “¿Estaré hablando de más si digo esto? ¿Se dará cuenta?” pensó paniqueado. —quería…— titubeo. “Ay ya, ¡solo díselo!” —quería que vinieras tú conmigo primero…

—Ah… ya veo…— dijo mientras discretamente se cubría el rostro con su bufanda, un regalo de su amigo del año pasado.

—Si…— ambos jóvenes, ahora completamente avergonzados y con los rostros completamente colorados decidieron regresar a la ciudad.

 

Llegaron a la casa de Shun a las 7 de la tarde. Habían tomado el camino largo aún después de tener que parar por gasolina y todavía estaban pensando en estar afuera otro rato, desafortunadamente para ambos, les llego un mensaje de Ikki preguntándoles si estaban bien. Con eso decidieron que se habían divertido lo suficiente.

 Shun le regresó el casco a Seiya.

—Gracias por llevarme, fue muy divertido.

—De nada, y no te preocupes por la comida. Ya dije que yo invitaba. —dijo con una sonrisa amigable y las mejillas coloradas. —Eeeeh… ¿qué dices si otro día---

—¡PAR DE JOTOS! —les gritó una voz familiar.

—¡Tú mamá es hombre Jabu! —Seiya contestó rápidamente haciéndole un gesto grosero con el brazo, mientras su amigo se rio.

—¡Y se coge a la tuya!

“¡Maldito sea! Arruino el momento.” Se lamentó.

—Te veo después. —dijo Shun aún más avergonzado. Seiya asintió, se puso su casco de nuevo y bajó el visor de forma cool y confiada. Arrancó y se fue tan rápido como había llegado.

Una vez que Seiya estaba fuera de su vista, Shun se derritió. Dio un giro, se tapó la cara que le ardía con sus manos fría, noto lo mucho que le dolían las mejillas por sonreír tanto y dejo salir algo entre un gemido y un quejido.

Una vez en su cuarto, sacó su teléfono y empezó a escribirle a June acerca de la salida que había tenido con Seiya.

 

Cuando Seiya regresó a su casa entró corriendo y se detuvo al ver a Marín sentada en el sillón, jugando en su teléfono.

—Entonces, ¿Cómo estuvo tu cita? —preguntó con una sonrisa pícara en el rostro.

—¡Déjame en paz! —se quejó y entró al baño a mojarse la cara.


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