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Duda razonable por La loca de los gatos fujoshi

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El sonido de los pájaros cantando lo recibió aquella mañana de domingo, como era su costumbre, bajó a desayunar, sus decenas de sirvientes le tenían todo preparado, como cada día


Se sentó a la mesa y miró con indiferencia los platillos que ese día se le habían ofrecido, mientras sorbía de una taza de café, escuchó algunos bullicios que provenían desde alguna parte de su enorme mansión


Fastidiado por el ruido, dejó a un lado su teléfono celular donde veía las noticias financieras del día y miró al frente, de forma alterada, el ama de llaves se acercaba hacia la mesa donde él se disponía a comer de sus alimentos


—Señor Kaiba, señor Kaiba —hablaba la mujer en tono desesperado


—Ya ¿Qué sucede? Deja el escándalo


—Es que ha pasado algo —habló intentando sonar menos alterada, pero se le veía toda nerviosa


—Te escucho —dijo con prontitud, quería saber a qué se debía tanto alboroto


—Un bebé, han dejado un bebé


—¿Qué? —preguntó enarcando una ceja— ¿Estás loca?


—No señor, en la entrada —agarró una fuerte bocanada de aire— Como en las películas, dentro de una canasta con algunas mantas y una carta, no la hemos abierto


—¿Qué diablos? —enojado se puso de pie— Indícame dónde está


Rápidamente, el ama de llaves comenzó a avanzar hacia el recibidor, ahí, un grupo de sirvientes veían con gran interés a la criatura. Seto llegó hasta ahí, lo miró con asombro, en verdad era un bebé humano, parecía tener pocos meses de nacido


—¿La carta?


Uno de los sirvientes le dio el objeto y Kaiba enseguida lo abrió, leyendo en su mente


—Contigo estará mejor Seto, cuídalo bien por favor


Más que carta, era una simple nota dentro del sobre, pero eso no le decía nada al destinatario, ni siquiera decía el nombre del infante ni de donde provenía, pero esa persona lo llamaba por su nombre de pila ¿acaso se conocían? Pero ¿Por qué le dejaría un bebé?


—Cállate, te va a oír —susurró una de las mucamas a su compañero


—Solo digo que seguro es su hijo no reconocido —insistió el sirviente


Kaiba escuchó con claridad, pero los ignoró, estaba demasiado absorto en ese giro extraño de acontecimientos para su tranquila vida. Bufó con fastidio, mirando al pequeño, el cual, no le importaba en lo más mínimo, pero tampoco era un desalmado y lo echaría a la calle, sin duda iría a un orfanato y lo dejaría ahí


—Revísalo que esté bien y aliméntalo, mañana lo llevaremos a un orfanato —indicó a uno de sus sirvientes


—Sí señor, como diga


—Tú, llama a mi contador y dile que se contacte conmigo, necesito que gire un cheque en mi nombre, lo donaremos donde dejemos a ese mocoso —ordenó a otro de sus empleados


—Está bien —se marchó enseguida


—Pero señor —habló el ama de llaves, el aludido volteó antes de irse— ¿No siente curiosidad por él? Podría analizar su ADN, quizás…


—¿Estás diciéndome que soy el padre?


—Yo… yo…


—Imposible, no he tenido sexo con ninguna mujer en toda mi vida —espetó con enojo, para nadie era secreto que Seto Kaiba, era homosexual


—Su hijo no, pero ¿un hermano no reconocido? Después de todo, su padre…


—Calla, no quiero oír más incoherencias —dijo con fastidio, luego se marchó— ¿Un hermano? —pensó confundido, además de Mokuba ¿sería posible que su padre anduvo de coscolino por ahí?


Aunque pensó en la posibilidad, también estaba convencido de que no era su problema, después de todo la fortuna Kaiba la hizo él, no su padre, ese bastardo no tenía derecho a nada que él tuviera


Ese día, intentó hacer sus actividades diarias, pero le fue imposible concentrarse, así que salió de casa por la tarde, subió en uno de sus autos de lujo. Por ir distraído, no se fijó cuando un tonto inconsciente se cruzó en alto y casi lo prensa con las llantas, en cambio, al lograr frenar, solo le dio un fuerte empujón que lo tiró al suelo


Sorprendido y preocupado, bajó del auto, miró a su alrededor y nadie fue testigo, la calle estaba desierta, así que tomó una decisión precipitada, a costa de que ese sujeto tuviera algún hueso roto, lo levantó y llevó al interior de su auto, luego condujo de regreso a su casa


Pidió a sus sirvientes que prepararan una habitación y llevó ahí a la persona, nadie se atrevió a cuestionar, sabían que su señor solía llevar algunos amantes, aunque este estaba dormido, pero nadie indagó


Seto acostó a su víctima y lo miró preocupado, no parecía despertar, aunque su respiración sonaba tranquila y acompasada. Kaiba lo analizó de pies a cabeza, era joven, aproximadamente de su edad, era guapo y rubio, delgado


—Es mi tipo —pensó al instante


Recordando la horrible situación, despejó aquellos extraños pensamientos, era momento de ocuparse, así que salió de la habitación y pidió que llamaran al médico familiar. En media hora el profesional ya estaba ahí


—No tiene huesos rotos, solo este golpe —señaló el costado del cuerpo, levantando la camisa, ahí se podía ver un hematoma— Dejaré unas medicinas para que no se le hagan coágulos y algo para el dolor, puede que tenga una contusión, pero no lo sabremos hasta que despierte


—Gracias doctor, pero ¿no necesitará radiografías?


—Haremos una tomografía de ser necesario, pero si no presenta síntomas no, dejaré por escrito cuales pueden ser estos para que lo mantengan vigilado


—Bien, déjeme su nota, le diré a mi contador que le haga el pago


—Muchas gracias señor —dijo emocionado, Kaiba solía pagar muy bien, así que se aprovecharía para sacarle más dinero— Solo recuerde que se evitó ir a la policía y un interrogatorio por el accidente


—No se preocupe, solo coloque la cantidad que estime necesaria —respondió con indiferencia, aunque en el fondo le molestaba el chantaje


El médico se marchó tras eso. El resto de la tarde, el chico se mantuvo sin despertar, no fue sino hasta la noche cuando comenzó a hacerlo, encontrándose solo en una habitación. Al abrir lo ojos lo primero que vio fue el lujo que le rodeaba


—¿Qué hago aquí y… quién soy? —agarró con fuerza su cabeza— Todo me da vueltas


Como pudo, se puso en pie y salió de la habitación, todo le resultaba muy extraño, no sabía nada y solo sentía mucha hambre, así que como zombie, buscó la cocina, a su paso, se encontró con el ama de llaves, esta se detuvo y lo paró también


—No debe levantarse —apuró sorprendida


—¿Qué es este lugar? ¿Un Hospital? —preguntó, aunque eso no tenía pinta de serlo


—Rápido, ayuda, el enfermo despertó


En cuanto habló, algunos sirvientes se acercaron, pero eso puso más nervioso al joven, quiso correr, pero el dolor en su costado no se lo permitió, así que calló de rodillas apenas dio algunos pasos


—Llamen al señor —indicó la mujer, enseguida le obedecieron


—Por favor, regrese a la cama


—No ¿Qué es aquí? ¿Qué van hacer conmigo? —comenzó a alterarse, pero no tenía fuerzas para oponerse, dos hombres lo sujetaban


—¿Qué sucede aquí? —preguntó Seto tras unos momentos, no estaba lejos de ahí cuando le avisaron, así que llegó pronto


En un breve instante, cuando las miradas de ambos se cruzaron, fue como si un rayo les atravesara, una chispa entre los dos que era difícil de explicar, era como si se conocieran de toda la vida


Al ver esos ojos marrones profundo, Kaiba tuvo la sensación de que no era la primera vez que se veían, pero se sintió incómodo, tanto que se paralizó, luego continuó avanzando


—Llévenlo a la habitación


Los sirvientes lo llevaron de regreso, aun contra su voluntad, luego Kaiba les pidió que se marcharan y quedaron solos en la habitación, el chico parecía aterrado


—¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? —cuestionó confundido


—¿Cómo? ¿No me recuerdas? —preguntó Kaiba como si realmente se conocieran, el chico enarcó una ceja, más confundido que antes


—Creo que… no sé ni quien soy —murmuró aturdido, Seto sonrió


—Ya veo —se acercó a la cama donde el chico estaba sentado, pero este se alejó un poquito más cuando Seto se sentó muy cerca— Que tristeza, no recuerdas que eres mi amante


—¿Qué? —perplejo y conmocionado, al chico se le olvidó su herida, sus ojos casi se salen de sus órbitas, mientras el otro evitaba reírse


—¿Yo? Yo soy ¿Gay?


—Así es —dijo con cinismo, acercándose un poco más— Estás, locamente enamorado de mí —le dio un beso en la mejilla tras decir eso


—Mentira —asustado intentó pararse


—Será mejor que descanses y no intentes huir otra vez —ordenó y luego salió de la habitación


El chico se quedó perplejo, no entendía nada, solo sabía que le dolía todo el cuerpo y que su cabeza se sentía que iba a explotar, quería huir, pero sabía que de momento no tenía la fuerza


Seto salió divertido de la habitación y se dirigió a la suya, en el camino, escuchó algunos balbuceos, enseguida recordó que esa mañana pasó algo inusual y que tenían una visita en casa. Se dirigió a la alcoba de donde se oían los ruidos y vio al bebé acostado en medio de una cama grande, alrededor decenas de almohadas le servían de cuna


Con curiosidad, se acercó al sitio y vio al bebé que ahora estaba despierto, sus ojos le llamaron la atención, eran azules y a pesar de ser un crío de pocos meses, tenía una mirada seria muy peculiar, le recordaba a alguien y no sabía a quién, el cabello del bebé era marrón. Lo miró detenidamente un momento


—Tiene algo que me resulta familia —pensó con seriedad, el bebé comenzó a balbucear más y levantando el pie se lo llevó a la boca, chupándolo


Kaiba sintió un poco de ternura, pero lo disimuló a pesar de estar solo


—Bebés, que aburridos son —le dio la espalda y se alejó, sin mirar atrás


Llegó la noche, el huésped improvisado sintió hambre y salió de la habitación a hurtadillas, pero antes de llegar a las escaleras, vio a una de las sirvientas con una mesa llena de platos con alimento, ella se detuvo al instante


—El señor pidió que le llevara esto, por favor vuelva a la habitación


El chico al tener tanta hambre, no dudó en obedecer, la mujer se apartó tras dejar la mesa, mientras él comía con desesperación, sentado en la cama con las piernas extendidas, la espalda sobre la almohada


—Ese tipo dice que somos amantes, seguro me miente


Luego que Kaiba se fuera, el chico se dio a la tarea de revisar la habitación, no encontrando pertenencias de ningún tipo, por lo que supuso, esa alcoba no era habitada por nadie, y a menos que compartieran una habitación los dos ¿Por qué lo dejaría dormir ahí? No tenía sentido


—Mañana me escabulliré, sin duda.


Al día siguiente, el chico despertó, miró el reloj que reposaba junto a la cama y se dio cuenta que era muy temprano, sintió hambre, pero mejor la ignoró, era momento de escapar, así que salió de la alcoba, caminó con sigilo


Antes de llegar hasta las escaleras, escuchó unos ruidos dentro de una habitación, le llamaron la atención porque eran peculiares, sonaba como a un bebé. Entró a la habitación cuya puerta no estaba del todo cerrada, caminó hacia la cama y vio que efectivamente se trataba de un bebé, sonrió al verlo


—Hola pequeño ¿Cómo estás? —preguntó hacia él, al instante, el nene comenzó a reírse y a mover las cuatro extremidades— Que adorable


Sin poderse resistir, el chicho estiró los brazos y sacó al bebé de ahí, comenzando a mecerlo


—Que hermoso ¿Quién es un hermoso bebé? ¿Quién? —preguntó con voz de tonto, haciendo reír al pequeño— Si tú, tú lo eres


—Vaya, estás aquí —tras el chico, se escuchó la voz de Kaiba— Ah… viniste a verlo


—¿Es tú hijo? —preguntó el muchacho


En un instante, Kaiba tuvo una fabulosa idea


—Nuestro —respondió sonriente— ¿Ya olvidaste que acabamos de adoptarlo?


—¿Qué? —asustado se giró hacia él, le temblaban las piernas


—¿Por qué crees que está tan cómodo contigo? Tú eres su mami —comentó con una sonrisa burlona


—¡Deja de joderme! —enojado, extendió a la criatura hacia Kaiba, pero en cuanto este lo abrazó, el bebé comenzó a llorar


—No sabes abrazarlo —enseguida le quitó al pequeño de los brazos y enseguida dejó de llorar— No te creo nada, pero de momento, creo que puedo hacer que no llore —miró hacia él y sonrió— Hola bebé, hola —volvió a hablar con voz de tonto


Kaiba sonrió, ese muchacho era muy chistoso, pero también bastante guapo, el plan de Kaiba era retenerlo ahí lo más posible, con suerte y podría llevárselo a la cama pronto.


Tras hacer que se durmiera, el chico bajó al comedor, ahí Seto terminaba de tomar sus alimentos, ya que tenía trabajo por hacer, no podía perder el tiempo


—Trabajaré un par de horas, estás en tu casa, querido —de forma burlona se acercó y besó la mejilla del chico, pero este enseguida se limpió


La servidumbre tenía prohibido contradecir los dichos de Kaiba, por lo que nadie hablaba, incluso cuando el chico preguntaba, solo decían lo que estaban autorizados a decir, cuando él preguntaba por su propio nombre, le decían falsamente que las órdenes del médico eran que él tenía que recordar por sí solo


—En esta casa no hay fotos de nosotros ¿Cómo voy a creer que somos pareja? —pensó molesto mientras caminaba por la enorme mansión.


Pasaron 2 días, Kaiba no dejó al bebé en el orfanato como había dicho, aún podía usarlo. En ese tiempo, el chico no mostró señales de quererse ir, parecía que además estaba encariñándose con el bebé


Al día siguiente del accidente, Seto había mandado comprar ropa para su invitado, también calzado, para hacerle creer que tenía tiempo viviendo ahí, pero todo lucía tan nuevo que no lo creyó en absoluto, sin embargo, decidió seguir el juego


—Si me voy, no sabré por qué diablos terminé aquí, necesito saber —pensó con astucia el muchacho


Aquella noche fue a dormir, al cerrar los ojos, comenzó a soñar


Iba caminando tranquilamente por el bosque, de pronto, sintió que los árboles a su alrededor se cerraban y las copas moviéndose con el viento parecían susurrarle algo


—Joey… Joey —escuchó asustado las tenebrosas voces que no sabía de donde provenían


De pronto, despertó abruptamente, pensando, eran las 3 de la mañana


—Joey, me llamo Joey —susurró, sudaba demasiado, sentía un poco de miedo, pero pronto se recuperó, pues había sido solo un sueño.


Mas tarde ese día, a la hora de la comida, esta vez Seto se sentó a la mesa junto con Joey, también hizo llevar al bebé, para entonces, ya tenía muchas cosas compradas, parecía que realmente había sido adoptado. El huésped no les hizo saber que ya recordaba su nombre


—El domingo lo tendré libre, salgamos como la familia que somos —dijo hacia Joey, este solo se limitó a observarlo


—Bien, me podré escapar —pensó al instante


—Y nada de escapar, no abandonarás a nuestro hijo —determinó convencido


—¿Nuestro hijo? Ni siquiera sé su nombre —dijo molesto


—Pero si tú lo elegiste, acordamos que sería Jake, Jake Kaiba


—Si tú lo dices —entornó los ojos, luego miró al pequeño— ¿Te llamas Jake hermoso? —preguntó con voz sosa, el niño comenzó a agitar sus extremidades mientras sonreía, acostadito en el porta bebé que descansaba sobre la silla junto a Joey


—Él de verdad ama a su mami


—¡No soy su mamá! —dijo indignado— En todo caso tiene dos papás —expresó sonrojado, evitando mirar a Seto, este rio para sus adentros


—Es verdad, papá 1 y papá 2


—Me llamo Joey —comentó molesto, al instante se dio cuenta que reveló su nombre verdadero


Kaiba sonrió, al fin tenía el nombre, pero disimuló que no estaba sorprendido


—Excelente, lo recordaste, ahora Jake ya podrá saberlo, papá Seto y papá Joey —sonrió amplio— Estaré en mi estudio, no me molesten


Como si de verdad fuera el hombre de familia que fingía ser, Seto se agachó y besó la frente del bebé, luego se acercó a Joey y le besó la mejilla, pero esta vez muy cerca de la boca, sonrojándolo aún más


—Debería patearlo —pensó angustiado— Pero se comienza a sentir… familiar —miró hacia el bebé y sonrió amplio, era lindo y bien portado, sentía una conexión con él— Pequeño Jake.


Los días transcurrieron y conforme pasaban, Joey sentía que ya no era un extraño ahí, aunque seguía sin recordar, a veces, en las noches cuando soñaba, veía imágenes borrosas y escuchaba palabras ininteligibles, solía despertar sudando o incluso llorando, se sentía extraño.


Una tarde, Seto se desocupó temprano y preparó una salida al parque, hizo que les hicieran comida para un picnic, aquella era la segunda vez que salían como "familia", la primera fue un desastre, pero en esta tenía alta expectativa


Mientras Jake dormía plácidamente sobre un par de mantas en el pasto, Seto tomaba una soda, Joey estaba un poco apartado, mirando al horizonte


—Dime la verdad —habló de pronto Joey, sin voltear— ¿De dónde nos conocemos? ¿Por qué me has retenido?


—No digas locuras —sonrió con cinismo— Te he dicho la verdad


—Por favor ¿Qué quieres de mí? Sé que no somos nada de lo que dices, pero me he quedado porque siento algo por él —miró hacia el bebé— Siento que es importante para mí, de algún modo quiero protegerlo


Seto miró fijamente a Joey, se veía tan serio y decidido que se conmovió, era momento de decir la verdad


—No sé quién eres


Enseguida Joey lo miró, perplejo, esperaba que al menos le dijera que era un amigo al que le jugaba una broma, pero no fue así


—Te atropellé por accidente y te llevé a casa, tan simple como eso —confesó finalmente, Joey le miró con gran enojo— Te revisamos, pero no llevabas contigo alguna identificación, un teléfono, nada


—Despreciable —dijo enojado, pero alzó un poco la voz y casi despierta al bebé, así que reguló su tono— Este bebé ¿iba conmigo verdad? Yo siento… no, sé que es alguien importante para mí


—No iba contigo


—Me mentiste antes, no te creeré nunca más


—Cree lo que quieras, este bebé fue abandonado a la puerta de mi casa con una nota, iba a llevarlo al orfanato, pero decidí usarlo para engañarte —aquella segunda confesión, Joey la sintió peor que la primera, apretó con fuerza los puños


—Maldito, loco enfermo


—Deja de lloriquear, viviste como rey estos días —esquivó la mirada del otro unos segundos— Además, nunca me aproveché de ti ¿no?


Joey se quedó paralizado, pensando en eso, era verdad, Kaiba nunca intentó tocarlo ni convencerlo de ir a la cama con él, siempre respetó que estuviera en otra habitación, pese a que insistía en inventar que eran amantes. Aquello lo molestó demasiado y no sabía por qué, o es que acaso ¿el quería que lo tocara?


—No hay duda, me largo, quédate con tu farsa y hazle un favor a ese pequeño, aléjalo de ti, eres una basura Seto Kaiba


Al decir el nombre completo de su captor, a su mente acudieron algunos flashes que lo detuvieron de sus intenciones de marcharse, con fuerza se agarró la cabeza y cerró los ojos


—¿Qué pasa? —preguntó Seto, acercándose, pero Joey no lo escuchaba


—¿Estás loca? Lo que haces es una tontería


—Por favor Joey, tú no entiendes, yo voy a morir y… y jamás, no podré ser madre nunca


—¿Quieres dejar alguien huérfano? Así como nosotros… eres cruel


Algunos extraños recuerdos se apoderaron de su mente, aturdido gritó, queriendo escapar, de pronto solo escuchó el sonido de un monitor de hospital que ya no detectaba signos vitales. Segundos después, se desmayó


Seto corrió para auxiliarlo, llevó a Joey al auto que estaba muy cerca de ahí, volvió por el bebé y dejó las cosas del picnic ahí, sin juntar. Volvió a casa, pidió que se encargaran del pequeño, y luego él mismo subió a Joey a la habitación, dejándolo sobre la cama


Por un instante, temió que algo peor le pasaría, que tendría alguna convulsión o algo, pero él solo se veía dormido, eso tranquilizó a Seto, luego se sentó junto a él en la cama y esperó a que despertara


Cerca de las 8 de la noche, Joey comenzó a intentar despertar, sus ojos se abrieron poco a poco y miró alrededor, la cabeza le daba vueltas y la luz del foco lo encandiló


—Despertaste ¿Cómo te sientes? —preguntó Kaiba, quien no se había movido un solo centímetro de ahí


Pero la reacción del otro no era la que esperaba, Joey lo miraba con una enorme furia contenida


—Seto Kaiba, malnacido


—Vamos, ya supéralo, puedes irte cuando quieras, yo solo…


—¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hizo ella? Dímelo


—¿Ella? —preguntó confundido, quizás Joey se había vuelto loco


—Mi hermana, no te atrevas a fingir que no sabes quién


Al oír aquello, Seto se desconcertó por completo, levantándose de la cama. La idea de que ya lo conocía antes del accidente volvió a él, ese chico no era el mismo Joey a quien había engañado, pero sin duda lo conocía a él


—Ella te amaba y concibieron un hijo juntos, pero tú… maldito


—¿Estás loco? —preguntó enojado, acercándose lo jaló del cuello de la camisa, sus miradas encontradas con los rostros muy cerca uno del otro— Yo no concebí un hijo con nadie, soy homosexual, nunca me he acostado con ninguna mujer


—¿Qué? —confundido trató de pensar lo que estaba sucediendo, además ¿Qué hacía en esa casa? Acaso es que ¿descubrieron que fue él y decidieron encerrarlo ahí?


—Mira, no sé quien es tu hermana, quien eres tú, nada


—Wheeler, nos apellidamos…


—¿Wheeler? —interrumpió, comenzando a recordar algunas cosas— Mi padre tenía un empleado con ese apellido, quizás…


Un par de años atrás, cuando Seto aún era un niño, todavía no vivía en la lujosa mansión del presente, esa la había comprado él con sus propios medios, pero su padre igual fue un comerciante de renombre, viajaba por él mundo, en uno de esos viajes, contrató a un hombre que acababa de quedar viudo, él y sus dos hijos se mudaron a la casa de la servidumbre


En los días de aburrimiento, cuando Seto salía al jardín, solía ver a lo lejos al par de hermanos, un hombre y una mujer, pero nunca entabló conversación alguna, pero recordaba que veía más al niño que a ella, quizás porque no tenía amigos con quien jugar al fútbol


Pasaron los años y en la lejanía aún podía verlos de vez en cuando, pero comenzó a notar que el niño se ausentaba más, en cambio, la niña siempre estaba ahí, mirando hacia la casa de él. Los tres se volvieron unos adolescentes y justo antes de entrar en la Universidad, el señor Kaiba falleció, por lo que Seto debió ocuparse de todos los negocios, su hermano Mokuba era demasiado joven


Vendió la casa para pagar algunas deudas y se fue a vivir con su hermanito a un modesto departamento. Su gran inteligencia y talento nato lo llevaron a elevar más las ganancias de los negocios que dejó su padre, en unos años, se volvió millonario, compró la lujosa mansión donde ahora vivía y nunca más supo de esos chicos, a quienes solo conocía en la distancia


¿Sería que esos hermanos fueran Joey y su hermana? Pero él nunca más los volvió a ver, nunca habló con ellos, nada ¿Cómo podía decir ese loco que él tenía un hijo con su hermana?


—Ella te amaba y tú te aprovechaste, la embarazaste y luego la dejaste —afirmó, a punto de romper en llanto— Está muerta ¿sabes? La misma enfermedad de mamá


—Deja de decir locuras, te golpeaste la cabeza, pediré que te traigan algún calmante


—¡No quiero nada! —gritó molesto


De pronto, el ambiente incómodo fue roto por un llanto de bebé, enseguida Joey abrió amplio los ojos y se levantó de la cama, entre confundido y asustado


—Henry —murmuró para sí, pero Seto lo escuchó


Rápido y sin aviso, Joey se levantó de la cama y salió de la habitación, ante un sorprendido Kaiba, quien le siguió los pasos, Joey rastreó el llanto y llegó hasta la habitación, en medio de su cuna, estaba el bebé, llorando intranquilo, pero al verlo, comenzó a reír


—Henry, perdóname… perdóname —levantó al bebé y lo estrechó entre sus brazos, llorando— Tu tío no volverá a pensar en idioteces, perdóname


—¿Qué diablos está pasando? —se preguntó enojado, la situación era muy loca, por lo que entendía, ese bebé era de la hermana, pero Joey insistía en que él era el padre, lo cual era mentira, Seto nunca se acostó con una mujer


—Una foto de tu hermana, muéstramela —ordenó enojado


—No tengo aquí, pero en mi casa…


—Iremos en este momento, deja a Jake


—¿Jake? —miró hacia el bebé— Se llama Henry


—Sí como sea


—¡No lo volveré a dejar nunca! —gritó alterado, negándose a soltarlo


—Así que tú ¿lo dejaste en mi puerta?


Joey agachó la mirada, muerto de vergüenza, yan solo asintió


—Creí que estaría mejor con su padre, siendo tan rico…


—Ya te dije que no soy su padre


—Lo dejé aquella mañana, estaba tan asustado, no sabía que más hacer, pero pasaron las horas y me di cuenta de mi estupidez, entonces decidí volver por él, corrí con fuerza, corrí de regreso a tu mansión y de pronto, ya no supe de mí —comentó confundido, la cabeza le volvió a doler


—Yo te atropellé, menuda ironía —dijo para mí, riéndose del destino— Es tarde, mañana iremos a tu casa y me mostrarás la foto de tu hermana, ordenaré una prueba de paternidad


—Ya no importa, yo lo criaré, no te necesitamos —comentó decidido, mirándolo con odio


—Si en verdad es mi hijo, aunque no sé cómo diantres lo sea, no le faltará nada, soy responsable


Joey lo miró con desconfianza, pero no podía ponerse los moños, se había quedado sin empleo, mantener al bebé era muy caro, sobre todo por los pañales y la leche, ya que su mamá no pudo amamantarlo por mucho tiempo, necesitaba una fórmula especial o enfermaría, amaba mucho a su sobrino, así que no podía negarle su padre biológico


—Está bien —besó la cara del bebé y lo dejó en la cuna, mirándolo amorosamente


Jake o Henry, quien fuera, con memoria o sin memoria, Joey lo miraba con la misma dulzura, eso conmovió a Kaiba, por un segundo, deseó que la farsa fuera real, que se convirtieran en una familia.


Al día siguiente, se prepararon para ir a casa de Joey, que más bien era una pocilga, había pocos muebles y algunas cosas de bebé solamente, todo olía a mal, especialmente la cocina, señal de que nadie habitaba ahí desde hace semanas


—¿Aquí tenía al bebé? —preguntó asombrado, no podía culparlo si quiso enviarlo a un lugar mejor


—Perdona el desorden, yo de verdad… no sabía que hacer —dijo avergonzado, no recibió respuesta


Seto se quedó cerca de la puerta de entrada, mientras Joey entró en la única habitación que existía, en la sala, Kaiba miró una cartera, seguro que cuando Joey salió corriendo de ahí, dejó todo sin pensar, también había un celular bastante viejo


Curioso, agarró la billetera y la abrió, miró la identificación, corroborando que aquel chico se llamaba Joey Wheeler. Cuando oyó que volvía, dejó la cartera


—Mi celular no prende desde hace tiempo, así que —mostró la foto que tenía en su mano


El más alto agarró la fotografía, en ella, estaban los hermanos, uno al lado del otro, sonriendo, parecía ser que tenía al menos 3 años de ser tomada


—Ella —murmuró perplejo, no podía recordarla ¿de verdad la conocía? ¿Por qué diría ella que tuvieron un hijo cuando él sabía que eso era imposible


—Te amaba, desde pequeña, siempre hablaba del niño al otro lado de la reja, siempre estabas solo, ella se la pasaba hablando de ti, decía que algún día sería tu esposa


—Lo lamento, pero de verdad no la conozco. Los recuerdo a ustedes de niños, en mi adolescencia, pero nada más, nunca hablamos, no sé por qué te mintió


—Ella no mintió, tú mientes —espetó, enojado


—Escúchame —enojado se acercó a él y lo agarró de la muñeca, jalándolo, sus miradas se encontraron de frente y muy cerca— No sé a que juego estás jugando, pero ya me cansé, haré una prueba de ADN y se acabó


—Si tan seguro estás de no ser el padre ¿Por qué harías la prueba? Solo olvídate que Henry existe, así como olvidaste a mi hermana —gritó furioso, deshaciéndose del agarre


—Bien, tú y ese mocoso pueden irse al diablo —le dio la espalda y se alejó


Joey miró como Kaiba se iba, sintió enorme coraje e impotencia. Por su parte, Seto pensaba en el bebé, realmente le había tomado cariño y le intrigaba mucho los dichos de la hermana de Joey


—¿Dónde la vi? ¿Por qué asegura que soy el padre? ¿o es que ella estaba loca?


Mientras pensaba, Joey llegó hasta él y lo jaló del brazo


—Iré por Henry, te seguiré


—Haz lo que quieras —se deshizo del agarre y avanzó hacia su auto, esperó a que Joey se metiera y entonces volvió a su mansión


Seto fue a su despacho en el primer piso, Joey corrió hacia la habitación, su sobrino dormía tranquilamente y él quiso no alejarse de ahí, por lo que se sentó en el sillón junto a la cuna para velar su sueño


—Revisaré mis archivos, algo debo encontrar


Decidido, se la pasó revisando todos y cada uno de sus archivos, incluyendo sus fotos y videos, entonces llegó a una carpeta que no recordaba, esta se llamaba "Inauguración centro nocturno"


Entre los muchos negocios de los Kaiba, se encontraba el de los clubs, el último que abrió fue hace poco más de un año, él mismo se presentó al evento, como siempre solía hacer, de ese tipo de fiestas solía llevarse a un par de chicos lindos para pasar la noche, esa no fue la excepción


Revisó la carpeta y comenzó a ver las fotos, se vio a sí mismo acompañado de gente muy diversas, entre clientes y conocidos, algunas de él ligándose a otros hombres. Se detuvo en una foto en particular, entre la multitud la vio, la hermana de Joey, estaba charlando con unos chicos


Rápidamente, Seto reconoció a uno de ellos, un tipo que se le insinuó descaradamente y que lo siguió por casi toda la noche, hasta que finalmente sucumbió y se lo llevó a la cama, pero él no podía recordar todo de esa noche, como siempre, terminaba tomando demasiado, sus guardaespaldas siempre estaban al pendiente de él, salvo lo que sucedía dentro de la habitación, siempre le vigilaban, por eso se embriagaba sin precaución alguna


Siguió viendo las fotografías, en varias de esas, se veía a la chica detrás de él, cosa que en ese momento no notó, pero ella también lo estuvo siguiendo, junto con ese chico, era obvio que los dos tramaban algo turbio. Kaiba solo podía recordar que le aceptó un par de tragos al chico, luego lo convenció de ir a un Motel, después de eso, no pudo recordar nada más


—Me fui a la cama con él, pero entonces… ella ¿se metió también? Que absurdo, si me la hubiera tirado la recordaría —cerró los ojos tratando de obligarse a recordar, sin éxito— No, imposible, a menos que… me hayan drogado


Comenzando a sospechar lo peor, llamó a alguien de su confianza, un detective que solía ayudarle con algunas cosas, le habló de unas fotos y le pidió que investigara la identidad del hombre que le señalaba en las fotos. Lo confrontaría para llegar a la verdad


Por inercia, pese a que según él no le importaba el bebé, subió a la habitación, ahí se encontró la tierna escena, ambos, tío y sobrino, dormían plácidamente. Seto se conmovió, acercándose a la cuna miró de cerca al bebé, ahora que lo pensaba, sí se parecía a él, eso lo tenía nervioso, así que se apartó hasta casi llegar a la puerta


—He… Henry —asustado, Joey despertó de pronto, casi cayéndose del sillón


Sin notar la presencia de Kaiba, avanzó a la cuna y verificó que ahí estuviera el bebé, sonrió y suspiró aliviado, ese bebé era su todo, cada vez que pensaba en que lo dejó en aquella mansión, se sentía atormentado, nunca se lo iba a perdonar


—Lo despertarás —habló en tono bajito


Joey volteó rápido y lo miró con desprecio, luego se alejó con cuidado y le hizo una seña con la cabeza para que hablaran afuera, Seto hizo casi


—Mañana nos iremos, no quiero despertarlo —dijo Joey al cerrar la puerta


—Encontré fotos de tu hermana


—¿Qué?


—Asistió a uno de mis eventos, pero nunca hablamos


—Mentira


—Ven, te mostraré


—No iré contigo a solas a ningún sitio —informó sonrojado


—Estuviste semanas aquí y nunca te hice nada, deja de alucinar


Joey lo pensó detenidamente, era verdad, su cuerpo no se sentía como si Seto lo hubiera violado o algo por el estilo, así que no puso más trabas y lo siguió hasta el despacho. Kaiba mostró las fotos a un perplejo Joey, él tampoco entendía ya nada, estaba muy confundido


—Pedí que me investigaran a este tipo —señaló al chico junto a su hermana— Estoy seguro que ambos fraguaron algo para engañarme


—No es verdad, mientes


—Basta, no tengo por qué mentir, ya te dije que de ser el padre me haré cargo


—Lo haces por culpa, nada más


—Lo hago porque es lo que toca, soy un hombre de palabra


—No te creo


—Mientras no tuviste memoria, le hice una promesa a aquel Joey, le dije que no le tocaría si no estuviera de acuerdo y preparado, aunque tampoco confiaba en mí al inicio supo que no mentía, tengo honor, de eso puedes estar seguro —explicó sin pausa alguna


Joey lo miró sorprendido, quizás Seto Kaiba era un patán, pero al menos en eso, parecía estar diciendo la verdad. El rubio solo volteó la cara, después se alejó


—¿Por qué me importa lo que piense? ¿Por qué me importa que me crea? ¿No sería más fácil si simplemente él y Jake se marcharan? —analizó unos momentos— ¿Jake? Se llama Henry, o es que acaso ¿la idea de la familia feliz me gustaba?


Confundido y atormentado por sus pensamientos, Kaiba decidió mejor ir a la cama, esperaría noticias del detective que contrató y estaría a un paso de conocer la realidad.


Aunque Joey amenazó con irse, la verdad es que no podía hacerlo, Henry estaba siendo bien cuidado y comía bastante bien, había ganado algo de peso en esos días, mientras que cuando él lo tuvo, estaba demasiado flaquito, mientras aun no supiera si Seto era el papá o no, se quedaría ahí.


La muestra para la prueba de ADN fue tomada y ya solo esperarían los resultados, mientras tanto, Seto recibió noticias del detective, había localizado al hombre de la foto, por lo que tanto él como Joey se encaminaron para interrogarle. Fueron hasta su departamento, al verlos a ambos, quiso cerrarles la puerta en la cara, pero no se lo permitieron


—Llamaré a la policía, lárguense —amenazó asustado


Kaiba se acercó amenazante mientras abría un sobre, de ahí extrajo algunas fotos, junto con la cédula de identificación de él, al ver los documentos, el hombre se asustó


—Perdón, no fue mi culpa, era su idea, estaba obsesionada contigo —se excusó, asustado


—¿De qué hablas infeliz? —cuestionó Joey, queriendo golpearlo— Mi hermana solo estaba enamorada, dijo que lo buscaría para tener un hijo suyo, que lo enamoraría, que se casarían, que…


—Básicamente lo violó —exclamó el sujeto


Seto y Joey se quedaron paralizados ¿de qué rayos hablaba ese sujeto?


—¿Qué mi hermana violó a Kaiba? ¿te escuchas lo que dices? —gritó furioso, queriendo lanzarse a los golpes


Kaiba no lo detuvo, en cambio estaba en shock ¿de verdad fue violado por una mujer? ¿Cómo había sido posible eso?... Tranquilizándose un poco, Joey le dio opción a explicar, los tres estaban ahora sentados en la sala


—Dijo que moriría pronto, que tenía que cumplir su sueño de juventud —comenzó a narrar el sujeto


Para Joey, no era mentira que su hermana estaba enferma de muerte y que expresó su idea de ser madre, que buscaría a Seto para enamorarlo y convertirse en su mujer


—Me convenció de ir al evento de inauguración cuando se enteró, según ella te conquistaría, pero pronto nos dimos cuenta que no te interesaban las mujeres, solo veías a los hombres, ella estaba muy decepcionada, quise convencerla de irnos, pero se le ocurrió un plan…


El tipo casi comenzó a llorar


—No soy Gay, pero me obligó a coquetearte, a convencerte de ir a un Motel —tapó su cara con ambas manos— Me quería morir cuando tuve que besarte —sollozó, aturdido— Bebimos mucho, mientras jugueteaba, te excitaste con el toque de mi mano…


—Ve al grano —interrumpió Seto con vergüenza


—Te dejé un poco y abrí la puerta, ella esperaba. Ni siquiera se desnudó, quitó tu ropa interior y se subió la falda, aprovechó que estabas semi inconsciente y con una erección… te cabalgó mientras yo solo miraba


—¡Cállate! No difames a mi hermana con tus mentiras —gritó Joey molesto, estaba rojo de coraje y por la vergüenza, su hermana era incapaz, tenía que serlo, ese hombre mentía


—Estabas muy borracho, pero pudiste correrte, ella se veía tan feliz —agachó la cabeza, recordando como si hubiera sido ayer— La embarazaste, lo que ella quería, un hijo tuyo


—No, eso no… —aun confundido por la verdad de los hechos, Kaiba se sintió rebajado, una loca se aprovechó de él para quedar encinta


—Hermana en qué… ¿qué diablos pensabas? —el rubio estaba muy conmocionado, no podía creer que eso había pasado, pero era una explicación lógica, después de todo, Kaiba era Gay


La chica Wheeler le dijo después que se embarazó de Seto tras una noche en la que él simplemente la utilizó como objeto de placer, y que cuando supo que era padre, la echó sin miramientos, así, ella quedó como la pobre víctima de todo ese enredo


—Perdón, fue cómplice de algo terrible, pero es que yo… yo la amaba —el tipo comenzó a llorar desconsolado, pero ninguno de los otros dos se compadeció de él.


Volvieron a la mansión en completo silencio, ninguno de los dos se atrevió a decir algo, Joey estaba muy avergonzado por todo, su hermana se obsesionó tanto que terminó haciendo algo tan terrible, aún así, eso no probaba que realmente Seto fuera el papá, tal vez su hermana se metió con otro sujeto para embarazarse y decir que era de Kaiba.


—Escucha yo… —rompió el hielo Joey finalmente cuando llegaron a casa


En ese momento, el llanto del bebé lo puso en alerta, así que no dijo nada y subió a ver como estaba, mientras tanto, Seto fue hacia su cava de vinos y eligió algo para beber mientras reflexionaba un poco sobre la situación.


Al día siguiente, Kaiba despertó no en su habitación, sino sobre el escritorio de su despacho, el sonido de su celular fue quien lo alertó, contestó enseguida


—¿Seto Kaiba?


—Sí, soy yo —respondió despertándose


—Tenemos los resultados de la prueba de ADN ¿se los hacemos llegar por correo o vendrá por ellos?


—Sí, envíenlos. Es seguro ¿verdad?


—Claro, no usamos paquetería, los enviamos directamente del laboratorio aquí en la clínica


—Está bien


Colgó tras eso. Salió del despacho y fue a su habitación para tomar un baño, al pasar por la habitación del bebé de regreso entró, pero este no estaba en su cuna, entonces pensó en buscarlo en la alcoba de Joey, pero ahí tampoco estaba. Sintiéndose ansioso, corrió escaleras abajo y buscó en el comedor, pero tampoco estaban ahí, temiendo lo peor llamó a uno de sus empleados


—¿Dónde están Joey y Jake? —preguntó alterado


—Ahí señor —señaló el ama de llaves hacia el jardín, sentados en el pasto estaban Joey y el bebé entre sus piernas, el rubio le señalaba algunos insectos


Seto sintió un enorme alivio, por un momento creyó que quizás se habían marchado, que no volvería a verlos nunca más en la vida. Salió hacia el jardín, se puso de cuclillas junto al rubio, acariciándole un poco la cabeza al bebé


—Están en camino los resultados —miró fijamente al niño— Sabremos si soy tu padre


—Perdón si nos quedamos, creí que tal vez te molestarías


—En absoluto, aquí está comiendo bien ¿quieres llevarlo a ese lugar que llamas casa? —espetó molesto, su hijo o no, el pequeño no podía vivir en esas condiciones


Incluso si el examen era negativo, Kaiba no pensaba desamparar al bebé, le abriría un fideicomiso para sus gastos de manutención, aunque eso no se lo había dicho al tío


La hora que esperaron por el sobre sellado se hizo eterna, Seto, Joey, el bebé, incluso algunos sirvientes estaban esperando impacientes, todos ellos se habían encariñado con Henry


—Llegó, llegó —anunció el ama de llaves mientras corría hacia la sala, al igual que cuando llegó el bebé por primera vez. Le dio el sobre a Seto


—Aquí está la verdad —pensó ansioso, nunca en su vida se imaginó que pasaría por esta situación


—Ábrelo por favor —pidió Joey, estaba preocupado


Usando un abre cartas, Kaiba rompió una orilla del sobre y abrió la hoja que estaba dentro


—Compatibilidad de ADN al 99.99% —leyó primero en su mente, una sonrisa le adornó el rostro, luego miró hacia el bebé y repitió el resultado en voz alta


Al principio todos se conmocionaron en silencio, luego de unos segundos, comenzaron a festejar, incluso el bebé aplaudía al ver la euforia de los demás


—Es tu hijo —murmuró Joey, sintiéndose triste pero feliz, extendió el bebé hacia él


Por primera vez Kaiba lo abrazó fraternalmente, el ama de llaves casi llora de la emoción, era la primera vez que veía a su señor así, contento. En medio del caos y la celebración, nadie notó cuando Joey se alejó silenciosamente de ahí


La primera vez que abandonó a su sobrino a la puerta de la mansión, se arrepintió de lo que hizo, porque pensó que fue egoísta de su parte y que seguro Kaiba lo despreciaría, ahora pensaba al revés, al ver la expresión de ternura de Seto y al saber que ahí tendría una mejor vida ¿Quién era él para llevárselo a pasar hambre?


Cuando terminaron de celebrar, los sirvientes se apartaron y volvieron a sus labores, la última fue el ama de llaves, entonces Seto dejó de mirar a su hijo y volteó al frente


—¿Joey? —percatándose de la ausencia, comenzó a llamarlo repetidas veces, pero sin respuesta


No había mucho que concluir, Wheeler se había marchado, tal cual lo hizo la primera vez que dejó a su sobrino a la puerta de la mansión. Seto sintió que las lágrimas saldrían de sus ojos, porque se había enamorado de ese estúpido rubio, había imaginado la feliz familia a su lado


El bebé comenzó a balbucear y Seto lo meció, mirándolo con cariño. Se dedicaría a ser tan buen padre como el que tuvo, a ese niño no le faltaría nada. Más tarde llamó a sus abogados para que comenzaran con los papeleos legales, bajo su apellido, ese niño se llamaría Jake Kaiba.


Un año después…


Siendo tarde de domingo, Kaiba no tuvo trabajo que hacer, por lo que se dedicó completamente a su hijo, Jake ya caminaba sin ayuda de andadera, también sabía decir algunas palabras, entre ellas papá, lo que tuvo a Seto muy contento


—Jake, ven acá —llamó al pequeño que intentaba correr sobre el pasto, pero trastabilló y cayó, comenzando a llorar


Seto se puso de pie con paciencia y fue hacia él, levantándolo, el niño se abrazó a él


—Te daremos un baño, cenaremos y a dormir ¿de acuerdo?


—Papá… papá… —continuaba llorando


Aunque tenía sirvientes, cuando Seto podía hacer cosas por su hijo, las hacía, así que lo bañó sin problema y solo pidió que les sirvieran la cena, lo sentó en su sillita y le dio de comer él mismo. Terminando de hacerlo, llevó al niño a su habitación y lo acostó en su cuna, lo arrulló y al poco tiempo se quedó dormido


Kaiba lo miró dormir unos instantes, luego un viejo recuerdo acudió a su mente, el bebé dormía en su cuna y Joey velaba su sueño. Miró hacia el sillón donde durmió el otro en esa ocasión y lo imaginó ahí, de vuelta en su vida


—Joey ¿Por qué no has venido a verlo?


Poco después que se marchara, Seto pagó para que le siguieran los pasos al rubio. Sabía que vivía en la misma ciudad, sabía donde trabajaba, el nuevo departamento donde vivía, pero nunca se atrevió a acercarse, después de todo se lo prometió, esperaría cuando estuviera listo.


Pasó un poco más de tiempo, los preparativos para el segundo cumpleaños de Jake comenzaron, Seto no escatimó en gasto alguno, hizo montar una pequeña granja en su jardín, contrató los mejores payasos y animadores, también colocó estructuras diversas para que brincaran los niños, ya que él no tenía amigos, los otros niños invitados eran los hijos de sus empleados, tanto de casa como de algunas de sus empresas


Mientras se llevaba a cabo la fiesta, una de las 3 niñeras que cuidaban al niño lo estaba cuidando en ese momento, mientras Kaiba, alejado del bullicio caminó hacia el final del jardín, a lo lejos, vio a un par de niños en la casa más próxima, dos niños, pero a su mente acudió el recuerdo de los hermanos Wheeler correteando de aquí para allá


—Joey —susurró, conmovido, deseaba verlo, más que a nada en el mundo


En los últimos meses se dedicó a ser el mejor padre, pero aún se sentía incompleto. El recuerdo de aquel picnic junto a Joey y su hijo fue anhelado, quería a su familia feliz.


La fiesta llegó a su fin, poco a poco los invitados se fueron también, toda la organización estaba siendo desmontada. Jake estaba muy feliz, pero cansado también, después de todo un día de juegos, así que en cuanto lo bañaron y acostaron, se quedó completamente dormido


El timbre de la mansión sonó, ya que casi todo mundo tuvo el día libre para la fiesta, Seto tuvo que atender él mismo, lo que no le molestaba. Apretó el botón del intercomunicador


—¿Diga?


Hubo un silencio extraño, por alguna razón, Kaiba tuvo un presentimiento, oyó una respiración ansiosa y luego nada, así que por instinto salió de la mansión, corriendo


De espaldas lo vio, alguien se alejaba corriendo, un rubio loco que ni se fijó en el semáforo al cruzar la calle, Seto vio como casi es arrollado


—¡Cuidado! —gritó para advertirle


Por fortuna, el conductor no lo arrolló, pero si lo aventó un poco lejos, Joey calló a casi un metro de distancia quedando boca abajo. Kaiba corrió hacia él para auxiliarlo


—Oye ¿estás bien? —lo abrazó y giró hacia él, efectivamente era Joey, este sonreír confundido


—¿Quién soy? —preguntó con una actuación pésima, Seto la distinguió enseguida


—Deja de fingir, idiota —sin creerse el cuento, ante la atónita mirada de los demás, levantó a Joey entre sus brazos


—No ¿Qué haces? Bájame —pidió avergonzado


—Creo que no te lastimaste —dijo sonriente, regresando a la mansión


Sin dudarlo, Seto subió a Joey hasta la que fue su habitación, ahí lo acostó


—Eres tan torpe como para haber caído aquí dos veces en las mismas circunstancias —comentó con seriedad


—Perdóname, yo…


Antes que dijera algo, sintió el fuerte abrazo de Seto, sorprendiéndolo


—¿Por qué te fuiste? ¿No dijiste que jamás lo abandonarías? —reclamó


Joey se sintió mal, apretó los puños con fuerza


—No tenía cara para él, un tío tonto y pobre, incapaz de hacer algo por él, merecía estar lejos de mí


—¡Eso no lo decides tú! Jake te necesitó, lloraba en las noches, tardó en confiar en mí


Joey se quedó callado, poco después Seto lo soltó


—¿A qué viniste entonces?


—Solo quería, dejarle un regalo, pero cuando oí tu voz, lo dejé en el suelo y corrí


—¿Te volverás a ir?


—Quizás me necesitó antes, pero ya no, estoy seguro que tú y él son muy unidos, entonces yo… salgo sobrando —agachó la mirada


—Y si te digo que yo te necesito ¿también te irás?


—¿Eh? —lo miró con los ojos brillando ¿acaso escuchó bien?


—No quería admitirlo, pero me enamoré de ti, tonto Joey Wheeler, quería formar contigo una familia, que los tres estemos juntos


—Kaiba…


—Llámame Seto —pidió, sujetándole una mejilla con la mano— ¿Tú me quieres?


—Sí —agachó la mirada— Te quiero, Seto Kaiba —volvió a elevar los ojos


Kaiba asintió, subió su otra mano a la mejilla de Joey y atrayendo su cara con ambas manos, lo besó en los labios, el beso fue correspondido y tras eso, se dieron un abrazo


—¿Volverás a casa?


—Volveré —asintió, estaba sonrojado y a punto de llorar— ¿Dónde está?


—Durmiendo —lo soltó y le miró a los ojos— Mañana puedes verlo


—Seto, gracias por ser tú… el papá de Henry, pero también, el hombre que me ama —habló Joey avergonzado, nunca en su vida se había sentido tan cálido y débil junto a alguien


—Gracias a ti, por traer a Jake a mi vida


Ambos se sonrieron antes de volver a compartir un beso, con aquel, sellaban finalmente su unión como una familia, juntos al lado del misterioso bebé que un día llegó a la vida de Kaiba sin saber si quiera que la cambiaría para siempre.

Notas finales:

¡Hola a todos! Aquí el fanfic de la temática de Julio, no sabía que fandom elegir, ya que no me gusta mucho escribir sobre bebés jajajaja, siento que no encajan en el Yaoi a menos que sea mpreg u OMEGAVERSE, géneros que no suelo escribir, tampoco leer, pero bueno, salió esto y creí que Yu-gi-Oh era el apropiado, con esta pareja de Seto y Joey que tanto amo, espero les haya gustado la historia, se aceptan comentarios.


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