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Férreo por Leonheart716

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Notas del fanfic:

¡Hey! ¿Qué tal? He decidido compartir en esta página una colección de relatos dedicada a Asuma Sarutobi e Isshin Kurosaki.

También disponible en Wattpad: https://www.wattpad.com/story/317605347-f%C3%A9rreo 

Asuma Sarutobi bufó doliente cuando una roca había impactado sobre su torso, lo hizo perder el equilibrio y lo arrojó hacia atrás. Trató de recuperarse clavando con firmeza sus pies en la tierra, subió ambos brazos para edificar una muralla y así absorber la siguiente pedrada. Respiró profundo y palmeó la zona donde había recibido el golpe, sacudiendo el polvo de su cuerpo e ideando la siguiente tentativa. Se había tratado de un ataque súbito, veloz y con escasas posibilidades de bloqueo. Sin embargo, Asuma no temía de las heridas y continuó firme en la batalla. 


Adiestrado toda una vida como Maestro Tierra, ya era consciente del estilo de pelea que esos soldados utilizaban: enfrentar de cara los problemas, absorber los daños, esperar los ataques, tomarlos y regresar los golpes con la misma energía. Para alguien como él, una pedrada no era más que un cosquilleo, un incentivo para solidificar su espíritu. Incluso yacía batallando en la arena de entrenamiento únicamente con un pantalón corto. Descalzo y a torso desnudo, Asuma presumía de un cuerpo musculoso, un abdomen bien trabajado y volumen atractivo en su pecho y piernas. 


Recibir directamente los ataques de otro maestro y aguantarlos con su cuerpo era algo que los que practicaban la geoquinesis asociaban con su resistencia, y, por ende, con su valía. 


- ¡¿Es todo lo que tienes?! – Extendió los brazos y levantó el pecho, desafiando a su compañero de prácticas. – Mira y aprende, novicio. – 


Levantó su puño derecho y luego se lanzó hacia abajo, golpeando la tierra y provocando sismos que alteraron la estabilidad del sujeto que tenía delante. Crear terremotos requería mucha experiencia y Asuma había conseguido desarrollar la habilidad con creces. El soldado que tenía frente dedicó toda su atención a esquivar las columnas de tierra que se formaban debido a su fuerza, así que no fue capaz de evitar la dura pedrada que había enviado para aturdirlo y sacarlo de la contienda. 


- ¡Tiempo! Yamato está fuera de combate. Este encuentro es para el soldado Sarutobi. – Avisó el supervisor de las batallas. 


Asuma dibujó una sonrisa victoriosa y caminó hacia el castaño que aún seguía tirado en el césped. 


Le ofreció la mano con nobleza, tiró de él para levantarlo y palmeó su hombro con amabilidad. 


-  Peleas bien Tenzo. En un par de meses vas a volverte tan poderoso como cualquiera, solo sigue trabajando en tu movimiento sísmico ¿de acuerdo? – 


- Gracias amigo. – Yamato recibió modesto el consejo de su compañero. 


- A decir verdad, yo lo había sospechado. Pero bueno, tampoco me impresiona que ustedes dos estén juntos. – Kakashi se acercó, con su típico tono de voz sereno. 


Yamato se agitó de vergüenza y trató de escudarse. – No es así Kakashi, solo es un abrazo de amistad. – 


- Ajá. Siempre es lo primero que dicen, hasta que después los pillas con beso de la amistad y coito de la amistad. – Se burló. 


Obito Uchiha, soldado Piroquinético y novio de Hatake Kakashi le sacudió la mano que tenía entrelazada para que dejara de molestar a su amigo. Luego se dirigió a Asuma y valoró su desempeño. – Me impresiona que hayas podido aguantar una pedrada así. La mayoría se aturde, vomita o se desmaya. - 


- Sí, bueno, es parte de nuestra formación, tolerar las piedras, las rocas, los árboles. Cualquier cosa que nos lancen, hay que soportarlo. Ya he llegado a ver patitos del dolor. – 


- Suena incluso mejor que las quemaduras o los rayos que nos lanzan a nosotros. – Kakashi reflexionó. – Pero yo estoy jodido, controlo todos los elementos, ya sabes cómo es. – 


- Oye Asuma, vamos a ir a ducharnos y después a beber, ¿Te unes a nosotros? – Yamato le invitó con gentileza, después se volvió a sonrojar por la cara ridícula que Kakashi le puso. 


El hombre chasqueó los dedos e hizo una mueca. – Oh no chicos, creo paso por hoy. Voy a ir a buscar a Isshin a su arena de entrenamiento. Tengo planes con él. – 


- ¿Coito de la amistad? – 


- ¡Ya quieres dejar de molestar con eso! – Obito volvió a sacudir a su novio. 


- Sí, coito de la amistad. – Asuma le guiñó para bromear.  – Quizá nos unamos a ustedes en la noche. ¡Hasta entonces! -. 


Abandonó el cuadrado verde donde había realizado su práctica y se encaminó a la arena de Isshin. Probablemente lo encontraría luchando con otro maestro, resistiendo ataques y devolviendo puñetazos como él disfrutaba. Asuma había perdido la memoria del tiempo que llevaban siendo mejores amigos. Dos hombres como ellos con una dinámica particular, sin secretos ni toxicidades, compañeros de batalla perfectos uno con el otro pues cuando luchaban juntos, parecía que sus movimientos fueran sincronizados por telepatía. 


Cuando llegó al territorio lo encontró terminando su combate con un maestro agua. Asuma se encogió y apretó los dientes al empatizar con el dolor que Isshin estaba recibiendo al ser incapaz de bloquear esos veloces látigos de agua. Parecía que iba perdiendo, pues el vapor, el lodo y los tentáculos ralentizaban todos los proyectiles que trataba de impulsar. 


- La victoria de este enfrentamiento le corresponde a Tobirama Senju – Concluyó la instructora luego de ver cómo Isshin había sido golpeado por una ola poderosa. 


Como buen amigo que Asuma solía ser, se acercó a ayudar a Isshin carcajeando y burlándose de su derrota. Le dio la mano para levantarlo y le dio un abrazo para palmear su espalda. Isshin se tensó al entrar en contacto con una herida abierta y le devolvió el mismo dolor doblándole el brazo. 


- ¡Suéltame imbécil, ah, duele! – Asuma se quejó.  


- ¡Te dije que tengo piel sensible, tarado! – Protestó el otro con ridiculez. – Bien, te suelto. Supongo que tú también perdiste tu batalla, ¿no? -. 


- Claro que no. Yo sí gané lo mío. Le gané a Yamato, ya lo conoces. Una buena pedrada en el pecho y quedó fuera. -. 


- ¡Ese es mi soldado! – Isshin lo felicitó y chocaron sus pechos en señal de rudeza. – Bien, las prácticas están listas por hoy. ¿Nos vamos a relajar? -. 


¿Qué otra cosa se podía hacer un viernes por la tarde después de prácticas de combate? Pues algo a lo que los maestros tierra no se podían resistir. Fue así como Asuma e Isshin dejaron la academia de maestros elementales y se metieron en uno de los centros de Spa más populares de toda la ciudad. Un emprendimiento con éxito hasta por las nubes: aguas curanderas, relajantes musculares, masajes, vapores que liberaban la tensión y energía arcana para espíritus quebrantados. Todo eso parecía ser un paraíso revitalizante, especialmente para los maestros tierra, que gustaban de permitirse lujos y no sentían culpa de acumular buenos billetes jugándose el pellejo en misiones de alto rango. 


Ingresaron en los vestidores y dejaron sus ropas en los casilleros. Bromista, Isshin nalgueó el trasero de Asuma justo en el momento en que se desnudó por completo. El otro simplemente carcajeó y le apretó uno de sus pezones. Así funcionaba ese par de payasos, siempre en la cuerda floja entre el límite de lo cariñoso y lo disparatado. Sinvergüenzas e insensatos no tenían ningún tipo de pudor entre ellos, ni respeto por el espacio personal. De hecho, muchas personas tendían a malinterpretar sus bufonadas, pensando que ellos eran pareja. Pero Isshin se defendía contestando que solo se trataba de una amistad con varios puntos extra. Algo que Kakashi interpretó como: “follamigos”. 


- Ah, viejo, créeme que el vapor hace que mis heridas se curen al instante. – Isshin se relajó en la sauna, estiró ambas piernas y se acomodó la cabeza con las manos. – 


- Olvídate de eso, siento que podría levantar un camión con este poder – Asuma lo miró. – ¿Ya viste que la chica del mostrador me dijo: está lista su sauna para usted y su novio? -. 


- Sí, ¿Qué pasa con eso? – Isshin abrió los ojos y escaneó a su amigo. – Me hizo quedar como un desesperado… - 


Asuma captó lo que quiso decir y lo empujó con una risa. – Púdrete viejo. Ya quisieras tener a alguien como yo, soy extremadamente atractivo. - 


Isshin lo miró incrédulo. - ¡Vah! Siempre lamiéndote las bolas. Pero da igual, porque tú y yo solo somos buenos amigos. Hacemos todo juntos. – 


- Sí. ¿Qué quiso decir entonces con que éramos novios? -. 


- Mmm. ¿Qué te haya tomado de la cintura cuando caminamos hacia acá tendrá algo que ver? -  


- Lo dudo. A lo mejor pensó eso porque no dejabas de mirarme el culo cuando me desvestí. – Asuma lo confrontó. 


- ¡Estaba protegiendo tu espalda! No estaba mirando tu culo. –  


- Ya viejo, te creo, cálmate. – Se levantó y le ofreció la mano. – Ven, vamos a ducharnos. Hoy nos invitaron a beber unos tragos por la noche en el bar de siempre. ¿Te sumas? -. 


- ¡Claro! Adelante. – Isshin la recibió y caminaron hacia las duchas. 


Una vez deshechos de sus toallas, metieron sus cuerpos sudorosos y velludos en las regaderas. Parlotearon bajo la lluvia caliente acerca de tíos guapos vistos en la base y algunos derivados de la Geoquinesis. Barro, cristal, arena, metales, todas las subartes de control parecían interesantes según la opinión de Asuma. Él trató de convencer a Isshin para unirse al entrenamiento Ferroquinético, pero el otro negó con firmeza y alardeó de sus poderes tradicionales. A oídos de otros hombres Isshin sonaba austero, decente e ilustre, pero Asuma lo conocía, sabía que era todo lo contrario. Solo quería permanecer en su pelotón para ver cuerpos musculosos, traseros, vergas y conquistar a algún soldado de la tierra. Payaso lascivo. 


-  Mensaje de Hatake Kakashi a las 20:30 – Un asistente de voz llamó la atención de Asuma en los vestidores - Hey. ¿Qué tal el coito de la amistad? Bien ya paro, que no quiero que Obito me deje sin sexo. Te enviaré la dirección del local, así que cuando vengas, avísame. Si no vienes, te patearé el culo. – 


Ambos hombres salieron del centro de Spa con una vestimenta tentadora. Asuma vestía una camiseta negra de mangas cortas, ajustada en la zona de sus brazos y pectorales. También llevaba unos jeans azulados y zapatillas. Por otro lado, a Isshin le gustaba ir un poco más formal; camisa negra con el pecho descubierto, arremangada hasta la zona de los codos, pantalones negros y zapatos. En ellos dos el reloj dorado/plateado en la mano izquierda era infaltable. Salieron bromeando del centro y se encaminaron hacia el bar. 


Cuando se unieron al grupo, Isshin no tardó en ordenar tragos para él y Asuma. Solo el Dios del Vino comprendía lo rápido que ese par podía aclimatarse a una reunión de hombres, beber lo suficiente hasta que los ánimos fueran convergentes a lo que demandaba la fiesta. Sin ningún temor, Asuma e Isshin chocaban sus vasos y competían para ver quién de los dos bebía más rápido, un desafío sumamente osado y con críticas de parte de Yamato y Obito. Pero no de Kakashi, él solo quería ver el mundo arder, y como era costumbre, arder en él. 


- Y bien… - El peligris suspiró antes de lanzar la bola de fuego. - ¿Qué son ustedes? -. 


- Amigos. Por supuesto. – Isshin contestó sin pensar. – Grandes amigos. -  


- Sí claro. Y yo soy “Perry el Otorrino”. – Kakashi volvió a molestar. – Ya en serio Asuma, dinos la verdad. ¿Ustedes dos están saliendo? – 


- Claro que no. ¿Por qué sigues insistiendo con eso? Isshin y yo solo somos muy unidos. Hombres fuertes de acción. – 


- Vete al demonio Kakashi. No tienes ningún fundamento para insinuar que nosotros somos novios. ¡Sí, somos gay! Pero no somos el uno para el otro. – Agregó. 


- ¡Viejo! ¡Están tomados de la mano como una pareja! ¿Qué más pruebas necesitan? -. 


Asuma miró lentamente hacia abajo y descubrió su mano izquierda entrelazada con la de Isshin. - ¿Y eso qué? Esto es por si se escapa e intenta volver con su ex. – 


- A ver chicos, razonen conmigo. – Gai trató de mediar la situación. -  Ustedes se duchan juntos, duermen de cucharita, van abrazados a todos lados. Los dos tienen un anillo en el dedo que se supone es de amigos. – Hizo un ademán con los dedos. – Pero Isshin el tuyo dice: “Mi bebito fiu fiu” y Asuma, el tuyo dice: “Caramelo de chocolate”. – 


- Como un pionono de vitrina… - Yamato cantó. – 


- ¡Qué clase de encerrona es ésta! – Asuma protestó. – Tenzo, tú gritaste como loco cuando apareció el tráiler de Barbie en el cine. Kakashi, tú hablas como un bebé cuando estás con Obito. Y Gai… - Ojeó su vaso con incredulidad. - Estás bebiendo un puto trago que se llama; ¡Pony de arcoíris! - 


- ¿Y? Deja de gritar nuestros secretos solo para esconder el hecho de que no quieres asumir que estás saliendo con Isshin. – Kakashi replicó. – 


- ¡Bah, si hasta Gai ya nos ha etiquetado a todos en su historia de “Instagram” con su Pony de Arcoíris! – Isshin se defendió. – Esto es una mierda. Si fuese verdad que Asuma y yo fuésemos novios, ya lo habría besado mil veces. Le habría tocado el trasero e incluso habría llamado al Uber antes de tiempo para ir a hacer el “Netflix”. – 


Asuma se volteó para mirarlo y exhaló una risa nerviosa. – Shh… no soy fácil. – 


- ¿Saben qué? Jódanse todos, si no quieres entender por las buenas, entenderás a vergazos. – Kakashi señaló con la mirada al barbón. – Te desafío a que beses a Asuma. – 


- ¡Claro que no viejo! ¿Por qué habría de hacerlo? No probaría nada. – 


- Por supuesto que lo hace. Si te resistes, es porque lo quieres. No hay ninguna otra razón. – El peligris decretó con garbo. – 


- Tu lógica apesta. No tiene ningún sentido y me rehúso a hacerlo. – Isshin se cruzó de brazos. 


- Gallina. Sabía que no eras tan valiente como decías ser. – 


- ¿Qué probaría besando a mi mejor amigo? – Demandó. – Y otra cosa Hatake, no te metas con mi osadía. Soy un soldado de tierra, yo no retrocedo, pero no lo haré. – 


- Marica cobarde. – Kakashi trató de copiar la voz de Isshin. – Pastelito de amor, tengo que volar. Pero al gallinero, que me faltan huevos. – 


- ¡Ya! ¡Bien! ¡De acuerdo! ¡Lo haré! – El tipo enloqueció y descargó su coraje contra la mesa. - ¡Hijo de perra! -. 


- ¡Hey! ¡Tiempo fuera! Yo no he votado. – Asuma se quejó. - ¿Qué acaso yo soy el sujeto de pruebas de tus tonterías Kakashi? -. 


- No tienes que pensarlo tanto. ¿Te gustaría besar a este macho fornido? ¿Gran soldado de tierra, hombre temerario, amigable y mandingo? -. 


- ¡Lo sometemos a votación! – Gai exclamó con el teléfono en mano. – 


- ¡Pues ya da igual lo que elija! Va a ganar la mayoría. – 


- Entonces cállate de una vez y cumple con el desafío. ¿Qué es lo peor que podría suceder? -. 


- Coito de la amistad. – Asuma puso los ojos en blanco. 


Antes de hacer cualquier cosa Isshin tomó su vaso y se llevó un sorbo demencial a la garganta. Hizo una mueca debido al ardor del trago y se giró para mirar a su hombre. Asuma permaneció frente a él con los ojos abiertos: estupefacto, inmóvil y pensativo. No había digerido aún lo último que Kakashi e Isshin habían acordado pero tampoco quería quedar como un mojigato. Así que se abofeteó, reforzó su espíritu con armadura de intrepidez y se terminó su vaso con agallas. Después miró con determinación el rostro de Isshin y se acercó. 


-  Cuando quieras Caramelo de chocolate. Estoy listo. – Peconoció para mostrarle confianza - ¿Tiene que ser con lengua? -. 


- Claro que con la lengua. – Kakashi contestó como si eso era evidente. 


- Pero imbécil, ¿Para qué le preguntaste? -. 


Isshin enseñó un rostro tarado. – En mi defensa, soy idiota, ¿Sí? Lo siento, no lo pensé. Pero supongo que te excitó. Ayudará. Cierra los ojos que aquí voy. -  


Sus bocas se encontraron en un beso sencillo. La presión de los labios de Asuma sobre los de Isshin parecía fácil de llevar, inofensivo y bobo. Sin embargo, Isshin no parecía satisfecho en solo empujar, así que abrió un poco más la boca y profundizó el beso. Asuma no se alteró, de hecho recibió bien el movimiento y lo siguió. Presionando y soltando. Sí había retrocedido cuando la lengua de Isshin entró en su boca, sintió la mano de su amigo tomar su muslo y el impulso hacia adelante por la fuerza que estaba haciendo. No fue difícil acostumbrarse, se sentía relajado y su corazón palpitaba con fuerza, así que volvió a tomar control del beso y empujó para recuperar su espacio. Podía oír a Isshin, lo estaba disfrutando, volvió a entrelazar los dedos de su mano para sentir que estaba con él, y Asuma no rechazó nada de lo que hacía.  


- Wow… - Isshin se alejó saboreando sus labios. – Temo que este beso no cuente. Estoy muy ebrio y lo disfruté. – 


El moreno se echó a reír por la ocurrencia y lo empujó. – Jódete idiota, estoy seguro de que ahora quieres chuparme la verga. – 


- ¡Al carajo! Hombre, besas bien, pero no significó nada. ¿Ven? Yo tenía razón – Chocó su puño con su compañero y miró victorioso a Kakashi. - ¡Lo hice maldito hijo de perra! –


A las tres de la mañana, los dos soldados bajaron del ascensor cargándose mutuamente para que pudieran abrir la puerta del departamento. Isshin tomó las llaves de su bolsillo y abrió con dificultad. Tuvo que ser necesario un choque hacia adelante para hacer que la madera cediese. Ofuscados por las luces Asuma chocó con la mesa e Isshin se dio contra el piso. Chistoso y ruborizado gateó hasta el sillón, exhalando carcajadas con demasía. Asuma no estaba mejor que él, también yacía sofocado por las risas que se acumulaban en su pecho, cosquilleándole el estómago, y mientras, trataba de sosegar el dolor punzante de la mesa. Isshin trató de devolverlo a la realidad lanzándole un cojín. 


- ¡Viejo! Íbamos a morir si no te abofeteaba con eso. – Voceó con las manos en la frente. – No puedo estar más ebrio. Tú tienes la culpa. – 


- Fuiste tú el que no dejó de gritarle a Kakashi que había perdido el desafío mientras pedía más tragos de consolación. – 


Isshin se quitó los zapatos y se abrió los botones de la camisa. – Pero valió la pena, ¿No es así? Carajo. ¿Quién dejó la calefacción puesta? -. 


Continuó deshaciéndose de algunas prendas hasta quedar como póster erótico. Asuma exhaló sus últimas risas hasta que contempló lo que había frente a él. Su amigo tirado en el sofá, camisa floja con sus pectorales expuestos y el abdomen trabajado. Sus piernas abiertas como un hombre se sentaría, el cierre del pantalón completamente hacia abajo y el bulto de la ropa interior asomándose. Isshin terminó de quitarse los calcetines y relajó el cuello hacia atrás. 


- ¿Sabes qué? Estoy ardiendo en el infierno, pero creo que podemos dormir juntos en mi cama. Me gusta abrazarte. – Coqueteó. 


- ¡Já! Suerte con eso, estás durmiéndote en el sofá, dudo que llegues a tu habitación. – Asuma se quitó los zapatos y se desvistió hasta reducirse a unos bóxer opacos. 


- Entonces ven aquí conmigo. – Isshin le señaló el otro espacio del sillón. – 


No lo rechazó. Una vez ahí se echó hacia atrás para relajar la espalda. Suspiró con un gesto varonil y se dejó sosegar por la frialdad del cuero. 


- Te quiero, viejo. – Isshin palpó su muslo izquierdo. - ¿Qué es lo que yo haría sin ti? – 


- Tendrías que buscar a otra persona que te acompañe en tus idioteces. – Sonrió. – Quizá lo encontrarías, pero no tendría mi estilo. – 


- No es cierto. Yo no lo haría. Nadie es como tú. – 


Isshin jaló de su cuello y le dio un fuerte abrazo. Parecía un tanto engorroso por la manera en que estaban sentados. Aún así, funcionaba. – Gracias hombre. Te amo. – 


Asumo sintió revuelo cuando los pectorales de su amigo se deslizaron con ligereza sobre los suyos. La barba de Isshin rozándose contra su cuello avivaba corrientes eléctricas indescriptibles para algo que solían hacer dormidos. Embobado por el cosquilleo de sus pezones barriéndose contra los suyos, Asuma perdió la razón y se inclinó débil hacia sus labios. Su mano traviesa recogió el miembro del hombre que aún yacía recluso en esa tela, pero despertó algo dentro de él. 


Isshin le contestó el beso con la lengua afuera, exploró la boca de Asuma y presionó la mano que tenía usando la suya. 


- Basta… - Susurró cuatro segundos después de unir sus labios. – Esto está mal, estoy borracho y tú también. Yo… no puedo. – 


El moreno abrió sus ojos, lo encontró afligido y le palmeó el abdomen. – De acuerdo, no pasa nada. Yo no te gusto así, está bien, viejo. - 


- Hombre. Claro que sí, me gustas. Maldito Kakashi, tenía razón. ¿Pero qué pasa si la cago? Te perdería, y no quiero eso. – 


Asuma escondió una sonrisa. – ¿Cómo estás tan seguro? Tú también me gustas. Maldición Isshin, eres muy atractivo. ¿Te has mirado al espejo? – Se río. – Sabes que tampoco me gustaría que lo nuestro no funcionase de esa manera. Pero si tú me quieres, y yo te quiero, no haría daño intentarlo. – 


- ¿Tus cursilerías solo llegan cuando estás borracho? – Isshin trató de burlarse y volvió a repasar la idea en su mente. – Perdóname Asuma, no sé, no creo. Eres increíble y yo, no estoy seguro si quiero arriesgarme a que lo nuestro sea un fracaso. – 


Él se encogió de hombros, asintió benévolo y le dio unas palmaditas en el rostro a Isshin. Se echó hacia adelante y besó con ligereza los labios del otro hombre. 


- ¡Vah, no te disculpes, viejo! Es completamente entendible, no te preocupes. – Asuma se levantó y caminó por el pasillo hacia el cuarto. - ¿Vienes? -. 


Isshin no contestó. ¡Imbécil de mierda, qué carajo estás haciendo! ¡Vuelve ahí y dile que lo quieres, para qué hiciste todo ese escándalo en el bar si al final sí te gusta! Continuó bombardeando su mente con escarnios solemnes. Flemático por el licor en su sangre, Isshin volvió a saborear sus labios y pensó en Asuma: su lengua explorando su boca, el cuerpo musculoso contra el suyo, su sonrisa tonta cada vez que se metían en un lío. 


Sintió que su polla se hacía cada vez más dura e impulsado por la lívido que ya no podía seguir ocultando, se levantó de un golpe y caminó hacia la habitación. 


- Asuma… - Isshin exhaló y lo tomó por la cintura. – Olvida toda la mierda que dije. Cambié de opinión. Sí, te amo y quiero estar contigo. – 


El moreno se echó a reír y le dio una fuerte palmada en el trasero. – Eres todo un caso, ¿no? Isshin Kurosaki. – 


-  Llámame como quieras, pero desde este preciso minuto, ahora yo soy tu hombre. – 


Isshin se echó hacia adelante y besó deseoso sus labios. Sus cuerpos se presionaron mutuamente, las fuertes manos de Isshin se deslizaron por la espalda de Asuma hasta encontrar su bóxer. Manoseó con la yema de los dedos las nalgas, bajándole la única prenda que le quedaba y frotó su pene contra el suyo al simular un vaivén. Isshin se mareó de placer al sentir el roce constante entre sus pectorales, voluminosos y velludos, los pezones que se deslizaban arriba y abajo le dificultaba concentrarse en la boca de su novio, su pene cada vez más duro, no podía dejar de hacer hervir su sangre. Entonces Asuma liberó su polla de esa cárcel de algodón, lo retuvo contra el suyo y comenzó a frotarlos. Isshin puso los ojos en blanco, electrizado por el contacto entre sus glandes. Ladeó la cabeza hacia los lados con barbarie, se quitó la camisa y bajó el resto de sus pantalones. 


Habiéndose desnudado, continuó manoseando el culo de Asuma, simuló follarlo mientras sus falos oscilaban con mayor rapidez y disfrutó el gemido varonil de su novio. 


Luego de una eternidad, Asuma empujó a Isshin a la cama y se arrodilló para chupar su pene. Delineó con su lengua las curvas y las venas que se marcaron, también acarició la parte superior y jugó con ella para estimular todavía más a Isshin. El hombre parecía estar absorto en otro universo al sentir aquella descarga de placer, ese cosquilleo que Asuma podía realizar dedicando su lengua al agujero del pene lo hacía apretar los dientes para que Isshin no se corriera. Una sola idea permanecía en su mente, follar su culo sin ningún tipo de condescendencia. Ese pensamiento perdió firmeza cuando Asuma se metió esa polla en su boca y recorrió lo que más pudo hacia abajo. 


Isshin estaba viendo estrellas, y empujó la cabeza de su novio para que pudiese tragarse todo. 


Siguió así durante un rato, tragándose codicioso el líquido preseminal que goteaba del miembro. Oírlo suspirar le ayudaba a valorar su trabajo, tenía una lengua resbaladiza, una boca acogedora y una garganta increíble. El moreno cerró uno de sus ojos al sentir el dolor de su pene que chillaba de electricidad al ver el rostro excitado de Isshin, tocando sus pezones y moviendo su cuerpo hacia arriba. Asuma llevó una mano a su falo y con sincronía empezó a masturbarlo, duplicando así el placer que conseguía de ese sexo. 


Hasta que Isshin se aburrió, tomó las mejillas de su novio y plasmó sus labios contra los suyos. Lo arrastró hacia arriba dejando que su cuerpo quedase por encima. Se percató de que su pene quedara en medio de sus nalgas, abrió las piernas y empujó hacia adelante para frotarlo contra la entrada. Sus labios y sus lenguas continuaban encontrándose en besos famélicos, ávidos y con una lascivia sólida. Asuma sintió la mano de Isshin bajar hasta su propio pene y se percató de que era el momento de follárselo. Así que cuando empezó a penetrarlo, gimió con dureza al notar lo abultado que era su pene. 


Asuma tomó el control, dejando que el miembro de su novio entrase de una vez y se afirmó en sus pectorales. – Maldición, eres enorme, ve despacio, ¿sí? - 


- Tienes un culo increíble. No te preocupes, no tengo intención de hacerte daño. – Isshin le tomó la mano y tiró hacia abajo. – Te amo. -  


Con un beso de relajación y los pies firmes sobre la cama, el soldado dominante comenzó con su vaivén, haciendo que Asuma gruñese por el dolor. Isshin no se preocupó demasiado, se acostumbraría de todos modos y siguió empujando con rapidez. Observó a su novio apoyarse nuevamente en sus pectorales y cabalgar. La vista era indescriptible, un hombre como él dominado completamente, con esos músculos brillantes por el sudor que había empezado a salir. Isshin lo miró con deseo, lo sentía en cada parte de su cuerpo y sus besos solo le proporcionaban energía para continuar follándolo con más fuerza. Resultaba hipnótico ver sus propios pectorales y los de Asuma rebotar debido al sexo. 


- Eres jodidamente atractivo, Asuma. ¡Ah! ¡Carajo! Me voy a venir. – Exhaló mientras aceleraba el balanceo. – 


- ¡Oh! Isshin, sigue, yo también me voy a correr. ¡Ah! Hazlo más rápido. – 


Asuma comenzó a masturbar su polla. El rebote de su culo contra la próstata excitó a Isshin a un nivel que lo llevaron a taladrar su culo con bestialidad. Saboreó cada segundo de ese sexo, lamiéndose el sudor de la boca y deleitándose con la piel velluda y reluciente de Asuma. Cautivado por la fuerza de su novio al mover su pene y con la tensión de sus músculos, Isshin gruñó fuerte, se metió lo más que pudo dentro de él, tensándose lo suficiente y descargando todo su semen dentro. El rugido que ambos vociferaron al correrse complementó aquellas corrientes eléctricas que sacudieron sus pollas con el orgasmo. 


Asuma roció a Isshin con su semen y él se lamió un poco los labios para limpiarse. 


Cuando los espasmos se desvanecieron junto con el movimiento excesivo, el moreno se bajó del falo y se acurrucaron en la almohada. Compartieron otro beso, abrazándose con deseo y entrelazando sus cuerpos para conservar el calor. Pese a lo que exhaustos que se sentían al haber tenido ese sexo, sus penes flácidos comenzaron a recuperar la rigidez por la manera en que Isshin seguía frotándose contra el cuerpo de Asuma. 


-  Si te soy sincero, no creo que pueda dormir hoy. – Isshin exhaló y besó los labios de su novio. – Creo que me voy a volver adicto a tu culo. - 


- No te ilusiones tanto. – Asuma le acarició el pecho. – Ahora te voy a mostrar cómo folla un hombre de verdad. – 


- ¿Ah sí? Ven aquí jinete – Le susurró para volver a besar sus labios. – Espero que folles tan bien como cabalgas. -  


- Cuidado con lo que pides, podrías arrepentirte. – Asuma se echó hacia arriba para presionar su cuerpo contra el de Isshin. – Te amo idiota. – 


- Yo también te amo. – 


Fue lo último que se escuchó de Isshin antes de que descubriese lo salvaje que su novio podía ser en la cama.


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