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Lunas Frias por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Holaaa

No me he olvidado de esta pagina pero con los problemas que tuvo decidí esperar a que todo estuviera bien, ya que se primero no se leia el texto, despues de eliminaron datos, siguio fallando el texto... En fin,  voy a terminar de publicar los capitulos, espero que disfruten la lectura.

 

Recuerden que esta es una segunda parte.

 

El bosque es tranquilo,  en algún lugar cercano un pájaro ¿lechuza? ¿Búho? Emite un canto bajo. Apenas le prestó atención, viendo a Nell intentar trepar por el costado de uno de los lobos.  No hace frio como otras veces, es más cálido esta noche.

— estará bien— me dice Eddie. Estamos solos ahora, a excepción de Nell y el lobo que aún no reconozco. Como para mostrarlo, Nell logra subir y luego cae hacia el otro lado, antes de que me levante para ayudarle, ella se ríe y asoma la cabeza otra vez para hacer lo mismo pero hacia el otro lado— Aprendizaje social. También los humanos lo hacemos.  

— bien… ellos no van a morderla ¿o sí?— nunca tuve mascotas pero recuerdo ver a los cachorros de los vecinos jugado entre ellos con algo de agresividad.

— lo dudo… por su bien espero que no— Eddie frunce el ceño, mirando al lobo y ya no tan seguro de sus palabras. El lobo nos mira, claro que nos escuchó y parece ofendido de lo que dijimos. No escucho nada pero veo el pelaje blanco saliendo entre los arbustos, y Tarik se acerca a nosotros, frotándose primero en Eddie, quien le acaricia distraídamente el cuello, y luego conmigo. El otro lobo se levanta, alejándose de Nell y se pierde de un salto entre el bosque. Nell balbucea y hace un puchero antes de llorar.

— vamos a jugar— murmuro, levantándome para alcanzarla. Ella sigue balbuceando y señalando el lugar por donde se fue— Se fue, sí— no estoy seguro de que hacer, porque nunca tuve una buena impresión de los niños que hacían berrinches en las calles. Nell parece que hará uno en cualquier momento… hasta que ve a Tarik y se estira hacia él. No me equivoque al traerla, ella está muy cómoda con los lobos.

— parece que hablara pronto… ¿Qué le dirás para que no cuente esto?

— ¿Qué?

— los niños cuentan todo, no conocen muy bien los secretos y podría ir diciéndole a otros sobre esto ¿crees que le creerían?— Eddie la mira. No me agrada mucho cuando parece que está observando un experimento.

— no le creerán a menos que cambie frente a ellos.

— y cuando eso pase será mayor para poder diferenciar— termina él, asintiendo. Luego saca una libreta y escribe algo durante un rato. Nell sigue jugando con las orejas de Tarik, quien solo las agita para evitar que ella las jale. Sé que es esa libreta, Lon me lo dijo alguna vez que me quede observando como Eddie escribía.

— ¿puedo leerlo?— el bolígrafo se detiene y Eddie me mira.

— ¿quieres hacerlo?

— uh, sí… estoy… pensando en quedarme. Y no… he evitado saber mucho. Ahora creo que es peligroso. Si llego a irme o no conocer… no podría decirle a Nell lo que quiere cuando crezca, no es que yo tenga que decirlo porque hay muchos más a los que puede preguntar y responderle pero aun así quiero saber…

— ella te lo preguntara a ti, si te quedas— Eddie me sonríe. Sus ojos son de un verde más claro que el de Nell— puedes leerlo. Solo lo tengo porque son demasiadas cosas que asimilar— me pasa la libreta y saca otro libro, uno muy grueso. La letra de Eddie es pequeña y apretada pero entendible. También dibuja, y no lo hace mal. Mientras leo despacio, me doy cuenta de que es muy detallado, Eddie detalla cada cosa con cuidado, lo que hace todo muy entendible. Nell se queda dormida en el pelaje de Tarik, tengo que bajarla y acostarla en las mantas que traje. Tarik resopla y se marcha, sacudiéndose.  Leo otro puñado de hojas sobre la rápida curación en heridas, y cuando quiero preguntarle a Eddie sobre eso, le encuentro durmiendo también. Realmente no necesito preguntarle algo porque todo está bien escrito aquí hasta con tiempos (minutos para una herida superficial a seria, horas para sanar huesos rotos) pero ¿en serio ha visto todo esto? Cada vez se parece más a un relato de horror del doctor Frankenstein. Al final de algunas páginas hay preguntas, la mayoría tiene anotado con bolígrafo rojo “ver más adelante”, como si ya hubiera respondido esa pregunta.

Siento, antes de ver o escuchar, la presencia de alguien más en el lugar. Cuando veo al lobo, fácilmente podría saltar sobre mí y matarme. Rowan no lo hace. Apenas puedo verle bien, los ojos ambarinos brillantes en la oscuridad… pero no me está viendo a mí. El cambio es rápido, un momento veo a un lobo, después un momento intermedio entre animal y humano, y Rowan camina hasta la ropa. Desvió la mirada hacia Nell mientras se viste.

— esta sobrepasado.

— ¿Qué?— camina hasta sentarse junto a Eddie.

— está asistiendo a un curso de primeros auxilios avanzados. Cubre a uno de los principales encargados del zoológico porque tiene licencia médica, está asistiendo a un curso sobre especies exóticas y además tiene el trabajo de la veterinaria. Ya no es un estudiante universitario que puede permitirse todo eso.

— ¿estas llamándome viejo?— la voz de Eddie es como un gruñido, y hasta yo siento escalofríos. No sé si me sorprende más que Eddie le hable así o que pase de dormido a despierto tan rápidamente.

— tienes demasiado trabajo, eso no puedes negarlo. También estas enseñando a los lobos de las otras manadas— buena escapada.

— como si hiciera todo eso diario.

— nos hubiéramos quedado en casa, no era necesario que viniéramos aquí y estarías durmiendo.

— durmiendo, claro— no me rio, pero me siento demasiado de buen humor. Eddie me mira y sonríe, aunque su cara se pone algo roja aun en la luz del reflector.

— ¿Por qué primeros auxilios?— pregunto, lo que me gana una mirada agradecida de Rowan.

— a veces hay heridas en su forma humana, y es complicado llevarlos a un hospital y explicar porque sanaron tan rápido. Espero cubrir eso ahora, junto con Tarik—alguien más llega, dos lobos. Eddie sigue contándome sobre las heridas que ha atendido, pero estoy comenzando a divagar. Claramente está comprometido con esto, encajó bien con la manada y puedo ver lo que mencionaba Tarik de él, porque le tratan como líder aunque no es un hombre lobo. Algo cálido y peludo me roza el brazo.

— Lon— es el único que se acerca de esta manera, creo reconocer el pelaje oscuro y rojizo, con manchas blancas. Se acuesta, de forma similar a como lo hace en la cama, alrededor de Nell y mío. Eddie me está mirando.

— saldremos en unos días— me dice, y se inquieta— me refiero a Rowan y a mí.

— ya te dije que no pasara nada.

— ¿A dónde van?— ¿algo peligroso? Hay muchos apuntes sobre otras manadas, como un guion de comportamiento en los apuntes del cuaderno. Quizá por eso está nervioso.

— vamos a visitar a mis padres— Lon levanta la cabeza, con las orejas alzadas— si haces una burla de eso habrá consecuencias… viven un poco lejos e iremos unos días. Mi padre tuvo un infarto el año pasado y prometí ir más seguido a verlos. Esta vez no pude deshacerme de Rowan— Rowan se ríe y lo abraza. Vale, Eddie si está nervioso pero no porque vaya a ser algo peligroso. Lon vuelve a costarse, resoplando ruidosamente por la nariz.

— eso está bien— no se me ocurre que más puedo decir, ellos son… creo que si pudiera, vería lucecitas y corazones flotando a su alrededor como en los dibujos animados. Están bien juntos y eso es todo.

Las conversaciones son suaves cuando caminamos de regreso, esta vez no hay muchos autos porque algunos llegaron aquí en forma de lobo y así regresaron a la casa. Lon me ayuda cargando a Nell en caso de que yo tropiece porque al parecer hay más posibilidades de que yo lo haga que él. Otra vez alguien le presto un auto. Estoy bostezando cuando entramos a la ciudad.

— puedes dormir si quieres.

— ya casi llegamos, puedo esperar.

— ¿has pensando en lo que hablamos?— tengo una visión del montoncito de tarjetas sobre la mesa, con números de centros de ayuda psicológica. Quisiera decir que no estoy loco, pero claramente algo funciona mal en mí.

— olvide que iba a preguntarle a Eddie sobre eso.

— Por muy… omnipotente que parezca él, dudo que pueda ayudarte como necesitas, no tiene preparación en psicología— casi pongo los ojos en blanco, lo que me sorprende. Últimamente he salido de ese estado de nada en el que estaba, chispazos de humor, preocupación y fastidio me llegan de la nada.

— lo sé, pero no puedo decirle a un psiquiatra que me perdí en el bosque y me encontró una manada de hombres lobo que me ayudaron, y luego encontré una bebé lobo por lo que tuve que regresar para cuidarla y ahora vivo con ellos porque no tengo a donde más ir. No sin que me dé algo para la esquizofrenia que sin duda va a diagnosticarme y un pase directo para que me internen en un loquero— el auto se detiene con fuerza, aun no llegamos pero Lon se gira a mirarme, los ojos grandes y resplandecientes… luego se ríe, una carcajada fuerte y real. Su cuerpo se sacude en los espasmos de la risa. Nell se retuerce en mis brazos, sin despertar. Espero a que Lon deje de reír, se seca los ojos con la mano, pero aún está sonriendo— entonces, quería preguntarle que debería decir. O algo…

— puedes omitir eso por completo, la historia funciona igual si no dices hombre lobo en la frase. Ah, y que encontraste a Nell en la calle y no la llevaste con las autoridades— eso lo imaginaba. Básicamente secuestre a un bebé.            

— se supone que el punto de la terapia es ser honesto y decir todo o no funcionara— el auto se mueve de nuevo, lentamente.

— no es la primera vez que iras— me toma un momento notar que no es una pregunta. Los recuerdos de una habitación de paredes azules, sin ventana y una mujer frente a mi llegan antes de que pueda pensar en otra cosa— pero no te preocupes, sigue funcionando si solo dices nombres. Si no, te prometo que iré a sacarte del donde sea que te encierren— no respondo, pero mentiría si eso no me hace sentir más tranquilo.

 

Rowan y Eddie si se marchan unos días después.  El ambiente entre todos se puso extraño, de una forma que no entiendo pero no me agrada mucho, y al parecer al Nell tampoco porque llora bastante cuando estamos cerca de alguien más. Ahora duerme en un montón de mantas y almohadas que Jennifer puso en el piso de la sala.

— ¿iras con un psicólogo? Mis padres me enviaron un par de veces,  pero no me fue muy bien.

— creo que lo necesito…

— si es así puedo preguntarles a algunos conocidos para enviarte con alguien que sea competente— Murray y Bradley entran en la sala, cargando muchas cosas: sodas, papas fritas, hamburguesas… ¿mencionaron un partido de algo? no me gustan los deportes, así que me quedo en blanco un rato, comiendo. Conforme pasa el partido, me doy cuenta de que no hay el entusiasmo que debería, ni siquiera me doy cuenta cuando termina— que aburrido.

— ¿es tan serio?— murmuro, sin mirar a nadie— ¿Qué Eddie y Rowan no estén?— Jennifer y Bradley hacen sonidos vagos, sin responder. Murray tampoco dice nada.

— No es serio— responde otra voz, Kalila, entrando a la casa. Se ve cansada también— piensa en ello como si el jefe se fue y dejo encargado a alguien. Es un poco desconcertante… además, los dos fueron solos, es un tanto peor porque si no regresan… 

—  ellos van a regresar— me sorprendo hablando. Kalila me sonríe.

— Lo sabemos, pero aun así no podemos quitarnos esa inquietud. Bien, en realidad Eddie llama todos los días, por lo que no es tan malo— cuando Lon llega por nosotros, ya tengo todo listo para irme. Nell vuelve a dormirse de camino a la casa. Hay muchos juguetes tirados, a Lon y Nell les gusta jugar por el suelo y en toda la casa, así que cuando la dejo en la cama me pongo a recoger. Lon se queda dormido en el sofá, con la televisión encendida. Termino con los juguetes y sigo con las cosas de la cocina. Es un poco temprano pero comenzare con la cena. Debería despertar a Nell, si no estará despierta por la noche, y no es que Lon pueda cuidarla porque tiene que salir más seguido estos días. Veo el montón de tarjetas en la mesa… para mí solo son papeles sin importancia, bien podría solo tomar una con los ojos cerrados y llamar…

¿Eso fue un grito? Me levanto de la mesa. Me pareció escuchar a alguien gritar, un grito de un adulto. 

— ¿Lon?— se ha sentado, su mano en el respaldo del sofá, y ¿está jadeando?— ¿estás bien?— no me acerco, y no porque no quiera, mi cuerpo no se mueve. Me pica la piel y los escalofríos me hacen temblar. Un sonido de desgarre, la mano que puedo ver ahora tiene garras y se clavan en el sofá. Mi zapato rechina en el piso, ni siquiera me sentí moverme, pero él si lo hace, sus ojos me miran, el azul completamente resplandeciente— Lon, es solo una pesadilla— aunque me mira, sus ojos parecen ausentes ¿Qué es lo que dicen siempre? no hagas movimientos bruscos— tuviste una pesadilla— repito. Él se mueve, más rápido de lo que yo doy un paso atrás ya lo tengo frente a mí. Cierro los ojos justo antes de que me toque, sus brazos me sacan el aire en un abrazo.

— Killian…

— ¿Sí?

— Killian, Killian, Killian…— alzo la cabeza para poder respirar, sin apartarlo.

— solo fue una pesadilla— muevo torpemente mi mano por su espalda— solo un sueño, no ha pasado nada— le siento respirar sobre mi cuello. El abrazo es fuerte y comienza a molestarme sentirme tan atrapado ¿Sigue algo dormido? Pongo una mano en su hombro para intentar aflojar la fuerza, fuerza que desaparece de pronto, las manos en mi espalda pasan a mi cara, sus ojos aun resplandecientes me miran fijamente ¿Qué está viendo?

—  estas bien. Estás vivo— sus manos siguen en mis mejillas cuando me besa. La habitación y todo se desvanece con rapidez cuando siento su lengua en mi boca. Su cuerpo se presiona contra el mío, golpeo contra algo ¿la pared? ¿Una puerta? No lo sé, pero jadeo por la sorpresa del impacto. Lon baja de mi boca a mi cuello, dientes rozando mi piel, manos sobre mí…

— Lon..— su boca sobre la mía otra vez— espera, esto…— sus dientes atrapan mi labio, y me olvido de lo que iba a decir. Siento su mano en mi abdomen y mi cuerpo reacciona de manera contradictoria: busco más contacto y al mismo tiempo le aparto al fin. Él me mira, su mirada ahora si está centrada pero no comprendo la mirada que me dirige— estabas durmiendo, tienes que despertar. Esto no está… vuelve a la realidad ¿sí?    

— estoy despierto— sacudo la cabeza. Aún seguimos en la misma posición, contra la pared. 

— no lo parecía— ¿Cómo saber si esto es lo que quería? luego se arrepentiría de hacer algo más. Lon me sigue mirando.

— ¿crees que te estoy besando porque estoy dormido?— me muevo, incomodo por la cercanía. El movimiento no me ayuda, al contrario: ahora noto que tengo un problema entre los pantalones. Se me escapa un jadeo, en parte reacción a la sensación de placer e incomodidad, y en parte por la misma erección— Killian…— su mano me acaricia la mejilla, solo le miro un momento antes de volver a bajar la mirada a mi entrepierna. Lon hace un ruido, algo entre gruñido y gemido— ¿necesitas ayuda?— No… si…

— esto no es… Umm…— ¿Cómo explicar que esto no me pasa normalmente y no sé qué hacer? Paso saliva, sin encontrar palabras.

— ¿quieres seguir?— su caricia es suave en mi rostro… tan diferente a lo que encuentras en la calle donde solo importa el placer de quien paga. Donde no hay rostros ni caricias, solo fricción dura y esperar a que todo termine, no es placentero ni agradable para mí. Me cubro la cara,  que de repente siento muy caliente— ¿Killian, que es lo quieres?— me da besos en los dedos, sobre mi cara. El movimiento es incómodo, peor cuando siento su cuerpo pegándose al mío. Intento responder algo y solo logro un sonido contenido. Su mano de dirige de mi costado al botón de mi pantalón, siento la boca seca y siento que mis piernas me harán caer.

— joder…— siseo cuando su mano entra en mis pantalones. Se me cierran los ojos y mi cabeza golpea cuando echo hacia atrás.  Otra serie de besos húmedos en mi cuello. Su mano sale de mi ropa y ni siquiera me preocupo por el sonido inconforme que hago. Le escucho reír, sintiendo su aliento en mi cuello, me da un beso más y luego me alza. Mis manos pasan de sus hombros a su cuello, enredo las piernas en él, inseguro… hasta que me besa, su boca en la mía una vez más. El tiempo y el lugar se mueven de forma extraña, solo sé que termino en una cama. La mano de Lon vuelve a mi entrepierna— no, no…— me aparto cuando intenta quitarme los pantalones, demasiado consiente de eso. Lon se detiene y me mira, estoy demasiado confundido y exaltado para poder saber hasta dónde quiero llegar… incluso algo asustado por lo rápido que va esto— yo… no se… es…

— ¿puedo tocarte como hasta ahora?— Muevo la cabeza para decir que sí. Me besa de nuevo, su mano libera mi erección de mis pantalones, cierro los ojos, es demasiado, demasiado… por eso noto cuando bien cuando se aleja de mí. Esta vez contengo mi queja, aunque abro los ojos…. Lon sigue aquí, entre mis piernas, acariciando su propia erección. Me mira fijamente cuando lo hace, cuando se inclina para besarme y hace que nuestros penes se rocen. La sensación recorre mi cuerpo, escalofríos, hormigueo, fuego… no lo sé, no me importa cuando sigue frotándonos, su mano acariciando ambos al mismo tiempo… el placer es tanto que al final no puedo contener el gemido cuando termino, mi cuerpo se afloja y siento que floto. Un gruñido más salvaje y siento que Lon también termina.  Me quedo en la cama, mirando al techo sin pensar en nada. Tal vez me dormí un momento, porque me siento de golpe al escuchar un gritito.

— Nell…— estoy solo en la habitación, aunque aún siento el calor en el lugar donde estaba Lon. Mis pantalones están en su lugar abrochados. Me levanto y salgo de la habitación ¿Cómo descuide a Nell? Me encuentro a los dos en la sala, arrojando una pelota.

— ya ha cenado, si tienes hambre puedes comer. Dejaste todo listo—los dejo jugando para ir a comer. Durante un buen rato todo es como siempre: un baño a Nell, ponerle pijama y ver televisión un rato antes de llevarla a dormir. Me doy un baño rápido para regresar a la cama solo que ahora no puedo dormir. Unos golpes en la puerta suenan justo antes de que se abra y Lon entre. Le sigo con la mirada mientras camina hasta la cama y se sienta— ¿podemos hablar?— muevo la cabeza, recogiendo los pies.    

— sí— añado al recordar que si sigo respondiendo con el cuerpo pronto ni hablare— ¿Mejoro? Reconozco cuando es una pesadilla. Tuve muchas cuando… cuando ya no tuve una casa ¿quieres hablar de eso?

— ¿puede llamarse pesadilla cuando lo que sueñas realmente paso?— suspira. Es una buena pregunta que nunca me he hecho— antes de unirme a esta manada ¿sabías que fui un solitario?— sabía que no formo parte de esta manada hasta hace poco.

— ¿Cómo un lobo solitario?

— exactamente así. Pase por algunas manadas pero ninguna fue… como esta. La mayoría no acepta a lobos desconocidos especialmente si son solitarios— había algunas notas sobre eso en el cuaderno de Eddie— y yo ya llevaba un tiempo siendo solitario. Crecí en una manada donde hacían cosas desagradables, cosas malas… hice cosas malas.

— ¿Q—que?

— Cazaban humanos. Cada luna llena. Traían humanos desde las ciudades cercanas, los liberaban en el bosque y luego los perseguían y los cazaban— ah…— los encerraban un tiempo, les hacían creer que podían volver a sus hogares pero solo era una mentira ¿Cómo escapar del lobo?— no sé qué decir. Me han dicho historias como esa desde que los conozco y las creí, saber que él estuvo tan cerca de eso es ¿extraño? Lon siempre es tan… atento. No puedo imaginarlo cazando personas— ¿Killian?— su mano me toca el tobillo, hay una mirada angustiada en sus ojos— ¿me temes ahora?    

— ¿lo hacías?  ¿Cazabas humanos?

— lo hice… nunca maté a ninguno. Nunca me gusto ¡Me gustan los humanos! solo era yo contra toda la manada. Nunca pude cambiar nada, intenté ayudar, hacerlos escapar. Una y otra vez, quería salvar al menos uno pero nunca pude— oh, dios… estiro la mano y toco la suya. Sus dedos se aferran a los míos— Me fui cuando comprendí que no podía hacer nada, no podía seguir viviendo allí… si bien nunca maté a ninguno, tampoco hice mucho por ayudarlos. Las manadas en las que estuve no fueron lo que buscaba, no cazaban humanos pero no dudarían en hacerlo para ocultar lo que somos. No me quede, viaje y me volví un solitario por completo. Llevaba un año vagando en forma de lobo… podía sentir que me volvería salvaje en cualquier momento.   

— llegaste aquí.

— sí… imagina mi sorpresa al llegar y lo primero que encuentro es un humano que sabía sobre nosotros— se acomoda mejor, subiendo por la cama hasta apoyar la cabeza en mis piernas— No solo eso, me ayudo y me curo, me regaño y se veía preocupado por mantener el secreto— exhalo, sin darme cuenta de que mantenía la respiración. Conozco la sensación de no pertenecer, de buscar y buscar. Al igual que yo,  Lon ya no pudo irse de este lugar— pensé que dejaba todo eso atrás, pero lo que hice aún me persigue. Lamento haber… forzado cualquier cosa hace un rato. No debí.

— no forzaste nada… tu pesadilla, mencionaste que estaba vivo ¿soñabas conmigo?— le siento temblar contra mí.

— hubo una humana, la recuerdo más que a otros. Le dije como huir, a donde debía ir… fue la que más cerca estuvo.  La guiaba cuando nos encontraron… en mi pesadilla no era ella quien estaba corriendo en el bosque, eras tú— no sé qué decir, así que no digo nada. Mi mano sigue en la suya, solo muevo la otra para apoyarla en su hombro.

— ¿los demás lo saben?— susurro después de un rato en silencio.

— No. saben que mi manada no era… buena, pero no les he dicho todo ¿entiendes porque es peligroso encontrarte con otros lobos fuera? Que sean amigables aquí no significa que lo sean todos,  incluso los hermanos de Rowan. No pretendo asustarte.

— no estoy asustado.

— Sé que tu aun… que no te importa morir, pero tienes que prometerme que te cuidaras. Que no vas a quedarte esperando a que termine— como la noche que nos conocimos podría añadir— Lucha, Killian. Se el lobo— hace algunos meses me hubiera dado igual, me quedaría sentado esperando a que todo termine porque simplemente no podía hacer otra cosa. Estaba agotado y solo. Sé que a veces aun pienso y me siento de esa manera pero ahora me han dejado claro que no es así— espero que nunca tengas que hacerlo— pero si con eso puedo… yo seré el lobo.          


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