Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lunas Frias por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Escucho el ruido de algo caer y luego un grito alegre. Claro, los bebés no conocen de horas. Escucho la voz calmada de Killian regañando a Nell. Me levanto.  Llegamos muy tarde anoche, no esperaba que estuviera levantado ya. Apenas son las siete de la mañana y Nell está sentada en una silla de bebés mientras Killian intenta darle de comer.


— parece que aprendió a tirar la comida— me rio al ver que hay comida en el cabello de Killian. Nell ríe más fuerte cuando arroja el vasito con agua al piso. Él suspira.


— no debería hacer eso.


— serás una niña muy malcriada ¿cierto?— le quito la comida a Killian, alejándola de Nell— no creo que quiera comer. Si no quiere hacerlo, no tiene caso intentarlo— vuelve a suspirar, se levanta y va a lavarse las manos— ¿ya desayunaste?


— aun no. pensé que Nell quería comer— abro el refrigerador. No hay sobras de comida, siempre procuro no tener nada así para el fin de semana.


— ¿quieres algo?


—… podemos salir, buscar un lugar para… desayunar. Faltan cosas en la despensa y pensé que podíamos ir— saco la cabeza del refrigerador para mirarle, él no me mira, su voz sigue siendo baja pero clara— si no tienes nada que hacer hoy.


— comer fuera es una buena idea—salimos de la casa después de que le cambie la ropa a Nell y limpiarle el cabello a Killian. El viento es cálido fuera, señal de que el invierno está alejándose— será una decepción para Tarik.


— ¿Qué?


— pensaba en el invierno, pronto será primavera y Tarik disfruta mucho del invierno. Puedes saber porque ¿cierto? Lo reconociste anoche— bien, creo que es una buena forma de preguntar lo de anoche. Killian me mira, y pierdo lo que estaba pensando. Sus ojos, normalmente vacíos y ausentes, se ven ahora despiertos, aun se ven tristes pero ya no son los ojos de una muñeca.


— gracias… por todo.


— ¿Umm?— sus ojos se apartan. Camina por la calle varios pasos.


— No creo que te haya dado las gracias por dejarme quedar. Me ayudaste con a conseguir un trabajo también. Y también por cuidar a Nell. No me dejas pagar por la comida o los servicios… y… gracias.


— es agradable tener compañía diferente.


— también por lo de anoche. Yo… no hubiera ido si me invitabas— ok, no esperaba que funcionara… al menos no tan rápido, esperaba un cambio, algo pequeño, el primer paso para un cambio. Sonrió. No deja de sorprenderme— estuve pensando muchas cosas… por Nell. Admito que es un alivio saber que no enfermara si olvido cubrirla o come algo malo. Pero fui descuidado, me confié y asumí que solo estaba cuidando a un bebé.


— también es un lobo.


— lo sabía, pero una parte de mí no lo había asimilado aún. Hasta anoche… así que ¿puedo hacerte algunas preguntas?— otra vez un movimiento que no vi venir. Me rio, porque es emocionante.


— adelante.  


— Antes mencionaste que Rowan es ¿el líder? ¿Tienen algún otro puesto?


— Rowan es nuestro alfa. Baruch y Kalila eran los segundos al mando, cuando Rowan no quería o no podía tomar decisiones— resoplo, no sé cómo lograron mantenerse tanto tiempo sin un orden más establecido— claro que ahora estamos Eddie y yo, estoy al mismo nivel que los segundos. Digamos que Baruch es el encargado de comunicarse con otras manadas, Kalila mantiene el orden dentro cuando Rowan no está, y yo me encargo de la seguridad.


— tu… no lo sabía.


— es reciente. Es casi inconsciente, cuando menos lo esperas ya tienes el puesto. Estuve enseñando a los nuevos a pelear, coordine las mejores rutas para todos… así que ahora Rowan delego otra tarea para pasar más tiempo con Eddie— su cabeza se mueve rápido a mirarme, no me aguanto una risa— eso es mentira, Rowan sigue vigilando muy bien todo. Los demás no tienen tanta influencia en cuestión de poder.


— Umm…


— es algo así, aunque aquí no somos tan convencionales. Ninguna manada tiene tres al mando ni son dirigidos por un humano— porque vamos, todos aquí sabemos quién manda, y no es Rowan— no es una competencia de poder, y tampoco tenemos que obedecer a Rowan.


— eso ya me lo habían dicho— no me mira ya, pero veo como arruga la frente— creo. Que podían hacer lo que quieran.


— así es, Rowan raramente nos obliga a hacer cosas.


— ¿Qué tan peligroso es estar aquí?— doy vuelta por la calle. Conozco muchos restaurants que tienen desayunos, y me dirijo al más cercano. Killian me sigue sin preguntar.


— no sé cómo responder a eso— no quisiera mentirle o alarmarle— Nosotros somos peligrosos, claramente, pero no te haremos daño. De vez en cuando vienen otros lobos, de otras manadas, los vigilamos de cerca porque son desconocidos y pueden ser peligrosos. Un completo desconocido sería muy peligroso si te lo topas.


— ¿Qué hago si me topo con uno?


— correr— no bromeo. Killian se mira los pies. No le he visto correr, pero sigue estando delgado a pesar de que ahora tiene acceso a comida diaria. No creo que pueda correr mucho— Si es un humano niega que nos conoces. Finge que no sabes de qué te habla, los lobos no les decimos a los humanos que somos, así que solo di que conoces a alguno de nosotros por nombre y ya. Pueden olernos en ti. Por tu bien espero que puedas mentir mejor que Eddie.  


— No sé de qué estás hablando— dice, su tono bajo, su mirada en el piso. Mueve despacio la cabeza para mirarme, una mirada inexpresiva.


— bastante mejor, sí— le sonrió— Eddie habla mucho, y fue obvio cuando llegue que estaba ocultando que sabía, mencionando cosas que no le había dicho y que yo no podría saber.  


— entiendo— Killian no hará eso, puedo notarlo. Ha vivido demasiado tiempo en la calle para aprender a alejarse de los problemas, evitar sitios peligrosos, lidiar con gente problemática— ¿A dónde vamos? 


— hay un buen lugar por aquí— sigo caminando, aún faltan algunas calles para llegar. Killian no dice nada tampoco, Nell balbucea mientras agita las manos— ¿no te cansas de cargarla?


— No— ancla, el bebé es un ancla para él. me inquieta mucho y no entiendo por qué. He intentado mantenerme ajeno a ese asunto porque no quiero ser entrometido, lo que haga o deje de hacer Killian no debería ser asunto mío, pero no puedo dejar de rondar cerca. El movimiento de anoche es un claro ejemplo de eso, no debería haberlo llevado ¿a quién le importa? Él no quería ir, deliberadamente le oculte que haríamos y le lleve. No es receptivo para las conversaciones, responde solo con monosílabos o frases cortas antes de alejarse así que charlar no es una opción, incluso con Tarik que habla más con él.


 Mientras esperamos la comida, le observo con cuidado.  No se ha cortado el cabello, se le está rizando en las puntas por debajo de las mejillas. 


— ¿estás bien? Después de lo de anoche, me refiero. Estabas asustado— otro asunto inquietante, cuando llego aquí la primera vez no había miedo, incluso en casa de Rowan, rodeado de todos, no había miedo. Cuando regreso tampoco y no es que anoche estuviera extremadamente asustado, la idea de morir le sigue sin asustar.


— eso creo— me mira un momento y baja la mirada— se siente extraño. es como si todo esto no me estuviera pasando a mí, me esfuerzo por estar.


— no hay forma discreta de preguntar esto, así que ¿consumías?— sus ojos se clavan en mí, claros y vivos.


— No. nunca lo hice.


— bien. Hubiera sido complicado convencerte para que fueras a un grupo de apoyo o rehabilitación— no hace una mueca, pero sus cejas se fruncen un poco— ¿medicamentos? Ya sabes, como si ocuparas alguno, medicamente hablando.


— No.


— Bien— una mesera deja la comida. Él aleja a Nell del plato, ya que estira las manos para tomarlo. Me rio, y comienzo a comer— es que la mayoría de las personas que viven en la calle tienen esos dos problemas— la reacción es inmediata, primero se queda inmóvil, no puedo ver sus ojos pero parece una estatua, de no ser por los músculos de sus manos y cuello, totalmente tensos— así que toque un punto delicado ¿eh?— escucho un jadeo. Nell logra tirar el vaso de agua que le pusieron frente a ella, y él se levanta a la velocidad de la luz.


— Voy a secarnos.


— no vayas a irte, el desayuno se enfriará— no se si me escucho. Esta huyendo como un ratón asustado. Ah, no será nada fácil sacarle los secretos.


Killian regresa unos minutos después, sin decir nada ni mirarme. No le diré nada mas hoy, viendo lo mucho que progreso, lo de anoche no servirá de nada. Pienso que querrá regresar a la casa o con alguien más, cuando traen la cuenta se adelanta y toma el papel.


— yo… te invito, es poco pero no sé cómo agradecerte.


— no es necesario— digo, pero no hago el intento por pagar, si él quiere hacerlo no le voy a quitar ese intento de controlar lo que hace. me sigue hasta la calle, sigo esperando a que me diga que se va, pero no lo hace— ¿sabes? Si algún día necesitas algo puedes pedírmelo. Quizá no lo consiga pero puedes confiar en mí. en cualquiera de nosotros, en realidad pero eso es más abrumador.


— todos son amables conmigo…— comienzo a caminar, ahora en dirección al centro comercial.


— no todos los hombres lobo son así— murmuro, mi humor se evapora como el agua al sol— Killian, aquí nadie te preguntara mucho. El pasado no importa, pero necesitamos saber… Rowan ha estado presionando para preguntártelo él mismo y he logrado disuadirlo— es sencillo cuando sabes sus puntos débiles— ¿tenemos que preocuparnos por tu pasado? Eso es todo lo que preguntare.


— No— me dice pero escucho el sonido que hace al respirar.


— está bien— él aún se ve nervioso cuando estamos en el centro comercial. Pone a Nell en el carrito y lo empuja mientras yo voy poniendo las cosas. No se ve cómodo, pero no creo que sea por la conversación que tuvimos, ya ha pasado bastante tiempo para que siga dándole vueltas a eso— ¿quieres algo?


— ¿Qué?— Pongo un paquete de papas fritas.


— algo que quieras, llevamos todo lo que falta podemos comprar cosas basura.


— ¿Por qué compraría cosas basura?— niega con la cabeza— no quiero nada— me encojo de hombros. Caminamos hasta la fila, donde se pone cada vez más tenso ¡hasta puedo escuchar su corazón!


— ¿quieres que me quede en la fila? Puedes esperar fuera— me mira, otra vez negando— es curioso pero estas por tener un ataque de pánico ¿es eso? no estoy seguro— lo dije solo por decirlo.


— no me gustan los centros comerciales. Siempre me miran mal cuando vengo a uno. No los culpo— murmura. Oh, ya entiendo por dónde va el asunto.


— nadie te está mirando ahora. Y vamos a pagar todo esto— hay algo fugaz en su mirada que no alcanzo a distinguir porque baja la cabeza. No mira a nadie mientras pongo las cosas en la barra deslizadora y la empleada marca los precios. Tampoco cuando tomo las bolsas y salgo. Él se limita a cargar a Nell— debimos pedir un auto prestado ¿no estas cansado para caminar? ¿Killian?— ¿me escucho? Ni siquiera parece estar aquí. muevo la mano frente a su cara.


— ¿Qué?


— que si puedes caminar de regreso.


— ah, sí— mira alrededor y comienza a caminar en dirección correcta.


— ¿robabas mucho en estos lugares?— lo pregunto casi por reflejo, no pude contenerme más. Hablar de eso dentro del centro comercial hubiera empeorado su nerviosismo. Le miro, intentando responder pero sin pronunciar sonido.


— a veces— dice al fin, apenas audible— otras veces pagaba pero siempre me perseguía un guardia de seguridad.    


— bueno, si luces tan sospechoso como hace un momento claro que te iban a seguir ¿habías entrado a uno desde que vives aquí? pagando, claro.


— no.


— podemos venir más seguido. Incluso puedes pagar la mitad del total si quieres, aunque no tengo problemas con pagarlo yo.


— gracias… también me di cuenta… yo no me he preocupado realmente por mantenerme, tampoco a Nell… o sea… sé que tú has solucionado todo. la despensa, ropa, los servicios de la casa, los juguetes de Nell.


— oye, esos los han comprado todos.


— lamento no darme cuenta antes— me rio y le doy un golpecito en el brazo.


— lo entiendo— no creí que se fuera a dar cuenta realmente. Claro que intentaba hacer lo que podía, cocinar, lavar, limpieza pero nunca pregunto por la comida, por cosas que no se notan— espera, hagamos cambio— dejo las bolsas en el suelo y extiendo las manos. Nell se ríe y se retuerce hasta alcanzar mi cabello. Él recoge las bolsas y seguimos caminando— Está bien que te avergüence entrar a algunos lugares, pero lo que hiciste fue por sobrevivir. No hay vergüenza en querer vivir. 


—…


— entiendo muy bien lo que es hacer cualquier cosa por vivir ¡Hey! Deja de jalarme el cabello, pequeña bribona— Me adelanto, riendo mientras alzo a Nell. Escucho a Killian caminar en silencio.


 


***


   Sangre.


Todo huele a sangre. Es como un maldito matadero. Los ruidos de la celebración se pierden mientras me alejo, en un intento de poder respirar algo más que el metal de la sangre.  El bosque está seco debido al calor y la humedad es desagradable. Llego hasta el rio, un cause seco que en cuanto llegue la primera lluvia de la temporada se llenara. Me siento en el polvo. La luna es la única luz que hay.


— falle otra vez…— mis manos están limpias, pero es como si la sangre que corre más allá estuviera en mí también.


 


Otra luna.


Aún quedan días, días. Pero todo está listo. Paso caminando, aburrido, entre las casas. Todo parece tan normal… ¿realmente soy el único diferente aquí? nadie ve realmente lo que pasa. un grito agudo, encerrado, pero claro, se alza desde algún lugar.


— Lon, ¿puedes ver qué pasa?— me encojo de hombros y doy la vuelta cuando en realidad quiero alejarme. No quiero estar aquí, no quiero hacer esto. Me gusta ser un lobo, me gusta correr por el bosque y disfrutar de todo lo que hay. No me gusta el lugar donde vivo.  Hay una casa al final, una casa más descuidada que el resto. La puerta está cerrada, no hay nadie fuera. Abro sin problemas. No hay muebles. Solo hay jaulas, diez jaulas.


Ocho están ocupadas. Las diez estarán ocupadas para la luna llena.


Paso la mirada, aburrido entre las jaulas. Cinco hombres y tres mujeres, todos humanos. Ninguno vivirá. 


— ¡A—ayúdame! ¡AYUDAME!— Cierro la puerta. Los otros humanos no dicen nada, pero llevan más tiempo aquí. a ella debieron traerla anoche. Busco las botellas de agua que les dan. Paso una entre los barrotes de la jaula. indiferente, no lo pienses.   


— Seria mejor que no grites. Bebe, y descansa— como si se pudiera descansar en una situación así.


— Ayúdame, por favor— gime. Las lágrimas le corren por la cara. aprieto los dientes ¿Ayudar? ¿Por qué lo haría otra vez?


— no puedo hacer nada— desconozco mi voz, vacía, indiferente, pero soy yo— No eres la primera que me lo pide, y haga lo que haga no cambia nada.


— no puedo… mis padres… mi familia me debe estar buscando. Ellos… no tengo dinero, no puedo dar nada— es que esto no es para pedir un rescate. tenía ocho años la primera vez que intente ayudar. Deje de intentarlo a los doce. Salgo de nuevo, el sol se siente frio. Todo es gris y carente de emoción. Tal vez sea yo.


— ah…— ella llora más fuerte, pero no grita. Es mejor estar en silencio, los demás lo han entendido.


No tengo nada que hacer hoy, pero no puedo dormir. doy vueltas y vueltas por la cama sin lograr una posición cómoda. Cada que cierro los ojos, veo el rostro lloroso de esa humana. No sé su nombre, no es diferente a cientos que han estado en su lugar. Una cacería cada mes. Humanos corriendo mientras son perseguidos por nosotros. para mí no es más que asesinato por más que lo intenten adornar con palabras bonitas. Es cruel. Se les dice a los humanos que pueden escapar, que tienen una esperanza de regresar a su hogar cuando no es verdad. es peor cuando intente ayudarles y tampoco logre nada.


La luna llena llega pronto, un borrón de días que pasan uno tras otro. Ya todo está listo para la cacería, solo queda esa humana en la casa. me quedo fuera un momento más, solo eso basta para que ella me mire. Aunque no habla, sus ojos gritan por ayuda.


— demonios…— Entro. No necesito esconderme o fingir— escucha… van a decirte que puedes escapar. Te liberaran, pero van a cazarte. No saldrás de los bosques— sus ojos se llenan de lágrimas, contiene los sollozos— Dirígete hacia la montaña. Es el camino largo, pero tendrás más posibilidades. Hay una caseta de vigilancia al pie de la montaña, pero está muy lejos. Si logras llegar…— aprieta los labios y asiente— tienes que llegar al rio, es un cause seco, cuando lo hagas síguelo hacia el sur.


— no sé dónde está el sur— alguien viene. Me doy la vuelta y salgo.  La noche cae rápido, aunque estoy con los demás, no estoy realmente allí. Por mucho tiempo me negué a participar, hasta que mi familia me obligo. Así que vengo, finjo, luego solo ando sin rumbo en el bosque, fingiendo que busco. Todos los humanos tienen esa mirada de esperanza, sé lo que viene. Los veo correr, es inevitable.  La veo, ella esta aun aquí, su cara pálida y sucia, mirando, buscando. Corre, corre… ella lo hace. Lo único que me gusta de esto es cuando soy lobo, todo es más fácil.  Cuando todos comienzan a convertirse, lo hago también.


Ella no sabrá a donde ir, yo dudo, el lobo en mí no lo hace. No la busco, voy directo al rio. Espera. Espera. Allí esta.


Ven, sígueme. Sígueme. No temas.


No te hare daño. Sígueme.


Si, ven, ven. Rápido.  Rápido.


Ya vienen. Corre. Corre.


Gritos


Gritos


Gritos


 


Abro los ojos, al mismo tiempo que me siento. Jadeo como si realmente estuviera corriendo. Estoy en mi habitación. Mi casa.  Lejos de todo eso: Lejos de mis pesadillas, enterradas muy atrás en mi pasado. Mi secreto.


Si hay alguien gritando, pero son gritos de alegría. El corazón me golpea con fuerza, y siento que en cualquier momento me convertiré.  Suspiro, un aliento tembloroso. No puedo estar aquí. Salgo de la cama y la habitación. Ya anocheció, y ni siquiera me di cuenta de que me dormí.  Ha pasado mucho tiempo desde que soñé con una vida lejana. En la sala un bebé está arrojando juguetes en la alfombra y riendo. Nell.


— Ah, Lon… estoy por hacer la cena ¿quieres algo?— humano. Es completamente humano. Cierro los ojos e inhalo profundo. Solo fue una pesadilla. Solo una pesadilla. Sin pensarlo, estiro los brazos y me abrazo a Killian. Su cuerpo rígido como estatua, sin respirar. En el suelo, Nell sigue balbuceando— ¿Lon?


— bosque y lluvia— murmuro, inhalando otra vez.


— mmm... eh…  


— no te ofendas, pero cocinas terrible— me rio, una risa temblorosa y más aguda, pero es algo— yo lo hago, ayúdame en la cocina.


— está bien—vuelvo a respirar su olor: Bosque y lluvia. Aun no lo suelto, me obligo a bajar los brazos y apartarme— aprenderé a cocinar.


— vamos, puedo enseñarte algunos trucos— no dice nada, no pregunta nada. el humano de ojos tristes solo se dirige a la cocina. Y yo lo sigo.  

Notas finales:

Proximo capítulo 29 de octubre


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).