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Lunas Frias por Silence Tsepesh de Lenfet

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Abro los ojos. Ver un techo sobre mí aun me deja confundido. Me quedo unos momentos así, sintiendo la cama y el calor de la habitación. Demasiado calor. Muevo la cabeza, aun esta oscuro pero hay suficiente luz para ver a Nell dormir… y a Lon, que ahora es un lobo.  Comenzó a dormir aquí así de vez en cuando y al principio me preocupaba mucho que pudiera lastimar a Nell porque, bueno, Nell es pequeña y el lobo no ¿es más grande que un lobo normal? Nunca vi lobos reales más que en televisión o fotografías así que si tenía miedo de que pudiera aplastarla o tirarla de cama por accidente. No ha pasado, y contrario a eso, Nell siempre termina durmiendo junto a él. O sobre él.


— ¿Dormías así con tu mamá?— murmuro, mirándola. Las orejas del lobo se mueven, sus ojos se abren. El azul de sus ojos resplandece en la oscuridad— lo siento, estaba pensando para mí— el lobo bosteza, me quedo mirando sus dientes. Nunca pensé que fuera a dañarnos de esa manera ¿es normal confiar así?  No estoy seguro pero no puedo pensar en otra forma de reaccionar.


Me levanto, porque no creo que pueda volver a dormir, y voy a la cocina para preparar las cosas. Tengo trabajo y hoy debo pasar a casa de Eddie para dejar a Nell. Ahora que lo pienso, preparando avena y carne, no enloquecí con la revelación ¿debí perder la cabeza? es confuso, los recuerdos de esos momentos, pero yo solo acepte el hecho como si me dijeran algún dato interesante ¿Qué es lo que eso dice de mí? ya siento que mi cabeza no está bien y creo que esto lo confirma. Suspiro, no tiene caso pensarlo demasiado ¿Qué caso tiene enloquecer ahora?  Debo cambiar el pañal de Nell, así que apago la estufa y me dirijo a la habitación. Ella ya está despierta, de pie y apoyándose en Lon que aún es un lobo, ella está jalando la oreja del lobo y riendo.


— Nell— mi cuerpo se mueve por instinto, jalar de esa forma a cualquier animal es peligroso. La alzo y la muevo al otro lado de la cama, donde tengo todo. Ignoro los sonidos del cambio de Lon, concentrándome en el pañal sucio. 


— no le haré daño, lo sabes ¿verdad?


— Lo siento… si, lo sé. Es solo que… aun no me acostumbro y ella es pequeña, se ve muy pequeña a tu lado cuando estas así. Pero…— añado, sintiéndome torpe— ella no te tiene miedo. Le gustas, creo…


— Sabe quiénes somos…— alzo la cabeza, él está mirándola— los bebés saben quiénes son su manada y quienes los protegen, es un poco como los bebés humanos ¿no hacen eso? reconocen a su familia. Es lo mismo solo que un poco más salvaje. Eso hacían los bebés que conocí.


— dijeron que es el primer bebé en esta…manada— la palabra se siente rara en mi boca, como un término incorrecto para un pensamiento.


— así es. Sinceramente jamás creí que tuviéramos un cachorro en esta manada— se ríe, y Nell le hace coro con sus risitas— estuve en  otras manadas antes, Killian, así  lo sé.


— Oh. Es extraño que la llamen cachorro—  porque Nell es una niña, una pequeña con dos piernas, dos brazos y suave cabello negro. Algo me toca la frente, Lon está a mi lado, riendo de nuevo.


— estas frunciendo el ceño. Es solo por costumbre, nosotros somos lobos, y pues ella al ser una bebé que se convertirá en lobo— se encoje de hombros. Esa parte la entiendo, es muy obvia pero aun así me parece incorrecto, ella no se convierte en lobo todavía y no lo hará hasta que sea mayor— Los hombres lobo somos criaturas de costumbres.


— no parece que tengan muchas por aquí.


— tenemos las comidas de los sábados y domingos. Y las fiestas por cualquier tontería— algo se retuerce en mi pecho. Lo ignoro. Yo no soy el chico de las comidas familiares— pero si, no tenemos muchas. Culpa de Rowan. Otras manadas tienen costumbres muy antiguas ¿has escuchado sobre la familia de Rowan?— niego con la cabeza y alzo a Nell de  vuelta. Sé que tiene hermanos porque mencionaron mandar a Nell con ellos— su manada vive asilada de los humanos y aun concretan matrimonios entre sus miembros. La manada de Leyre aun da castigos por incumplir las ordenes de la alfa, también es una manada grande, se ha estado integrado con pueblos humanos pero aún está prohibido mostrarse a los humanos— me cuenta mientras acomodo a Nell en la silla y comienzo a poner la comida en la mesa.


—  ¿Por qué no pueden decirle a los humanos? los humanos no parecen bienvenidos.


— no lo son— su voz baja, llamando mi atención— muchos se creen superiores, como un… eslabón más alto en la cadena alimenticia. Otros aún recuerdan las cacerías. Pasaron hace mucho tiempo, siglos, pero la memoria de los lobos permanece. Los humanos no lidian bien con lo desconocido, mucho menos si eso desconocido tiene colmillos y garras. 


— Suena oscuro— parecen cuentos de terror para enviar a los niños a dormir— ¿Qué hacen con los humanos que lo saben? Cuando alguien… los ve, un accidente por ejemplo.


— mueren. Los humanos mueren— espero oírle reír, añadir que es una broma. No lo hace. Me cuesta pasarme la comida.


— pero… eso es… yo no podría decirle a nadie, Eddie tampoco lo ha hecho. Creo que muchos humanos lo harían— su tenedor se clava con fuerza en la comida, sus nudillos están blancos.


— si no hay testigos no hay peligro. No importa nada más. Y no digo que todas las manadas lo hagan, posiblemente habrá algunas que tengan humanos… aunque no he conocido ninguna hasta esta— Sonríe de pronto— se nos hará tarde si no salimos pronto— se levanta, tiene razón: tenemos el tiempo justo para que terminemos la comida y salir.


Su plato queda casi intacto en la mesa. 


 


Estoy dirigiéndome a la veterinaria cuando recibo un mensaje diciendo que Nell está en la casa de Rowan así que cambio de dirección. Conseguí comprarme un teléfono, un modelo viejo que solo sirve para recibir llamadas y mensajes, me sentí extraño teniéndolo ¿Cuándo fue la última vez que tuve uno? Se siente como algo ajeno a mí. No puedo negar que es útil cuando quiero saber de Nell o cuando cambia el horario para el trabajo.


La puerta de la casa está abierta, solo un poco, así que solo llego y la empujo porque escuche a Nell reír. La sostiene la chica rubia y pequeña, Jennifer. Me muerdo el labio y contengo las ganas de ir y quitársela ¿no dicen todos que ella no puede controlarse? No veo al lobo aquí, solo a Murray sentado en el piso con las piernas cruzadas, usando solo un pantalón blanco y cómodo, sin zapatos y los ojos cerrados ¿meditando? 


— Llegaste— ella me sonríe. Se ve mucho más… relajada que las últimas veces que la vi. Siempre parece tensa— Nell es muy tranquila… umm… si necesitas que la cuide más seguido… puedo hacerlo, no hago nada últimamente.


— tu no… trabajas…


— No. mi familia tiene una posición económica buena. Ellos me envían dinero, ni siquiera se han dado cuenta de que estoy… fuera de casa— sus labios se estiran en una mueca— ¿quieres quedarte a comer?


— emm… supongo.


— Si no quieres hacerlo no lo hagas— la voz de Murray es suave, un murmullo que logra hacerme saltar. No se ha movido, ni abierto los ojos. Nell estira las manos hacia mí y me apresuro a sentarme en el sofá, Jennifer la suelta para que gatee en el sofá hacia mí.


— lo que quiere decir es que cocina vegetariano, si aún quieres quedarte. Le sigo diciendo que quiero comer carne pero insiste en cocinar verduras todo el tiempo. 


— comer carne todo el tiempo no es saludable.


— Murray, puedo convertirme en un lobo. Son animales carnívoros, y me da mucha hambre— el resopla y abre los ojos. Él también se ve relajado hoy, aunque nunca trate mucho con ellos antes.


— mujer lobo, y hasta donde sé los humanos también comen vegetales— esto… parece una conversación que tienen seguido, ella le hace una mueca y le saca la lengua— entonces ¿te quedas?— muevo la cabeza para decirle que sí— bien, solo necesito calentar la comida de nuevo— se levanta, un movimiento muy fluido y elegante. Demasiado para ser humano. Me quedo sentando, balanceando a Nell en mis piernas mientras escucho el ruido desde la cocina.


— Lo siento… por intentar lastimarte antes— los ojos de Jennifer están fijos en mi— sé que ya lo dije antes pero nunca está de más cuando alguien intento comerte. Mira, es difícil controlarme cuando estoy siendo un lobo. Luego todo se puso más intenso, Baruch dice que es una sobrecarga sensorial porque nuestros sentidos se mejoraron— pone los ojos en blanco— como si fuera tan simple. En fin, siento haberte gruñido.  


— no importa… yo estaba en un mal lugar. Parece que lo llevas mejor— no sé qué más decirle.


— ya no es tan difícil. A veces, los olores me alteran… yo quería…  atacar a las personas. Pero ahora puedo controlarme lo suficiente para alejarme y no lastimar a nadie. Ya sé que es un consuelo débil, pero es algo. Ah, no tienes que preocuparte, no le haré daño a Nell. A ti tampoco, tienes el olor de Lon, así que es más fácil.


— ¿Gracias?


— Jenny, hablar sobre esas cosas está bien pero no sobrecargues a Killian, él no es un lobo.


— está bien. No me importa—no lo entiendo bien tampoco.


— ¿Cómo crees que sea Nell? Cuando pueda convertirse— paso la mirada entre ellas ¿eso es lo que ha estado pensando?— me da envidia, ella de seguro podrá controlarse.


— no lo he pensado, aún falta mucho tiempo para eso ¿no?— ella medio me asiente.


— Es mejor a que te ataquen por la espalda en la calle— no he preguntado pero entre las conversaciones que escuche sé que eso pasó hace un tiempo— estaba paseando después de una escapada a una fiesta, y un maldito perro me derribo y me mordió. Destrozo mi pantalón y perdí un zapato… solo que no era un perro. Y la ropa arruinada fue el menor de mis problemas.


— lo siento.


— no fue tu culpa. Y solo puedo recordar claramente eso, enferme  y todo es confuso. También para Murray. Él estaba recorriendo un sendero en el bosque cuando paso— hace una mueca de enfado— todo por una tontería.


— todo tiene una razón, Jenny. Una lección para aprender, todo es un aprendizaje— ella resopla.


— lo dices porque fuiste el mejor controlando la conversión— ella me mira— no le tomo nada poder convertirse y regresar, seguir a los demás. Aunque tuvo dificultades con los olores. A decir verdad, a Bradley tampoco le tomo tanto, aunque aún tiene dificultades para volver a ser humano— Murray se ríe, aun en la cocina.


— todos somos diferentes, deja de compárate. Killian ¿estas cómodo viviendo aquí?— me toma un momento notar que es una pregunta y hacia mí.


— umm, sí— no sé si esperan otra respuesta. Una voz llega de la calle, la puerta que sigue un poco abierta por lo que la voz es clara. Murray se asoma desde la cocina, y Jennifer ladea la cabeza hacia la calle.  Hay una chica quejándose, en tono algo agudo y tembloroso a la que le responde una voz masculina.


— Es Bradley— susurra Jennifer— ¿esa es su novia?— yo no tengo idea.


— ¡No puedo solo dejarlo pasar!


— Camille, no tenías que seguirme, te dije que te llamaría.      


— Ellos discuten mucho últimamente— el sofá se mueve cuando Jennifer baja los pies— es difícil mantener el secreto cuando todo lo que quieres es morder y gruñir. Escuchas cosas que no quieres, y sin duda, hueles cosas que no quieres… ¿Qué haces, Murray?


— es ridículo. Jennifer, vas a controlarte.


— ¿Qué? ¡Espera!— pero Murray ya alcanzo la puerta. La discusión fuera se detiene.


— hola ¿Camille, verdad? estoy terminando de cocinar ¿quieren pasar a comer? si tienes tiempo— hay una respuesta afirmativa, y entran. A Bradley lo reconozco ahora, aunque no su nombre, alto y fornido es el que más pienso parece un hombre lobo. La chica es alta también, morena y con el cabello rizado. Tiene los ojos rojos, como si hubiera llorado.


— Estas ¿viviendo aquí?— ella nos mira a todos, despacio. 


— umm sí, estamos… estamos…


— Es una investigación, algo que aún no podemos publicar— Murray le sonríe— creo que te hemos hecho pasar un mal rato. Nuestra culpa, le pedimos a Bradley que ocultara esto— vaya… son como palabras mágicas: ella se relaja inmediatamente— vamos, serviré la comida. Ustedes también— nos señalan. Jennifer y Bradley se miran, una mirada larga y muy sospechosa.


— ¿solo están ustedes?


— a veces vienen algunos miembros más, pero solo nosotros nos quedamos. Ah, Killian no, solo está de visita— me señala con una cuchara. Le pasa los platos a Bradley y la comida a Jennifer. Acomodan la mesa en tiempo record. Me siento, acomodando a Nell entre mis piernas ¿soy solo yo o hay un ambiente muy tenso?  Apenas atiendo lo que dicen. Me sirvo en mi plato pasta y algunas verduras, y un montoncito de albóndigas. Nadie dice nada mientras comemos, el ruido de los cubiertos en la mesa.


— Dios…— Jennifer se levanta, poniendo una servilleta en su boca, y sale corriendo— es asqueroso, Murray— frente a mi Bradley hace un ruido de asco también.


— ¿Qué…?


— Solo son albóndigas de brócoli— la voz de Murray me recuerda a un gruñido. Nell se ríe y solo veo como su mano baja y nos tira el plato de comida encima.


— ¡Nell!— me quedo mirando la comida en el piso, mi ropa llena de pasta, Nell llena de más pasta, las servilletas en la mesa… una risa rompe el silencio. La chica humana está riéndose— lo siento— Bradley comienza a reír, carcajadas que llegan desde algún lugar del pasillo, y hasta Murray está riéndose. Jennifer regresa a sentarse, sujetándose el estómago y riendo. 


— dios, Murray, si quieres matarnos solo hazlo, no nos tortures con esto— yo no veo nada de malo con la comida. Pongo a Nell en el suelo mientras limpio un poco el desastre en el piso y en la mesa. Uso las toallitas húmedas para limpiarnos y luego regreso a la mesa. Ya no hay carcajadas pero es obvio que la conversación se aligero— Hey, amigo ¿te comerás eso?— aún quedan albóndigas.


— Sí. Es comida… y está en buen estado— bajo la mirada cuando veo la comprensión en sus rostros. No debí decir eso. No digo nada durante el resto de la comida,  solo estoy pensando en que momento debería de irme,  la chica se adelanta, diciendo que tiene que prepararse para algo, y Bradley la acompaña a la salida. Murray y Jennifer suspiran cuando la puerta se cierra.


— Eso fue… bueno— dice ella.


— sin duda ¿tuviste…?


— No, nada. Creo que… bueno, ella estaba con Bradley y tiene su olor ¡Los demás estarán orgullosos de nosotros! incluso olvidaran que metimos a una humana en la casa sin permiso.


— nadie nos prohibió hacerlo. Dudo que les importe— así que era esa la preocupación que tenían. La casa es de Rowan pero él no vive aquí, y los únicos ocupantes son ellos tres— me preocupaba que no hubieras cerrado bien la puerta de Donelly y apareciera de pronto.


— Uff, no— la puerta se abre de nuevo y Bradley entra, se sienta pesadamente en el sofá. Creo que es momento de irme, tengo que bañar a Nell, así que comienzo a recoger los juguetes y cosas que traje esta mañana.


— gracias por la ayuda, chicos. No sabía que más hacer. 


— ¿Por qué no le dices la verdad?— la pregunta sale de mi boca antes de que me dé cuenta— es… si… ¿prohibido?— me siento tonto balbuceando. Bradley hace una mueca ¿dolor, concentración? No lo sé. Jennifer está lavando los platos de la comida.


— No, no lo han prohibido… aunque tampoco llegaron a un acuerdo. Algunos no quieren que se los digamos a los humanos, a otros no les importa.  Amigo, no es que no quieran que lo diga, pero es un secreto grande ¿lo entiendes?— puedo entenderlo— dicen que es mejor estar seguro de si es lo que quiero. Si yo y Camille terminamos…— ella sabrá todo. Y no será parte de esto— y estoy de acuerdo, la amo, pero el amor no siempre es suficiente.


— para mantener un secreto es mejor que menos personas lo sepan— recita Murray.


— entiendo. Gracias por cuidar a Nell y  por la comida—  afuera sigue cálido. El viento es fresco y agradable. Camino despacio, sin detenerme. Me pone un poco nervioso cruzarme con personas, no hay muchas personas por aquí porque es como un vecindario casi abandonado, aun no entiendo porque si es agradable. Tal vez porque esta algo lejos, es fácil entrar a las casas y robar. Las ventanas no tienen protecciones, y están accesibles. Nell comienza a retorcerse en mis brazos, empujándome— espera…  ya te bajo— tengo que inclinarme para sujetarla de una mano, aun se tambalea cuando camina pero ya no necesito sujetarla con ambas manos.


— Nell— Lon está en la esquina, y ella da pasos más largos y rápidos para alcanzarlo— creí que estarían en la casa.


— Murray me invito a comer.


— ¿Oh, en serio?— toma la otra mano de Nell y el tambaleo de Nell se detiene. Caminamos así por la calle—  ¿también estaba Jennifer?


— sí. Llego una chica…  estaba con Bradley. También se quedó a comer.


— debo preguntar por eso ¿viste algo extraño?


— No. estaban contentos porque ellos pudieron estar con la chica.


— Sí, les ha costado estar con humanos, incluso contigo— lo que dijo Jennifer cuando llegue— el único que logro superarlo es Murray, aunque prefiere quedarse allí un tiempo más.


— Tienen miedo— Lon se ríe, los dos caminamos inclinados así que veo su rostro de lado.


— Lo notaste—me encojo de hombros, no es que lo notara, fue lo que dijo Bradley al final de no decirle a ella cuando es claro que pueden pasar el rato con humanos. Tiene miedo de decírselo. No lo culpo. Decir tus secretos es aterrador— Han mejorado mucho, más rápido que Rita ¿lo pasaste bien con ellos?


— ¿Qué?


— que si te divertiste.


— Murray cocino albóndigas de brócoli. Todos dijeron que estaban malas y no las comieron pero a mí no me parecieron malas.  Jennifer las escupió en el baño y Bradley hacia caras cuando las trago. Luego Nell tiro la comida sobre nosotros.


— Puedo olerlo— se ríe— necesitan un baño— se ríe otra vez. Termino por cargar a Nell porque me duele la espalda, Lon le hace gestos y le habla con una voz infantil  que la hace reír. Así llegamos a la casa—  usa el baño primero, yo me encargo de Nell.


— Gracias— dejo las cosas y paso a mi habitación. Sé que hay otro baño y es posible que lo use. El agua está caliente, se siente bien. El agua corre limpia porque mi piel está limpia, no hay suciedad acumulada y el agua caliente es un lujo que disfruto cada que puedo, uno de los pocos que me permito junto con la comida y la cama. Trabajar y cuidar a Nell consume mi tiempo por lo que no pienso en lo que pasara después ¿Qué hare cuando vuelva a la calle? todo mi cuerpo se siente mal cuando lo pienso, como si no quiera regresar a ese sufrimiento. Nell es pequeña y si me voy sera fácil para ella olvidarme y vivir con todos aquí… solo que no quiero dejarla. Ella me hace sentir bien, cuidarla y verla crecer ha sido diferente para mí de una forma que no entiendo todavía. Solo es un bebé pero tiene un gran impacto.


— ¿Killian?


— Un momento— cierro la regadera y me envuelvo en una toalla. Lon no ha entrado en la habitación, así que solo me seco rápido y me visto. Le encuentro en la sala, Nell está dormida en el otro extremo del sofá ¿Cuánto tiempo estuve en el baño? Aun no oscurece, así que solo la dejare dormir un rato.


— se quedó dormida rápido. Debió estar cansada ¿quieres comer algo? la comida de Murray no es mala pero siempre me da hambre pronto. 


— Estoy bien— se levanta, me siento y busco el control de la televisión. No lo considero necesario, pero me acostumbrado un poco al ruido. Algo pesado cae en mi cabeza y tapa mi visión.


— tu cabello está goteando. Enfermaras.


— no enfermo por esto. Me he mojado muchas veces, o dormía en lugares húmedos— una risita.


— te estas quejando… aun así tu cabello esta mojado. Killian, no tienes que irte ¿puedes  entenderlo? Sé que piensas que este lugar no es tu hogar, y que no tienes a nadie, pero ahora estas con nosotros— las manos de Lon hacen movimientos suaves, no puedo moverme— si bien eso no significa que todos serán amigos cercanos, todos van a cuidarte. A ti y a Nell. Este lugar puede ser tu hogar.


— Yo… Lon…


— Eso significa ser manada, somos una familia, con la suerte de que podemos elegir a los miembros. Y  aunque no hubieras traído a Nell contigo, si decidías quedarte el resultado sería el mismo. Sé que quieres irte y también sé que no debería importarme pero me importa porque se a lo que regresas— el estómago se me encoje con esas palabras— y no puedo dejar que hagas eso. No puedo dejarte ir.


— lo siento.


— no tienes de que disculparte— la toalla desaparece y la sala toma forma un momento antes de que Lon rodee el sillón y se detenga frente a mi— Killian, yo…— alguien toca la puerta, un toque discreto antes de que la puerta se abra y Tarik se asome.


— Hola, chicos— Lon gruñe, un gruñido de verdad— oh, está dormida. Pase por la clínica pero me dijeron que no habían pasado  por allí hoy. Hey, tu cabello parece melena de león.


— voy a mi habitación.


— Le traje algo a Nell— Tarik se sienta, y mete la mano en una bolsa de papel para sacar un peluche ¿es un…? Si, es un lobo aunque también parece un perro husky. El peluche tiene el pelaje inferior blanco, gris en el lomo, las orejas negras y ojos azules con una expresión que a mí me parece enojada— ¿crees que le guste?


— es una bebé, no creo que haya muchas cosas que no le gusten.


— Tienes razón— creo que si le gustara y mucho— ¿comiste? Ah, espero que cuando tenga el puesto pueda tener mas tiempo libre, ahora sigo cubriendo turnos y sigo aplazando mis exámenes.


— ¿no es mucho trabajo? ser medico es…


— me gusta trabajar con niños. Había… tuve algunos primos, me gustaba jugar con ellos en la nieve— me sonríe— aun no nos convertíamos. Teníamos batallas de bolas de nieve hasta que alguien se rendía— nunca llegue tan al norte, ya es difícil lidiar con la lluvia cuando no tienes hogar, una nevada es imposible, hay demasiadas muertes de personas sin hogar cuando hay nevadas— ¿tú no tienes primos? ¿Hermanos?


— ¿Cuándo vuelven a reunirse en el bosque?


— Mañana ¿vendrás?— solo muevo la cabeza y subo el volumen de la televisión.


 


Jennifer y otra chica llegan por la tarde, apenas regreso de recoger a Nell a la clínica y ellas llegan. Nell se ríe y se estira hasta alcanzarlas.


— ¿necesitas ayuda? Sabemos que Lon llegara tarde hoy. Rita y yo podemos cuidarla o ayudarte si necesitas limpiar— Rita. La mujer que ya tiene un año siendo lobo y que ya no vive en la casa de Rowan. Ella me sonríe.


— Está limpio— murmuro. Aunque hay algunos utensilios sucios en la cocina y necesito lavar ropa— gracias por venir.


— disfruto mucho cuidándola… me pregunto si es cosa de lobos— ellas se miran, como buscando la respuesta en la otra, pero ninguna lo sabe.


— Eddie o Rowan dijeron que sí— Jennifer carga a Nell, alzándola mientras le dice “Arriba, arriba”. Rita deja un bolso en el sofá.


— ¿eso dijeron?


— creo. Fue… algo que dijeron cuando la traje— tengo un recuerdo algo impreciso de lo que dijeron, porque estaba más preocupado por dejar a Nell aquí y aliviado porque no se convirtió en un pequeño lobo mientras intentaba llegar— que los lobos cuidan de todos los cachorros.


— aww, no me gusta nombrarla así pero es lindo ¿vendrás con nosotros en la noche? ¿Te importa si vamos juntos? Traje mi auto— no sabía que ella tenía uno— me lo regalaron mis padres por aprobar los exámenes del semestre, creyeron que dejaría la carrera porque me tome un tiempo libre— me guiña un ojo. Tiempo libre… oh, cuando se convirtió.


— iré.  Lon llamo a la niñera.


— ¡¿Por qué?! ¡Nell tiene que venir! ¿Cómo pueden dejarla con una desconocida?— Jennifer gruñe, no me acostumbro a escuchar los gruñidos sin ver a un animal y lo hacen bastante, no sé cómo los demás no se dan cuenta de eso. Nell se ríe e imita el gruñido aunque es más un pujido humano. Jennifer y Rita se ríen a carcajadas. Ellas se quedan hasta  que anochece, Lon regreso y no se vio sorprendido cuando llego y las encontró aquí. Pedimos comida y cenamos mientras esperamos a que llegue la niñera. La misma chica que la última vez viene puntual y nos despide con las mismas palabras cuando salimos y subimos al auto de Rita. Jennifer pone la música durante el trayecto y las dos cantan a gritos. Lon me mira y pone los ojos en blanco.


— Llegamos— no es el mismo lugar. Al menos no es el mismo lugar donde estaban estacionados los autos. Ahora solo está la camioneta de Rowan. Las puertas se abren y ellos bajan. Ah, no traje nada para pasar el rato.


— Los demás están esperando— un aullido hace eco en el bosque. Hay como una especie de suspiro colectivo entre todos al escucharlo. Sin decir palabras comienzan a caminar hacia el bosque. Jennifer se mantiene a mi lado, Rita y Eddie van un poco atrás, hablando sobre el auto de ella. Lon y Rowan hablan bajito, encabezando el camino. No es un camino largo hasta que llegamos a una pequeña colina, una luz es la señal aunque no hay nadie. Esta vez no me asustan los lobos. Pronto estoy rodeado de ellos, estoy entre lobos y es increíble ¿Cómo pude notarlo ahora? una bebé que intenta gruñir, humanos que pueden convertirse en lobos y que… me aceptan entre ellos, que me invitan a comer y pasan a la casa que comparto con uno de ellos.


— estoy entre lobos.


— Sí… bueno, hombres lobo. Y mujeres. Si fueran lobos reales sería muy peligroso.    


— ¿Siempre son así?— Eddie se sienta, las hojas crujen cuando lo hace.


— ¿así como?


— no estoy seguro... ¿compenetrados? ¿Unidos? Ellos vienen y están— ¿Por qué no encuentro las palabras? me siento mejor cuando Eddie asiente.


— Creo que es por la manada. Cuando te aceptan, de pronto son intensos. Comidas gigantes, salidas… es agradable aunque puede ser abrumador. Si pasa puedes decirles que no, se dejan llevar por sus instintos y olvidan que los humanos no sienten lo mismo— ¿se da cuenta de que habla de los humanos como si él no lo fuera? saca un cuaderno y se pone a escribir, el ruido del bolígrafo golpeando el papel es lo único que escuchamos por un rato. Los aullidos comienzan de pronto, uno largo y estremecedor. Le siguen varios, tan seguidos que no puedo contarlos. La primera vez que los escuche fue un shock, me sonaba caótico y perturbador, ahora, sin pensar en nada más, puedo notar la armonía que tienen. No me siento inseguro, todo lo contrario, siento que puedo relajarme.


¿Realmente puedo quedarme? ¿Puedo estar aquí?


En el bosque, los aullidos siguen, pues estoy entre lobos.


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