No había manera de que Lee Joon se sintiera cómodo lavando platos mientras usaba guantes de goma. Además, mientras enjabonaba una y otra vez, sintió que todo sería mil veces mejor si pudiera lavar el cerebro en el que había entrado un diablo lascivo para tomar control de sus acciones. Y tener esas ideas en la cabeza le hizo fregar los platos con tanta fuerza que hasta imaginó que se iban a romper.
"Dios..."
Lee Joon suspiró.
La identidad del demonio no solo estaba creciendo en su pecho, sino también en sus genitales. Entonces, la única persona a la que Lee Joon podía culpar era a si mismo, y solo él mismo podía gritarse por ser tan patético y tan poca cosa. Era una vida en la que nada salía como él quería. Primero que nada, porque sabía que tenía un autocontrol infinitamente débil y que...
No. En realidad no tenía autocontrol.
Era un cuerpo que no podía aguantar ni un minuto antes de salir corriendo por la puerta principal hacia el baño.
Fue el drama llamado "Secret Life" lo que sacudió la vida de Lee Joon, quien trabajaba como pasante en la oficina principal, hasta un punto en que lo habían dejado sin aliento. Solía disfrutar bastante viendo dramas, pero este fue el primero que sacudió su corazón por completo. Una línea, una escena, todo fue literalmente un tesoro para la vida de Joon.
Originalmente, cuando le gustaba el drama estaba al nivel de un espectador normal. Pero esta vez se convirtió en un fan reconocido e incluso se unió a una comunidad de Internet. Y allí, recopiló más información sobre todo lo que tenía que ver con ese hombre.
Lo que supo en ese momento fue que el autor de "Secret Life" era un escritor técnicamente nuevo, pero muy talentoso. Sin embargo, no fue sino hasta que lloró viendo el último episodio del drama que pensó que debería dejar la compañía y estar con él definitivamente. Para empezar, Lee Joon nunca lloraba, pero esa vez se cayó frente al televisor y sollozó cómo un niño chiquito. La emoción de la última escena, el sentimiento de animar al personaje principal y el sentimiento de arrepentimiento fue llevado a cabo de una manera tan compleja, que Lee no pudo soportarlo ni un segundo más. La puerta de la sensibilidad que existía dentro de él se abrió de par en par hasta que lo llevó al colapso.
"¡Quiero convertirme en un escritor de drama!"
Aunque ya era un adulto, era natural que le contara a sus padres sobre lo que había decidido para su futuro. Por supuesto, sus padres parecieron indignados con eso y no se lo tomaron nada bien. De hecho, a la declaración de su único hijo de abandonar su futuro por algo tan estúpido como escribir dramas, la madre se desmayó, y el padre dio la orden de que se fuera de la casa. Y entonces, Lee Joon realmente se marchó. Todavía recordaba la escena de su madre acostada en el suelo y de su padre gritando para que se fuera. Y si hubieran sabido que el lugar donde Lee Joon decidió calmar su mente perturbada era un bar gay, podrían haber muerto definitivamente o tal vez accedido a dejarlo ser escritor si dejaba esa vida de lado.
De todos modos, Lee Joon pidió un gin tonic en el bar gay y lo bebió como de costumbre. Pero un vaso de eso fue suficiente porque incluso antes de acabarlo, alguien siempre se le acercaba y hablaba con él. No obstante, fue a partir de ese día que el pene de Lee Joon comenzó a sufrir de un deseo sexual anormalmente extraño. Como si hubiese configurado un radar para buscar a Si-jin, el hombre que admiraba. Y es que así como el drama de Si-Jin era perfecto para Lee-Joon, Si-Jin era el hombre perfecto para su alma.
Su destino.
Lee Joon también estaba confundido. No podía decir que solo le gustaban los dramas de Si-jin porque se enamoró a primera vista. Pero además de eso, la razón por la que se convirtió en el asistente de guionista de ese hombre fue realmente porque le gustaba como pensaba. Para ser más claros, no había absolutamente ninguna intención de hacer nada inapropiado contra Si-jin y tampoco quería utilizar el tema de su erección anormal como excusa pero, era cierto que ahora y después de decirle a Si-jin que lo hiciera con la boca, Lee-joon pensó que habían cruzado una línea muy complicada y terrible.
"..."
Fue horrible que incluso durante el tiempo de esta autorreflexión llena de arrepentimiento, su pene estuviera erecto como si quisiera salir de su delantal.
El himno nacional se cantó tanto en su mente que podía decir que se sabía la cuarta estrofa al derecho y al revés.
"Estoy jodido."