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Fragmentos Del Amor Inocente (ShaMu) ShaMuTober2022 por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Día 11.- Torre: Aquí tomamos en cuenta solamente a la torre de Jamir, en donde se presento a Mu como reparador de las armaduras del santuario y demás situaciones a lo largo del anime y manga.

Aquí tome un AU para materializar como un refugio para Mu y compañía al igual que lo fue la toree misma de Jamir en su momento.

Advertencia: Yaoi, escape, y continuación de un One Shot ya antes expuesto, de un tema que hubiera sido un fanfic.

La tormenta se había desatado, en medio de aquella noche que habían pactado huir juntos.

Los pasos de dos almas se escuchan, pisando ramas caídas, sus pies chocan contra el lodo, ensuciando sus zapatos, salpicando las ropas.

Pero nada de eso importa.

En sus corazones la decisión que tomaron, la necesidad de tener que escapar de lo que siempre habían conocido…

El miedo en sus mentes, sobre lo que ocurriría si llegarán a alcanzarlos...

Si tan solo alguno de aquellos que dejan atrás, se llagara percatar de que camino habían tomado.

Sus manos pretendían estar juntas, pero, claramente no podía ser así, si querían correr y tener cuidado a la vez.

Su respiración se nota por el frío del bosque, la lluvia no perdonará, ni siquiera si son tan jóvenes o llevan a un ser mucho más pequeño entre brazos.

El clima arrecia, y es necesario encontrar algún refugio... Pero...

¿Dónde podría ser?

La lluvia ha hecho que la visibilidad sea cero y, el caminar sea muy difícil por el barro que los hace ir más lento.

No desistirán, deben seguir o todo se acabaría para ellos, y no lo podían permitir.

Su vida no sería condenada, no permitirían que así sucediera, ya habían pasado años lejos, para que cuando al fin se pudieron confesar, y estar juntos brevemente por una tradición, los volvieran a separar…

Exigiéndoles por su condición de sacerdotes de sus respectivos templos debían así mantenerse.

Pero, no era justo.

Para nada lo era...

Saben que se aman.

Probaron sus labios, sus cuerpos...

Escucharon sus gemidos, sus palabras, se hundieron en un profundo amor que no creían que existiera, y les ordenan solo despedirse después de una noche.

No, no podrían tolerarlo...

Simplemente, ya no.

Faltarán a su deber para poder formar la familia que desean, con su hijo, nacido de la tradición más hermosa y fatídica de todas.

El joven rubio, sabe que no podrán seguir así toda la noche... Esta enfriando a cada instante, y ni para su Mu, ni para su pequeño bebé sería bueno.

Aunque lleven prendas que oculten su identidad abre la cabeza, esto no puede seguir, y más si el viento va arreciando a cada segundo

-Ay- El sonido de dolor se escucha repentinamente.

-Mu, ¿Estas bien?- Se detiene de inmediato, guiándose con solo escuchar apenas la voz de la persona con la que huye, se gira para verificar su estado.

Sus ojos azulados desesperados, temiendo que sean rápidamente encontrados, no podría soportar alejarse de ellos.

La respiración agitada, mientras aferra a aquel bebé contra su pecho, protegiéndolo lo más que puede contra el frío y la lluvia, temiendo tanto que su hijo se enferme.

Entrecierra sus ojos, intentando enfocar sus esmeraldas en el contrario.

-Sí, lo estoy, Shaka... Es solo...- No quiere siquiera bajar su vista, se siente avergonzado por darse cuenta que su cuerpo es débil, por haberse herido sin querer.

Nota la manera en que actúa su amado pelilila, sabe que no lo puede revisar en un lugar así... Debe solo buscar cualquier lugar en donde pudieran refugiarse, y descansar.

-¿Solo que?- Habla angustiado, sujetando los hombros del contrario, mirando con atención cada centímetro de ese preciosos rostro, intentando a la vez que su cuerpo los proteja a ambos -¿Que pasa? ¿Kiki, esta bien?- Alterado, desesperado y preocupado, por el miedo de que cualquier mal les pudiera ocurrir a ellos es impensable.

Asiente con la cabeza rápido, asustado también, demostrándolo en su ceño fruncido y respiración agitada -Nuestro pequeño está bien, solo que... De verdad necesitamos encontrar algún lugar donde refugiarnos...- Por instinto voltea para atrás, asustado de que algo malo llegara para alejarlos -La lluvia no parar, esta enfriando mucho, y tengo miedo de que Kiki se resfrié...- Sus hermosa esmeraldas se centran en el menor, apenas si descubriéndolo, demostrando su enorme preocupación que se presenta en su ser –Es aun tan pequeño… Qué, ahora mismo no podemos permitir que algo así le pase... Y tengo miedo, mucho miedo...- Su cuerpo tiembla, sus brazos solo tiene la fuerza por cargar a su bebé, la capa que usan ya esta tan mojada, que obviamente ya solo traspasa el agua a su cuerpo, ver los zafiros que lo aprecian con suma atención, y no puede evitar sentir como las calidad lágrimas se escapan de sus orbes -No quiero que nos encuentren, nos separaran y castigaran... Nos arrebatarán a nuestro hijo... No podría soportarlo- Siente que sus piernas flaquean, le duele su tobillo ya que se ha herido, pero no dirá nada ahora.

Le destroza verlo así, sabe que si se quedan en este lugar sin seguir adelante, sin encontrar un refugio adecuado... Serán el flanco más fácil de encontrar...

Nadie de sus templos permitirá que estos dos jóvenes de dieciséis años, vivan sus vidas lejos de lo que debía ser su único deber, y menos el templo del carnero dejara así de fácil que su actúa sacerdote y heredero se pierdan.

-No te preocupes, Mu- La seriedad en su voz es notoria, trata de ocultar su angustia, para darle fortaleza a su amado -Nada malo pasará, te lo juro- Sus zafiros se centran en esos orbes verdes que adora tanto, decidido en sus palabras así se presenta ante su amada familia -No voy a permitir que nada, ni nadie los lastime y los aleje de mi- Su instinto es intentar rodear el pelilila con sus brazos, para que al menos su cuerpo los cubra un poco más...

La desesperación de ambos, la angustia de que todo sea vuelva terrible para la vida que desean tener, para que nadie les impida ser feliz, estar juntos y criar  su pequeño.

-Perdón... Debí planear mejor esto, pero... Ya no podía resistir- Se disculpa mientras sus manos se aferran a ese mojado cuerpo, para solo atraerlo y jurarle que estarán siempre juntos pasara lo que pasara -Necesitaba estar con ustedes, necesitaba que tenerlos conmigo, yo no iba a permitir que tuviéramos que vivir lo mismos que nuestros padres por esas absurdas leyes- Estaba ya cansado, harto de que siempre le condenará su amor que había guardado en silencio, pero en aquella ceremonia de fertilidad para traer a un futuro heredero, dejó que todos sus sentimientos se expusieran...

Su amor por Mu, aquel que al fin logra confesar… Y que agradece que fuera correspondido en la noche que disfruto su cuerpo, en donde no debía existir sentimiento alguno, y se entregaron a los besos, caricias, miradas y palabras.

Se cuidaron y amaron con tanta pasión e inocencia en esa noche mágica...

La criatura que ahora sostiene el pelilila entre sus brazos, fue concebida con tanto amor, pero… Las personas que rodearon a ambos durante la gestación, solo deseaban que naciera para que de a poco lo fueran integrando al mundo de donde llegaría a ser el siguiente en la línea sucesiva, y haga lo mismo que su papá.

Ninguno de estos dos corazones inocentes permitirá que su hijo corra ese mismo destino...

Shaka, había tomado la decisión, en cuando se enteró por otras personas, que el primer sacerdote esperaba un bebé, y quería ser parte de su vida...

Entre escondidas, apoyado por el sacerdote del séptimo templo, el cual no deseaba que su hijo siguiera el mismo destino... Apoyaría al rubio para poder liberarlos a ellos de esa terrible carga.

La forma en que se organizaría la hui, fue tratada con suma seriedad...

Pero, el tiempo el momento del parto se adelantó un poco, y conociendo que pronto mantendrían al pelilila y al pequeño bebé con una vigilancia mayor, ya que las sospechas de un intruso nocturno se hizo presente...

Apresuraron las cosas, y todo se llevó a acabo a las carreras.

Pero eso no importaba, van a luchar, esta vez... Esta generación...

¿Podrán lograr vencer lo que se estipulo con siglos de reglas?

-Lo sé Shaka, yo tampoco voy a permitir que nos aparten, que nos impongan algo tan cruel- Alza su mirada cristalizada, para toparse con los brillantes zafiros -Kiki merece tener una familia, unida, con ambos... No... Lo que nos hicieron a nosotros...- Baja la mirada, para ver a esa pequeña criatura que va con los ojos bien despiertos, reflejando que heredo los ojos azules de su padre, pero las hermosas marcas de su papá.

Sonríe ante esos hermosos y enormes ojos cuales cielos despejados, los cuales le dan mayor fuerza para continuar -Por favor, Diosa... Aunque no sea por nosotros que rompimos las reglas, pero por lo menos por nuestro pequeño... Denos una oportunidad de escapar, de ser felices, se lo suplico- Pronuncia esto con todas sus fuerzas, con todo su anhelo de ser escuchado. Pidiendo, rogando solo un milagro... La fortuna de que su escape sea fructífero.

Siente que ha cometido un error, no por escapar con Mu y su pequeño bebé, sino... Por que esta noche la escogieron de manera apresurada por miedo, por terror, por que la vida los alejara...

Debió ser más cuidadoso, pero... Ni siquiera se habían podido prever con más ropa, salvo por la que tienen puesta, y la que levan de su hijo, es lo único que les importaba a ambos... Agregando también algunas frutas y ya, siendo todo lo que el rubio lleva, para que Mu solo se ocupe de refugiar al hijo de aman entre sus brazos...

Era difícil, sería difícil pero no imposible su nueva vida...

Un milagro uno solo pedían, pero... ¿Llegaría?

-Tenemos que seguir- La lluvia escurriendo por sus rostros, mirando y acariciando el contorno del primer sacerdote que abandono su puesto, intentando darle la mayor confianza para que lo siga y continúen en su travesía… -Todo estará bien… Mu. Te prometo que iremos a un lugar lejano, muy hermoso, donde los tres iniciaremos de cero y… No importa lo que tenga que hacer para que estén a salvo y seguro, haré lo que sea para cuidar de ambos. Pero ahora, debemos seguir… Más aún que nos falta mucho para llegar a los límites- Sus palabras, son promesas sinceras para que su amado lo escuche, y darle confort mientras un beso en los labios le deposita, sonriéndole, mientras acaricia a la vez la cabecita de su bebé, teniendo cuidado de no mojar a su pequeño.

Asiente, para limpiarse las lágrimas y sonreírle a su amado que lo mira, y le da un poco de calma.

Esta vez, el rubio rodea con su brazo derecho los hombros del pelilila, para ayudarlo a caminar y protegerlo…

Dándose cuenta que en efecto, su amado está lastimado por que apenas da un paso ve su rostro de dolor, pero… Esta entre una guerra interna, por querer llevarlo cargando, pero sabiendo que eso los retrasaría un poco…

Sus ojos demuestran que se siente impotente ante este acontecimiento….

Si lo hubiera pensado antes de desesperarse, si hubiera seguido su propio plan y no dejarse guiar por sus impulsos…

No, no debía pensar en eso, sino… Concentrarse en qué sus ojos sean capaces de encontrar un lugar seco…

En su mente también hace el mismo pedido que Mu.

-Diosa a la que hemos entregado toda nuestra corta vida, te pido que no por mí, sino por Mu y Kiki, que nos ayudes a encontrar el camino que debemos tomar para irnos lejos. Tal vez no lo entiendas, tal vez consideres que hacemos mal, pero… ¿Es tan malo amar a alguien tanto que no puedas cumplir las reglas que te impusieron? Tengo la suerte de que me ame quien amo y tener un hijo con él, no pienso renunciar a ninguno. Así que te ruego, ayúdanos aunque sea ahora y ya jamás te pediré nada más-

La petición en su mente, un reclamo con súplica combinada, ya que necesita que de verdad su pequeña y hermosa familia esté a salvo… Pero no encuentra nada cercano.

Cada paso que den, será doloroso para Mu, pero… No existe forma posible de hacer más…

Ya están dejando huellas, tentando tanto su suerte…

Sentirán terribles castigos si ambos son encontrados…

Conocen las consecuencias pues, escucharon la historia de quienes desearon hace lo mismo dieciséis años atrás y no lo lograron…

Y ahora viven con miedo, arrepentidos, llenos de dolor… No quieren eso para Mu, ni para Kiki, ni para nadie.

Luchar es lo que queda.

Sujeta con fuerza la cintura de Mu, será su mayor apoyo, hará lo que sea por él…

Pero, a veces en medio de una cruel tormenta que parece no tener fin, un halo de esperanza se puede divisar.

La lluvia no se detiene, pero, baja levemente su intensidad, suficiente para lograr ver un poco más allá de sus propias narices.

Alza la vista, y nota una estructura bastante alta, de una forma circular, de piedra sólida…

-Mu- Llama al pelilila, que va con la cabeza baja, protegiendo por completo a su bebé.

-¿Qué pasa?- Pregunta quedamente, sintiendo que la pierna le sigue doliendo a cada segundo más, pero la soporta.

-Tenemos una oportunidad- Habla con un entusiasmo que no es tan propio del rubio… Su alegría se vuelve inmensa, ya que al fijarse bien la distancia no es mucha, y podría apresurar el paso.

-¿Qué?- Apenas dice esto, cuando siente como el anterior sacerdote de la Virgen, lo carga al estilo princesa, sin importar que el peso sea un poco más, y las huellas de sus pies se marquen en el lodo -Shaka, ¿Qué haces?- Se sorprende de inmediato, tiñendo sus mejillas de rojo carmín por este acto tan brusco, pero dulce.

Camina lo más rápido posible, sus pues se hunden más, pero su convicción y firmeza se eleva aun mas, al ver que la Diosa que protegen todos los sacerdotes de esos doce templos, que se encuentra dormida en el principal, los ha escuchado.

-Mira hacia delante- Le indica, apresurándose lo más que puede -Allí podremos ocultarnos-

-¿Una torre?- Sorprendido, sus ojos verdes miran aquella imponente estructura que puede llegar a estar un poco mojada por dentro, pero… Los va a proteger de la fuerte lluvia -¿Cómo es posible? No había una…- Teme que sea todo producto de su mente cansada… Pero sonríe, aún con angustia, abrazando a su pequeño que va tan despierto… Pero muy cómodo junto a sus padres, y la energía que le brindan para reconfortarlo.

-No lo sé…- No se detiene ante la pregunta, pues va directo hacia la torre que ha encontrado y no desabrochara esta oportunidad que tienen -Pero, esta noche… Al menos hoy podremos estar seguros- Lanza un suspiro, su mirada azul, está demostrando un confort repentino, pero igual se siente inquieto -Es lo principal, que puedas descansar- Su andar cada vez más cerca de la imponente torre, la tormenta no parece cesar por completo, pero les da una pequeña oportunidad de seguir…

Las ropas claras del rubio se han manchado enteramente, pero poco les importa esto…

Las del pelilila igual, pero está bien… Todo estará bien.

-Tú también debes descansar- Sus palabras salen sin permiso alguno, pues su preocupación es obvia -Secarte, esta noche está muy helada… Ya has hecho mucho…-

-Es lo que tengo que hacer para protegerlos, y no me voy a detener aunque creamos estar seguros- Su tono firme, sus fuerzas todas puestas en su único objetivo…

Al frente, a unos cuantos pasos, logran encontrar su refugio aunque solo sea por una noche… -Mu, yo te dije que no importaría nada, yo voy a velar por ambos. Quiero cuidarlos, te lo jure, te lo prometí miles de veces, que lo cumpliere, aunque este cansado y empapado eso no me impedirá hacer todo para mantenerlos a salvo- Su mirada fija en donde su familia descansara.

Lleno de una enorme determinación, entiende que su vida ya no es solo de él, sino que también se la va a dedicar a quienes lleva en brazos.

Lo único que sabe, que ellos dos son lo más valioso en toda su vida, y por ambos va a luchar siempre...

Aquellas cálidas palabras que escucha, el latir del corazón del rubio que lo calma, aunque sus prendas estén húmedas, sabe que es cierto… Que Shaka le juro que protegería a ambos…

Eso no quita que igual el Doncel peleará por ambos, pero ahora mismo por su herida está un poco débil, más de lo que creía…

Además que no hace mucho acaba de haber dado a luz, y debía entender que su cuerpo aún necesita descansar para recuperarse por completo.

La felicidad que siempre quiso, la posibilidad de estar con ese joven que ama, que pensó que sólo era un sueño imposible…

Pero que tuvo la oportunidad de hacerlo realidad en el momento en que unieron sus cuerpos para crear la nueva vida que llevan entre sus manos.

Esta vez no va a llorar, su tristeza no acabará con su felicidad…

No va a permitir que sea un final trágico para ellos.

-Te amo, Shaka- Solo puede pronunciar esto, entiende que estarán a salvo aunque sea por solo una noche, pero es suficiente para que piensen detenidamente su siguiente paso, al menos este refugio les servirá para pasar desapercibidos. Pues en este punto ya ni saben en donde se encuentran, ni entienden como algo tan enorme no lo llegaron a ver aunque fuera de lejos de donde provienen.

Un enorme misterio se planta en sus pensamientos pero era mejor que permanecer bajo la lluvia.

-También te amo Mu… A ambos los amo- Besa con agilidad la frente del pelilila, para con solo unos pasos más, legaran a su destino, la torre que está oscura por completo, pero al parecer esta seca y algo cálida en su interior…

Esto último se siente muy curioso, pero no le dieron mayor importancia.

Tendrán una pequeña ventaja de respirar y pensar con tranquilidad lo que harán ante el primer rayo de sol del día de mañana, con una pequeña esperanza de que no serán encontrados tan fácilmente, aunque decenas los busquen…

Las tres almas, que llegan a esa imponente estructura al fin respiran con paz en sus corazones.

Pensando que por una noche esto les servirá de refugio…

Sin darse cuenta… Que al parecer, la torre tiene más que darles que solo una pequeña protección del exterior…

Unos diminutos fragmentos de partículas de color dorado se ven alrededor de ella, el sello que representa a la Diosa a la que le pidieron este milagro se deja ver sobre aquella enorme puerta.

Tal vez sea bueno, o puede que no…

Podrá ser hasta peligroso, pero... ¿Acaso tienen de otra?

Lo único certero es que... Ellos lograrán descansar un poco…

Y eso es suficiente, por esta noche.

Notas finales:

Espero volver a publicar mañana.


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