La estatua ha sido encontrada en la última expedición realizada a la India, mas preciosamente al norte del país, justamente en Nepal.
Con un total de quince sujetos, incluyéndonos a nosotros. Realizamos las excavaciones correspondientes.
Con todas las autorizaciones expedidas por el país.
Teniendo el permiso de hacer investigaciones, y con la condición de que cualquier tesoro encontrado, puede ser traído hasta Grecia para su estudio, y al finalizarlo, se debe regresar a su país de origen.
Estuvimos explorando algunas ruinas, se realizaron excavaciones, y pensábamos que no se encontraría nada con valor histórico, por los saqueos constantes, que se notaban por algunas marcas dejadas por quienes profanan estos lugares con fines de lucro.
Pero en una cámara ubicada a medio kilómetro de la entrada principal, que fue encontrada por el más joven arqueólogo de nuestro equipo.
La puerta se debió abrir por un singular patrón de figuras. Adjunto algunas fotos de ese código antiguo, que data de entre los siglos VI y V antes de cristo.
La recamara se notaba desolada en sí, ya que al aparecer no había existido forma de que alguien externo hubiera entrado antes. No se encontraron marcas de extracciones previas.
Todo alrededor está constituido por piedra.
Plantas y enredaderas salvajes, ya que la naturaleza reclamo de a poco como suyo dicho lugar.
La estatua que esta aparentemente hecha de piedra (Faltan hacer los estudios correspondientes) Se encontró en medio de aquel lugar. A pesar de estar en medio de la oscuridad y en el deterioró del entorno, no parecía haber sido tocada por el polvo, tierra, musgo, agua o plantas, como si nada a su alrededor fuera capaz de acercarse.
Adjuntó fotos de cómo fue encontrada.
Se llega apreciar que un círculo de diez metros de diámetro se localizaba a su alrededor.
Sin duda, es algo fascinante este tipo de acontecimientos…
Se necesitarán estudios a realizarla, que llevaremos a cabo en estos días. Si es por alguna sustancia o elemento desconocido que ese hecho se presentara.
Pero no encontramos rastros de ningún veneno conocido sobre la estatua o a su alrededor.
Por esa razón, con la posibilidad de sustancias mortífera, se extremaron precauciones antes de siguiera acercaros.
La estatua, representa a un joven hombre, de cabellos largos, rostro sereno, ojos cerrados, un Bindi en la frente, de color indescifrable por ahora (Se buscaran rastros de algún pigmento).
Las prendas que porta, son similares a las actuales de los practicantes del budismo, conocida como “Kasaya” la prenda, pero tienen algunos pequeños diferentes detalles (Se buscara referencia en libros más acordes al tema).
Porta un rosario de ciento ocho cuentas en perfecto estado. Al parecer los actuales rosarios tomaron referencia de los de aquella época.
Pero se necesitara encontrar pruebas de ello.
Se podría interpretar que es una estatua de alguien importante para esta cultura y religión.
Un seguidor de un gran peso de Guatama Budha (Buda) o incuso interpretarse como el mismo, salvo que no correspondería con las ilustraciones que tenemos en la actualidad de él.
Se necesitara investigar mucho más de su origen.
Aun así es asombroso encontrar una estructura tan bien conservada. Como si el paso del tiempo no lo hubiera tocado.
Aquellos quienes nos guiaron en la travesía por este país, no nos quisieron dar alguna referencia o leyenda de este descubrimiento.
Salvo que mencionaban que mientras estaba siendo trasportada, sentían que a veces era más alta, o se notaba que sus rostros faciales fueran más duros en expresión.
En lo personal yo no he notado nada referente a ello, pero igual estamos registrando su altura, ya que cuando se encontró se registraron sus primeras medidas, y sí se pueden ver algunas pequeñas diferencias de uno a tres centímetros.
La estructura sigue siendo la misma de pies a cabeza, pero es mejor verificar este dato.
Del cual está a cargo del arqueólogo Mu.
-Día catorce de Octubre del año dos mil veintidós, siendo las veintidós horas y trece minutos, se hace el registró de su altura…-
Habla en voz alta quien está registrando los datos desde el inicio al fin, pero no escucha respuesta alguna.
-Altura, por favor- Vuelve a repetir esto con su voz seria, pero sin levantar la mirada de su escritorio.
Hasta que se cansa de esperar, y alza su vista rosada, hacia quién lo está ayudando en este trabajo tan pesado e importante.
-¡¡¡MU!!! ¡¡¡TE ESTOY HABLANDO!!!- Ha tenido que levantar la voz algo molesto para sacar de sus pensamientos al joven de cabellera pelilila, que está todo atontado y embobado mirando a la estatua.
Aquel grito desde luego hace estremecer al menor, provocando que se asombre y suelte sin querer la cinta métrica que llevaba en la mano para hacer su trabajo.
-¿Ah?- No solo el grito del peliverde lo saca de sus pensamientos, sino el golpe del metal de la cinta contra el piso que lo asusto, para girarse hacia donde lo han llamado, para ver el rostro serio y molesto del mayor –Lo siento, papá. Creo que… Me distraje un poco- Rápido pide disculpas, mientras que con las mejillas rojas baja su vista, avergonzado por su imprudencia, acomodándose unos mechones del cabello detrás de la oreja derecha.
-¿Te distrajiste?- Pregunta molestó, poniéndose de pie, frunciendo el ceño se acerca al menor –Mu, has estado distraído desde que encontramos esta figura de piedra- Señala con la mano derecha extendida dicho objeto, sin apartar la vista seria del contrario –Está bien que estés emocionado y algo impresionado por tu primer descubrimiento en que participas de esta magnitud, pero recuerda. Un arqueólogo sabe que no puede quedarse solo admirando lo que encuentre, si tiene trabajo por hacer, y sin contar que también un sinfín de pruebas e investigaciones- Ha comenzado a regañar al pelilila, siendo severo en su hablar –Sabes muy bien que debes demostrar que eres digno de este puesto, porque te lo ganaste por tus conocimientos, estudios , dedicación y esmero- Su rostro se suaviza levemente -No solo por ser mi hijo- Se señala a si mimo al nivel del pecho –O nieto de uno de los arqueólogos que encontraron una civilización perdida, ¿Lo entiendes?-
Es firme en su hablar, no es que sea una persona mala o poco tolerante, pero siente que debe impulsar a su hijo para ser el mejor, que demuestre que su puesto fue ganado por méritos propios y no por nepotismo.
Aquellas palabras llegan directamente a los oídos del menor, quien asiente y acomoda sus anteojos, apenado por que no era la primera vez que escuchaba ese regaño.
Sobre todo los había estado escuchando mucho desde que encontró en aquella imponente estructura de piedra la hermosa estatua de ese joven hombre que lo ha cautivado por completo.
-Lo sé, papá. Discúlpeme- Lanza un pequeño suspiro, sujetando su libreta contra el pecho, sintiéndose un completo tonto por ocasionar un este desastre.
Sabe que es un poco débil ante las tímidas y adorables acciones de su hijo cuando pide disculpas, pues sabe que no fueron sus intenciones molestar o hacer lo incorrecto.
Aquel hombre de cabellera verde atada en una coleta alta, que al igual que el menor, también usa lentes para vista cansada, lanza un suspiro, negando con la cabeza, para dedicar una pequeña sonrisa a su hijo –Mu, sé que estas muy entusiasmado por esto, apenas tienes tres años trabajando conmigo en estas investigaciones y, claro que te debió emocionar lograr encontrar una estatua que de varios siglos atrás- La emoción comienza a reinar en su tono, para calmar el contrario –Igual yo me emocione cuando junto a mi padre, tu abuelo… Encontré ese jarrón que casi era saqueado por ladrones de tumbas-
-Aun siendo un joven Doncel, les distes unos buenos golpes, y no se lograron robaron algo tan valioso para la investigación del templo de Atena- Los ojitos verdes del joven adulto empiezan a brillare, demostrando una enorme sonrisa, pues adora las historias que su papá le ha contado sobre sus experiencias como arqueólogo, son sus favoritas… Y gracias a ellas logró tener la inspiración para volverse en un arqueólogo como sus antepasados.
-No iba a dejar que eso pasara- Le sonríe, para revolverle los cabellos que están atados en una coleta baja, y así animarlo un poco, aunque la seriedad siempre reinara al último –A lo que me refiero, Mu… Está bien que estés sumamente encantado con este asombroso descubrimiento, pero debes saber que hacer el papeleo en tiempo y forma es lo mejor, ya que necesitamos entregar el reporte lo más detallado posible, además de regresar la estatua a su país de origen es necesario hacerlo lo más rápido que podamos- Sentencia, y deja ver los puntos claves por los cuales han sido siempre ellos, los que realizan estos trabajos en este museo de renombre.
Se conoce el profesionalismo de ellos por generaciones y no se debe romper, como el hecho de ser muy cuidadosos y responsables en su trabajo.
Asiente, dejando ver una pequeña sonrisa, ante las palabras de su papá –Lo sé. Perdona que este aun absorto en esto. Prometo que hare la revisión de la altura rápido para registrarla-
-Ese es mi pequeño- El orgullo de que su hijo siga sus pasos y tenga ese mismo amor por el pasado, le conmueve tanto esto, que no puede evitar darle un pequeño abrazo a su niño.
Aunque poco dura esto, pues el teléfono del mayor suena, ya que un mensaje le ha llegado.
Cosa que cree saber muy bien de quien se trata, por el tono que acaba de sonar. Revisa rápido el bolsillo de su bata, y sonríe con solo leer lo que ha recibido.
-Creo que por hoy vamos a terminar. Tu padre ha llegado por nosotros y dijo que preparo tus panes al vapor, relleno de carne y vegetales, sabe muy bien que siempre tienes hambre al terminar de trabajar- Guarda su celular en la bata, para empezar a dirigirse hacia otro punto del lugar.
-Imagino que igual preparo la gelatina de frutos rojos que tanto ama, papá- Una sonrisa cómplice, y bastante animada deja ver el más joven, pues sabe que el peliverde siempre se apena con los detalles de ese hombre castaño que los ama ambos.
-Mmhh…- No importa que tanto ha pasado, ya tienen veinticinco años de casados, y aun se apena porque su esposo sea tan adorable y detallista con él –Dohko, disfruta cocinar siempre. Así que no tardemos tanto- Rojito cambia de tema –Yo ordenare la sala A, tú termina tu trabajo, registra y rodena aquí, para irnos más tardar a las once- Sentencia, mientras acto seguido pasa por la puerta automática para así dirigirse a la próxima aula y dejar solo al pelilila.
El cual sonríe, pues le enternece como se llevan esas dos personas que siempre se han demostrado su amor desde que tiene memoria.
Acata las órdenes del peliverde y jefe de arqueología, recoge la cinta métrica, para empezar a hacer lo último del día.
Mientras en su pensar y rostro se refleja una pequeña sonrisa única e alimonada.
-Qué bonito… Mis padres se aman muchísimo- Sonríe, sosteniendo la cinta en la mano izquierda, mientras su cuaderno y pluma en la derecha –Me pregunto, si algún día… Yo encontraré a alguien así para mí…- Se presenta algo decaído, pero sin dejar de lado la mueca de ilusión, mientras alza su vista, y cae presa del ensoñamiento de esa estatua que le provoca prestarle toda la atención posible.
Sus ojos verdes sienten que no pueden, ni quieren apartar su vista de esa maravillosa imagen, que no evita desde el primer instante que lo vio tan solo, imponente y solemne en aquella recamara perdida del tiempo y el espació.
No sabe, ni entiende bien porque su corazón late desesperado…
Por qué de repente su rostro se calienta tanto, y no puede apartar la vista de esa representación tan perfecta de un joven hombre con los ojos cerrados.
Está de pie, lleno de curiosa, porque ese bello rostro trasmite paz y miedo a la vez.
Siento que miles ideas se le vienen a la mente, provocando que sus mejillas se sonrojen.
Se pregunta en su interior tantas cosas.
“¿Quién fuiste en esa época?”
“¿Por qué te notas enojado?”
“¿Por qué siento que estas triste a la vez?”
“¿Cuál era tu nombre?”
“¿Tenias personas importantes en tu vida?”
Dudas y cuestionamientos que claramente no tendrán nunca respuesta alguna.
A veces solo son representaciones de una persona que fue importante en su época, sin nada escrito en papel como evidencia… Y sin siquiera algún jeroglíficos en aquel lugar donde lo encontraron que les indique su procedencia, su historia o su nombre…
Sera difícil, por no decir imposible encontrar su nombre.
Rápidamente, el pelilila niega con la cabeza, al darse cuenta que de nuevo esta divagando, por lo cual debe concentrare de nuevo en su deber.
-¿Qué estoy haciendo?- Acomoda las cosas que lleva en las manos, deja una libre para darse pequeños golpecitos en su mejilla para calmarse –Concéntrate Mu- Se habla a sí mismo, para fruncir el ceño, juntando las curiosas marcas en su frente de color rosa, que heredo de la familia de su papá –Tienes que terminar esto, registrarlo y ordenar todo, no puedes distraerte con…- Baja su mirada para dejar de ver esa estatua tan perfecta, pero sus intentos de alejarse se ven frustrados, pues fugazmente sus ojos conectan con aquella figura, cayendo una vez más bajo los encantos de aquel ser plasmado en piedra –Alguien que debió ser muy atractivo en vida- Sí que está atrapado en la belleza de alguien que jamás conocerá.
Lanza un suspiro mientras acerca un banquito, y empieza a acomodar la parte metálica de la cinta métrica en un punto para engancharla y no se le venga encima –Genial, muy bien Mu. Te estas comportando como un tonto adolecente enamorado de una estatua que tiene… Siglos olvidada- Se regaña si mimo, pues había estado concentrado demasiado en ese atractivo hombre que ve a su delante, desde que lo encontró, queriendo siempre estar cerca de él, pensando detenidamente en ese hombre, hasta soñando con esa imagen, dándole en cierto calor en su cuerpo… Imaginado, ¿Cómo serían esos ojos y voz? Que sin duda sería una fantasía e interpretación de su pareja ideal.
-Quien haya sido la persona en la que estas inspirado- Murmura esto, mientras sube al banquito, alzando su mano izquierda con aquella cinta de metal flexible, para elevarlo hasta donde la estatua termina –Debió morir hace siglos- Frunce su ceño, concentrándose como se lo han dicho previamente en su mero trabajo, verificando la altura que debe seguir siendo la misma –1.82 cm- Anota aquel dato en su cuadernillo, sonriente aunque algo pensativo por sus palabras anteriores.
En este momento, la altura es mayor de la que ya tenía registrada. Nota que ahora son casi de la misma estatura.
Parece que es solo un hombre dormido, aquella estatua de piedra.
Tal vez eso es le llama tanto la atención, que lo hace distraerse de su trabajo varias veces.
Ya que tenerlo tan cerca más de lo usual, vuelve a provocar que su latir se aceleré, sus manos se sientan torpes, y su cuerpo denote los nervios inevitables que se presentan.
-¿Qué me pasa?- Jamás se había sentido de esa forma, ni por ningún persona conocida, o algún famoso, esto no podría ser solo una admiración típica de una belleza externa y lo está comprendiendo de a poco –Estoy acaso… ¿Enamorándome de un objeto inanimado?- La pregunta que se hace a sí mismo, no solo viene por este momento, sino por varios instantes curiosos relacionados con esta hermosa figura de piedra.
Se siente algo tonto por siquiera tener algún sentimiento diferente que no sea fascinación o curiosidad por esta imagen…
Es como si deseará solo contemplarlo, deseando que en algún momento abriera sus ojos y lo vera a él, como primer ser humano de esta actualidad. El querer tocar esos cabellos de piedra tan largos y, que imagina serian sedosos al tacto…
Sabe que debe tener un enorme cuidado ante este objeto antiguo.
-Quisiera saber, ¿Cómo eras antes? ¿Cómo te llamabas? ¿Fuiste un seguidor de Buda o fuiste él?- No entiende como sus mejillas se sonrojan, y con sumo cuidado, dejando la cinta de lado, alza sus manos hacia el contorno de ese frio rostro de piedra, para sujetarlo y mirarlo con toda su atención.
-No sé quién fuiste antes, pero… Me hubiera gustado tanto haber nacido en el tiempo en que tú lo hiciste, para… Conocerte y saber tu nombre…- La mirada de ensoñamiento que Mu le regala a la estatua deja en claro sus sentimientos –Fuiste alguien que fue muy guapo y elegante en esa época- Sus palabras delatan que su inocente corazón se a enamora de una estatua.
Es bastante curioso esto, pero ha sucedido antes con creadores de piezas de obras así de espectaculares…
Con tan solo imaginar a la persona ideal, tu corazón te dicta que existe gracias a tus propias manos y te pertenece...
¿Ser acaso un hecho verídico?
-Perdona mi atrevimiento…- Murmura aquello, mientras su mirada verde se entrecierra y con cuidado se dirige hacia el Bindi marcado en la frente de ese hombre de piedra.
No sabe por qué sus impulsos le dictan que debe besar ese lugar, pero sus deseos son más grandes que su prudencia.
Solo fue un roce de sus labios…
Cierra sus ojos pensando en disfrutar ese toque frio, duro y rugoso, pero no es para nada desagradable…
Sin embargo cuando se da cuenta de lo que ha hecho… La vergüenza se presenta en sus mejillas, como la preocupación de que su papá no se haya dado cuenta de esto.
-¿Te puedes enamorar como un loco de alguien que jamás hablara, ni te mirara, que nunca caminara, ni siquiera está vivo, ni sabes nada de él…?- Niega con la cabeza rápidamente, volviéndose sus mejillas rojas por la vergüenza, cubriéndose su rostro con ambas manos, dejando caer sus instrumentos de trabajo, que los llevaba debajo del brazo -¡¡¡SOY UN LOCO!!! ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE HICE?!!!- Se regaña a sí mismo, mientras cierra sus ojos, y piensa detenidamente que beso una pieza de arqueología tan antigua y frágil –Pude haberle hecho algún daño…-
Pero no pudo continuar con sus palabras… Ya que de repente una cegadora luz se hace presente de la nada en el lugar, justamente a su frente en donde la estatua se encuentra. Se da cuenta de este hecho de inmediato, pero el brillo es tanto que su primer instinto es cubrir sus ojos.
El impacto por esa luz desconocida lo hace tambalearse e irse para atrás, provocando que el banquito caiga por su pérdida de equilibrio, acto que lo hace caer al suelo de bruces, golpeándose los glúteos, espalda y codos. Siendo una suerte que no se goleara la cabeza.
-¡¡¡¿QUE ESTA PASANDO?!!!- Grita del impacto y asombro por que la luz no deja de verse tan impresiónate de un tono dorado, no puede descubrir su rostro ya que el fulgor es tanto que podría cegarlo.
Está preocupado y angustiado por que esto sea alguna clase de trampa de parte de personas que se dedican a robar artefactos antiguos.
Sin embargo, pronto siente un peso extra sobre su cuerpo, haciéndolo estremecerse, abriendo sus ojos o mejor dicho entrecerrándolos, asustado, jadeando un poco por el miedo, pensando que debía actuar rápido o su vida acabaría.
Poco a poco la luz se va desvaneciendo, haciendo que apenas pueda distinguir un poco su alrededor.
Unos ojos azules que lo miran con total atención y un grado de seducción ante el gesto serio, la boca cerrada, unos cabellos dorados cayendo por los hombros de esa persona y siendo depositados sobre el pecho del joven doncel, el punto en medio de esa frente, las ropas holgadas caen por la gravedad aun cubriendo ese cuerpo de piel tostada.
La impresión en el joven arqueólogo se presenta, quedándose por completo atónito…
Admirando el rostro ajeno, reconociéndolo pues jamás podrá olvidar el rostro que lo ah cautivado en los últimos días.
¿Cómo era posible esto?
¿Cómo dentro de este pequeño laboratorio destino a la investigación del pasado está ocurriendo algo así?
-Emh… Eh… ¿Q… Qui… Que… Quien er…?- No loro terminar su pregunta, ya que ha sido callado rápidamente por unos labios que aún están fríos, pero de a poco parecen calentarse, aquellas manos que previamente estaban en el rostro ajeno se apoyan con fuerza sobre el pecho del pelilila.
¿Acaso esto era real o solo producto de una ilusión?
¿Habría algo en el aire que lo esté haciendo alucinando?
¿Se golpeó tan fuerte la cabeza está viendo cosas que no son posibles?
O simplemente ¿Ya murió y está siendo tomado por un ángel, para ir al otro mundo?
Mu no sabe ni significa que es esto, pero… Sus ojos verdes ven como ese ser disfruta de ese tibio contacto, y al igual se da cuenta de que aquella estatua ya no está…
El ruido que escuchó como una explosión que surgió después de aquella cegadora luz…
Logra ver de reojo los pedazos de piedra regados.
No entiende nada, sin embargo, ese beso se siente tan bien… Sus lenguas juegan y se entrelazan, y poco a poco se entrega también al placer que le da alguien que no conoce, pero lo hace sentir muy bien…
Dejando de lado el respeto por su lugar de trabajo…
Tanto es el placer que presenta que permitir que se cuerpo caiga al suelo por completo, permitiendo que quien fuera esa persona que lo está besando y acariciando de forma traviesa, siga guiando ese apasionado beso.
No le importa si está bien o no… Le gusta ese beso, y le parece atractivo quien se lo dedica.
¿Qué más da, para Mu?
Aunque debería estar tomando en cuenta que no son los únicos en este edificio…
-Ya te he dicho borreguito, que la comida rápida no es buena para ustedes- Una voz grave, masculina y bastante molesta se hace presente con un regaño -Por eso en la cena les preparo algo casero-
-Pero, llegas de la escuela, cansado, calificas exámenes y trabajaos, además de preparar tu material del día síguete… Y aun así haces la cena…- Niega con la cabeza, lanzando un suspiro, mirando con esos cuarzos al contrario –Podemos pedir algo de comer y, así descansas-
-No, no, no, Mu y tú comerán comida real, porque sé muy bien que al estar investigando, apenas si prueban bocado alguno, o solo van a la máquina expendedora- Frunce el ceño molesto un hombre castaño –Soy tu esposo Shion, y padre de nuestro hijo, así que no voy a dejar que coman tan mal…- Señala con el dedo índice al peliverde, aunque le dedica una sonrisa cómplice -Prepare en casa la sopa de raíces que tanto te gusta, así que te comerás dos platos llenos de comida- El regaño para el Doncel esta sobre la mesa.
-Pero, Dohko… ¿Dónde me va a caber tanta comida?- Pregunta sonrojado, desviando al mirada, para presentar su identificación en el escáner de exceso para entrar a la sala B, en donde se encuentra el pelilila, y así aprovechar esto para cambiar de tema –Mu, ¿Terminaste tu…?- Ve el lugar hecho un desastre, con pedazos de piedra alrededor y polvo -¡¡¡¿QUÉ OCURRIÓ AQUÍ?!!!-
La mirada furiosa y asustada de ambos hombres se hacen presentes, buscando de inmediato por todos lados buscando a su hijo.
Aunque es encontrado por los ojos verdes del castaño, que se contraen por completo sus pupilas, para mostrar su ceño fruncido con una gran furia por ver el espectáculo, de que alguien este besando tan descaradamente a su vástago y que este lo permita como si nada -¡¡¡Maldito bastardo!!! ¡¡¡¿QUÉ LE HACES A MI HIJO?!!!- El potente grito del Chino, llama la atención de todos.
Shion, dirige su vista directamente hacia donde su esposo ha logrado encontrar a su hijo, quedándose por completo impactado por ver a un completo extraño sobre su hijo… Intuyendo que por sus caras rojizas y leves jadeos… Puede interpretarse como algo más atrevido, que un simple beso que se profundizó.
Y claro que en el rostro el pelila, la vergüenza y pánico se hace evidente.
Aunque en la cara del rubio, claramente demuestra que no le interesa en lo más mínimo la presencia de los recién llegados, solo se mantiene en una postura de protección, mirándolos detenidamente, sujetando al pelilila con toda su fuerza.
-¡¡¡PADRES!!! ¡¡¡YO…!!!- No sabe que decir o donde meterse, simplemente ni él mismo entiende esta situación, primero se está besando con un completo extraño estando ambos en el suelo recostados, sin contar que tiene un enorme parecido con la estatua que esta hecha añicos ahora mismo –No sé… Como explicarlo…- Deja expresar su voz de derrotada y vergüenza, como el hecho de estar expectante ante el comportamiento de ese rubio, y la mirada de confusión y furia de sus progenitores.
Sin duda va a ser una larga noche para los cuatro.