-Shaka, el rosario de ciento ocho cuentas… Es hora de devolvértelo-
-Mu…-
-Mira cuantas cuentas ya cambiaron de color. Entiéndelo, no puedes morir hasta que todas las cuentas hayan oscurecido por completo-
-Pero, Mu…-
Ese acercamiento se venía presentando desde el momento en que lo volvió a ver, y se intensificó en el instante que el carnero dorado estiro su mano, ofreciéndole aquel importante y sagrado objeto a su verdadero dueño.
Como si no creyera o no pudiera reaccionar por completo al ver, como aquella preciada y preciosa persona, está en todo su esplendor delante de él.
Sus pasos se apresuraron por el asombro, su mano derecha titubea para siquiera tomar aquel rosario, que sus cuentas doradas han ido cambiadas en su mayoría a una tonalidad morada.
Entiende, que si antes no fue capaz de tomar esa hermosa mano, ahora solo por un instante lo puede hacer, al recibirlo y darse cuenta que lo ha protegido con tanta dedicación, pues ningún rasguño se puede ver en el Rosario.
Delante de los dorados que aún quedan con “Vida” y aquellos dos de bronce que miran atentos la escena… Sin duda, se siente el ambiente bastante curioso y hasta romántico, que cualquiera se puede dar cuenta de ello.
Al tomar aquel rosario de la mano del carnero dorado, con quien de inmediato se conectan las miradas, provocando que los zafiros y las esmeraldas se quedan por un instante prendados, un semblante de enorme alegría por volverse a ver, y de fondo un Libriano observa con una pequeña sonrisa en su rostro a estos dos jóvenes dorados.
Si, se puede decir que entre Aries y Virgo, sucede algo más que una simple amistad, eso se nota demasiado obvio para cualquiera… Como si fuera un tímido, inocente, y bonito secreto, en donde los sentimientos se pueden abrir paso pese a la dificultad de ambos corazones inexpertos…
Claramente con esto no llega a ser suficiente para que los dos jóvenes que aún tienen un deber, se logren expresar su anhelado amor como lo desean… Y puede que estén bien con ello, aunque su secreto sea llevado hasta la tumba…
Sin embargo…
-Oigan, ¿No les parece como si Mu le estuviera proponiendo matrimonio a Shaka?-
Siempre existen aquellos amigos que se dan cuenta mucho mejor que uno mismo, de lo que sientes por tu interés amoroso y viceversa, además de que aprovechan para poner en extrema evidencia.
-¿Eh?-
Al unísono dejan escapar el primero y sexto dorado aquella expresión, que aun así con la sorpresa no apartan sus manos de ese agarre por entregar aquel valioso Rosario para los Virgos.
-¿Verdad que si? Creí que era el único que se estaba dando cuenta de eso-
-Es que son muy evidentes- El pelicerúleo señala a ambos dorados que los miran con las mejillas rojas, por que hablan sin ninguna pisca de prudencia –Además, Mu protegió demasiado el rosario, con su propia vida se podría decir, es que… Solo mírenlo, ni un rasguño tiene- Enfatiza sus palabras, señalando el rosario en perfecto estado que se encuentra.
-Y eso que nos enfrentamos a ese maldito juez del inframundo que nos hizo trama por esa barrera que le da ventaja sobre nosotros, al restarnos nuestro poder al 10% y termináramos en cositos- El león dorado sigue enojado por aquella derrota que pasaron, tanto es su molestia que aprieta sus puños y frunce el ceño, mostrando un poco sus dientes por la rabia.
-¡¡¡CÁLLENSE!!! ¡¡¡NO ESTÉN DICIENDO ESE TIPO DE COSAS TAN A LA LIGERA!!!- Aries, suelta de inmediato la mano del rubio para apretar sus puños, y mirar hacia el escorpión dorado, mientras frunce el ceño, juntando sus tikas, sintiéndose sumamente avergonzado y caliente de la cara por el descaro que sus camaradas están cometiendo –¡¡¡Y NO ESTÉN INSINUANDO COSAS QUE NO SON CIERTAS!!!-
-Además, Mu derramo muchas lágrimas cuando supo de la muerte de Shaka- Pegaso también se une a la tarea de evidenciar al pobre carnero –Aunque primero nos pidió a todos nosotros que no interviniéramos, se le notaba que fue un golpe muy duro para él…-
-¡¡¡SEIYA!!! ¡¡¡POR FAVOR, NO HABLE DE ESO!!!- Su rostro lleno de preocupación y pena, sintiendo como los zafiros se fijan en él, pero ser incapaz de mirar esos lindos ojos que extrañaba tanto ver.
-¿Lloraste por mí?- El Hindú escucha esto, y siente que no lo puede creer… Ya que es sumamente maravilloso como doloroso saber lo que provoco, sin embargo, en su corazón se presenta una sensación de calidez tan placentera por ese hecho. Aunque sea hermoso lo que escucha no va a manifestar nada que lo evidencie en su felicidad.
No pudo responder el Lemuriano, pues de nuevo más interrupciones para balconearlo se presentan.
-Y cuando recibió el rosario de parte de Saga… En ese momento creí que lo iba a atacarlo, por como lo sujeto con todas sus fuerzas… Aunque, pidió que todos nos calmáramos- Andrómeda también comienza a agregar más evidencias, que desde luego solo intensifican el sonrojo del primer dorado, que jamás pensó que Virgo escuchara todas esas verdades que debe refutar rápido.
-Pero después si estaba dispuesto para atacarlos a los tres, formando la exclamación de Atena, junto a los demás y él posicionándose en medio-
-Bien que nos decía que no atacáramos, ni fuéramos imprudentes, pero después de que mataran a Shaka, no lo pudo soportar más-
-Ja, ¿Así o más evidencias de que a Mu le gusta Shaka para hacer todo eso, solo por él?- Milo se siente por completo triunfante ante sus acciones que provocaron que la cara del pelilila se pusiera aún más roja que la grana.
–¡¡¡HUBIERA HECHO ESO POR CUALQUIERA DE USTEDES!!!- Se intenta defender con palabras, para que el rubio no se dé cuenta de sus sentimientos que plasmo al cuidar con su vida ese rosario, y sentir como su corazón se destrozaba por la muerte de quien ama en secreto.
-¿Por cualquiera?- Pregunta con una lastimera sorpresa Virgo, mirando atento al pelilila que es incapaz de mirarlo a los ojos, sintiendo ahora una pequeña tristeza porque esas declaraciones sean ciertas.
-Eso no es cierto, Mu- Escorpio de inmediato señala con Antares al pelilila, frunciendo el ceño molesto –Tú no me quisiste ayudar aquella vez con esa sorpresa que le estaba preparando a Camus…- Y como si fuera un interruptor, el simple hecho de escuchar ese nombre, aunque fuera pronunciado por él mismo, le provoca un sinfín de dolor…
Se fue a un pequeño rincón delante del muro de los lamentos y se puso a lloriquear, mientras entre sollozos mencionaba en repetidas ocasiones ese nombre del hombre que ama con todo su corazón y a la vez quien más lo ha herido.
-¡¡¡CAMUS!!! ¡¡¡¿POR QUÉ TUVISTE QUE TRAICIONARME?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ HICISTE ESO Y ROMPISTE MI CORAZÓN?!!! ¡¡¡¿QUÉ TIENE DE BUENO EL EJERCITO DEL IDIOTA DE HADES?!!!- Entre lágrimas, escurrimiento de nariz, lanza gritos de extremo dolor y desconsuelo.
Esto sí que les da pena ajena a todos los presentes, que solo dedican una mirada de lastima al Escorpión.
-Milo… Si te ayudaba con eso, los escorpiones me hubieran picado y a diferencia de ti, yo no tengo resistencia contra el veneno…- Mu intenta explicar su punto de vista de hace muchos ayeres, impresionado a la vez por el nivel de rencor que guarda el octavo dorado.
-Vamos, Mu. No finjas que Shaka no te interesa- Alza una ceja triunfante, cruzando sus brazos delante de su pecho -Que es demasiado evidente que sientes más que una simple amistad por él- Aioria sigue atacando al pelilila, como venganza de aquella vez que le llevo la contraria por querer ir a ayudar a los jóvenes de bronce contra Poseidón.
-Aioria… Por favor…- La vergüenza no se va de su rostro al enfrentar al castaño claro. Con al cara tan roja y caliente, sus manos volviéndose puños temblando levemente, mientras sigue evitando la mirada del sexto –No estés hablando de eso a la ligera, que desde luego… Eso no puede ser…-
-Mu- Como primer acto de imprudencia, se deja llevar por sus propios instintos y deseos, para tomar la mano del Lemuriano, justamente con la misma en la que lleva su rosario, para así obligarlo a que lo mire.
-Shaka…- Niega con la cabeza rápidamente cerrando sus ojos, y abriéndolos para desviar la mirada –Lo que han dicho… Eso, no es verdad… Yo, yo sé… Que tú… Jamás podrías sentir algo como eso, por alguien como yo… Y obviamente yo no estoy interesado de esa forma… En…- Se intenta creer sus propias mentiras.
-Ay, que tiernos- Por primera vez en todo este escándalo repentino, Libra interviene en esta conversación donde solo se han dedicado a balconear al pobre Aries, que está muerto de la vergüenza, pena y tal vez una muy previa desilusión amorosa –Es demasiado obvio para todos, aunque ustedes dos no se dan cuenta de sus sentimientos-
Ambos se giran hacia la dirección del castaño, con sus mejillas y orejas rojas, nerviosos y torpes por que han sido imprudentes, y dejado todos sus sentimientos en evidencia sin siquiera haberlo previsto, sin contar que todas esas palabras los han orillado a un punto que no tiene retorno.
-Pero… Viejo… Maestro… No es justo que estén diciendo esa clases de cosas, para incomodar a Shaka…- Su principal pensamiento es creer que el rubio, debe estar por completó disgustado por que estén hablando de sentimientos referentes a su persona de parte del Lemuriano –Por lo menos, yo sé que no está bien…-
-No me incomoda- Habla firme, aunque por dentro siente que se está muriendo de la vergüenza –Al contrario… Si es cierto que tú… Tienes esa clase de sentimientos por mí… Yo… Me siento muy feliz por ese hecho…- Ahora es él quien desvía su mirada, sin dejar de sostener esa mano ajena, en donde siente piel y armadura, como el rosario en medio de ambos.
El corazón del Lemuriano pareciera que se salirse de su pecho, por esa confesión tan adorable e inesperada de parte de Virgo, que solo abre sus ojos como platos, y se queda por completo estático en su lugar.
-Esto es muy adorable de parte de los dos- De nuevo Dohko, comprueba su apoyo para ambos, pues con tan solo ver esas mirada que al principio se dedicaron, pudo descifrar mucho más, antes de que comenzaran a balconear al Ariano –Me recuerdan a mi Shion y a mí, a su edad… También fuimos muy lentos para darnos cuentas que nos amábamos…- Se acerca primero a los dos reservados y avergonzados dorados para posar sus manos en los hombros ajenos mas cercanos, pero, sus recuerdos con el Patriarca rápidamente le hacen estragos en su mente y corazón…
Y justamente al rincón en donde antes había estado Milo, se dirigió… Para ahora ser él quién derrame un millón de lágrimas y lamentos.
-¡¡¡BORREGUITO!!! ¡¡¡TE EXTRAÑO Y TE AMO TANTO!!! ¡¡¡POR QUE NO PUDE QUEDARME A TU LADO PARA SIEMPRE!!! ¡¡¡SÉ QUE TE HUBIERA GUSTADO VER ESTE MOMENTO, EN DONDE NUESTRO HIJO MU, CONFIESA SU AMOR POR ALGUIEN QUE AMA DE VERDAD!!!- A moco tendido expresa aquellas palabras, sin fiarse que noticas así pueden impactar a cualquiera.
Deja a todos con la boca bien abierta, pues ha revelado su amor por el patriarca Shion, cuando no se habían notado evidencias de ese hecho previamente… Sin embargo, para una sola persona, es más el hecho de saber repentinamente su origen, que hasta la sangre se le fue a los pies, porque quedo pálido.
-¿Hijo?- Sus orbes esmeraldas como las del viejo maestro, se fijan directamente en el séptimo dorado, y siente que en cualquier momento caerá al suelo por el terrible impacto.
-Mu, ¿Estas bien?- Virgo apenas si sale de esa sorpresa, mira el aspecto del pelilila y siente su cómo ese cosmos va bajando casi hasta el suelo por el terrible impacto.
Rápidamente vuelve a integrarse a los más jóvenes, mientras se limpia las lágrimas, y con una fingida sonrisa, se posiciona delante de los dos aun unidos por ambas manos derechas –Eres el más hermoso y lindo resultado del amor de mi amado Shion y mío, así que siéntete orgulloso de eso-
-Pero, pero… ¿Cómo fue que eso… Paso?- Simplemente no se lo puede creer, ni mucho menos explicar, ya no sabe con qué cosas le van a salir a cada segundo.
-Pues, como se hacen los bebés- Alza sus hombros despreocupado, para de nuevo sonreírles y empezar con unas cuantas palabras ya ajenas a ese asunto –En algunas culturas, si es una propuesta de matrimonio el dar un rosario, además…- Mira a Milo y Aioria, mientras cruza sus brazos –Ellos tienen razón, son demasiado obvios, así que… ¿Sí se quieren casar?- Pregunta todos despreocupado, solo esperando la respuesta de esos dos enamorados.
-Pero, ¿Así nada más?- El rubio es quien cuestiona esa proposición, pues ni en sus sueños más locos se había pensado en una situación así de bizarra a lado del precioso carnero dorado.
-Pues, no es como que si fuéramos a vivir mucho- Alza sus hombros por completo calmado -Digo… Hace unos minutos te quieres volver a morir Para derribar el muro tú solo. Por lo menos ahora ya estarás casado con mi hijo- Resta importancia al asunto que le compete en primer lugar.
-Emh… Bueno- Se sorprende y desvía la mirada, apenado por de nuevo ser expuesto.
-No tienes que decir nada, Shaka… Yo no lo hice con esa intensión- Mu intenta restarle importancia a este embrolló en que ambos fueron metidos, solo por cuidar, proteger y entregar en sus mejores condiciones el Rosario de su amor ya no tan secreto –Viejo maestro, por favor… Olvidemos todo este asunto… Ya que tenemos otras cosas más importantes que hacer- Dice esto, sintiendo una terrible opresión en su pecho y unas inmensas ganas de llorar, que resiste en secreto.
-Por mi está bien- Aprieta con mayor fuerza la mano del Lemuriano, para mirarlo a los ojos, decido por completo, denotando que lo que ha aceptado es lo mejor de su vida, aunque tuviera menos de dos segundos en expresar su postura –Claro que si quiero casarme con Mu donde sea, porque...- No se va a echar para atrás, ahora mismo tiene una enorme valentía en su corazón, pero es aún muy vergonzoso decirlo abiertamente, sin embargo tiempo es lo que ya no tiene para perder –Lo amo mucho… Y por mí ha hecho y sufrido mucho… Además…- Niega con la cabeza, sin ser capaz de alejarse del pelilila -No quiero morir sin antes decirle todo lo que siento por él, mis más sinceros sentimientos-
-¿Shaka?- El corazón de nuevo le late desbocado, como el hecho de sentir casi sus piernas temblar y que sus orbes verdes como esmeraldas siguen sin poder creer esa declaración tan poco ortodoxa, pero si muy romántica al estilo Virgo -¿De verdad, me amas?- Tiene que confírmalo dos veces, para que su mente y corazón lo procese.
-Si- Asiente, con una decisiva sonrisa, mientras atrae la mano que sostiene del ariano, hacia su boca y le deposita un pequeño beso en el dorso de esta.
Una perfecta escena romántica, que inicio todo por entregar un Rosario y la imaginación de un bicho que no se podía quedar callado, y los demás que le siguieron el juego, para dejar en evidencia al pelilila.
-Yo también te amo…- La declara todos aquellos sentimientos que no caben ya en su pecho, y tienen que salir un poco en estado líquido para lograr calmarse, por la inmensa felicidad que tiene, en un momento tan crítico de su vida.
-Entonces… Creo que por el poder que se me fue conferido por ser el actual patriarca del santuario…- Apenas si dice estas palabras de nuevo tiende a recodar que su Shion ya no está a su lado, y acto seguido vuelve a ir al rincón para llorar y recuperarse.
Cosa que solo los externos de esa pareja notaron, pues Aries y Virgo están en su ensoñamiento de mirarse a los ojos, ilusionados y muy enamorados que por primera vez y tal vez ultima, tengan esta oportunidad de experimentar una sincera declaración de amor.
Dohko regresa a los pocos segundos, recuperado, y dispuesto a oficiar en cierta forma este matrimonio, aunque estén lejos de los sagrados territorios del santuario –Por ser… El patriarca provisional, y padre de Mu- Se cerca, llamando la atención de ambos, notándose feliz y muy convencido de que este amor es fuerte, se ha demostrado con todo lo que han dicho, y además, a simple vista se puede ver esos preciosos sentimientos de esos dos chiquillos –Puedo dar mi aprobación de que se unan en un bendecido matrimonio- Vuelve a sonreír mas para ver al Lemuriano pelilila y cerrar sus ojos en ese instante –Sé muy bien que Shion, tu papá, estaría muy feliz por verte a lado de la persona que más amas en este mundo-
Antes de que el ariano actual, pudiera decir o expresar cualquier cosa…
Libra siente un terrible cosmos, muy enojado, enfurecido y sumamente amenazante que le hace retumbar en sus pensamientos la palabra
-¡¡¡NO!!!-
Por un instante se queda estático, sudando un poco, porque realmente reconoce ese cosmos tan agresivo, pero que aun así ama con todas sus fuerzas…
Pues sin importar el lugar, la distancia o la vida y muerte, Por este momento y al parecer se pueden todavía comunicar, y debe responderle apropiadamente, aunque sea en su cabeza –Vamos, borreguito… ¿Acaso no hacen una linda parejita?-
Tose un poco para recuperar su compostura, y mirar de nueva cuenta a los dos que ahora están confundidos por su extraño actuar tan repentino.
-Bueno…- En esa unión de manos con el rosario aun integrado de por medio, rápidamente envuelve aquellas extremidades de ambos con ese objeto sagrado, colocando las suyas sobre las de ellos, para sonríeles y decir unas cortas y breves palabras –Si están ambos de acuerdo y sabiendo que tenemos un deber que llevar acabo lo antes posibles, solo preguntare lo siguiente a cada uno- Mira al pelilila –Mu, ¿De verdad amas a Shaka tanto, como para respetarlo, amarlo, serle fiel y posiblemente morir a su lado en esta guerra santa?-
Tiene que ser bastante realista, esta situación es poco a nada favorable para los dorados.
Aries, claro que capta esta pregunta, y aunque parezca sumamente cruda, es verdad, y no piensa echarse para tara cual sea el resultado de esta guerra, será a lado de Virgo –Sí, de verdad aceptó todas las condiciones que sean necesarias para amar y permanecer junto a Shaka por toda la eternidad- Es sincero y muy consciente de sus palabras, con su dulce hablar, confesando su amor eterno por ese rubio.
La respuesta que escucha de parte de Mu, son la música y verdad que necesita en su vida para ser por completo feliz.
-Muy bien- Ahora ve al Hindú y algo serio para enfatizar su rol de ser el padre del lindo borreguito –Y tú, Shaka ¿Aceptas el amor, el respeto, la fidelidad que sientes por Mu, para sin importar el resultado de esta batalla, siempre tu alma este conectada con la de él?-
-Claro que si, aceptó lo que sea solo por mi amado Mu- Sin dudar, sin rodeos, ni titubeos, confiesa su amor y acepta que está dispuesto a todo con tal de casarse y formar un vínculo único con el Aries de sus sueños.
Lo bonito que siente Mu en su corazón es evidente, que su sonrisa se plasma en su rostro y la felicidad en pequeñas gotas saladas que salen de sus ojos.
-Entonces, por el poder que se me confiere al ser patriarca interino, los declaro casados, como marido- Señal al rubio con la cabeza –Y esposo- Mira ahora al pelilila –Bien ahora pueden besarse rápido, porque debemos derribar este muro- Suelta las manos de ambos, para volver prestar suma atención hacia lo único que los detiene para seguir a su Diosa y acabar con Hades.
Acto que los demás siguen, para darles un poco de privacidad da los recién casados de forma muy única y bastante curiosa.
Claro que sin olvidar felicitarlos, a sus estilos únicos.
-Felicidades a ambos-
-Que bonita boda-
-Ay, ya se habían tardado… Desperdiciaron dos buenos meses para haber hecho y dicho muchas cosas, par de lentos-
-No me agradezcan lo buen amigo soy, para darles el valor de hablar de su amor-
Y es allí cuando captan ambos, que en efecto… En este momento, en los posibles últimos instantes de sus vidas, se acaban de declarar y casarse… Demasiado rápido y mucho que procesar, pero… Solo es momentáneo, pues al reaccionar, ver levemente hacia el frente, para conectar con los zafiros y esmeraldas…
Sus labios forman una sonrisa, sus mejillas se tornan rojas y sus corazones palpitan tan rápido como sea posible.
-Te amo-
-Yo también te amo-
Sin soltar esa mano ajena, sin quitar ese enredo entre ambos, hecho con el rosario de ciento ocho cuentas, que pocas faltan para que cambien de color… Un beso, donde sus labios se tocan, sus ojos se cierran, disfrutando de ese contacto labial que habían deseado por tanto tiempo, al fin de hace realidad.
Se sienten tan avergonzados por escalar tan rápido, en donde apenas sus lenguas se tocan para profundizar el contacto, pero se separan por la falta de aire, y la situación en la que se encuentran, que no se ha esfumado por completo de sus cabezas, sin embargo eso no quito que sus corazones disfruten un instante romántico que bien merecido se lo tienen.
Al separarse, un pequeño hilo de saliva los une brevemente para romperse, bajar sus miradas, ambos apenados, pero elevan sus ojos para centrarse con los contrarios, dirigirse una leve sonrisa, y de nuevo volver a sus posturas de caballeros dorados… Pero ahora bien casados por el viejo maestro y un bonito rosario que se volvió la conexión de sus vidas y almas para que ambos, aunque uno ya no estuviera en la tierra…
Pues Mu no permitió que su recuerdo y muerte se perdieran, pues mientras el pelilila siguiera con vida, protegería ese preciado rosario, que aunque ese miserable de Saga se lo entregara y lo ensuciara con su mano, era el tesoro más sagrado del mudo para él.
-Ahora, no comprendo como vamos a traer la luz del sol hasta este lugar…-