En una tarde cálida y hermosa en el santuario de la Diosa Atena, existe una pequeña duda, que está rondando en las cabezas de algunos caballeros dorados.
Bueno, realmente de solo dos de ellos, ya que a los demás poco a nada les importa esto, pero… A veces la curiosidad puede más que la prudencia.
Ambos han notado unos comportamientos ciertamente extraños de dos de sus camaradas…
Alguien que se ha ausentado mucho y otro que parece tomar más responsabilidades de las que debería, y que pensaban muchos que algún día llegaría a hacer.
Técnicamente, no debería darles importancia más de lo normal, pues… Ahora todos son libres de hacer lo que deseen, siempre y cuando no interfiera en sus deberes como caballeros dorados.
Pueden estar en pareja, salir de vez en cuando, hacer una pequeña vida más cercana a la “Normalidad” o lo que concedieren como tal…
Por ende, algunos van a ciertos lugares a visitar a ciertas personas especiales…
Todos hacen su pequeño mundo en son de aprovechar esta segunda vida que se les otorgo por su sacrificio hacia su Diosa.
Pero para algunos dorados, ciertos compartimientos y actitudes fuera del lugar de sus camaradas llegan a consternarlos bastante y aumentar su curiosidad.
Aun así, aquellos que notan estos detalles a veces van a buscar un concejo de personas que consideran más sabias y menos groseras.
Y justo esto van los dos curiosos jóvenes hombres de santuario.
Pues uno necesita concejos en el tema romántico para lograr cortejar a cierto caballero femenino de plata, la cual no es que no esté interesada en él, pero es que ese joven hombre es muy torpe en poder ser sincero con sus sentimientos y verse calmado cuando está a su lado, fuera claro de entrenamientos o combates…
Y el otro curioso, tiene un sentimiento bastante fuerte por alguien en especial, pero es incapaz de decirlo abiertamente, sin sentir que cometerá un terrible error…
Ambos como buenos amigos y a veces siendo incapaces de aconsejarse mutuamente por inexperiencia o falta de ideas, piensan que recurrir al primer dorado, es lo mejor… Ya que usualmente él da muy buenas ideas, sin tener una sonrisa de burla, al contrario siempre se muestra comprensivo al darles su apoyo incondicionalmente.
-Sé que Mu me va a ayudar. Él siempre tiene buenas ideas para solucionar problemas-
-Pero, no creo que sea buena idea ir a molestarlo solo por eso… De seguro está ocupado-
-Solo será un momento- Apenas entra al primer templo, sin siquiera prestar atención de que si ese cosmos que busca esta o no. Prefiere mejor llamar con tranquilidad antes asegurarse con algo muy conveniente -¡¡¡MU, ¿ESTÁS AQUÍ?!!! ¡¡¡NECESITO PREGUNTARTE ALGO!!!-
-Deberías primero saludar y no irrumpir en su casa de esa manera-
-Oh, vamos Aldebarán. Mu es mi amigo, no le molestará que lo llame de esta manera- Vuelve a tomar aire, para de nueva cuenta gritar -¡¡¡MU!!! ¡¡¡OYE, VEN. NECESITO TU AYUDA CON ALGO!!!-
No obtuvo respuesta alguna, cosa rara les pareció a ambos hombres, pues salvo por las veces que el carnero va a Jamir, no deja solo su templo, al menos no por competo, ya que o esta su alumno o… También… Alguien más.
-Ah que raro… Nadie responde…-
-Debe estar ocupado… O fue a Jamir o con Kiki a Rodorio… Vamos, deje...-
-¿Qué es lo que quieren?- Una silueta va saliendo de una de las habitaciones del primer templo, para dirigirse a la entrada y posicionarse de frente a ambos dorados que portan ropas civiles, para encararlos, fijarse en ellos con cierta molestia en su rostro, mientras sus ojos se encuentran cerrados.
-¿Shaka?- El segundo se sorprende a al ver justamente a ese rubio, tanto que abre sus ojos de par en par.
-¿Qué, quieres Tauro?- Le pregunta de forma retadora, al escuchar como este se sorprende más que el mismo León dorado al verlo presente en el primer templo.
-¿Qué haces aquí?- Le pregunta aun estando con sorpresa por esto, aunque no mantiene su vista tanto al frente, ni la duda en el aire por mucho.
-¿Te sorprende?- Cruzado de brazos, Aioria sonríe en forma de burla, alzando una ceja –Todos sabemos muy bien que Shaka ya no pasa mucho tiempo solo en Virgo, sino que también ahora lo puedes encontrar en Aries-
-¿Qué?- La mirada algo triste del segundo dorado se hace presenté, mientras mira a ambos, primero al quinto y después al sextos, entendiendo por que los chismes estaban siendo tan sonados en estos últimos días.
-¿Y eso les importa o les interese por algo en particular?- Un tono de molestia se refleja en su voz, primero de desagrado hacia su vecino de templo, y una pizca de enojo por la sorpresa en el segundo, pues tiene una ligera sospecha del por qué actúa de esa manera y claro que esa idea le desagrada tanto.
-Bueno, realmente a mí me da lo mismo, ya que…- Se acerca poniéndole una mano sobre el hombro al rubio y palmeándolo levemente –Desde que somos unos niños se notaba tu interés y especial trato hacia nuestro querido Mu. Pero claro, como buen amargado y malhumorado que eres, lo negabas y no querías dejarlo ver, y sin embargo… Ahora, noto que tienes más valor- Una sonrisa picara, mientras le da un codazo en las costillas al sexto –Bien hecho, amigo-
Esto en vez de avergonzar al rubio, lo único que provoca es que se enoje más, pues detesta que le estén insinuando cosas de esa índole con la persona que ama, ya que en efecto, Shaka ahora ya no lo niega, pero los indiscretos son de lo peor.
Su cosmos se nota enfurecido, por ende empuja con brusquedad al quinto para que se aleje de su perímetro, con el ceño fruncido y brazos cruzados delante de su pecho, lo encara.
-¿A que han venido aquí realmente?- Vuelve a preguntar, mientras su cosmos les dedica unas sensación fulminante a ambos –Por qué no les voy a estar permitiendo que estén hablando de mi vida, o de la vida de Mu como si fuera un chiste o chisme del santuario- Defender a quien ama es su deber jurado, pues nadie ira por allí hablando mal de Aries, o revelando los temas privados y sentimientos que los dos comparten.
-No, no estamos diciendo nada de eso, lo juramos- Aldebarán levanta sus manos al nivel de su rostro, pues sabe que están pisando territorio peligroso, además de que ahora mismo siente un pequeño dolor en su corazón, pero se aguanta este hecho.
Para Aioria esta manera de ser de Shaka no le genera ninguna incomodidad, pues en si sospechaba mucho y lo intuía en cierta medida, pero algo si llama su atención tanto, que se tiene que fijar dos veces en ello.
-Oye, Shaka ¿Qué significan esos anillos que llevas en tus manos?- Señala de inmediato las manos del Hindú, pues por lo normal esté usa ropas de mangas largas a diferencia de sus demás compañeros, los cuales prefieren aun usarlas cortas o sin ellas, y gracias al detalle de cruzar sus brazos, nota mejor esas extremidades.
Para Shaka, que se fijen en esos lindos detalles no le importa mucho –Son un regalo de Mu- Lo dice como si nada, mientras su rostro revela al fin un leve sonrojo en sus mejillas y orejas, claro que sin perder el porte serio de siempre.
-¿Un regalo de Mu?- El Brasileño vuelve a preguntar con cierta tristeza.
-¿Qué no se supone que los budistas no deberían tener algo como eso?- Le encara de inmediato, guiado proal enorme curiosidad que esto le genera –Sobre todo tú que eres como un monje ermitaño y que creías que estas banalidades no deberían ser parte de tu vida, humilde Shaka- La burla se ve en su voz, mientras también se cruza de brazos y alzando una ceja.
-¿Eso por qué te incomodaría, Leo?- Le cuestiona con astucia, mientras le dedica un semblante serio e imperturbable.
-Pues, tú te jateabas de ser siempre tan simple, humilde, serio y sin necesidad objetos banales, como el oro, piedras preciosas, joyas o cualquier cosa que pueda facilitar un poco tu vida, mucho menos de sentimientos que solo distraen de nuestro deber. Incluso decías que estar enamorado era algo tan absurdo… Que te burlaste de mis sentimientos por Marin cuando confíe en ti para pedir un concejo o aliento, mal amigo- Le recrimina este hecho, mientras fija sus ojos verdes claro con decepción en este.
Por unos segundos se queda en silencio, sin embargo esto dura poco, pues está listo para acabar al otro con sus palabras –Todos nos equivocados y cometemos errores al creer que no necesitamos ciertas cosas o sentimientos importantes, cuando en si… Son indispensables para nosotros en esta vida- Sin más se gira de lado, para darles la oportunidad de entrar al primer templo –Si no tienen nada más que hacer que solo decir tonterías, solo pase por Aries y dejen de estar molestando-
Niega rápidamente con la cabeza, para alzar su voz de inmediato –¡¡¡NO!!! ¡¡¡NECESITO HABLAR CON MU!!! ¿Dónde está tu borrego? Debo pedirle un concejo-
Eso sí que le hace hervir la sangre al joven hombre del Bindi rojo en la frente –No te permito que vuelvas a referirte a Mu de esa forma. Él está en Jamir en estos momentos, está ocupado y cuando regrese estará cansado como para estar ocupándote de tus tonterías. Además, lo que Mu me regale o no, no es asunto de ninguno de ustedes, mis creencias o el hecho de la humildad puede referirse en más de un estado- Les habla serio y desafiante a ambos, ya estando a punto de abrir sus ojos porque ya le fastidio el comportamiento de estos dos.
-Tranquilo, solo estoy jugando- Aioria de inmediato intenta disuadir al rubio, poniendo sus manos como barrera delante de su pecho -Pero cierto, es tu vida. Sin embargo… Nunca fuiste de usar nada más allá que tu ropa y calzado sencillo… Ningún presenté que se te diera era lo suficientemente bueno para a ti, claro que los que te daba Mu si los usas con orgullo-
-Ya, Aioria… Dejémoslo tranquilo… Aunque…- Alde también empieza a tener sus pequeñas dudas, que desde luego desea peguntar al rubio -¿Por qué Mu, te pediría a ti que cuides su templo últimamente, si… Era algo que me pedía a mí siempre?- Le cuestiona un tanto desafiante al Virgo.
-Eso es porque…- Olvida por completo el escándalo del León dorado, su atención se fija en el latino, que sin importar que el sobrepase por mucho en altura y anchura… Eso no le intimida en lo más mínimo, y más al saber que es alguien que a estado interesado en su persona especial, desde una corta edad.
Sin embargo los dos son interrumpidos en esa muestra de cólera y curiosidad, por un hiperactivo niño.
-Papá, ¿Qué sucede?- El pequeño Lemuriano, se acerca al rubio, curioso por lo que acontece en la entrada de Aries.
-Nada importante, Kiki. ¿Terminaste tu tarea?- Le cuestionado de inmediato esto, ya que más interesado en que el peli rojizo este lejos de estas tonterías y preste atención a sus deberes.
-Sí, pero prometió que jugaría conmigo al terminar, y ya tardo mucho- Le dice esto inflando sus mejillas, mirando con esos grandes ojos azules al mayor.
Un suspiro lanza, para asentir –Iré en un momento- Es su respuesta, mientras se da cuenta que es derrotado por un pequeño niño de solo ocho años.
Sin embargo, los otros dos se quedan sumamente confundidos, como sorprendidos y algo aterrados, por esta revelación. Que hasta a unísono lanzan un grito potente.
-¡¡¡¿PAPÁ?!!!-
Shaka de nuevo los encara serio, no abre aun sus ojos, pero si sabe dónde está cada quien -¿Tienen algún problema con eso?-
-Nos confirma entonces, que si tienes una relación amorosa con Mu, pero ¿Por qué no decirlo abiertamente? ¿Qué tiene de malo?- El Griego pregunta bastante incrédulo por algo tan bonito como es el amor y una cierta aceptación de parte de la mayoría del mundo de hoy en día- Además Kiki ya te llama papá, es más que obvio que te ganaste el corazón del alumno de Aries- Aioria es quien está más curioso por este hecho, intenta saber el porqué de muchos detalles que se especulan en el santuario.
-No es solo el alumno de Mu, sino también nuestro hijo bilógico- Declara tranquilo, mientras que como muestra de cariño, lleva su mano izquierda a la cabeza del peli rojizo niño, que al hacer eso sonrió feliz.
-¡¡¡¿HIJO BIOLÓGICO?!!!- El segundo dorado se queda por completo impactado ante esto, ya que ni siquiera él, siendo un amigo muy cercano del carnero dorado lo sabía. Por lo cual intuye que esto se trata de un invento de parte de Virgo.
Aioria por curiosidad, se acerca al niño, quedando a su nivel mismo nivel –Oye, Kiki ¿Qué edad tienes?-
-Tengo ocho años, aunque pronto cumpliré los nueve- Responde sonriente, mientras posas las manos en su cintura.
-Mu y Shaka tienen veinte… Eso significaría…- Solo necesito unos segundos para sumar dos más dos, y levantarse del suelo de solo un brinco -¡¡¡¿ESO SIGNIFICARÍA QUE LO TUVIERON A LOS DOCE Y ONCE AÑOS?!!!-
-Así sucedió- Contesta tranquilo, aunque… No le gusta para nada que estén hablando de esos temas delante del menor, que aún es bastante inocente.
-¡¡¡¿QUÉ?!!! Pero… ¡¡¡¿CÓMO?!!! ¡¡¡¿Y CÓMO ES POSIBLE QUE NO LO SUPERAS ANTES?!!!- El quinto dorado es quien sigue cuestionando todo de este tema.
-Mu, no me lo dijo y no lo culpo, por todo el caos que sucedía en esa época en el santuario… Era entendible, además… De que él y yo no teníamos en si mucho para cuidar de un bebé… Pero él encontró la forma- No da muchos detalles sobre este tema, ya que es algo que solo les concierne a ellos...
Sin embargo, el menor sí que no tiene restricciones para hablar.
-Mi mamá, siempre ha hecho bonitos anillos de oro, pulsaras muy bonitas con piedras preciosas y collares muy elegantes que vendía en el pueblo de Jamir, y gracias a eso logro hacer dinero para cuidarme, además… Que aprendió a cultivar, y también hacer jarrones, que incluso en el mercado de allá ha logrado tener una tienda para vender todo y ayuda mucho dando trabajos a otras personas- Habla tan tranquilo y sumamente orgulloso, dando algunos brinquitos, que sorprenden y enternecen a los otros dos hombres allí presentes.
-¿Enserio?-
-Wow, Mu es un empresario y nadie en el santuario lo sabía… O eso creemos…- Alza una ceja y mira al rubio con cierta credulidad -¿Ahora te ocupas de Kiki, ya que siendo un bebé e infante, no pudiste hacerlo?-
-Cumplo el papel que me corresponde, además… Ahora Mu y yo podemos ser un equipo y familia para él. Sin contar que se sigue ocupándose de sus deberes laborales ajenos al santuario, y que a ninguno de ustedes les debe importar- Refuta aquellas dudas, que refieren la labor de su amado carnero y defiende a la vez, ya que no permitirá que nadie este molestando o haciendo ver mal algo que es un digno trabajo.
-En otras palabras el sale a trabajar y tú te quedas en casa o en las casas, limpiándolas y cuidándolas, ocupándote de tu hijo y deberes del santuario ¿No?- La burla en sus palabras se encuentra, solo por la confianza que llega a tener con el rubio, para molestarlo levemente.
-¿Y eso te incumbe por qué?- Shaka se le encara al Griego, dando unos pasos al frente, pues a su ver eso no tiene nada de denigrante u ofensivo ocuparse de estas labores, al contrario no hacer nada de eso mientras la otra persona trabaja y aun así debe ocuparse del hogar, eso sí es algo por lo cual alguien se debería avergonzar.
-No, pero me sorprende… Ahora con lo que debe ganar Mu… Con razón… Tienen buenas cosas, hasta tú… ¿Dónde quedo tu vida humilde, si estas disfrutando de muchas cosas gracias a tu amorcito?-
-Lo que Mu proporciona es únicamente para que Kiki pueda estar bien, y con las nuevas oportunidades que los jóvenes de hoy en día pueden tener gracias las reglas más flexibles en el santuario, se deben aprovechar, si me da algunos regalos es cosa que solo nos importa a nosotros y si mantengo mi vida humilde o no, no es cosa de ustedes, ni de nadie más- Sus brazos cruzados sobre el pecho, serio ante su declaración y firme a la vez.
-Ay, ya veo… Pues tú eras el que no podía dar nada, por llevar una vida humilde como monje, sin ninguna riqueza o algo a su nombre, pero a Mu no se le cerró el mundo. Aun así se nota que te ama, para también mantenerte. Aunque está bien si ayudas, cuidas Aries, Virgo y a tu hijo, pues está bien, señor- Ahora se burla con confianza del otro, dándole igual lo que signifique esa relación, solo desea el jugoso chisme… Sin embrago una idea le cruza por la mente rápidamente para así sacara otro tema sobre la mesa –Si Mu hace anillos, me podría ayudar haciendo uno especial para Marin, ¿Cuánto me cobraría por uno personalizado?- Pregunta la rubio, estando el Griego sumamente interesado ahora en esa situación.
Shaka sin duda se ha quedado al inicio enfadado, pero ahora confundido por la pregunta final.
Por otro lado… Aldebarán se queda bastante serio ahora… Algo al margen de esta situación, pues de todo lo que pudiera saber, no se esperaba para nada esto... Y causa que su corazón este desquebrajándose de a poco.
Si, conocida que Mu estaba enamorado de Shaka desde hace mucho, pero no creía que ya hubiera escalado hasta este punto y más al saber que ese amor se volvió en un niño tan lindo y risueño que aprecia mucho…
Se sentía terriblemente decepcionado consigo mismo por no haber sido capaz de decirle lo que sentía antes… Pensando que pudiera a ver tenido una oportunidad aunque fuera pequeña… Pero se da cuenta que ese lugar que deseaba en el corazón de aires, ya le partencia desde hace años a alguien más, y con eso no podía competir y más si este rubio, corresponde ese sentimiento puro, haciéndose cargo de ese amor y de la nueva vida familiar que ambos decidieron tener al fin.
Solo lanza un suspiro lastimero, claro que ninguno de los adultos ahí presentes sabe de sus sentimientos a grandes rasgos…
Sin embargo…
-Lo siento mucho, señor Aldebarán- El pequeño Lemuriano, se acerca al de mayor tamaño, sonriéndole.
-Kiki… No tienes…- Quiere que se guarde ese secreto que le contó una vez en completa confianza y pensando que le podrida ayudar… Pero, el menor no lo llega a entender a tiempo.
-Le dije alguna vez que me gustaría que usted fuera mi padre, pero… Ya tengo uno y no sabía que yo existía- Alza sus hombros dándole menor importancia a esto de lo que pudiera sonar -Pero ahora todos lo sabemos y es muy bueno conmigo y mi mamá, aunque es muy serio a veces… Además, aunque se que quiere mucho a mi mamá, él quiere mucho más a mi papá. Así que… Espero que no esté muy triste por esto…- Inocentemente revela el secreto no tan bien guardado del toro, pero si un poco callado para algunos, pues no quería que eso lo hiriera peor de lo que ya lo hacía.
Aioria se queda mudo por completo ante esto, pues sospechaba algo como eso, todos lo hacían en sí, pero… No creía que Kiki fuera tan indiscreto en decirlo abiertamente y menos… Delante del rubio…
Sin embargo, Shaka claro que eso no le ha caído en gracia, sospechaba de las intenciones de ese hombre, pero no creía que le había estado hablando a su propio hijo de sus intereses por Mu.
Y si bien… Cuando todo esto paso en su adolescencia, y no habían quedado de acuerdo en que se establecería su relación por el conflicto en el santuario… No significaría que el amor y respeto se debieran perder de ninguna de las dos partes.
Por qué en cuanto volvieron a verse, sus corazones resonaron por la alegría de volverse a ver con la persona que más aman en este mundo, retomaron sus sentimientos, hablando sobre todos los temas importantes para aclarar miles de cosas, además de que Virgo se enteró de su relación con Kiki poco antes de la guerra santa de su generación. Y ahora que tiene un la segunda oportunidad de vida… No desaprovechara en intentar recuperar los años lejos de su amado y su querido hijo.
Por lo cual, cualquiera que sea una amenaza para su preciada familia de cualquier índole, no lo va a perdonar, ni permitir que alejen a los que mas ama.
-Tauro…- Habla con un tono bastante lúgubre, mientras su cosmos se nota enojado y a la vez sus pasos se dirigen hacia el Latino -¿Qué significa lo que acaba de decir Kiki?-
Siente el sudor frio que el recorre por la nuca, pues presente el peligro por aquel tono de voz –Shaka, eso…-
-¿Te atreviste a estarle llenando la cabeza de mi hijo, con insinuaciones de que podrías ser su padre y quedarte con Mu?- Abre sus ojos demostrando el enorme enfado que lleva en su ser al igual que un sinfín de celos por solo pensar que en algún punto Kiki hubiera preferido a ese sujeto antes que él.
Entiende al niño, pues no sabía nada al respecto de su origen, pero no por eso dejara pasar esto.
-Bueno… Es cierto, pero…- Puede sentir el peligro en esos ojos azules que se abren y se envuelven en enormes llamas por el terrible enojo que tiene.
-Deberías correr, ya que Sao no te perdonara eso…- Le susurra esto al Latino, mientras toma los hombres del niño y lo aleja del campo de guerra.
-Yo no hice nada malo… Solo…-
-Intentaste robarte a mi familia… Yo te voy hacer que olvides esa idea…- Su cosmos se vuelve tan visible a su alrededor que el peligro es sumamente obvio, esos ataques irán dirigidos hacia el toro dorado.
Y claro que Aldebarán, no tiene de otra, pues no le gustaría enfrentarse a Shaka, y menos que esto se haga un enorme alboroto y que Mu se llegue a enterar, así que prefiere huir por ahora…
Cosa que el rubio toma desde luego mal, pues sin siquiera tomarle importancia al escándalo que provoca a su alrededor, y cejado por sus celos, desea de una vez por todas dejar fuera de combate al toro por fijarse en su amado Mu, pues es solo suyo al igual que el pequeño niño que es el fruto del amor de ambos.
Así pues, Virgo y Tauro se alejan de la entrada de Aries, mientras dirigen sus pasos lejos del santuario, mientras Leo y el pequeño Lemuriano se quedan mirando atentos este espectáculo.
-Creo que papá se enojó mucho con el señor Aldebarán…-
-Sí, es que… Kiki no debiste decir eso…- Le regaña levemente, mientras lanza una pequeña risita, pues el espectáculo que Shaka está dando por su enojo, quien siempre se mantuvo tranquilo, sereno, implacable, humilde en sus gustos y manera de vivir, ha cambiado muchos aspectos de su vida, todo por la familia que no pensaba que tenía, y no culpa a Mu, entiende que hizo lo mejor para mantener a Kiki a salvo, estando en su lugar… Habría hecho lo mismo, ocultar ese hecho…
Además… Que ahora que Aries y Virgo son pareja y conocen absolutamente todos los aspectos de su vida, Shaka acepta y entiende que ahora Mu no puede dejar el negocio que inicio… Sin duda un verdadero hombre de negocios y muy emprendedor desde adolecente por su bebé…
Digno de admirar y el Hindú no le impedirá nada de eso, además… Que se siente feliz que Mu tenga esos tipos de detalles con él… Por lo cual intenta devolver el mismo amor con el hecho de ser responsable en los aspectos ahora hogareños y de protección a ambos templos, como al hijo de ambos, que ahora le toca cuidar y enseñarle ciertos conocimientos de su parte.
Después de todo, Kiki desea volverse un caballero dorado, y ha sido educado por las enseñanzas de Mu, ahora le toca a Virgo mostrar sus conocimientos de crianza y compartir lo que conoce, para darle más herramientas al futuro Aries.
De más joven debió seguir sus creencias de monje budista, negándose a placeres mundanos, bienes materiales, por mantener la humildad. Sin embargo ahora mucho ha cambiado y acepta este hecho. Ya que no solo privándose de objetos, deseos o joyas valiosas se puede ser humilde, existen muchas maneras de serlo.
No es por el hecho de que le convenga que sea Mu el que trabaje, solo que es el rol que tiene ahora y está bien con eso… Pues no por eso deja que uno haga todo, sino que como equipo hacen las tareas dividas, y aun así se encarga de Aries, el cual al llegar le brinda su total atención y amor a su manera.
Aun así, no perdonara a nadie que se atreve a siquiera querer interferir en su relación de ninguno modo y Tauro lo aprenderá de la peor forma.
A los pocos minutos, el pelilila llega, cansado, pero aun así con una bonita sonrisa en su rostro, apareciendo delante de su templo, mirando atento a su alrededor y topándose con su amado hijo acompañado de Aioria, ambos sentados en las esclareas de Aries.
-¿Sucede algo?- Curioso, por este espectáculo, para acercarse a los dos.
-Papá, esta persiguiendo al señor Aldebarán- Contesta tranquilo el niño.
-¿Que? ¿Por qué?- Se asombra por este hecho.
-No te preocupes mucho por eso ahora, Mu- Le resta importancia –Ahora lo importante es que te quiero pedir que me hagas un anillo especial para Marin, ya que debo ser valiente y declararme antes de que alguien más se adelante- Hace referencia al hecho de que su vecino de templo esta furico por lo que Aldebarán siente por el carnero dorado –Por cierto, felicidades, no sabía que ya eras mamá y que Shaka papá, que escondido te lo tenías-
-¿Eh?- Rojo como tomate, porque es obviamente que el León dorado se a enterado de su secreto mejor guardado, y que solo compartió con el padre de su hijo, y amor de su vida… Además que desde luego también con su maestro Shion y el caballero de Libra Dohko.
Esto sin duda se va a esparcir muy pronto por todo el santuario y sus alrededores gracias al comunicativo de Aioria.
Pero esa preocupación se le quita al sentir el cosmos de Shaka tan enfurecido y el de Aldebarán algo alarmado, pues el hecho de que le arrebaten los cinco sentidos es muy posible
Sin duda el pobre Aries llego de atender su tercera vocación, para encontrarse con un espectáculo que poco a nada entiende ahora mismo, pero se aclarara pronto, aunque deberá esperar para ello…
Ahora mismo nada en el santuario volverá a ser como antes, donde solo existía sangre, golpes, entrenamiento y una vida monótona, sino será como a cuando eran unos niños con un ambiente más familiar y claramente con tintes más románticos, pues aquellos aspirantes a dorados han crecido y forman de a poco sus propias vidas y familias… Llenando todo de alegrías, color, tranquilidad y una momentánea paz que van a aprovechar tanto como puedan.