La meditación, una práctica que es bastante recurrente en varios puntos del mundo.
Es bueno y necesario para tener un tiempo de relajación.
De conexión con uno mismo y el exterior…
A veces para rebasar nuestro potencia.
Alcanzar algún objetivo o…
Lograr establecer un vínculo con un maestro, un ser intangible que nos desea trasmitir sus conocimientos y darnos sus enseñanzas, para así, lograr alcanzar nuestros límites y mucho más.
Este es el caso del aspirante a caballero de Virgo…
Un niño de tan solo seis años, de cabellera rubia a media espalda, prendas de color naranja, de nombre Kasaya, de expresión seria y reservada a tan corta edad.
Sentado en posición de flor de loto, sobre aquel pedestal que usa en la sexta casa, para su labor de meditar.
Puede pasarse horas y horas allí sentado, con la espalda recta, las manos sobre su regazo, a veces entrelazando los dedos, otras apenas su tocándolos, casi como si con sus palmas formará un circulo perfecto.
Su concentración esta solo dirigida a su deber de meditar… Uno que hace a diario y puede hacerlo hasta dormido.
Usualmente pasa su tiempo libre solo, salvo por los entrenamientos matutinos en el sentido físico, que está obligado a hacer por órdenes del patriarca, pero fue de eso…
Poco a nada es su convivencia con los demás, a veces tiene que ser sacado de Virgo, para que coma, convivía un poco con los demás.
Aunque en otras ocasiones y sin deseos de batallar, le dejan la comida sobre la mesa para que se alimente cuando lo desee.
Sin duda no desear trabar amistad con nadie, pues cree que eso solo lo hará ir lento en su labor futuro como caballero de Virgo. Creyendo ya a esa edad que cualquier sentimiento mundano no le servirá de mucho…
Aunque, eso no signifique que no los tenga en sí, pero ese es su secreto mejor guardado.
No piensa mucho en ello, sólo se concentra, mantiene sus ojos cerrados, y regular su respiración, para continuar sin ser interrumpo.
Ya que este día prometía ser exactamente como los otros…
Sin embargo puede que no lo sea del todo.
Su rostro sereno, los cabellos dorados sobre la frente cubriendo su Bindi, tan pacifico que se ve, tan calmado, que nada, ni nadie con buenas intenciones lo podría perturbar…
Se confía en que puede darse cuenta si alguien se acerca a su templo, pero la concentración en su solo deber de entablar una conversación con su maestro, lo hace en ocasiones aún olvidar su exterior, por eso…
Cuando siente un suave toque en su mejilla derecha, el cual produce un sonido bastante peculiar “Mua”.
El cual rápidamente lo sorprende, sacándolo de su trance, pues el toque en su rostro y débil sonido es suficiente para hacerlo abrir sus ojos de golpe, mirando a su alrededor con algo de susto por que alguien se atreviera a acercarse siquiera a él.
Pero, aunque tenga los ojos bien abiertos, no logra ver a nadie, ni siquiera sentir el cosmos de alguna persona a la redonda…
Apenas si podía darse cuenta que el más cercano podría venir de la casa de Leo, pero… Se sigue encontrando en ese punto y no se ha movido para nada…
Sus azules ojos desconcertados parpadean varias veces, intentando encontrar una explicación.
-¿Lo abre imaginado?- Se pregunta para sí mismo, respirando algo agitado por ser sacado de golpe de su concentración, pero se recupera rápidamente de eso.
Ya que en su pensar no tiene tiempo para cosas así de absurdas y de cero interés a su ver… Y mas al no ver a nadie cerca, ni sentir aunque sea un débil cosmos, opta simple y sencillamente por ignorar todo, y volver a su deber.
-Solo debió ser una ilusión sensitiva y auditiva- Lanza un suspiro, para volver a cerrar sus ojos y posicionar sus manos de nuevo sobre su regazo -Creo que debo descansar, pero lo haré después-
De nueva cuenta toma su posición natural para meditar, concentrándose en volver a establecer la conexión con su maestro Buda.
La meditación de a poco es de nueva cuenta retomada, respirando profundamente por la nariz y soltándolo por su boca, inflando su pecho y sacando lentamente aquel aire que le ayuda a elevar su concentración de a poco.
Volviendo a ignorar su alrededor para concentrarse a alcanzar un pensamiento y conocimiento más elevado, que no pertenece al mundo terrenal.
Piensa que puede volver a reanudar su entrenamiento cósmico y mental, sin que nada, ni nadie lo interrumpa, incluso si se tratara de su corazón y mente no lo podrían impedir.
Pero, no debería cantar victoria tan fácilmente aún… Pues…
De nueva cuenta, vuelve a sentir un roce pero esta vez en su mejilla izquierda, y aquel suave sonido de un beso se presenta…
Esta vez, la concentración no era por completo profunda, así que abrió lo más rápido posible sus ojos, pero no suficiente para alcanzar a quien le esté jugando esta broma.
-No lo pude imaginar dos veces- Afila su mirada azul, gira su cabeza para todos los lados, se concentra rápidamente para detectar algún cosmos, pero…
Nada…
Absolutamente no encuentra nada, ni a nadie cerca.
Lleva su mano izquierda al nivel de la mejilla de ese mismo lado, sintiendo como si ese toque aún existiera.
Baja su mirada algo confundido, frunciendo el ceño y desconcertado por lo que sucedió.
-¿Qué fue eso? Se sintió tan cálido… Y suave, pero… ¿Quién es?- La duda de lo que ese toque le ha producido lo pone algo nervioso. Ya que su mente trae inconscientemente la imagen de alguien, y eso es algo de lo que no se puede permitir sentir.
Niega con la cabeza, dejando ver que sus mejillas se han puesto coloradas.
Aprieta la mandíbula y los labios, para quita de inmediato la mano de ese punto que fue tocado tan delicadamente.
Un suspiro deja salir, para cerrar sus ojos e intentar calmar los latidos de su corazón, sin querer darle más importancia al asunto.
De nuevo la misma rutina, mientras en un pequeño murmura su voz expresar sólo un poco su sentir y deseo -Es imposible lo que pienso-
Y de nueva cuenta intenta alcanzar la iluminación por medio de la meditación que retoma.
Sin darse cuenta o saber que alguien lo ve detrás de unas de las columnas de Virgo…
Que se esfuerza mucho por mantener su cosmos bajo, por completo imperceptible, al grado que nadie con poca experiencia se dé cuenta que esta allí…
Sus mejillas rojizas, su corazón palpitando a más no poder, sus manitas contra su pecho y tan nervios por lo atrevido que ha sido… Pero, tomando valor cada que ve ese pacífico rostro, con los ojos cerrados se entrega enteramente a su deber.
Traga saliva con tan solo verlo…
Sus pequeños pies se llenan de fuerzas para levantarse de donde se sentó para no ser captado, y así empezar a caminar nuevamente hacia su objetivo, casi de puntitas para no ser escuchado…
Su rostro tiene un semblante de preocupación total, pero también tiene el valor necesario para ahora mismo para ir demostrar de forma tímida y secreta sus más inocentes y puros sentimientos.
Las tikas que lleva en la frente asemejando a cejas, su cabello largo, sedoso y lila, se aprecia llevándolo suelto…
Quedando a pocos centímetros de ese rostro, intenta hasta no respirar para no ser detectado.
El enorme atrevimiento que tiene en este momento es motivado porque su corazón ya no puede aguantar estos cálidos sentimientos… Pero, no puede demostrarlos tan fácilmente, por eso… Cree que este momento es su única oportunidad de darle una pequeña muestra a quien quiere, aunque sea secreta para él también.
Darle unos inocentes besitos, sin que el otro se dé cuenta…
Solo cierra sus ojos por unos segundos, para con cuidado y de forma fugaz deposita un beso en la frente del rubio, justamente donde el Bindi de color rojo se encuentra, aunque tenga que hacerlo sobre el cabello… Y justo al sentir ese toque y retirarse, la teletrasportación es su mejor arma, para dirigirse a otro punto del templo de Virgo, lo suficiente para no ser encontrado por los ojos azules, pero no tan lejos para salir, después de todo, ya lo ha hecho dos veces antes, y con esta tercera debe ya tener cuidado, pues ya es más que una simple sospecha, pero…
Al solo ver desde su escondite, como el rubio se sorprende y abre sus ojos bastante asustado, volviendo a mirar para todos lados, y esta vez las mejillas se tornan rojizas sobre esa piel ligeramente tostada.
Siente que no debe respirar, moverse, ni siquiera hacer ningún ruido, pues teme ser descubierto y que el rubio se percate de su presencia.
No soportaría la vergüenza de ser descubierto y que se entere que le ha dado pequeños besitos en sus mejillas y frente, porque…
Le gusta y lo quiere mucho…
Controla su respiración a más no poder, su cosmos lo mantiene por completo escondido, pues ni loco se atrevería a dejar que algo así lo evidencie.
El corazón de aquel niño late desesperado, poniendo sus manitas sobre su pecho que se infla, al sólo ver como ese rubio que meditaba hace poco, busca a alguien que no encontrará mientras se mantenga lejos y en silencio.
Solo con verlo detrás de aquel pilar, sin abandonar por completo su posición de flor de loto.
Para ese pelilila con tan solo eso, ya tiene una hermosa vista que no quiere desperdiciar por ningún motivo.
Es suficiente para creer que debería irse antes de cometer alguna tontería, bueno… Más de las que ya hizo y retirarse con unos bellos recuerdos de besos que le dio a su primer amor…
Pero, al notar que ese niño rubio de nuevo cierra sus ojitos azules, siendo de hecho mucho más rápida esta reacción de lo que había sido antes…
Volviéndose su rostro una vez más tranquilo, pacífico y concentrado en su deber de meditar…
Como si esas tres interrupciones que el pelilila provoco… No le afectarán al contrario…
Invitando a ese corazón inocente aunque sea una vez más, se acerque y le dé un pequeño y tímido beso nuevamente.
Claro que no sería en la boca, no se atrevería a hacerlo aún… Pues sabe que esos besos sólo son para los adultos que se quieren mucho, pero… En mejillas, frente y nariz son apropiados para niños pequeños y enamorados.
Así que… Su valentía surge sólo por ver que donde se encuentra meditando su objetivo se ilumina, casi como si el sol le diera una señal de que debe hacer un movimiento más.
Traga saliva, abre sus ojos con firmeza, suspira, a la vez que recarga su espalda contra el pilar que lo oculta.
Para después… De nuevo ir caminando de puntitas, para acercarse despacio, hasta colocarse de frente al otro niño, apretado los labios, mirando detenidamente ese rostro que parece completamente deslumbrante y le gusta tanto observar ,que tiene que sonreír con solo tenerlo de frente…
Su corazón late a mil por hora, sus mejillas tan rojas como un tomate maduro, sus manos temblorosas que mantiene sobre su pecho, suspira, mientras cierra sus ojos verdes como esmeraldas, para inclinarse levemente hacia delante y… Posicionar sus labios en dirección a la punta de la nariz del rubio…
Pero, lo que al parecer este niño no ha tomado en cuenta, es que tres veces ser interrumpido, sí que pone en alerta a cualquiera…
Y que por actuar impulsivamente cuando ya debía irse… No se da cuenta que su dirección ha cambiado de forma accidental
Ya que el pequeño rubio está vez detecta una presencia extraña cerca de él, por ese suspiro y que en esta ocasión no se concentró y entregó de lleno a su meditación…
Eleva un poco su rostro, para esta vez atrapar a quien ha estado molestándolo con besos depositados en su cara…
Aunque por esta reacción, no se le permita un resultado en donde sus labios no se vean envueltos.
Por un instante, una elevación de rostro y atención para encontrar a alguien…
Los pequeños labios de ambos niños chocan entre ellos, provocando que los dos abran sus ojos de golpe…
En donde el pelilila está parado de puntitas tan sorprendido por esto, que sus orbes verdes se asustan al notar los azules mirando en su dirección.
Rápidamente se separan, ambos estando tan rojos de las mejillas, uno temblando y otro quieto en su posición de flor de loto, mirándose detenidamente con asombro y miedo.
Aquel rubio no sale de su sorpresa por ver a la persona que justo había pensado e imaginado por segundos, que inconscientemente deseaba que fuera el que ocasionará esas interrupciones.
Su boca se abre de inmediato para intentar decir algo -¿Mu?- Es lo único que logra decir, el nombre de la persona que está delante.
Cosa que solo provoca que este pelila, empiece a dejar salir lágrimas de sus orbes verdes y sin pensarlo por un segundo, empujar al rubio por impulso y miedo -¡¡¡NO VISTE NADA SHAKA!!!- Le que grita el atrevido niño, para salir corriendo dejando al otro derribado de aquel sitio de color dorado, en donde su meditación se lleva acabo.
Dejándolo desconcertado a más no poder por esta acción, bastante confundido y tocándose los labios a pesar que su cabeza esté en el suelo y sus pies aún sobe la orilla de aquel pedestal.
-¿Fue de vereda?- Aún preguntándose si todo fue producto de un sueño, ilusión y fantasía o es la realidad absoluta.
---Horas Después (Templo De Aries)---
-¡¡¡BUAAAA, ALDE…!!! ¡¡¡¿POR QUÉ TUVE QUE HACE ESA TONTERÍA!!!- Aquel pelilila llora desconsolado, mientras es calmado por un niño mucho más alto y de facciones toscas, que le da palmadas en la espalda.
-No pasa nada Mu, puede que a Shaka no le molestara- Le intenta dar algunos ánimos, pues conoce muy bien el secreto de su mejor amigo.
-¡¡SI SE DIO CUENTA Y AHORA ME VA A ODIAR!!! ¡¡¡Y JAMÁS ME VOLVERÁ HABLAR!!! ¡¡¡Y NUNCA PODRÉ TOMAR SU MANO!!! ¡¡¡Y… ME ODIARÍA Y YA NO SERÁ MI AMIGO!!!- Sus palabras van demasiado rápido, que el grandote para su edad, apenas si las a logrado entender, para ver como el niño se recarga en la pared, estando en el suelo de la primera casa, lamentando su buena y mala suerte, por besar a su pequeño amor inocente.
La sonrisa de pena ajena en el rostro del moreno, mientras palme la cabeza del contrario -Oh vamos Mu, no creo que Shaka te odie… La verdad, creo que eres al único que jamás odiaría. Sabes que él te quiere mucho y te lo demuestra bastante- Rememora las veces que el rubio salía de su encierro voluntario y entrenaba con ellos, siempre buscaba la forma de estar emparejado con el pelilila y solo compartía algunas palabras con él.
Pero no existe más respuesta de este punto de vista, pues Mu ni lo escucha, ya que sigue llorando su pésima suerte en donde beso de forma torpe al futuro Virgo, pero si expresar una cosa más -¡¡¡FUE MI PRIMER BESO Y AUNQUE QUERÍA QUE FUERA CON SHAKA, NO QUERÍA QUE FUERA DE ESA FORMA!!!- Vuelve a llorar estrepitosamente, demostrando sus buenos pulmones y de paso asustar a su mejor amigo que lo intenta consolar y no perder los tímpanos en el camino.
---Templo de Virgo---
-Entonces, en pocas palabras, ¿Besaste a Mu?- Un niño de cabellos castaños claros, está de pie a la entrada del sexto templo.
-Sí, aunque fue un accidente- Contesta de inmediato, aunque su orgullo le impiden decir que existe otra cosa que no desea revelar.
-¿Y te gustó?- Pregunta esto mirando detenidamente al rubio que está sentado en las escaleras, dejando sus manos sobre el regazo.
Esta pregunta claro que no la esperaba, cosa que lo sorprende, provocando que baja la mirada y se quede por completo atónito, sin saber que responder con sinceridad.
Pues se supone que no debería estar sintiendo algo así por nadie, pero la verdad… No lo ha podido evitar, aunque lo desee con todas sus fuerzas…
Algo más grande que su propio deber, llamado amor.
-Puede que si…- Responde esto con serenidad, aunque sus nervios lo invaden de forma discreta, cierra sus ojos y se mantiene estoico sin girarse al contrario.
El castaño claro, se queda bastante serio por unos segundos mirando atento al rubio, dándose cuenta por completo del significado de esas palabras, para de forma pícara y rápida, sonreír, dedicándole unos ojos de malicia total.
-Así que…- Habla mientras sonríe y espera que el otro reaccione -Nuestro aburrido y gruñón Shaka está enamorado de Mu- Su tonito de burla es evidente
Aquello resuena en su mente como un balde de agua fría, brincando levemente por sus hombros, estremeciéndose, y hasta abriendo los ojos de golpe para mirar con el ceño fruncido y mejillas rojas a quien se ha atrevido a abrir la boca -Aioria, ¿Qué dices?- Le cuestiona de inmediato y más al darse cuenta de cómo el otro le sonríe, y esto le causa un poco de preocupación.
Sin pedir permiso alguno, se va corriendo templos abajo, mientras grita entusiasmado algo muy particular -¡¡¡OIGAN TODOS!!! ¡¡¡SHAKA ESTA ENAMORADO DE MU!!! ¡¡¡Y HASTA LO BESO!!!- Como todo niño bien comunicativo empieza su labor, para que todo el santuario lo sepa.
Cosa que puso más rojo al rubio, alterándolo rápidamente, al grado que se levanta del suelo de un solo salto.
-¡¡¡AIORIA, CÁLLATE!!!- Poco usual en él, el gritar, el levantarse e ir corriendo detrás de uno de sus compañeros de entrenamiento, para intentar alcanzarlo antes de que todo el mundo sepa de algo tan bonito, inocente y atrevido que sucedió sin que ninguno los dos participantes anticipara que ocurriera.
Shaka, no puede permití que todo el mundo se entere de que Mu y él se besaron.
Una razón es porque sus sentimientos deben estar guardado bajo llave y otra, que… No va a permitir que nadie se burle de Mu…
Ya que aunque deba callar que quiere a ese lindo niño más que como un buen amigo, lo va a defender a como de lugar.
Además que… No está listo para que le llegue a preguntar que siente por él…
Cuando se nota que el futuro Aries ya dejó más que en claro que existen muchos sentimientos de su parte por Shaka.
Bueno, lamentablemente el deseo de ambos, de que lo sucedido en el sexto templo se quede como un pequeño secreto entre ellos y sus amigos más cercanos en quienes confiaron, se ve destruido ya que ahora mismo y por los gritos de Aioria, ya lo sabe medio santuario… Y será cuestión de segundos para que todos se enteren.