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Fragmentos Del Amor Inocente (ShaMu) ShaMuTober2022 por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Día 9.- Lemuria: Referencia al continente perdido hipotético, en donde ciertas teorías del ocultismos de origen humano. Al igual tomar en cuenta los datos que se nos han mostrado en el anime y manga.

Advertencia: En general, momentos y escenas dulces y llenas de amor.

Si desean ver un bonito diseño de uñas por el ShaMuTober2022, las encuentran en la pagina de Facebook de la "Familia Terrón De Azúcar".

Había sido salvado, al momento en que se perdió por las montañas heladas del Tíbet.

No sabía cómo había llegado hasta este punto frío…

Pero sólo pensaba que iba a morir, que se terminaría congelando, y que nadie lo encontraría…

Había decidido experimentar una nueva aventura, ya que empezó a creer que necesitaba una incursión, algo nuevo en su vida…

Para darle un poco de sabor o algo…

Siempre había sido una persona que prefería quedarse dentro de su hogar, leyendo, meditando, estudiando, que salir de aventura, pero…

¿Por qué había tenido que ir a escalar una montaña?

¿Por qué se perdió del resto?

Y ¿Cómo terminó en este lugar?

No es que fuera un mal agradecido por ser rescatado…

Simplemente, estaba algo asombrado por la amabilidad de las personas de ese pequeño pueblo, o… Se podría decir mejor ¿Tribu…?

Cuando despertó, se encontró con rostros curiosos por su aspecto…

Claro que se asustó, e incluso se incorporó de golpe ante las miradas confusas de personas muy hermosas, de rasgos fáciles muy finos hasta para los varones de este mundo, esos dos puntos en sus frentes los hace verse muy peculiares, como esos ojos grandes y expresivos…

Aunque, una persona mayor que está a su lado, es el primero en dirigirle la palabra ante su despertar.

-Nos alegra que despiertes, forastero- Aquellos ojos rosas, poseyendo una cabellera canosa ya, lo aprecia con suma seriedad.

-¿Dónde estoy?- Es lo primero que pregunta, mirando a su alrededor, dándose cuenta que se encuentra dentro de una pequeña cabaña, un fogón apagado, la cama en la que se encuentra es bastante sencilla, unas pieles debajo de su cuerpo, y unas telas algo gruesas sobre él para cubrirlo del frío.

Todo es sencillo a su alrededor, al igual que las miradas de niños curiosos por sus cejas finas y largas, y también por ese punto rojo de la frente que desean tocar.

-Estas en Lemuria- Un pequeño niño es quien le contesta apresurado, sin quitarle la mirada de encima, mientras le regala una sonrisa.

-Tus cejas son muy raras- Una niña es quien se agrega a la conversación, intentando tocar la cara del rubio hombre.

-¿Lemuria?- Pregunta asustado, mientras da uno cuantos parpadeos, tanta es su impresión que hasta se hace para atrás, agregando también que las manos de los niños curiosos por sus aspecto intentar molestarlo -¿Qué es eso…?-

-Son nuestras tierras, protegidas por las imponentes montañas del Tíbet, un refugio que los Dioses nos ha dado para que nuestra gente pueda vivir en paz y con seguridad. Para que nadie del exterior nos perturbé- Es allí que el hombre de edad mayor, le empieza ha hablar con un tono serio.

El joven de ojos azules, no entiende absolutamente nada, pero si tiene un recuerdo de algunas cosas que leyó recientemente, sin embargo creía que eso solo era un cuento, una fantasía, solo… Otra historia de una tierra perdida, o mejor dicho una de las tantas pérdidas.

-Acaso… ¿Es el continente perdido… Lemuria?- Es lo primero que se le viene a la mente, al escuchar aquel nombre.

Se enteró recientemente de ese tema, cuando recordó que el último libro que leyó tenía suma relación con lo que ahora le acontece…

Ese libro de fantasías, donde narraba grandes misterios del mundo.

Solo lo leyó para pasar el tiempo en aquella expedición que no tenía mayor propositivo, más que darse el permiso de viajar una vez aunque sea. Quería explorar un poco su mundo antes de entregarse por completo a la vida laboral de la empresa familiar.

-¿Continente perdido?- Ladea su cabeza un niño, para seguir intentando tocar el punto rojo del extraño.

-¿Qué es un continente?- el cuarto niño que se mantiene más reservado, pregunta con suma curiosidad ante una palabra nueva, mientras ve cómo los demás siguen molestando al rubio.

-¿Eh? Oigan, no se acerquen…- Se nota que no es partidario de los niños pequeños, y que cuando dejó que lo molestaran un poco, era sólo porque estaba algo confuso y alterado por su nuevo entorno… Sin embargo, ahora ya está mucho más tranquilo y alerta.

El hombre mayor, se queda muy impresionado por la revelación del rubio. El hecho de que conociera ese nombre, que es sin duda muy significativo para su gente, provoca que le dé menos importancia la forma de actuar de los menores ante al joven.

Sin embargo, pronto alguien llega para poner orden en el lugar.

-Niños, por favor, déjenlo en paz. Debe estar aún muy cansado- La voz dulce de aquel joven hombre que llega, esos cabellos lilas atados en una coleta baja, esa mirada cálida, figura esbelta y demasiado preciosa, agregándole un toque muy adorable como hermoso los dos puntos color rosa fuerte sobre sus ojos.

El rubio se queda por completo atónito ante esta aparición, que le produce un enorme retumbar en su corazón, haciendo que se quede por completo embobado ante él.

Cosa que los niños aprovechan para picar con sus dedos índices ese punto rojo que posee en su frente el extranjero, como si fuera un simple juego, lo cual le provoca dolor.

-¡¡¡AY, AUCH…!!! No, deténganse- Los intenta detener, pero los tres niños si que ganan al seguir con fuerza y reír.

-Ya basta- Deja la bandeja que lleva entre sus manos sobre una pequeña mesa baja, y está decidido a poner un alto al ataque de los infantes, a manera de cargar a uno y ponerlo en el suelo -Niños, eso no es correcto. Así no se trata a alguien que acaba de despertar después de pasar un mal rato en la nieve, y lo saben muy bien-

-Pero, hermano Mu… Es muy bonito el punto rojo que tiene en la frentota- La curiosidad de los niños con algo de crueldad es muy obvia.

-No es respetuoso referirse a alguien de esa forma- Regaña a los menores, pero al ver sus caritas tristes, no pide evitar sentir como su corazón se conmueve por ellos -Vayan mejor afuera, sus padres los necesitan para terminar las labores de cultivo, antes de que la tormenta de esta noche azote- Les dice esto, mientras les regala una bonita sonrisa a todos y le acaricia los cabellos al más cercano a él.

Cosa que hace que los cuatro niños, sonríen ante ese adorable gesto, hagan una pequeña reverencia ante el adulto mayor, y se vayan tan rápido como puedan, pues son muy obedientes cuando quieren, y solo con ese pelilila.

Le da gracia como ese joven de mirada verde se logró ocupar de aquellos niños, para acto seguido que se van todos, se gira para la dirección del rubio, y apenas sus miradas chocan, el oriundo de estas tierras baja su cabeza, con las mejillas sonrojadas y se sienta en el suelo de rodillas, a lado del hombre con canas, sin lograr ver a los ojos al rubio nuevamente.

Ante esta acción, el forastero se queda bastante curioso ante el joven que recién llegó, de rasgos finos y semblante amable…

Que por ensoñamiento no se da cuenta que es visto con cierto recelo por el de mayor edad… El cual tose de inmediato para llamar la atención del rubio, el cual se sorprende rápidamente por esta llamada de atención.

-Joven forastero, ¿Cómo sabe ese nombre?- La pregunta se presenta al instante en que se han quedado solo los tres.

-¿Eh?- Alza una ceja, confundió de ante esto -¿Disculpe? ¿De qué me está hablando?-

-Dijiste Lemuria, el continente perdió ¿No?- Mira serio, elevando uno de los puntos de la frente.

Esto sorprende al más joven, y se queda mirando incrédulo al mayor -Abuelo, ¿A que se está refiriendo?-

-Este forastero que casualmente llegó hasta nuestras tierras, y fue salvado por ti. Conoce el nombre que los Doses le dieron a nuestro mundo… Uno que debería estar perdido como nosotros- La mirada seria, casi furiosa, en esos ojos rosas casi envueltos en llamas por sus sospechas.

-Abuelo, por favor cálmese- El pelilila rápidamente toma el hombro del mayor, de coleta alta, demostrándole una enorme preocupación -Su cosmos se está alterado demasiado, sabe que no debe estar tranquilo y no alarmarse de repente. Piense en su salud-

No entendía como el joven, con marcas rosadas en su frente, se da cuenta del estado de ánimo del mayor, ya que él lo nota normal.

-Mu, mi querido nieto- Tomar la mano del pelilila le da mucho confort, pero debe mantenerse precavido -Estoy pensado en el bienestar de nuestra gente, como líder. Debo pensar en ellos antes que en mi mismo- Le contesta de inmediato, para acto seguido volver a ver al rubio. -¿Acaso buscas a nuestra gente? ¿Cuáles son tus intenciones? ¿Por qué estabas tan cerca de nosotros?- Las preguntas rápidas del mayor son un bombardeo constante para quien esta incorporado de aquella curiosa cama, siendo incapaz de responder algo.

Puede sentir la mirada de odio por parte del hombre mayor, como la intimidación presente en él. Sin entender que puede decir para que sea creíble.

-Tranquilo señor. Escuche, yo no tengo intenciones de hacer nada malo- Pone sus manos delante de su rostro, teniendo cuidado de no hacer o decir algo que pueda molestarlos -Me llamó Shaka, tengo veintitrés años, soy graduado del área de administración. Y solo quería ir a escalar una montaña para tener alguna aventura. Ya que yo soy poco de salir y, además… Sé lo de Lemuria porque lo leí en un libro que…- Es allí que recuerda su mochila, y sus pertenencias -¿Dónde está?- Pregunta de inmediato el percatarse de la carencia de sus objetos -¿Mis cosas personales…?-

Aquel pelilila lo mira al notarlo desesperado y rápidamente intercede para hablar con él -Cuando te encontré, estabas inconscientes, siendo cubierto de a poco con la nieve, a una altura bastante peligrosa, en la montaña cercana a Lemuria- Su rostro algo serio y decidido, aprecia la cara curiosa y confusa del contrario -No vi que llevarás algo mas que solo la ropa que tienes puestas ahora- Le contesta para aclararle aquel punto, mientras sus mejillas arden con solo verlo.

-¿Tú solo pudiste conmigo?- Rápidamente lo interroga, olvidando que tiene los ojos rosas centrados en él. Ya que solo desea tener algo de cercanía con el pelilila.

Pero antes de siquiera contestar, el mayor se interpone ante las miradas que desaprueba de inmediato

-Tal vez para tu gente, Mu puede parecer frágil- Señala con la palma de la mano al pelilila -Pero es de los jóvenes más fuertes que tenemos en nuestro pueblo- Serio, se siente bastante molesto, por aquellas palabras que escucho salir del extranjero, no las nota malas, ni falsas, sus habilidades telequineticas y la capacidad de leer el cosmos de cualquiera, aunque no practiquen sus mismas creencias, no escapara nada de los ojos de alguien con tanta experiencia.

Además, el ver como su nieto esta actuando, se le puede ver a simple vista que su interés por este forastero va más allá de sólo curiosidad.

Claro, Mu tenía que heredar los mismos gustos que su progenitor tuvo…

-No quise ofenderlo...- Niega con la cabeza, algo nerviosos, pues sus intenciones jamás fueron para ser grosero con el contrario.

-No me ofende- El pelilila le regala una sonrisa, dejando en claro que sus mejillas rojizas se han presentado.

El ambiente claramente se entiende de una forma en que los dos jovencito se conectan y se sienten confusos y nerviosos con solo verse… Siendo algo bastante notorio para el mayor, al cual le da bastante molestia.

-Entonces, si no has venido con intenciones de invadirnos, matarnos o hacer cualquier cosa contra nuestra gente, te puedes quedar forastero- La seriedad sigue reinando en su voz, como en el rostro, fijando su mirada en el rubio -Pero en cuanto te sientas mejor, tendrás que largarte- Sin más se impulsa con sus piernas para levantarse, apoyándose en el menor, para ponerse de pie y girarse al forastero con desdén -Mu te ayudará en lo que necesites, pero te recomiendo que no te atrevas a tener pensamientos impuros o indecentes con mi nieto, porque si no… No me tentare en acabar con tu vida- La amenaza fue lanzada, mientras el rubio siente el pesado terror recorrerle la espalda… Tal vez siendo peor que el miedo de haber casi muerto congelado.

Y con paso firme, sale de aquella sencilla cabaña de una sola habitación…

Dejando a ambos jóvenes adultos solos.

Shaka con el miedo dejando algo pensativo, y el pelilila riendo un poco nervioso.

-Ay, abuelito…- Una gotita de sudor le recorre la frente, por la vergüenza que sintió ante esas amenazas contra el hombre rubio.

Ambos se quedan por completo en silencio, sólo viéndose tímidamente ante sus ojos que reflejan un brillo muy curioso, pero con momentos fugaces que les impiden sostenerse la mirada directamente.

No saben de que hablar, son dos extraños que apenas se conocen, aunque uno ya ha visto al rubí antes, y cuidado de él con suma devoción…

Pero aunque fuera así, la timidez y desconocimiento de un mundo ajeno, lo cual provoca que se sienta cohibido, y no sepa que decirle a ese extraño que ha cultivado su corazón…

Sin embargo, el rubio sabe que donde se encuentra es un territorio que ni en las literaturas del mundo exterior le podía decir en que punto se encuentra con exactitud.

Se supone que todo esto debe ser parte de una fantasía, tan irreal. Pero… Con solo ver al hermoso pelilila de frente, puede creer que está muerto, y ha alcanzado el mismísimo nirvana.

Y eso podría estar muy bien para él.

-Emh… Mu ¿Cierto?- Pregunta como si no conociera la repuesta.

Se sorprende por escuchar aquella voz dirigiéndose a su persona.

Asiente, con una dulce vocecita -Si-

-Vaya, es curioso… Que nos podamos comunicar…- Dice esto, como su única manera de entablar una conversación con el pelilila.

-Nuestro idioma… También está basado en el suyo. Tengo entendido que es un lenguaje madre el que poseemos. Por eso podemos entenderlos a ustedes, independientemente de la parte del mundo que vengan, es algo fácil para nosotros- Lo relata aquello como si fuera cualquier cosa, intentando también no asustar mucho al extranjero.

-Es muy interesante- Hace en silencio un poco de memoria, recordando lo que leyó con anterioridad en ese libro de fantasía -Entonces, Lemuria si existe- Solo puede decir, pues aun no sale de su asombro, el siempre serio y cortante hombre.

Mira esos ojos azules tan preciosos, que denotan algo de miedo y preocupación, como asombro y curiosidad.

Lo cual no se atreve a hacer o expresar el joven rubio.

-No sólo Lemuria, también nosotros, sus habitantes- Quiere decirle tanto, siente confianza y deseos de contarle tantas cosas de su mundo, y no entiende por qué…

Su corazón de sólo verlo se siente seguro… Además que el cosmos, es la energía por la cual ellos se rigen, llegando a conocer las intenciones de los demás, y no puede ver nada malo de parte de Shaka -Somos Lemurianos, ese es nuestro nombre por nacer y vivir aquí-

-¿Lemurianos?- Cada palabra del pelilila le parece fascinante y curioso, además que… No entiende como alguien que apenas tiene minutos de conocer le provoque algo, que en sus veintitrés años jamás sintió…

Asiente, con una enorme sonrisa en sus labios.

-Si, así nos podemos denominar como un gentilicio… Creo que es la palabra que ustedes usan para referirse a las personas que son de distintos países… ¿No?-

-Conoces, mucho de mi mundo… ¿Acaso has ido?- Lo mira con atención, pensando que ese conocimiento es muy extraño por parte de alguien que intuye no se ha movido del lugar de nacimiento.

Rápidamente niega con la cabeza, mientras sus cabellos largos siguen el andar de su respuesta.

-No. Yo siempre he vivos aquí… En Lemuria, por dieciocho años- Su mirada se hace triste repentinamente pero su sonrisa no se aleja -Ese conocimiento me lo enseñó mi padre-

-¿Tú padre, es de donde yo vengo?- La curiosidad por saber cada cosa del pelilila le es cada vez más interesante, sobre todo intentando entender por qué esa mirada hermosa se empaño.

-Si, mi padre venía de un país de nombre China… Llegó también por un accidente, y lo encontró mi papá cuando estaba pastoreando algunos yaks en los límites…- Sonríe, al solo recordar esos hermosas escenas que su mente recrear al contar la historia de sus padres -Fue una suerte que lo salvara. Estaba en peor estado que tú-

Aunque ver esa sonrisa ya es algo que le encanta, Sí que le parece algo muy curioso lo que ha dicho, y cree que se ha equivocado de términos.

-¿Tu padre y tu papá?- Confuso habla, mientras se acomoda sobre aquellas pieles.

-Si, mis padres… Aquellos que me engendraron y bueno…- Mira levemente al suelo, algo apenado -Gracias a ellos, yo nací- Hablaba como si nada, las cosas como son, sin más.

-¿No habrás querido decir, tu padre y tu mamá?- Aun con la idea de que el pelilila se ha equivocado.

Pero rápidamente se da cuenta de su error, ante la negativa no verbal que da el Lemuriano en primera instancia.

-Yo no tengo mamá, por que no nací de una mujer- Se señala a si mismo con la palma sobre el pecho -Sino de un hombre Lemuriano que tiene el don de dar vida- Lo dice sin más.

Claramente, esta revelación sorprende al rubio, que se queda con la boca abierta.

-¿Cómo? ¿Un hombre te dio a luz?- No quiere sonar grosero, pero la impresión de esto, lo hace sentirse impresionado de primera instancia.

-Si, un hombre…- Lanza un suspiro. Comprende que para los ajenos a este paraíso, no es común aquella cotidianidad -Veras… Algunos de nosotros tenemos la capacidad de dar vida, es un don que se nos dio al momento de nacer en estas tierras. Nuestros Dioses, al ver que éramos una población pequeña y en su mayoría de hombres, decidieron que para que la extinción no se diera en nuestro mundo. Los hombres pudieran preñarse… Y no todos tienen esa posibilidad, pero… Algunos si- Entiende que es sorprendente, pues a diferencia de la mayoría de su pueblo, Mu… Tuvo algo de integración con extranjeros anteriormente -Para ustedes es raro, es normal y común que las mujeres lleven el embarazo. Pero en nuestra cultura es diferente. Por que incluso, se tiene antecedentes de que hombres de tu mundo llegaron aquí y pudieron concebir- Ese hecho aun lo tiene algo confundido, y lo demuestra al fruncir su entrecejo -En sí, no sé cómo funcione ese hecho, pero si llego a pasar-

Simplemente, Shaka escucha aquellas palabras, y cada una le parece más descabellada que la anterior.

De repente está escuchando que un continente perdido existe, que los hombres se embarazan y que incluso aquellos que vienen de su mundo también pueden.

Es de locos si se lo pregunta. Pero, teme que si cuestiona tanto podría ser muy grosero de su parte

-Mu, si que es mucha información…- Es lo único que pronuncia ante el asombro de esta situación tan poco común.

-Lo sé, pero tú tenías dudas y quise resolvértelas- Aun estando incomodo ante él rubio, lo mira atento. Y como los niños, esta curioso de saber algo -Por cierto… ¿Yo te puedo hacer una pregunta?-

Un poco confundido, pero entiende que no tiene de otra, y asiente con cierto gusto -Claro-

-El punto rojo que tienes en la cabeza, ¿Tiene algún significado? O ¿Qué es?-

Entiende que esto de seguro debe ser muy curioso para el pelilila.

-Se llama Bindi, es algo que en mi cultura usamos. Representa el tercer- Aun esta cohibido de hablar de más, y torpe por qué en ese instante sus conocimientos de sus propias creencias y costumbre son casi nulos por dejarlos de lado, y centrarse en otros temas de su vida.

-Oh, es interesante, ¿Un tercer ojo?- La ilusión en esos ojos verdes son cada vez más adorables -¿Colmo funciona?- La dulzura de la curiosidad del menor se presenta de inmediato.

Pero ahora el rubio tiene igual dudas más sobre la persona de enfrente, que sólo crecen por las pequeñas interacciones que han tenido.

-Me di cuenta que ustedes, no poseen cejas… O ¿los puntos que tiene sobre sus ojos son sus cejas?- Sin duda las habilidades de comunicación de Shaka no son muy buenas y, están poco ejercitadas, pero hace lo que se puede en un lugar tan raro.

-Se puede decir que estas son nuestras cejas- Se descubre unos mechones que caen sobre su frente para que sea vistas. -Tienen su propio nombre, tikas- Una risita se le escapa, al igual que su propio pensar -Pero ten cuidado de nunca tocar alguna tika ajena…- Frunce el ceño, con una mueca de seriedad -Jamás debes intentar toca una o dos al mismo tiempo, ya que… Tiene varios significados- Para este punto se sonroja, y baja su mirada, dándose cuenta que está hablando más de la cuenta…

Siendo algo bastante imprudente por su inquietud y deseos de que el contrario lo conozca, sin entenderse por completo de donde venga este sentimiento nuevo que departo el extraño en él.

-¿Qué significado tiene?- Alza una ceja, bastante curiosos por esto, aunque también temeroso.

Sabe que ahora no pude ocultar aquello, así que es mejor decir de su explicación y esperar a que no se malentienda.

-Pues…- Gira sus ojos hacia arriba, riendo algo apenado -Si tocan una tika con la mano izquierda significa que le desea la muerte a esa persona, pero… Si es con la derecha una vida larga es lo que quieres para ese Lemuriano, y si tocas ambas tikas… Al mismo tiempo con la mano derecha y los dedos corazón y anular… Significa- Le da algo de pena aquello, pues… No entiende como esos temas los han llevado hasta este punto, con temas muy dulces e íntimos, propios de una pareja de enamorados -Que te quieres casar con esa persona- Baja su mirada, avergonzado y pensando que ya es mejor irse de allí para que el forastero descansé y esté cómodo.

Para Shaka esto sí que resultó ser más interesante de lo que creía.

No le causa mayor asombro que lo de los hombres embarazados pero, esto en si… Le parece algo lindo.

-Es interesante esa tradición… Pero ¿Qué pasa si es por accidente y ninguno se quiere casar?- Un intento de preguntar bastante casual.

-Al atrevido que haga eso se le corta la mano, por ilusionar a la persona que le propuso matrimonio. Por eso esos temas no se toman a la ligera- La seriedad reino en el Lemuriano, como un cambio brusco de humor, dándole un recuerdo al honre que estaba presente hace rato -Pues ese lazo de amor que une a dos almas para siempre, en nuestras tierras tiene un gran peso. Se hace toda una ceremonia, se cultiva, se construye, se hacen pruebas, que solo con la persona que más amas en este mundo puedes realizar y si las pasan, tienen la aprobación para casarse, y tener muchos hijos para que nuestra gente no se extinga- Habla serio y firme, mirando fijamente a los azules que lo aprecian con suma curiosidad y cierta alegría por ese feroz entusiasmo.

Cosa que hace sonrojar al Lemuriano, se gire para otro punto y baje su mirada por la vergüenza.

Usualmente es más calmado y de firme compostura por ser el nieto del jefe del pueblo, ya que tiene que mantener una imagen estoica siempre, pero con este extraño, no puede controlar su lengua para hablar y contarle todo lo que desee saber…

Saber aquello, entender que cada lugar es diferente, que tiene sus propias culturas y religiones, sus creencias y, algo especial que no podría encontrar en ningún otro lado.

Tal vez, sea el instante que por primera vez, ve a alguien diferente, de una belleza si igual, y un alma tan pura e inocente…

Una pregunta cruza por la mente de este rubio, de forma fugaz y no le da ningún escrutinio.

¿Acaso todos son así o Mu es especial aún entre su gente?

Claro que no conoce a los demás, salvo por el abuelo de este, y esos niños molestos, pero… Con tan solo escuchar a ese dulce y hermoso extraño, le parece una enorme fortuna haber llegado a este lugar... Ser encontrado por él, y ayudado, y que… Siga bajo su protección ya que… Es vigilado por el pelilila.

Descubrir una sonrisa única, una mirada espectacular, unas lindas marcas en la frente, que lo hacen por un instante desear tocarlas.

Pero sabe que si lo hace… Significaría algo muy fuerte, para solo haberse conocido unos minutos.

Pero eso no significa que no puedan seguir conociéndose por más tiempo.

¿Acaso será el encanto de este Lemuriano?

¿Acaso los Dioses que protegen Lemuria, permitieron que un extraño entre a este escondido mundo para enamorarse a primera vista de un alma tan pura?

-Creo que debería dejarte comer en paz- El Lemuriano rápidamente habla, mientras se levanta del suelo algo apenado, bajando su mirada, y muy sonrojado -Debes estar aún muy cansado… Estar bajo la nieve, te pudo haber causado algún resfriado, así que debes alimentarte bien…- Toma aquel platito que aun esta tibio, y se lo ofrece al contrario -Es una sopa de raíces y vegetales, es muy rica y bastante nutritiva. Te hará entrar en calor con el frío que hace- Le sonríe, para darle el recipiente entre las manos.

Ver esta atención, saber que probará algo que intuye fue hecho por ese hermoso hombre.

Shaka no se lo puede explicar, ni sabe cómo entenderlo… Pero de repente, Mu con soló estar allí se ha vuelto alguien importante.

¿Qué le ocurre?

¿Se puede enamorar así de rápido y de repente?

Sus manos toman ese plato o mejor dicho tazón, lo siente tibio, y el roce de manos se hace presente, impresionando a ambos -Gracias-

-No ahí de qué- Retira sus manos de ese toque, para ponerlas delante de su rostro algo apenado… Y es allí que decide que es mejor irse… Solo se incorpora un poco de aquella inclinación que hizo para darle la comida -La hice siguiendo una receta de mi abuelo… Espero que sea de tu agrado… Creo que te veré luego, tengo cosas que hacer… Además para la cena puedo preparará algo con carne si te apetece- La propuesta es adorable, lo hace solo para que el contrario se sienta lo más cómodo posible.

-Gracias, pero no puedo comer carne- Mira al Lemuriano, que estando de pie luce aún más hermoso, pero quiere tenerlo cerca.

Un verdadero sentimiento egoísta que siente por primera vez en su vida.

De a poco, va volviendo a su estado normal de ser, reservado y calmado, pero tal vez ya no tan encapsulado en su propio mundo.

-¿Por qué?- La curiosidad reina entre ambos por saber razones importantes uno del otro.

-Mi cultura no me lo permite. Soy vegetariano- Esa es la explicación que le da de inmediato, perlo al ver la cara de curiosidad de Mu, piensa que podría contarle algo más de él -Al ser Budista, no consumimos carne de ningún tipo, para no acabar con la vida de un ser inocente. Además que no debemos contaminarnos por la carne de otros. Nuestros cuerpos son un templo que sólo debe entregarse a comidas sin algún tipo de sufrimiento- Su manera de hablar, de ser, es firme pero a la vez gentil y atenta.

Cautiva más ese corazón inexperto y curioso.

Tanto que lo hace volver para seguir cuestionándole más al extraño.

-Es una bonita forma de pensar - Sentándose de nueva cuenta de rodillas, absorto por lo que puede aprender del rubio, Mu prefiere aguarda en hacer sus deberes un poco más -¿Podrías contarme más?- Le pregunta con timidez, dedicándole una sonrisa al contrario.

Esa sonrisa que ahora cada que la ve, siente que no podría pasar un día sin verla…

El corazón se empieza a calentar, al igual que ese plato de comida… Su latir es feroz, pero lo intenta ocultar entre la máscara de la calma.

-Claro, ¿Qué te gustaría saber?- Mirar esos ojos verdes llenos de ilusión, y ese rostro que le da una paz y, le dictan que tiene unas ganas intensas de saber todo sobre de él…

Ninguno entiende lo que en sus corazones se ha plantado… Puede que Mu haya sido el primero en experimentarlo al no apartarse de ese joven desde que lo encontró, cuidándolo y tratando de que ese clima no lo haga sentir peor…

Sin duda las medicinas que le dio mientras estaba inconsciente han hecho un buen efecto, para que al despertar no tuviera ninguna molestia, salvo tal vez por algo de cansancio…

Solo descansaba por que su abuelo se lo ordenaba, pero prefiero a hacerlo dentro de esa cabaña que no solo sirve de refugio para aquel extraño hombre…

Sino que así fue destinada, por el papá del Lemuriano… Hace algunos años…

¿Qué era ese sentimiento?

No solo Mu lo siente, Shaka, también con solo verlo… Con solo escucharlo, con solo el interés de intentar entender sus mundos, que entre los dos esa brecha se rompe un poco…

Por un instante parecían que venían de dos países diferentes, no de dos mundos ajenos el uno al otro… Donde los avances de uno, son desconocidos para otros, pero… Eso no hacía que su sentir fuera menos.

Tan juntos, por una situación, un capricho del destino…

Coincidencia de estar en el lugar correcto e incorrecto.

Jamás pensó que conocerían a alguien así de peculiar, extraño, hermoso, gentil y único.

Así pues, entre unas conversaciones, entre degustar una tibia comida por el clima frío de ese momento…

Atender a alguien que aún está débil, y regalarse sonrisas tímidas por verse de repente cautivados por el rostro y sonrojo del contraído…

Siguen en ese instante que puede ser el primero de muchos.

Curioso, Shaka salió por querer experimentar algún tipo de aventura de la naturaleza, antes de entregarse de lleno al manejo de la empresa familiar.

Pero, puede que se encontrara mucho más… En un lugar que pensaba, que solo existía en los libros de fantasía.

Notas finales:

Espero volver a publicar mañana.


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