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SNS Month 2022 por shiki1221

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Día 3: Sol y Luna

Se habían quedado sumidos en un mutismo bastante prolongado tras aquella pregunta por parte de Uzumaki. Cada quien desafiando al otro a dar el primer paso y decir alguna tontería. Incluso estaban sintiendo como dar ejecutar el primer movimiento sería igual a cuando se enfrentaban entre ellos. Estudiar al contrincante e intentar adivinar su siguiente movimiento para contrarrestarlo de manera efectiva. Naruto no entendía porque su novio parecía ofendido por sus palabras. Sólo le había dado la razón y aceptado su resolución de mimarlo como a una mascota. ¡Ni que le estuviera presionando para que se comportara diferente a su manera habitual de ser! Le estaba demostrando su amor al punto de dejarse el orgullo, ¿y se atrevía a ofenderse? Le estaban dando ganas de resolver las cosas a la clásica manera que tenían ellos dos para este tipo de asuntos.

Por su parte, Sasuke no tenía deseos de explicar punto por punto su manera de llegar a aquella conclusión. Tenía un marcado límite de palabras que se permitía así mismo soltar en una conversación y Naruto ya había recibido más de lo que otros podrían esperar de su parte. Por su mente cruzó comunicarse con los puños como habitualmente hacían. Eso se les daba mejor a ambos. Además de que en su mayoría habían sido divagaciones. Pensamientos aleatorios surgidos de manera espontánea al ver alguna cosa que le recordaba a su pareja. Sonaba excesivamente empalagoso tener que admitir que su explicación para esas palabras salía de su corazón. Eran sensaciones, memorias, olores, imágenes, todo un collage de sus cinco sentidos evocando a su novio en su mente cuando estaban separados. Lo mejor que pudo decirle sin perder su orgullo es que se parecía a un zorro. ¡Ese Dobe debería estar agradecido de ser llamado adorable y no exigir explicaciones!

Parecía que ninguno de los dos iba a ceder en esa batalla de miradas que sostenían de manera silenciosa. Estaban poniendo sus voluntades en ello y nada iba a romperla. Nada excepto la ira de cierto demonio cabreado por haber sido tratado como mascota. Naruto desde la guerra había dejado de utilizar la jaula para contenerlo, debido a la confianza embestida en él de no hacer nada perjudicial para el jinchuriki. Así que podía tomar el control de su cuerpo de manera mucho más sencilla. Especialmente cuando estaba distraído y no podía ponerle atención a lo que quisiera hacer hasta que fuera demasiado tarde. Aquellos ojos de color zafiro se volvieron rojizos cuando el demonio tomó posesión del cuerpo de su contenedor. No tardó más que segundos para saltarle encima al Uchiha y derribarlo en el suelo para quedar bajo su cuerpo.

—Responde —ordenó Naruto con los ojos rojizos y las marcas en su rostro más marcadas.

—Kyubi —murmuró Sasuke al darse cuenta de que el cuerpo de su novio estaba siendo controlado por el demonio —. No te metas o si no... —advirtió activando su sharingan.

—No me amenaces, mocoso —rugió con voz amenazante—. Ahora responde a nuestra pregunta.

―No tengo nada que decirte a ti.

―Tampoco es como si no estuvieras hablando con Naruto de todos modos ―le recordó el zorro mientras presionaba los hombros del ex vengador para mantenerlo quieto en su sitio―. Así que a mí me vas a responder.

―No tengo obligación ni intención de hacer eso ―respondió con aquella molesta indiferencia.

Le recordaba a la vez en la que Naruto se le enfrentó en el Valle del Fin por primera vez. Kurama desde su interior fue testigo de los gritos y el llanto desesperado de su contenedor intentando hacerse oír por el descendiente de Indra, quien lo ignoraba. Incluso cuando le había dado un puñetazo capaz de hacerle sangrar la boca, Sasuke sólo le había escupido en la mejilla y actuó como si ni siquiera lo hubiera sentido. Esa faceta del Uchiha era demasiado molesta. Tanto hermetismo incluso con la persona que amaba era algo irritante. No le veía el problema a expresar sus sentimientos. Ni siquiera pedía que fuera por ahí repartiendo risitas o algo similar con cualquiera, sólo con su pareja. Así como sucedió en el Valle del Fin cuando fue capaz de reír y llorar junto a Naruto.

―Sé que tienes sentimientos por mi contenedor ―habló el demonio sin soltarlo―. Puedes confiar en nosotros y explicarnos lo que quisiste decir.

―Es obvio que tengo sentimientos por el Dobe, ¿acaso crees que compartiría la cama con alguien por quien no siento nada? ―interrogó el moreno viéndolo con burla por la obviedad de lo dicho anteriormente.

El zorro por poco se sonroja de la vergüenza por lo tonto que hizo sonar su comentario. Estaba intentando darle confianza de hablar ahora. Después de todo, Naruto estaba oyendo todo desde su interior. La única diferencia era que quien tomaba el control del cuerpo era él, pero ese maldito Uchiha se lo tenía demasiado creído. Su paciencia y sus ganas de hacer las cosas por las buenas se terminaron. Era momento de pasar a una ofensiva un poco más agresiva. Y tenía en mente la manera perfecta de picar al moreno. Si no podía ablandarlo utilizando el amor que se tenían, usaría otra arma igual de poderosa para personas tercas como ellos: los celos. Y punzaría la espinilla en el corazón de Sasuke hasta que soltara todo lo que llevaba dentro.

―¿Los tienes? ―interrogó el demonio sonriendo con burla haciendo fruncir el ceño al portador del sharingan―. Eres poco demostrativo. Todos dudan de tus sentimientos por él y a veces incluso Naruto lo hace.

―Él sabe cómo soy y me ama tal cual estoy actualmente ―respondió con seguridad.

―¿Seguro? ―cuestionó Kurama no sintiendo tanta seguridad en aquellos ojos a diferencia de cómo sonaba la voz del Uchiha.

―Si no me amara no se habría tomado la molestia de buscarme durante años. Podría haber aceptado alguna de las múltiples propuestas que otras le hicieron para ser su pareja y olvidarse de mí ―declaró con un poco de molestia por las insinuaciones del zorro.

―¿No has pensado en que al ser pareja puede descubrir que no se conformara con tus migajas? ―interrogó el zorro sonriendo al notar la sorpresa del Uchiha―. Lo tratas igual que antes de ser pareja, o incluso peor. Lo tratas como a una mascota. Te vas a largos viajes por tu mentada redención y él se queda aquí esperando como un perro fiel todo ¿para qué? ―preguntó punzando más las inseguridades del azabache―. Tal vez descubra que prefiere el trato suave y cariñoso de alguna chica… ―Hizo una pausa perfilando una sonrisa coqueta antes de agregar algo que sabía llegaría hasta Uchiha―. Como Sakura. Ella ahora se lleva mucho mejor con él, ¿lo sabías? Oh cierto, no podrías saberlo por andar lejos de la aldea tanto tiempo.

Durante todos los años que habían compartido juntos, Naruto jamás había tenido pareja. Aunque en la academia era poco probable que consiguiera algo, pues siendo niños tenían poco interés en las niñas y muchos lo repudiaban por ser un jinchuriki. Cuando se graduaron de la academia se enteró de que al rubio le gustaba Sakura, pero ella nunca le correspondió por estar enamorada de él. Si algo hubiera cambiado en su relación pudieron haberse hecho pareja cuando traicionó la aldea. Era lógico, ¿no? Con su ausencia, Sakura podría haberse fijado en Naruto quien nunca la abandonó y siempre profesó sus sentimientos por ella. Aunque los mismos cambiaron al punto de que ese Usuratonkachi no quería a nadie más que a él. Jamás lo dejaría por una fémina ni por nadie más sólo por no ser un romántico empalagoso, ¿verdad? Naruto no era así. No obstante, él sabía que era demasiado frío, pero eso no significaba que no lo amara.

―No sé demostrar afecto ―admitió a regañadientes. No quería decírselo al demonio zorro, pero sabía que su novio lo oiría también, así que era hasta mejor de esa manera―. Mis padres eran cariñosos muy rara vez y siempre con palabras o sonrisas. No teníamos contacto físico. Mi hermano sólo me hacía ese estúpido poke en la frente que me hacía sentir alejado y como un apestado. Sólo me resulta sencillo acariciar a los animales, ellos sólo entienden el afecto con muestras físicas, no con palabras ―explicó con un ligero sonrojo en las mejillas.

La única mano de Sasuke se alzó con lentitud atreviéndose a acariciar el dorado cabello de su novio. Notó la sorpresa en los ojos rojizos, debido a las postura. Pues aquel nunca se molestó en salirse de encima suyo, así que seguían estando cara a cara. Se maravilló de sentir como su cabello era suave como el pelaje de los mininos a los cuales tanto amaba mimar. Luego su mano descendió lentamente hasta la mejilla trigueña acariciándola con la punta de sus dedos para sorpresa de Kurama y Naruto. Aquella mirada ónix cargada de serenidad y cariño hacia su persona les era demasiado nuevo al demonio y su contenedor.

―Incluso a ti, Kurama pude tocarte cuando suprimí tu chakra y ahora no me cuesta trabajo tocarte estando al mando del cuerpo del Dobe ―mencionó sin apartar la mirada―. Durante algún tiempo divagué en mis pensamientos acerca del sol y la luna ―confesó sin detener las caricias―. El Dobe y yo teníamos esas marcas en las manos gracias a Hagoromo, pero aunque están relacionados son astros destinados a siempre separarse. Se encuentran brevemente durante eclipses, pero jamás podrían tocarse. ¿Nosotros somos iguales? ¿Estamos destinados a separarnos? ¿O destruimos nuestro destino al amputarnos los brazos? ―interrogó de manera retórica expresando sus divagaciones―. Creo que lo único por lo cual no puedo tocarlo es por mi propio orgullo, pero si lo pienso de manera menos romántica acariciar a alguien adorable como un zorro, es menos vergonzoso.

Tanto Uzumaki como el demonio estaban sin habla. Eso era mucho más de lo que cualquiera de ellos dos podría haber esperado. Sasuke nunca solía hablar tanto y menos de sus sentimientos, pero había expresado aquellos pensamientos sin dejar de acariciarle el rostro. Ni siquiera Kurama era capaz de responder a una confesión tan cargada de sentimientos. Había dudas, miedos, amor, esperanza y un romanticismo impropio del Uchiha. No le extrañaba que lo guardara para sí mismo. Cerró los ojos unos momentos disfrutando de aquellos mimos. Mientras pensaba en qué decirle. Antes de devolverle el control a su contenedor, Kurama iba a disculparse como correspondía.

―Mi cachorro no te dejaría sabiendo lo que sabe ahora ―habló finalmente decidiendo comenzar por ahí―. Siento haber sido tosco contigo, pero me alegra que seas honesto y evites malentendidos futuros ―se disculpó mientras se inclinaba un poco de lado al sentir como estaba rascándole detrás de las orejas―. Oh sí, justo ahí ―pidió cuando sintió un escalofrío placentero recorrerlo cuando le tocó cierto punto en específico.

―Tú también te vuelves dócil como un perrito cuando te toco aquí ―mencionó Sasuke con una sonrisa de prepotencia dispuesto a cobrarse haberle sonsacado información que pretendía mantener oculta. Ahora se las pagaría―. ¿Te pusiste sumiso por ser un zorro o es tu naturaleza cuando estás frente a un Uchiha?

Ante aquella pregunta el arrepentimiento que sintió el demonio por haber sido brusco con el azabache se borró. Había intentado apoyarlo en su relación con su contenedor y le pagaba de la peor manera. Maldito malagradecido.

―¡Nos sigues tratando como si fuéramos tu mascota!

Ese día esos dos aprendieron que Sasuke tenía una forma muy peculiar de demostrar cariño.

 

CONTINUARÁ….

 


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