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Consorte De Reyes por Liss83

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Lo siguiente que supieron el rey y sus consortes supieron fue que aporreaban la puerta de la habitación mientras llaman al rey a voz en cuello. Sam abrió los ojos y vio que el sol ya iluminaba la habitación. Debían ser las seis de la mañana


- ¡Sal de ahí de una vez, tarado, o ya verás! – gritaba Shuri


- Creo que te hablan – dijo Bucky sin abrir los ojos


- No es a mí – dijo T'Challa sin abrir tampoco los ojos – es a otro tarado


- ¡T'Challa Udaku, o vuelves a la enfermería en este momento o atente a las consecuencias! – gritó Shuri sin dejar de golpear la puerta


- Si es a ti – dijeron Sam y Bucky al mismo tiempo


- ¡Aquí no vive ningún T'Challa Udaku! – grito el rey aun dormido – ¡vuelva mañana!


- ¡Tú lo quisiste! – advirtió la princesa e intenta abrir la puerta


- Le puse llave – dijo T'Challa acomodándose mejor en la cama y aferrando la cintura de sus parejas – ¿ven? También soy listo


- Quiero dormir – dijo Sam


- Y yo – dijo Bucky. Estaban quedándose dormido cuando una pequeña explosión voló la cerradura de la puerta


- ¿Pero que...? – dijo T'Challa sentándose en la cama seguido de los otros dos – ¡¿estás demente?! – gritó mientras se escuchaba el llanto de Azari en la habitación de al lado


- Te dije que te quedaras en la enfermería – dijo la chica subiendo a la cama y arrastrando a su hermano de las patillas fuera


- ¡Shuri, eso duele! – gritaba el rey – ¡Shuri, no!


- Cuando estas en una pieza yo te obedezco – dijo esta –, pero cuando andas como rompecabezas desarmado después de una batalla, la que manda soy yo


- ¡Shuri mis patillas!


- ¡Y ustedes dos – dijo Shuri deteniéndose bajo el dintel de la puerta y señalando a sus cuñados – ya saben lo que les espera si no me obedecen!


- ¡Si alteza! – dijeron ambos hombres asustados


- Más les vale – advirtió la morena arrastrando a su hermano fuera de la habitación mientras este la amenazaba con contarle a su madre – camine majestad


- ¿Shuri que...? – preguntó sorprendida la reina Ramonda parada en la puerta de la habitación de los monarcas


- Buen día madre – dijeron ambos Udakus en diferentes tonos


- ¡Suelta a tu hermano, ahora! – ordenó la mujer


- En este momento no es mi hermano – dijo la princesa arrastrando a este por el pasillo – es un fugitivo que llevare a su sitio


- Shuri me duele – se quejaba el rey – ¡auxilio! ¡Sam no olvides lo que te pedí!


- Shuri suéltalo – ordenaba la reina madre siguiendo a sus hijos


Sam y Bucky contuvieron las respiración por unos segundos mirando el lugar por donde se habían ido ambos hermanos, luego se miraron entre si antes de reír a carcajada mientras Sam se levantaba para ir a ver a Azari. Cuando regresó con el niño lo acostó entre ambos


- ¿Qué te pidió T? – preguntó Bucky tomando en brazos a Azari para calmarlo –. Ya mi amor. Solo fue la maniática de tu tía suelta en palacio


- Quería que vayamos a verlo más rato con este jovencito – dijo Sam haciéndole gracias al niño mientras este se calmaba – pero...


- Shuri va estar suelta aun... – añadió Bucky y se miraron por unos instantes en silencio


- Tenemos mucho trabajo – dijeron los dos al unísono


____________


Parado bajo el dintel de la puerta, Sam sonreía con los brazos cruzados viendo como Azari se negaba a dormir mientras Bucky intentaba 'razonar' con el bebé. El morenito lanzaba carcajada a cada palabra dicha por su gestante padre, se giraba sobre su vientre e intentaba ponerse de pie, y cuando veía los brazos de Bucky acercarse intentaba huir gateando. Se suponía que el pequeño se dormiría rápido y ellos tomarían algo en la terraza antes que Sam se vaya a la cabaña donde vivía desde hacía unos meses. El rey había salido de viaje hacia tres días y quizás llegaría al siguiente día


- Azari, papi tiene que dormir – gimoteo Bucky dejando caer los brazos


- Te dije que no le des mucho dulce – dijo Sam


- Nunca había pasado esto – dijo Bucky – ni siquiera el baño funcionó


- No he tratado con muchos bebes en mi vida – dijo Sam – pero tengo una idea ¿puedo?


- No pidas permiso – dijo el sargento cediéndole su lugar


- Mi bebé precioso – dijo Sam acercándose con los brazos estirados hacia el pequeño que alzo los brazos para que lo cargase – ven aquí – y tomándolo en brazos por lo que Azari lanzo una carcajada – ¿porque le das dolores de cabeza a papi? – y se sentó en la mecedora


- Me siento discriminado – protesto Bucky e hizo un puchero


- ¿Quieres un cuento para dormir? – dijo Sam acomodando al bebe en sus brazos y este gorgoteo – muy bien. un cuento para mi príncipe hermoso – y le beso la frente – había una vez hace mucho, mucho tiempo...


Bucky ya se había ido a su habitación para cuando Sam acostó al niño en su cuna completamente dormido. Ambos reyes le habían dicho que no necesitaba pedir permiso para entrar en esa recamara, pero de igual manera golpeó suavemente antes de cruzar la puerta. Se escuchaba la ducha y algo recorrió la piel de Sam. ¡Bucky se estaba bañando con la puerta abierta sin importarle que él este prácticamente en la misma habitación!


- Buck, ya me voy – dijo Sam algo incómodo, pero no hubo respuesta – ¿buck? Bucky ya es tarde – seguía sin haber respuesta – ¿estás bien? – dijo entrando al baño y viendo al sargento de espalda parado en medio del lugar – yo... tú... como no me... – y se giró dándole la espalda cerrando los ojos – perdón, no debí...


- quédate esta noche – susurro Bucky abrazándose a su espalda ¿Cuándo se acercó tanto? – por favor


- no creo que sea correcto – gimió Sam


- dijiste que aceptabas el cortejo de T'Challa – susurro Bucky mordiéndole el lóbulo de la oreja


- pero T no está aquí – dijo Sam concentrándose en su respiración para intentar tranquilizarse


- ¡ósea que si T'Challa no está aquí no me quieres en tu cama! – protesto Bucky separándose


- no dije eso – se defendió Sam girándose para enfrentarlo y al instante se arrepintió, Bucky estaba completamente desnudo por lo que miro al techo – creo que sería una falta de respeto hacia tu matrimonio que... tú... yo... bueno... ya sabes


- ¡pero hoy lo último que quiero es tu respeto! – dijo Bucky antes de asaltar sus labios sin piedad – quiero que me hagas el amor como si no hubiese un mañana – y volvió a besarlo haciendo perder la orientación por lo que por poco y se caen – quiero sentirme tuyo completamente. por favor – suplico – he esperado por esto tanto tiempo... No me dejes así – y volvió a besarlo


- ¡maldición! – dijo el moreno


Mandando todo al demonio, bajo sus manos hasta los glúteos del sargento y lo levanto. Bucky no dudo y enredo sus brazos en el cuello del Capitán América mientras sus piernas lo hacían alrededor de la cintura del moreno, mientras una sonrisa traviesa se le dibujaba en los labios. "te amo" le susurro besándolo con hambre


Como pudo Sam llego a la cama sin dejar besar y morder toda la piel que estuviese a su alcance. Cayeron a la cama pero no se separaron ni un milímetro


- voy a prepa...


- la única preparación que necesito – dijo Bucky sin dejar de besarlo – es a ti muy, muy adentro mío – y girándose sorpresivamente se sentó sobre la entrepierna del moreno arrancándole un grito descontrolado de placer


- ¡Bast! ¡Dios! – gritaron al mismo tiempo empezando un vals al compás de gemidos y cuerpos chocando entre si


- ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! – gritaba Sam sin importar quien los escuchara – ¡Dios, como te amo! – y tomando en su puño el cabello del sargento lo jalo hacia atrás y tomo una vez más esos labios a los que se había hecho adicto mucho antes de probarlos por primera vez


El orgasmo los golpeo sin contemplaciones, como si de un tren bala se tratase. Cansados y completamente satisfechos cayeron hacia atrás sin romper su abrazo. Sam aferró esa cintura estrecha aún más entre sus brazos y robando un último beso a los hinchados labios de su compañero antes de dejarse llevar al mundo de los sueño, mientras una pequeñísima parte de su mente empezaba a gritar a voz en cuello "T'Challa jamás te perdonará esta traición"


Algo lo despertó y se sobresaltó al sentir que algo lo aplastaba. Le costó varios segundos entender que era Bucky quien estaba sobre él. Respiro hondo mientras los recuerdos de las últimas horas se agolpaban en su mente. ¿Qué iba hacer ahora?


- ¿por Dios que hice? – susurro desesperado – si T'Challa se entera me va matar ¿Cómo pude ser tan...? – sin embargo cualquier auto-reclamo murió en su garganta cuando al sentarse levemente intentado zafarse del abrazo posesivo de Bucky su mirada se dirigió hacia el sillón que estaba en la esquina junto al balcón. el viento moviente la cortina y la luna ilumino el rostro moreno que lo miraba con total neutralidad. ¿Qué iba a hacer ahora? – yo... yo... te lo... – empezó a tartamudear pero con un simple movimiento le ordeno que guardara silencio y Sam obedeció. con un sutil moviente de su dedo índice y medio T'Challa lo insto a levantarse.


- no la necesitas – dijo el rey con un susurro que Sam por poco y creyó que solo había estado en su imaginación cuando iba a levantar a tomar una sábana para cubrirse – ven aquí – fue la orden que se escucho


Sus pasos eran cortos e insonoros, cautelosos y calculados. El tiempo que demoro en cruzar la habitación pareció eterno. En cuestión de segundos y sin despegar la vista del otro moreno calculo sus movimientos y vías de escape. La ventana era una buena alternativa pero estaban en un tercer piso y el rey era muy ágil, lo alcanzaría en un abrir y cerrar de ojos. Sin contar que despertarían a todo el palacio. La puerta estaba lejos y lo más seguro es que lo atrapasen antes de tocarla. Y en el remoto caso de cruzarla debería sortear a dos Dora Milaje, quienes alertarían a otras y ni siquiera saltando hacia la planta baja llegaría a la puerta principal. Era su fin


- siéntate en mis piernas, mirándome – ordeno el rey


- dejam...


- en verdad tienes un grave problema con las ordenes ¿cierto? y a mí me gusta ser obedecido – siseo T'Challa – ya calculaste todo y sabes que no tienes oportunidad – señalándose los muslos y Sam se sentó ahorcajadas sobre los muslos del rey – espero no tener que repetir esto jamás – y Sam cerro los ojos – mírame – ordenó – Samuel – este respiro hondo mientras clavaba su mirada en el otro moreno y una lagrima se le escapaba 


 


 


 


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