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Primeras impresiones por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del fanfic:

Drabble que hice para aliviar mi estrés :3

*Capítulo único*

Frío.

Sentía mucho frío y no era una sensación agradable.

Por mucho que en su exilio hubiese viajado por varias zonas de clima relativamente diverso, jamás se alejó demasiado del país de la tierra, por lo que encontrarse ahora de camino a la aldea más lluviosa que existía en todo el mundo ninja estaba distando bastante de ser una experiencia cómoda; Aún no caían las primeras gotas de lluvia, pero en el cielo ya bailaban las nubes grises, así como los ocasionales relámpagos que retumbaban en sus oídos.

Sus acompañantes no se veían afectados, de hecho, andaban bastante enérgicos para ser criminales. El más alto – cuyo aspecto le seguía pareciendo extraño de una forma bizarra, en especial por esos minúsculos ojos de tiburón – parloteaba animadamente con la extraña marioneta que resguardaba en su interior a su nuevo compañero. No le parecía algo demasiado extravagante considerando que hablaba de otro artista, pero admitía que no le entusiasmaba demasiado trabajar con alguien tan gruñón como aparentaba ser Akasuna no Sasori.

Sus ojos se desviaron entonces a la tercera figura que caminaba frente a ellos y contuvo un gruñido de mal humor, ya habían pasado unas cuantas horas desde que su orgullo fue dolorosamente pisoteado por el poder del sharingan, y estaba seguro de que no lo superaría pronto;"Estúpidos ojos del demonio..." Deidara poseía un temple de acero, una lengua filosa y una terquedad inquebrantable, que se llevase el rencor a la tumba era una posibilidad bastante plausible si consideraba el hecho de que el enfoque de su odio no estaba haciendo nada para dejar de serlo.

El altamente reconocido ninja de nombre Itachi Uchiha estaba serio, completamente sereno e indiferente ante el clima, la charla de sus compañeros y el cúmulo de maldiciones que el joven artista le estaba profiriendo. Casi ni parecía parpadear, y Deidara sintió la necesidad de lanzarle un Kunai entre las cejas a ver si con eso daba indicios de vida.

Maldijo entre dientes cuando la primera de muchas gotas cayó sobre una de sus cejas, deslizándose por todo su rostro. Ni siquiera se molestó en limpiarse, sabía que solo perdería el tiempo y no estuvo equivocado. Otra centella iluminó el cielo y antes de darse cuenta se encontraron caminando debajo de aquella lluvia torrencial.

Sasori no se vió afectado, a fin de cuentas aquel cascarón debía servirle para mantenerlo seco. Kisame tenía los ojos cerrados y una pequeña sonrisa, disfrutando del panorama como solo un híbrido de tiburón podía hacerlo, e Itachi... Él seguía exactamente igual, y eso solo sirvió para hacerle rodar los ojos.

No sabía que odiaba más, si a las personas frías o a las que no hablaban, y para su desgracia Itachi era un combo monumental de las dos cosas.

Finalmente tomaron un descanso en unas ruinas, Deidara se sentó en una roca con el ceño fruncido, Sasori se quedó en un rincón y Kisame prefirió no entrar, vagando por el terreno lodoso mientras le murmuraba cosas a esa extraña espada que siempre llevaba a todas partes.

Deidara se cruzó de brazos y se encogió un poco, buscando algo de calor. Quizás si la transición hubiera sido más lenta no tendría tantas dificultades, pero en vista de que acababa de pasar de un clima árido a uno lluvioso en menos de un día, no le sorprendía que se estuviese congelando; Los hombros le temblaban y sus dientes amenazaban con castañear, sería todo un milagro que llegase a la base con vida, o mejor aún, sin una fuerte pulmonía.

Entonces algo tibio le cubrió los hombros, y él se encontró alzando la cabeza para descubrir al Uchiha mirándolo.

– Tu uniforme – Anunció sin rastro de emoción en la voz; Deidara no supo que responder, e Itachi solo le observó un segundo más antes de irse a sentar al otro extremo del lugar.

El artista observó entonces la capa negra con nubes rojas que le cubría el cuerpo, era gruesa y lo bastante capaz de mantener el calor corporal, por lo mismo rehusó el ponérsela desde un principio, en Iwagakure hacía demasiado calor como para hacer esa gracia y luego de eso simplemente no le dió el orgullo para pedirla de vuelta, consolandose en el hecho de que al llegar podría darse un baño y enrollarse en su cama.

Con lo que no contó fue que llovería, que debería aguardar estando empapado hasta las cejas y que de todas las personas en el mundo, Itachi Uchiha sería el único que haría algo para resolverlo.

Algo más cómodo ahora, Deidara se envolvió bien en la capa y cerró los ojos, escondiendo entre sus brazos cruzados una pequeña pero entretenida sonrisa.

Tal vez, y solo tal vez, ese Uchiha no era tan frío como había creído.

Notas finales:

Feliz navidad a todos OwO


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