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Don´t Drag me to hell again por AyameKiryu

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Notas del fanfic:

LEELO BAJO TU PROPIO RIESGO, TOCA TEMAS SENSIBLES DE MANERA ALGO EXPLICITA.

NO SE ROMANTIZA LA VIOLACION NI EL ABUSO A MENORES
YUUJI X MEGUMI
SUKUNA X MEGUMI (DE UNA MANERA QUE ESTA COMPLETAMENTE MAL)
TOJI INTENTANDO SER BUEN PADRE PARA SU CACHORRITO. 

LA CATEGORIA DE SHOTA SE MENCIONA POR LA PRIMERA PARTE; REALMENTE NO SERA SHOTA COMO TAL

JUJUTSU KAISEN 

Notas del capitulo:

Lee con responsabilidad, se tocan temas sensibles.

por otro lado, que tal? jajajaja llevo años desaparecido, ya nadie me recuerda, ojala sea así jajaja, con mis fanfics eternamente en pausa, y los otros mal escritos porque era un niño de dudosa edad, este si pretendo terminarlo porque será corto y ya tengo la idea, así que por favor se indulgente y si puedes comenta.

Megumi es arrastrado de la manita por una de las hermanas hasta la oficina del director, a su vez el sacerdote que dirige la primaria y la iglesia del chiquillo.

-¡No!, por favor ¡no!, soy niño bueno, ¡lo siento!-llora el pequeño con desesperación-no quiero ir con el padre Ryomen, por favor

-Callate Fushiguro o llamare a tu padre.

-Si, mejor papá

-No molestes a tu papá por cosas tontas-el niño es empujado al interior de la oficina, el imponente sacerdote lo mira con curiosidad y una sonrisa amable.

-Oh, que tenemos aquí, ¿otra vez tu Megumi? -pregunta el hombre

-Se quedo dormido en clases y estaba distrayendo a todos, no puedo permitir esa falta de disciplina padre.

-No se preocupe hermana, tendré una conversación con Megumi, ¿verdad, pequeño?, lo vamos a solucionar-Megumi asiente nervioso, la monja sale molesta dejando al pequeño de 6 años en la oficina del padre.

-Yo…solo me quede dormido un momento, perdón, no hice nada malo, soy niño bueno, no me castigue-el niño se recarga aterrado contra la puerta.

-No te asustes Megumi, ven acercate, sabes que eres uno de mis estudiantes favoritos ¿verdad? -Megumi asiente-por eso quiero que seas un niño bueno y que aprendas diciplina cariño, no puedes estar haciendo lo que se te venga en gana cada vez que quieras, ¿lo entiendes? -el niño vuelve a asentir-entonces acercate, cielo, sabes que toda mala acción que hagas debe ser castigada para agradar a dios no ¿es así?

-S…si…si padre…pero no hice nada malo-el pequeño lagrimea acercándose a Ryomen, cuando esta a una distancia prudente el hombre jala al pequeño y lo acomoda en su regazo boca abajo-n…no…no por favor, azotes no-Megumi se aferra a la sotana y su cuerpecito tiembla.

-Sabes que a dios le gusta el sacrificio, debemos de tener contento a dios cariño, y recuerda que debemos mantener esto en secreto ¿verdad?, es solo una reprimenda para que dios este feliz contigo Megumi, no le diremos a…

-Papá

-Eso es, buen niño, no molestaremos a papá con tonterías

-Soy bueno

-Eres bueno, ahora cuenta-dice mientras baja violentamente el pantalón y la ropita interior del pequeño, Megumi cierra los ojos con fuerza y chilla.

-U…uno-recibe un azote en las nalgas con la palma de Ryomen sobre marcas de moretones viejas-dos-uno mas y el niño llora más fuerte.

-Sigue

-T…tres…basta, por favor, me duele

-Faltan dos, pequeño, ahora cuenta-la mano de Ryomen vuelve a golpear dejando las nalgas del niño rojas y doloridas.

-Cuatro-el niño gimotea y llora, aferrado al regazo del sacerdote

-Bien cielo, uno mas

-Cinco-dice con un hilo de voz y un ultimo golpe resuena contra la carne lastimada, para luego colocar la mano sobre las nalgas del niño y masajear suavemente mientras este solloza

-Tranquilo, terminamos, fuiste un buen niño-el pequeño asiente entre sollozos-dios te perdona por ser travieso e indisciplinado, eres un buen niño-acaricia la piel caliente por el golpeteo hasta acariciar la parte más sensible del niño con una mirada asquerosa de lujuria hacia el menor, el pequeño se tensa y se encoje.

-No...ahí no por favor-suplica al sentir los largos dedos del monstruo pasearse por sus partes privadas, Ryomen sube la ropa interior del pequeño y luego su pantalón para sonreír “dulcemente”

-Tranquilo Megumi, todo esta bien, lo hiciste bien-Megumi asiente

-¿Puedo irme?

-Claro cariño, vuelve a clase y portate bien.

 

El pequeño desaparece en segundos de la presencia del hombre, asustado por los castigos del padre Ryomen intenta ser el mejor portado.

Pero hay algo que Megumi no entiende, porque si otros niños gritan, se pelean y juegan en clase no son castigados, solo el, se pregunta si Dios no lo quiere por alguna razón, quizás solo no le cae bien, quizás por eso también se llevo a mamá años atrás.

Desde que inicio la primaria 6 meses atrás por cualquier cosa que Megumi hace es llevado a la oficina del padre Ryomen donde el pequeño es castigado ya sea siendo azotado con fuertes nalgadas, parado una hora entera sosteniendo un libro en sus manitas hasta agotarse una y otra vez, privado del almuerzo o siendo sermoneado por el hombre mientras lo acaricia de manera extraña, todos dicen que el padre Ryomen  es grandioso y un buen tipo, que ayuda a los niños a acercarse a dios, y a todo el mundo le gusta escucharlo oficiar misa, pero no a Megumi, a Megumi le da mucho miedo, le da escalofríos como el hombre pasa junto a el y le acaricia la cabeza, como se le queda viendo de lejos fijamente cuando hace deporte en el patio de la escuela, como se ha acercado al marco de la puerta de los baños cuando el pequeño entra a orinar y lo mira fijamente a través de  los espejos y luego solamente se marcha, y sobre todo cuando lo castiga y le acaricia sus partes privadas, pero Megumi no cuestiona, no le dice a papá que se siente incomodo y tampoco le dice que el padre Ryomen lo ha castigado varias veces, porque Ryomen le ha dicho que si papi se entera que es castigado por portarse mal se enojara, y estará muy decepcionado, y Megumi no quiere causarle problemas a papá, porque sabe que papá esta muy triste desde que mamá se fue, sabe que papá trabaja todo el día y no puede cuidarlo y que es la única escuela del pueblo que puede tenerlo hasta las 5 de la tarde y darle de comer, y sobre todo porque quiere agradar a dios y no hacerlo enojar y aunque le tiene mucho miedo sabe que Ryomen es un hombre bueno que está ahí para protegerlo y cuidarlo, y para enseñarle el buen camino, o eso dicen todos, además en contraste el padre Ryomen a veces es bueno, a veces solo le sonríe y le da un caramelo, a veces le acaricia la cabeza de manera paternal lo que lo hace sentir un agradable contacto físico del cual carece, y a veces le cuenta bonitos cuentos de dios, por eso aunque a Megumi le da mucho miedo ir a donde el Padre Ryomen a veces no resulta ser tan malo pero si muy confuso, no sabe cuándo será aterrador ni cuándo será normal.

Pero entonces ocurre algo que el pequeño jamás imagino que podría ocurrir, su inocente mente ni siquiera imaginaba que lo que pasaría ese viernes durante la misa matutina iba a arruinar su corta vida.

El niño llega temprano para escuchar la misa, desgraciadamente no ha podido desayunar nada, Toji, su padre, lo lleva de la mano corriendo ya que se le ha hecho tarde.

-Vamos cariño, si llegas tarde esas malditas monjas se enojarán-el pequeño apresura el paso

-Tengo Hambre papi

-Lo sé, lo sé, pero es tarde-lo deja al pie de la capilla, le tiende una bolsa de papel con un trozo de pan adentro y una manzana y corre a su propio asunto dejando al pequeño entrar a la capilla de la mano de una monja antes de iniciar la ceremonia.

Durante los primeros 15 minutos Megumi no puede concentrarse, siente un hueco en el estomago por el hambre, se remueve incomodo, sabe que la monja lo observa específicamente a él, intenta quedarse quieto, esa mañana hay otro padre que no es Ryomen dando la misa, lo cual deja a Megumi mas tranquilo sin sentirse exageradamente observado, la monja que cuida a su grupo sale de la capilla un momento y el pequeño aprovecha para darle una mordida a su hogaza de pan, dos minutos más tarde esta siendo casi arrastrado a la oficina del director mientras llora escandalosamente tirando de la mano de una de las “malditas monjas” como las llama Toji.

-Es todo Megumi, nos tienes hartas a todas, ¿porque no puedes comportarte bien?, eres un niño malo, tu papá debe estar demasiado decepcionado de ti, vamos con el padre para que te reprenda.

-¡No, no! Madre, por favor, no hice nada, tenía hambre solamente.

-No era hora de comer, ahora callate-lo llevan hasta la oficina de Ryomen, el hombre se levanta dejando un folder café sobre el escritorio que tiene unas grandes letras rojas escritas en él, pero Megumi no tiene tiempo para prestar atención a eso.

-¿Ahora que ocurrió Megumi, que hiciste?-la monja se larga de inmediato, y la sonrisa de Ryomen parece mas amplia que otros días, el niño siente sus rodillas temblar

-Yo… tenia mucha hambre porque no alcance a desayunar esta mañana…y en medio de la misa mordí mi pan

-Oh, ya veo, en la casa de dios estabas comiendo

-Si….pero tenia mucha hambre, lo siento en serio-Megumi comienza a llorar cuando ve que Ryomen se levanta, se acerca a su maleta y saca una bolsa de papel como la que Megumi tenía.

-Ven cariño-Megumi se acerca tímido, Ryomen lo sube a su regazo sentándolo ahí y le acaricia con cariño la cabeza-no hiciste nada malo, solo tenía hambre-Megumi asiente más tranquilo y sucumbe a la caricia, no esta acostumbrado a recibir afecto mas que muy a veces de papá y por desgracia del padre, Megumi suspira aliviado, parece que no es día de castigo y eso lo relaja un poquito, Ryomen le da la bolsa de papel de antes y Megumi saca un sándwich de jamón de pavo, su pancita ruge y sus ojos brillan, Sukuna vuelve a acariciar su cabeza de manera suave-adelante, comelo-Megumi asiente y obedece-buen niño, que te parece si después me acompañas a limpiar la iglesia ¿ah?, no será un castigo, solo necesito ayuda-el niño asiente algo rígido, después de todo no tiene tampoco otra opción.

 

Notas finales:

gracias por leer, un beso, un abrazo, cuidate


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