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Milo Nieves (CamusXMilo) Yaoi

Notas del fanfic:

Blanca Nieves X Saint Seiya

Actualizaciones Cada Jueves Por 6 Semanas

Notas del capitulo:

Hola, mis terrones de azúcar. Faltan 4 días para mi cumpleaños, ya acepto regalos, y me felicitan el domingo 23 de marzo

Aquí les vengo a presentar mi nuevo fanfic, hjajajajaja. Ya sé, debería estar terminando los que tengo, pero la verdad, quiero publicar mi nueva obra locura y lo hare.

Pues obvio ya que hoy también se estrena una película en Live Action de Disney, dije... ¿Por que no hacer la versión de Saint Seiya?

Y esta vez... Tendremos a un personaje que pocas veces lo vemos como ukecito u Omega mejor dicho.

Espero que les guste este fanfic combinado de Saint Seiya con Blanca Nieves.

Disfrútenlo y a leer se ha dicho.

Capítulo 1 (Cuento)

Hace mucho tiempo, en un lugar muy, muy lejano.

Existieron dos reinos, situados en extremo opuestos, los cuales representaban a dos elementos contrarios.

El fuego y el hielo.

Aquellos dos reinos siempre estuvieron envueltos en fuertes rencillas, no se podían ver, no podía compartir nada en absoluto.

Y por un solo error de uno de los líderes, la guerra se desato.

Aquella paz, siempre fue tan frágil.

Los reyes mandaron a sus mejores soldados a enfrentarse…

El fuego derretía el hielo, y el hielo extinguía el fuego.

Heridas, incendios congelamientos, ahogados y quemado, muchos solados así cayeron y realmente, esta masacre no parecía detenerse.

En aquel entonces, el joven príncipe Alfa del reino del fuego, había tenido una terrible perdida, pues el rey, su padre, murió en medio de la batalla.

Sentía odio en su corazón, unas feroces ganas de vengarse, y al parecer tiene todo para hacerlo.

Formulo un gran plan, acorralaría al ejército del hielo, los sofocaría con fuego, secando el agua del ambiente antes, para calcinarlos. No se detendría, haría pagara a todo ese reino.

Estaba cegado por su enfado.

Y en su rostro se reflejaron aquellas venas de fuego, que no desaparecieron de su piel.

Aquel viejo rey, que destrozo a su padre, será acabado por sus propias manos.

Llego el momento de llevar acabo su último plan.

El reino del hielo caerá, o el reino del fuego seria derrocado. No existiría punto medio.

Así, llego a la frontera y el combate seria en poco tiempo, sin embargo…

En uno de sus pasos, para verificar que las trampas estuvieran en su lugar, logro ver a alguien…

Al principio, creyó que era uno de los suyos herido, pero al acercarse, al ver ese cabello celeste, esa piel tan blanca y esos ojos claros… Lo supo de inmediato, las prendas azules y blancas, solo frunció el ceño.

Descendió de su caballo rojizo, cual fuego embravecido.

Llevaba entre sus manos una espada envuelta en llamas, sentía un enorme odia y quería acabarlo de una vez. Si iniciaría su vengan, acabaría con cada uno de ellos sin piedad.

Pero al verlo herido, recostado contra un árbol, mirándolo con cierto miedo, no suplicaba piedad, pensando que nada lo salvaría.

Solo cerró sus ojos, esperando la muerte.

Pero aquel rey del fuego, aun alzando su espada, no pudo bajarla, no pudo cortarle el cuello.

Se comenzó a sentir tan enojado y decepcionado de su mismo.  

¿Por qué no acabar con él?

Sí, es un enemigo

Simplemente no pudo, era un inocente, pues no vestía ropa militar, ni siquiera vio esa gélida mirada.

Sin embargo, no lo dejaría allí, no podría dejarlo morir a pesar de su odio a los de su clase…

Lo ayudo, y curo…

Y fue allí que hablo aquel enemigo de nacimiento.

- ¿No sabes quién soy? -

-El hijo del asesino de mi padre-

-Lo lamento-

- ¿Qué haces aquí? -

-Viene para que me utilices… Para que se detenga-

- ¿Qué te utilice? -

Aquellas palabras salieron de ese extraño, y le explicó el plan que tenía.

Existió una visión, una que vio el joven de cabellos celestes en punta, atado en una coleta baja y larga.

Él sería quien detendría a su padre, pues ya ese hombre no era quien conoció antes… Pero aun lo quería, aun lo amaba…

Así que debía ser utilizado como carnada, como un botín de guerra. Ya que sí lo tenía a su lado el rey actual de fuego, podía hacer que el monarca del hielo desista de su locura.

No sabría que él mismo se entregó, pues ese joven ya no podía resistir tanta guerra, que estaba haciendo daño a toda su gente. Solo buscaba la paz, que muchos anhelaban.

Aquello que se perdió, por solo un error del pasado, el odio no se despejaba

Aquel hombre de cabellos rojos cual carmín, tan largo que cubrían toda su espalda, ojos verdes rasgados y penetrantes con el fuego ardiendo en sus venas, no entendía esa actitud, pero también deseaba acabar con este infierno.

Ya no más guerras, incluso su padre lo deseo en vida, en algún punto…

Debían velar por su pueblo, por lo que quedaba…

Acepto su plan, pues se conmovió por aquellas lágrimas de cristal que dejaba caer el peli celeste. Fue un simpe acto de fe…

Envió una carta, y parte de los inconfundibles cabellos celestes del joven príncipe del hielo, en donde aquellas palabras mencionan que su hijo esta como prisionero del fuego. Y que, si no deseaba que se le hiciera daño, desistiera en atacar, que se detuviera en todos sus ples, y tal vez algún día podría volver a verlo con vida.

A pesar de que esto era un terrible chantaje, pues el rey podría pensar que matarían a su hijo, intento atacar por frustración, sin un buen plan, pero esta vez no funciono.

Y ya no se quiso arriesgar cuando vio a su hijo atado y llevado a la fuerza, con una mirada fingida de súplica, para que todo surta efecto.

Se retiró, pidiendo que le devolvieran lo único que tenía en este mundo, pero… No, no se lo regresaron, pues él es la garantía para que no volviera atacar.

Fue una jugada cruel, sucia, pero la única que se podía usar…

Ambos jóvenes se empezaron conocer… A pesar de ser de reinos enemigos y pertenezcan a la realiza que se odian, ellos aprendieron a comprenderse, hablaron de sus temores, de sus confusiones… Y a pesar de que ese extraño siempre se vio como un infeliz, una desgracia, el rey… Solo quería verlo.

Empezó a formarse un ferviente amor, uno que se supone no debería ser posible, por los elementos que yacen en su interior.

Un amor que creció y fue hermoso, como caótico, muchos se opusieron, algunos lo apoyaron, pero al final, ese encuentro marco un antes y después en sus vidas…

El reino del fuego, empezó a tener paz, a tener tranquila de prosperidad con la cálida brisa y el fuego ferviente que la gente anhelaba, aun así, el príncipe del hielo, a quien le afectaba ese clima tan caliente para su propio bien, tenía un lugar solo para él entre el torrencial fuego que reina, donde odia sentir el frio y hacerlo sentir tranquilo.

Todo para que fuera feliz y no quisiera irse, eso es lo que el rey Écarlate quería.

El amor creció, el amor se reforzó con una unión que no todos aceptaron, pero que no podían hacer nada, enojar al rey sería una locura…

Con el pasar del tiempo, incluso el príncipe ahora rey del fuego consorte ya no añoraba volver a su reino, pues ya lo sentía tan extraño, ahora en su corazón partencia al fuego, ya que había sido derretido por su amado.

El amor de ambos enemigos opuestos, obtuvo un fruto que creían imposible, no creían que sus elementos podrían combinarse para dar vida a alguien tan hermoso y perfecto.

Un hermoso bebé, que nació de ambos…

Una pequeña criatura, de cabellos cual ciruela, piel blanca como la nieve y unos labios rojizos al igual que la llama que crece en su corazón.

Un adorable bebé, que fue amado por sus padres desde el momento que supieron de su existencia, que fue criado con tanta devoción y amor, siendo entrenado en cuanto se pudo en combate, a manejar su poder del fuego, con estudios enfocados en sus herencias y también… Que logre controlar el leve frio que en ocasiones en sus manitas se manifiesta, pero era demasiado difícil hacerlo.

Incluso llego a herirse, lastimar a los demás, y su corazón comenzaba a congelarse y ser un peligro para sí mismo.

Fue allí que se dieron cuenta, que el frío en su propio hijo, era el peor enemigo, no como con los demás del reino fuego, no podía resistirlo por mucho a pesar de que nació de ese elemento.

Su hijo era débil ante el frio, su corazón podía congelarse, pues el fuego en su interior se extinguía con facilidad, era algo terrible… Demasiado fatídico, pero no por eso van hacer sentir mal a su hijo, le enseñaron y demostraron que esa parte de él no debía ser importante… Aunque a su papá omega, le dolía que le dio una maldición cruel a pesar de que su bebé nunca sepa que es por él esta circunstancia. 

Claro que su control en el fuego creció y se volvió poderoso, pero cada vez el frio le hacía más daño, al grado que incluso no podía acercarse al Omega que le dio vida…

Algo que les dolía a ambos, pero el mayor siempre le mostraba una enorme sonrisa… Pues Siempre, lo amaría sin importar lo que ocurriera.  

Sin embargo, algo cambio todo…

Una noche, su papá se fue… Envuelto en nieve… Así llego a verlo en sus sueños y le asusto.

Al despertar y ver el desolado rostro de su padre Alfa, se dio cuenta que aquel sueño, no fue mentira, sino realidad…

Su papá desapareció, dejando una carta que no pudo leer, pues su padre la destruyo con enojo, realmente cegado por la decepción.

Y el nombre de Mystoria jamás se volvió a escuchar en ese palacio, solo él lo podía nombrar cuando estaba solo en su habitación… Aunque pronto sentía que olvidaba momentos de su pasado.  

Al pasar de los años, su padre no cambio en amarlo, cuidarlo, enseñarle y mostrarle de lo que era capaz, pero notaba la soledad en él, que a pesar de todo lo que hacían juntos, no volvía a sonreír como antes.

De igual forma él notaba la tristeza en su hijo, como sufría, y le hacía falta alguien más para poder ser feliz, tal vez un papá o una mamá omega, y así fue… Como tiempo después, contrajo nupcias con otra persona, un omega de cabellos blancos y largos, con unos extraños ojos amarillos.

Que parecía ser amable con el joven príncipe. Claro que no ocuparía el lugar de su papá desaparecido, pero era alguien bueno a su parecer.

No era la familia que deseo, pero estaba bien, aun así, añoraba a la persona que lo trajo al mundo pues nunca más supo de su paradero.

Lamentablemente, incluso su padre no podría estar con él, ya que… Los conflictos volvieron…

No con el reino del hielo, que ahora era como si nunca hubiera existido.

Sino con otros tratados políticos. Fue a resolver aquellos contratiempos una tarde, prometiendo volver con su hijo muy pronto.

Pero la triste noticia llego a sus oídos, su padre desapareció junto a su comarca… Se creyó que fueron secuestrados, pero… Al encontrar a sus soldados acabados, pero los restos del rey no fueren concentrados.

El joven príncipe, lloro aquella muerte, destrozado, quedando solo en este mundo, en este reino que le partencia ahora o eso creía…

Ya que aquel padrastro que tenía ahora, mostró su verdadera forma…

Y Milo Nieves, tendría que enfrentar su propia guerra.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?

Espero que se encuentren bien.

En fin, ¿Qué les pareció en primer capitulo?

Bueno, este fanfic se actualizara cada jueves por seis semanas.

O sea por el momento subiere solo 6 capítulos y los demás dependerán de si les gusta o no, para seguir subiendo.

Me base en los personajes de Blancanieves obviamente, pero cambie los nombres y algunos los combines, otros se quedaran igual... Pues como tal esos personajes en la obra no tienen un nombre.

Milo Nieves, ahora forma aparte de los fanfic's, que están basado en cuentos clásicos. Con un total de 4 por el momento, veremos cuales serán los siguientes a incluir.

Los mega quiero a todos mis terrones de azúcar por darme esta enorme oportunidad de seguir entreteniéndolos.

Recuerden que cada jueves un nuevo capítulo de este fanfic.

Y el domingo 23 de marzo mi cumpleaños, así que... Espero sus felicitaciones y regalos jajajaja, estoy mega emocionada por mi cumpleaños wiiii.

Los adoro terrones y nos leeremos el siguiente jueves.

Ammu se va.


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