SIN ÉL…
Un joven de alrededor de unos 29 años se encontraba sentado contemplando las ruinas de una ciudad, esa que se encontraba debajo de la capital de Ametris… miraba con melancolía el círculo de alquimia tallado en el suelo.
-fullmetal… no… Edward fue tan poco el tiempo y ahora tan larga la espera…- murmuraba el moreno en la soledad
Sin el
se acabado el camino
y ahora no se adonde ir
y atrás siento que la tristeza
se acerca y me empieza a seguir
-volviste por escasos minutos… el contemplarte de nuevo… te veías tan diferente pero sigues siendo aquel que robo mi corazón… se que es egoísta el pedirte que vuelvas no hay nada que te una a este mundo… tu mundo después de todo pero tienes contigo a Al no hace falta que regreses por nada ni siquiera por mi… pero no lo puedo negar más Te amo Edward por favor regresa a mi- sollozaba el coronel, con pesadez se levantó del suelo dejando caer unas cuantas lágrimas más –volveré mañana, tal vez regreses… aún no pierdo las esperanzas de volver a ver esa rubia cabellera, esos hermosos ojos dorados pero sobretodo lo que más anhelo volver a ver es tu hermosa sonrisa- el moreno dio media vuelta y comenzó a caminar mientras susurraba unas palabras al viento –vuelve a mi Edward-
hoy se que mi vida
no era tan mía también era de el
y mi orgullo se empieza a caer
y de nuevo se empieza a encender
esa llama que quise apagar
y que nunca podré
Los días pasaban tan lentamente, las horas parecían eternas y de aquel que fuera el don Juan número uno de Ciudad Central solo quedaba el recuerdo, su rostro seguía igual de hermoso y masculino pero la melancolía había robado su sonrisa no como lo había hecho cuando la muerte de su amigo Maes esta era diferente de aquel que ha encontrado el amor solo para perderlo.
-Vamos señor salgamos esta noche vera que se divierte- decía alegremente Havoc mientras soltaba un poco de humo de cigarrillo
-Roy no puedes encerrarte para siempre tienes que seguir con tu vida- decía el mayor Amstrong mientras ponía suavemente su mano sobre el hombro de su amigo
-Vas a salir con nosotros lo quieras o no y te vas a divertir- decía Riza mientras apuntaba con su arma al moreno –entendido… no puedes seguir de esta forma- decía la rubia mientras se escuchaba el ruido del arma girando lista para ser utilizada
-De acuerdo ya entendí no tienes por que ser tan violenta…- decía resignado el moreno sabía que sus amigos lo hacían para animarlo pero no tenía ánimos de nada y mucho menos de salir –por ese carácter es que todavía no te haz casado ¬¬- murmuraba entre dientes, pero su rostro se tornó pálido al escuchar el fuerte ruido del disparo que había pasado a milímetros de su mejilla
-¿¿¿decías algo???- decía fríamente
-No nada ^-^UU preguntaba que a donde íbamos a ir- decía el moreno algo azorado
-Vamos a ir a un bar que acaban de abrir dicen que el ambiente es muy bueno- comentaba alegremente Armstrong
Todos se dirigieron al lugar, seguían vistiendo sus uniformes puesto que estaban consientes de que si dejaban ir a Roy a casa a cambiarse de ropa lo más probable era que no volviera, se volvería a sumergir en los recuerdos, aquellos que todavía estaban frescos en su memoria, sabían que no lograrían convencerlo de salir de su casa y se encerraría acompañado solamente por el fuego de la chimenea y una botella de whisky.
La noche era amena, la charla acerca de las responsabilidades que ahora enfrentaban en sus nuevos cargos y todos los cambios que había sufrido la milicia a la muerte de Bradley. Roy miraba con melancolía las sonrisas de sus amigos mientras que su mente divagaba, ya entrada la noche decidieron que era el momento de irse.
-Roy que bueno que viniste, espero que te hayas divertido hahahahaha- decía Havoc alegremente mientras en sus mejillas se veía un tono rojizo producto de la ingesta de alcohol.
-Cállate y camina mira como estas- regañaba Riza quien lo sostenía
-nos vemos en la oficina Roy- se despedía Riza
-nos vemos- se despedía el moreno agitando su mano mientras daba media vuelta y caminaba.
-Roy… ¿¿¿todavía lo extrañas??? No pierdas las esperanzas… estoy segura que él volverá- murmuraba Riza mientras veía desvanecer la silueta del coronel en la espesura de la noche
Las calles estaban vacías después de todo ya era muy tarde solo unos cuantos se atrevían a salir la noche estaba especialmente fría después de todo era invierno, la negra gabardina se agitaba con el viento al igual que sus cabellos. Roy caminaba a paso lento pensando en la noche que acababa de pasar, sabía que sus amigos tenían buenas intenciones, que querían animarlo y hacerle entender que no estaba solo
no quiero esta vida no se que hacer
sin el no la puedo entender
hoy se que lo amo
pero se fue lo deje partir
y hoy no se vivir
sin el
-Edward mi niño que estarás haciendo… acaso no extrañas tu hogar… acaso no me extrañas… nunca tuve la oportunidad de confesarte lo que siento por ti, tal vez si te hubiera dicho la verdad no te hubieras marchado… pero que estoy diciendo con lo testarudo que eres seguramente hubieras hecho lo mismo arriesgar tu vida para salvar a los demás…-
Llegó a su casa se quitó la gabardina y la colgó en el perchero con tranquilidad cerro la puerta con cerrojo y subió las escaleras para llegar hasta su habitación se quitó el uniforme y se puso una pijama de seda, se dejó caer en el mullido colchón y se entregó al sueño, después de todo era el único lugar donde podía encontrarse con aquel que había perdido.
hoy se que mi vidano era tan mía también era de el
y mi orgullo se empieza a caer
y de nuevo se empieza a encender
esa llama que quise apagar
y que nunca podré
En su sueño veía un hermoso prado verde, tal vez era primavera y su vista se fijo en un frondoso árbol y en la persona que estaba parada a la sombra de este… era Edward su Edward corrió a todo lo que sus piernas le daban en dirección al árbol. Allí estaba Ed con su hermosa sonrisa mientras el viento agitaba suavemente su cabellera atada en un coleta alta, Roy lo veía cada vez más cerca y veía como sus labios se movían e intentaba descifrar lo que su niño le decía pero mientras más corría más se alejaba la silueta del rubio estiró su mano para intentar alcanzarlo pero la figura se desvaneció.
-volveré… Te amo Roy-
Fue lo último que escuchó al ver la figura de su amado alquimista desaparecer, se despertó agitado mientras recordaba las últimas palabras que Edward había dicho, tal vez su subconsciente le había jugado una mala pasada o tal vez había sido el alcohol pero era tan real… era él… era su Edward.
no quiero esta vida no se que hacer
sin el no la puedo entender
hoy se que lo amopero se fue lo deje partir
y hoy no se vivir
sin el
-Va a volver lo se- se levantó de la cama y corrió al baño a darse una ducha rápida, se vistió apresuradamente se puso unos jeans y una camisa de cuello alto color blanca unos zapatos color negro y corrió por las escaleras, tomó su gabardina y con dificultad logró abrir la puerta, algo le decía que hoy era el día en que lo volvería a ver…
Corría por las calles, como pocas veces desde que lo había perdido, mostrando una sonrisa, llego a la entrada de la ciudad subterránea y se apresuró al lugar donde tantas veces había estado rogando por volver a verle y poder tenerle entre sus brazos. Poco antes de que llegará al lugar una luz blanca lo deslumbró y lo hizo retroceder unos cuantos pasos.
Cubrió sus ojos con una de sus manos, pero a pesar de lo cegadora de la luz pudo ver la puerta y como salía de ella un par de cabelleras rubias mientras la luz se volvía cada vez más tenue hasta desaparecer y dejar ver en el suelo a dos rubios inconscientes
-Edward… Alphonse…- el moreno corrió hasta donde se encontraban los rubios
-ta-i-sa- dijo en un susurro Edward mientras abría sus ojos lentamente y veía como el moreno corría hacia donde se encontraba
-Edward… mi niño estas de vuelta- decía el moreno entre sollozos mientras apretaba contra su pecho el cuerpo del rubio –bienvenido a casa--ya estoy en casa- dijo el rubio mientras abrazaba a su taisa
-¿¿nii-san lo conseguimos??- decía Al mientras se levantaba y tallaba sus ojos para acostumbrarse y lo primero que vio fue la figura de su hermano abrazado a un hombre de cabellos negros -¿¿¿taisa???--bienvenido a casa Alphonse- decía Roy sin soltar a su amado alquimista de acero
-gracias…- decía tímidamente Al algo cohibido por la posición en la que estaba su hermano
-eto… me puedes soltar no voy a ir a ningún lado- decía Ed ligeramente sonrojado
-de eso nada no quiero volver a dejarte ir-
no quiero esta vida no se que hacer
sin el no la puedo entender
hoy se que lo amo
pero se fue lo deje partir
y hoy no se vivir
sin el
-pero no me voy a ir a ningún lado regresé para quedarme- murmuraba Ed dentro del fuerte abrazo al que era sometido
-porque TE AMO es que no te voy a dejar ir otra vez- soltaba tajantemente Roy
-yo también TE AMO y es por eso que volví y no me voy a ir a ningún lado- decía Ed mirando fijamente las orbes de su amado taisa hasta que ambos se fundieron en un calido y suave beso
-cof cof cof digo no es por interrumpir pero podemos salir de aquí este lugar no me gusta…- decía tímidamente Al
-vamos a casa- decía Roy mientras se levantaba del suelo y tomaba suavemente la mano de Ed
-vamos a casa- decían alegremente los hermanos Elric
Salieron de aquel sombrio lugar para comenzar sus vidas de nuevo en este mundo... su mundo después de todo, pero lo más importante con la persona que más amaba...