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Amor entre panas por sue

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Notas del fanfic:

 

Le vuelvo a tomar los personajes a Kishimoto sensei, y como siempre no podia faltar mi querido Lee XD.

 

Mi correo para cualquier aventualidad (Inner: no se aceptan spam ni mensajes bomba)

 

sue_zoe@hotmail.com 

 

Notas del capitulo:

 

Hola!! como estan? aqui Sue les trae algo que fue muy rapido de pensar pero dificil de escribir, en este episodio la amistad de los chicos se vera envuelta en muchas costumbres que se fueron colando en sus vidas... esta un poquito comico, como ya lo he dicho mis historias dependen de mi estado de animo y ahorita me encuentro muy feliz, les agradeceria opiniones y criticas para ponerme a trabajar en el proximo episodio.  

Era de noche y el pequeño Naruto recién llegaba a su casa después de pasar todo el santo día jugando con su vecino y pana Shikamaru, abrió lentamente la puerta para evitar hacer ruido y así no despertar a su padre, pues sabía que si lo veía despierto a esa hora le armaría la grande, pero al entrar pudo ver la silueta del mayor enfrente suyo con cara desaprobatoria.    

- ¡¡NARUTO!! – El grito de Iruka se escuchó en todo el vecindario - ¡¿QUE HACES AFUERA A ESTAS HORAS?!     

- Eh… bueno… yo… - trataba de formar una excusa- pues…      

- ¡¡NO ME MIENTAS DIME DONDE ESTABAS, CON QUIEN, EN DONDE Y HACIENDO QUE!!   

- Bueno, bueno, estaba en casa de Shikamaru jugando con su nintendo Wii     

- Es que acaso no te he dicho que no quiero que juegues esas cosas que te atrofian el cerebro.  

- Si lo sé papá, pero es que estoy cansado de jugar con cajas de fósforos, porque no me compran algo bueno para jugar así no estaría metido en la casa de mi amigo.      

Iruka veía a su hijo con una cara de tristeza por no poder darle lo que el quería, era cierto que Naruto a veces era muy latoso, revoltoso, obstinante, malcriado, pero aun así era su pequeño y lo quería mucho, se dirigió hacia él y le dio un abrazo.     

- Naruto, tú sabes que no puedo comprarte ninguna de esas cosas, no es porque no tenga dinero, sino por lo que tu papá haría con ellas.      

- Si lo sé, pero… ¿Por qué papá Kakashi tiene que empeñar todas nuestras cosas de valor? – el rubio estaba molesto.  

- Tú sabes que el es un adicto a las apuestas, pero no te preocupes algún día se obstinará de eso – Iruka trataba de convencerse de que algún día seria así, de lo contrario dentro de poco estarían en la calle.    

De repente llegó Kakashi con cara de felicidad y con los bolsillos vacíos.    

- Hola, ¿Como están las personas más importantes y queridas de mi vida? – con un tono casi cantado.    

El peligris se acerco y le dio a cada uno un beso, a  Naruto en la mejilla y su amado Iruka en los labios el cual no lo respondió pues se veía molesto.       

- Perdiste ¿verdad Kakashi? – preguntaba Iruka enfadado.   

- ¿Eh?... – rascándose la cabeza- bueno… no exactamente pero tampoco gané.   

- ¿Cómo es eso? y además me puedes decir donde demonios está mi secador de pelo.      

- Es que, necesitaba efectivo y como se me acabo el sueldo y a los muchachos les gusta mucho cuidar de su apariencia yo…     

- ¡¿LO APOSTASTE VERDAD?! – Iruka estaba que echaba humo, no era la primera vez.   

- Si pero mira el lado bueno… – tratando de buscar el “lado bueno”- ya no tardaras tanto en arreglarte mi amor.  

- ¡¿PERO QUE COÑO DICES?! ¡¡ESTOY HARTO DE QUE SIEMPRE LO APUESTES TODO Y DE PASO LO QUE NO ES TUYO!!  

El chico rubio al percatarse de comenzaría la rutina de cada noche se fue a su habitación, sabía que venía el sermón de Iruka, luego el “lo siento no volverá a pasar” de Kakashi y como siempre eso será suficiente como para que lo que pasó se olvide, terminando ambos haciendo el amor ruidosamente sin percatarse de que el chico se calaba todas las noches la orquesta que armaban debido a que su habitación estaba junto a la de ellos, anteriormente aquellos gemidos y quejas que los mayores no evitaban dejar salir de sus bocas mientras tenían sexo eran medio acallados por el mp4 de Naruto, pero debido a que por alguna “extraña” razón éste había desaparecido como el resto de sus cosas no tenía más opción que escuchar las largas sinfonías de placer.   

El chico se sentó en su cama y comenzó a examinar su propio cuarto, éste sólo tenía la cama, una pequeña repisa y un pequeño baúl, el resto estaba vacío, recordó la habitación de su amigo Shikamaru y todo lo que tenía en su interior, cuando entraba en ella se sentía en el paraíso, tenía todo lo que un chico de su edad necesitaba para divertirse, televisor pantalla plana, los últimos y modernos videojuegos, computadora con Internet, historietas y revistas, Ipod, el mejor modelo de celular, entre otras cosas que hacían que Naruto fuera a esa casa prácticamente todos los días, pero a pesar de eso el Nara no era un chico con padres de un gran trabajo que le permitían tener todos esos lujos, no, él era un chico que no tenía a un padre apostador de cosas ajenas, al pensar en eso una lágrima salió sin aviso de los azules ojos del pequeño Naruto, él no pedía mucho, sólo quería vivir y disfrutar su niñez, la lágrima recorrió la mejilla tristemente hasta caer en la mano del chico rubio, al empezar a oír los extraños ruidos de cada noche se acostó y cubrió su cabeza con la almohada.  

- Dios, ¿Es que no pueden descansar sólo una noche?, ¿Por qué tiene que ser así?         

Naruto cerró fuertemente los ojos mientras intentaba dormir y reprimir sus emociones, poco a poco logró quedarse dormido en plena ejecución de sus padres.

Eran las 7: 00 am, el despertador no dejaba de sonar como loco, el catire medio dormido lo tomó y paró la alarma, tenía suerte de tener todavía el reloj, pero no pensó en eso, bostezó, se frotó los ojos, se levantó y se dirigió al baño. Se arregló para ir al cole, como siempre se puso a hacer la tarea a última hora mientras desayunaba un poco de cereal y leche, Iruka siempre le preparaba el desayuno pero al parecer anoche le habían dado fuerte porque ni él ni Kakashi se divisaban despiertos, después de comer guardó en la mochila el trabajo lleno de tachaduras, borrones y posiblemente un “cero” de puntuación, algunos cuadernos y se dirigió a la puerta, se colocó su gorra naranja y su chaqueta azul, pero pensó en asomarse a despedirse de sus padres así que se dirigió a la habitación de ambos, abrió lentamente la puerta solamente lo suficiente para poder mirar con uno de sus ojos azules el interior de ésta, al sólo poder diferenciar algunas partes de los dos cuerpos envueltos por las sabanas el chico cerró la puerta.     

- ¡¡MEEE VOOOOOOYYYYY!! – gritó el chico tras la puerta del cuarto con toda la intención del mundo de despertar a sus padres.                   

Al no escuchar respuesta alguna, el pequeño salió por fin de la casa, fue directo a la casa de su pana y se colocó en la entrada, llenó sus pulmones de aire y se dispuso a llamar.  

-¡¡SHIKAMARUUUU DESPIERTA QUE ES HORA DE IR A CLASES!!     

No era de esperarse que los vecinos se alegraran de que llegara el fin de semana pues, sabían que Naruto no los despertaría con sus atormentadores gritos, después de todo ya estaban acostumbrados a la forma de ser del muchacho, la puerta fue abriéndose lentamente mostrando al chico Nara con cara de haberse despertado con los anteriores gritos.   

- Naruto ¿Por qué tienes que ser tan ordinario? ¿No puedes tocar el timbre como la gente decente?  

- Eso no importa, apúrate pana que llagamos tarde – el rubio trotaba en el mismo sitio.   

- No te apresures tanto, siempre llegamos a buena hora, además no estoy listo.      

- ¿Por qué no te paras temprano? flojo – bufó Naruto.    

- Cállate y espérame aquí, que problemático es ir a estudiar – Shikamaru cerró la puerta para comenzarse a arreglar, hubiera dejado al chico a esperar adentro como siempre pero su padre había llegado muy tarde de su viaje de negocios y necesitaba descansar, por lo que dejar a Naruto entrar no era una idea muy sabia.      

Veinte minutos después y el chico de mirada despreocupada reapareció ya listo para marcharse con el chico rubio que estaba sentado esperando en la acera.  

- Ya era hora Shikamaru ¿Qué estabas haciendo para durar tanto? ¿Te estabas maquillando? – bromeó el muy hiperactivo Naruto.     

El chico Nara no prestó atención a la expresión de su amigo y comenzó a caminar, el rubio al notar que lo estaba dejando se levantó de su asiento y fue a alcanzarlo; la escuela quedaba a unas cuadras, por lo que los chicos siempre iban juntos caminando o a veces llevados en la Hummer del señor Nara, y eso en los días que entraba tarde a la oficina y tenía tiempo de llevar a su hijo y a su mejor amigo al sitio de estudio, pero esta vez le tocaba “caminata”. El catire era un chico muy inquieto, por lo que de vez en cuando se detenía y trataba de alcanzar al moreno con pequeños trotes o caminaba de espaldas, esto era algo que molestaba a Shikamaru pero no le decía nada porque era muy problemático.  

- Oye Shikamaru – decía Naruto esperando a que le dijera “¿Qué?” para continuar.           

- ….- pasados unos segundos - ¿Queeé?  - con claro fastidio en la formulación de dicha pregunta.    

- ¿Hiciste la tarea?  

- No – en realidad nunca la hacía, se le olvidaba o cuando se acordaba le daba flojera hacerla.    

- ¿No? pensé que la estabas haciendo cuando te llamé para irnos – al igual como lo había hecho él - ¿Entonces por qué duraste tanto?  

- Yo hago las cosas con calma y sin presiones – el moreno miraba las nubes en el cielo mientras caminaba con ambas manos en los bolsillos – si me dicen que tengo que estar temprano en un sitio no voy a apurarme para llegar, llegaré cuando esté listo.     

- ¿Y por qué no te paras temprano para estar listo? – el ojiazul inflaba los cachetes.     

- Es muy molesto despertarme temprano para ir a un sitio aburrido en el que voy a dormir – respondía el chico Nara haciendo referencia a sus “hechaditas de sueño en el pupitre”.   

- Si quieres yo puedo prestarte mi tarea para que te copies – ofrecía Naruto para evitar que su amigo sacara un cero, pero a decir verdad entregando o no entregando nada tendría la misma puntuación, el trabajo estaba nefasto, pero la intención era lo que contaba.     

- No gracias.     

El muchacho sabía de antemano que ninguno de los trabajos que hubiera entregado el rubio en su vida había salido bueno, sólo gastaría hojas y tiempo en escribirlo, tenía la opción de pedírselo a su amiga Ino que era muy buena redactando y siempre sacaba buenas notas, pero le pareció muy problemático pedírselo pues la chica tenía un mal carácter y más si se metían con sus tareas, y no se imaginaba copiando como loco antes de que llegara la profe y lo pescara en pleno acto de copiado, eso era mucho problema para él, así que decidió que cuando llegara no haría nada, no pediría nada y no entregaría nada… como siempre.  

- Oye Naruto ¿Quieres escuchar música? – preguntaba el Nara con el Ipod en la mano.      

- ¡¡Claro!! – el catire tomó un audífono y lo colocó en su oreja al igual que su amigo.   

Así los panas se fueron escuchando a U2 directo a la escuela, Naruto colocó su mano por la espalda de Shikamaru porque no llegaba a rodear su hombro, por lo que el pelicastaño no tuvo más opción que colocar su brazo alrededor de los hombros del pequeño, le pareció extraño, molesto y problemático, pero debido a la canción y a la expresión de felicidad del rubio aquel contacto le resultó agradable por lo que acercó su cabeza más hacía su pecho, Naruto continuaba escuchando la música y abrazado a su amigo.   

Al llegar se percataron de que ya habían entrado por lo que fueron corriendo a su respectivo salón, al asomarse por la puerta vieron que la profe estaba pasando la lista a la que nunca llegaban a decir “presente”.  

- Ps… Shikamaru… - susurraba Naruto al chico oculto a su lado - ¿Crees que ya nos menciono?  

- ¡¡SI YA LOS MENCIONE!! - La puerta se había abierto dejando mostrar a una Tsunade muy molesta, a los chicos casi les da un paro cardiaco al ser descubiertos - ¡¿QUE SON ESTAS HORAS DE LLEGADA?!    

Los muchachos sudaban a chorros y se mantenían callados sin dejar de ver los enormes senos de la mujer, la rubia al darse cuenta de que se la estaban buceando les repartió a cada uno un coscorrón con su fuerza brutal.   

- ¡¿QUE ESTAN VIENDO CHIQUILLOS PERVERTIDOS?! – Tsunade tenía un aura de fuego a su alrededor – ¡¡TERMINEN DE ENTRAR ANTES DE QUE SE ME ACABE LA PACIENCIA!!        

Casi volando se fueron a sus respectivos pupitres donde las carcajadas por parte de sus compañeros los estaban esperando, Naruto contestaba y se molestaba, mientras que Shikamaru se quedaba callado, molestarse por eso era una estupidez; Ino Yamanaka quien estaba al lado del Nara dio dos toques en su hombro para llamar su atención.      

-  ¿Hiciste el reporte? – preguntaba la chica de ojos azules a quien le gustaba presumir sus trabajos.  

- Sabes que no lo hice Ino – respondía el chico sin ninguna preocupación en su tono de voz y ninguna intención de pedírselo prestado.  

- Pero Shika estas muy flojo últimamente, si tu padre se entera que vas mal en todas las materias te quitara todas las cosas que tienes.     

- … - al chico no le importaba si le dejaban sólo la cama en su alcoba, estudiar era muy aburrido.   

La profesora se levantó del escritorio.  

- Bueno jóvenes, voy a pasar a recoger sus trabajos, espero que los entreguen – la mayor miraba a Shikamaru que se estaba quedando dormido en la silla - y si es así que este presentable – miraba a Naruto con su trabajo en las manos esperando a ser recogido.   

Llegada la hora del receso los dos chicos fueron llamados por Tsunade antes de irse a tomar aire fresco al patio, Shikamaru por no entregar el reporte y Naruto por entregarlo en tan detestable estado, luego de un sermón que ocupo casi la mitad del tiempo de receso y de varias miradas a los pechos de la rubia lograron salir.   

Ya en el patio los chicos corrían como locos buscando que hacer, decidieron ir a ver un partido de fútbol que estaban teniendo los de cuarto año contra los de quinto, Naruto estaba emocionado, los mayores estaban jugando y lo hacían increíble, tanto Shikamaru como él eran de tercero por lo que sus partidos no se comparaban con los de ellos, el marcador estaba empatado y ambos equipos cansados, los muchachos de quinto se reunieron y escucharon atentamente las indicaciones de su capitán Rock Lee y se dirigieron al ataque, Neji tomó con sus musculosas piernas el balón y se dirigió a la portería de los de cuarto, Naruto comenzó a morderse las uñas ante la desesperación mientras Shikamaru bostezaba – no le gustaba el fútbol, corrección, no le gustaba ningún deporte, consideraba que correr de aquí para allá era estupido y las complicadas reglas eran muy problemáticas -, el Hyuuga al ver que se acercaban a quitarle el balón hizo un movimiento experto y se la pasó a su amigo Lee quien metió el gol definitivo tipo súper campeones.    

-¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLL!! – gritaba Naruto dejando sordo al Nara mientras pegaba brincos.               

Los de quinto ganaron y comenzaron a saltar y a gritar como desaforados “perdedores” a los de cuarto, los cuales no tuvieron más opción que arrastrarse con su derrota a su salón; y es que era obvio, los de quinto siempre ganaban y más con el capitán que se gastaban, Rock Lee era un muchacho de 16 años súper deportista - súper deportista porque practicaba y era el mejor en fútbol soccer, fútbol americano, béisbol, voleibol, natación, tenis, baloncesto, atletismo y hasta era campeón en ping pong, lo que le proporcionaba un cuerpo que envidiarían los participantes de los juegos olímpicos -, Neji Hyuuga era su pana y mejor amigo de su misma edad, lo acompañaba a donde iba y participaba en la mayoría de los partidos que él, no era tan bueno como Lee pero siempre estaban envueltos en una rivalidad amistosa, podría decirse que estaban pegados porque iban juntos “hasta al baño”.    

Naruto estaba entusiasmado, sacudía a Shikamaru como tratando de desarmarlo y no dejaba de repetirle sus resúmenes del partido, el Nara simplemente se dejaba agitar como si estuviera en una licuadora, ya estaba acostumbrado a los arranques de energía del rubio; Lee y Neji al ver al pequeño y a su recién batido amigo se acercaron a saludar.  

- ¡Hola Naruto! ¿Disfrutaron del partido? – decía Lee un poco o más bien muy sudado.  

- ¡¡Si!! ¡¡Estuvo genial!! – al rubio le brillaban los ojitos como ilusionado, el chico más popular en los deportes era su amigo desde que él estaba en primer año.                     

- Me alegro, ven a vernos la próxima – el moreno hizo una pose que él mismo denominaba “superultraguay” con el pulgar levantado, una sonrisa con sus dientes blancos y una ligera inclinación de su cadera, la cual la realizaba luego de ganar cada partido.     

- ¡¡SIIII!! – exclamaba el chico catire.  

Mientras ambos chicos parecían unos tontos con sus intercambios de pasos y expresiones, al Hyuuga y al Nara se les escurría por la cabeza una enorme gota y en la mente el mismo pensamiento… “Que patético”. Al salir del trance Neji se acercó Shikamaru y le entregó algo que tenía en su mochila.   

- Aquí tienes, sin demora – el chico de ojos blancos le entregaba el juego de súper Mario Strikers Chargued – es un juegazo, muchas gracias.      

- No es para tanto – respondía el chico mientras tomaba su juego, en realidad él ni lo había probado, no le gustaban los juegos de deporte, “si ni sabía prender el nintendo” – aquí te tengo para el Wii el de Metriod Prime 3: Corruption – el moreno mostraba el juego.       

- ¡¡PASAMELO, PASAMELO!!- Neji estaba como loco, tomó el juego y comenzó a acariciarlo como si fuera un tesoro, era un adicto a los videojuegos.    

- Y para el DS el de Zelda Phantom Hourglass – no le duró ni tres segundos en la mano, el Hyuuga estaba que se babeaba encima – pero me los traes el miércoles, si fuera por mí te los puedes quedar pero sabes que a mi papá también le gustan esos juegos y si no los encuentra me arrancará la cabeza – decía tranquilamente el Nara como si eso fuera lo más normal del mundo.     

- Si no te preocupes, yo cuidaré de estos bebes con mi vida – decía el ojiblanco bajo la mirada extrañada del Shika.    

- “Todos en esta escuela están locos, que problemático”.   

RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING  - CAMPANA  

Sonada la campana para anunciar que se acabó el receso y todos los alumnos comenzaron a arrastrarse hasta sus sitios de tortura - a sus salones -, Naruto y Shikamaru olvidaron comer como siempre y llegaron a sus asientos con las manos y la boca tapuzada con comida, recibiendo otro regañón por parte de la profesora rubia.   

Pasaron los minutos y la clase era cada vez más aburrida, Tsunade dejó anotado la lección en el pizarrón y salió un momento dejando a los chicos de tercero solos, el Nara hacía rato que había pegado pestaña mientras que Naruto leía las historietas que le había sacado a su amigo del bolso, Ino estaba muy tranquila y juiciosa copiando mientras que Kiba hacía bolas de papel y las arrojaba a su cabeza, la que vino acompañada con saliva fue el colmo para la ojiazul, tomó una hoja de su cuaderno e hizo una bola que la intentó lanzar hacía el Inuzuka, pero debido a su mala puntería chocó en la cara de Chouji, quien no aguantaba una pedida y se la devolvió a la Yamanaka, Naruto al ver esto comenzó a gritar.  

- ¡¡GUERRAAAA EN CLASEEEESSSS!!        

Todos comenzaron a lanzar proyectiles de papel que ya tenían elaborados para cuando saliera la profesora, era un todos contra todos, al no tener nada que arrojar los cuadernos y los lápices también comenzaron a volar por los aires, un cuadernazo despertó a Shikamaru quien se encontraba aún durmiendo.  

- ¡¿QUIEN COÑO FUE EL BESTIA?! – el muchacho de los ojos despreocupados estaba molesto.   

Nadie lo escuchó y continuaron los ataque y contraataques, al oírse el alboroto por todo el pasillo la mujer rubia apareció furiosa y una bola de papel le dio en la cabeza no sin antes ver que era proveniente de la mano del ojiazul, quien al darse cuenta de lo que había hecho se bajó del pupitre en donde estaba parado con una mano cubriendo su boca.     

- ¡¡NARUTOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! – la mujer echaba humo por la cabeza.   

Aquel grito se escuchó por toda la escuela provocando que todos los profesores y los alumnos de los otros salones se asomaran por las entradas de estos, Lee y Neji que se encontraban en la clase de Física no se molestaron en pararse, ya conocían al chico, aprovecharon el momento de distracción del profesor Asuma y se pasaron las respuestas del examen que presentaban en ese momento.  

- Oye Ten Ten dime la respuesta de la tercera – preguntaba Lee detrás suyo.        

- 150 amperios – respondía la chica viendo su examen y buscando cual no sabía – dime cual es la primera.  

- 50 de velocidad inicial y  150 de velocidad final – le contestaba el moreno.  

- Epa, epa no se olviden de mi díganme que es efecto termoiónico – reclamaba Neji.   

Los chicos revisaron sus exámenes, Ten Ten la tenía, Lee no la había respondido así que paro oreja para escuchar y copiarla también.   

- Es la propiedad que tienen ciertos cuerpos para desprender electrones cuando aumentan su temperatura – la chica pelicastaño dictaba mientras los chicos copiaban sin dejar de dar un vistazo al profesor para detenerse en caso de que se diera cuenta.       

En un rápido movimiento y sin que el profe se diera cuenta los tres muchachos intercambiaron las chuletas con el resultado de los ejercicios, Asuma volvió su mirada a sus alumnos, se veían enfocados en sus exámenes, se sentó en el escritorio, sin percatarse de los acordeones que tenían Ten Ten en las piernas, Neji bajo la manga de la camisa  y Lee debajo del pupitre pegado con un chicle y que con ayuda de un espejo en su zapato lograba descifrar con sólo voltear lo que allí estaba escrito.          

Aquellos eran expertos copiándose, eran el trío más inteligente del salón y eso era porque se aprendían las lecciones por parte y luego se pasaban las respuestas entre ellos, habían hecho eso durante años por lo que ahora eran más rápidos en sus movimientos y eran imperceptibles sus copiados, si el examen era de análisis ellos cambiaban las palabras del otro colocando sinónimos y diferentes verbos, ahora en deporte no había problema los tres eran excelentes en esa materia por lo que no necesitaban ayuda de los otros, después de todo eran inseparables, por eso se les apodaba el trío dinámico, pero esa es otra historia.   

Eran las 3: 00 pm, hora de salida, regresando al salón de tercer año éste se encontraba sólo con dos alumnos en su interior, Naruto castigado por desorden en clases y Shikamaru… por quedarse dormido, no entregar la tarea y porque no tenía nada mejor que hacer en casa, todos se habían marchado mientras ellos escribían en el cuaderno como si fueran unos niños “debo portarme bien en clases”, bueno el rubio lo escribía mientras el pelicastaño miraba por la ventana las ramas de los árboles agitándose con la brisa.  

- ¡¡Asssh!! – El catire arrancaba la cuarta hoja de su cuaderno, la profesora no quería ningún tachón y éste ya llevaba bastantes - ¡Odio las caligrafías!               

- ¡Que problemático eres Naruto! si no fuera por ti ya estaríamos en mi casa probando el nuevo programa de la Laptod.    

- No es mi culpa que esa vieja sea una amargada – el chico bufó.   

El chico Nara observó el cuaderno del Uzumaki, si al chico no lo iban a dejar irse hasta que no escribiera las caligrafías bien entonces tenía que ir pensando en donde se quedaría a dormir, estaban nefastas al igual que su ortografía, tomó el cuaderno y realizó cada frase con su hermosa letra.  

- ¡Vaya Shikamaru! ¡Si que escribes bonito! – exclamaba el ojiazul ante la escritura en su cuaderno.     

- Ba, no es nada, mi madre me obligó ha realizar un curso palmer, ahora escribo como una chica – se quejaba el chico – además quiero irme rápido de aquí, este sitio es muy aburrido.         

Naruto sonrió para el chico dulcemente, el moreno dejó de escribir para enfocarse en el rostro de su amigo, “los ojos de Naruto son tan azules”, reflexionaba el  Nara en su cabeza al no poder apartar la mirada de aquellos profundos ojos, nunca lo había notado pero eran muy bonitos, el chico parecía como si estuviera drogado, después de todo su amigo no era tan molesto como pensaba, comenzó a acercarse hacía el rubio quien permanecía frente a él sin dejar de mirarlo tan dulcemente, miró sus labios “son tan finos y rosados”, su respiración estaba agitándose, sentía que le faltaba el aire, el catire estaba ruborizándose al comenzar a sentir la respiración de Shikamaru en su rostro.    

- Naruto… - el moreno se acercaba cada vez más.    

- ¿S… si? – el catire permanecía tranquilito, no sabía que iba a suceder ¿Por qué se acercaba tanto?   

- Yo…  

La puerta se abrió y Tsunade apareció de nuevo.  

- Espero que hayan realizado lo que les dejé – los chicos estaban sentados en sus respectivos pupitres, se habían acomodado al escuchar a alguien acercarse – aquí les traje sus trabajos que acabo de revisar.   

La mujer se acercó y tomó los cuadernos, los hojeo y los cerró.  

- Muy bien, al parecer ya aprendieron a escribir, me alegro ya los iba a regresar a preescolar – la rubia le entregó su reporte a Naruto – sacaste CERO, al igual tú Shikamaru por no entregar.           

Los chicos se mantenían en silencio, no era la primera vez que los raspaban y que les daban una paliza en casa.   

- Ya pueden irse – los chicos levantaron la mirada – a menos de que quieran quedarse a limpiar – no terminó de decir “limpiar” cuando lo único que quedó de los chicos fueron fue el polvo que desprendieron sus zapatos – estos chicos, no cambian – la ojiazul miró por la ventana – “¿Por qué Shikamaru le habrá hecho las caligrafías a Naruto?” – Pensaba al reconocer la letra del Nara en el cuaderno del Uzumaki – “entiendo que sean amigos pero su cuaderno estaba totalmente en blanco, prefirió hacer las de su amigo a las suyas ¿Por qué?”              

En la vía los chicos caminaban con los audífonos del Ipod escuchando “Golden” de Fall out boy, no mencionaron nada de lo ocurrido en el salón ¿Y por qué tenían que hacerlo si no había pasado nada? ¿O no?, rápidamente Naruto se olvidó del asunto y comenzó a cantar como desaforado la siguiente canción que era “The carpal tunnel of love”, desafinaba el ingles tan horriblemente que si el profesor Kabuto lo hubiera escuchado se hubiera puesto a llorar por perder tiempo en enseñarle a ese muchacho, parecía un gato que lo estaban atropellando, al pelicastaño le pareció divertido y comenzó a reírse a carcajadas, el rubio continuo cantando haciendo caso omiso a las burlas de su compañero, si que se la pasaban bien juntos, desde que se había mudado al vecindario la vida del Nara había cambiado drásticamente al conocer al rubio, no tuvo que esforzarse en hacer amigos porque el catire se acercó a él y le presentó a todas las personas que trataba, además que prácticamente vivía en su casa ¿Por qué no le gustaba estar con sus padres?, muchas veces intentó preguntarle pero el chico no le respondía, de cualquier forma Shikamaru no quería que dejara de ir a su casa ya se había acostumbrado a sus gritos, a sus quejas, a sus berrinches, a sus pataletas, a sus bromas, a su risa, a sus ojos… ya se había acostumbrado a Naruto.

 

      Continuará…             

Notas finales:

 

¿Como me quedo?, espero que bien y tambien espero que les gustara, por favor dejen reviews para la chica de Rock (y si se puede mandenme imagenes del chico Lee), besos los vere en el proximo episodio... 


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