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Ayumi y el secreto del libro negro por mihll

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fic no me pertenecen y ojalá su creador me perdone por usarlos  para infinita diversín.

Notas del capitulo:

Aki estoy de nuevo contratacando con un nuevo fic...no pensaba subirlo pero una buena amiga a quien he aprendido a estimar mucho, me animó a hacerlo.

se que le prometí que sería  algo mas largo pero las circunstancias han hecho que no sea así.

Este fic esta basado en la serie "La biblia negra" 

Espero que les guste...

 

    La ama, la necesita tanto como el aire para vivir.

Su vida se ha convertido en un tormento desde que la conoció, por que ella, la niña de ojos azules y mirada inocente, se ha convertido en la dueña de sus fantasías, sin embargo, un amor imposible, por que sus ojos son solo para el muchacho prodigio del básquetbol, ese de mirada tan fría como el hielo.

 

La miraba desde lo lejos, desconsolado. Había resultado un golpe muy duro ser rechazado. Le había dicho que solo le quería como un amigo y que solo amaba a ese zorro despreciable e indiferente.

 

 

Ella sonreía al decirles a sus amigas que estaba más que dispuesta a declararse a Rukawa. Le advertía radiante y emocionada, sus ojos brillaban y en ese rostro moreno se dibujaba una sonrisa esperanzadora.

 

 Dolía como nunca el saber que él lloraba mientras ella solo pensaba en otro. Pensó tal vez en deshacerse en ese muchacho, pero desistió rápidamente. El no era el culpable de su desgracia amorosa, o tal vez si, por haber nacido tan apetecible para la mayoría de las muchachas mas lindas de toda la preparatoria.

 

 

Suspiró frustradamente una vez más.

 

 Miró por última vez una considerable cantidad de dinero que tenia en sus manos. Los ahorros de años. Pensaba si sería la cantidad suficiente para obtener la ayuda de Ayumi, esa jovencita de segundo grado, de la que había oído hablar secretamente a varios compañeros en su misma situación, rechazados por no ser considerados bellos y que sin embargo, con su maravillosa ayuda, habían conseguido enamorar a la mujer de sus sueños, esa que jamás pensaron que algún día se detendrían a mirarlos.

 

 

Lo pensó, detenidamente por dos noches y no halló mejor solución a su problema que recurrir a esa aprendiz de bruja. Lograr conseguir su secreto para hechizarla de alguna forma, era tal vez la única forma de tenerla a su lado.

 

La encontró en su salón, el numero ocho del segundo nivel del instituto,  leyéndole las cartas de Tarot a un par de chicas de primero que se asustaron al verle de pie a sus espaldas.

 

- así es que esta es la pequeña bruja- se dijo al ver a la muchacha rubia, de contextura delgada y profundos ojos verdes que le observó con aire misterioso.

 

- bien chicas, creo que eso es todo lo que les puedo decir- dijo la muchacha a las jovencitas que se apresuraban en levantarse como asustadas y deseosas de salir huyendo

 

-¿eres Ayumi?- consultó Hanamichi a la rubia sin hacer caso a las chicas que se marchaban  dándole una mirada de pocos amigos, y es que les temían, su reputación de chico pendenciero siempre le precedía.

 

- ella misma- afirmó la chica viéndole de pies a cabeza- supongo que ya se por que me buscas- expresó indiferente, reuniendo las cartas y dejándolas a un lado de la mesa con delicadeza.

 

- yo he oído que tu...- intentó decir el pelirrojo con cierto temor a seguir con sus palabras.

 

- ayudo a chicos y chicas en problemas de amor- prosiguió sus palabras.- y supongo que buscas mi ayuda- lo miró directamente a los ojos notando su desesperación- eso te costará...estamos hablando de 10 mil yenes que imagino ya tienes al venir aquí- finalizó fríamente.

 

- los tengo- afirmó. La muchacha sonrió al saber que tendría un nuevo cliente dispuesto a pagar por sus servicios, la magia le agradaba pero mucho más cuando conseguía sacarles beneficios.

 

- entonces siéntate- le dijo señalando una de las silla ubicada en frente.

 

Hanamichi acercó el dinero a sus manos, arrastrándolo por la superficie de la mesa hasta llegar a destino.

 

- ahora  explícame...¿ cual es tu problema?- consultó la rubia mientras guardaba los billetes en su cartera.

 

- es una chica...ella me ignora...solo tiene ojos para otro- Esto ultimo lo dijo apretando los dientes, un gesto de rabia contenida se asomó en su rostro que no paso desapercibido por la muchacha.

 

- no te preocupes por eso, en este mundo el dinero compra todo y ya veras que pronto ...también el amor- expresó maliciosamente la joven sin una gota de consideración, nunca se había detenido a pesar el maldad que cometía, no le importaba.

 

Hanamichi le miró sorprendido, ella parecía muy segura de sus palabras, confiada plenamente en sus habilidades.

 

 - ahora te diré mi secreto- dijo sin perder más tiempo y revolviendo entre sus cosas, extrajo un pequeño libro de tapas duras y negra, que contenía muchas hojas, unas escritas y otras no. Hanamichi miraba quietamente todos sus movimientos, como impaciente que la solución llegara pronto a sus manos.

 

- aquí esta- dijo leyendo con cuidado unas letras  que a la vista eran raras e in entendibles. Y sin contemplaciones buscó y arrancó una de las últimas páginas y se lo extendió.

 

Hanamichi acercó su mano con ansiedad y tomó el papel, pero ella, no lo soltó tan rápidamente.

 

- ¿estas muy seguro de lo que quieres hacer?- consultó una vez más.

 

- muy seguro- respondió el pelirrojo arrebatándole de una vez el papel.

 

- la impaciencia es una debilidad que te puede llevar a cometer errores- señaló seria.

 

- lo se pero ya quiero que Haruko este a mi lado-

 

- chico decidido- expresó - antes que nada debo explicarte claramente como funciona el hechizo- Hanamichi asintió y ella prosiguió- lo que tienes en tus manos es un papel mágico, su utilización es muy simple y te dará resultados efectivos con esa persona...lo que debes hacer es conseguir un cabello, tan solo uno, el cual deberás complementar con uno tuyo...acto seguido, envuelve los cabellos en ese papel que deberás enterrar en la tierra, de preferencia en tu casa y bajo un árbol o arbusto, del cual tengas seguridad que no será arrancado- Hanamichi solo escuchaba atentamente y asentía con la cabeza- una vez que hagas lo que te indico, debes pronunciar las palabras escritas allí-

 

Hanamichi reviso el papel por un lado y después por el otro sin hallar palabra alguna escrita. Solo entonces la rubia murmuro algo in entendible para los oídos del chico. Segundo mas tardes, tres palabras aparecían salidas de la nada, en un color rojo sangre.

 

- debes memorizarlas y procurar no equivocarte, si lo haces, las consecuencias no serán del todo buenas...no será mi responsabilidad si llegas a equivocarte- concluyó seria.

 

-son tres palabras, no habrá problemas- dijo Hana con una sonrisa surcando su rostro.

 

- recuerda no revelar a nadie el secreto- dijo al muchacho- como si fuera un secreto a estas alturas- se dijo luego frustrada al ver que un completo desconocido y lejano de su círculo de amistades se acercaba a pedir sus servicios.

 

- seré una tumba- le dijo Hanamichi antes de levantarse de sus asiento y dirigirse a la salida del salón.

 

- solo asegúrate que sea el cabello de la persona correcta- le gritó pero el chico ya había desaparecido- otro que no presta atención- murmuro bajito, pero desde ese entonces ya dejaba de ser su problema, al menos eso pensaba. Ayudaba a alguien a cambio de dinero y ahora ya tenia más de lo que podría ahorrar durante toda su vida y gracias a ese bendito libro que por simple casualidad se había encontrado y revelado ciertos secretos de la magia.

 

El pelirrojo cruzó lo pasillos repitiendo una y otra vez las palabras del papel, guardándolo en su memoria. Tan ansioso como estaba, ese mismo día se encargaría de obtener el cabello de la morena.

 

 

Y se dirigió al patio, en busca de la muchacha.

 

Se detuvo en seco una vez que la halló, apartada del resto de los estudiantes,  en un lugar solitario hablando discretamente con el odioso Kaede Rukawa. Sintió ganas de ir a matarlo, más aun cuando la jovencita le besaba desprevenidamente.

 

Su cara se contrajo de rabia y apretó sus puños con fuerza. Solo entonces se percató de la presencia del papel que había arrugado sin proponerselo.

 

- ya no importa, en unos cuantas horas vas a ser totalmente mía- se dijo maliciosamente. No puedo darse cuenta en del momento en que el ojiazul apartó bruscamente a la chica de  su lado y se marchó con el rostro asqueado.

 

Haruko, se quedó paralizada. Rukawa la había rechazado. Lo vió irse de su lado murmurando cosas, algo a si como que le había desagradado que le robara aquel beso. Y se sintió humillada.

 

Hanamichi se acercó a la chica fingiendo no haber visto nada. Pudo ver las traicioneras gotas que resbalaban por esas morenas mejillas. Odió más a Kaede por que no solo era el poseedor del amor de su Haruko sino que también se atrevía a despreciarla.

 

- ya no mas Haruko, ese zorro no te merece...no puede darte lo que yo te ofrezco- se dijo para si mientras se acortaba los pasos y la abrazó protectoramente.

 

- el... me rechazó- dijo la morena entre sollozos, apenas con un hilo de voz.

 

- Haruko, no te preocupes...pronto te olvidarás de él y ya no sufrirás mas... nunca mas - terminó por decir mientras analizaba la posibilidad de tomar uno  de sus cabellos.

 

- no digas eso Sakuragui, no es tan fácil olvidar- le dijo alejándolo y secándose las lagrimas con la manga de su uniforme.

 

- yo voy a ayudarte- le aseguró posando las manos en sus hombros, mirando sus ojitos brillantes por las lagrimas.

 

- gracias Sakuragui, eres un buen amigo- expresó ella mas calmada. Hana la miró con cierta rabia, le molestaba que le tratara como un amigo ¡como deseaba que su amor fuera correspondido sin tener que recurrir a esa treta macabra que tenia entre manos!

 

- soy tu mejor amigo y voy a ayudarte, lo prometo- volvió a asegurar mientras que con cautela tomaba un cabello suelto de su hombro que mantuvo celosamente en su mano.

 

- si no te molesta- dijo apartándolo una vez mas- quiero estar sola-

 

Hanamichi solo asintió y la dejo ir, después de todo ya había conseguido lo que buscaba.

 

Llegó esa tarde a su casa, después de concluido el entrenamiento. Había contado los minutos para llegar lo mas pronto posible y allí se encontraba de pie, frente al árbol de sakura que adornaba el jardín de la casa que un día compartió con sus padres, cuando ellos aun vivían.

 

Hizo paso a paso lo indicado por la joven brujita

 

- us nashca velo- pronunció al concluir su labor.

 

Sintió un aire tibio que le rozó el rostro. El hechizo estaba completo y ahora solo le bastaba esperar hasta el otro día  y ver que la niña se lanzara a sus brazos, completamente enamorada.

 

No durmió con la ansiedad. Se mantuvo despierto caminando de un lado a otro, mirando el reloj  a cada minuto, si a veces le parecía que el tiempo detenía su marcha y eso lo irritaba.

 

 

Y el tan ansioso inicio de clases llegó una vez, el sol aparecía ese día con una cuota de esperanza que hacia que su pecho se inflara de emoción, hoy era el día en que la tendría, y en que quizás recibiera el primer beso de su vida.

 

Caminó sonriente a la escuela llegando al menos con veinte minutos de anticipación. Apoyó su espalda contra el muro de al lado de la puerta de acceso al instituto y espero paciente hasta ver a la niña de sus sueños.

 

 

Haruko no se veía tan triste como el día anterior pero no era lo que esperaba. Se suponía que el hechizo la haría correr a sus brazos pero...esta tan solo lo saludo como siempre, con una sonrisita, y como siempre, pasó a su lado y se dirigió al interior del edificio.

 

Sintió como un balde de agua fría caer sobre su cabeza. Lo había hecho todo bien y no entendía que diablos estaba ocurriendo ¿o sería que esa rubia era una farsante?. Se maldijo por haber creído en ese tipo de tonterías y juró que se las pagaría, pero ahora, debía llorar su frustración.

 

 Ya no tenía deseos de ingresar a clases por lo que se devolvió  lentamente a la salida. Su cuerpo pesaba, su corazón dolía y sus bolsillos se veían resentidos por la decisión tomada.

 

Vio a Rukawa conducir su bicicleta dormido, directamente y en camino para atropellarlo una vez más.

 

- si esta vez logras matarme, me harás un gran favor- se dijo sollozante. Y cerró los ojos esperando el golpe que no tardó en llegar.

 

 

Ante lo que pudiera pensar, aun se encontraba vivo y lastimado, no lo suficiente para morir. Estaba en el suelo, la bicicleta le aprisionaba las piernas.

 

Kaede fue despertando lentamente al tocar bruscamente el suelo. Se sentó en el pavimento y se fue incorporando.

 

 

Hanamichi se sorprendió de sobre manera al dirigir su vista hacia el rostro del moreno.

Esos  ojos azules se veían radiantes y lleno de vida, extrañamente iluminados para ser él.

 

Pero si eso había sorprendido al pelirrojo, fue mas cuando él le miró acompañando una sonrisa de agradado

 

Se quedó mudo y paralizado.

 

 ¿Rukawa sonriéndole? Era la razón por la que no pudo evitar que el se lanzara a sus brazos, como la reacción que esperaba de Haruko.

 

No sabia que estaba sucediendo, solo sabia que en ese momento no era la niña sino que Kaede el que le besaba con pasión, y se asía de su cuerpo abrazándole con fuerza.

 

 

 

Notas finales:

Y bien ¿les ha gustado?

espero comentarios

perdón Pionguis, lo dejé igual de corto pero al menos ya lo subí.

 


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