Los entrenamientos habían terminado, y desde hacia tiempo que el pelinegro venia a ver solo el final de ellos, ya que tenia muchas cosas que hacer con Ulrike. Y desde la segunda vez que había llegado, se había raramente amistado con el rubio masoku, y decía raramente porque el rubio a pesar de ser hermoso, era también un príncipe caprichoso, terco y sabelotodo. Rió un poco ante su propio pensamiento “Quien lo dice”.
-Great sage ... Usted sabe si el amor tiene limites?- Pregunto Wolfram mientras sentaba a su lado. Aunque también podía ser muy lindo. Murata sonrió.
-Eso no podría decirte, el amor es diferente en cada persona, pero lo que es indudable es que es algo hermoso, no crees?- Wolfram no dijo nada, desenvainó su espada y la acomodo en sus piernas para limpiarla, aunque solo era una excusa para no ver a la cara a Murata. -Pienso que cuando amas a alguien, tienes la alegría de saber que alguien es importante para ti, no importa que clase de amor sea, siempre será algo bueno-
-Tu amabas a Shinou?- Interrumpió encarándolo.
-No, mi otro yo del pasado solía amarlo, pero yo soy Murata-
-Ya veo … entonces si amaste a alguien en su forma pasada o te amaron, el amor puede repetirse en otra vida?-El pelinegro entendió perfectamente sus palabras, y lo miro con seriedad a la vez que se acuclillaba a sus lado.
-Conrad solo ve a Shibuya como un hermano, un pequeño hermano a quien debe proteger, y también Yuuri solo ve a Conrad como el hermano mayor que siempre deseó que fuera Shori.-
-Como siempre lo sabes todo …- Murata sonrió tristemente, en verdad no le gustaría saberlo todo, pero si desearía poder ayudar a su amigo.
-Yuuri te ama, de eso estoy seguro, solo esta asustado por los prejuicios que existen en nuestro mundo, eso es todo-
-Si tu fueras el que me amaras, te importarían esos prejuicios?- Esta vez había dado un punto clave … Murata no sabia que responder, se quedo cayado unos minutos aunque sabia que tendría que hablar tarde o temprano, así que suspiro y le contesto al impaciente príncipe que esperaba por una respuesta.
-No.- Era lo único que el rubio necesitaba, sabia que el amor de Yuuri no era lo suficiente como para enfrentar sus miedos.
-Y si fuera la reencarnación de Shinou me amarías?- Murata le miro aun mas serio, y volvió a negar.
-No- Wolfram sonrió sarcástico y apretó con fuerza el mango de la espada con una mano y con la otra la parte mas puntiaguda de la espada cortándose de paso.
Apenas sentía el liquido viscoso en su mano, cuando sintió al gran sabio tomar su muñeca. -No puedo amar a alguien por ser el reemplazo de Shinou, pero si puedo amarte … por ser Wolfram-El rubio quedo impactado y ahora era el quien no sabia que responder. Murata vendo la herida con un pedazo de tela que había cortado de su propio uniforme, Se acerco lentamente al rubio y beso tranquilamente su mejilla izquierda, entonces se levanto y encamino directo a su habitación.
-Gracias …-Murmuro antes de que terminara por irse.
-No me des las gracias, después de todo somos amigos o no?- Wolfram abrió los ojos algo atontado, pero luego sonrió tranquilo, y asintió levemente la cabeza.
-Sonriendo te ves mas lindo- No pudo evitar sonrojarse de golpe, y reprendiéndole con la mirada.
-P-pervertido!- El sabio tan solo soltó una pequeña carcajada y se disculpo sintiendo el filo de un par de esmeraldas molestas. (?!)
-Lo siento, no puedo evitar desear verte sonrojado, te ves tan inocente-
-Idiota pervertido!- Murata tan solo se perdió entre los pasillos, y Wolfram fue directo a su habitación, talvez debía hacer caso a lo que decía Murata después de todo el era el sabio ahí.