Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El regreso por Shiochang

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sé que al principio no lo va a parecer, pero ya verán que si es.  Por cierto, contiene spoiler del manga

El regreso 

Estaba leyendo el manga, aunque de todas maneras semana a semana sigo el anime y vi sus nombres, la curiosidad aún me come ya que no he podido ver el último, pero ya sé de que va.  Espero les guste lo que voy a escribir.

  Prologo 

¿Cómo era que se había perdido del camino?  No podía ser tan tonto, de seguro su maestro se reiría cuando se diera cuenta que se había extraviado de su lado, aunque, pensándolo bien, lo más probable es que ni cuenta se diera ya que estaba “recopilando información” como le llamaba él a espiar a las chicas bonitas, ya fuese que estuviesen con poca ropa o desnudas.  Suspiró, hacía dos días que debía de estar de regreso en Konoha, en menos de una semana era el examen chunin y estaba seguro que Tsunade no lo retrasaría ni siquiera por él, ya se lo había advertido.

Estaba tratando de orientarse cuando escuchó un ruido como de rama rompiéndose y luego un quejido y una sarta de improperios contra vaya a saber quién, pero se notaba que era una voz masculina la que despotricaba.  Sigilosamente, se acercó al lugar y se sorprendió al ver al hombre sentado en el suelo, rubio como él y vestido como los jounin de su aldea.

- Estoy demasiado oxidado – dijo molesto – y mi chakra no responde como debiera, algo así no debería pasarme a mí.

Naruto no pudo evitar soltar una risita al ver como se sacudía los pantalones y el cabello de tierra y hojas secas y por poco evitó una kunai que pasó por sobre su cabeza cortando algunos cabellos a su paso.

- Diablos, hasta la puntería me falla – se quejó – como pille a esa bruja por haberme tenido tanto tiempo encerrado en el limbo, la voy a despellejar.

- ¡Por poco me matas y dices que tienes mala puntería! – le reclamó Naruto con la kunai en la mano.

- No deberías estar por estos lados, el camino principal está como a diez minutos yendo hacia el norte – le dijo el hombre mirándolo bien – por cierto, eres un ninja de Konoha ¿verdad?  ¿Qué haces por estos lados?

- Bueno – dijo poniendo una mano en su nuca – por seguir a mi maestro hacia las termas me perdí – admitió – yo quiero regresar a mi aldea, pero no tengo ni idea de dónde estoy en estos momentos.

- Estamos en el país del viento – sonrió divertido – muy cerca de la que alguna vez fuese la villa oculta del remolino, ella desapareció por culpa de la guerra y muchos de sus ninjas se unieron a Konoha.

- Pues tal vez debiera ir allí, tengo hambre y dudo que Ero – senin se digne a buscarme antes que todas las chicas se hayan ido – suspiró.

- Si quieres te puedo guiar, verás que estoy un poco oxidado, o más bien más de un poco, en mis habilidades, pero no se lo vayas a decir a nadie – le sonrió y él sintió que esa sonrisa se le hacía familiar – por cierto, mi joven ninja de Konoha ¿cuál es tu nombre?

- Uzumaki Naruto – le sonrió y vio al hombre fruncir las cejas – ¿pasa algo malo? – lo miró intrigado al verlo tan pálido.

- No, es que… - se quedó callado – no importa, pero ahora entiendo porque me falla tanto el chakra – suspiró mirando al muchacho – yo también soy ninja de Konoha, he estado muchísimo tiempo ausente, me llamo Namikaze Minato.

- Entonces, podremos regresar a casa juntos – dijo este contento.

- No creo tener un lugar al que regresar – le replicó comenzando a andar.

- Bueno, yo tengo sólo un pequeño departamento, pero tampoco tengo con quien regresar – dijo con un deje de tristeza – pero eso no importa, Konoha sigue siendo nuestra aldea ¿verdad? Y eso ya es algo.

- Si – le sonrió y salieron al claro y el rubio mayor miró los árboles – creo que es por allá, siento el olor a comida, creo que es…

- ¡Ramen! – gritó Naruto echando a correr hacia donde sentía el olor dejando atrás al otro rubio que lo seguía un poco más atrás divertido, sin correr demasiado, sabía que no era necesario.

“Es cierto que es mi hijo, como ha crecido, es todo un hombre, y le gusta el ramen, como a mí” sonrió viendo como entraba en un hostal pidiendo de inmediato un ramen.

- Oye, ¿te puedo llamar Naruto? – le dijo divertido mientras esperaba que trajeran sus ordenes y este asintió – Bueno, Naruto, dime cómo van las cosas por Konoha, hace demasiado tiempo que estoy ausente.

- Oh, han ocurrido muchas cosas – suspiró mirando con ansiedad su plato – hace tres años Orochimaru atacó nuestra aldea, mató al viejo tercero, al hazekage y a no sé cuantos más, pero no consiguió hacerse con la aldea.

- Siempre supe que él era peor de lo que aparentaba – suspiró.

- Así que tenemos como quinto Hokage a la vieja Tsunade, aunque le gusta aparentar que tiene veinte, Jiraiya me dijo que edad tenía – sonrió comiendo rápidamente más de la mitad de los fideos – se enoja cuando le digo abuela.

- Ella abandonó Konoha después de la muerte de Dan – dijo pensativo – así que la convencieron que regresara a hacerse cargo de la aldea.

- Je, sí, yo la convencí de regresar a la aldea y le gané esto – le mostró el colgante regresándolo a su lugar bajo la camisa.

- ¿El colgante del primero? – dijo asombrado – vaya, dicen que esa cosa tiene una maldición, que puede acarrear la muerte a quien lo tiene.

- Es que hay que ganárselo – sonrió – ella lo apostó a que no conseguía controlar el rasengan y yo lo conseguí en el tiempo que ella estipuló.

- ¿Puedes hacer el rasengan? – lo miró asombrado – es una técnica complicada ya que no contiene sellos, sino energía pura.

- Lo sé, me hizo sufrir bastante mientras la aprendía… - se calló mirándolo – ¿cómo sabes cómo funciona el rasengan?  Ero – Senin me dijo que sólo él y el cuarto sabían usarlo aparte de mí.

Minato le sonrió asintiendo mientras veía como por la cara de Naruto pasaban muchas emociones desde el miedo, el asombro, a la preocupación y algo así como una extraña mezcla de tristeza, alegría y desazón.

- Entonces eres el cuarto Hokage – dijo sin elevar la voz.

- Soy algo más que eso, Naruto – suspiró preguntándose qué hacer, no sabía si decirle de buenas a primeras que era su padre y decidió tantear un poco el terreno – por tu nombre, diría que eres hijo de Uzumaki Kushina.

- No sé quien es ella, nunca he tenido una familia – le dijo el rubio.

- No puede ser, ella estaría allí… - dijo quedándose en silencio – mi Dios, Naruto, a tu padre se le dijo que jamás estarías solo, que crecerías como un chico normal, con todo lo que eso conlleva.

- Nunca he sido tratado como uno más – le dijo – pero eso ya no importa ya.

- ¡Claro que importa! – dijo perdiendo la paciencia – me mintieron, maldición, no te hubiese arriesgado con esa técnica si hubiese sabido que no ibas a ser tratado como el héroe que controló a Kyuubi – dijo frotándose la frente – el único hijo del cuarto hokage sería tratado con el respeto que se merecía.

- ¿El único hijo del cuarto hokage? – repitió asombrado.

- Si, Naruto, eres mi hijo – lo miró preocupado – yo no tuve opción…

- ¡Eres mi padre! – dijo contento saltando hacia él derribándolo de paso – yo nunca he tenido una familia y he encontrado a mi padre – dijo soltándolo al fin ayudándolo a ponerse de pie – lo siento, Jiraiya dice que soy demasiado efusivo, pero él no sabe cómo me han hecho falta las pequeñas muestras de afecto toda mi vida, con excepción de Iruka, nadie me ha tratado bien.

- Espera que estemos de regreso, van a tener que acostumbrarse a llamarte Naruto Sama – le sonrió – venga, termina tu ramen para pedir la siguiente ronda ¿de acuerdo? Yo invito – le sonrió – a mí también me encanta el ramen.

 

Minato miraba a su hijo dormir, estaba contento de haberse encontrado con él apenas tres días después de haberse librado de la técnica que lo mantuvo tanto tiempo prisionero, demasiado, debía admitir, Naruto ya no necesitaba de su protección, quizás fuese al contrario, pero él no lo culpaba de nada, no hubo rencor en sus palabras por su abandono, ni por haberlo usado para salvar a Konoha, nada, él estaba contento de estar a su lado, de tener un padre.  Se acercó a él y le acarició el cabello con cuidado.

- Papá, acuéstate a dormir, yo estoy bien – le dijo este medio dormido.

Minato sintió algo extraño en su pecho al oírlo llamarle así, pese a todo le decía papá, sintió que las lágrimas corrían silenciosas por su rostro dando gracias a Dios que Naruto fuese tan buen chico.

- Te quiero mucho, hijo mío – le dijo con la voz quebrada inclinándose a darle un beso en la frente antes de acostarse también.

- Yo también te quiero, papá – le dijo y al poco rato ambos se durmieron tranquilamente en silencio.

Pero no duró demasiado, un fuerte alboroto se escuchó fuera de la hospedería, así que Minato se levantó asomándose por la ventana.  Allí vio a  varios tipos rodeando al que cualquiera pasaría por un simple anciano pervertido, pero él lo conocía bien.  Suspiró volviendo hacia su hijo que lo miraba expectante.

- Jiraiya – le dijo y escuchó a su hijo reírse – ¿Qué pasa?

- Es que lo hace siempre ¿sabes? Creo que lo mejor es dejarlo solucionarlo todo él solo o nos meteremos en problemas también nosotros y tendremos que salir huyendo sin haber dormido nada aquí.

- Así que ya has conocido su lado pervertido – volvió a meterse en la cama.

- Claro que sí, he estado bastante tiempo entrenando con él, yo le llamo ero- senin, cosa que lo molesta muchísimo.

- Dicen que desde muchacho era así de pervertido – suspiró – espero que no te haya contagiado a ti o lo voy a castrar.

- Papá, tu fuiste su discípulo – le recordó Naruto divertido – dime que tú no eres así de pervertido, porque Kakashi fue tu alumno y él si lo es.

- Bueno, Kakashi ya era pervertido cuando entró en mi equipo, aunque era un experto en sacarse los problemas de encima, pero muy fácil de influenciar – dijo acostándose de nuevo – pero eso se le pegó de Uchiha Obito.

- Lo mismo que la impuntualidad – renegó – nunca llega a tiempo.

- Supongo que lo has de conocer muy bien si sabes tanto de él.

- Sí, fue mi maestro Jounin – dijo – éramos el equipo 7 hace unos años, pero él tenía preferencia por Uchiha Sasuke.

- Me imagino que sería una manera de retribuirle a Obito que se encargara de su sobrino, después de todo Obito murió por su abandono.

- ¿Nos volvemos s dormir? – dijo Naruto bostezando.

- Está bien, Jiraiya ya está viejo como para que lo saquemos de problemas – suspiró y se acomodó para dormirse, aunque los ruidos tardaron bastante en silenciarse afuera, el sanin era un busca problemas rematado.

 

Naruto se despertó sobresaltado al sentir un brazo a su alrededor, eso normalmente sólo pasaba cuando Jiraiya llegaba borracho de sus incursiones en busca de información, pero el hombre a su lado no apestaba a sake, no, su olor era diferente y reconfortante.  Abrió los ojos y sonrió al ver al rubio que dormía tranquilamente a su lado, su padre ¿quién iba a pensar que su padre, ni más ni menos que el mismísimo y legendario cuarto hokage, estaba vivo?  De seguro a sus amigos les daba un ataque.  Pero debía admitir que se parecía mucho, quizás demasiado.  El cabello rubio todo desordenado, los ojos celestes, la misma sonrisa, sí, en definitiva, eran padre e hijo.

Volvió a cerrar los ojos para dormirse cuando un ruido insistente lo obligó a enderezarse teniendo buen cuidado de no despertar al durmiente.

- Ero – senin – le reclamó al verlo apoyado en el marco de la ventana – hasta que apareces ¿dónde rayos te habías metido?

- Lo mismo quiero preguntarte a ti, y no me llames así – lo regañó – se suponías que ibas conmigo a las termas y apenas me doy vuelta, ya no estás.

- Bueno, me perdí, así que me vine a esta aldea a buscar de comer.

- Y ahora estás durmiendo en una de las mejores habitaciones del mejor de los hostales del pueblo ¿sabes cuánto dinero te va a salir aquello?

- No seas tacaño, Jiraiya – le dijo Minato desde la cama – ni siquiera es Naruto quien paga esto, yo lo invité que nos quedáramos aquí esta noche antes de regresar a Konoha ¿vale?  Debiste venir directamente a dormir anoche en vez de andar causando alboroto ¿no estás muy grande para eso?

- Papá, no lo regañes, sabes que él es así, lo conoces desde hace mucho tiempo – le dijo Naruto divertido dejando entrar al sanin.

- ¿Cómo lo llamaste? – dijo el hombre mayor mirando al otro que se había sentado en la cama – no puedo creerlo ¡Namikase Minato!

- Hola, Jiraiya – le sonrió – no has cambiado mucho, por lo que veo, no te pasan los años por encima ¿eh?  Ni se te quita lo pervertido, me contaron.

- Jeje, ya que estamos todos reunido ¿Por qué no nos vestimos y bajamos a desayunar?  ¡Tenemos que ponernos en marcha de regreso a Konoha!

- Pues a Tsunade le dará un ataque cuando vea a quien traemos de regreso – dijo el Sanin mirando por la ventana – me extraña el lugar que eligieron.

- Puede ser, la aldea ninja del remolino – dijo Minato pensativo – de aquí era tu mamá, Naruto, su clan perteneció por generaciones a esta aldea hasta que la guerra la destruyó y se fueron a Konoha, por eso el símbolo de tus ropas.

- Siempre me pregunté por qué, pero sabía que no encontraría respuestas, la única vez que pregunté por mi padre lo único que me dijo el viejo tercero es que había sido un gran ninja que había muerto defendiendo con su vida la aldea y que yo debía de estar orgulloso de él.

- Tal como tu padre está orgulloso de ti – le sonrió este revolviéndole el cabello.

- ¿Ya están listos? – les dijo el sanin volviéndose hacia ellos – es hora de desayunar y luego ponernos en camino. Tsunade me envió un mensaje recordándome que en seis días será el examen chunin y que ni por Naruto va a retrasarlo – le recordó al rubio menor.

- ¿Aún no eres chunin? – dijo Minato mirando a Naruto.

- Cuando dimos con mi equipo el examen, fue interrumpido en su última fase por Orochimaru, ya te conté lo que pasó, y luego me vine a entrenar con Jiraiya por lo que llevaba mucho tiempo fuera de la aldea.  Lo estaban preparando cuando nos salió esta misión ¿verdad?  Aunque creo que era una excusa para que Tsunade no le diera algo que hacer en el festival.

- ¿Cómo crees, Naruto? – dijo el sanin haciéndose el ofendido.

- Bueno, estamos a una distancia considerable de Konoha, quizás no debiésemos detenernos en más pueblos para alcanzar a participar el festival que inicia los exámenes ¿no crees, hijo mío?

- Bueno, si ero-senin… - empezó saliendo de la habitación.

- ¡No me llames así! – lo regañó el aludido.

- No se hubiese desviado hacia esas termas, estaríamos a dos días de aquí y no te hubiese encontrado – terminó mientras bajaban las escaleras.

- Mm, pero yo le llamo a eso perder tiempo valioso – sonrió Minato entrando en el comedor – aunque de todas maneras yo iba de regreso a Konoha.

Los tres se sentaron a la mesa y pidieron sendos desayunos, en especial los dos rubios, cosa que le pareció divertida a Jiraiya, al parecer el feroz apetito de Naruto no era sólo a causa de Kyuubi, sino era heredado.

- ¡Gracias por el alimento! – dijeron los dos rubios a la vez y se lanzaron al ataque, porque no comían, atacaban el alimento.

Claro que no vieron los ojos grises que miraban con avidez, no la comida, sino a quienes comían, ambos rubios eran hermosos, altos, de espaldas anchas que denotaban su poder, los ojos azules como trocitos de cielo, bocas sensuales que llamaban a ser besadas, pero quien más le llamaba la atención era el menor, se reía tranquilamente y comía como quien no ha comido en siglos, de seguro era poco menor que él, si se acercaba a él, quizás…

- Pues no sé, tu hijo ya era pervertido al conocerlo – decía el sanin divertido – vieras las técnicas que se ha inventado.

- Pues resultan, hice caer a casi todos los pervertidos de la aldea, hasta al viejo tercero ¿te das cuenta, papá? Entre más viejos, peores.

- Pues no sé, dime ¿tienes novia? – dijo Minato divertido.

- Que va a tener novia si vive obsesionado por un moreno de piel blanca y ojos negros – dijo el hombre mayor – por él se ha esforzado tanto.

- Vaya – sonrió Minato sin enojarse viendo como Naruto se ponía rojo hasta las orejas, no sabía sí de rabia o de vergüenza – no te preocupes tanto, hijo, no me molesta que tengas esos gustos – le sonrió – y dime ¿es muy fuerte?

El muchacho que los espiaba dejó de escucharlos alejándose un tanto decepcionado ¿Por qué los chicos lindos tenían a alguien a quien querer?

 

Llegó a su destino bastante cabizbajo, tanto así que no escuchó las molestas palabras de su compañera de equipo hasta que se topó con su líder, un moreno de piel blanca y ojos negros, de seguro que si el lindo chico rubio aquel lo veía se olvidaba de todo y de todos.

- Te noto extraño, Suigetsu – le dijo este alzando una ceja.

- ¿Más extraño de lo normal? – dijo la chica – si de por sí es raro.

- Pues al menos yo tengo mejores atributos que tú, cuatro ojos – le dijo este molesto – y he tenido una hermosa visión hace un rato – suspiró.

- Pues no sé que le ves a los chicos si tú eres uno – lo fastidió ella.

- Era un rubio alto, sus cabellos desordenados brillaban como el oro, sus ojos parecían trozos del cielo, su risa era tan hermosa, un poco escandaloso, sí, pero hermoso en todo su contexto – suspiró ignorando las miradas de sus compañeros – claro que andaba acompañado por su padre y creo que su abuelo, pero se notaba que los tres eran ninjas.

- Bueno, no nos interesan tus “pasatiempos” – insistió ella molesta – Sasuke, quizás debiéramos comenzar a movernos, si ellos son ninjas…

- ¿Te fijaste que símbolo llevaban en la bandana? – dijo este ignorándola también, le sonaba a alguien familiar – así sabremos a que aldea pertenecen.

- Bueno, el único que la llevaba puesta era el anciano, pero llevaba un kanji extraño – dijo pensativo – hablaban de regresar a su aldea.

- Bueno, de seguro no son hombres de Orochimaru y menos son akatsuki, así que no nos interesan – dijo Sasuke volteándose hacia el último de los integrantes de su equipo decidiendo ignorar sus presentimientos – Juugo, ve al centro a hacer algunas compras con Karin, debemos movernos luego.

 

Naruto estaba comprando provisiones en el centro comercial de la aldea cuando notó que alguien lo miraba fijamente, fingió que no lo había notado y prosiguió sus compras, pero aquella persona lo estaba siguiendo sin siquiera mantener una distancia prudente, aunque no podía detectar con exactitud su ubicación.  Entró en una tienda de espejos y descubrió a su perseguidor, lo había visto ya antes mirándolo fijamente cuando desayunaban.  Compró lo que le habían pedido y salió caminado directamente hacia él.

Suigetsu no le quitaba la mirada de encima al rubio, era como si lo tuviese hipnotizado, no podía moverse, en especial porque esas pupilas celestes parecían haberse vuelto como las de un tigre al asecho.

- Suigetsu, no tenemos tiempo que perder – dijo una voz que rompió el hechizo ya que el dueño de la mirada celeste apartó los ojos de los suyos volviéndose hacia quien le hablaba al otro chico.

“Maldición, Sasuke, tenías que arruinar el mejor momento de mi vida” gruñó el muchacho con rabia por dentro mientras veía como el rubio salía a toda velocidad hacia el moreno, como quien encuentra a un gran amor.

- ¡Sasuke! – lo abrazó con fuerza antes que este pudiese hacer nada.

- ¡Oye, monstruo, suéltalo! – dijo una voz femenina molesta.

- ¿A quién has llamado monstruo? – dijo una voz a espaldas de ella, furiosa.

- Papá, no te molestes por tan poco – sonrió el rubio soltando a Sasuke que no salía de su asombro, Naruto era el chico al que Suigetsu había visto, pero según él sabía, él no tenía familia – no es para tanto.

- Así que este es el chico del que Jiraiya hablaba ¿eh?

- Uchiha Sasuke, él es mi padre Namikase Minato – los presentó – y lo que dice Ero – senin no es cierto, él es mi amigo.

- Pues a los amigos no se les abraza así – dijo Karin furiosa – adefesio.

- No insultes a mi hijo – dijo Minato furioso mientras sus pupilas cambiaban de forma cerrándose hasta volverse una línea – no tienes ningún derecho.

La chica temblaba entera, algo en esa mirada le decía que aquel era un tigre que sacaría las garras para proteger a su cachorro contra todo.

- Papá, déjala tranquila ¿vale?  Ya estoy acostumbrado a que me digan así.

- No me importa… ¿cómo que ya estás acostumbrado? – dijo furioso – nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a insultarte así.

Sasuke al fin pudo reaccionar ¿Cuántas veces no había visto esa cara esculpida en la piedra en la montaña que protegía Konoha?  Pero es que era imposible, todo el mundo creía que él estaba muerto y para colmo era el padre de Naruto, pero este no llevaba su apellido.  Movió la cabeza negativamente, esta debía ser una broma absurda, estaba en una pesadilla.

- Oh, vamos – le sonrió Naruto divertido – me alegra que estés bien, Sasuke – se apartó de él – hacía rato que no nos veíamos.

- Eres el cuarto hokage ¿no? – dijo mirando al rubio mayor.

- Sí, y Naruto es mi hijo – le sonrió – y creo que tiene buen gusto – le guiñó un ojo malicioso – nosotros vamos de regreso a Konoha, de seguro a Naruto le agradaría que regresaras con nosotros ¿verdad, hijo?

- Eres peor que Jiraiya – le dijo este sonriendo – en fin, Sasuke tiene que cosas que hacer, un destino que cumplir y no quisiera meterme en su camino.

- Iré con ustedes – dijo este sorprendiéndose hasta él por su repentina decisión – creo que no me haría mal tomarme un tiempo de descanso ¿no?

- Genial – dijo el cuarto divertido – entonces, debemos comprar un poco más de provisiones – hizo un gesto apoyando su mano derecho en el hombro de su hijo – debemos regresar cuanto antes a Konoha.

- Sasuke ¿y nosotros? – dijo Juugo preocupado, eso n estaba en sus planes.

- Regresaré en unas cuantas semanas – le dijo él restándole importancia al asunto yéndose con los rubios de Konoha.

- Maldición, sabía que una vez que viera a Sasuke no miraría a nadie más – dijo Suigetsu molesto – me estaba mirando a mí cuando nos interrumpió.

 

Sasuke caminaba con Naruto a su derecha mientras este le contaba sus aventuras a su padre que sonreía divertido, complacido y orgulloso de los logros de su hijo, cómo le hubiese gustado que su padre fuese así con él, siempre mirando los logros de Itachi y a él, nada.

- Creo que Minato está un poco loco – dijo Jiraiya a su lado mirando a los rubios que parloteaban de lo lindo – y quizás no te hayas dado cuenta, pero él te puso en un genjutsu hace un rato, te va a unir con Naruto, si puede.

- Naruto es un chico guapo, un poco tonto, a veces, pero lindo.

- Y ni te vaya a escuchar insultándolo, porque ya lo viste, no quiero saber qué hizo que tu amiga viera hace un rato, de seguro que si Naruto no lo detiene, ella se había quebrado – le advirtió – no le gusta que lo traten mal.

- ¿Él no sabe que me escapé de Konoha y me fui con Orochimaru en busca de poder? – dijo Sasuke – porque dudo que Tsunade…

- Estarás bajo su protección, pero ciertamente él no sabe nada de aquello, sólo lo que le ha contado Naruto hasta ahora, si sólo desde ayer se conocen.

- Pues pareciera que llevasen una relación de muchos años, que hubiesen estado separados tan sólo unos meses y no toda una vida.

- Así son ellos, Minato y Naruto son muy abiertos, no les cuesta nada entablar una relación personal con otros, quizás sea por ello que Naruto tiene tantos amigos, gente que de verdad lo quiere, aunque no conozcan su secreto.

- ¡Es en serio, papá! – le dijo este mientras Minato se reía interrumpiendo la conversación de los otros – si hasta Jiraiya se desmaya cuando la hago.

- Oh, vamos ¿al rey de la perversión de Konoha? – se rió con más ganas aún – me parece realmente imposible que consigas algo así.

- Pues verás – dijo juntando sus manos - ¡Sexy no jutsu! – exclamó luego de hacer los sellos - ¿Qué piensas ahora? – agregó señalando al sanin.

- Que así te pareces a tu madre – dijo divertido riendo – pero no por ello me agrada ¿de donde sacaste tanta perversión?

- De sus ganas de demostrarle a todos que podía hacer las cosas bien – dijo Sasuke divertido – recuerdo cuando se lo hizo a Iruka sensei, este estaba molesto porque Naruto tenía tiempo para inventar esa clase de técnicas y no para estudiar las cosas que eran verdaderamente importantes en la academia.

- Bueno, no sé qué resultados hubiese obtenido si se lo hubiese mostrado a Kakashi – dijo Naruto pensativo – pero jamás quise arriesgarme con él.

- Bueno, pero ahora vuelve a la normalidad para despertar a Jiraiya y seguir nuestro camino – Naruto sonrió y le obedeció – anda, viejo pervertido, despierta o dejaremos que las fieras se coman tu tan cuidado cuerpo.

- Ustedes dos son muy malos – le dijo el sanin recobrando la conciencia – pero no se puede negar que son padre e hijo.

 

Faltaban apenas dos días para el examen chunin y al fin estaban de pie frente a la entrada de la aldea, naruto venía tan emocionado de haber encontrado a su padre que no dejaba de parlotear acerca de lo que les diría a sus amigos, de seguro hasta Gaara se ponía contento por él, porque debía de estar de visita allí si el examen era en esta aldea junto con su hermana.

- ¿Y se puede saber quién es ese? – dijo Minato divertido.

- El hazekage de la aldea de la arena – le dijo Naruto – tiene nuestra edad y ya es el líder de su aldea, yo espero llegar a ser un buen hokage y entre los dos formaremos una alianza fuerte para proteger a todos los pueblos de la guerra.

- Siempre habrá quien ambicione más poder – dijo Sasuke.

- Lo sé, pero vamos a conseguir unir las aldeas ninjas para evitar la muerte de los inocentes, de esa forma seremos mucho más fuertes.

- Una gran meta para un gran hokage, hijo mío – sonrió Minato – es hora que entremos ¿creen que Tsunade me reciba con los brazos abiertos?

- Bueno, quizás lo reciba mejor que a mí – dijo Sasuke preocupado.

- Sasuke huyó de la aldea hace unos años – le dijo Naruto – pero que yo sepa no ha hecho nada malo en contra de Konoha, excepto unirse a Orochimaru…

- Bueno, Orochimaru era lo bastante listo como para engañar a cualquiera, si hasta el tercero confiaba en él lo bastante como para aceptar que postulara para ocupar el cargo de Hokage – suspiró – claro que a la hora de decidir me apoyó a mí, quizás por eso luego sus experimentos dejaron de ser secretos.

- O sea que vas a decir que Orochimaru le ofreció a Sasuke poder cuando en realidad era que quería el suyo ¿no? – dijo el sanin pensativo.

- No creo que haya sido al único que haya hecho creer que se haría más fuerte a su lado cuando simplemente él buscaba su poder oculto.

- Estamos de regreso en Konoha – dijo Naruto y los cuatro entraron en la aldea pasando por el puesto de vigilancia – Hola, Iruka Sensei, estamos de regreso – lo saludó efusivamente abrazándolo con fuerza.

- No cambias ¿verdad, Naruto?  Tsunade Sama estaba que se comía las uñas esta mañana esperando tu regreso a la villa, dijo que iba a despellejar a Jiraiya sama si no llegaban a tiempo, en especial porque el hazekage llegó ayer por la mañana y esperaba verte y no estabas aquí.

- Lo siento, nos retrasamos, pero traemos dos hijos perdidos de la aldea ¿ves?

- Tsunade dijo que si te veía pasar te dijera que los espera en su oficina.

- Bien, es mejor que vayamos de inmediato ¿Qué dices, Jiraiya san? – dijo el rubio en el que Iruka no tuvo tiempo de reparar dado que los cuatro desaparecieron de inmediato en una cortina de humo.

Pero Tsunade no estaba en su oficina, no había nadie, ni siquiera Shizune estaba allí, ella era la responsable de todo, así que quizás hubiese surgido un imprevisto y por eso no estaban allí.

- Nos vinimos tan rápido y la vieja ni siquiera está aquí – se quejó Naruto – pudimos haber ido a desayunar en vez de venir a verla.

- No seas insolente – le dijo Jiraiya divertido – debe estar tomando sake por allí y Shizune estarla buscando, esa vieja borracha.

- Si tú no le tienes respeto ¿Cómo quieres que Naruto se lo tenga? – dijo Minato alzando las cejas asombrado – según recuerdo, ella también era un sanin ¿no es así? Y la mejor ninja médico de nuestra aldea.

- Pero eso no quita que sea lo que es – replicó su hijo sentándose en el escritorio – pero quizás lo mejor fuera que buscáramos un alojamiento, mi departamento es muy pequeño ahora para los dos…

- Los tres – lo interrumpió su padre abrazando a Sasuke – porque supongo que tu novio lo querrás mantener a tu lado ¿no es verdad?

- ¡No es mi novio, es mi mejor amigo! – dijo muy enojado.

- Pues no sé, yo no hubiese gastado tres años de mi vida por un amigo si no estuviera medio enamorado de él ¿no crees, Jiraiya?

- ¡Sasuke es mi mejor amigo y casi hermano! – dijo rojo como tomate.

- Vamos a ver qué piensa él al respecto – dijo el cuarto mirando a Sasuke.

- Naruto es un chico muy guapo – admitió este como que no quiere la cosa – y yo también lo considero mi mejor amigo…

- Pero eso no significa que las cosas no puedan cambiar ¿verdad?

- ¡Papá! – le reclamó Naruto – no pongas en su boca palabras que nunca dijo.

Se escucharon pasos en el pasillo, tres voces femeninas que se acercaban rápidamente y luego vieron cómo se abría bruscamente la puerta dejando a entrar a la voluptuosa quinta hokage seguida de sus dos asistentes, la morena Shizune y la chica de cabello rosado, Sakura.

- Tenía que ser Naruto quien causara tanto alboroto ¿cómo te atreves a regresar con apenas tiempo para participar en los exámenes?

- No lo regañes, Tsunade Sama, Naruto no tiene la culpa de nada, más bien diría que fue una fortuna para mí que hubiese perdido el camino, o si no ni Sasuke ni yo estaríamos de regreso en Konoha.

- ¡¿Cuarto?! – gritó y este se escuchó por toda la aldea…

 

Continuará…

 

Me doy por esta noche, pero conste que pienso seguir hasta el final, no voy a retirar mis palabras… (Ese es el lema de Naruto =P),  je, je, lo siento, es que ver al lindo Naruto más crecidito y al lindo cuarto paseándose por aquí… (Babosa, no te basta con verlos)  en fin, si les gustó, quiero comentarios y si no, bueno, lástima, porque se perderán lo mejor.

Shio Chang.

 
Notas finales: Dejen comentarios!!!!!!!!!!!!!!!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).