Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Pulga Erótica por Suika-chan

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Ohayou!! Antes que nada agradezco a todos aquellos que están leyendo este fic que... más que serlo, es una "historia en fase experimental" :p Bueno, aclaro que... no es un universo alterno, como decirlo, ni yo sé lo que realmente es, tan esto es el producto del aburrimiento y la falta de yaoi en las tiendas más cercanas xD. Ya sin aburrirlas más comenzaré, tan sólo queda decirles que la historia gira alrededor de una frase bien conocida "Si no puedes con el enemigo, únetele", ahora ¿Ustedes se unirían al enemigo en cualquiera de las circunstancias sin importar que tan raras pudiesen ser o qué tan "especial" es este enemigo? Pues, Wolfram se ve en las mismas sólo que él... jaja... ya verán que hará :p ahora sí, nos leeremos más abajo.

Notas del capitulo:  

Aclaraciones:

Kyou kara maou no me pertenece, es de su respectivo autor. Yo sólo escribo por amor a los personajes y bla bla bla...

 

El sol brillaba un día más en Shin Makoku despertando a los habitantes de tan hermoso reino. El rocío de la última lluvia aún era visible sobre las verdes hojas bañando los jardines dando un aspecto de ensueño.

Todo parecía tan tranquilo y la paz gobernaba. Pequeños rayos de sol se colaban entre las ventanas iluminando hasta el último de los rincones, todo este sosiego hasta que fue abruptamente interrumpida por el fuerte sonido de una puerta azotando contra el muro.

Efectivamente ese indicio no indicaba nada bueno.

Con pasos firmes y sonoros avanzaba por uno de los tantos pasillos seguido de su prometido y tal vez también de su hermano. Ya estaba harto de reclamar siempre por la misma razón ¿Es que acaso Yuuri era un tonto que no se daba cuenta de qué tan mal lo hacían sentir sus "buenas acciones"?

Estaba bien ser amable, un poco cordial y agradable ¡¿Pero al extremo de parecer un imbécil?!Siempre condescendiente y presto a todo, dedicando esa estúpida sonrisa a quien se le cruzase por enfrente, y ni hablar de cuando se tratase de una chica.

Definitivamente él se preocupaba por todos menos por él ¡Su prometido! Y eso lo sacaba de sus casillas.

-¡Wolfram!- llamaba el moreno siguiéndole el paso al rubio. Éste estaba muy enfadado, más que otras veces y eso lo asustaba un poco -Wolf- replicaba pero la mirada del soldado no lo dejó continuar

Odio, eso era lo que veía.

Sin decir nada, continuó su recorrido. Esto estaba mal, definitivamente esta vez era distinta a muchas pasadas.

-¡Wolfram!- casi gritó acelerando para obstruirle el paso extendiendo ambos brazos -¿Qué hice ahora?- preguntó dudoso sin antes tragar duro.

-¡Y tienes el descaro de preguntar!- el rubio frunció más el ceño al tiempo que apretaba los puños al punto de dejar blancos sus nudillos -¡Además de cobarde y enclenque, desmemoriado y descarado!-

Wolfram intentó continuar golpeando a quien tenía delante pero se vio apresado por Yuuri que lo cogía de los hombros.

-Vamos Wolf, si no me dices no me puedo enterar-

Echando un suspiro al aire, el soldado accedió. Cómo odiaba tener que explicarle todo, además de ser el centro de atención de las diferentes sirvientas y soldados que detenían sus labores para ver tan ridículo espectáculo entre él y el rey ¿Qué no tenían nada mejor que hacer?

-La joven con la que estabas hablando en el pueblo ¡¿Por qué la tratabas con tanta familiaridad?!-

- ¿A la que nos acercamos para preguntar la hora?-

-¡Sí, ella misma! Dime por qué Yuuri ¡Por qué!-

-Wolf, sólo trataba de ser amable para que nos ayudara-

-¿Sólo amable? Estabas riendo y rascando tu nuca con esa estúpida sonrisa ¡¿Será que acaso la conocías de antes?!-

-Nada de eso... cómo crees si yo he est...-

-¡Maldito traidor, cobarde, enclenque y mentiroso!-

-¡No es verdad y lo sabes, déjame explicarlo una vez más!-

-¿No te basta mi presencia para divertirte y conversar amenamente? ¡¿O insinúas que soy poca cosa para ti?!-

-Nada de eso, yo... sólo conversaba. Es todo ¿Qué hay de malo?-

-No hay nada de malo si lo haces conmigo. Si lo haces con otros es porque tienes una naturaleza traidora ¡Qué pensarías si me vieras ligándome a cualquier otro! ¡Apuesto a que comprenderías mi reacción!-

Sin ya poder defenderse, Yuuri fue levemente empujado para caer en brazos de Conrad mientras ambos miraban como el tercero se marchaba.

-¡Y ustedes que miran!- gritó nuevamente Wolfram dirigiéndose a las sirvientas que se sobresaltaron al ser descubiertas -¡Regresen al trabajo o ya verán lo que les pasa!-

Sin responder, los presentes salieron despavoridos del lugar, sin duda esta era una persona de temer.

-Déjalo ir- aconsejó con su siempre sonrisa el castaño -Luego tendrán su momento para aclararlo todo-

-¿Crees que quiera escucharme?- preguntó un temeroso Yuuri.

-Estoy más que seguro- respondió el mayor

-Tienes razón- aceptó el moreno dejando escapar un suspiro, y con ello se fue a su oficina, quedaba mucho por firmar.

Desde la lejanía, un par de ojos celestes divisaban tan problemática escena, no era la primera y tampoco sería la última vez que pasaba pero de lo que sí estaba seguro era que estaba cansada, cansada del alboroto, los gritos, las peleas, los malhumores y la tensión en el ambiente.

Debía acabar con ello ya, y una de las tantas ideas que tenía en la cabeza la ayudarían a cumplir sus fines. Esbozó una pícara sonrisa para ir a ponerla en práctica, definitivamente esta era la mejor de todas.

Tempranas horas de la tarde llegaron sin demora cuando cierta pelirroja andaba por los pasillos con una expresión eufórica. El almuerzo no había terminado hace mucho cuando perdió de vista a su amigo y próxima víctima. Caminando y pensando en un posible lugar donde éste pudiese encontrarse, llegó hasta la oficina real. Conociéndolo tan bien como sólo ella lo conocía, era casi un hecho que esperase al rey para llenar las solicitudes y otras cosas más.

Sin siquiera tocar, entró con una pequeña caja de cristal en mano.

-Te encontré- dijo Annissina caminando en dirección al de cabellos negros para colocar sobre su escritorio lo que llevaba en mano.

-¿Qué es eso?- preguntó Günther quien yacía al lado del mueble y ahora se aproximaba a ver mejor.

-Es mi nuevo invento- respondió enérgica la chica al tiempo que Gwendal palidecía -Yo lo llamo... ¡La pulga del amor!- casi gritó levantando la caja y acercándola a la cara del moreno. Éste, por instinto retrocedió, conociendo a la inventora, lo más seguro era que lo buscaba para ser conejillo de india.

-¿Exactamente qué hace?- preguntó Günther con mucha curiosidad.

-Pues...- pensó breves segundos -Es un pequeño insecto encargado de revelar los verdaderos sentimientos de las personas. La sola picadura de esta pulga estimula las hormonas al punto de poder quitarle el miedo a la persona para decir todo lo que quiera y sin pensar siquiera en el rechazo ¡Es muy útil para las parejas indecisas!- lo último lo enfatizó mirando a los dos que tenía delante -¡Es por ello que ustedes tendrán el gusto de probar tan gran invento!-

Antes de poder terminar de hablar, el portazo indicando que Gwendal ya no estaba resonaba en los oídos de los ahora presentes, quedando sólo Günther a su merced.

-¡Ten piedad de mí Annissina que aún soy joven para morir!- comentó dramáticamente intentando escapar de la inventora pero fue detenido. Es aquí donde en un intento desesperado de supervivencia el de cabellos lavanda comenzó a correr en dirección a la salida cuando chocó contra la chica haciendo que ésta soltara lo que traía consigo.

-Lo siento- dijo el chico arrepentido viendo como su acompañante recogía lo que fue antes su frágil caja. Los ruidos del accidente llamaron la atención de cierto mazoku que, sin pensarlo dos veces, regresó de donde momentos antes escapaba para encontrar a la pelirroja en el piso buscando quien sabe qué cosa.

-¿Qué sucedió?- preguntó Gwendal al de cabellos más largos pero no hubo respuesta.

-Ha escapado- dijo por fin la chica incorporándose -La pulga está perdida-

Antes estas palabras, el moreno salió seguido de un segundo chico. Sabía lo que significaba que tan minúsculo insecto se perdiese, y no estaba dispuesto a acarrear con las consecuencias.

Ya varios minutos habían pasado cuando el mayor de los hijos de la ex-reina volvía a la habitación acompañado del fiel Günther. En el camino se había topado con la pelirroja quién prometió fabricar otra pulga porque daba a ésta por muerta. Ambos palidecieron antes tales palabras para continuar con su camino, llevándose una gran sorpresa cuando llegaron.

-¿Qué haces aquí?- preguntó el mayor mirando como un pequeño cuerpo se levantaba del escritorio.

-Qué no es lógico, espero a Yuuri. Tengo que aclarar un asusto de suma importancia con él- respondió el rubio pasando por el costado de su hermano.

-Será mejor que lo busques afuera porque vamos a fumigar-agregó Günther haciendo señas para que Wolfram se dirigiese a la puerta.

-¿Qué sucedió hermano?-preguntó el soldado ignorando al pelilargo, lo que lo hizo enfurecer.

-Una simple plaga, nada grave- y con el sonido de la puerta al cerrarse empezaron tan pesada tarea.

Terminaba uno de los pasillos cuando vio algo que realmente le desagradó. Allí estaba, Yuuri junto a Conrad, jugando a ese estúpido juego que el moreno había aprendido en su mundo ¿Cómo se llamaba? Ah si. Baseball ¿Qué de divertido tenía el pasarse la bola una y otra vez? A veces no lo entendía, y eso que era su prometido y según él se esforzaba para comprenderlo.

Pero eso no era lo que más le disgustaba del asunto, claro que no podía ser tan trivial la razón, sino era ¿Por qué siempre era al castaño a quién buscaba para practicar? Avanzó un poco decidido a reclamarlo por engañarle con su medio hermano cuando comenzó a sentirse extraño ¿Era su imaginación o hacía de pronto mucho calor?

Desabotonó la parte superior de su chaqueta y su camisa para no darle tal importancia al clima y continuar con lo suyo: Reñir a Yuuri por una más de sus traiciones. Continuó hasta detenerse detrás de uno de los pilares, este calor tan repentino lo molestaba de sobremanera y no lo dejaba pensar con calma. Agitó su mano derecha para poder así formar una pequeña brisa que no le fue de mucha ayuda cuando notó desde la lejanía el esbelto cuerpo de su prometido correr detrás de una bola perdida.

Ahí estaba, agachándose por tan pequeño objeto tanteando con su mano por entre los arbustos. Su vista se quedó prendada en aquél cuerpo. Cada movimiento, cada gesto, todo le pareció tan hermoso... tan tentador...

No era la primera vez que miraba a Yuuri, pero sí la primera en percatarse de tan triviales detalles. Su calor corporal aumentaba ¿Qué le sucedía? Esto no era normal en el soldado mazoku, y por si fuese poco sintió como algo le apretaba en la parte inferior del abdomen. Bajando la mirada, se sorprendió al notar las ahora abultadas telas de su pantalón que aprisionaban aquella parte de su cuerpo que se volvía dolorosa y molesta. No se podía equivocar, tenía una erección.

Levantó la cara con miedo y vergüenza ¿Acaso alguien lo había visto? Si no fuese así, podría salir corriendo pero con lo primero que se topó fue con aquellos ojos negros que lo miraban vacilantes. Se sonrojo con la sola idea de que lo observase; sus ojos, sus labios, sus manos, su piel, todo del moreno lo excitaba terminaba de dar frutos en su parte baja.

Sin más, salió caminando lo más rápido que pudo. Recordó la razón por la que lo buscaba pero eso podía esperar; ahora era prioridad deshacerse del nuevo problema y lo más rápido posible.

Entró en la habitación real que compartía con Yuuri cada noche. El portazo dado retumbaba en sus oídos rompiendo con la tranquilidad de la sala. Buscó con la vista un lugar dónde refugiarse, el baño le pareció el mejor de todos. Entró para apoyarse contra el muro frente a él y se dejó caer pesadamente.

Hace mucho que no recurría a tan antiguas mañas, pero el caso indicaba que era el momento de retomarlas. Se quitó la chaqueta azul para dirigir sus manos a su parte baja. Se desabotonó el pantalón suspirando varias veces para bajar cuidadosamente la cremallera y tomar su miembro con los dedos.

Estaba duro y de la punta goteaba la sustancia pre-seminal comenzando a ensuciar su uniforme. Acomodándose mejor en el piso, el cual no era muy cómodo, comenzó a masajear su virilidad lentamente para aumentar la velocidad que marcaba con sus manos.

Pequeños jadeos salían inconscientemente de su boca a la vez que sus labios esbozaban el nombre de la persona que tanto necesitaba y amaba: Yuuri. Sus gemidos aumentaron y sus caderas comenzaban con un vaivén frenético, subiéndolas y bajándolas al tiempo que clamaba por el moreno. Ya faltaba poco, lo sentía venir, por fin solucionaría su problema.

Su respiración lucía agitada y sus mechones rubios se pegaban a su piel por el sudor. Fue aquí donde escuchó el sonido de la entrada de la alcoba abrirse seguido de unos cuantos pasos que caminaban sin rumbo fijo.

Entreabrió los ojos visualizando su entorno cuando escuchó una segunda puerta abrirse ¡Había olvidado poner seguro!

-Wolfram... ¿Estás aquí?- preguntó la voz del otro lado ingresando en la habitación.

Sin mucho tiempo a reaccionar, el rubio cogió su chaqueta para cubrirse mientras un sonrojo en sus mejillas lo delataban.

Yuuri quedó perplejo ¿Acaso sería cierto lo que creyó haber visto? Miró fijamente a su acompañante; jadeando, respirando con dificultad, sudando y cansado. Todo esto sin olvidar que estaba en el suelo sin fuerza alguna para reaccionar ¿Qué le pasaría? Había visto cómo el chico tomaba su chaqueta y escondía algo debajo de ella ¿Qué sería?

Miró una vez más a Wolfram y se sonrojó ¿Es que acaso él... estaba haciendo "eso"? Imágenes del rubio autosatisfaciéndose llegaron a su mente, provocando un notorio sonrojo ahora en sus mejillas y que bajara la cabeza para perder la mirada en un punto vacío del piso.

Wolfram por su parte estaba callado, parecía haber sido descubierto y lo peor ¡Aún no acababa con su problema! ¡Había cantado victoria antes de ganar la guerra! Intentó moverse pero era inútil... dolía... sólo le quedó calmar su respiración y esperar a que el otro hablase, eso o inventar alguna escusa que se oyera lo bastante creíble, lo que le pareció imposible.

-Wolf... yo- intentó decir Yuuri pero estaba nervioso -Yo...- intentó continuar pero no sabía como reaccionar. Si decía alguna cosa equivocada, era más que lógico que haría sentir mal al mazoku, debía pensar bien en sus palabras y decirlas con inteligencia.

-Yo quería saber si... tú... estabas bien. Dentro de media hora almorzaremos. Te espero en el comedor- y con esto dejó salió de la habitación.

Un extraño silencio se formó sumergiendo al soldado en él... definitivamente este no era uno de sus días.

Notas finales:  

Bueno, bueno, bueno, xD sólo queda decir que éste es mi primer fic y cuando digo primer me refiero a nada de nada :p así que, cómo podrán notar, aún no me atrevo a describir del todo una que otra situación comprometedora y demás (La verdad es simplemente vergüenza, pero en fin). Si no les gusta algo, si les incomoda otras cosas, si me quieres gritan, ayudar, agradecer, chismosear y demás pues, me dejan un review a ver si termino esta historia o sino pues... simplemente pararla xD (Lo entendería, en sí la historia es extraña) xD aunque no pasara de dos o tres capítulos en total, a menos que... ya veremos... ¡Nos estamos hablando!

Ah! Lo olvidaba... aún no sé si será un Wolf x Yuuri o un Yuuri por Wolf, quisiera que por favor me dijesen de su preferencia y si le encuentro algún buen motivo, no dudaré en ponerlo. Toda idea es aceptada, no se abstengan de decírmela xD Ahora sí nos estamos escribiendo, gracias por leer y hasta pronto ¡La encuesta es importante, agradecería su respuesta!

Suika-chan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).