Regresó
Esperaré ese momento. El momento en que realmente seas mío.
Apoyó su espalda contra la puerta de metal, reprimiendo el torrente que amenazaba con estallar contra su pecho y mandar una corriente de lágrimas a su rostro. Había terminado. Todo había terminado.
Riki.
Maldición. Se sintió amargo, y deseó tanto poder estirarse y golpear algo. Pero no estaba enojado. Sintió como si se estuviera asfixiando por dentro, como si no pudiera respirar, pero sus pulmones estaban bien.
Aquellos ojos.
Recordaba a Riki girando para verlo mientras caía al suelo, sin piernas. Aquellas eran las primeras lágrimas que había visto de Riki durante toda su vida. Las primeras gotas de cristal puro que había visto. El muchacho nunca lloró. Ni siquiera cuando fue forzado durante su entrenamiento. Nunca lloró. Ni una vez.
¿Y por qué lloraría él por mí?
Quería gritar, quería golpear algo - lo que fuera. Pero no podía. Todo lo que podía hacer era sentarse ahí, en ese montón de infierno deteriorándose, absorto en el impacto de su pérdida.
Una sombra pasó por la entrada.
Buscó, brevemente - en un reflejo. Pero lo que vio hizo que su corazón se partiera en dos, y casi pudo escuchar el crujido -- partiendo de su alma todo su amor por Riki.
"¡Riki!", exhaló.
Eso fue todo lo que pudo decir. Pero en su cabeza, las preguntas afloraban. ¿Por qué, Riki? ¿Por qué regresaste? ¡Vete! Sálvate... tienes una vida por delante. Aún tienes a tus amigos...sal. Sólo tienes 20 años. Aún tienes una vida...
Pero no pudo hacer nada. Permaneció quieto y observó la pequeña figura caminar hacia él.
Riki... resonó en su cabeza. Riki...te estoy dejando ir...Te dejo ir eternamente. Eres libre. ¿Por qué regresaste? ¡Vete!
Todo a su alrededor, su pasado, desmoronándose frente a él, mientras buscaba en los ojos cafés, tan relajado. Tan tranquilizador. Nada importaba ahora. Sólo esto.
Sólo él regresando.
"Pensé que necesitarías alguien con quien hablar;" se sentó a su lado, apoyándose contra él. "Pero si me dices que soy un fastidio, me callaré y me acurrucaré a tus pies."
Casi sonrió. Cerró los ojos y sintió su cuerpo tenso relajarse junto al de Riki. Esto era. Ahora ya no tenía miedo de nada. Riki estaba aquí.
Riki estaba con él.
Escuchó un débil sonido en medio del fuego, era como alguien abriendo una caja de cartón. Bajó la vista y vio a Riki con un cigarro negro ligeramente sostenido entre los labios. Black Moon. Iason podía reconocerlo en cualquier lugar.
"¿Quieres uno?" Preguntó Riki, encendiendo la punta de su cigarro.
"Seguro. Estaría bien fumarse el último contigo," dijo, tomando el mortal veneno y colocándolo entre sus labios. Riki inclinó la cabeza hacia arriba y encendió el cigarro de Iason con la punta del suyo.
"Este es nuestro último beso intenso."
Inhaló el humo y lo dejó salir por sus labios. Riki lo vio, y por primera vez, Iason notó un asomo de miedo en sus ojos.
No hay necesidad de palabras.
Deslizó su brazo alrededor de los hombros de Riki y lo acercó, el chico apoyó la cabeza contra su hombro.
Estoy aquí, Riki. Estoy contigo. Para siempre.
Vio dentro de los ojos cafés, y no sintió más que paz. Y amor.
Te amo.
Riki cerró los ojos, aparentando como si hubiera transcurrido en un sueño.
Serás la última cosa que veré.
Riki.
Riki.
Dolorosos entumecimientos se deslizaron a través de su cuerpo mientras acercaba a Riki.
"Riki," dijo, sin saber si el cuerpo que abrazaba aún seguía con vida o no. "Te am--..."
Por un momento - no supo si lo imaginó o no, pero sintió la mano de Riki tocando la suya. Una caricia que lo tranquilizaba y le decía que todo iba a estar bien, una caricia que correspondió a sus sentimientos.
Permitió que una lágrima saliera, como un recuerdo, pero sólo una. Cerró los ojos, y acercó a Riki.
Regresaste.
FIN