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Pupilas de Gato por sakurita_85

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Notas del fanfic:

s-c: si yo se que debería de estar actualizando mis otros fics pero bueno este vino de inspiración divina

inner-chan: es cortito además de que no es con las parejas de siempre

kakashi: es verdad estamos expandiendo horizontes ^_//

itachi: yo salgo???

minato: es sorpresa ^^ creo que yo no salgo u_u

kakashi, itachi: kawaiii!!!!!!! *abrazando a minato*

gaara: a mi me va gustando el inicio ¬//¬

sasori: pues si a mi no ò_ó

s-c: bueno la pareja principal no va a ser un sasunaru muajajaja

inner-chan: lean y descubran ^u^

todos: a leer se a dicho

minato: ya saben que los personajes de naruto no le pertenecen a sakurita por más que pelee por ellos, son de un tipo llamado Kishimoto que no quiere convertir la serie al yaoi por más que sus fans lo exigen ¬¬... sakurita no quiero volver a leer el disclaimer u_u

Notas del capitulo: s-c: inspirado en una canción de Luis Miguel que se llama "Pupilas de Gato" escuchenla para que se den una idea ^^
 

Cap 1 "El novio de mi amigo"

Aquella era una tarde lluviosa y sentado en el alféizar de la ventana de su habitación un hermoso joven se encontraba contemplando las enormes gotas de agua estrellarse contra el vidrio, los grises nubarrones solo se veían cortados por aquellos luminosos rayos y truenos que atravesaban con furia aquel grisáceo cielo. Y mientras la misma pregunta pasaba y repasaba su mente ¿cómo es que aquello había sido posible? Solo lo había visto cruzar la calle al mismo tiempo que él, sus ojos negros como la misma noche, afilados... como pupilas de gato parecían seguirle, a pesar de que sus miradas solo se habían topado un par de segundos ya no podía apartarlo de sus pensamientos.

La lluvia le había sorprendido saliendo de su trabajo y con solo su portafolio podía cubrir su cabeza para evitar terminar más empapado de lo que ya estaba, de todos maneras no era como si fuera gran cosa, tenía dinero suficiente como para comprarse otro traje pero no le gustaba ostentar y la gabardina que cubría su cuerpo impedía que se mojara de más; sin duda después de aquella caminata, poco requerida, bajo la lluvia iba a necesitar un baño caliente y un par de zapatos nuevos, era una persona sencilla de gustos sencillos y su apartamento lo reflejaba a pesar de ser el último piso de la torre de departamentos más cara de la ciudad su dueño no presumía de ello, las paredes estaban pintadas de un tono Burdeos con detalles en negro, sus muebles todos eran de color blanco haciendo resaltar aquella amplia habitación, su recámara contrastaba con el resto de la casa, era de color blanco, la cama era negra mientras que las colchas y las sábanas eran de un inmaculado blanco asemejando un ying yang, una pequeña mesa de noche junto a la cabecera y sobre ella una lámpara de base alta y de color negro con la pantalla blanca, no había televisor o electrónico alguno a parte de aquella lámpara, su espacioso closet junto a un vestidor y un enorme cuarto de baño. Sin duda alguna el dueño de aquel lujoso apartamento era una persona contradictoria pero con un excelente gusto. Siguió contemplando la lluvia que caía con furia sobre la ciudad, ahora realmente agradecía el bajo perfil que siempre le había gustado mantener puesto que gracias a ello había podido conocer a aquel espécimen de ser humano que ahora ocupaba sus pensamientos.

-basta ya- se dijo así mismo mientras se levantaba del alféizar y miraba por última vez la oscuridad de la noche, las luces de los edificios y las gotas de agua caer -no tengo ganas de dormir, mejor adelantar mi trabajo- decía mientras salía de su habitación solo luciendo unos pants color negro y una camiseta sin mangas ceñida a su cuerpo, alto sin duda alguna aunque no demasiado, 1.75, de apariencia estilizada; sus músculos marcados pero sin exagerar abdomen plano y fibroso, cabellos rojo fuego y cerrando el conjunto un par de ojos verdes de un color que no se puede definir con facilidad en algunas ocasiones turquesa en otras más oscuros o más claros acompañados de un tatuaje en la parte izquierda de su frente "AI" era lo que se leía y poco le importaba lo que la gente opinara de su imagen mientras el cumpliera con su trabajo todo iría bien.

Entró a una habitación de color beige con un escritorio de madera algo rústico, una silla de cuero negra bastante grande y sobre aquel escritorio su computadora personal descansaba, las paredes estaban adornadas por libros de todos tipos, desde los especializados en su trabajo como Abogado hasta libros de misterio e historia antigua de diversos países. Se sentó en la cómoda silla y encendió su computadora, sacó un par de archivos de su portafolio, un marcador de textos amarillo y un par de hojas blancas se colocó unas gafas ovaladas que daban un aspecto demasiado sensual a su rostro, aunque él no fuera conciente de ello, además de conjuntar a la perfección la seriedad y seguridad que irradiaba, comenzó a leer aquel caso en el que estaba trabajando mientras encendía un cigarrillo y daba un par de caladas; sin duda los divorcios eran aburridos siempre se había preguntado ¿por qué la gente se casaba si iba a terminar separándose ante la primera pelea estúpida? por esa razón él había cerrado su corazón se negaba a enamorarse o establecer una relación afectuosa que fuera más allá de una simple amistad y bueno tampoco es que tuviera muchos amigos... y decirlo en plural era mucho solo tenía un amigo. Continuó leyendo hasta muy entrada la madrugada, cuando retiró las gafas masajeo su sien y el puente de la nariz para relajarse, se reclinó sobre la silla y cerró los ojos por un momento; había terminado con aquel caso, defendía al marido la parte agredida en aquel litigio puesto que era el dueño de las propiedades y el dinero pero a pesar de todo era un hombre bueno que había dado todo por su esposa y ella le había traicionado con uno de sus socios, había conseguido que la mujer no recibiera nada, sus honorarios no eran baratos pero sin duda el mejor de la ciudad valía cada centavo que pagabas por él además de los miles que te ahorraba, pero siempre escogía a sus clientes no todos eran aceptados y algunos a pesar de no poder pagarle los defendía por igual. Cerró la computadora y se fue a descansar el par de horas que le quedaban antes de presentarse en la corte, se metió bajo las sábanas y la colcha, cerró sus ojos y el último pensamiento que cruzó por su mente fueron un par de ojos negros.

 

 

La mañana había pasado tan aprisa que no se dio cuenta de que ya era la hora del almuerzo aquel juicio había sido de lo peor la voz de aquella mujer reclamando por dinero que no le correspondía, los reclamos de un socio ingrato y la mirada agonizante de su cliente al ver al que consideró el amor de su vida irse de la mano de otro habían menguado sus fuerzas solo quería descansar. La voz de su secretaria por el altoparlante lo sacó de sus pensamientos; Gaara lucía un sobrio traje color café claro una camisa blanca y una corbata en tonos dorados y cafés resaltaba aquel conjunto.

-Gaara-sama lo buscan- decía la chica -es el joven Naruto-

-hazlo pasar por favor- decía fríamente el pelirrojo mientras retiraba sus gafas y las dejaba sobre el escritorio y su mirada cambió por unos instantes cuando contempló a su rubio amigo entrar por la puerta de su oficina con una radiante sonrisa

-Gaara- decía efusivamente el chico.

Naruto Uzumaki había sido su compañero de habitación en la Universidad y aunque no tenían nada en común terminaron siendo grandes amigos, el mejor Ingeniero en Sistemas Computacionales y se encontraba trabajando en las empresas Konoha y aunque no se notará era todo un genio, su cuerpo pequeño de 1.65 le hacía parecer más joven de lo que en realidad era, cabello rubio, piel canela y sus ojos azules que destilaban inocencia aunque no quisiera admitirlo y en sus mejillas un par de marquitas como bigotes de algún animalito como la cría de un pequeño zorro, por la velocidad a la que trabajaba lograba hacer el trabajo de nueve personas por eso le habían apodado "el Kyuubi" o zorro de nueve colas mientras que Gaara se había dado a conocer por su habilidad para ser siempre el numero uno en sus encuentros en la corte y le apodaban "el Shukaku" o mapache de la arena porque arrasaba como el desierto con la vegetación, nunca había perdido con un cien por ciento de probabilidades de victoria no había rival para él.

-hola Naruto- saludaba con una pequeña sonrisa en sus labios, viendo a su amigo vestido con un traje negro, una camisa azul claro y una corbata de tonos azules, su cabello revuelto le daba ese aire aventurero y rebelde que tanto le caracterizaba.

-vengo a invitarte a comer- decía el rubio con una enorme sonrisa -hoy terminé antes para no tener que volver en la tarde- explicaba mientras Gaara recogía las cosas de su oficina y metía un par de documentos en su portafolio -es que hay alguien que quiero que conozcas- decía con una sonrisa y un sonrojo adornaba sus mejillas

-¿es acaso una nueva conquista?- se mofaba el pelirrojo saliendo de su oficina

-¡¡¡GAARA!!!- gritaba el menor inflando las mejillas en forma de puchero

-nos vemos mañana Matsuri- se despedía de su secretaria seguido por su amigo

-hasta mañana Gaara-sama- decía coqueta la chica siendo ignorada olímpicamente por su jefe y el amigo de este. Ambos chicos llegaron en total silencio al elevador, entraron y Naruto oprimió rápidamente el botón de sótano y las puerta se cerraron fue entonces cuando ambos soltaron una estruendosa carcajada

-no si ya decía que las tienes a todas locas- se burlaba el rubio

-siempre es lo mismo- reía el pelirrojo -todas me coquetean y terminan haciendo mal su trabajo y me toca despedirlas-

-pobres, ¿es que no hay nadie que logre ablandar ese trozo de hielo que llamas corazón?-

-no... nadie...- decía con seriedad el pelirrojo borrando todo vestigio de sonrisa

-bueno bueno dejando todo esto de lado, vas a conocer a uno de mis "amigos"- decía el rubio haciendo comillas con los dedos en la última palabra para señalar el punto -no seas muy duro con él- pedía

-depende...- decía con una sonrisa de medio lado al ver la cara esperanzada de su amigo -de que tan estúpido sea-

-nunca cambiarás- decía suspirando y resignándose a que aquel almuerzo sería un campo de batalla y seguramente Gaara terminaría ganando

-es que siempre sales con perdedores, recuerdas al quiropráctico llamado Kimimaro dios el tipo era rarísimo además de que se vivía persiguiendo a la gente para tronar sus cuellos o alguna extremidad o que tal el chico insecto, Shino creo que se llamaba así, vaya que era extraño con todos esos insectos en su departamento o que hay de ese chico llamado Pein con todas esas perforaciones en la cara o que me dices de Hidan que buscaba que te convirtieras a su religión para poder continuar con su relación, todos eran una sarta de perdedores- comentaba el pelirrojo mientras salía del ascensor y se dirigía al coche de su amigo

-hey si lo dices así claro que suenan extraños pero no hay nada que temer, Kimimaro terminó con Temujin un compañero del trabajo la verdad es que son tal para cual y Shino solo me estaba utilizando para darle celos a Kiba además de que yo sabía- explicaba el rubio haciendo un puchero mientras quitaba la alarma de su Mustag convertible color rojo -Pein esta saliendo con una chica que hace perforaciones que se llama Konan y Hidan bueno pues él creo que se fue de mochilero a predicar su religión, de repente recibo uno que otro mail suyo- terminaba mientras arrancaba el auto y salía a su destino.

-como sea todos esos no te merecían; a ver con que sales está vez, seguro que es el chico que hace la limpieza en la oficina donde trabajas o tal vez el mesero de tu restaurante favorito de ramen- se burlaba el pelirrojo

-calla >.<* esta vez si que tendrás competencia es un abogado como tu- decía el rubio con una zorruna sonrisa

-¿oh de verás?- se burlaba el pelirrojo mientras sonreía prepotente

-sip se acaba de mudar a la ciudad por lo que todavía no es muy reconocido pero por lo que he escuchado es como tú el mejor de su generación y nunca ha perdido un caso, él no se especializa en divorcios su rubro son los litigios empresariales así que nunca se toparan en corte ¿no te da gusto?-

-como sea ya lo juzgaré cuando lo vea, ya sabes que eres muy especial para mi así que no cualquiera podrá ser tu pareja- decía solemnemente Gaara

-pues lo mismo digo sabes que después de mis abuelos tu eres la persona más importante para mí, y ya te estas tardando mucho en tener pareja a este paso vas a llegar a viejo totalmente solo- decía con seriedad el rubio mientras se estacionaba y entregaba las llaves al valet parking del hotel donde iban a comer aquella tarde

-como sea ya sabes que no creo en esas cosas, el amor es para los ilusos- decía mientras acariciaba el tatuaje de su frente entraron en aquel lujoso hotel y caminaron directo al restaurante.

-bien Gaara por favor compórtate- pedía el rubio antes de hablar con el host del restaurante

-si ya entendí- bufaba cansado el pelirrojo

-buenas tarde ¿puedo ayudarlo en algo?- pedía cortésmente el host

-si una reservación a nombre de Uzumaki Naruto-

-sígame por favor- tomó un par de cartas y caminó frente al rubio y al pelirrojo -los están esperando- uno de los meseros se acercó a ellos y retiró sus gabardinas junto con el portafolios del pelirrojo.

-hemos llegado tarde por tu culpa Sabaku- refunfuñaba el menor -mira que buena primera impresión estas dando-

-si si si como sea- decía hastiado mientras rodaba los ojos y los cerraba, exhaló para tranquilizarse, detuvo su andar un momento y es que su amigo lo estaba exasperando tal vez esta vez sería el indicado y por eso estaba tan emocionado, abrió de nuevo sus ojos para seguir caminando cuando notó que su amigo saludaba efusivamente a un hombre de negra cabellera el cual vestía un pulcro traje azul marino con una camisa color crema y una corbata lisa color dorado, dirigió su paso así ambas figuras, la mesa era una de las más alejadas y junto a un enorme ventanal que daba a los jardines del hotel y a la piscina.

-Gaara quiero presentarte a alguien muy importante para mí- decía el rubio con una sonrisa mientras tomaba la mano de quien los estaba esperado, la cara de Gaara era de total estupefacción aquel era él mismo hombre con quien se había topado la tarde anterior -él es Sabaku no Gaara mi mejor amigo- decía señalado al pelirrojo -él es Uchiha Sasuke mi novio- decía con una sonrisa señalando al azabache.

-mucho gusto- decía el azabache extendiendo su mano para estrechar la del pelirrojo pero sin apartar la mirada de aquellas orbes verdes que ahora se leían confusas aunque su rostro no lo reflejara.

-igualmente- contestaba parcamente mientras los tres se sentaban para poder ordenar

-Sasuke es abogado como tú Gaara- decía el rubio para iniciar una conversación

-ya me lo habías comentado- decía mientras un mesero se acercaba para llenar su copa con vino -también me dijiste que se dedica más a las empresas, que es el mejor en su área así como lo soy yo y que se graduó como el número uno de su generación- terminaba el pelirrojo mientras daba un sorbo a su copa

-vaya vaya Sabaku no Gaara, el menor de los tres hermanos Sabaku, mejor licenciado en derecho de su generación con una especialización en divorcios, número uno en más de tres estados, su hermana está comprometida y vive en el extranjero y su hermano se encarga de las empresas familiares- recitaba de memoria el Uchiha con una sonrisa prepotente -eso fue lo que tu me dijiste dobe- decía bebiendo también de su copa sin apartar la mirada del pelirrojo que comenzaba a incomodarse

-ya ya bueno a cada uno le di una mini biografía del otro para que no se vieran como completos desconocidos- decía haciendo un pucherito -uno que intenta suavizar las cosas y así se lo agradecen y no me digas dobe... teme-

-tampoco se vale el plan de victima Naruto- decía el pelirrojo -vamos comamos y luego platicamos- observaba al azabache alto alrededor de 1.85 pues le sacaba cuando menos una cabeza de diferencia, cabello negro con algunos reflejos azulados, ojos negros aún más hipnotizantes de lo que habían sido la tarde anterior, labios delgados, rasgos varoniles, espalda ancha y una voz que raspaba sus oídos, pronto se reprendió mentalmente por estar analizando de esa manera al novio de su mejor amigo, no podía ser el mundo más cruel y ponerle a la única persona que deseaba y nunca podría tener... el novio de su mejor amigo.

-me parece una buena idea- apoyaba el azabache

Ordenaron la comida aunque el pelirrojo casi no comió, siempre comía muy poco además de que su estómago se llenaba con solo un plato de una buena ensalada como la que había ordenado, todo lo contrario a su hiperactivo amigo que iba por su octavo plato de ramen a pesar de estar en aquel lujoso lugar no podía pedir otra cosa pero bueno esa era su personalidad y así la aceptaba como Naruto aceptaba que él fuera frío y distante, por su parte el Uchiha había pedido un filete de ternera con una ensalada como acompañamiento, la comida paso ligera, Gaara casi no platicaba cosa que inquietaba al rubio, para esos momentos el pelirrojo habría ya destrozado a cualquiera de sus pretendientes, tal vez y solo tal vez esta vez le había dado al clavo pero era demasiado pronto para hablar...

-y dígame Uchiha-san ¿hace cuanto que conoce a Naruto?-

-Sasuke por favor Gaara- recalcaba el azabache dando un último sorbo a su copa -nos conocemos desde pequeños pero hasta hace poco hemos comenzado a salir-

-ya veo Sasuke-san ¿y cuál es el motivo de tenerlo en nuestra ciudad?-

-simplemente que mi hermano acaba de iniciar un negocio con la compañía Konoha por lo que nos trasladaremos aquí para que los trámites sean mucho más veloces, claro como yo soy el encargado es probable que solo lleven un solo un mes y medio en lugar de los 3 que siempre lleva- sonreía prepotente

-ya veo, entonces solo se quedará por una temporada- decía con frialdad el pelirrojo para hacer notarle a su amigo que solo era la diversión del momento

-no para nada, pretendemos establecernos aquí- contraatacaba

-ya veo- susurraba el pelirrojo -y su familia-

-Gaara eso no por favor- pedía el rubio con una mirada triste

-no te preocupes dobe- le dijo el azabache apretando suavemente la mano del rubio -como ya le dije tengo un hermano mayor, mis padres murieron junto con el resto de la familia murieron en un trágico accidente-

-siento mucho haberle hecho recordar momentos dolorosos-

-no hay nada que disculparse, mi hermano llega en un par de días a la ciudad junto con nuestro socio- explicaba el azabache -por cierto espero que no te moleste que pregunté tu edad-

-¿eh? No para nada tengo 26 años, uno más que Naruto y usted-

-27-

-bueno yo 25 así que estamos todos bastante grandecitos- decía el rubio al ver que era excluido de la conversación -chicos no es por interrumpir su acalorado interrogatorio pero tengo que ir a casa a descansar mañana me tengo que levantar temprano y Sasuke tu tienes que ir a la oficina para ver los pormenores de la sociedad-

-si dobe lo sé no tienes que recordármelo que para eso tengo mi agenda electrónica y además a la odiosa de mi secretaria- bufaba molesto el azabache

-eso si que tienen en común- decía con una sonrisa el rubio -Sasuke lleva ya dos semanas aquí y a despedido a dos secretarias, como pasa contigo Gaara ellas le coquetean y terminan haciendo mal su trabajo pero el teme no es tan compasivo como tú, no él las despide al primer error-

-es lo más lógico si ellas se equivocan es perdida de dinero y tiempo para mí-

-en eso te apoyó-

-bueno bueno me voy, los dejo por favor no se maten- pedía el rubio mientras se paraba de la mesa y besaba los labios de su novio -nos vemos mañana en la oficina teme, gracias por venir Gaara comemos mañana para platicar- le susurro al oído y salió de aquel local

-bueno me retiró parece que hoy también va a llover y no quiero terminar otra vez empapado- decía Gaara viendo por aquel enorme ventanal las nubes grises moverse agitadas por el viento, levanto la mano para llamar al mesero y pedir la cuenta

-no se molesté yo invito- decía el Uchiha con una sonrisa prepotente y sus afilados ojos negros clavados en los verdes de Gaara

-no me gusta que paguen por mí, podemos ir a mitades si le parece- proponía el pelirrojo

-si así lo desea-

Ambos pagaron con su respectiva tarjeta y se encaminaron a la salida, Sasuke entregó el boleto para que trajeran su auto mientras Gaara pedía un taxi y las primeras gotas de lluvia se hicieron presentes, el Sabaku bufó molestó decían que sus pronósticos siempre eran más acertados que los del canal del clima pero él nunca lo había visto de esa forma por lo que siempre las lluvias o las nevadas le tomaban de improviso como esta vez.

-si ya decía yo que hoy también iba a llover, pero soy necio- se regañaba el pelirrojo mientras se cubría con el portafolio la cabeza

-Gaara, vamos sube- decía el azabache desde su auto

-no muchas gracias, no deseo desviarlo-

-sube no muerdo- se burlaba el Uchiha

Ante tal comentario el pelirrojo subió al auto, un Mercedes Benz SLK plata último modelo, sacudió un poco su mojado cabello y recargó su cabeza sobre el cristal y cerró sus ojos un momento tenía unas marcadas ojeras resultado de su insomnio además el día de hoy había sido especialmente agotador.

-Gaara sino me dices en donde vives no podré llevarte- decía el azabache deteniendo el auto en un semáforo

-vivo en la Torre de Departamentos Suna- decía el pelirrojo abriendo momentáneamente sus ojos para volver a cerrarlos

-de acuerdo-

Puso un poco de música suave que terminó de arrullar al pelirrojo que cayó presa del cansancio del día, Sasuke sonrió imperceptiblemente mientras veía al Sabaku y recordó que lo había visto correr por la misma calle y sus verdes ojos llamaron su atención como si fueran las pupilas de un gato entre la oscuridad de la noche destacando entre las demás personas que parecían simples fantasmas rondando a su alrededor solo podía ver los ojos de aquel pelirrojo solo habían sido unos minutos, aquella tarde había quedado de verse con Naruto pero no podía apartar sus pensamientos de aquel misterioso chico que había visto  cruzarse en su camino y que pequeño el mundo que la misma persona que había ocupado su cabeza fuera el mejor amigo de su novio... era jugar con fuego... además vivían en el mismo lugar ¿cómo lograría alejarlo de sus pensamientos teniéndole tan cerca? Tardaron un par de minutos en llegar, el azabache tomó en brazos al pelirrojo vaya era muy delgado y casi no pesaba, cerró la puerta del automóvil y activó la alarma, presionó el botón del elevador y en unos pocos minutos estaba ya en la puerta de su apartamento con el pelirrojo en brazos profundamente dormido con algo de trabajo abrió la puerta se encaminó hasta su habitación y lo acomodó en su cama, parecía un pequeño gatito algo mojado.

-no juegues con fuego Uchiha que te puedes quemar- se regañaba el azabache al verse acariciando las rojizas hebras del menor de los Sabaku

Notas finales:

s-c: que tal??

inner-chan: le seguimos o paramos???

kakashi: O_// sakurita de verdad que te estás expandiendo

itachi: ototo-baka todo un seductor como buen Uchiha *u*

gaara: me reservo mi opinión ¬///¬

sasori: TToTT buuuuaaaaa

minato: ya no llores sasori-san verás que te toca ser prota en otro

s-c: bueno ya saben que se aceptan tomatazos y toda clase de verduras suaves

gaara: mi arena no resiste las verduras duras ¬¬

itachi: ya saben que dejar un rr no cuesta nada y hace muy feliz a la loca escritora


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