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Desideratum... "Lo deseado" por Suika-chan

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Notas del fanfic:

 

Desiderátum...Lo deseado

"Cuándo una necesidad se siente...

Cuándo algo se vuelve indispensable...

Cuándo algo no puede ser adquirido..."

Notas del capitulo:

Hola! Aquí con un nuevo proyecto y es... tata tan tan... (Sonido de tambores)... bueno, no sé cómo explicarlo xD. Creo que se puede poner en la categoría de AU pero... más que ser eso... es una posible continuación de lo que pudo pasar si es que Yuuri y Wolfram algún día nos sorprenden con sus tantas decisiones. Bueno, creo que no lo estoy explicando bien pero... ustedes ya verán conforme el desarrollo de la historia. En fin, espero que acepten mi nuevo proyecto.

Kyo kara Maou no me pertenece, es de su respectivo autor del cuál no recuerdo su nombre. Para una mejor comprensión es bueno saber que:

Espacio     El mundo humano.

Cronología Unos años después de que Wolfram y Yuuri aceptaron sus sentimientos y consolidaron su relación, deciden probar que tal les va cómo una pareja normal comenzando a vivir juntos en un pequeño departamento.

Yuuri...19 años

Wolfram...18 años (Aparentemente)

Ahora sí, lean por favor. Se los agradezco de antemano.

Desiderátum...Lo deseado

"Cuándo una necesidad se siente...

Cuándo algo se vuelve indispensable...

Cuándo algo no puede ser adquirido..."

Pista 1. "A Priori"

(Dícese de lo sucedido con anterioridad a un hecho o circunstancia determinada. Razonamiento deductivo. Descender de la causa al efecto)

Los primeros rayos del sol se colaban por entre las persianas que cubrían los ventanales de tan grande habitación. El dormitorio continuaba sumergido en su tan monótono silencio mañanero y es que ninguno acostumbraba despertar tan temprano, sobretodo en los domingos.

Se removió en la cama pateando descuidadamente los cubrecamas que caían al suelo. El frío sobre su descubierto cuerpo lo obligó a virar completamente adhiriéndose al que yacía junto a él plácidamente dormido.

Sintió como los brazos de alguien lo tomaban por la cintura trayéndolo de vuelva desde el mundo de los sueños. Ahí estaba su siempre fiel acompañante, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, ¿Cuántos veces había despertado de la misma forma desde que vivía en aquel departamento? No podía ni contarlas, pero no se quejaba; lo amaba, incluso más que a su vida propia.

Le acarició los cabellos susurrando su nombre al tiempo que le brindaba una cálida sonrisa. No tardó en percibir cómo un par de esmeraldas lo miraba un tanto desubicadas, acababa de despertar y como era de esperar, le estaba costando.

-Wolf- pronunció suavemente por segunda vez liberándose del agarre en el que lo tenían. Se sentó para mirar mejor la figura a su lado tallándose los ojos con el antebrazo de su pijama, era hermoso.

-Buenos días Yuuri- saludó el rubio incorporándose de pronto al tiempo que buscaba con la mirada sus pantuflas -¿Qué hora es?- preguntó.

-Muy buenos días Wolf- respondió con su siempre cálida sonrisa el moreno acercándosele para darle un beso en los labios -Son ya las 11h 45- continuó sin separarse de su pareja y ahora acostándolo nuevamente en la cama.

Los ojos de Wolfram se abrieron de par en par ¿Las 11h 45? ¡Era muy tarde! ¿Qué acaso no había oído el molesto despertador? ¡Imposible, no llegaría al restaurante!

Empujando al de cabellos más oscuros, corrió en dirección a la ducha seguido de su prometido quién intrigado por su reacción lo siguió hasta el baño.

-¡Por qué no me despertaste!- reclamó molesto girando la perilla al tiempo que el agua recorría su ahora desnudo cuerpo gota a gota.

-No lo creí necesario, es todo- contestó Yuuri mirando cada acción del otro desde la puerta -Además que ayer nos dormimos muy tarde por estar ocupados jugando-

-Ni me lo recuerdes- intervino el ojiesmeralda cerrando la llave del agua -Aún estoy adolorido en algunas partes y es que no sabía que te gustaba el "sexo fuerte"- prosiguió tomando una de las toallas que yacían en el perchero cubriéndose la cadera y parte de las piernas.

-No es que me guste "eso", es que... quería experimentar cosas diferentes, ya sabes, es mejor probar y rechazar a no conocer y estar perdiéndonos de algo realmente interesante-

Vio como el más pequeño pasaba junto a él dando rápidos pasos mientras abría los cajones para buscar algo de ropa. Estaba apurado, lo sabía muy bien, y no podía evitar molestarlo hasta en eso casos.

-Y dime, ¿Qué tal te pareció? Si quieres, podemos intentarlo otra vez-

Yuuri se acercó al rubio por atrás repartiendo un sin fin de besos por su cuello hasta llegar a la oreja donde mordió el lóbulo incitadoramente.

No pudo evitar el tensar su cuerpo ¿Porqué cada vez que tenía prisa pasaba esto? Lo sabía perfectamente, Yuuri odiaba que trabajara en ése lugar al que se refería despectivamente como "La guarida de las Fieras", alegando que esperaban el mejor momento para atacarlo ¿Por qué tenía que ser tan sobre protector en estos casos? Sabía que lo amaba y confiaba plenamente en él, aún así no podía evitar tener una que otra riña sobre el asunto.

-¡Yuuri, estoy tarde! ¡Si no salgo ahora no llegaré a tiempo y me despedirán!- replicó Wolfram girando un poco quedando cara a cara con su prometido.

El moreno lo miró alzando una ceja ignorando completamente las palabras del otro, lo que no le gustó mucho al rubio quien se resistía ante cada manifestación de amor.

-Sería genial que ya dejaras eso, sabes perfectamente que odio que vayas con esos tipos- comentó finalmente el moreno soltando al más pequeño quien se ponía presuroso una camisa blanca y unos pantalones negros.

-Ya basta, sabes muy bien en lo que quedamos con mi familia ¿O quieres que te lo recuerde?- preguntó Wolfram ahora poniéndose unos zapatos también negros y arreglándose el cabello con un peine que su acompañante siempre llevaba en el bolsillo.

-¿De veras quedamos en algo con ellos? Creí que esas eran excusas para poder por fin librarnos de todos y así poder vivir juntos cómo ahora-

-¡Yuuri!- se quejó el rubio poniéndose un fino reloj de pulsera -Es tarde, hoy terminaré un poco antes de las 13h, justo para el almuerzo ¿Me esperarás?-

-¿Incluso los domingos me dejarás solo?-

-Sabes que no lo hago adrede, es sólo este fin de semana, hay una reunión muy importante dónde vendrán unos ejecutivos altamente calificados para discutir sobre las mejoras el...-

-No digas más por favor - interrumpió de pronto el más grande acercándose a una pequeña mesita que tenían en la habitación para tomar un gran llavero con una foto en el centro -¿Quieres que te lleve?-

-¡Claro!- respondió casi por inercia el rubio acercándose a su prometido para implantarle un largo beso en los labios, amaba que el moreno lo consintiera y lo mimara, pero por sobretodo adoraba que lo llevase a su centro de trabajo; cosa que no hacía tan seguido como en un principio.

-Entonces...- interrumpió al ojiesmeralda tomándolo posesivamente por la cintura -¿Qué me dices de tener un "Segundo Round" cuando vuelvas?-

-Pues...- Wolfram no pudo evitar sonrojarse ante tal propuesta, sin duda el pudor en el ex rey se iba perdiendo con el paso de los días -Ya tendremos mucho tiempo para encargarnos de eso, por ahora mi prioridad es llegar al restaurante y tan sólo tengo...- miró su lujoso reloj -¡5 minutos! ¡Jamás llegaré!-

Corrió rumbo abajo saliendo descuidadamente del departamento hasta llegar al estacionamiento. Buscó con la mirada el auto, permanecía en el lugar de siempre, parqueado cerca de una de las esquinas frente a una cabina donde yacía uno de los vigilantes del área.

-Joven Von Bielefeld, ¿Saldrá incluso en un domingo tan espléndido como hoy?- preguntó un hombre saliendo al encuentro del recién llegado quitándose la boina que tenía momentos antes.

-Sí, ya ve que este mundo no es tan fácil como parece- respondió suspirando mientras miraba hacia atrás para buscar al moreno ¿Por qué tardaba tanto?

-Créame que lo sé- rió el hombre -Hoy en día uno debe tomar cada medida para poder llevarse el alimento a la boca ¡Mire, el joven Shibuya ya llegó!-

El rubio viró encarando al moreno reclamando quien sabe qué mientras éste último tan sólo sonreía. Después de despedirse de tan viejo hombre, ambos subieron al auto encendiéndolo para que calentase el motor.

-Qué tengan un buen día- se despidió el mayor acercándose a la ventanilla junto a la puerta de Yuuri.

-No se preocupe viejo, yo regresaré dentro de poco así que espéreme, no aceptaré eso de que otro tome mi lugar-

-¡Yuuri!- casi gritó el rubio jalándole una de las mejillas, a lo que el otro se quejó -Sabes que odio que le faltes el respeto a tus mayores, puedes aprender mucho de ellos-

-Gracias joven Von Bielefeld- agradeció el hombre volviendo a su pequeño estudio, era un día normal después de todo.

Ya habían llegado, ahí estaba, frente a ellos uno de los más lujosos y caros restaurantes de la ciudad. El lugar era bastante amplio y los diferentes espacios para los clientes era lo más llamativo del recinto.

Se aparcaron cerca de la entrada principal dónde a esas horas no habían muchas personas transitando, lo que alegró mucho al que conducía.

-No tenías por qué llamarme la atención frente al viejo, sabes que odio que me traten como a un niño-

-Sé que no es tu culpa el ser tan grosero y es que como he vivido toda mi vida en Shin Makoku, estoy acostumbrado a la elegancia y la ética, recuerda que soy un príncipe y el hijo de la ex reina. Pero aquí... bueno, no puedo evitar utilizar lo que aprendí en las largas clases de etiqueta que tiempo atrás Günther también me brindó aunque admiro tu facilidad de palabra para con los otros-

El moreno alzó una ceja ¿Lo comprendía, lo insultaba o lo alababa? Quién sabe, lo mejor era dejar que el mazoku se fuera y es que la hora de encuentro había pasado hace un cuarto de hora. Se despidió con otro beso comunicando que vendría a buscarlo por la tarde, estaba de buen humor, además de guardarle una gran sorpresa.

Llegó presuroso dirigiéndose directa hacia la cocina. Sabía que estaba en falta así que buscó a sus compañeros para disculparse y empezar con lo que tenía que hacer, ¡Y todo por estar entreteniéndose con el molesto de Yuuri!

Poco antes de llegar se topó con un grupo de hombres igual vestidos que él quienes lo miraban no muy amigablemente. Tragó dura suspirando antes de acercárseles, no era la primera vez que tendría este tipo de roses con ellos, es más, poco a poco se estaba acostumbrando.

-Vaya, vaya, pero miren quien es el que va llegando ¿Sabes que hora es?- preguntó un joven bastante contemporáneo a la edad que el rubio simulaba tener mirándolo desafiantemente.

Naoya Kamiya: Edad, 24 años. De cabellos marrones oscuros y largos hasta el hombro, piel bronceada y ojos verdes bastante claros. Altura promedio de 180cm y de contextura delgada.

-Sí lo sé- contestó el rubio tratando de ignorar las diferentes muecas que más de uno le proporcionaba -Mi más sinceras disculpas, tuve algo importante que hacer y me tomó más tiempo del que imaginé- agregó haciendo una reverencia que Yuuri le había enseñado cuando recién acababa de llegar a este tan raro y nuevo mundo.

-¿Y crees que una de tus estúpidas disculpas nos basta? Vaya que eres bastante torpe pequeño zorro, ¿Y crees que ésta te saldrá gratis cómo las otras?-

-Déjalo- intervino uno de los jóvenes que yacían a su lado -…l ya ha sido advertido por "Maître"- comentó tomando por el hombro al pelimarrón, aunque sabía de antemano que eso no lo calmaría.

Soishirou Tsuda: Edad, 18 años. De cabellos castaños bastante claros y cortos, tez clara y ojos también marrones casi mieles. Su altura no supera los 172cm y a simple vista parecía bastante indefenso.

De un movimiento casi violento, se libró del agarre del castaño dando unos cuantos pasos en dirección a Wolfram.

-Eso quiere decir que puede que te pueden echen por este descuido ¿No es cierto?- preguntó el más alto tomando por el cuello de la camisa al mazoku.

-Eso es lo que te estoy diciendo, deberías escucharme cuando te hablo- comentó el castaño cruzándose de brazos haciendo un puchero.

El rubio asintió moviendo la cabeza en señal de afirmación.

-Entonces ésta es nuestra despedida, espero no verte nunca más- culminó empujándolo y provocando que el rubio cayera golpeándose contra el suelo -Adiós pequeño zorro, ni se te ocurra aparecerte por aquí de nuevo- finalizó el mayor volviendo a su actividad principal seguido del resto de muchachos.

Wolfram se levantó sacudiendo sus ropas en el trayecto, bueno, si lo despedían ya no tendría que aguantar aquellos maltratos a los que se sometía ¿Por qué no reaccionaba? ¿Por qué no utilizaba sus poderes para protegerse? ¿Por qué incluso no le contaba a Yuuri? Su relación con el moreno había cambiado demasiado, para su suerte, y aunque la confianza fuese su pilar para seguir adelante, aún había muchas cosas por saber, por decir, por conocer. Una vez listo, divisó la cocina entrando en ella, de todas formas debía reportarse.

-Siento mucho las horas en las que llego- se disculpó el rubio con la cabeza gacha, sabía perfectamente lo que se le venía.

-¡Muy buen día Wolfram!- saludó uno de los cocineros limpiándose las manos para estrecharla con la suya -Te estábamos esperando- continuó sonriéndole dulcemente.

Watanabe: Edad, 42 años. De cabellos grisáceos casi blancos, tez blanca y ojos celestes. Se estatura bastante grande y presencia intimidadora.

-Pero... ¿Y los ejecutivos? ¿No han llegado aún?-

-Llamaron para informar que se retrasarán media hora, parece que una de sus reuniones se alargó más de lo esperado-

El rubio sonrió, después de todo parecía no haberle ido tan mal. Se acercó al grupo de hombres viendo los diferentes platos que preparaban ¡Eso de cocinar sinceramente era un arte que él jamás dominaría!

Permaneció largos minutos contemplando a cada uno de los presentes, cuán diferente eran las personas tan sólo cambiando de habitación en aquél recinto.

-¿Quisieras ayudarnos una vez más pequeño?- preguntó el mismo hombre pasándole una cacerola.

-¡Claro!- respondió Wolfram tomando lo que le daban -¿Otra vez haré la ensalada?- preguntó un poco desilusionado y es que su gran sueño era prepararle un gran banquete a su prometido, cosa que le parecía irrealizable.

El hombre rió fuertemente, a pesar de todas las impuntualidades del menor, le era imposible despedirlo, tal vez aquella inocencia sólo propia de aquel que ya no estaba junto a él, tal vez era el recuerdo lo que se lo impedía.

-¿Pasa algo?- preguntó el mazoku notando que nuevamente aquel hombre lo miraba con ternura llena de amor fraternal, como la que le dedicaba su madre cada noche durante su infancia.

"Familia", qué lejano sonaba.

-No es nada, es el cansancio y es que ya no soy tan joven como antes, cada día envejezco más y más- comentó riendo el hombre acariciándole la cabeza -Empecemos ya o no nos quedará tiempo-

Faltaba poco para que el reloj marcara la una de la tarde cuando uno de los restaurantes más lujosos del país abrían sus puertas para recibir a un grupo de importantes ejecutivos residentes y extranjeros.

Luego de instalarse en sus respectivas mesas, fueron atendidos por un gran número de meseros en su mayoría jóvenes quienes muy prestos a todos dejan y recogían los diferentes platos.

Entre ellos, un rubio chico hacía su trabajo lo mejor posible y es que no estaba acostumbrado a tantas miradas puestas sobre él y es que no era un tonto para no notarlo. Omitiendo eso, todo parecía tan tranquilo y las sonrisas en los presentes lo hacían sentirse muy feliz. La reunión marchaba bastante bien, para su satisfacción.

Hace mucho se había cumplido su hora de encuentro ¿Dónde demonios se había metido el rubio que no se aparecía? Genial, lo que le faltaba, lo más seguro era que el estúpido de su jefe no lo haya dejado salir ¡Y él que le tenía preparada una gran sorpresa! Debía haberlo predicho, ¿Por qué todos terminaban entrometiéndose entre ambos?

Se recostó en el asiento del piloto cruzando los brazos detrás de su cabeza. Cerró los ojos suspirando cansinamente, ya vendría Wolfram, sólo le quedaba esperar.

-¿Yuuri, estás bien?- le preguntó una voz desde afuera del auto tocando la ventanilla para llamar su atención. Abrió los ojos para encontrarse con un par de esmeraldas que lo miraban examinándolos detenidamente.

-¡Wolf!- casi gritó abriendo la puerta para saludar a su prometido.

Lo jaló de uno de los brazos haciendo que éste cayera sobre su cuerpo cerrando la entrada en el trayecto. Lo besó al tiempo que lo acomodaba sobre su regazo, lo había extrañado en ese lapso de ausencia.

Rodeó la cintura del rubio con ambas manos para acercarlo lo más que pudo. El menor no se hizo de rogar y le dio pleno acceso a su boca acentuando aquel gesto lo más que pudo. No pasó mucho tiempo cuando el moreno se separó del rubio acomodándolo en el asiento junto a él.

-¿Sucede algo Yuuri?- preguntó un muy confundido mazoku y es que el ex rey no era de los que terminaban los besos, sólo cuando estaba molesto o pretendía continuar para satisfacción de ambos.

El moreno le sonrió dulcemente acariciándole la mejilla mientras lo volvía besar.

-Te tengo una sorpresa, no podemos demorar más- finalizó encendiendo el auto y poniéndolo en marcha.

El resto del viaje pasó un tanto silencioso y es que Wolf estaba bastante intrigado ¿Qué era lo que Yuuri le ocultaba? No se le ocurría nada ¿Una sorpresa? Miró de reojo a su acompañante, cuanto había cambiado desde que lo conoció. Si lo comparase con el niño que conoció años antes ni lo reconocería. Ahora era mucho más seguro de él, más confiado, más fuerte y más galante para con él.

Llegaron a un gran restaurante de fallada bastante llamativa. El primero en bajar fue Yuuri quien presuroso abrió la puerta del rubio extendiéndole la mano para ayudarlo. Una vez fuera, lo dirigió guiándolo con un brazo levantado para que se sujetase de él ¿Qué tramaba? Ya lo descubriría.

Entraban cuando uno de los meseros se les acercó.

-¿Tienes reservación?- preguntó con un folder en mano donde tenía apuntado los diferentes nombres de sus clientes.

-Shibuya Yuuri- respondió el moreno -Y Wolfram Von Bielefeld-

Para sorpresa del rubio, el joven los dirigió hacia una pequeña mesa para dos donde dándole acceso a ambos para que se sentaran. Momentos después de intercambiar un par de palabras con el mayor, el mesero desapareció dejándolos totalmente solos.

-¿De verdad reservaste esto para nosotros? ¡Esto es muy caro, no creo que debamos...!-

-Pero ya está hecho- interrumpió el moreno jugando con sus cabellos y desordenándolos.

Momentos después, el hombre volvió con dos finas bandejas de plata en mano acomodando la comida en la mesa. Sinceramente se veía deliciosa.

-Buen apetito- dijo el chico volviendo por donde entró, dejando a un más perplejo mazoku.

La cena había terminado cuando un par de jóvenes se limpiaban las bocas para salir de tan precioso lugar. La tarde había pasado muy divertida y ya era un poco más de las cinco de la tarde, sin duda se habían tomado su tiempo disfrutando de la compañía mutua.

El moreno volvió a abrirle la puerta a su acompañante ingresando también en el vehículo, para sorpresa del menor.

-Y... ¿Te gustó la comida?- preguntó el moreno sonriendo.

-Sí- respondió el rubio acomodándose en el asiento.

Un momento de silencio se interpuso entre ambos antes de que el mayor hablara, estaba claro lo nervioso que se sentía.

-Wolf, hay algo que necesito decirte- dijo de pronto jugando con sus manos.

El ex soldado lo miró con curiosidad ¿Qué se traía entre manos?

-Pues... yo...- se le acercó un poco buscando algo entre sus ropas, para ser exacto, en su chaqueta.

-¿Todo está bien Yuuri?-

-Claro, es sólo que... - sacó una pequeña caja bastante bonita con un moño en la parte alta -Es esto- la abrió de pronto dejando ver su contenido.

Wolfram la examinó detenidamente entendiendo a lo que el otro se refería. De la sorpresa, se llevó ambas manos a la boca tratando de disimular su estado de ánimo.

-Pero... esto significa que...-

-Así es Wolf, luego de haber pasado por tanto, tantas pruebas, tantos momentos juntos, todo, creo que ya me siento preparado para proponerte esto. Entonces, ¿Quieres casarte conmigo?-

El rubio no podía creer lo que sus ojos veían, el momento que desde siempre había soñado llegaba y él no sabía ni como reaccionar. Sin pensarlo más, abrazó al que tenía a su costado fuertemente repartiéndole un sin fin de besos en el rostro.

-Claro que sí ¡Acepto!- respondió efusivamente sin poder evitar que un par de lágrimas se escaparan de sus orbes verdes.

-Gracias- respondió Yuuri secando aquel líquido con sus puños mientras se prometía a sí mismo nunca más darle motivos para llorar, las cosas iban a cambiar desde ahora, lo presentía.

Notas finales: Bueno pues... aquí está mi primer capítulo y sé que la mayoría de ustedes estarán confundidos con la trama pero sólo pido tiempo y paciencia, y es que esto es un tanto difícil para mí, no sabía en primera como desarrollar el tema así que prometo esforzarme! Perdón por el nuevo formato del fic y es que aunque ahora parece raro la cursiva entre párrafo y párrafo sólo pido plena atención que cada detalle puede ser útil para la comprensión de la historia. Ahora sí, hasta aquí llegamos hoy xD gracias a todas por darme una oportunidad al fic TTwTT

Como dato curioso puedo decir que esta historia no lleva capítulos sino "Pistas". Además si no se entiende algo o tienen alguna duda, estoy aquí para absolverlas. Nuevamente gracias a todos! Nos estamos escribiendo!

Suika-chan


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