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Notas del fanfic:

Acabo de escribirlo, no tiene ni 10 minutos, así que sean condecendientes con la ortografía y esas cosas, pero háganmelo saber para corregirlo.

Notas del capitulo: Los personajes son mios, aunque la idea la tomé de la vida misma, jeje.

 

 

Hace años, varios años ya, yo era una persona extraña… La vida era para mi nada más que un doloroso paisaje, esperando a ser contemplado mientras cambia, mientras evoluciona, mientras se renueva…

 

Las cosas se me resbalaban, simplemente así, como si de agua se tratase, cayendo y formando charcos de recuerdos, de sucesos y años, de personas y consejos.

Un día, como todo, mi vida cambió gracias a ella… ¿gracias a ella? Mejor dicho, por su culpa.

 

**************************

Era un día cualquiera, con el sol alto y la gente ruidosa alrededor, estábamos en medio de una clase aburrida, cerca de mediados de curso, escuchando una y otra vez la historia de la Europa septentrional, que en mi opinión sonaba igual a la historia de las Cruzadas o de la 2° Guerra Mundial, tomando los mismos apuntes aburridos que solo cambiaban por nombres y fechas, y que decían lo mismo: el ciclo sin fin… la vida misma.

Entonces llegó ella, con un aire refrescante que soplaba por primera vez en mi vida y en la semana.

 

-Profesor… disculpe…- dijo alegremente desde la puerta, interrumpiendo la monótona explicación

-¿Qué desea señorita?

-Pues… es que me acaban de transferir y este es mi grupo, ¿puedo pasar?

-Claro, claro, pase y escuche que estamos a mitad de un tema importante… ¿En qué estábamos?… Entonces Noruega queda al norte…

 

No puedo decir que fue amor a primera vista, pero seguro que me llamó la atención esa manera de sonreír, ella lo hacía ver tan natural, tan relajante y fácil, algo que yo nunca había visto. Esa manera de andar, torpemente, despreocupadamente, cándidamente apenas notando el suelo bajo sus pies… a veces notándolo menos de lo indispensable.

 

-Auch!…

-¡¿Se encuentra bien, señorita?!- preguntó el profesor al notar que ella había caído tropezando con alguna loza suelta.

-S-sí… lo siento…

-Tenga más cuidado…

 

No pude dejar de verla, no pude encontrar cómo era que esa criatura podía encajar en ese cuadro tan visto por mi que era la vida, había observado la vida desde que era una niña, siempre había lo mismo, pero ella era algo que no conocía, algo en ella no encajaba. Despertó mi curiosidad.

*****************

 

Alexandra, la cosa más curiosa que jamás hubiera visto, acaparó mi atención. Una chica singular desde la punta del cabello hasta la punta de los pies. Demasiado ligera como para estar sujeta a la ley de gravedad, demasiado despistada como para haber llegado sana y salva hasta los 17, demasiado… ¿viva?

Vida, eso que yo contemplaba tan indiferente y apaciblemente era lo que yo no tenía, era lo que en definitiva a ella le sobraba.

Por casualidad, por error, por curiosidad o por destino, no lo sé ni importa ahora, me acerqué a ella, sutilmente, despacio, atentamente a todo cuanto hacía. Me convertí en su amiga y pronto empecé a dejar de observar la vida para disfrutarla a su lado. Por primera vez reí y mi alma se elevó por encima de las nubes…

 

******************

-¡May, no corras tan deprisa!

-¡Es tarde, y es tu culpa, así que no te quejes!

-Por… por favor no corras… al menos espéra…

-…me?- terminé la frase y en seguida escuché cómo cayó tirando algunos libros en el pavimento, volteé inmediatamente para asegurarme de que estuviera bien-…mm… jaja

-No te rías…

-jajaja, lo siento, lo siento, es solo que jaja… perdón, perdón… jajaja

-No es gracioso- dijo como niña pequeña enfurruñada, pero le contagié mi risa y al final terminamos las dos en el suelo riendo por el incidente- jaja… ya deja jeje de reírte de mí… ayúdame a pararme jeje… ¡Mayra! Jaja

-En seguida, en seguida jaja- no sé, lo que pasó no era nada extraordinario, no había nada de paranormal en la situación y sin embargo me empecé a reír sinceramente desde lo profundo de mí ser, y por vez primera me sentí tan libre que no me importó entrar tarde al colegio, ni el regaño que nos dieron por hacer tanto escándalo por esa pequeña estupidez.

*****************

 

Y entonces pasó que descubrí el perfil de la felicidad, pero yo no me conformé con eso, yo quería verle el rostro, y así pasó que me encontré mirándola cada que podía, observando fijamente sus facciones, su semblante, su esencia, grabando en mi memoria cada detalle de su voz, de cómo se movía su cabello al viento, de cómo miraba, de los ademanes que hacía, viéndola, estudiándola hasta descubrir con la vista la más pequeña insinuación de existencia.

 

*****************

-May… May… ¡Mayra!- me llamó fuerte para sacarme de mis pensamientos

-¿Decías algo?- dije acabando de notar que me hablaba a mí

-Estás siempre en las nubes pensando no sé que y viendo hacia ningún punto en particular… A propósito de eso, nunca me dices en qué piensas

-¿en qué pienso? ¿Y eso para qué lo quieres saber?

-Pues para que sí

-Esa no es una respuesta, vuelve a intentar

-¡Ay! Porque… no sé, porque quiero saber

-¿para qué?

-Pues para saber lo que piensas

-mmm, ¿pero para qué quieres saber? ¿Qué ganarás con eso?

-¡ay! ¡Estamos volviendo al principio!

-volviendo… al principio… ¿no crees que esa expresión suena redundante sin serlo?

-¿cómo?

-sí, vuelves al principio, regresas al principio, siempre puedes volver, pero no necesariamente al principio, aunque si dices volver te refieres a que te acercarás al comienzo aunque no llegues hasta ese punto

-… Eres muy extraña, May… pero de algún modo creo que lo entiendo un poco- contestó con una sonrisa tranquila- pero… ¡eso no responde mi pregunta!

-Lo siento, se acabaron las oportunidades, suerte la próxima vez…

-¡May!- gritó enfurruñada de nuevo, como cada que perdía contra mi en esa misma conversación

***********

 

Un día, descubrí lo que era la ternura, un día que me había quedado observándola como de costumbre, mientras hacíamos los deberes en su casa, tumbadas en la alfombra de la sala.

¿Por cuánto tiempo fue que me quedé viéndola? Ni idea, pero ella lo notó, y su gesto fue lo más dulce que nadie había hecho por mi en años, quizá en vidas…

 

*********

-…- estaba viendo fijamente cómo un rayo de luz iluminaba un mechón de su cabello, absorta en mis propias ideas y preguntas sobre la vida

-¿por qué?- preguntó inocentemente

-¿mande?

-nada…- y siguió con su escritura y yo con mi ensimismamiento

-…- de nuevo silencio, uno del que no me percaté hasta que fue roto por su voz

-¿por qué?- preguntó como la primera ocasión

-no sé, curiosidad…- le respondí sin pensar en las palabras

-¿no es más por necesidad?

-¿qué?- dije tratando de entender la conversación surgida de la nada

-… nada, nada, lo siento- y volvió a su deber

-…- un signo de interrogación discreta se dibujó en mi cara, y así le seguí viendo largamente hasta que ella no soportó más ese nuevo silencio

-Todo… todo está bien, May- y me regaló una sonrisa acompañada de una suave y fugaz caricia a mi mejilla, y volvió su atención a los libros

 

Me sonrojé, sé que lo hice porque un calorcito subió a mi rostro, y una pequeña, casi invisible sonrisa, se dibujó en mis labios. Había caído.

*************

 

Tenía una fama de antisocial, cortante, reservada y responsable, fría incluso y demasiado estricta con los demás, esa era yo. Nada de juegos conmigo, nada de bromas, nada de risas. Pero ella lo cambió todo, me hizo humana poco a poco sin forzarme ni imponerme doctrinas ni estándares, “eres como eres, no como los demás” me decía cuando le preguntaba si estaba a gusto con una amiga tan raro como yo. Me aceptaba por lo que era y nunca por lo que podría ser.

 

**************

-¿no te cansas de mi?- le pregunté en medio de una caminata en el parque mientras saboreábamos una paleta

-¿mn? ¿qué?

-que si no te cansas de mi

-No, ¿por qué la pregunta?

-Porque soy alguien rara, lo dice todo el mundo y yo misma estoy conciente de ello, y porque siempre te pasas el tiempo en mi compañía sin entender ni a medias lo que digo, y porque soy callada todo el tiempo y cuando hablo es para hacer una tonta intervención que dice nada

-…mmm ¿cómo decirlo? Bueno, me gusta estar contigo porque no hablas como los demás, porque tienes tus propias teorías sobre la vida a pesar de que nadie las tome en serio… porque no estoy contigo porque quiera escucharte hablar de las diferencias entre el rosa y el fucsia y porque dice más tu mirada que las palabras que no pronuncias.

-Alex…

-¿mande?- respondió con una mirada atenta

-ten cuidado con ese…

-¡ay!…

-…hoyo en el piso. Jaja

-¡No te burles de mí!- chilló desde el suelo

-Lo siento, es que siempre te pasa

-¡¿y porqué no me dijiste?!

-porque estabas hablando muy en serio como para interrumpir…

*****************

 

A veces me pregunto quién era más inocente, si ella o yo. En ocasiones todo era tan espontáneo, una broma, un chiste, una canción… Cualquier cosa era simple, era cotidiana.

Ella tenía una apariencia infantil, carismática, y yo la apariencia de quien siempre ve algo que nadie más ve, que sabe más de lo que dice y que conoce más de lo que acepta, y ella era curiosa, como un gato, así que siempre preguntaba y yo siempre respondía sin hacerlo realmente.

 

******************

-May…- me llamó en medio de mi lectura

-dime- respondí sin levantar la vista del texto

-¿te han besado?

-claro que sí

-¡¿de verdad?!

-sí

-¿quién?

-muchas personas

-… estamos hablando de niños, ¿verdad?

-de 0 a 11 años

-¡No!, yo hablo de que si te ha besado algún chico

-¿Cuenta la familia?

-¡no!

-dejame pensarlo… sí

-¿quién?

-no lo recuerdo

-¿cómo que no te acuerdas de quien te besó?

-nunca le pregunté su nombre, solo le dije que no volviera a hacerlo

-¿por qué?

-porque uno no puede ir besando a diestra y siniestra a quien se le pegue la gana

-¿entonces te robó el beso?

-sí, justo después de decirme que le gustaba

-¿y qué hiciste?

-ya te dije, le dije que no volviera a hacerlo

-¿y…ya?

-sí, ¿qué más podría decir?- por fin desistí de terminar mi lectura y la volteé a ver para continuar la conversación

-Pensé que lo habrías golpeado o algo

-Mmmm, no, no encuentro motivos para hacerlo, no me causó ningún daño y no lo hizo con mala intención

-…Se supone que un beso no es algo que se le de a cualquiera

-Por eso le pedí que no lo hiciera de nuevo

-… Porque no te agradó

-porque no me interesaba que me besara, porque no entendí que significó para él y porque es molesto tener a alguien tan cerca de ti que no puedas ver más allá de tu nariz

-Eres muy extraña…

-Lo sé.

-y…¿no has vuelto a besar?

-yo no he besado

-pero me acabas de decir que…

-que ÉL me había besado

-mmm y… ¿no sientes curiosidad por besar a alguien?

-pues sí, a alguien

-¿de verdad?

-sí

-… ¿Y te gusta esa persona?

-supongo que sí

-¿y tú a ella?

-¿ella?

-digo, a “ella” hablando del sustantivo persona

-no lo sé, supongo que… es tan posible como imposible

-¿eso qué quiere decir?

-no sé

-¡ah! Siempre sales con la misma respuesta…- empezó a enojarse como siempre -Bueno, ¿pero para qué quieres besar a esa persona?

-Para saber lo que se siente… besar a alguien

-a alguien que te gusta, ¿no?

-Corrección, a alguien que PROBABLEMENTE me gusta

-¿probablemente?

-sí, creo que no me ha gustado nadie de esa manera, así que no sé si sea eso

-…Pues… un beso es un beso, ¿no?

-pues sí

- entonces bésame

-¿qué?

-que me beses, total, un beso es un beso, y tú no estás segura de que esa persona te guste, y no tienes garantías de que se deje besar solo para acabar con tu extraña curiosidad, y además, siendo yo, te puedo decir si haces algo mal para que cuando estés con esa persona no lo hagas

-… No

-¿por qué? ¿te asusta que sea una mujer?

-Sabes que no, pero creo que en ese experimento la que sale saciando su curiosidad eres tú, no yo

-… No lo sabrás hasta probarlo, y de todos modos, si fuera sí al menos una de las 2 se libraría de la duda

-Buen punto.- Dije cerrando el asunto y mi libro, que puse en mi regazo, me enderecé y la miré

-… ¿hablas en serio?- dijo algo titubeante

-pues sí, tienes razón

-…pero si alguien se entera creerán que…

-que no me importa lo que piensen de mi, como siempre. Pero no te preocupes que no lo diré

-…Ya lo sé, no eres de las que van contando todo lo que pasa… Bueno, es que nunca he besado a otra niña

-Estamos iguales, así que no te quejes

-Bueno… pero no me mires- dijo sonriendo nerviosamente mientras un exquisito rubor cubría sus mejillas

-… ok- le dije contagiada de pronto por su pena infantil, sin entender lo que eso significaba en verdad.

 

Cerré los ojos y esperé a que me dijera algo, pero lo que pasó fue que un suave contacto se posó en mis labios, seguido de una tibia respiración y un repentino acelere de mi corazón. Me había besado la cosa más maravillosa e incomprensible del mundo. Y así como pasó se terminó en menos de un segundo, y abrí los ojos justo para verla alejarse de mi cubierta de un color rojo más intenso, mientras evitaba mirarme directamente

 

-Creo… que ya no me interesa besar a alguien más. Le dije mostrándole una minúscula sonrisa y volviendo a abrir el libro para leer sin entender la misma línea durante la siguiente hora y media.

*****************

 

Era algo infantil, demasiado puro para nuestra edad, demasiado inocente y casto como para quedarse así. Era la magia del amor, del que uno lee en libros de cuentos, de los que hablan los poetas, de los que idealiza la gente.

Pero yo no pude detenerme, ese simple beso no me bastó, al contrario, había descubierto que la quería a ella, quería entender palabras como “seducción, pasión, amor, deseo, placer, sensualidad” y a la vez quería conservar el sabor de ese beso diáfano que se perdía en la ingenuidad.

 

Pasaron los días, silenciosos, tranquilos, normales… mientras yo me comía el alma ideando la manera de hacerle entender lo que sentía, pero no concreté nada en realidad. Sin embargo empezamos a hablarnos sin palabras, a entendernos sin necesidad siquiera de vernos, simplemente adivinando el movimiento de la otra.

 

******************

Estábamos ambas en una biblioteca, buscando un libro que me había empeñado en conseguir gratuitamente, y ella estaba allí como siempre.

 

-¡Ni rastro de ese condenado libro!

-Te dije que no lo ibas a conseguir aquí

-…Bueno, ya, no te pedí que me acompañaras

-claro que si… solo que no lo pediste con palabras

-… entonces sigue buscando…- respondí molesta más por la verdad recién pronunciada que por la búsqueda fallida

 

Era un edificio pequeño con apenas espacio para caminar entre las enredadas y tambaleantes estanterías, con puntos ciegos a cada pocos metros y con casi nada de gente en su interior.

 

De pronto, mientras caminábamos en busca del ejemplar, topamos con una pareja que se veían a los ojos, sin prestar atención a otra cosa, él con la mano en la mejilla de ella, y ella con los labios entreabiertos, hasta que enrojeció y bajó la mirada. Nosotras pasamos de prisa hasta el siguiente pasillo sin ser notadas por ese par.

 

-jeje, no lo comprendo

-¿la reacción de ella?

-… eso mismo

-¿Qué se haya sonrojado o que bajara la mirada?

-ambas

-… tu nunca entiendes, mira, es como si de pronto yo te hiciera lo mismo- y lo hizo, provocando que me sonrojara súbitamente- ¿lo ves?

-… pero yo no bajé la mirada- dije en un susurro

-…- entonces fue ella la quien se ruborizó y sonrió- mejor- y se acercó eliminando la distancia con sus labios y besándome con más intención que la primera vez, haciéndome sentir la necesidad de abrazarla para que no huyera, pero no me moví, por alguna extraña razón no lo hice y ella se separó- vamos, ese libro no está aquí

-lo sé- le dije revelando el truco y avanzando delante de ella sin mirarla hasta que salimos del lugar

****************

 

La vida de pronto abandonó su lento paso y comenzó una carrera desenfrenada hacia delante, la vida a su lado era tan agradable y divertida, pero sobre todo tentadora. No supe en que momento fue que comenzamos a besarnos locamente, hasta llegar al día en que la ropa nos era estorbosa, y una cama era suficiente para las dos. Así sin palabras ni títulos, sin discursos ni explicaciones, solo así porque nos nacía ser así.

 

****************

-aah… nnn- salían apenas rastros de voz de su garganta mientras acariciaba sus senos suaves y tibios

-shhh- siseé bajito mientras mis labios rozaban con su piel desnuda en medio de la oscuridad

-ah!…- no podía evitar que el sonido saliera de sus labios, rojos por tanto besarnos

 

La noche era absoluta, el silencio engañoso, y nuestra necesidad insaciable. Una y otra tratábamos de darnos más, todo cuanto pudiéramos. Rozando su cuello, acariciando si espalda, perdiéndome entre impulso que no podía contener era que pasaba las noches que mi conciencia permitía, derritiéndome en toques de sus dedos, fundiéndome con su saliva y su olor.

 

-¡May!… May…

-Alex…- no era para nada exagerado decir que cada que una decía el nombre de la otra se escuchaba como si se nos desgarrara el alma, como si muriéramos con esa última letra que pronunciábamos.

 

Terminábamos cansadas, pero felices, a veces con lágrimas por la emoción, con la respiración descompuesta y el cabello revuelto, y las sábanas impregnadas de pasión, con la ropa en el piso y nuestras manos unidas, escuchando el batir de nuestro corazón.

*************

 

Siempre volviendo al inicio, una con la otra, siempre hablando de lo que no llegábamos a entender, sintiendo que lo importante era el momento, tratando de negar un futuro o un pasado que temer.

 

Pero la negación es una fase que termina con el tiempo y la edad, con el cambiar de las estaciones, con la brisa contra el cristal…

Terminaron nuestros días juntas, se terminaba la preparatoria y teníamos caminos diferentes que seguir, llegaron las despedidas y las fiestas de fin de curso, llegaron las cámaras fotográficas y los sentimientos asesinos de frustración e ira por no poder continuar suspendidas en ese tiempo eterno que apenas duró unos meses.

 

**************

-Me voy a ir al norte, ¿y tú?- preguntó mientras, en su habitación, arreglábamos algunos libros y parte del closet

-sabes bien a dónde iré. No sé porqué lo preguntas tantas veces- dije molesta

-…No quise molestarte…

-Pues lo lograste…- le respondí cortante

-May, quiero pedirte que te tomes una fotografía conmigo- dijo como temiendo que escuchara

-¿para qué?

-Para no olvidar

-…Yo no creo en esas cosas, lo sabes

-Pero… es que quiero tener una contigo, eres mi amiga y te quiero mucho, pero no tengo una sola fotografía contigo

-Pues lo siento. A mi no me gustan las cámaras

-¿ni por mi?

-¡No, ni por mi amiga!- le grité impregnando la última palabra de rencor y con las lágrimas en la garganta

-…- sus ojos se llenaron de pequeñas gotas que se negaban en caer, pero que cedieron esporádicamente, apenas dejando huella a su paso

-… no me gusta cómo salen mis fotos, es todo…- dije tratando de disculparme, evitando mirarla

-sí, lo sé… pero… si sacara muchas y tu decidieras cuál dejarme… yo…

-… ¿dónde pongo esto?

*****************

 

Las cosas iban a peor, no quería hablarle más, no soportaba la verdad de que partiríamos sin la otra, y de que conoceríamos a más personas, que encontraríamos en otros cuerpos el calor, que otros nos brindarían cariño y que ni ella ni yo seríamos lo mismo una vez pasado el tiempo, una vez dicho “adiós”.

No quería seguir con esto, tenerla cerca recordándome que se iría pronto, me enojaba esa certeza de la despedida, pero me enfurecía que nuca tuve el valor de preguntar lo que pasaría. Me desplomé.

Le hacía daño sin querer, nos estábamos destrozando en silencio, sin poder llorar a gusto, sin tener la fuerza para aceptar aclarar nuestras inquietudes, porque en el fondo sabíamos la verdad: la vida cambia.

 

*************

-Mayra, tengo algunas cosas tuyas en mi habitación- dijo su voz por teléfono un fin de semana

-¿y?

-…mm… pensé que las querrías de vuelta, son algunos libros que me prestaste y una blusa que dejaste la última vez…- sonaba tan indiferente. La última vez había sido hacía semanas. Me alarmé por tan poca expresividad, quise salir corriendo y comprobar que todo era como siempre, que ella tenía esa sonrisa en los labios y yo un comentario fuera de lugar que ella contestaba.

-Supongo que sí, quieres que pase por ellas

-Por favor, voy a estar todo el día, así que no te preocupes. Nos vemos.-Colgó. Me sentí tan inexistente, como si la única persona que sabía de mi se hubiera olvidado de ello. Me indigné, decidí que tendría que mostrarme más hostil que nunca, y que no dejaría que pasara nada entre nosotros, no más, al menos no por mi parte.

 

Llegué a su casa, no había nadie más, me hizo pasar y me entregó lo que dijo. Sinceramente esperaba que solo hubiera sido una excusa para llamarme y hacerme ir, pero no lo era.

 

-es todo, ¿cierto?

-sí, eso creo- dijo sin mucho ánimo

-…bien, gracias- me dejó llegar hasta la puerta de la casa

-¿quieres quedarte a comer?

-… no, tengo que llegar a la casa

-yo avisaré que te quedas, por favor, los demás salieron y no quiero comer sola

-está bien, ¿te ayudo con algo?

-sí, con esto…- y me tomó por sorpresa, besándome como nunca antes, con urgencia, con desenfreno, mientras las lágrimas caían de sus lindos ojos, mientras trataba de contener los espasmos de un llanto feroz que apenas y la dejaba respirar. Me rompí por dentro como una frágil copa de cristal, entre sus brazos, entre sus besos que ese día sabían a sal. Pero no correspondí.

 

Me mantuve impávida mientras ella recorría mi cuerpo con sus manos como buscando a qué aferrarse. Me besó el cuello, me mordió varias veces, tratando de sacarme un gemido que nunca llegó, me besó la frente tratando de atraer mi atención, pero me sumergí un mar de hermetismo, aún mientras ella me llevaba a la cama sin oposición de mi parte. Me desnudó y me hizo todo cuanto pudo, pero de mi no notaba la presencia mas que corporal. No puedo negar que sentía esas descargas de adrenalina, esos escalofríos, esas oleadas de placer, pero a diferencia de las otras veces, dolía demasiado, dolía tanto que solo el silencio era lo suficientemente fuerte como para expresarlo.

Cayó llorando sobre mí, rendida, desconsolada, quejumbrosa y deshecha en llanto, mientras ocultó su rostro en mi cuello, apretando los puños como quien se agarra a un puñado de arena que se le escapa entre los dedos. Y no pude soportarlo más.

 

-Todo está bien- le dije y acaricié su cabeza lo más dulcemente que pude y ella solo siguió llorando, humedeciendo mi pecho y mi alma. Ella seguía llorando y la abracé al fin, mientras ella me abrazaba más fuerte.

-…¿por qué?- otra vez esa pregunta, justo como al principio

-porque así tiene que ser

-te voy a extrañar mucho

-lo sé

-y ya no te voy a ver en mucho tiempo

-lo sé, lo sé, pero no debes

-¿por qué?

-porque no, yo te voy a extrañar

- y yo, pero no quiero que lo hagas

-¡¿por qué?!

-porque… porque no, porque duele, duele mucho

-¿porqué duele tanto?

-…porque así es- era la misma plática que siempre

-¿ya no me quieres?

-…sí

-yo también…- y con decir eso las lágrimas dejaron de contenerse en mis ojos, nos lloramos una a la otra, en silencio, abrazadas en medio de la oscuridad que una vez nos pareciera hermosa y que ese día lucía amenazante. Y nos quedamos dormidas tomadas de la mano

********************

 

¿Quieres que hable de sadomasoquismo? Te diré que las cadenas, los golpes son nada comparado con lo que yo sentí. Si quieres probarlo solo tienes que seguir esto:

Trata de hacer el amor con una persona que sabes que no volverá jamás; tus sentidos se agudizan el doble, cada roce es una tortura. Intenta no moverte, intenta no decir palabra alguna, mientras esa persona te rasga el alma con los dedos, trata de sentir cómo todos tus demonios de la soledad, el miedo, la frustración, el deseo, la lujuria, el arrepentimiento, el fracaso, la tristeza, la nostalgia, los celos… se turnan para aniquilar tu parte humana, trata de mantener las emociones en el estómago mientras un nudo doloroso se forma en tu garganta, mientras sientes esas caricias que te roen la piel. Imagina que estas piel con piel con ese cuerpo desnudo que no volverá a ti, imagina que no quieres que esa persona se vaya y que no puedes ni clavarle las uñas. Grita tan fuerte, tan alto que nadie pueda oírlo, y todo esto mientras sientes las lágrimas que caen sobre tus hombros desde sus ojos, mientras tú lloras por dentro. Haz eso y dime si no es sádico y masoquista a la vez…

 

Al otro día fue simple, solo caras nostálgicas que se dijeron un “hasta luego”, por no querer decir “adiós”.

 

Los días pasaron y cada quién emprendió el camino, pocas llamadas, pocas noticias. Platicas sosas por Internet que hablaban del clima y las cosas mundanas del diario. Cada vez menos cerca, hasta que un día, por Internet, pudimos hablar del asunto impronunciable. La pregunta que hiciste se ha quedado conmigo: ¿qué fue eso y cuándo pasó? Buena pregunta, que no tuvo respuesta, y cada que nos queríamos referir al asunto le decíamos “eso”, como temiendo que al decirlo lo invocáramos.

 

Un día pregunté que si me quería, mejor dicho, por qué lo hacías y respondió que por muchas cosas, y por “eso”. Porque era una amiga y por “eso”. “Eso”…

 

No quise verle en años, por celular, por Internet, incluso por correo postal, pero nada más. Las cosas pasan, los recuerdos mejoran a pesar de saber la verdad y un día me desperté y la recordé, como cada mañana, solo que esta vez le dediqué un instante para desearle que estuviera bien y decirle que la quería aún, a pesar de todo.

 

Un día llamó, dijo que vendría a la ciudad y que le gustaría verme, yo dije lo mismo y fui a la cita, en un café tranquilo, y justo cuando iba a llegar la vi venir del lado contrario, con ese porte, con un aire de ligereza que me recordó aquella primera vez que la vi, con esa sonrisa algo gastada, pero por lo demás intacta. Nos quedamos a un par de metros de distancia, viéndonos como por primera vez y después de un segundo sonreímos y entramos al café a ocupar una mesa.

 

-¿por qué?- fue su pregunta cuando me quedé mirándola

-porque… porque siempre es así- le dije con especial atención en cada una de las palabras, retomando la misma charla que antes, volviendo al principio de todo sin que fuera igual, y sonreí mientras ambas dirigimos la vista hacia la calle perdiendo nuestra mirada entre ese paisaje tan cambiante, tan distinto, pero a la vez tan repetitivo que es la vida.

 

 

Notas finales:

espero que les haya gustado, y que no se hayan aburrido. Espero sus rr y gracias por leer.

^.^


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