+:::+:::+Simbología+:::+:::+
“…palabras en negrita…”
Éstas son usadas para decir que el personaje está hablando.
‘…palabras en cursiva…’
Éstas son usadas para decir que el personaje está pensando.
«…palabras…»
Sustituyen a las comillas y quieren decir que la palabra dentro no es del todo cierta o para enfatizar en ella como lo harían las comillas.
-…palabras…-
Éstas significan que la voz está airosa o no se tiene claro de donde proviene ni de quien es, también da un tono de misticismo a la oración.
MAYÚSCULAS
Éstas quieren decir que el personaje levantó la voz o para hacer énfasis en alguna palabra con un tono recio
+:::+:::+Disclaimer+:::+:::+
Los personajes de Harry Potter son propiedad de sus dueños originales, este fic y la idea entre algunos personajes originales es lo único que me pertenece, además está hecho sin fines de lucro y más bien por fanatismo y gusto personal.
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¡Disfrútenlo!
L.M.N aka S.L.E
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Los días se iban entre colores brillantes de la mañana para terminar en luces de azul y negro, como normalmente era, no obstante, el pasar del tiempo se fue más rápido de lo normal en Hogwarts especialmente para un chico de lentes quien suspiraba en aquel puente solitario.
Observaba el paisaje del ocaso, el invierno ya había llegado y con un viaje a un pueblo al cual no podía ir como era costumbre. Solitario debía estar ahí, sin Ron, sin Hermione, sin nadie ahora, aunque el estar sin sus amigos en ese momento no era su pendiente, más bien pensaba en aquella triste memoria…
Recordaba su pelea con los Mortífagos y Voldemort. No hacía mucho tiempo que pasó y la recordaba como si estuviera sucediendo en ese mismo instante; principalmente el momento de la muerte de su padrino, Sirius.
El recuerdo lo llenaba de melancolía; años habían pasado para poder tener alguien a quien considerar familia, si bien tenía la familia de Ron, quienes lo trataban como si fuera parte de ellos, aún así, Sirius era lo más cercano a una figura paterna y por consiguiente, lo más cercano a un familiar.
Harry continuó sumido en sus pensamientos, sin sentir como alguien se acercaba a él, lentamente.
“En estas épocas del año, de júbilo y alegría, llego aquí para encontrarme a un pequeño quien no está feliz” las palabras Dumbledore sorprendieron al chico, no obstante, continuó en la misa posición.
El viejo se colocó a su lado, sabía a la perfección porque Harry se encontraba en ese estado. Varios sucesos pasaron, causando suficiente dolor al joven y el animarlo sería insuficiente como para quitar las amargas experiencias…aún así, Albus vería como alegrar aunque sea un poco al pobre chico.
“Dime Harry, ¿qué te acongoja?…seguramente no es la salida a Hogsmeade”
Harry le da una melancólica sonrisa, negando con su cabeza. “Me atreveré adivinar…es sobre Sirius, ¿no es así?” el joven asintió. “Sí, su muerte fue algo inesperado com-…” no terminó de hablar cuando Harry lo interrumpió.
“Él…era la único más cercano…a un familiar” dijo casi en un susurro.
“¿Y qué sobre los Weasley…acaso no te tratan como si fueras parte de su familia?” intentó animarlo.
“Lo sé…y estoy agradecido con ellos, pero…” guardó silencio, su mirada dejó de ver el paisaje para recaer en Dumbledore. “Sirius era el mejor amigo de mi padre, mi padrino, era lo único que tenía como…como representación de mi padre” su vista recayó al suelo, de nueva cuenta volteó su mirada a lo lejos. “Lo quería como si fuera uno”
El mago entendía a la perfección el sentimiento de pelinegro. Eran tiempos malos, la alegría fácilmente se podía derrumbar en segundos y ahí enfrente de él, el chico estaba acabado. Necesitaba que Harry fuera fuerte, aún no llegaba lo peor, pronto habría más que perder para conseguir la tranquilidad perdida ahí en Hogwarts; y la única manera de hacerlo resistir, es dándole una gran alegría…¿podría ser malo decirle ese secreto?
“Ahora no tengo a nadie…” la voz de Harry lo sacó de sus pensamientos, con un suspiro el joven decidió marcharse. “Discúlpeme , me iré a descansar, con permiso”
Dicho eso, el pelinegro comenzó a caminar lentamente, sin ánimos.
“No estás sólo Harry” La voz de viejo mago le detuvo, aunque sin voltearse hacía él. “Quizás…podrías tener alguien…no sé…quizás un…” no sabía si decirlo. “…un hermano”
La última palabra sorprendió al joven quien se volteó inmediatamente hacia el otro mago, en su cara se podía ver confusión como perplejidad.
“¿Qué dijo?” las formalidades se fueron. “¿Un hermano?… ¿está bromeando? Si es una broma, es de pésimo gusto, podría creerla de alguien más pero de us-…” no terminó cuando el viejo hombre habló.
“No es una broma, mi estimado Harry” el chico estaba estupefacto. “Nunca haría una broma así y menos a ti” dijo mientras se acercaba al pelinegro. “Lo que te he dicho era un secreto…hasta hora” recalcó. “Sin embargo, con todo lo sucedido y tu abatido espíritu, creía que merecías aunque sea una sorpresa, considéralo como un regalo de navidad antes de tiempo”
“No…no entiendo…¿qué insinúa, con que tengo un hermano?” su mente era un mar de confusión.
“Bueno, para ser específicos sería un medio hermano” corrigió, sin dar importancia a la desconcierto del muchacho.
Harry quería preguntar más, no obstante, estaba tan atónito por la declaración del hombre como para poder dialoga. Su cara era lo único expresivo en ese instante.
“Mi estimado Harry, al decirte esto he roto una promesa, pero consideraba que quizás…al saberlo, podría animar un poco tu espíritu” Le dio unas palmaditas en la espalda y comenzó a marcharse.
El pelinegro al intentar comprender la información, reaccionó tardíamente, rápidamente alcanzó a Albus, intentando decirle con palabras el pequeño caos en su cabeza.
“E-espere…” lo detuvo, girándolo hacía él de una manera brusca. “¿Es verdad?”
“Sí, mi estimado Harry” dijo simplonamente.
“Entonces…¿dónde está?, ¿quién es él?, ¿por qué nunca me dijeron de su existencia?, ¿quién es su madre?, ¿por qué…por qué…?” su voz comenzó a temblar como la alegría se remplazaba por enojo. “…¿¡POR QUÉ NO ME DIJERON NADA!?”
Albus estaba perplejo ante la reacción de Harry, el chico jamás se había enfadado con él, ni mucho menos levantado la voz de tal manera, aunque no lo podía culpar, si él estuviera en su situación, seguramente haría lo mismo.
“Lo lamento, no te puedo decir más” trató de disculparse e irse nuevamente. Sin embargo, Harry no lo permitiría.
“¡NO! ¡MERESCO SABER LA VERDAD!” clamó nuevamente con esa furia dentro de él. Debía saberlo y lo sabría en ese instante. “¡Siempre me han ocultado la verdad! Nunca han considerado que es más doloroso saber que todo fue una mentira, ¡ya no soy un niño, puedo manejar la verdad!” su voz continuó recia.
“Tranquilízate Harry”
“¡NO!” gruñó. “¡Como puedo hacerlo al saber esto!…” desesperó, quería gritar, golpear, cualquier cosa que le quitara esa gran frustración y dolor.
Dumbledore, observó como Harry se enfurecía y golpeaba el puente, tal vez no era una actitud muy común de él, aún así, no se sorprendía de verlo en ese estado. Sabía que si le decía ese secreto, tendría que decirlo todo; en su interior, el hombre sabía que el pelinegro merecía saberlo, lo supo desde el primer momento, no obstante, debía de mantener su promesa para ganar la confianza de aquella persona y el obtenerla era muy importante.
Ahora era el debate del viejo mago, ¿debía decirlo todo?
“Harry” la voz del hombre interrumpió la furia del chico, quien lo miró intensamente. “Tienes razón, ya no eres un niño y mereces saberlo, además quien sabe, quizás suceda un milagro con esto…y resulte algo bueno de romper con este silencio”
El muchacho continuó observándolo sin decir nada.
“Acompáñame Harry…aquí no es lugar para platicar, que tal si vamos a mi oficina”
Harry asintió y se dirigió donde el otro hombre estaba. Los dos hombres se marcharan del lugar.
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El día comenzaba a oscurecerse, los pasillos se encontraban desolados, los poco estudiantes decidieron mejor quedarse sus cuartos, disfrutando del calor de la chimenea, en lugar de estarse helando afuera, todos pensaban así, a excepción de uno.
Harry caminaba sin rumbo, su mente estaba hecho un caos, analizando la información que Dumbledore le había dicho o más, quería negarla.
‘¡No puedo creerlo! ¡eso no puede ser!…¿por qué?…esto es una mala broma…’ aunque sabía a la perfección que nada era una mentira.
Albus le había dicho toda la verdad y por primera vez, hubiera preferido no saberla, no podía creerla o más dicho, no podía soportarla. A pesar de sus intento por negarlo una y otra vez, algo dentro de él, parecía estar feliz; lo estaba, de cierta forma, tenía un medio hermano, quien más cercano a un familiar podría ser, ya ni su padrino, los dos compartían la misma sangre o por lo menos «la mitad» aún así, el otro factor era lo que no le agradaba.
‘¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?!’ continuaba repitiendo esa palabra en su mente sin darse cuenta con quien estaba a punto de chocar.
“Señor Potter, fíjese por dónde camina, para eso tiene dos ojos y anteojos para ver mejor”
La voz severa de Snape se dio a lugar, tan recia como su normal ser, aunque quizás un poco más debido a que casi tira una de sus pociones ante el choque.
Harry levantó la mirada, observó detenidamente al hombre de negro en frente de él, sin decir ni una palabra.
Ante la mirada, Snape no pudo evitarse sentirse incómodo. “Se le perdió algo en mi cara señor Potter, porque puedo asegurarle que es la misma de todos los años”
“No…yo…” continuó observándolo, aún sin quitar esa mirada analizadora.
“¡Deje de estarme mirando así!” reprendió, mayormente por lo inconformidad ante esta nueva y extraña maniobra del chico. “No debería estar en su cuarto haciendo cosas de Gryffindor con sus amigos”
“Aún no llegan” fue lo único que pudo decir. De repente por se dio cuenta de su mirada centrada en Snape, para dejar de observarlo.
“Bien francamente no me interesa con quien vaya, si me disculpa tengo asuntos importantes que atender, que estar aquí lidiando con usted, señor Potter, ya es suficiente con darle clases, ¿no cree?” dijo con despecho.
“Sí” dijo secamente.
La expresión tan seca sorprendió al hombre, usualmente el chico respondía con un tono de enojo o fastidio, más nunca uno tan frío, como si no fuera él. Por un instante esto aturdió a Severus, algo estaba mal con el chico.
“Bien, lo veo mañana en mi clase, espero verlo «puntual»” recalcó la última palabra, con ello siguió su camino, intentando ignorar la actitud extraña del joven.
Harry observó a Severus irse en la dirección opuesta, trataba de analizarlo y entender el porqué, continuaba confundido y tal vez estaría así por un tiempo. Lo único que estaba seguro es que debía saber bien esa razón, no importara lo extraño del predicamento.
“Ahora es un buen tiempo para un consejo de Hermaoine” se dijo así mismo.
No podía esperar para decirles a sus amigos sobre este nuevo revelamiento y principalmente tenía que decirlo a la joven bruja, quien podría ayudarlo a aclarar mejor su mente, como saber bien qué hacer.
En unos minutos llegarían; por primera vez, Harry sintió como ese poco tiempo comenzaba hacer una eternidad…