Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Alguien tiene que ceder por sherry29

[Reviews - 276]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Gomen pro robarles su tiempo de esta manera.

Notas del capitulo:

 

A ver que les parece esta tonteria de fic que me ideé.

 

 

Una mariposa amarilla, inocente y hermosa pululaba por la habitación en penumbras buscando rápidamente una fuente de luz sobre la cual recargarse, encontrándola pronto en una lámpara china que se encendía en la esquina norte derecha de la habitación, al lado de la cual se encontraba una mesita sobre la que reposaban dos vacías copas de champagne.

 

El pequeño insecto se posó junto a la lucecilla siendo observada por un par de ojos azules que en ese momento buscaban la menor excusa para distraer la vista en lo primero que encontrara. Su dueño era un hombre joven con una espesa cabellera negra que contrastaba fuertemente con su color de ojos y que en ese momento tamborileaba sus dedos en la base de la pequeña mesa de características igualmente orientales como resultado de la decoración asiática que dominaba el ambiente; nervioso no dejaba de golpear sus falanges sobre la madera intentando apaciguar con el galopante sonido la molesta jaqueca que empezaba a sentir en su morena cabeza.

 

- Dime algo por favor – Rogó con voz suplicante un segundo hombre que escondía su cabeza entre sus piernas recogidas sobre su regazo. Los mechones de su liso cabello castaño caían sobre su cara dándole un aspecto sombrío.

 

Su acompañante se paró dirigiendo sus pasos hacia el otro extremo de la habitación, pisoteando los pétalos de rosas que se hallaban desperdigados por todo el piso produciendo el aspecto de poseer un tapizado de flores rojas. Recargó su cuerpo sobre sus manos apoyándolas en la pared azul brocada quedando justo debajo de su amada bandera multicolor símbolo de la sexualidad que orgullosamente practicaba, dando un largo suspiro que se camufló en la ocuridad de la recamara.

 

 

- No doy el culo – Dijo de forma escueta y seca en un tono que no dejaba cobos sueltos.

 

 

-Bien Alejandro – Asintió el otro chico alzando el rostro haciendo que la luz amarilla se fundiera con la miel de su mirada regalándole un matiz dorado algo felino. Hizo lo propio incorporándose también y parándose a espaldas del otro muchacho mirándolo con reproche – Pues yo tampoco abro las piernas.

 

 

La mariposa volvió a montar vuelo revoloteando unos minutos por todo lo ancho de la habitación buscando otro refugio donde pernoctar definitivamente, pero al sentir la densa tensión que invadía el ambiente decidió abandonar el lugar saliendo presurosa por la ventana de la terraza del lujoso Penh house.

 

Alejandro metió sus manos en los bolsillos señal inequívoca de estar muy molesto y furioso, con bastante trabajo volteó su atlética figura en un perfecto giro de 180 º y se confrontó a su pareja.

 

- Maldita sea, Estaban – Decía negando con la cabeza y comenzando a respirar agitadamente - ¿De veras vamos  a terminar por esto? Después… después de todo lo que vivimos juntos – Su mirada celeste se humedeció.

 

 

El castaño se encogió de hombros y rodó sus ojos hacia la camiseta del moreno recordando el día que se la había regalado; fue el primer día que se besaron por primera vez, el mismo día que supo que jamás querría besar otros labios.

 

 

- Ya te deje claro que soy 100% activo – Le contestó con frialdad – Y pues por nada del mundo pienso morder almohadas. Así que todo queda en tus manos.

 

 

-Si, todo queda en mis manos como siempre – Le reprochó su acompañante avanzando hacia él-Como el confrontar a nuestros amigos y colegas, como el buscar las excusas perfectas para poder encontrarnos clandestinamente durante todos esos meses que vivimos nuestra relación  en las sombras.

 

 

- No me grites – Alzó la voz Esteban apuntándolo con su índice.

 

 

- ¡Si lo hago y que! – Avanzó aun mas el pelinegro totalmente fuera de si tomando a su acompañante por el cuello de su camisa – Ya estoy harto de ceder siempre Esteban, harto me oyes.¡Harto! Y lo empujó fuertemente lanzándolo sobre las colchas de su cama doble.

 

 

El otro chico se incorporó con rapidez mirándolo con furia y llegando hasta el ropero tomó su chaqueta de gabardina café que hacia juego con sus ojos colocándosela rápidamente con mucha dificultad debido a sus nervios alterados.

 

 

- Será mejor que me vaya- Expresó sin mirar a Alejandro, dispuesto a salir de allí lo mas rápido posible.

 

 

- Ah no – Reclamó irritado el pelinegro – No vas a huir, no de nuevo, no como siempre lo haces cada vez que hay problemas – Le dijo tirando de la manga del abrigo obligándole a voltear y enfrentar la situación.

 

 

- Suéltame – Exigió el castaño apartando su brazo muy molesto – ¿Para que quieres que me quede? ¿Para rezar el rosario toda la noche? Pues te recuerdo que soy ateo.

 

 

El otro chico rió dolorosamente.

 

 

- Eso ya lo se – Comentó acercándose en tónica seductora – Como se también que te gusta el rock, las pastas, los perfumes caros, los dulces empalagosos y los besos franceses – Remató delineando sus carnosos labios con su pulgar.

 

 

- Lo sabes todo de mi – Le sonrió discretamente Esteban mejorando un poco su actitud.

 

 

- No todo – Afirmó el de ojos azules – No sabía que no te gustaba que te montaran. Ni siquiera si lo hace el que tantas veces has llamado “El amor de tu vida”.

 

 

Esteban miró a su novio a los ojos, ese azul hermoso que le hacia olvidar que este mundo era una basura, esas orbes que le daban fuerzas para vivir y sostenerse. Esos mismos ojos que se encontró por accidente una tarde en que lo recogió al verlo varado en mitad de un carretera medio desierta y de los cuales se sintió esclavo eterno.

 

 

Incapaz de seguirle manteniendo la mirada intentó tomar su cuello con sus labios, repasó con su boca esa piel que tanto le enloquecía absorbiendo ese aroma a Hugo Boss que parecía sus feromonas naturales.

 

 

- También te gustan los perfumes caros – Le dijo entre besos empezando a meter sus manos por debajo de la camiseta negra de Alejandro buscando su torneado pecho, dirigiéndose un poco mas atrás para toparse con esa espalda ancha y fuerte. Miró la repisa donde se hallaba colocada la laptop del moreno; estaba encendida repitiendo una y otra vez “Losing my religión” de REM.

Luciendo de protector de pantalla al icono sexual gay Brent Corrigan.

 

 

Desabrochó el pantalón de su novio observando la madera barnizada de la repisa. Como le gustaría en un arranque de pasión lanzar todo lo que tenía encima y colocar encima el perfecto cuerpo de Alejo para fallárselo duro.

 

 

- Si y tampoco me gusta morder almohada – Espectó el moreno.

 

 

La afirmación asesinó la libido del castaño quien exhausto posó su frente sobre el hombro de su compañero.

 

 

-Me rindo – Le dijo soltando un fuerte suspiro – Contigo no se puede.

 

 

- Y por lo visto contigo tampoco – Agregó Alejandro abrochándose de nuevo su pantalones y subiéndose la bragueta. - ¿Entonces que haremos? ¿Conformarnos con el sexo light?

 

Ambos permanecieron callados por varios segundos y luego dijeron en coro…

 

 

- Nooooooooooooo, eso no aguanta.

 

 

Rieron un  poco…

 

Esteban se volvió a desprender de su abrigo y lo tiró sobre la cama volviéndose a sentar sobre ella. Su compañero mientras caminaba una y otra vez por la habitación de forma exasperante hasta que por fin su mente cachonda se iluminó.

 

 

- Eureka – Gritó como buen estudiante de química - ¿Qué te parece si lanzamos una moneda?- Propuso.

 

 

El castaño arqueó una ceja.

 

 

- ¿Y darle mi culo a la suerte? Ni hablar – Se negó de plano ofuscado.

 

 

- No le vas a dar el trasero a ella , me lo vas a dar a mi- Trató de convencer Alejo pero el otro negaba fervientemente con la cabeza. Sabia de sobra que las putas monedas lo odiaban.

 

 

- ¿Entonces que propones? – Retó el pelinegro hastiado tumbándose en la cama al lado de su amante o mejor dicho de su NO AMANTE.

 

 

Se quedaron así perdidos en la bruma de la noche y de su falta de ideas sin saber que a pocos metros alguien se acercaba con la solución perfecta o mejor dicho con el problema perfecto. Un reto bastante extraño que los pondría a competir en una rara disputa cuyo premio final seria…

El lindo culito del ser amado.

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

Se nota el ocio ¿Verdad?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).