Hoy es una noche helada. Una noche vacía, noche en la cual me siento muerto. El termómetro marca más de 40 grados mientras que en mi corazón está nevando.
Saber que estuviste junto a mí, permitiendo conocerte y que ya ni te puedo volver a ver. Necesito y quiero desaparecer, pues ya no me quedan motivos para vivir. Al irte te llevaste todo de mí, mis sueños, mis ilusiones, mis fantasías. Acaso no entiendes que eras mi vida, mi única razón para seguir luchando. Todo a mí alrededor ha perdido sentido pues tu recuerdo es lo único que me queda. Ese recuerdo que se suponía el tiempo se debió de llevar.
Me duele, ese es el único maldito sentimiento que aún me queda en mi corazón. El dolor es grande, el dolor de no saber de ti. Y no creas que no he hecho hasta lo imposible para evitar el dolor. Pastillas, psiquiátricos, todo... Hasta he intentado cortarme las venas para sentirme vivo, pero el hecho de ver fluir ese líquido, esa sangre; no me provoca nada más que tu recuerdo. Recuerdas ¿cómo te pusiste la vez que me corté la mano para regalarte una rosa?
Tus besos y tus caricias que tocaban mi piel, me hacían olvidar los males. A veces me pregunto si fue que yo fallé en algo, pues fuiste tú el que lo tuvo que pagar. Miro a la noche, está estrellada. Justo como nuestra noche hace 15 años, noche en la cual, aceptaste estar a mi lado. Aceptando ser aquella persona que me robara la felicidad. Te siento en todo lado brindándome tu sonrisa, mirándome con esos ojos profundos y oscuros que tenías. Tu cabello, ese cabello el cual esmerabas tanto día a día arreglar, aunque sabías que para mí se veía mejor cuando te levantabas. Adoraba ver como despertabas, y más cuando luna vez abiertos tus ojos, tu primer gesto era darme un beso, ese beso con el que me transmitías todo tu amor.
Tu recuerdo sinceramente me mata. Quiero terminar todo como empezó, para al fin estar juntos hasta el final. Ahora que recuerdo sé que fallé muchas veces al celarte. Pero soy muy posesivo y detesto que se quieran adueñar de aquello que yo tanto quiero.
Es un vacío completo el que me dejas. No tengo ningún motivo para estar aquí, no hay razón para seguir luchando, algún motivo para seguir adelante. Eras quién me daba mi ilusión, le ponías color a mi vida.
Lentamente me recuesto sobre el césped a descansar pues la falta de comida, hace que mis fuerzas disminuyan notoriamente, sin embargo no me importa. Desearía poder destruir todo en este momento y así hacer que se acabe este suplicio.
Me siento cada vez más débil, ya no quiero buscar más respuesta. Vida se fue cuando te fuiste. Fue enterrada junto a tu cuerpo, lo más precioso de esta vida fue lo que perdí. No es posible que exista un ser Supremo que permitiera que esto pasara. Es injusto, ya que nunca hiciste nada malo. O es que acaso el hecho de amar es pecado. El hecho de entregar el corazón a esa persona que adoras es una falta. Sinceramente me hubiese gustado saberlo y dejar de hablar solo. Suavemente abro los ojos y noto que está empezando a bajar la temperatura, ahora soplan vientos fríos. Es posible que sea el momento.
Si, el momento para decir adiós a este maldito mundo. Para que este cuerpo infeliz se destruya y mi alma, se encuentre junto a la tuya. Es el momento perfecto, para llegar al final, sí; al final de esta vida mundana que no ha hecho otra cosa que darme golpes.
Fue más o menos así,
vino blanco noche viejas canciones,
y se reía de mi
dulce embustera
la maldita primavera.
Es el fin, el fin de mi sufrimiento de acabar con mi vida, lentamente me volví a recostar y a poner en posición fetal. Era la hora de que todo acabara.
Que queda de un sueño erótico si
de repente me despierto
y te has ido
siento el vacio de ti
me desespera como si el amor doliera
y aunque no quiera
sin quererlo pienso en ti.
En mi cabeza, recuerdo por última vez tu sonrisa, esa sonrisa sincera, esos ojitos que no dejaban espacio a otra cosa que no sea amor. No lo puedo resistir y acurrucándome en mi propio cuerpo, empiezo a llorar. Solo que esta vez, tú no estás para consolarme.
Si para enamorarme ahora
volverá a mí
la maldita primavera
que sueño si para enamorarme pasa una hora
pasa ligera
la maldita primavera
pasa ligera
me hace daño solo a mí.
A sal, saben mis lágrimas, a sal, a amargura y a dolor. Y aún así no puedo olvidar lo que me hiciste vivir, qué te hice que te fallé amor. Es que acaso, ¿amar es prohibido?; ¿va en contra de la naturaleza? Ya no lo pude saber y jamás lo sabré.
Lo que tu paso dejo
es un beso
que no pasa de un beso
una caricia
que no suena sincera
un te quiero
y no te quiero
y aunque no quieras
sin querer pienso en ti
Tus últimas palabras retumban en mi mente como una dulce melodía. Esas palabras que escuché de esos labios. Esas palabras que fueron, te amo y bésame.
Si para enamorarme ahora
volverá a mí
la maldita primavera
Que importa
si para enamorarme basta una hora
pasa ligera
la maldita primavera
pasa ligera me maldice
solo a mí.
Con suavidad bese tus labios y con mirándote a los esos ojos que siempre brillaron respondí: Yo también te amo.
Déjame amarte
como si el amor viviera
y aunque
no quiera piensa en mí
que importa
si para enamorarme basta una hora
pasa ligera
la maldita primavera
pasa ligera
para ti y para mí
Y eso fue todo, tus ojos se cerraron y en mis brazos dijiste.... ADIOS. Es mi turno, pero yo no diré adiós, sino te pido que me esperes. Para poder estar junto a ti. Cerré los ojos entregándome al destino.
El frío se estaba calando por mis huesos, lenta y suavemente, con su tétrica cara, la muerte me sonreía, preguntándome si de verdad deseaba cumplir esta parte de mi. Suavemente traté de asentir, pero las fuerzas me abandonaron.
Ya no responde ni al teléfono,
Pende de un hilo la esperanza mía,
Yo no creí jamás poder perder así la cabeza,
Por él.
Sentí como una mano tocaba mi rostro, me extrañó mucho que la muerte fuera tan cálida y se sintiera tan bien. Y unas palabras llegaron a mis oídos.
Porque de pronto ya no me quería.
Porque mi vida se quedo vacía,
Nadie contesta mis preguntas, porque
Nada me queda, sin él.
Un cuerpo se acercó al mío, me empezó a brindar calor, no lo quería, sin embargo, se sentía tan bien que no deseaba que se fuera. Un abrazo fue lo que mi cuerpo obtuvo. La muerte sonriente, me volvió la cara no sin antes decirme:
- Aún no te toca.
Se fue,
Se fue, el perfume de sus cabellos,
Se fue, el murmullo de su silencio,
Se fue, su sonrisa de fábula,
Se fue, la dulce miel que probé en sus labios.
Se fue, me quedo solo su veneno,
Se fue, y mi amor se cubrió de hielo,
Se fue, y la vida con él se me fue,
Se fue, y desde entonces ya solo tengo lágrimas.
Quise abrir los ojos, descubrir de quién era esa presencia que no me dejaba partir y sobre todo que me hacía tan bien, que me devolvía el calor.
Encadenada a noches de locura,
Hasta a la cárcel yo iría con él,
Toda una vida no basta, sin él.
Tú, que eras mi vida apareciste en mi mente y me comentaste:
- Amor date una oportunidad.
- Pero no quiero estar sin ti -fue lo que te respondí.
- Aún no es tu momento mi cielo, espera a que te toque. A mí me ocurrió antes, é que tú no entiendes muy bien. Pero aquí ya nada me duele, lo único que sigue afectando a mi alma, es el hecho de que tú estás sin ganas de seguir adelante y todo es mi culpa.
- Lo siento -fue lo que te dije -no quiero que sigas sufriendo. -mis lágrimas empezaron a salir.
- Tranquilo bebé y abre tu corazón.
Ahí desapareciste...
En mi verano ya no sale el sol,
Con su tormenta, todo destruyo,
Rompiendo en mil pedazos
Esos sueños que construimos, ayer.
Una tibia boca se posó sobre mis labios, sintiendo como me daba parte del aliento.
- No te rindas amor, no quiero perderte.
- ¿Por qué me llamas amor? -dije tratando de buscar más calor.
Se fue,
Se fue, me quedo solo su veneno,
Se fue, y mi amor se cubrió de hielo,
Se fue, y la vida con él se me fue,
Se fue, y la razón no la se
Si existe dios,
Debe acordarse de mí,
Aunque se, que entre él y yo,
El cielo tiene solo nubes negras,
Le rogare, le buscare, lo juro, le encontrare,
Aunque tuviera que buscar en un millón de estrellas.
- Si, y he estado tratando de llegar a ti, pero en tu abismo nunca te diste cuenta. Por favor -tu voz sonaba suplicante -no te rindas. Deseo estar junto a ti.
- Sabes que no será fácil, ¿verdad?
- Sí, pero eso no me importa. Te esperaré -me dijiste.
En esta vida oscura, absurda sin él,
Siento que,
Se ha convertido en centro y fin de todo mi universo.
- No sé qué decirte -dije con tono cansado.
- Ahora solo descansa -me pediste.
Si tiene límite, el amor, lo pasaría por él.
Y en el vacío inmenso de mis noches, yo le siento,
¡Le amaré! Cómo le pude amar la vez primera,
Que un beso suyo era una vida entera,
Sintiendo como me pierdo,
Por él.
- Prométeme algo entonces. -te dije
- ¿Qué es? -preguntaste.
Se fue,
Se fue, el perfume de sus cabellos,
Se fue, el murmullo de su silencio,
Se fue, su sonrisa de fábula,
Se fue, la dulce miel que probé en sus labios.
Se fue, me quedo solo su veneno,
Se fue, y mi amor se cubrió de hielo,
Se fue, se fue, y la vida con él se me fue,
Se fue, y la razón no la sé.
- Quédate junto a mí.
- Lo haré, hoy mañana y siempre.
Y si no me equivoco, me quede dormido