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Lluvia de Sangre sobre un Mar Naranja por MElA

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Notas del capitulo:

Hi!!!! yo otra vez pero ahora con nuevo fic de otra pareja que amo IchixIshi *¬*

Espero que les guste y dejen sus comentarios

El fic tiene solo dos capitulos asi que no me demorare ^^

 Este fic esta dedicado a Javiera!!! Gome por no actualizar!!!

see a!!

 

Capitulo Primero

 

Mezcla de Orgullo y Deseo

 

 

- Por eso detesto a los shinigamis - dijo Ishida llevando su muñeca hacia sus labios para quitar de alguna forma los rastros del beso forzado que cierta persona de cabello naranja le había dado.

 

Ishida Uryu era un chico de 17 años, bueno esos eran los que aparentaba ya que varios siglos eran los que de verdad había vivido. Pertenecía a la raza de los Quincy, un tipo de vampiros que fueron exterminados hace mucho tiempo por los Shinigamis, cazadores de tiempos ancestrales.

Ishida era el último de los Quincy. Su abuelo quién lo crió, fue asesinado por shinigamis hacia unos pocos años atrás. De su padre no tenía idea, tal vez también había muerto, o quizás se había enterrado para dormir eternamente simulando su muerte.

No era ilógico que odiara a los shinigamis pero durante este período de su vida había tenido que convivir con uno. La razón, porque decidió tratar de vivir como un humano y para ello, debido a su aspecto joven, debía asistir a la escuela secundaria. Para su desgracia la escuela que eligió era también la de uno de  sus enemigos: Kurosaki Ichigo, un shinigami de la misma edad que él, cuerpo fornido, un poco más alto que él y dueño de una particular cabellera anaranjada.

Para pasar desapercibido actuó como el chico antisocial de la clase, sin amigos, con sobresalientes notas y sin nada que llamara la atención, tanto para los humanos como para el shinigami.

Durante dos años esta estrategia le sirvió haciéndole creer que podría salir de la escuela como cualquier otro humano después del último año ya que a pesar de que a veces la sed de sangre lo agobiaba, jamás había atacado a alguien de su clase y tampoco de la escuela. Aguantaba hasta la noche cuando salía a cazar humanos que estuviesen a punto de morir o que fueran unos pobres diablos que nadie recordaría, de esa manera jamás levantó sospechas en la ciudad Karakura.

Pero ese último año tuvo que ser distinto y precisamente por el shinigami de cabello naranja.

Luego de unos meses de haber iniciado ese último año, Kurosaki Ichigo quiso "integrar" a Ishida a su grupo de amigos. A pesar de que todas las veces que Kurosaki lo había invitado a comer el almuerzo con ellos Ishida se había negado, el shinigami no desistía por ello Ishida comenzó a pensar que tal vez Kurosaki se había dado cuenta de que él era un Quincy por lo que debía hacer algo.

- ¡Eh! Ishida ¿Por qué nunca quieres comer con nosotros? - le preguntó cierto día en la biblioteca. Ishida pasaba la mayor parte del tiempo en ese lugar ya que era tranquilo, no había humanos chillones molestando y lo mejor era que el bruto shinigami jamás iba a ese lugar. En ese lugar encontraba paz por ello se sorprendió de escuchar su voz justo detrás de él.

- Porque no estoy interesado en relacionarme con nadie - le respondió subiendo con su dedo índice los lentes, gesto que hacía cuando deseba ocultar algo, en este caso la sorpresa de tener a Kurosaki Ichigo tan cerca.

- ¿Y eso por qué? Deberías hacer amigos ya que es el último año - insistía Kurosaki

- El que sea el último año no cambia nada Kurosaki, si no me relacioné con nadie durante dos años ¿Por qué debería hacerlo ahora? - contestó con la intención de acabar la conversación.

- Quizás no te relacionaste con nadie porque durante estos dos años nadie se te acercó - continuó Kurosaki - pero este año yo me he acercado a ti; ya tienes una razón para relacionarte al menos conmigo - lo que decía Kurosaki tenía sentido pero la manera en la que lo dijo junto con la sonrisa que adornó su boca hizo que un leve rubor se posara en la pálidas mejillas del Quincy. No sabía si el otro chico lo había notado pero no era relevante. Tomó el libro que estaba leyendo antes de que Kurosaki llegase y se levantó dándole la espalda. Iba a marcharse sin decirle nada pero algo en él hizo que no lo hiciera.

- No me relacionaré con nadie, mucho menos contigo - dijo cortante

- ¿Y eso por qué?- quiso saber el shinigami aún sentado

- Porque te odio - le respondió mirándolo por sobre el hombro con el ceño fruncido. Se marchó de manera natural, sin voltearse a ver la reacción del shinigami. El recreo ya había acabado y debía volver a clases.

Kurosaki Ichigo no volvió a molestarlo durante todo el resto del día. Pensó que tal ves el haberle dicho que lo odiaba había dado resultado, pero estaba equivocado. Kurosaki aún no se había dado por vencido.

Cuando sonó el timbre que indicaba que el horario escolar había terminado, Ishida guardó todas sus cosas en su bolso. Se levantó y se dirigió hacia la salida, como siempre, era el último en salir por lo que no se percató de que alguien estaba en la puerta esperando por él.

- Así que me odias Ishida Uryu - dijo la voz de Ichigo detrás de él sorprendiéndolo nuevamente - ¿Podrías decirme por qué?

- No Kurosaki, no pienso decírtelo - contestó acelerando un poco el paso.

- Entonces te seguiré hasta que me des una buena razón - declaró Kurosaki y así lo hizo. Lo siguió todo el camino pero no consiguió que Ishida le dijese algo. De repente sintió unas gotas caer sobre su nariz.

- Parece que va a llover - comentó. Ishida sintió su hombro empapado.

- Tienes razón - agregó mirando el cielo, otra gota calló, esta vez sobre su lente - Será mejor que te vallas a casa.

- De ninguna manera. Aún no me has dicho la razón de por qué me odias.

- Como quieras pero el camino ya se acabó - dijo señalando el departamento - Adiós, Kurosaki.

Entró, cerró la puerta tras de sí sin mirar, sin ver cómo Kurosaki se quedaba parado sin moverse. Permaneció igual que Ichigo parado, dándole la espalda a su puerta. Esperaba escuchar que se marchara pronto pero el momento nunca llegó.

Observó su departamento. En el living sólo había una mesa donde hacía sus deberes. Había una cocina que jamás había usado al igual que el dormitorio. Al final estaba el pequeño baño. Eso era todo. No había nada.

Escuchaba cómo la lluvia se intensificaba a su espalda. "¿Por qué no te vas?" pensaba mientras sus puños se cerraban.

- Entra - le ordenó a Kurosaki que se había sentado apoyándose contra la pared. Estaba empapado. Lo miro con unos somnolientos ojos color miel. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

De alguna manera se las ingenió para prepararle un café, el chico de pelo naranja estaba empapado y tiritaba de frío.

- No tienes muchas cosas en este departamento ¿verdad? - comentó cuando Ishida estuvo de vuelta con la taza de café

- No necesito nada, así estoy bien - dijo Ishida sentándose. Kurosaki bebió todo el café, luego hizo algo que llamó o más bien alarmó la atención de Ishida: comenzó a quitarse el uniforme.

- ¿Qué haces Kurosaki? - preguntó subiéndose los lentes con su dedo índice.

- Esta mojada, por eso me a quito - respondió sin darle importancia al asunto - Bueno, Ishida ¿vas a decirme por qué me odias? - su pregunta volvió a sorprenderlo ¿Aún seguía con eso?

- No Kurosaki. El que te haya dejado entrar a mi departamento o significa que te lo diré - contestó

- Entonces me quedaré hasta que me lo digas.

- No insistas Kurosaki...

- ¿Por qué dices tanto mi apellido? - preguntó de repente. Ishida volvió a sorprenderse. El shinigami tenía razón, él siempre decía su apellido aunque no fuese necesario, pero ¿por qué lo hacía? Tal vez porque sonaba gracioso, Kurosaki era un apellido divertido.

- Porque así te llamas ¿no? - respondió tratando de evadirlo.

- Esta bien, pero no hay necesidad de que lo repitas cada vez que me dices algo.

- De acuerdo, no lo volveré a decir más. De todas maneras esta será la última vez que hablemos.

- No lo creo... - dijo Kurosaki, Ishida lo miró. Tenía el cabello muy mojado, su pecho estaba muy bien formado, los brazos eran lo justo y necesario de fuertes.

La cabeza comenzaba a darle vueltas. Entonces se dio cuenta ¿Qué había hecho? ¿Cómo se le había podido ocurrir dejar entrar a un humano a su departamento? No había comido en todo el día y la persona frente a él se veía apetitosa.

- ¿Sucede algo? - preguntó Ichigo al ver que el Quincy se veía más inquieto de lo normal.

- Kurosaki... deberías irte - dijo controlándose lo más que podía. La sed comenzaba a dominarlo.

- No, no me iré hasta que me digas la razón - dijo frunciendo el ceño. Ishida se levantó molesto. Necesitaba salir de ahí.

Afuera aún llovía pero no le importó. ¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo se le había ocurrido dejar a un shinigami en su hogar?

Caminó alrededor de unos 30 minutos pensando qué podía hacer. Decidió no comer esa noche. Kurosaki, por muy tonto que  se viese seguía siendo un shinigami y podía saber que algo en él había cambiado.

Cuando entró en el departamento no vio a Kurosaki sentado. Algo de alivio llegó a su mente pero pronto se esfumó ya que vio sus pies sobresalir de la mesa. Fue hasta ella y el corazón comenzó a latirle rápidamente. Ichigo estaba dormido, tendido en l suelo. Su respiración hacía que su pecho se elevara a un suave compás. Su boca entreabierta se veía deliciosa y los ojos cerrados le daban un aire de ángel.

Ishida ya no podía controlarse más. Sus ojos detrás de los lentes comenzaron a teñirse levemente de rojo, le colmillos le crecían lentamente, ya no podía detenerse.

- Ishida no me odies - dijo Kurosaki entre sueños. Ishida volvió en sí ¿Qué estaba apunto de hacer? Ichigo le dio la espalda, él se levantó y por primera vez fue hasta su cuarto.

 

Kurosaki se despertó desconcertado, no recordaba dónde estaba pero pronto logró hacer memoria.

- Así que aún estoy en su departamento - dijo para sí mismo.

Se dirigió al cuarto de Ishida para encontrarlo durmiendo pero no fue así. En su lugar estaba su uniforme ya seco. Suspiró derrotado. Se vistió y salió del edificio solo, Ishida ya se había ido.

Cuando entró en el curso lo vio sentado solo como siempre. Mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos sin notar la bulla alrededor.

- ¿Por qué te fuiste sin avisarme? - le preguntó molesto pero no recibió respuesta, Ishida seguía mirando a la nada - ¡Eh! Ishida te hice una pregunta - insistió sin éxito. Iba a seguir insistiendo pero la llegada de la profesora se lo impidió.

Lo observó durante toda la clase. Parecía un chico normal, entonces ¿Por qué no se relacionaba con nadie? Y ¿Por qué había dicho que lo odiaba?

- Dijo que no me hablaría más... - comentó por lo bajo mientras comía con sus amigos.

Ishida se alejaba de él o más bien se aislaba ¿Por qué? Pero realmente él quería que Ishida le hablara aunque tampoco sabía la razón.

En su casa, recostado en su cama, seguía pensando sobre él pero algo se interpuso en sus pensamientos. Algo que debía hacer desde el día que nació. Tomó su espada y se dirigió al lugar donde estaría el vampiro pero cuando llegó no podía creer lo que sus ojos le mostraban. Un chico flaco, de cabello negro azulado lo miró, pudo ver el rojo en sus ojos a través de los cristales de sus lentes, la boca manchada en sangre junto con la ropa blanca que llevaba. Sangre proveniente de la persona muerta entre sus brazos.

El vampiro dejó caer a su víctima al ponerse de pie, limpió con su manga la boca manchada, lo miró Lugo desapareció. "No, no puede ser" repetía en su mente, pero no estaba seguro de lo que había visto. Tal vez el haber estado pensando en él había hecho que su subconsciente creara esa imagen. Ese vampiro no podía ser Ishida...

 

Siguió tratando de hacer que Uryu se convirtiese en su amigo, cada vez lograba progresar un poco más y cada vez el deseo de que lo aceptara crecía más en su corazón.

Decidió dejar de lado el incidente del vampiro puesto que le parecía que había sido sólo un juego de su mente.

Dejó también de insistir en el por qué de que lo odiara. Logró que hablasen un poco más de dos palabras y pasaban mucho tiempo juntos, podía decirse que pasaban por amigos e Ishida no se marchaba cuando él aparecía.

Pero un día algo cambió

En la azotea de la escuela, Ishida estaba mirando la nada perdido en sus pensamientos. Se acercó a él.

- ¿Qué ocurre? - preguntó haciéndose notar.

- ¿Por qué sigas insistiendo? - Ishida lo miró, sus ojos reflejaban un sentimiento difícil de descifrar - ¿Por qué aún no te vas? ¿Cuál es la razón para este absurdo? - Entonces se dio cuenta de algo. Él deseaba a Ishida, quería estrecharlo en sus brazos, protegerlo, ser el único que pudiese verlo, al único al que él viera. Por eso, casi sin pensarlo tomó su cuello y su cintura acercándolo a él. Un beso, sus ojos cerrados y sus mejillas ruborizándose. Los mejores y más dulces segundos de su vida interrumpidos por el propio receptor.

- Por eso detesto a los shinigamis - lo escuchó decir. Las imágenes de aquel vampiro volvieron a su cabeza ¿Cómo podía él saber esa palabra?

Antes de que se marchase lo detuvo.

- ¿Cómo sabes que soy un shinigami? - preguntó. Ishida no se volteó

- Porque puedo sentirlo, porque he estado evitándote desde que me di cuenta

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, preguntas? - se dio vuelta - porque eres una amenaza para mí, porque tus ancestros mataron a toda mi familia, porque gracias a ti mi inmortalidad ahora es totalmente solitaria ¿O vas a decirme que no sabes lo que soy? - Ichigo lo miró, realmente no sabía lo que quería decir - Realmente eres bruto. Dime Kurosaki - dijo acercándose a él, acorralándolo contra la pared, mostrando lentamente su forma vampiriza. Ya no le importaba que lo viera, no importaba morir, no si Ichigo lo hacía...

 - ¿Has olvidado esa noche?

Notas finales:

Bueeeeno eso es por ahora. Aprovecho esto para pedir disculpas por no seguir el otro fic (let us do something unforgivable) pero esque he tenido muchos problemas en casa, vovli a Chile, la escuela me consume mucho tiempo y no he tenido bastante inspiracion, en fin pero les prometo que pronto veran actualizacion y otros fics en los que eston trabajando jeje

ok sin mas me despido

MElA


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