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El circo de la luna por Krad_Elric

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Notas del fanfic:

Este fic, salió de mi per r mi mente después de ir al circo, haha, si bueno, lean, y espero reviews para el siguiente capi.

Capitulo 1: Primera impresión

Por fin la noche cae sobre la ciudad de parís, cientos de personas esperan impacientes por entrar al mundialmente reconocido y famoso sirque du lunel, el cual solo abre sus puertas durante la luna llena, pues todos sus actos son vistos por ese ancestral astro que baña con su luz a los más prodigiosos actores, las más perfectas y deslumbrantes estructuras, y los mas impresionantes actos jamás presenciados.
Uno de los espectadores que aguardan por entrar es un chico adinerado que va acompañando a su padre, por supuesto el chico no quería ir, es decir, ¿quién quisiera ir al circo un viernes por la noche?, pero su padre, un acaudalado hombre de negocios nunca aceptaba un no como respuesta.
- Vamos Roy quita esa cara, veras que será divertido, eh escuchado muy buenas criticas - hacia hincapié el padre, sujeto alto de ojos azules, muy bien parecido muy alegre, todo lo contrario a su hijo…

- Veras papá, cuando dije tiempo juntos nunca pensé en esto – respondió un chico alto de unos 19 años, vestido con un fino traje negro, ojos de un tono azul profundo, tan bien parecido que muchas miradas se centraban completamente en el.

Ambos tomaron sus asientos en un balcón hecho especialmente para los espectadores “vip”, el cual estaba ubicado a un costado del centro del espectáculo; ya una vez todos acomodados en sus respectivos lugares, las luces fueron apagadas Roy se recargo un poco en el barandal mirando sin mucho interés a la nada, repentinamente en el centro del escenario, una pequeña luz azul se posó sobre una chica de cabello rubio, la cual se encontraba agachada, reposando sobre sus rodillas, la orquesta comenzó a tocar una lenta melodía con acordes de violín, la chica se levantó y con paso lento y haciendo ademanes con sus manos comenzó a caminar lentamente, para después nuevamente dejarse caer al suelo. Fingiendo lagrimas caer por sus ojos, giró la cabeza dando la espalda al publico, para lentamente levantar una mano girando su muñeca, la música de fondo cambió radicalmente haciendo la suave melodía una estridente combinación de percusiones y maderas, el lugar se iluminó con diferentes luces de colores, las cuales señalaban en particular a cada uno de sus actores respectivos, unos volando en perfecta sincronía, tan solo sujetos por delicadas telas, otro a bordo de animales haciendo maniobras de acrobacia, unos tantos sobre artefactos que hacen imaginar actos sorprendentes, todos con una sonrisa siempre en el rosto, tan perfectos rostros se dejaban mirar, pareciendo hechos a mano, sobre un mármol fino, o una porcelana cara, el domo que cubría el lugar se abrió dejando entrar la perfecta luz de luna, haciendo brillar los deslumbrantes trajes que cada actor portaba, nuevamente la luz comenzó a atenuarse, de la parte trasera un chico de cabellera castaña se encontraba esperando su turno para presentar su acto, su perfecto rostro se encontraba cubierto por una mascara con una enorme sonrisa, un poco macabra…
Al escuchar unas campanadas comenzó, tomó las espadas que necesitaba las cuales cruzó en una x por encima de su cabeza, una fuerte luz roja lo alumbró, y otra por el otro lado del escenario se encargo de alumbrar a un chico no muy alto, de cabello rubio, perfectamente atado en una cola de caballo, de un cuerpo, perfectamente delineado, cubierto por un traje color oro, nuevamente una campanada surcó el lugar, ambos sujetos cruzaron por el público, chocando sus espadas, hasta llegar al escenario central, al estar ahí sus cuerpos comenzaron un baile en sincronía, haciendo parecer que tan solo se traba de un cuerpo hecho de goma, sus espadas nuevamente chocaron, pero esta vez eran las unas con las otras. Toda la gente miraba incrédula los asombrosos movimientos que sucedían, algunos saltaban, otros sonreían, algunos otros tomaban fotos, pero al parecer el mas interesando era el guapo chico de cabello negro que se encontraba en el publico, no le quitaba los ojos al chico de cabello corto.
Una espada cruzó cerca de su rostro, de no haber sido por la mascara el quizá podría estar herido
-Vamos Al… tómalo con calma, solo es el primer acto y casi cortas mi mascara.

-Lo siento Edward, creo que…me deje llevar- dijo con una sonrisa juguetona que su hermano mayor no pudo ver.

Esta vez Edward comenzó a moverse con más agilidad dando saltos increíbles, cruzando por el suelo, todo en una pelea con espadas, la música de fondo comenzó a ser brusca, de las paredes del inmenso domo, cientos de listones dorados caían con gracia formando lo que a simple vista era un dragón; rodeaba a los dos chicos del escenario en una danza perfectamente realizada. Repentinamente la boca del dragón se abrió y millones de destellos rojos salieron mesclados con llamaradas insinuando el fin del acto, en un movimiento Edward dio un latigazo con una espada cortando un poco del pelo de su hermano, sonrió ante ese acto. Buenas criticas se escuchaban entre el publico sobre el final que algunos ya antes habían visto, Alphonse entre abrió un poco sus piernas y nuevamente poniendo en x sus espadas las clavo en el suelo sin soltarlas curvando un poco su espalda en el proceso, Edward se alejó un poco, después comenzó a correr girando sus espadas hacia ambos lados, dio un mortal al frente sin brazos para caer de rodillas deslizándose por el suelo directamente a su hermano, voces en el publico comenzaron a exclamar – ¡le corta los pies¡- ¡se estrellara contra las espadas¡- Edward continuo resbalando directamente a su hermano, su cuerpo se agacho pegando casi por completo su espalda al piso, levanto sus brazos por encima de su cabeza juntándolos de igual modo al suelo que su cuerpo, para pasar por debajo de su hermano y de las espadas, chocándolas y sacando chispas, deslumbrando al publico, Edward freno con un pie para levantar su espadas al aire al mismo tiempo que Alphonse, el publico quedo por un momento sin habla, para después levantarse y aplaudir con gran fervor, los chicos agradecían haciendo un ademan con sus manos, finalmente se quitaron sus mascaras cediendo sonrisas, muchas chicas gritaban otras suspiraban, Roy simplemente se mantuvo en su sitio, solo mirando, simplemente esbozando una pequeña sonrisa, miro como los hermanos se despedían y entraban tras el telón.

- Edward, eres un presumido, ya veras, cuando haga mi acto, tendré mas aplausos- decía entre risas Alphonse abrazando a su hermano por encima de sus hombros.
Edward lo miro respirando profundo, recobrando un poco del aliento que había perdido, se detuvo tomando a Alphonse entre sus manos, lo miró y susurro –en tus sueños- para después besar sus labios con movimientos tranquilos, solo unos segundos – lo hiciste bien – dijo Edward tomando una bata y entrando al camerino, un lugar lujoso, con todo lo que las ganancias que obtenían podían costear.
Roy y su padre finalmente salieron de la carpa, el no escuchaba nada de lo que decía el padre, solo pensaba en aquel chico que había llamado en sobremanera su atención.
~Qué demonios me sucede. Será normal?, quizá todos los chicos pasan por esto...o no?
-y que dices Roy?, siento que no estás escuchando nada de lo que te digo- dijo un poco enojado su padre
-perdón papá, estaba pensando, que me decías?
-que si te había gustado, dicen que el nuevo acto se estrenara en Alemania, te gustaría ir?
-claro papá, me encantaría...-respondió en un susurro. El pensar en mirarlo de nuevo estremecía alguna parte de su ser, sin embargo no podía evitar sentir cierto temor a sus nuevas sensaciones, aunque Roy Mustang era un chico que estaba acostumbrado a tener todo lo que quería, y un ser humano no sería la excepción.
Después de charlar un rato sobre trivialidades, asuntos de comercio, herencias y economía, finalmente Roy podía irse libre de su hostigante padre. Subió a su increíble coche negro mirando a ambos lados, ya que era ya bastante noche y cada vez era más común escuchar sobre delitos cometidos durante la noche. Todo debido a los gitanos; una vez arriba de su auto, acelero como era su costumbre, rechinando y derrapando un poco las llantas, tenía prisa por llegar, pero…mala suerte, no miró que frente a él se encontraba una persona, su estúpida prepotencia se perdió en ese momento, pisó freno derrapando el auto, ya veía su futuro, preso por asesinar a un transeúnte, levantó la mirada deseando que eso se moviera del camino, pero extrañamente, la persona no hacía nada, todo sucedía en cámara lenta, el rogaba que se hiciera a un lado, pero no, hasta el último momento donde el sujeto se recostó en el suelo en un hábil movimiento, el mismo movimiento que había mirado unas horas antes. El auto se detuvo algunos metros adelante chocando contra un poste, la bolsa de aire se infló inmediatamente y se podía sentir el aroma de las llantas quemadas. El chico de ojos azules bajó del auto con esfuerzo, ya que la bolsa era un verdadero estorbo.
-¡Maldición!, estas bien?, ¡porque demonios no te moviste¡-dijo con esa sutileza que lo caracteriza.
-estoy bien, pero no gracias a ti, estúpido, deberías aprender a manejar.-soltó Edward sacudiéndose un poco el polvo, miró al chico frunciendo el ceño. Examino cada detalle de pies a cabeza.
El chico tampoco estaba mal viéndolo más de cerca, quizá solo era un poco más bajito que el castaño, pero de igual forma es sexy. Pensaba Roy en sus adentros.
-demonios…
A pesar de tener todo lo material que alguien pudiera desear, Roy Mustang carecía de muchas cosas, una de ellas madurez, simplemente era inteligente en lo que le habían enseñado, pero con respecto a la vida real, no sabía nada, pero obviamente esto jamás ha pasado por su mente, no tiene por qué preocuparse de cosas sin sentido, puesto que como ya sabemos, lo tiene todo comprado, pero quién sabe, a veces se aprende de quién menos esperas.
-hey...chico, este...creo que se están robando tu coche- dijo Edward mirando con una extraña cara a Roy y señalando con el lado índice en dirección al auto.
-eh?...si, qué?!- inmediatamente giró mirando que lo que había dicho el chico era cierto, su flamante auto era conducido por un...gitano
-Genial, es lo último que me faltaba, estoy solo y sin auto, gracias ¡- gritaba Roy al aire.
-bueno, pensaba ayudarte pero ya que estas solo…- dijo caminando hacia la inmensa carpa. Edward no pensaba dejar al pobre chico ahí, solo quería ver que es lo que pasaría.
Roy simplemente lo miró unos segundos y en son de derrota clamó por su ayuda – espera…no me puedes dejar aquí- Roy miró como Edward se detenía unos segundos y nuevamente comenzaba a caminar.
-bienes o no- pronunció finalmente mirando al guapo chico de cabello negro.
-sí, no tengo otra opción- dijo un poco frustrado, no por el robo del auto, podría comprar otro inclusive mejor, lo que sucedía era que pasaría la noche cerca del chico castaño que despertó esa nueva parte que no conocía y temía dejar salir.
Notas finales: Bien, un chico y dos hermanos, veran que sucede, claro si hay reviews, por lo mientras, el acto sigue.

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