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El diario íntimo de Shibuya Yuuri por Daiki Uchiha

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Notas del fanfic:

Aquí les dejo un pequeño fanfic de Kyou Kara Maou. Espero que sea del agrado de los lectores, consta con las siguientes parejas:

Yuuri x Wolfram, Maou x Wolfram, Shori x Wolfram (sí, competencia para Yuuri) y Conrad x OOC

Notas del capitulo:

Aquí el primer capítulo, Regalo de Nochebuena.

Cuenta con lemon Maou x Wolfram

Título: El diario de Yuuri

Autor: Daiki Uchiha

 

Disclaimer: Takabayashi / Matsumoto

Capítulo I: Regalo de Nochebuena

 

 

 

Podía sentir estremecerse al cuerpo debajo de él. Empezaba a acariciar con suma impudicia su amplio y desnudo pecho, mientras que con la otra mano le sobaba los muslos. El chico rubio, cansado de llevar el papel secundario, se levantó y le mordisqueó juguetonamente el lóbulo de la oreja. Los sexos de ambos, ya endurecidos a plenitud, comenzaban a fastidiarles por lo aprisionados que estaban en sus ropas. ¿Cómo fue que habían llegado a tal extremo? Fuera lo que fuera ya no les importaba, sólo querían terminar con lo que ellos mismos comenzaron.

 

- Jeje... me haces cosquillas - ronroneó el rubio cuando el Maou pasó a darle lamiditas a su cuello.

- Tu piel es deliciosa - susurró el pelinegro sensualmente, haciendo que su prometido esbozara una complacida sonrisa - Vamos a divertirnos juntos, Wolf...

Levantó con delicadeza el cuerpo del chico hasta tenerlo cómodo en sus brazos, luego se lo llevó a la amplia cama matrimonial del fondo. Mientras caminaba, alzó la vista de esos hipnotizantes ojos verdes y miró el vidrio del espejo; los dos se mostraban allí: el mazoku bien apretujado en su pecho, con la camisa abierta, y él, un poco más alto, semidesnudo, con una faz sumamente atractiva y el cabello negro que le caía hasta hombros (N/A: Yuuri en el modo Maou) destellando con la luz de plata de la luna que penetraba por la ventana. Wolfram, queriendo más atención, le tocó el rostro a su rey y volvió a juntar sus labios. Los dos se quedaron un tiempo allí, besándose distraídamente, hasta que el Maou sintió que le flanqueaban las piernas por el peso de Wolfram y decidió continuar.

 

Depositó al rubio en su lecho, se colocó encima de él y lo despojó de su molesta camisa, que aunque abierta, no le permitía tener el control total de ese cuerpo irresistible. Ambos sonrieron simultáneamente y se abalanzaron hambrientos a sus bocas. Sus manos recorrían con curiosidad las pieles de porcelana de su contrario, húmedas de sudor, aún sin abandonar el demandante beso, hasta que Wolfram tuvo la idea de tocar el culo de Yuuri. Éste se excitó de sobremanera por el atrevimiento y permitió que su prometido manoseara todas las partes íntimas que quisiera.

 

- Umm... - el Maou no pudo evitar un ronroneo cuando sintió que la mano de Wolfram pasaba del abdomen hasta su hinchado pene, todavía oculto por el pantalón. Era demasiado.

 

Abandonó con esfuerzo la suculenta cavidad de su novio para quitarle la última y más incómoda prenda. Tuvo que erguirse para mirarlo mejor: desnudo, las manos apoyadas hacia atrás en la colcha y los ojitos que le miraban con fingida inocencia. Se quedó quieto por unos segundos, deleitado y maravillado con la sexy pose que le ofrecía Wolfram, y en su mente comenzaron a desfilar toda una gama de posiciones del kamasutra para practicarlas. Esto provocó una sonrisa de engreimiento en el mazoku, quien tomó entre sus dedos el bulto que sobresalía de los pantalones de Yuuri, haciéndole recordar que aún continuaba medio vestido. El Maou asintió con la cabeza y se desnudó hasta quedar en las mismas condiciones que su rubio. Ya nada podía detenerlos.

 

- Quiero cogerte, okami* - murmuró el Maou, con una de sus manos recorriendo el torso de su compañero - voy hacerte mío no me importa las veces que sea, y aunque me supliques que pare, no me detendré hasta quedar satisfecho.

- ¿Me ves replicando? - preguntó Wolfram, divertido por el okami.

- Ven aquí - dijo Yuuri, jalando al rubio para que éste quedara en posición invertida a él. Luego, se colocó en su encima para darle a Wolfram una perfecta visión de lo que quería que hicieran (N/A: la pose del 69 xD).

- Eres un pervertido, Yuuri - comentó medio riendo.

 

El Maou no agregó nada más, tenía todos sus sentidos concentrados en otra cosa. Esbozando una depravada sonrisa, se acercó y le dio una lametada al caliente miembro de Wolfram, quien se estremeció debido al rozamiento.

 

- Vamos, tú también - susurró Yuuri bajando un poco más las piernas para que su prometido pudiera hacerle lo mismo - Umm... excelente, Wolf.

- Mm... - el rubio no esperó a que le dieran la orden. Casi de inmediato se había engullido el miembro del Maou (que no era precisamente de tamaño normal) y ahora lo acariciaba con la lengua.

 

Yuuri se había olvidado de lo que tenía que hacer. Oleadas de fogosidad recorrían su cuerpo, llenando cada terminación nerviosa con el manjar más dulce.

 

- Lo haces bien, amor, sigue así - ronroneó el Maou cerrando los ojos, mientras Wolfram le succionaba el miembro como si fuera una paleta de helado.

- Yuuri... - ¿cómo fue que el okami dijo su nombre si tenía la boca ocupada? No le importó.

- Sí, sí, ya casi...

- Yuuri...

- Cerca, cerca ...

- Yuuri - esta vez sonó un poco más fuerte.

- Un poco más, sólo un poco más...

- ¡YUURI!

 

Alguien había gritado con todas sus fuerzas. El Maou abrió desmesuradamente los ojos como si una bomba hubiera estallado en medio del recinto. Lo primero que se le ocurrió fue mirar hacia todos los lados, pero comprobó que las cosas seguían como estaban, excepto Wolfram que parecía malhumorado... A Yuuri le costó unos segundos reponerse de la alarma cuando se dio cuenta que el rubio ya vestía su uniforme de soldado y que no había habido nada entre ellos.

 

- Inútil debilucho, levántate ya - dijo el mazoku imperiosamente - no pensarás quedarte durmiendo toda la mañana.

- Para algo existe el reloj despertador - dijo Yuuri medio molesto por la forma en que su prometido lo había levantado - ¿Dónde está Greta?

- Abajo - respondió Wolfram corriendo las cortinas - Tú también deberías bajar a desayunar, pero te recomiendo que te limpies la baba.

 

Y antes de que Yuuri pudiera decir otra cosa, el mazoku ya se iba del cuarto mientras murmuraba para sí. El Maou se sobó los ojos y reprimió un bostezo. "No es la primera vez que me pasa", pensó con melancolía, suspirando y levantándose del cómodo lecho. El sol ya estaba bien alto y quemaba con fuerza, clara señal de media mañana. Aún bostezando con pereza, Yuuri se cambió lentamente de ropa (la interior se encontraba misteriosamente mojada) y se sacó del cuello una cadena de oro de la que pendía una llave. Después, tomó el cofre que estaba colocado en el mueble e introdujo la llave por la cerradura. El cofre hizo un clic metálico y se abrió.

 

- Veamos que tengo hoy para ti - dijo Yuuri sacando un pequeño libro encuadernado con la piel de un exótico animal. En la portada, bordado con letras verdes decía: "Diario Íntimo de Shibuya Yuuri".

 

Colocó la llave esta vez en el candado del libro para que se pudiera abrir y pasó rápidamente las páginas. Todas las hojas estaban cubiertas de textos y de garabatos, las usaba como registro personal de todas sus aventuras en Shin Makoku desde el pasado mes de diciembre. Por fin, en una página en blanco, sacó un bolígrafo y escribió:

 

<< Martes 24 de junio: Me ha vuelto a suceder. No entiendo lo que pasa, pero ya es muy frecuente y me estoy alarmando, pero no puedo decir que me desagrada. Anoche en mi sueño hice con Wolfram el 69, fue muy divertido, recuerdo que lo vi en la revista porno que me regaló Murata por mi cumpleaños... Ah!, por supuesto que sí, mañana es la boda de Conrad, claro que yo soy el padrino, pero aún no me aprendo bien las líneas (comparado con la Tierra, en Shin Makoku las bodas son excepcionales) y hoy va a ser la práctica general...>>

Leyó el párrafo unas tres veces y quedó satisfecho. Era de mediodía y aún no pasaba nada interesante (al menos hasta que llegara la hora del ensayo) por lo que dejó el resto de la hoja para escribir después. Entonces, apareció un mensaje al pie del folio, como si una mano invisible escribiera:

 

<< ¿Todavía no piensas en decírselo? Vaya que eres cobarde >> Yuuri suspiró con cansancio. Desde hace días que el libro molestaba con el tema. Salió otro mensaje: <<Contéstame>>

<< ¿No crees que un "buenos días, Yuuri" sería de más educación?>> escribió el rey furiosamente en la hoja en blanco << ¿Por qué sigues con lo mismo? Sólo son sueños>> Apenas haberlo terminado de garabatear, las letras fueron succionadas por el papel y salió otro mensaje:

<< Sí, sólo son sueños en los que follas con tu prometido, ¿verdad?>> La primera línea desapareció y fue reemplazada por otra: << No te recrimines, Yuuri, leo tu mente y sé lo que piensas, ¿por cuánto más vas a negarlo? No esperes a que otro hombre venga y te quite a tu... "okami-chan", como sueles llamarlo ahora >> y acto seguido, apareció un dibujo bien feo que representaba a un Wolfram-chibi con orejas de perrito que era jalado por un sujeto musculoso y con tatuajes de dragones. El dibujo se desvaneció para permitir el pase al siguiente texto: << ¿Dijiste que hoy es la víspera de la boda de Conrad? Espero que a Andrew no le maten los nervios... y como te venía comentando antes, creo que Wolf... >>

<< Muy bien, diario íntimo, como se ve que hoy amanecistes con ganas de discutir mejor me voy para el desayuno >> escribió Yuuri ignorando las últimas líneas, y antes de que el cuaderno agregara otra cosa, lo cerró con fuerza y lo ajustó con la llave.

 

¿Cómo fue que había llegado a sus manos aquel libro tan raro y entrometido? Ah, sí, fue Cheri quien se lo regaló por la fiesta de Nochebuena. "A mí me sirvió mucho en mi juventud, espero que también le sea útil", fueron sus palabras exactas. A primera vez parece una libreta de apuntes cualquiera, pero tras escribir allí unos cuantos registros... ¡hablaba! ¡Sí, el diario "hablaba"! Si hablar fuera el término correcto. A Yuuri más bien le parecía una conversarción por Chat con alguien desconocido. Es como si el diario tuviera una mente propia y una conciencia. El ingenioso libro daba consejos cada vez que se lo pedía, contaba anécdotas de sus dueños anteriores, a veces, cuando las tardes se ponían muy aburridas, le enseñaba las anotaciones privadas de sus propeitarios menos estimados (uno de ellos tuvo 15 hijos con 15 mujeres diferentes). No obstante, había momentos en las que el libro se ponía tan molesto y chismoso (Cheri advirtió sobre eso) como cuando Yuuri escribía sobre sus deseos sexuales hacia Wolfram.

 

<< ¿No piensas formalizar el compromiso? >> Le preguntaba constantemente. << Los sueños deben ser una indicación >>

<< Sólo son calentones, libro>> Repetía Yuuri con aburrimiento << a los 18 años es muy normal >>

Pero hasta él admitía que no era nada normal. Nunca jamás se había imaginado teniendo sexo con alguien, excepto Wolfram, claro, ¿pero como podía ser? Lo estimaba como un amigo, casi como un hermano, nada más que eso...

 

- ¿Todo listo, Su Majestad? - preguntó Gisela desde al otro lado de la puerta

- ¿Qué?... Ah, sí, ¡voy bajando! - respondió Yuuri energéticamente, pero cuando se disponía a salirsu libro se abrió por sí solo hasta una página con el siguiente mensaje: << Yuuri idiota, habla con él y dile que lo amas ¬¬ ¿O quieres que te muestre otro dibujo? >>

- ¡CÁLLATE! - gritó el Maou cerrando fuertemente el libro y guardándolo en su caja - que diario más problemático... creo que ya sé por qué Cheri quiso deshacerse de él - pero dijera lo que dijera, tenía que admitirlo, el diario era sugoi*.

 

Luego de unos minutos bajó con el estómago rugiéndole de hambre. No se sorprendió que el castillo estuviera un poco más abarrotado, ya que mañana era el casamientos de dos personas muy impotantes: Conrad y un príncipe mazoku, Andrew von Wincott. Habían cubierto la platea con enormes carpas y estandartes multicolores, las sillas ya se empezaban a colocar y la famosa esculura de Yuuri con un anticuado traje de rey como la que se había visto hace un par de años estaba colocada en la entrada de los jardines.

 

- Les gusta verme sufrir - comentó el chico con una gota resbalándole por la cabeza mientras que estrechaba las manos a una multitud de nobles que no paraban de hablarde la emoción.

- ¡Yuuri, Yuuri! - oyó que alguien le llamaba, y en ese mundo sólo habían 4 personas que decían su nombre con normalidad. Se zafó con muchas disculpas de la gente que lo rodeaba y se apresuró a reunirse con Andrew, el prometido de Conrad, quien iba medio corriendo hacia él.

- Menos mal que te encuentro, Gunter está causando muchas escenas vergonzosas por ahí - le dijo. Andrew era, para su aspecto de niño, una persona muy madura. Poseedor de un rostro sereno y bondadoso capaz de convencer a cualquiera (incluso a Wolfram cuando se le daba el berrinche), una melena blanca y ojos de un suave color azul, era el príncipe que todos desearían tener.

- Me muero de hambre - comentó Yuuri mientras iba con Andrew hacia adentro del castillo - ¿Cómo te sientes? ¿Estás nervioso?

- Un poco, pero me siento de maravilla - respondió - Hace un rato que Wolfram andaba buscándote, ahora merodea por los jardines. ¿Recuerdas cuando te caíste encima de mí por accidente y justo él pasaba cerca?

- Claro que me acuerdo - dijo Yuuri colocándose una mano en las costillas, que casi se habían roto (las marcas tardaron una semana en desparecer) producto de las espantosas llaves aplicadas por su prometido - ¡Oh, mira! Allí está.

- ¡Yuuri! - venía diciendo Wolfram mientras caminaba hacia ellos. El Maou esbozó una media sonrisa; aún recordaba con claridad las tantas veces que lo hacía suyo en sueños. Una indicación, habría dicho su diario.

- Bueno, los dejaré solos - dijo Andrew con picardía en cuanto el rubio se les unió - iré con Conrad.

- Sí, que te vaya bien - dijo Yuuri haciendo un gesto con la mano, viendo al príncipe caminar hacia su prometido - ¿Qué sucede, Wolf?

- ¿Cómo que qué sucede? - rezongó Wolfram jalándolo del uniforme - te estuve esperando desde hace tiempo y no aparecías, ¡para colmo tengo que encontrarte con mi cuñado!

- Tranquilízate, Wolfram, Andrew fue el que me buscó y no creo que él esté interesado en mí, date cuenta - Yuuri señaló el punto donde el mazoku de ojos azules le besaba la mejilla al espadachín, ante los emocionados ojos de las princesas invitadas .

- No entiendo por qué tenían que venir las... - murmuró un insulto por lo bajo, mientras miraba ceñudo a las chicas - si no hacen otra cosa más que acosar a la gente. ¡Si te encuentro ligando con cualquiera de ellas considérate muerto!

- Jejeje, no va a pasar nada - le aseguró Yuuri sonriendo nerviosamente - creo que es mejor ir ya a comer.

- Claro - y en seguida, Wolfram le tomó fuertemente del brazo y lo exhibió como una mascota por donde estaban las princesas, dándoles a entender que Yuuri era de su propiedad.

- No tan fuerte, Wolf - dijo el Maou con un ligero bochorno, ya que muchas personas los miraban curiosamente - ¿no crees que estás siendo brusco?

- Andrew también es así - respondió - esos dos... es muy pronto para que se casen.

- Se conocen desde hace un año y medio, y son prometidos desde hace meses.

- ¡Pero tú y yo lo somos desde casi 3 años y no he escuchado hasta ahora ninguna propuesta! - exclamó el rubio cuando estuvieron lejos de las inquisitivas miradas de las chismosas princesas. Yuuri suspiró. Discutir con Wolfram era como discutir con su diario; no servía de nada.

- Mejor vamos a comer antes de que Gunter aparezca...

 

El día transcurrió normalmente, aunque el castillo se iban acoplando de más con los invitados de última hora (reyes y nobles), entre los cuales (para desgracia de Wolfram) había toda una legión de princesas (y uno que otro príncipe) con cierto interés en Yuuri. Hicieron el ensayo general de la boda después del almuerzo. El joven Maou, por la petición especial de los novios, hizo de padrino, mientras que las damas de honor fueron un par de princesas de cara estúpida. Por otro lado, no hubo señales ni de Conrad ni de Andrew por casi todo el día, excepto cuando frecuentaban las reuniones. Yuuri sabía que ellos necesitaban un poco de intimidad después de estar ocupadísimos para las preparaciones de la boda, suponía que estaban en los jardines agarrados de la manos, aunque algunos de los inquilinos (chicas la gran parte) no parecían respetar el campo privado de los novios, y asomaban la cabeza con disimulo por las estatuas del jardín hasta que Wolfram tuvo que emplear las amenazas.

 

Finalmente llegó la noche con una atmósfera bastante tranquila pero emocionada. Ahora Yuuri (librado de los constantes acosos) tenía tiempo para escribir en su diario mientras que Wolfram se ocupaba en ahuyentar a las hijas de las nobles. Llegando a su alcoba fue directo hacia su caja y sacó el cuaderno de piel. Empuñó un bolígrafo, abrió en la página adecuada y comenzó a escribir:

 

<<... Hoy todo el mundo estaba de buen humor. Vino mucha gente importante (hubo reyes a los que conocí por primera vez) y Conrad y Andrew se fugaron por casi toda la reunión. Creo que querían aprovechar el poco tiempo a solas desde hace semanas con los preparativos de su matrimonio. El que realmente estuvo bien raro fue Wolfram, me dio mucha risa cuando amenazaba con incinerar a todo aquel que se atrevía a ir "más allá" de sus límites conmigo, pero le agradezco, ya que me libró dos veces de una rubia tan exótica como Cheri que insistía en que fuéramos a un rincón. Todo va estar bien para mañana, me muero por ser el padrino. >> Terminada sus anotaciones, escribió al pie de la hoja: << ¿Tienes algún comentario? >> Las palabras se esfumaron del papel para dejar salir lo siguiente:

<< ¡Que emoción! Estos chicos hacen una bonita pareja n_n >> después de haber leído el mensaje, éste desapareció y salió otra línea << ¿Ya no estás enojado conmigo, Yuuri? >>

<< Al menos momentáneamente>> respondió << pero es que a veces te pones un poco pesado y molesto >>

<< Sí, Cheri también comentaba lo mismo >> concordó el diario << Por cierto, aún no has escrito nada sobre tu hermano, ¿no fue? >>

<< ¿Shori? La verdad es que no tengo ni idea de donde está, de repente fue en la Tierra y pidió permiso a Shinou para venir mañana, porque dijo que asistiría a la boda de todos modos>> escribió, agregando después otra cosa: << últimamente está raro... no lo comprendo >> El diario se quedó igual de blanco por unos segundos, hasta apareció:

<< ¿Sabes algo? Eres mi dueño y por lo tanto es mi deber advertirte una cosa, ten mucho cuidado en lo que respecta a Wolfram y a Shori >>

<< ¿Qué quieres decir? >> preguntó Yuuri, extrañado, luego de que el mensaje se esfumara. << ¿Qué estas insinuando? >>

<< No puedo contarte, lo siento, me lo ordenó mi antiguo propietario >> dijo secretamente.

<< ¿Te refieres a Cheri?

<< Mi último dueño no fue Cheri, hubo un pequeño lapso de 3 meses en el que una persona fui mi propietaria antes de que Cheri volviera a encontrarme, sucedió hace poco, antes de la Nochebuena, pero la persona en común me ordenó no contar nada. Pero ten en cuenta, Yuuri, que de ser tú no me quedaría con los brazos cruzados por lo que alguien tratará de hacer, ¿lo captas? Ahora dejemos de hablar de eso y cuéntame más sobre el día de hoy>>

Yuuri volvió a intentar sonsacarle esa misteriosa información, pero el diario se negaba a revelarle otra cosa más. Por supuesto que el Maou tenía una ligera sospecha de que solo el libro había inventado todo para fastidiarlo. Pero con respecto a Shori y a Wolfram... ¿qué podría pasar?

 

Y así transcurrieron otras dos horas. Después de haberle contado a sus cuadernos los sucesos del día (uno muy gracioso fue cuando el mazoku de cabellos rubios habían prendido disimuladamente la falda a una chica que se hubo acercado demasiado a Yuuri) se despidió y fue al baño para luego dormirse. Los pasillos estaban desiertos y oscuros, era casi de medianoche y los invitados estaban ya en sus alcobas, pero había algo que le inquietaba un poco. Wolfram no aparecía. "Seguro se quedó borracho y está durmiendo con Gunter en el salón", pensó Yuuri divertido, ya que sabía que su prometido tenía debilidad por los tragos. Greta estaba durmiendo con sus amigas extranjeras en otra habitación, y Yuuri se sentía un poco solo. En esos pensamientos estaba cuando, al doblar una esquina, escuchó ruiditos provenientes del cuarto de Conrad. Con una sonrisa maliciosa, se acercó a la puerta y pegó su oído para escuchar algo que sonó como esto:

 

- Jeje... Me haces cosquillas - era la voz de Andrew, que sonaba muy excitada.

- Tu piel es deliciosa... vamos a divertirnos juntos, An... - susurraba el soldado.

Yuuri sintió un retorcijón en las tripas, pues esas palabras se le eran tremendamente familiares.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

*Okami: lobo en japonés

*Sugoi: Genial, fantástico.

Espero que les haya gustado, los errores de ortografía ya están corregidos.El siguiente capítulo es La Boda y la Conspiración.


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