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Chibi Sasu por Angel del Diablo

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Notas del capitulo: La historia sigue adelante, ahora nos queda poco para el final. Sin embargo, aun queda una dificultad por superar.

(N/A: se que el cumple de Sasu es en Mayo, pero necesitaba que fuera en Otoño para crear la imagen que quería de su encuentro. Siento no haber sido fiel al personaje en este aspecto)
Creyeron que el tiempo pasara deprisa. Pero no fue as. Nada ms quedarse solo en casa, sinti como esta se le vena encima. Camin sin rumbo fijo hasta llegar a su cuarto. Mir la cama, an sin hacer, y todos los recuerdos de todo el tiempo que haba pasado all con Sasu lo golpearon, dejndolo sin respiracin. Se apoy contra la pared, para dejarse luego caer hasta el suelo, en el que se qued sentado. Despus de eso, solo se concentr en su respiracin, que tena que ser tranquila para evitar echarse de nuevo a llorar.


A la maana siguiente Hinata fue a verlo. El rubio abri la puerta despacio, tratando de no quedarse ciego por la luz de la maana. Estaba en pijama, pero se le notaba que no haba dormido. Al principio no supo qu decir, pero opt por saludar como primer paso:

-Hola Naru… cmo ests? –el chico la mir para sonrerle sin ganas y susurrar:

-estoy bien. –la dej pasar y se sentaron en uno de los sofs. Al principio la joven trat de entablar conversacin con su amigo, pero al ver que ste no le haca el ms mnimo caso, se qued callada.

-lo siento –susurr el joven.

-no te disculpes… es normal…

-pero encima de que has venido a verme, de que te preocupas por mi… no debera ser tan grosero contigo.

-te digo que no te preocupes… porque la verdad es que, aunque no puedo imaginar cmo te sientes, s que puede ser muy duro. –el rubio la mir, tratando de tomar fuerzas de su amiga para pode sonrerle. Por suerte, ella entendi y sonri por los dos.


Sasuke haba sido llevado, sin ninguna de sus cosas, hasta casa de Tsunade. All se haba despedido de Iruka y se haba tenido que quedar con la rubia. El moreno, durante el tiempo que estuvo en casa de ella, esperando para que partieran hasta el lugar que sera su nueva casa, no par de pensar en lo injusto de la situacin. “Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. Esa frase cruz por su cabeza. Pero no era cierto… l si saba lo que tena. Por qu haban tenido que separarlos? Era algo que no entenda y que, aunque saba que la rubia no tena toda la culpa, no pudo evitar mirarla mal mientras suba unas maletas a un enorme coche oscuro.

-y esas maletas?

-son cosas para ti –afirm. Aquello le pareci el colmo: ni siquiera iban a dejar que se llevara sus cosas de la casa del rubio. Con toda la rabia que tena, golpe una de las ruedas con el pie para gritarle:

-Con qu derecho esta haciendo todo esto? –la mujer lo mir un momento. Saba que el menor no entenda porqu lo haba separado del rubio, pero tambin saba que era tarde para echarse atrs.

-Lo siento, Sasuke. Se que ahora te duele, pero con el paso del tiempo entenders que es mejor.

-mejor?

-lo que Naruto te haca, aunque t creas que estaba bien, no es cierto.

-l no me oblig a hacer nada…

-no lo defiendas, ahora ya no puede hacerte nada. Ahora ya puedes decir la verdad.

-deje de decir tonteras! …l me ama… y yo lo amo a l. Nunca me oblig a hacer nada! Todo lo que hicimos… todo lo que pasamos juntos… fue por el amor que sentamos. –Tsunade se qued mirndolo, pero no iba a cambiar de opinin.

-Lo siento Sasuke, pero no podemos volver. Te he buscado un buen hogar, y permanecers all hasta que cumplas los 18, y puedas decidir por ti mismo. –el menor no respondi. Saba que el da que cumpliera los 16 Naruto ira a buscarlo y no tendran que volver a aguantar a la rubia ni tampoco a ninguna de las personas que no aceptaban su relacin. Sin embargo, Tsunade todava no haba terminado de hablar.

-Estas seguro de lo que sientes? –el moreno la mir, como si no entendiera lo que le deca. Y no lo entenda, al menos, no entenda a qu se refera.

-ests seguro de que es “amor”? es posible que, como os conocis desde hace tanto tiempo y habis vivido juntos, quizs hayis confundido los sentimientos y no es amor, sino una gran amistad. –el moreno se gir hacia ella, sin entender cmo haba podido llegar a esa conclusin.

-Insinuas que… lo que siento… es mentira?

-No mentira… ms bien…

-Ms bien… una ilusin? –a duras penas, el menor aguant las ganas que tena de golpearla. Todo una mentira? Tambin era mentira lo feliz que haba sido con el rubio? Todo haba sido mentira? Neg con la cabeza, con fuerza.

-no! Eres t la que miente! Ni creas que as vas a convencerme de que esto es lo mejor… porque s que no lo es. No importa lo bonito o lo genial que sea el sitio al que me llevas, yo solo podr ser feliz con l. Y t lo sabes, no es cierto? Por eso nos has separado. Pero no importa, porque ni t ni nadie podr impedir que, dentro de poco, estemos de nuevo juntos… y esta vez… para siempre. –Tsunade no quiso decir nada. La fuerza con la que haba hablado la haba dejado bastante sorprendida y saba de sobra que, sin importar lo que dijera, no iba a lograr convencerlo de lo contrario. El sentimiento que los una, mentira o no, era muy fuerte y no iba a lograr que desapareciera con unas cuantas palabras vacas.
En silencio, se alejaron del hogar del moreno para ir hacia la que sera su nueva casa.


El Tiempo sigui pasando, tanto para el rubio como para el moreno. Aunque el menor se senta con ms esperanza, tambin le costaba trabajo no estar sin l. Sin embargo, era Naruto era el que peor lo pasaba, era el que ms lo aoraba, ya que en su cuarto se haban quedado el olor y los recuerdos de su pequeo neko. Y, despus de que pasaran los primeros 3 meses, solo cuando cerraba los ojos era capaz de verlo. Solo cuando lograba dormirse poda casi ver su sonrisa, el brillo de sus ojos o el color que tomaban sus mejillas cuando le daba vergenza algo. Y, al despertar, se recriminaba echar tanto de menos a aqul pequeo moreno. Mientras estaba despierto, distrado en muchas cosas, apenas si notaba su ausencia. Iba y vena a clase despacio, tratando de retrasar tanto como poda el momento de llegar a casa. Porque, aunque nada ms haba cambiado, sin Sasuke all aquella casa ya no era su “hogar”. Ya no quera volver porque saba que nadie le esperaba, nadie le dira “bienvenido” o le dara un abrazo. Y eso haca que se sintiera a morir, que se sintiera con ganas de dejarlo todo.


Por las noches, el fro mandaba escalofros por su espina dorsal. Echaba mucho de menos los brazos del rubio a su alrededor. Su calor por las noches, sus palabras y sus gestos de cario cada vez que se senta desanimado. Saba que tena que tener paciencia, que no era tanto tiempo, que, antes de que se diera cuenta, volveran a verse, pero la verdad era otra diferente: necesitaba ver al rubio. Necesitaba estar con l. Aunque su orgullo no le permita decirlo en voz alta, habra dado cualquier cosa por dormir de nuevo entre sus brazos.


Ni siquiera teniendo la luz encendida, consegua que las sombras se fueran mientras estaba en su cama. Kyuubi ya casi no trataba de que lo olvidara o, al menos, no lo echara tanto de menos. Porque la verdad era que l tambin lo aoraba. Y mucho. Le haba costado admitirlo, pero era la parte que le faltaba a su alma. Y el hecho de que lo haba perdido por algo tan tonto como no haber sido precavidos y no haber podido contenerse hasta llegar a casa lo haca odiarse. Y Naruto tambin se odiaba por la misma razn. Daba vueltas en su cama, recordando una y otra vez aqul momento. Cuando haba vuelto a sentir su piel simplemente no haba podido contenerse. Era algo que tena que admitir: su piel clida y suave lo haca volverse loco. Pero haba alguien a quin odiaba casi tanto como se odiaba a s mismo: a Tsunade. No haba tenido la decencia de dejar que se explicaran, de darles tiempo para hablar con calma. Incluso, si el menor no hubiera ido a su casa e Iruka no hubiera sido tan bueno, no habran podido ni despedirse. Saba que estaba mal, por supuesto, pero, si se amaban, no tena porqu haberlos separado as. Poda haberse ido a vivir all para vigilarlos, o mandar a alguien que cuidada a Sasu, pero no separarlos. Porque su moreno estaba en otra ciudad y no saba ni su direccin ni su telfono. De eso se haba encargado la rubia (guardaba en secreto en lugar en donde estaba su moreno) y no haba forma de saberlo ya que, a pesar de sus muchos esfuerzos, le haba resultado imposible saber nada.


Totalmente incomunicados, solo tenan de sus recuerdos y su amor para seguir adelante. Para aguantar el tiempo que estaran separados. Si Naruto era el que ms sufra por la ausencia, Sasuke era el que ms miedo senta. …l segua amando igual a Naru, pero tena miedo de que el rubio lo olvidara o dejara de quererlo de la forma en que lo haca. A veces se senta muy inseguro, pero siempre que esto le pasaba, recordaba su ltima noche juntos, que se senta muy lejos, y volva a l la esperanza, recriminndole por pensar de esa forma y no confiar en el rubio.
Y, aunque cuando te separan de la persona a la que ms amas, parece que cada respiracin te duele un poco ms, que cada segundo que se va en el reloj rompe un poco ms tu corazn, el Tiempo pasa, aunque parezca que no, se escurre entre los dedos. Las estaciones se van… en realidad, se fueron, pasaron, y lleg el da en que Sasuke cumpli sus tan esperados 16 aos. El da en el que volveran a estar juntos, y esa vez, para siempre.

-Sasuke! Date prisa que pronto llegarn los invitados –la voz le lleg desde el piso de abajo, demasiado alta y fuerte para ser de una persona ya un poco mayor. El moreno se asom por la puerta y grit, con desgana:

-ya sabes que no quiero fiesta… as que no pienses que voy a colaborar. –pero acab por bajar. Le deba mucho a la seora mayor que lo estaba acogiendo en su casa (una gran, vieja y quejicosa casa de madera) por lo que trataba de no darle problemas. Sin embargo, saba que, mientras estuvieran los invitados, no apareca la persona a la que l quera ver. La persona a la que l estaba esperando desde haca mucho tiempo. A Naruto. Al recordar de nuevo lo que les haba pasado, golpe la pared con los nudillos. Aunque lo haba intentado, no haba logrado hacer un antdoto para la frmula que lo haba encogido, por lo que haba tenido que crecer de manera natural. Haba esperado mucho tiempo, no saba si podra esperar ms. Pero, por otro lado, la idea de verlo de nuevo, la idea de estar en sus brazos le haca estremecer y que el estmago se le cerrar, y la espera solo haca aumentar sus ganas de volver a verlo. Por eso y a pesar de todo, camin para abrir la puerta todas las veces que llamaron al timbre. As, poco a poco fueron llegando los pocos amigos que su ta (como l la llamaba cariosamente) haba invitado del pueblo (a unos cuantos kilmetros) y tambin a algunos compaeros de clase.
La fiesta empez, ya que pareca que no iban a llegar ms invitados. Todo fue ms o menos bien, aunque Sasuke apenas si particip. Se senta nervioso e inseguro. Cuando ya la fiesta empezaba a resultarle insoportable, alguien llam al timbre. El moreno se extra, cuando su ta dijo:

-por fin ha llegado, tem que no pudiera venir.

-Quin es?

-t solo ve y abre la puerta. –el moreno la mir, pero algo en su sonrisa hizo que su corazn diera un vuelco. Camin tratando de disimular las ganas que tena de ver a la persona que esperaba al otro lado. Abri la puerta cuando son el timbre de nuevo y la persona que haba en el umbral lo dej completamente helado. Porque no era su rubio… sino que era Tsunade. El moreno primero mir a la rubia y despus a su ta.

-Qu hace aqu? –la otra, sin entender, susurr:

-Cre que te alegraras de verla… despus de todo fue ella la que te sac del lugar en el que antes estabas –lo haba dicho como si el lugar al que se refera fuera un sitio malo, un sitio peligroso.

-es cierto! ella me sac de mi hogar! Ella me separ de la persona a la que ms quiero! –se call, furioso, para despus salir corriendo de all y encerrarse en su cuarto.

No sali durante el resto de la fiesta. Ni tampoco cuando se fueron los invitados. Tsunade subi a despedirse, pero no le abri la puerta. Sin embargo, eso no le impidi darle un mensaje de parte del rubio:

-Sasuke –empez a hablar a la puerta cerrada: -l… no ha querido venir. Me ha dicho que en este tiempo que habis estado separados, ha pensado mucho. Y se ha dado cuenta de que, bueno… quizs las cosas sean mejor as. No te preocupes, el tiempo cura todas las heridas. A l tambin le duele, pero eres un nio todava… y Naruto es ya mayor. Hay demasiada diferencia de edad y yo creo que… la mejor decisin es que dejis de pensar en estar juntos –se qued en silencio. Esper un poco, pero no obtuvo respuesta por parte del menor. Este estaba sentado en la cama, abrazndose las rodillas, tratando de no creer las palabras de la mujer.

-no es verdad… –se repeta una y otra vez. -no es verdad, no puede ser verdad… Naruto nunca dira algo as. –pero algo lo preocupaba: -si no es verdad… por qu no has venido?

Continuar…
Notas finales: ¿cómo sigues viviendo cuando has perdido lo único que justificaba tu existencia? ¿puede el corazón recuperarse del todo, por mucho daño que reciba? Y Naru... ¿dónde esta? ¿qué va a hacer?

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