El tiempo sigui pasando. Lento, pero amargo. Sasuke se pasaba el da pensando en lo que le haba dicho la rubia. Sera verdad? El moreno no quera crerselo… pero por otro lado era raro que el rubio no hubiera ido a verlo, ni le hubiera mandado una carta o una nota o algo. Eso lo haca angustiarse y preocuparse ms. Despus de que Tsunade se fuera, pas la noche con lgrimas en los ojos, echo un ovillo en su cama. No le abri la puerta a nadie ni quiso or las disculpas de su ta al haber invitado a la rubia sin consultarle antes. El moreno saba que no haba sido culpa suya que l se hubiera portado as, pero no poda sonrer y decirle que todo estaba bien. Porque ya nada estaba bien. Sin noticias del rubio, no poda seguir a gusto en aquella casa. Ya no se senta con fuerzas para seguir viviendo all.
-Qu te pasa? –Naruto alz la vista de su comida intacta y mir a Hinata. La chica lo haba invitado a comer, pero no la haba mirado en todo lo que llevaban all, la verdad es que no le haba hecho ningn caso. Tampoco haba tocado su comida.
-Es por…?
-por favor –pidi en un murmullo.
-no lo digas…
-pero tienes que dejar de sentirte as… no fue culpa tuya.
-pero s lo fue! Yo quera… yo quera…
-an no me has contado todo lo que pas… dmelo, quizs as te sientas mejor. –Naruto respir hondo varias veces para empezar a hablar.
----------FLASH BACK----------
El rubio corra hacia la casa de Tsunade, tratando de no chocar con las personas que se encontraba a su paso. Una vez all, la encontr en la puerta, sin duda lista para salir.
-espera! –le grit para que no se subiera al coche.
-tengo que hablar contigo! Es urgente! –Tsunade se par frente a l y pregunt:
-Si? Qu quieres? –Naruto, con todo el valor que pudo, dijo, con voz clara y firme:
-quiero la direccin de la casa de Sasuke. –se miraron un momento, a los ojos. El chico trag duro, la expresin que la otra tena en la cara no le gustaba nada.
-en cuanto a eso –empez a decir, despacio, tratando de elegir las palabras con cuidado:
-creo que es mejor que no.
-por qu no?
-ahora mismo me diriga para all… l me invit y… me ha pedido que no te diga nada.
-A qu te refieres?
-bueno l… entiende que ha pasado tiempo y, bueno… ha crecido. A madurado y…
-y? Qu tratas de decirme? No lo entiendo… quieres decir que l ya no…? –no termin la pregunta. No hizo falta. Haba entendido lo que quera decirle. Y le doli. Mucho ms de lo que iba a admitir.
-Lo siento –susurr. -pero creo que es mejor as no?
-“aqu hay gato encerrado” –no escuch el comentario de Kyuubi. Se imagin a Sasuke ms mayor, maduro, con gente de su edad con la que pasar el tiempo, en una nueva vida… una vida en la que ya no haba hueco para l. Sus ojos se empaaron, pero no llor. Sac de su bolsillo un pequeo sobre y se lo tendi a la rubia:
-Le daras esto de mi parte? No es que le est obligando a que siga en contacto conmigo ni nada parecido… yo solo… quiero que la lea. Si no quiere no hace falta que me responda. T solo dsela vale? –la rubia le sonri y tom el pequeo sobre, guardndolo en su bolso.
-Se la dar, no te preocupes. –el rubio la abraz, agradecido, antes de despedirse de ella y marcharse.
----------END FLASH BACK----------
-y? Te contest a la carta? –se fij en el rostro de su amigo, ahora impasible, fro, sin que un atisbo de todo lo que senta se reflejara en su rostro al decir:
-ni siquiera la ley. Tsunade me la trajo de vuelta sin abrir.
-cmo es eso posible? –no respondi. Le segua doliendo mucho y no poda hablar sin que la voz se le quebrara. -no te pongas tan triste Naru… quizs hay algn error. Quizs Tsunade no le dio la carta -a qu te refieres?
-bueno… ella no quera que estuvierais juntos… quizs no se la entreg. –ni por un momento esa idea se le haba pasado por la cabeza. No quera creer que una persona a la que quera, a la que tanto le deba, la que le haba ayudado a conseguir la custodia de su chibi, lo estuviera engaando para separarlo de la persona a la que ms amaba. Neg con la cabeza, sin querer crerselo.
-es imposible que ella hiciera algo as -bueno es solo una suposicin, no tengo pruebas… pero es muy raro que Sasuke no haya querido saber de ti no? –no dijo nada. No entenda nada y estaba cansado de sentirse mal. Cansado de tantas trabas, cansado del color de su corazn.
-no importa, Hina. Quizs sea mejor as. Quizs lo nico que hicimos mal Sasuke y yo fue enamorarnos como lo hicimos. Quizs todo ha sido un error. Yo amo a Sasuke, quera proteger ese sentimiento a toda costa, porque sentir algo tan fuerte me haca tener valor para enfrentar cualquier cosa… pero tal vez esto nunca debi de pasar. En realidad, si Sasuke no se hubiera encogido, nunca habra tenido el valor de decirle que lo quera. Y nada de todo esto hubiera pasado jams. –sac del bolsillo de su pantaln la carta que le haba escrito. La llevaba siempre encima, para recordarse que todo haba acabado.
-me la dejas? –el rubio se la tendi. La carta estaba aun cerrada, algo arrugada pero cerrada.
-Cmo ha podido hacer algo as? –el rubio la mir y se levant. Necesitaba volver a casa. Cogi la carta de manos de su amiga y la meti de nuevo en su bolsillo mientras coga sus cosas.
-por qu no se la mandas? Quizs si le llega en el correo la lea.
-No tengo su direccin ni forma de conseguirla. Y, de todas formas, creo que ya es demasiado tarde. -nunca es demasiado tarde, Naru. Por favor… no dejes que ese sentimiento tan hermoso que os une muera por unas cuantas dificultades.
-unas cuantas dificultades? Desde el principio trataron de separarnos… y solo porque… porque… porque nos ambamos! –no puedo evitar que algunas lgrimas escaparan de sus ojos, ardiendo contra su piel. Quemndole.
-lo siento, Naruto. No quera decir eso…
-no importa. Ya no importa. –se alej del lugar, sin despedirse de ella.
Las estaciones siguieron su camino. El tiempo se fue, lento y tedioso. No volvieron a tratar de verse ni de comunicarse. Sasuke cumpli 17 aos, pero nadie lleg ese da a buscarlo. A pesar de todo el tiempo que haba pasado, l segua esperando. Por qu? Porque en el fondo segua amando al rubio igual que el primer da, que ahora se senta muy lejos. Aunque lo haba intentado evitar con todas sus fuerzas, si que haba olvidado algunas cosas. Ya no recordaba el calor de sus abrazos ni el olor de su piel. Tampoco poda recordar cmo era dormir entre sus brazos. Y haber olvidado todo eso le dola. Haca que le costara ms hacerse a la idea de que, aunque el rubio no quisiera nada ms con l, no podra dejar de quererlo nunca.
El da que Sasuke cumpli 18 aos, amaneci un da gris y lluvioso. Iba a juego con su estado de nimo, porque para l ese era uno de los das ms tristes del ao. Desayun en compaa de su ta, pero despus de comer esta le dijo que tena que irse a hacer un recado y que volvera al da siguiente en la tarde.
-cuida de la casa! –le grit antes de salir. El moreno se qued solo sin saber qu hacer. No tena pensado celebrar nada, pero la sola idea de permanecer en aquella casa completamente solo le haca arrepentirse un poco. Con las llaves en el bolsillo, sali al jardn. No era muy grande y no estaba muy bien cuidado, pero era mejor que estar encerrado. Camin por el csped, mientras el aire alborotaba su cabello, hasta que una figura apoyada contra el rbol ms antiguo del lugar le hizo detenerse. No importaba la distancia a la que se encontraba o la poca luz que hubiera. Habra podido reconocer a esa persona en cualquier parte. Como no poda moverse, dej que el mayor se acercara hasta que quedaron mirndose a los ojos.
-hola Sasuke –su nombre de nuevo dicho por aquella voz tan aorada fue como una descarga elctrica. Sin embargo, no dej que notara todo aquello.
-hola Naruto –el rubio sonri y lo observ con detenimiento.
-has crecido mucho –asegur, notando que ya solo era unos cuantos centmetros ms alto que el moreno.
-se te nota ms mayor… ms maduro –aunque Naruto trataba de sonar alegre, jovial, se estaba muriendo por dentro. Se haba dejado convencer por Hinata (que haba sacado la direccin de no se saba donde) y haba ido all en un arrebato de valor que se haba esfumado nada ms ver de nuevo sus ojos.
-pues t no has cambiado nada –susurr el moreno. Otra vez se quedaron en silencio. Ninguno de los dos se atreva a formular la pregunta que los estaba consumiendo por dentro: todava me quieres? La misma pregunta estaba en sus mentes, pero ninguno la formul. Sin embargo, Naruto no pudo evitar alzar la mano para acariciar la mejilla del otro con mucha suavidad. Este contacto hizo que el menor cerrara los ojos y se dejara llevar por un momento. Aqul gesto le dio al rubio la fuerza para susurrar:
-te extrao tanto…
-Qu? –abri de golpe los ojos, pero el rubio miraba para otro lado y no lo not. El menor coloc su mano sobre la del otro para mantener el contacto, mientras el rubio segua hablando, en un suave susurro:
-no he logrado olvidarte, mi neko. –escuchar de nuevo aquella forma tan tierna en la que lo llamaba antes, cuando estaban juntos despert el amor que Sasuke segua sintiendo por l.
-Naruto –susurr acercndose a l. Y al siguiente segundo estaba contra aqul cuerpo fuerte que tanto echaba de menos, a solo unos escasos milmetros de aquella boca que tanto anhelaba. Unos segundos bastaron para que volvieran a besarse. Y fue como si nunca se hubieran separado el uno del otro. Porque sus sentimientos seguan ah, justo como antes. Cuando se acab el oxgeno, el rubio se abraz a su cuerpo y apoy la barbilla en su hombro, tratando de entender porqu haba correspondido a su beso.
-entremos –murmur Sasuke mientras se separaba de l y lo guiaba de la mano por la casa hasta su cuarto.
Sentados en la cama del moreno, aun permanecan con las manos unidas, pero sin decir nada.
-lo siento –susurr entonces el rubio.
-por qu? -siento mucho no haber venido antes. Quera hacerlo, necesitaba verte… pero como no quisiste leer mi carta… no me atrev.
-Carta? A qu carta te refieres? –el rubio, tomando sus manos con cuidado, mir para otro lado antes de seguir hablando:
-iba a ir a verte el da que cumpliste 16 aos. Pero, por mucho que se lo ped, por mucho que le supliqu, Tsunade no me quiso llevar ni decirme dnde vivas ni nada. Tambin me dijo que… –se qued callado unos minutos, apretando sus manos ms fuerte, sin querer mirarlo a los ojos. El moreno lo contempl largo rato, notando que no quera decirle lo que rondaba por su cabeza. A pesar de que no quera meterle prisa, al final no pudo evitar decir:
-Qu? Qu fue lo que te dijo? –el rubio lo mir un momento para despus volver a mirar sus manos. Sin embargo, en ese breve espacio de tiempo el menor vio dolor en sus ojos de cielo.
-Ella tambin me dijo que ya no queras saber de m. Dijo que haba crecido, que todo haba cambiado y que era mejor que no estuvieras con alguien tan mayor como yo. Supongo que era algo comprensible, pero no quise perder la esperanza. Y como haba barajado la posibilidad de que no me dijera nada de tu paradero, te haba escrito una carta que le entregu cerrada. Le ped que te la diera, que no era necesario nada ms. Slo que te la diera. Slo tenas que leerla. El resto no era importante. Sin embargo... al da siguiente vino a verme por la maana… y me la devolvi cerrada. Me dijo que no habas querido leerla. Que solo la habas mirado y te habas negado siquiera a cogerla. –el rubio permaneci en silencio, sin querer mirarlo a los ojos. El moreno, por su parte, estaba tratando de asimilar todo lo que le haba dicho. Alz la mirada y busc los ojos del rubio. Saba que tena que decir algo. Tom aire y susurr…
Continuar…
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