En todo aqul da, Naruto no tuvo valor para decirle a Sasuke lo que haba pensado. Cuando lo miraba a los ojos, simplemente no poda decirle aquello. Lo amaba, ms de lo que deba, y eso le haca ser incapaz de apartarse de l, que era ya su razn de ser.
A la maana siguiente, se fue temprano a clase. Sasuke ira el lunes siguiente, ya que estaban a mircoles y as, en mitad de semana, prefera no asistir.
A media maana alguien lleg tocando a la puerta. Sasuke se acerc con paso lento hasta ella. Mir por la mirilla de la puerta, y vio que era Hinata la que llamaba. Abri un poco y mir fuera:
-hola, Sasuke.
-hola Hinata. Si buscas a Naruto, no esta…
-en realidad he venido a hablar contigo. –la hizo pasar y se sentaron con un te delante de ellos. El silencio se prolong.
-bien… t dirs.
-sabes que Naruto ltimamente tiene mucho en lo que pensar… con sus exmenes y dems
-si, lo s y eso qu tiene que ver conmigo?
-se que no es de mi incumbencia, pero como he notado a Naruto un poco triste ltimamente… me ha hecho pensar que tal vez… os habis peleado? –no contest. No saba qu decir.
-te enojaste con l?
-no fue mi culpa! –Sasuke mir hacia otro lado, dando un sorbo a su te. No saba qu pensar. Naruto lo confunda demasiado.
-me da igual… no creo que me quiera cerca, animndolo
-Sasuke… si no eres t, no va a servir de nada. Y yo ya haba pensado en algo que en verdad lo animara. Te necesita
-en eso te equivocas. No me necesita porque… –se qued callado. Cmo decirle que ya no lo quera cerca? Cmo le explicas a una chica que la persona a la que ms quieres ya no te toca, ni te abraza ni te besa? Era un tema embarazoso que no iba a tocar con ella.
-dime una cosa: si no estuvieras enojado con l querras ayudarme? –el moreno lo pens un poco, pero solo asinti con la cabeza.
-pero no sabra qu hacer. –la chica tena una expresin extraa en la cara:
-las clases de hoy de Naru se alargaran un poco, porque como ayer no fue seguro que lo regaan… tenemos tiempo
-tiempo?
-Qu estaras dispuesto a hacer… para que volviera a hacerte caso? –en ese “hacerte caso” iba implcito todo lo dems (como besos, caricias y lo “otro”). Se sonroj, pero pregunt, con inocente curiosidad
-has pensado en algo? –la chica sonri y sac algo de una bolsa que haba trado y que el moreno no haba visto hasta ese momento. Le mostr el contenido, que hizo al moreno sonrojarse demasiado.
-te vers muy lindo… solo prubatelo si? –a regaadientes, se meti en el bao con lo que le haba dado: primero se quit toda su ropa (dejndose la interior) para despus ponerse unos pantaloncitos negros muy cortos y ajustados, despus una camiseta sin mangas de rejilla, que dejaba a la vista su pecho y sus pezones, adems de su estmago. Se neg a ponerse nada ms del traje y sali as mismo, rojo como tomate. La chica se lo qued mirando:
-Por qu no te has puesto lo mejor?
-me da vergenza! Esto es ridculo… me veo fatal
-te ves adorable. –le quit de las manos la cinta y las orejitas y lo mir:
-djame ayudarte –le at la cinta al cuello, en la que haba un cascabel plateado que emita un sonido muy bajito y muy dulce:
-menos mal… sino te quedaras sordo –ambos rieron, mientras Hinata le colocaba la diadema con las orejitas de suave pelo negro.
-son como tu cabello y la cola te queda de lo ms linda –se mir la parte de atrs, ni haba notado que en los pantalones estaba la cola cosida.
-crees en serio que esto le gustara?
-bueno eso depende de lo sugerente que te muestres –un sonrojo increment la temperatura de su rostro:
-no tiene nada de malo. Aunque Gaara diga que eres an un nio, estoy segura de que Naruto nunca te ha obligado a nada me equivoco?
-l fue… muy gentil… conmigo
-Gaara le dijo algo, estoy segura. Pero creo que le hars muy feliz si al llegar te ve as vestido. –el celular de Hinata empez a sonar, desde su bolso:
-que raro –descolg y habl, deprisa y bajito, con la persona al otro lado. Mientras, Sasuke se miraba en el espejo, sintiendo un escalofro por la poca ropa que llevaba.
-ser mejor que enciendas la calefaccin, para que no te enfermes. Lo siento, pero me tengo que ir –sali, en direccin a la puerta:
-y que hago con esta ropa?
-es un regalo para Naruto. No olvides decirle vale?
-gracias por todo, Hinata –Sasuke no entenda cmo ni porqu los ayudaba tanto
-no me las des… solo quiero que seis felices. Naruto es mi mejor amigo y lo quiero mucho. Y si contigo es feliz, entonces tambin te ayudar a ti. –sali, despidindose con la mano, dejndole al otro una nota en la mano.
-para que Naruto sepa que es regalo de los dos –le gui un ojo y sali corriendo, abrigndose.
El viernes, ya de noche, Naruto lleg por fin a casa. Haba tenido que aguantar los regaones de todos sus profesores, por saltarse clases con demasiada continuidad y tambin se haba retrasado por lo que haba tenido que hacer para ponerse al da. Todo estaba a oscuras y en silencio.
-Sasuke? –llam, pero no contest. Dej las llaves en la entrada y descubri una nota:
“Pens en que nosotros saliramos a dar una vuelta, para animarte, pero creo que este regalo te gustar an ms. Es un regalo tanto mo como de Sasuke. Disfrtalo con moderacin vale? Porque aunque no lo creis, os lo merecis”. Guard la nota y se quit el abrigo.
-“no entiendo de qu va esto”
-Qu regalo crees que ser?
-“a mi solo me gustara uno”
-baka –susurr el otro colgando su abrigo y entrando a la casa:
-Sasuke? Espero que no sea una fiesta sorpresa porque no las aguanto –solo haba luz en su cuarto, por lo que se dirigi all. Abri la puerta y entr, sin ver apenas nada por la escasa luz. Cerr la puerta y se gir hacia la cama.
-“al menos nadie a gritado sorpresa! Ni estn escondidos en ningn cuarto” –pero no obtuvo respuesta. Naruto miraba a la cama, donde estaba Sasuke. Este llevaba puestos unos pantalones negros ajustadsimos y cortsimos (y se notaba que debajo no haba ms que suave y deliciosa piel), con una cola de neko cosida a la altura de su trasero. Iba descalzo, pero llevaba unos calentadores desde mitad del pie hasta la rodilla tambin negros, que asemejaban piel oscura. Una camiseta de rejilla sin mangas, que al ser negra haca ver su piel aun ms plida y suave (y sus pequeos pezones aun ms lindos). Unos calentadores de unos tonos ms claros iban desde su codo a la mitad de la mano; continuando el traje, una cinta de color oscuro alrededor de su cuello con un cascabel plateado, que haca un sonido dulce y tenue. Para terminar, unas orejitas de neko sobresalan de su cabeza, de pelo negro. Se haba peinado para ocultar sus orejas humanas y pareca un neko autntico. Si a eso aadimos que estaba tumbado, con las caderas ligeramente alzadas, moviendo la cola de un lado a otro, se puede entender que el rubio estuviera casi en estado de shock.
-Sasuke?
-N… Nya
-“creo que me va a dar un infarto!” –Naruto se qued bloqueado. Sasuke, sonrojado a ms no poder, se levant para acercarse a l. El rubio, que no lo haba tocado desde haca das, no saba a qu parte de su cuerpo mirar. Se decidi por sus ojos, que lo miraban de manera tmida y con un poco de deseo contenido. Sasuke le quit la mochila de las manos y la dej en la mesa. Se acerc a l y ronrone en su odo, de puntillas:
-bienvenido a casa, Naruto.
-“me lo voy a comer!!” –el rubio dej que el otro lo guiara hasta la cama, tumbndolo boca arriba. Le desabroch despacio la chaqueta que llevaba, bajndole la cremallera con los dientes. Despus le lleg el turno a su camisa, cuyos botones tambin fueron abiertos con lentitud, mientras rozaba su pecho. Una vez desnudo de cintura para arriba, con la cinta que llevaba al cuello, que se quit sin dejar de mirarlo, at sus muecas sin apretarlas. Luego en una cinta (que habra servido de correa) que ya estaba preparada en la cama, enganch a un mosquetn la que estaba en sus muecas. El cascabel tintine cuando trat de soltarse.
-por favor, no te sueltes –ronrone en su odo de forma suplicante.
-o no ser tan divertido. –no contest. Solo se concentr en no excitarse demasiado, a pesar de que el otro estaba sobre l. Bes su frente y su nariz. Sus mejillas y deline con la lengua las marquitas de su rostro. Casi roz sus labios, pero cuando el rubio fue a besarlo, se apart. Baj besando su cuello y su pecho, detenindose en sus pezones. Los lami con suavidad y algo de timidez, pero ver que el rubio se morda un labio para no gemir le dio confianza. Acarici su pecho, esa piel que le encantaba. Bes su ombligo y lo lami, despacio.
-Sa… Sasuke –se agarr ms a la cuerda, haciendo tintinear el cascabel. Lo mir a los ojos, pero ahora que saba que al rubio le gustaba, susurr:
-Nya? –se sonroj de lo tierno pero a la vez violable que se vea as. Lleg hasta la cintura de su pantaln. Pas sobre sus piernas, sentndose sobre su entrepierna (de forma descarada y provocativa) y se dispuso a desatar sus botas y a quitarle los calcetines. Lo mejor de aquello es que no se haba dado cuenta de lo que estaba provocando en el cuerpo del rubio tenerlo as:
-“por favor… lo necesito!! Sultate…” –negando, continu mirando el sube y baja que tena la cola del otro. Cuando ya estuvo descalzo, Sasuke volvi a colocarse a la altura de su rostro.
-te amo –ronrone en su odo. Naruto quera besarlo. Necesitaba besarlo, pero el otro se apart.
-bsame! –le orden. El moreno lo mir y despus se acerc a su boca. La entreabri y esper. El mayor bes hambriento sus labios, bebiendo de su saliva y agotando el oxgeno. Cuando el menor se separ de l para respirar un hilo de saliva an los mantena unidos. Hilo que Naruto hizo desaparecer cuando bes sus labios de nuevo.
-te amo, Sasuke –el menor, sonrojado, baj sus pantalones. Ahog un gemido cuando roz con los dedos su miembro.
-ahh…
-“no gimas as… ni que fueras el uke…” –pero Kyuubi tambin poda sentir como dola la ereccin bajo la tela de los boxers oscuros.
Al llegar a este punto, Sasuke ya no senta vergenza. Al menos, no tanta como al principio. Verse reflejado en los ojos claros del otro, y ver que lo que haca le gustaba y que a pesar de lo que l crea, lo amaba, le daba valor. Y con ese valor liber el miembro del otro, arrojando sus boxers lejos, al suelo. Lo observ a los ojos un momento, para despus besar la base del miembro despierto con suavidad. Naruto no quera gemir, pero le iba a ser difcil, sobre todo ahora que lo recorra con los labios y la lengua, de forma suave y lenta. Cuando lleg a la punta, la lami, sintindolo estremecer. De un solo movimiento, el neko se lo meti en la boca:
-mmh… –volvi a sonar el cascabel, mientras se retorca para intentar soltarse. No lo logr y al sentir que empezaba a succionarlo, tuvo que morderse el labio para no gritar de verdad. Primero lento… luego ms rpido, estimulando tambin sus testculos, cargando su cuerpo de electricidad.
-Sasuke… para… por favor –no aguantara mucho si segua as. Apenado, lo mir y susurr, sacando su miembro de la boca:
-no te gusta? estoy haciendo algo mal?
-“me encanta!! No pares!!”
-al contrario… si sigues as… yo… no podr… aguantar…
-no importa. No tienes porqu hacerlo… no tienes porqu aguantarte –continu con su tarea, seguro de que lo estaba haciendo bien. Gimiendo por lo bajo y arqueando la espalda, lleg al orgasmo, corrindose en su boca. El moreno bebi casi todo, menos un poco que call sobre su rostro.
-lo siento… Sasu… –pero al verlo, perdi el hilo de lo que estaba diciendo: recostado sobre sus piernas, con un ojo cerrado, lama lo que quedaba de semen de sus mejillas, cogindolo con un dedo y llevndolo despus a sus labios.
Sin saber cmo, un segundo despus estaba tumbado bajo el cuerpo del rubio, que segua muy excitado. Este lo mir, mientras lama de su rostro su propia esencia, para despus besarlo y compartirla.
-te amo, mi pequeo neko –volvi a besarlo, pellizcando sus pezones por fuera de la rejilla. El moreno gimi contra sus labios. El beso estaba siendo muy intenso y senta su cuerpo tan excitado como el suyo propio. Se quit de encima para no aplastarlo y lo tom en brazos, para que quedara tumbado con la cabeza en la almohada. Primero pens en atarlo, pero saba que no iba a escapar, adems que estaba siendo tan lindo… que lo iba a tratar como se mereca. Empez quitando lo que llevaba en los brazos y las piernas, para despus besarlo mientras estrujaba sus nalgas. Sasuke estaba sonrojado, no se acostumbraba a que lo tocara as. Baj por su cuello, dejando pequeas marquitas de propiedad por su piel plida. Lleg despus a donde empezaba la camiseta de rejilla, pero estorbaba para lo que quera. Por eso se la sac por encima de la cabeza, dejndolo solo con los pantalones.
-Sasuke… te ves… demasiado apetecible –el chibi ya no saba donde mirar ni como evitar que le diera vergenza lo que le deca.
-“es tan tierno… y a la vez se ve tan sexy”
Cuando se qued completamente desnudo, solo con las orejitas como vestimenta, le rode el cuello con los brazos y se peg al mayor, pidiendo en silencio por ms besos. El rubio lo complaci besndolo de nuevo. Ya haba perdido la cuenta de las veces que lo haba echo. Recorri su cuello, despacio, para llegar a su pecho y tatuarlo de besos. Aquellas caricias hacan sentir al menor muchas cosas, y agradeca que fuera Naruto el que lo tocara as, porque era el nico al que amaba.
Naruto lleg entonces hasta su ombligo, el cul succion y beso, para despus seguir bajando por sus muslos hasta llegar a su trasero. Alz un poco sus caderas para tener acceso a su entrada, que lami para prepararlo.
-ahh… esta muy… profunda –se tap la boca, para no gemir ms cuando lo penetr. Esper un poco a que se acostumbrara, pero no pudo esperar mucho, porque necesitaba moverse ya. Sasuke not su impaciencia y no quiso que por l se contuviera, por eso le pidi que se moviera. No lo cuestion. Pero quera que el menor tambin disfrutara, por eso empez con movimientos lentos, profundos. Lo quera… tanto… que quera tenerlo siempre consigo. El rubio enred una de sus manos con los suaves y sedosos cabellos negros y la otra con una de sus pequeas manos. El chibi-neko se abandon al placer que le proporcionaba Naruto. …l nunca se haba sentido obligado a nada, ni tampoco se arrepenta de haberse entregado a l.
-Naruto… yo…
-sshh… no digas nada… solo sintenos… as, unidos… como uno solo –masturb su miembro y lo bes, enredando sus lenguas. La electricidad ya los envolva y Sasuke no poda aguantar. Bajo su cuerpo, gimi cuando se derram en la mano del mayor. Esto hizo que se contrajera alrededor del miembro del kitsune, que provoc que se corriera en su interior. Sali con delicadeza y mir a su neko, que tena los ojos cerrados y respiraba con dificultad.
-Sasuke… mrame –lo hizo. Se perdieron en los ojos del otro, por un tiempo que no habran sabido decir cuanto haba sido. Toc su rostro, y se acerc a l despacio. El menor mir sus labios, antes de que se besaran. Cerraron los ojos y se entregaron al otro en aqul beso:
-preparado para la segunda ronda, mi neko? –se sonrojo, pero no contest. El rubio lo alz para sentarlo en su regazo. Recorri su pecho, que tanto amaba, y despus despert de nuevo a su miembro. Se sonroj cuando lo toc tan descaradamente, pero ms an cuando lo puso a cuatro patas. Sonrojado a ms no poder, not que el otro volva a penetrarlo, esta vez con un poco ms de fuerza. Contuvo un gemido cuando empez a moverse, llegando muy hondo dentro de su cuerpo. El rubio lo penetr fuerte, mientras abrazaba su pequeo cuerpo y besaba su espalda, cubierta de una finsima capa de sudor. Las embestidas hacan que la cama se moviera, haciendo sonar el cascabel. Masturb el miembro de su moreno, mientras este gema bajito.
-me corro… Sasuke… –murmur en su odo al cabo de un rato en el que las caricias y los movimientos le haban echo llegar al clmax.
-tambin yo… –el moreno arque la espalda y se corri de nuevo en la mano del mayor. Este, se vino en su interior, respirando contra su nuca con dificultad. A Sasuke le fallaron las fuerzas y se dej caer en la cama, pero como el otro lo tena abrazado, lo sujet. El rubio tir de l y se sent en la cama, con el menor entre sus piernas y sus brazos, pegado a su pecho. Sali de su interior con cuidado y le dijo:
-creo que debera cambiar las sbanas –ese comentario lo hizo sonrojarse mucho. Mientras el rubio cambiaba las sbanas y se vesta con ropa limpia, tras limpiarse, el moreno se limpi en el bao y se puso su pijama. Se fij en su reflejo, y decidi dejarse las orejitas. Si al rubio le gustaban, estaba bien. Fue de nuevo al cuarto, en donde el otro estaba esperndolo sentado en la cama, de sbanas limpias. El rubio se acomod mejor y tendi la mano al otro. Sasuke se agarr a esta y subi a la cama. El mayor lo alz para sentarlo en su regazo. Se lo qued mirando y el moreno dijo:
-te amo
-gracias…
-porqu?
-por quererme… por entregarte a mi… por aceptarme… por todo –lo apret y se qued callado.
-en qu piensas?
-en que ha sido el mejor regalo de mi vida. T eres el mejor regalo que nunca podra haber recibido. Lo siento
-Por qu te disculpas?
-se que estos das no te he tratado… bien.
-eso no es cierto. T te has hecho cargo de mi… me has cuidado y protegido.
-pero estos das se que no te he hecho mucho caso… lo siento. Necesitaba pensar en algo…
-no importa –se peg ms a su cuerpo, apoyndose en el lado de su pecho en el que lata su corazn.
-si que importa. No me haba dado cuenta de la suerte que tengo de tenerte junto a m. Si vuelvo a portarme como un dobe, quiero que me lo digas vale?
-esta bien –sonri y bostez.
-creo que deberas dormir un poco, mi neko
-n… no me digas as, me da vergenza –sonriendo, acarici su cabeza, tocando las orejitas:
-es imposible con estas orejitas.
-lo hice como algo especial, no creas que ser as siempre –el rubio le quit las orejitas y las dej en la mesa.
-no hace falta que las uses si no te gustan –el menor se incorpor para quedar a la altura de su rostro, de rodillas entre sus piernas:
-no quise… decir eso… solo me refera a…
-shhh… esta bien. Con o sin orejitas siempre vas a ser mi chibi-neko, Sasuke –lo hizo sonrojar, de manera tierna, mientras tomaba su rostro entre las manos y acariciaba sus labios con su pulgar derecho:
-te amo tanto… –susurr ms para s mismo que para el menor. Eso haba sonado como… desesperado. El menor lo abraz y dijo:
-es tarde. Mejor vamos a dormir. –la manera en que se lo haba dicho le haba sonado como si fueran a despedirse en breve.
-ser lo mejor –acost al chibi boca arriba y l se tumb a su lado. Aquella noche fue el rubio el que necesitaba de la proteccin de los brazos del menor. Por eso se apoy sobre su pecho y lo abraz. Sasuke correspondi a su abrazo, con fuerza, quedndose pronto dormido.
-“en qu piensas?”
-en que es hora de que sepa la verdad
-“ya sabes lo que pasar si le dices verdad?”
-debo arriesgarme. No quiero perderlo… pero por encima de todo no quiero mentirle –cerr los ojos y suspir, embriagado por el aroma de su cuerpo. An un poco preocupado, se durmi gracias a los latidos de su corazn, que lo arrullaron y al calor de su cuerpo, que lo hizo sentirse protegido y seguro.
Continuar…
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