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Chibi Sasu por Angel del Diablo

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Notas del capitulo: terminé mis examenes!!! y ahora tengo tiempo para escribir^^ aquí otro capi... gracias por tantos rr!!!

Por su parte, Sasuke casi había llegado a la casa del rubio. La reconoció por lo que le había dicho la otra. Tocó a la puerta, de forma suave, pero Naruto lo había visto por la ventana, a la que estaba asomado para ver mejor la tormenta, y sabía que era él. Abrió deprisa y encontró al pequeño allí, empapado y temblando.

-¡Sasuke! ¿Qué te pasó? –lo hizo pasar y lo sentó en uno de sus sillones. En seguida le dio una toalla y una manta para que se secara y calentara. Mientras este lo hacía, le preparó un chocolate caliente. Cuando ya estaba seco, se paró a pensar en lo que había echo: huido de su hermano para ir con Naruto, que seguro tenía cosas mejores que hacer que ocuparse de un niño como él. Naruto se fijó bien en el rostro del menor: tenía un labio ligeramente herido, la mejilla magullada y los ojos de haber llorado:

-¿estas bien? ¿Te hizo algo malo tu hermano? –el chibi intentó no echarse a llorar, porque no quería incomodar al otro.

-lo intentó –se le escapó.

-“¡trató de violarlo! ¡Maldito bastardo!”

-¿me puedo quedar aquí esta noche? –lo miró con ojitos tristes y suplicantes y, aunque el otro hubiera querido, no habría podido decirle que no.

-Todo el tiempo que quieras –cuando se terminó su chocolate caliente, lo guió para que se cambiara de ropa y se pusiera lo que ya había usado antes como pijama. Lo acostó en su cama, arropándolo. Con su pijama puesto, Naruto tenía pensado dormir en el sofá y se dirigió hacia este tras darle las buenas noches.
La casa se quedó totalmente a oscuras y en silencio, pero Sasuke no podía dormir. No le gustaban los truenos y se sentía desprotegido, inseguro. Por eso, se bajó con cuidado de la cama y caminó en silencio hacia donde estaba Naruto.

-“no puedo creer que intentara…”

-Lo se

-“tenemos que hacerlo nuestro antes de que se nos adelanten”

-¿no viste lo asustado que estaba…? además… lo golpeó… no, no voy a violarlo… quiero hacer las cosas bien. –cerró los ojos, pero una manita tocó su hombro. Abrió los ojos, que chocaron con los del menor

-¿Sasuke?

-¿puedo dormir contigo? –el rubio tocó su rostro con suavidad, aliviando el dolor de su mejilla. Sin saber porqué, se sentía bien con aquel chico, a pesar de que era mayor que él.

-claro que si –se levantó y lo tomó en brazos, abrigándolo con la manta que había cogido para dormir allí. Lo cargó con cuidado hasta la cama y allí lo dejó. Se acostó a su lado y los arropó a ambos. Se quedaron uno en frente del otro, sin decir nada.

-lo siento –se disculpó el menor.

-¿Por qué?

-siento haber llegado así, sin avisar.

-Te dije que podías venir aquí si te sentías mal en tu casa ¿recuerdas? –sus ojos se dilataron al ver que recordaba lo que le había dicho.

-Gracias –tímidamente se acercó al otro un poco y se abrazó a él para intentar calmarse:

-¿te asusta la tormenta?

-ya no… –cerró los ojos y se relajó. El rubio lo rodeó con los brazos y lo pegó más a su cuerpo.

-¿Naruto?

-¿si?

-a mi… me gustaría… poder vivir aquí –aquello lo había dicho medio dormido, apretado contra el otro, sin vergüenza o miedo. El rubio asintió y le susurró:

-no dejaré que vuelva a lastimarte –aquella noche ninguno pensó en nada que no fuera estar en brazos del contrario. Solo Kyuubi se entusiasmó más de la cuenta con el olor que el otro despedía.

-“serás mío, Sasuke” –Naruto tomó aquella noche la decisión de que el moreno debía vivir con él. Lo estuvo pensando un tiempo, hasta que notó que el otro dormía. Desconectó su despertador para que no sonara porque al día siguiente no iría a clase. Miró el rostro del otro y no pudo resistir la tentación de volver a besar sus labios, de forma suave, para no despertarlo:

-te quiero, Sasuke. –si hubiera estado despierto quizás no habría tenido el valor de decírselo. O quizás sí. Con aquél pensamiento, apretó más al otro y se quedó dormido.

La mañana amaneció también lluviosa y no había mucha luz. Esto contribuyó a que se despertaran tarde. Sasuke, que no abrió los ojos al despertar, se sintió protegido entre aquellos brazos. En medio de aquel sentimiento llegaron a su cabeza los recuerdos de la noche anterior, cuando su hermano había tratado de…
De golpe abrió los ojos, mirando a su alrededor. Se encontró con el rostro dormido del rubio, que era el dueño de los brazos que lo rodeaban. Más tranquilo, se volvió a acurrucar contra él. No sabía la hora que era, pero eso le daba igual. El rubio, en poco, también despertó:

-buenos días –el moreno solo pudo sonreír con timidez. No sabía qué decir. Entonces calló en la cuenta de que el otro debería estar en clase ¿verdad?

-¿hoy no tenías clase? –Naruto, que no había soltado el cuerpo del otro, negó con la cabeza:

-esta mañana tenemos algo que hacer

-¿tenemos? –asintió, para después soltar su cuerpo y sentarse en la cama:

-no quiero que vuelvas a tu casa.

-¿Qué?

-anoche dijiste que tu hermano quiso hacerte daño… y te golpeó ¿no es así? –su mejilla ya no dolía, pero aun le preocupaba tener que volver a su casa.

-por eso quiero que vivas conmigo.

-¿Qué? No, eso no puede ser…

-¿Por qué no?

-no quiero ser una molestia…

-no voy a presionarte, si quieres volver con tu hermano –Naruto sabía que el otro no quería. Lo miró a los ojos hasta que el otro se avergonzó y desvió la mirada. Acarició su cabello oscuro y dijo:

-no te preocupes, nunca vas a ser una molestia para mí. –se levantaron poco después de eso, para desayunar algo ligero. El menor se puso la ropa, seca, que había traído por la noche y se fue de la mano del rubio, que vestía de oscuro. Hacía frío y la lluvia casi caía, pero el día estaba empezando bien.

-¿A dónde vamos, Naruto? –no le dio tiempo a responder, porque unos gritos, que casi lo dejan sordo, interrumpieron su intento de darle una respuesta:

-¡ahí esta! Mi ototo… y ese debe de ser quién lo secuestró… ¡Sasuke! –el nombrado se tensó al ver a Itachi, que lo abrazó posesivamente mientras miraba con odio a Naruto. A su lado estaba el policía al que había estado toda la noche molestando para que buscara a Sasuke. El rubio no tuvo más remedio que soltar la mano del menor, porque su hermano ya se lo llevaba a rastras:

 -¡detenga a ese individuo! -¡no! –habló el pequeño.

-Sasuke, no te metas –amenazó el mayor.

-¡él me cuidó… no me secuestró! –Naruto se acercó al policía, de cabello castaño, uniforme y un corte que le atravesaba el rostro:

-me llamo Naruto Uzumaki… y no secuestré a Sasuke…

-yo soy Iruka. Parece que el pequeño esta bien… pero su hermano acudió anoche insistiendo en que alguien se lo había llevado.

-¡no es cierto! –el mayor apretó el brazo del chibi hasta que este se calló. Ante eso, Naruto no se pudo quedar callado:

-suéltalo

-¿Cómo dices?

-he dicho que lo sueltes… ¿Acaso no me oyes? –caminó hacia él para agarrar su brazo, torciéndolo hasta que soltó al menor, que se retiró de ellos. Se miraron con odio contenido, mientras el policía se daba cuenta de que aquello era más complicado de lo que parecía: por un lado estaba claro que el rubio se preocupaba por el menor… pero el otro era su hermano.

-¿a que espera? ¡deténgalo! -el muchacho no secuestró al pequeño… por lo que no hay motivo para que lo arreste.

-¿Qué?

-es más… creo que él debería de encargarse del pequeño…

-¡eso nunca! Usted no puede darle la custodia –sonriendo con maldad, cogió a Sasuke de la mano y tiró para llevárselo. El menor ni siquiera pudo despedirse del rubio, que se quedó preocupado viéndolo marchar.

-lo siento, pero tiene razón –negando con la cabeza, se alejó de allí.

A pesar de que hicieron todo el camino en silencio, Sasuke sabía que su hermano estaba enojado. Y mucho.

-¿ya te has acostado con él? –preguntó en cuanto cruzaron la puerta.

-no…

-¿Me vas a decir que solo dormisteis y ya? No te hagas el inocente conmigo –lo cogió para volver a intentar besarlo

-¿Por qué dejas que él te toque? ¿Por qué no me dejas que también te lo haga, eh? –Sasuke ladeó el rostro para que no lo pudiera besar. En cuanto lo soltó, huyó para esconderse en su cuarto.

-no podrás estar encerrado eternamente, ototo –el menor sabía que llevaba razón… pero quería creer que Naruto haría algo para ayudarlo.

-Necesito tu ayuda –la rubia levantó la vista de los papeles que estaba leyendo y miró a su ahijado.

-¿no me vas a decir “hola”? –el rubio se veía inquieto y preocupado y no le siguió la broma:

-¿Qué pasa, Naruto?

-se trata de Sasuke

-¿Sasuke?

-si. Quiero conseguir su custodia

-¿Cómo? –le contó en poco lo que le había pasado al moreno, y cómo lo trataba Sasuke

-pero… te va a resulta muy difícil…

-por eso he acudido a ti. Nunca te pido nada… pero, por favor –al verlo con esa cara no pudo decirle que no.

-Haré todo lo que esté en mi mano

-¡Gracias! –se le echó encima y la abrazó.

Lo siguiente que hizo Naruto, al saber que Tsunade le había conseguido cita con un juez que ella conocía y que podrían arreglarlo ese día, fue ir a por Sasuke. Llegó y llamó a la puerta, pero nadie contestó.

-¿Sasuke? ¿estás en casa? –fue Itachi el que abrió. Lo miró y dijo:

-¿Qué haces aquí?

-vine a llevarme a Sasuke.

-¿para…?

-será mejor que también vengas… tenemos una cita para arreglar la custodia de Sasuke

-¿Cómo?

-no pienso dejar que viva con un pedófilo como tú. Y te aconsejo que lo dejes salir… o entraré yo

-esta encerrado en su cuarto… y no quiere salir…

-como le hayas echo algo, juro que te mato –entró y lo llamó:

-¿Sasuke? –el menor, encerrado en su cuarto, no se creía que estuviera allí. Pero asomó la cabecita por la puerta y al verlo, no pudo evitar sonreír y correr hacia él. Se paró justo a un paso, avergonzado porque había tenido la intención de abrazarse a él. El rubio abrió un poco los brazos para atraerlo hacia su cuerpo, con cariño.

-¿estás bien? –el menor asintió.

-¿qué haces aquí?

-he venido a por ti. –le cogió de la mano para salir de la casa.

-voy con vosotros –Itachi también fue pero el rubio se quedó en medio, para que el menor no se sintiera tan nervioso, aunque lo notaba tenso, ya que sus manos estaban frías.

-veamos… repitámoslo de nuevo… ¿quieres la custodia de un menor que tiene quién lo cuide? –el rubio asintió. Itachi, cruzado de brazos, sonrió, como si aquello le pareciera absurdo.

-¿por qué? –señalándolo con un dedo, solo dijo:

-no es el adecuado para cuidar de un niño

-¿Cómo te atreves?

-¡es la verdad! Mataste a tus padres…

-eso no esta comprobado…

-porque no hubo pruebas suficientes, pero todos los aquí presentes sabemos que lo hiciste tú

-¡no tienes lo que hay que tener para repetirlo!

-¡cuando tú quieras!

-¡por favor! Dejen de pelearse –los dos se callaron. Tsunade, que entró en ese momento, dijo:

-Por favor…

-estamos olvidando lo más importante –intervino Naruto.

-¿y que es? –Itachi estaba cansado de soportar aquel rollo:

-lo que quiera Sasuke –el silencio inundó la sala. Como el juez, de cabello oscuro y ropa negra, no se aclaraba, indicó que entrara el menor. Tsunade abrió la puerta y salió, para acto seguido entrar con Sasuke e Hinata, que había ido para ayudar.

-bien Sasuke… creo que esto dependerá de ti…

-¿de mi? –no parecía que aquello fuera muy “legal” pero solo querían lo mejor para el menor.

-si, pequeño, de ti. Dime… ¿con quién querrías vivir tú?
–Sasuke no quería admitir que prefería al rubio. ¿Cómo decirle que lo prefería antes que a su hermano? Pero es que su hermano lo asustaba.

-Sasuke –intervino Itachi.

-Diles que quieres venirte conmigo y acabemos con esto de una vez. –el menor lo miró, y luego a Naruto. Este le sonrió, indicándole que escogiera lo que escogiera, estaría bien. Volvió los ojos de nuevo a su hermano, que lo miró con los ojos que le había visto el día que se encontraron con Sai en la calle. Un escalofrío recorrió su espalda, mientras seguía dudando, sin saber lo que hacer.

Continuará…

Notas finales:

¿se saldrá Itachi con la suya? ¿escogerá Sasuke a Naruto? ¿conseguirá Kyuubi lo que tanto ansía?

pronto más capis... gracias por seguir leyendome, si me dejan muchos rr les traeré muy pronto otro capi


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