Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mis inolvidables 15 por gblogger

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un fic de regalo para mi amig Sebastián en su cumpleaños que es el día de hoy. Disculpa el atraso

Notas del capitulo: Espero que les guste, es medio cursi

Me siento tan feliz, que no logro explicarme. No entiendo muchas veces como existen personas que ni aprecian a quién tiene a la par. Es un verdadero maltrato, desconsideración y estupidez. En especial si lo que hacen es jugar con la otra persona antes de amarla.

Sé que suena raro que diga esto, pero al menos es lo que siento. Luego de sentir que jugaron conmigo y que me dejaron de lado ahora ya estoy feliz.

Pasé una época sumamente difícil y complicada de vivir. Una época en la cual sentí que me moriría. Recuerdas, mi querido Ludovico, como pasé llorando durante tantas noches, como empecé a desear que mi vida se acabara para así olvidar el sufrimiento. Tanto dolor, ira, depresión, decepción.

Pero ahora es diferente, tú mejor que nadie has visto que he recuperado mi sonrisa, que de nuevo tengo confianza en las personas. Que admito que la vida es única y especial y por eso debemos de vivirla constantemente.

Ludovico querido, estoy enamorado. Y no me hagas esos ojos, que de ser así no te sigo comprando comida. Es que es tan bello.

Ojos oscuros y penetrantes como una noche de luna, cabello ni largo ni corto, pero si bien cuidado. Su contextura es divina, parece un verdadero Dios. Y me trata como si yo fuese lo más importante...

Me cuida, me llama, está cuidándome, y siento que le agrado mucho. Me dice cosas hermosas, palabras de aliento cuando estoy caído, y no deja de decir que me ama. Es un ser sumamente especial, es un gran hombre y es mío. Sí, mío tiene dueño y título de propiedad. Yo sé que él no es un objeto, hay pero pobrecito el individuo que se atreva a ponerle un dedo encima, porque sabrá cómo me llamo. No es ser cruel, es simplemente respeto, así como nadie me puede tocar que no sea él.

El amor es lo más lindo, Ludo precioso, pero también es lo que más requiere esfuerzo y poder. Estas dos cosas son vitales para no caer en lo rutinario y en la monotonía, pues es muy difícil que, luego de caer en alguno de estos estados, la relación siga a flote.

Ahora que recuerdo, en mi vez anterior no estuve tan enamorado como ahora, pero sabes que es lo más raro mi amigo Ludovico es que aún no me ha pedido que intimidemos. Discúlpame si me pongo rojo, pero no es un tema el cual hable con nadie, aunque siendo honestos si me gustaría entregarme a sus brazos, es que siento que él es el correcto con el que pasaré los mejores momentos de mi vida.

Me pregunto si yo siendo un joven aún logré hacer que él se fijase en mí. Dice que tengo una personalidad atrayente y por eso le parezco sexy ^o^.  Y dice que no le gustaría que yo cambiase nada de mí.

Por todos los poderes divinos, me debo preparar, no me extrañaría que ya esté llegando a recogerme y yo en estas ropas. No sé como mudarme.

Voy a ir con la camisa blanca con rayitas azules, este pantalón de mezclilla y los zapatos negros. Sé que sin importar que me ponga el siempre me ve lindo. Solamente me pregunto: ¿Sin ropa me verá igual?

Oyes Ludovico ya llegó.

-          Seby, ¿estás listo? -preguntó un chico alto, delgado de piel clara, contextura perfecta y con ojos y cabello oscuro

-          Si mi querido Tommy, estoy listo.

-          Oye, Seby amor, con quién hablabas. -preguntó Tommy.

-          Con Ludovico mi querido gato. Que a pesar de que no habla, sabe escuchar muy bien y siempre me acompaña, además de que me espera a dormir.

-          Hola Ludovico, lindo gato. -dijo Tommy jugando con el animalito y acercándose lo suficiente le dijo en voz baja: -hoy mejor no lo esperes, a menos de que quieras dormirte hasta el amanecer.

El gato lo miró fijamente y luego abriendo la boca exclamó:

-          ¡Miau! -Y sin más se echó a dormir.

Los dos chicos salieron de fiesta, pues hoy es casualmente el día en que Sebastián cumplía 15 años y su novio, su Tommy lo llevaba a celebrar en todo sentido de la palabra.

Salieron a la calle y ahí, Sebastián pudo ver un auto de color rojo el cual caballerosamente Tom le abrió la puerta, provocando que el chico se sonrojara. Una vez dentro y puesto el cinturón de seguridad, Tommy encendió el carro y sin mucho pensarlo aceleró a fondo.

En pocos minutos llegaron a una discoteca apta para todo público, a la cual con un poco de vergüenza, entraron agarrados de la mano. Adentro, el ambiente era sumamente ruidoso, lleno de parejas que se estaban, literalmente hablando, comiendo a besos.

Un par de gaseosas, fue el pedido que hicieron los chicos para empezar la noche. Pero no habían llegado a la mitad cuando Sebastián fue casi arrastrado por su novio a la pista de baile, donde, sin mucho pensarlo, empezaron a disfrutar de la noche. A cada oportunidad que se le presentaba Tommy agarraba a Sebastián y le plantaba un poderoso beso consiguiendo que los labios de su novio se pusieran aún más rojos de lo que ya eran.

Varias de las parejas les veían raro, pues creían que no era normal eso, mientras otras les brindaban apoyo y comprensión con grandes sonrisas. Hasta que dos chicas se les acercaron.

-          ¿Bailamos en grupo, guapos? -dijeron al unísono las mujeres.

-          Claro -dijo Sebastián, haciendo que Tommy tuviese un pequeño ataque de celos.

En conjunto empezaron a bailar, pero una de las dos chicas notó fácilmente el enojo de Tommy y se colocó tras él.

-          Oye, ¿por qué el enojo bombón?

-          A ti no te importa -dijo con veneno -por culpa de ustedes no puedo estar con mi novio en paz. Y mira -dijo señalando a la otra joven -prácticamente se lo quiere comer...

-          Jajaja -río la chica -no es posible que eso que dices sea cierto, ella es muy loca y es algo alborotada eso sí. Pero jamás se comería a tu novio, hasta te apuesto que ni siquiera lo besaría.

-          ¿Estás insinuando que mi novio es feo?-dijo más molesto Tommy.

-          Jajaja, no idiota. Me refiero a que no creo que ella le bese, porque si lo hace me las paga.

-          Y tú, ¿quién eres para hacer eso? ¿Su madre acaso?

-          Ahora me dices vieja -dijo divertida la chica -no soy su madre, pero sí su novia.

Al oír esta confesión abrió los ojos, como impactado, y simplemente se limitó a sonreír.

Eran cerca de las 11 de la noche, cuando Tommy cansado de tanto movimiento. Tomó a Sebastián y se lo llevó a su departamento.

Al llegar y debido al cansancio, Sebastián se tiró sobre la cama de Tommy, prácticamente quedándose dormido.

Una suave caricia, hizo que se acomodara como un felino, buscando por más, cuando de repente siente un dedo sobre uno de sus pezones provocándole abrir los ojos.

Junto a él, y solamente con un bóxer de color blanco algo tallado estaba su novio, el cual, con mucha suavidad le estaba acariciando el torso al menor. Sebastián se puso completamente rojo pues suponía lo que venía y, siendo honestos, lo deseaba en secreto.

Usando la habilidad de sus manos, le quitó la camisa a Sebastián, mostrando el torso desnudo del muchacho, el cual sin perder el tiempo empezó a llenar de besos y de pequeñas marcas demostrando que nadie más que Tommy lo podía tocar.

Pequeños gemidos fueron expulsados de la boca del menor, al sentir como una húmeda y caliente boca, besaba, lamía, succionaba y lentamente le mordía un pezón, mientras que una mano se dedicaba a jugar y pellizcar el otro.

Con sus manos, Sebastián trataba de tocar parte de la espalda de su novio, pues se sentía impotente de no poder devolver lo que estaba sintiendo, pero sus atrevidas lograron alcanzar su trasero y sin mucho pensarlo lo estrujó, provocando que Tommy gimiese de placer.

Sin resistir más, Tommy le quitó toda la ropa a Sebastián dejando su cuerpo completamente desnudo y brindándole la vista de su erección que estaba ligeramente húmeda.

Tommy se puso en pie para admirar ese cuerpo que estaba al frente suyo y en menos de lo pensado, Sebastián se puso en pie y, con los dientes, desprendió la última prenda que tenía Tommy, para decir...

-          Ahora sí estamos iguales.

Con una brillante sonrisa y como si no hubiese comido en toda una vida, Tommy se abalanzó sobre la erección de Sebastián y la empezó a lamer, provocándole al pobre gemir de placer y arquear su espalda. Tommy disfrutaba del miembro del menor, subía y bajaba suavemente, cuando de pronto, subió su mano derecha a la boca del niño para que lamiera sus dedos.

Sebastián, producto de la excitación que sentía, empezó a lamer los dedos, a morderlos suavemente. Una vez que Tommy sintió que estaban lo suficientemente húmedos los retiró de su boca y con la otra mano le separó las piernas a Sebastián e inmediatamente, empezó a introducir un dedo.

Por inercia, Sebastián cerró aún más su entrada, provocando que Tommy aumentara la velocidad de la mamada, para así hacerlo relajarse. Dicho y hecho, el menor se relajó permitiéndole a ese dedo travieso explorar su interior. Dentro, fuera, en círculos, rápido, lento; eran los movimientos que hacía el dedo de Tommy. Al poco tiempo, el mayor introdujo un segundo dedo, provocando que la respiración del menor se hiciese más cortada. Sebastián sabía que estaba a punto de acabar, pero justo en el momento en que abrió la boca, su novio decidió introducir el tercer dedo, provocando una fenomenal corrida por parte del menor en boca del mayor.

Cual suntuoso manjar, el mayor se tragó toda la esencia saboreándola y dirigiéndose a la boca del menor para darle a probar de su propia esencia. Una vez que rompieron el beso, el mayor se volvió a incorporar y notó que su chico tenía una capa de sudor que le hacía brillar, como si fuese un pequeño y blanco ángel. Sin poderse resistir, acercó su pene a la boca del menor y con amor le pidió...

-          Lubrícame...

El menor sonrió complacido y empezó a lamer y jugar con esa herramienta que aparecía ante sus ojos. En el momento que esto ocurría Tommy  volteó a su novio y con su lengua empezó a penetrarlo, haciendo así que Sebastián gimiera y por momentos abandonara su trabajo. Cuando sintió, que había sido suficiente, retiró su pene y se tiró hacia abajo.

Con delicadeza tomó ambas piernas del niño, y, colocándolas sobre sus hombros logró apreciar la pequeña y húmeda de entrada, que parecía palpitar de excitación.

Con una mano, dirigió su pene a ese agujero y suavemente empezó a entrar. Sebastián, brincaba como un loco, pues le dolía un montón, pero no deseaba que se detuviese.

Una vez que estuvo completamente dentro, dirigió su boca a la de su novio para empezar a besarlo y una mano a la erección de éste. La cual, a pesar de todo, volvía a erguirse orgullosa.

Dentro del beso comenzó las estocadas, provocando que se desatara la pasión de los dos. Gemidos iban y venían, es posible que hasta los vecinos los hubiesen escuchado.

A los 10 minutos de estar en esto. El pene de Tommy logró rozar un punto clave, ese punto único que una vez hallado si se puede seguir acariciando, no hay hombre que se resista y que por lo tanto Sebastián lloraba del placer que recorría cada fibra de su cuerpo.

La velocidad y los gemidos aumentaban y en una nueva y certera estocada, completamente a la próstata, logró hacer que el pequeño, expulsara un chillido de placer procedente desde el interior de su cuerpo y por segunda vez esa noche, se corriera sobre su amado.

La excitación de sentir esa esencia y la nueva contracción del ano del chico sobre el pene del mayor provocó que Tommy empezara a botar semen en grandes cantidades.

Rendidos por el exceso de ejercicio, Tommy se salió de Sebastián, se lamió la mano para limpiar todo resto de semen, se acostó en la cama y, atrayendo hacia sí en un abrazo a su amado oyó decir:

-          Me has dado el mejor regalo del mundo. Te amo mi cielo.

-          Y yo a ti. -respondió Tommy.

Fundidos bajo una cobija y en un fuerte abrazo, ambos amantes se entregaron a los brazos de Morfeo, mientras con un último suspiro Tommy le decía a un dormido Sebastián

-          Feliz cumpleaños Sebastián, mi Sebastián...

Notas finales: Eso es todo. Feliz cumple amigo

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).