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"Missing File" por Ddai

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Notas del fanfic:

 

Contiene un "poco" de OOC, pero sólo en el primer capítulo, por cosas de contexto, ya para después mejora, pero no puedo retirarlo del todo, porque el fic en si lo requiere, espero que no sea algo pesado de leer...

Son siete episodios, más o menos cortos, espero que lo disfruten y sea de su agrado...

Es UlquiGrimm o GrimmUlqui, como quieran llamarlo, un poco angs, con muerte de un personaje [relativamente hablando claro], así como un poco de hetero, de nuevo por contexto, pero no hay leemon heterosexual [lo prometo].

 

Notas del capitulo:  

Espero que lo disfruten y nos veremos en una semana ^^

 

Missing File

File 1

"Te Amo"

 

Una tarde suave y tranquila, la brisa soplaba ligeramente, apenas contrarrestando el calor que traía el verano. Serían como las siete de la tarde, pero el sol apenas comenzaba a ocultarse, y sólo cuando el astro central se ocultaba el viento refrescaba. Esto no era algo en lo estuviera pensando nadie en ese momento,  las personas se dedicaban a disfrutar aquellos maravillosos instantes de sus vidas, de una forma u otra...

Aquella era una plaza bastante grande, tenía desde los objetos mas comunes hasta los mas extravagantes, repartidos en sus distintas tiendas y locales; desde luego que el cine no podía estar excluido en ese lugar. Ese día, la película que exhibieron en la sala tres, a las cuatro cuarenta y cinco, era una que se estrenó dos semanas atrás, y de todas formas todas las sillas se llenaron; era una cinta muy buena, dirigida a todos los públicos, una comedia, con ligeros tintes de romance, pero nada de eso la hiso menos disfrutable.  ¿Cuánto se habían reído durante el filme? Ninguno tenía idea, si les preguntaban sólo podrán contestar con otra risa más...

La habían pasado bastante a gusto, tomándose furtivamente de las manos, besándose apenas un par de veces, ver esa película había sido un gran acierto. Ahora salían despacio, por la puerta que deba justo hacia las afueras del edificio, tal vez irían a cenar, y luego... Quien sabe, quizás a bailar a algún lugar de ambiente, o posiblemente a su casa...

Pese al calor que hacía, aquel muchacho, que no pasaría de los veinte años, llevaba puesta una camiseta de mangas largas, color gris azuloso claro, de cuello alto, pero con un gran cierre al frente, el cual  llevaba abierto hasta su pecho, dejando ver parte de su blanca y porcelanizada piel; vestía un pantalón color beige, casual e impecablemente planchado, y unos zapatos de vestir, color gris, que combinaban con su camiseta; el atuendo le sentaba perfectamente a su silueta, por supuesto que hacía contrastar su cabello renegrido, y su piel pálida, como siempre, sus impactantes ojos verdes saltaban a primer plano. Él es Ulquiorra Cifer...

A su lado iba otro varón, que rondaría los veinticinco, un poco más alto, y mas ejercitado, llevaba una camisa de botones negra, arremangada hasta casi llegar a los codos, que le llegaba justo al empiece de su pantalón, tenía los primeros tres botones abiertos, para lucir sus bien formados pectorales de piel trigueña; puso un pantalón blanco azulado, ligeramente entubado, con bolsas sólo atrás, combinó con botas blancas, lisas, y un reloj plateado, de carátula azul, con cristal cortado, que completaba su conjunto; su ropa hacía lucir muy bien su tez ligeramente bronceada, así como su cabello azul cielo tan llamativo por si solo, y su atractivo rostro que era enmarcado por los mas brillantes ojos azules que nadie halla podido ver antes. El es Grimmjow Jeagerjaquez...

Ambos caminaban hacia la calle, en medio de la poca gente que iba por el mismo camino, aun sonriendo, la vida era tan complicada y simple a la vez, pero aquellos momentos que parecían de eterna felicidad son los que más atesoraban...

-Nunca te había visto reír tanto-dijo el peliazul, fue un cometario hecho sin malicia alguna, mirando aquel pálido rostro, sus gestos, aquellas pocas gesticulaciones que solía mostrar, su falta de expresión, lo amaba todo por igual. Tal vez era un poco joven para asegurarlo, y tal vez sólo lo conocía desde hacía dos años, y quizás... Muchas cosas, aun así podía estar seguro, sea como sea, lo amaba... Más que a nada o a nadie...

-Fue una buena elección-Ulquiorra quería regresar a su estoico semblante, y no podía lograrlo, estaba demasiado feliz, demasiado animado, como para poder recuperar su vacío gesto de siempre, y por si no bastara con estar al  lado de ese hombre, el ver ese filme y compartir más de su tiempo, con él,  lo hacía querer sonreír, siempre que estuvieran juntos. No recordaba nada que lo hiciera sonreír antes de conocerlo, aunque de todas formas no recordaba prácticamente nada de su vida antes de eso, y no solía pensar en esas cosas nunca- Y además, no es cierto, río mucho desde que te conocí - innegable verdad, quería sonreír sólo para ese hombre de cabello azul, que iba a su lado, para nadie más.

-Ya... ¿A dónde quieres ir? -le tomó la mano, de forma natural, sin importarle lo que otros pudieran decir o pensar de ellos, iban por una de las calles que tenían puros locales, los cuales estaban ya cerrados, porque era domingo;  no era tan tarde, y les quedaba una buena parte de la noche para divertirse, no quería desperdiciarlo, deseaba verlo con aquella sonrisa hasta el último momento que pudiera estar a su lado.

-No lo sé... -se detuvieron un momento, a mitad de la cuadra, las pocas personas que pasaban por ahí no parecían notarlos- ¿Qué se te ocurre? -no borraría esa sonrisa, al menos no en lo que quedaba de la noche, sabía que a él le gustaba mucho verlo así. Sus ojos se cruzaron, destellando felizmente.

-No tengo idea...-se acercó a él, dándole un suave besos sobre sus labios- ¿Te he dicho que soy el hombre más feliz sobre la tierra y el universo?-Le comentó el peliazul, Ulquiorra pareció cerrar los ojos un segundo, para volver a abrirlos. A lo lejos se oían unas sirenas, pero no les importó, el mundo podía desaparecer por unos instantes, ahí solo existían ellos dos.

-Al menos unas veinte veces el día hoy... Estas poniéndote MUY cursi... -no le disgustaba, pero no era común en su amante ser tanta miel, aquel tipo, de casi dos metros de altura, solía ser bastante duro, rudo, impertinente y salvaje... No es que se quejara, pero ¿A qué venía tanta dulzura? Aun si lo pensaba, no iba a amargarle el momento con preguntas innecesarias e inoportunas.

-¿Y qué? Puedo hacer lo que me venga mi endemoniada gana... -dijo el peliazul y el otro simplemente se encogió de hombros ligeramente, como diciendo "Nunca cambiarás"- Estoy feliz de tenerte conmigo Ulquiorra... A pesar de todo, por ti, yo cambiaría todo... Sólo por ti, yo lo daría todo... -susurró como si fuera un secreto, mientras que el pelinegro recargaba su cabeza sobre de él, como esperando a oír mas; aquellas sirenas se oían un poco mas cerca, pero no las escuchaban, ellos soñaban en su propio mundo ideal, disfrutando de estar juntos-

-Yo también soy feliz... Tal vez casi nunca te lo digo, pero... En verdad estoy feliz, contigo... -un muy ligero rubor cubrió su cara, casi imperceptible, hablar, sobre todo de sus emociones, jamás había sido su punto fuerte.

-¿Más que antes de conocerme? -lo abrazó posesivamente, aprovechándose de que no había nadie mas en toda la calle, era un poco extraño, pero ahí sólo estaban ellos dos, como si alguien les hubiera cumplido ese secreto deseo...

-Te puedo asegurar que antes de ti, no tenía ni la mas mínima idea de que esa palabra siquiera existía -era la pura verdad, sin embargo no era algo de lo que él estuviera consiente, del todo, de saber, porque no lo recordaba con seguridad, Ulquiorra sólo sentía que así era-

Se besaron, con cierta voracidad, aprovechando la ocasión. Ulquiorra se agarraba de la cintura de Grimmjow, y éste aprisionaba al otro ente su cuerpo y el muro, como si temiera que su amante fuera a desaparecer de entre sus brazos de un momento a otro, como si pudiese perderlo en un segundo...

Ninguno supo cuando fue que aquellas sirenas se habían acercado tanto hasta donde ellos estaban, un sonido estruendoso los hiso soltarse, había sido un disparo, al que le siguieron varios mas...  

Era un coche negro, sin placas,  una pequeña banda de ladrones que había volado un banco para robarlo, y se hallaban en plena huida; un grupo de, al menos, cinco patrullas los seguían muy de cerca, todos iban a toda velocidad. Ya habían avanzado varias calles, pero los delincuentes aun no perdían a los oficiales. Uno de ellos se asomó por una de las ventanillas traseras, disparando varis veces, mientras que cruzaban una calle desierta, llena de locales cerrados.

El pelinegro no tubo tiempo de reaccionar, Grimmjow lo había jalado hacia el piso, cubriéndolo con su cuerpo, Ulquiorra quedó bocabajo, con la cara al suelo, con los brazos sobre su cabeza,  estaba tan tenso que no parecía sentir el peso de su amante sobre el suyo.

Apenas oír los disparos, el peliazul  había protegido a su gran amor, y a él mismo, al tirarse a tierra, pero... Ya era demasiado tarde... No pasaron ni tres minutos cuando los disparos y las sirenas ya se habían alejado, lo suficiente como para decir que estaban fuera de peligro, o eso creían ellos. Porque aun faltaba lo peor...

-Ulquiorra... -se oía agitado, su cabeza estaba sobre uno de los hombros del mas bajo, su boca muy cerca del oído de su amante- ¿Estas bien? -estaba muy preocupado por saber como estaría...

-Sí... -igual le costaba regularizar su respiración, su corazón acabaría por reventarle el pecho si golpeaba mas fuerte, jamás había experimentado tanto miedo, mucho menos en tan poco tiempo- ¿Y tú? ¿Estás bien?-¿Por qué tenía que pasar justo ahora? ¿Por qué no después?, se preguntó miles de veces en un segundo.

-Sí... Estoy bien...-lo rodeó, despacio, con sus brazos- Te amo, Ulquiorra... -susurró cariñosamente en su oído, sintiéndose aliviado de saber que nada le había pasado al pelinegro-

-Grimmjow... ¿Grimmjow? -se giró un poco para mirarlo, notando que su amante no estaba nada bien, mantenía los ojos cerrados, como si algo le doliera intensamente- ¿Grimmjow, estas seguro de que estas bien?...-

Una patrulla se había detenido cerca de ellos, el oficial, un hombre de cabellos ensortijados, castaños, de tez morena, se bajó de su vehículo, corriendo hacia ellos; su compañero, de cabello blanco, pedía una ambulancia por radio, esperando, internamente, que no fuera necesaria. Los dos se habían puesto mal al verlos en el piso,  esos maleantes no deberían de existir, los civiles tenían derecho a llevar sus vidas sin delincuencia y con paz...

-¡¡¡Grimmjow, contéstame!!!  -Ulquiorra ya sabía que su amante estaba herido, pero no quería creerlo, y no se movía por miedo a causarle un daño aun mayor- ¡¿En donde te dio?! ¡¡Dímelo!!- se giró muy lentamente,  para poder verlo mejor, quizás no era tan grave como parecía.

-Estoy bien, no importa... -quiso sonreír para él, aun cuando le dolía  infinitamente el torso, no sabía cuantas balas le habían dado, ni exactamente en donde, porque el mismo dolor le impedía saber claramente, estaba sangrando bastante- Te amo...-

-¡¡Grimmjow cállate!! -estaba enfureciéndose, pero no con él, tenía miedo, y sentía mucha ira, por la posibilidad de perderlo- ¡¡No digas tonterías!! ¡¡Sólo dime donde te dio!!

El oficial de policía ya había llegado casi al lado suyo, notando que las cosas no pintaban nada bien para ese hombre de cabellos azules...

¡Tranquilo, no se mueva! -Kyuraku Shunsui, un oficial de tez morena y cabello medio ensortijado, muy apasionado de su trabajo, aunque la mayoría de las veces andaba de vago; se hincó junto a ellos, quitándose su camisa de uniforme, ya que  no tenía nada mas a mano- Vamos a hacer todo lo que podamos ¿OK?- tenía que contener las hemorragias de inmediato, sabía que cada segundo contaba; le tuvo que romper a Grimmjow su camisa para saber donde presionar, no le gustó en lo absoluto como lucían esas heridas- Usted -refiriéndose a Ulquiorra- Muévase despacio, la ambulancia ya está en camino... -él sujetaba a Grimmjow, cuidadosamente, para darle espacio al pelinegro de salir de debajo del otro hombre- ¿Cuál es su nombre? -se refería al peliazul, al que debía mantener consciente lo más que pudiese, pero este ni siquiera lo había mirado.

-No te vayas... -el peliazul se agarró de su amante, quien quedó sentado frente a él; Grimmjow tenía su cabeza entre las piernas de Ulquiorra, las cuales tenía ligeramente entreabiertas. En cualquier otro momento se hubieran reído por tener aquella pose tan sugerente, pero ninguno podía pensar en algo así en un momento como ese.

-No voy a irme... -Ulquiorra tenía tantas ganas de llorar, nunca antes había llorado, salvo quizás un par de veces que no contaban, pero iba a contener las lágrimas completamente, ya que si lloraba sería peor, no quería pensar en la posibilidad de que su amante podía morir...- El es Grimmjow Jeagerjaquez, pero es un idiota rebelde que no le gusta seguir las reglas, y yo soy Ulquiorra Cifer -le contestó al oficial, para no hacerlo enojar, sin dejar de mirar aquellos ojos azules. Podía notar que el peliazul respiraba con mucha dificultad, no tenía idea de en donde habrían sido los impactos, y estaba queriendo ignorar la gran mancha carmesí que se estaba formando sobre el cuerpo de su novio-

-... En ese caso, manténgalo despierto... -comento el oficial al sentir que ese hombre no le iba a prestar nada de atención- La ambulancia no ha de tardar en llegar... -miró hacia atrás, su compañero ya iba corriendo hacia ellos, muy preocupado. Intercambiaron miradas negativas, por su trabajo, ya sabían que esperar, sabían que a veces era imposible salvar a la gente.

-Grimmjow, no cierres los ojos... ¿Me estas oyendo?  -su voz se le quebraba ligeramente, ¿Cuánto tiempo más podría mantener esa ilusión de creer que no lo perdería?...

-...Sí... Me gusta tu voz Ully...-sonrió forzadamente, el dolor no se había detenido, pero sentía el cuerpo entumecido, por la falta de sangre; había ladeado la cabeza para poder mirarlo, era todo lo que quería hacer- Te amo...-

Minutos después estaban entrando a urgencias, del hospital central, el peliazul estaba en una camilla, siendo llevado por los enfermeros  y paramédicos. Ulquiorra permaneció atrás, como le habían indicado, pero no podía pensar con claridad, algo dentro de él se estaba despedazando, ese mal presentimiento alimentaba sus miedos, quería ir con el, tenía que estar a su lado...

-¡¡¡Grimmjow!!! ¡¡¡Grimmjow!!!-quiso correr hacia su amante, pero los otros enfermeros no lo dejaban, reteniéndolo como fuese. El miraba a todas esas personas moverse, aun cuando no pudiera ver a quien deseaba; todos esos aparatos haciendo ruido, las voces que exigían medicamentos extraños y otras cosas, estaba extrañamente consciente de todo eso, pero no podía oír lo que deseaba, a su amado- ¡¡¡GRIMMJOW!!! -el dolor perforaba su cuerpo, como si una estaca lo atravesara, destrozando su pecho, las lágrimas ardían sobre sus mejillas, y todo se ponían repentinamente negro... ¿Lo había perdido? No, no podía ser cierto, no podría vivir sin él...Era mentira, No podía ser así, Grimmjow no podía morir, aun no... Estaba seguro de ello, Grimmjow era muy necio, se resistiría  a dejar el mundo de los vivos...

Si estaba tan seguro de que su amante no lo había dejado... ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no podía dejar de sentir ese maldito sentimiento de angustia? ¿Por qué aun se sentía como si fuera el fin?

 

Notas finales: Nada mas que decir creo, Gracias por leer ^^

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