El Alas Negras, El Segundo.
Alguna ves te has preguntado que seria ser otra persona, otros ser… un ser completamente normal, un ser que pudiera tener es ciclo perfecto y vital de cualquier ser viviente mortal; nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir, o por lo menos tener cuatro de estas etapas.
Que seria poder tener aquellas insignificantes cosas que todos poseen y nadie valora, poder vivir siendo un cero a la izquierda, y no el centro de atención.
Vivir como lo hace el común de gente, ser parte de la unidad, de no ser nada sin ser contado como parte de una masa… poder hacer que otros no te vean como una unidad única del universo, apartado del resto, una pieza que no encaja dentro de ningún rompecabezas ya que es por si sola todo un rompecabezas…
Tal vez solo un ser con sus caracteriza cerca capas de pensarlo, solo él seria capas de pensarlo, si ciertamente lo pensaba, lo pensaba un joven sentado en la cornisa de la ventana de una torre en un castillo.
A lo lejos se podía distinguí sus cabellos negro y sus ojos verdes, su nombre uno demasiado conocido, demasiado afamado, un joven que solo había querido ser feliz ser libre, y que no había conseguido, cuando había amado, cuanto había sufrido y sudado sangre para parar esa sangrienta guerra que había devastado su mundo, solo él lo sabia.
Cual soledad lo invadía pues aquellos que posiblemente pudieron a llegar en algún momento haberlo entendió dejador de existir antes incluso que hubiera algo que entender, y los otros, lo que ahora lo acompañaban en su camino, ellos no lo entendían, no sabían oír mas allá de las simples y huecas palabras que salían de su boca, no era capaces de oír sus lagrimas, su soledad, su tristeza, su amargura, desesperación, su llamado de auxilio en la oscuridad, ellos no lo oían, y jamás lo entenderían.
Sin embargo eso ya no importaba y no importaría nunca mas, pues cuando lo había necesitado no lo había obtenido y ahora las cosas habían cambiado.
El sol y penas salía por el horizonte, mostrando los hermosos matices que en algún momento había sido su fuente de añoranza e inspiración.
En un movimiento rápido e inesperado salto de la cornisa de la torre, de haber sido un ser normal, una criatura común se habría matado al caer de tremenda altura sin embargo él cayó perfectamente, de pie y como si no se hubiera lanzado de una de las torres mas altas de ese castillo. Con paso tranquilo se dirigió hacia el bosque que rodeaba su “hogar”.
Mientras caminaba sus pensamientos se perdían en los mas profundo de su memoria. Recuerdo que ahora ya no le parecían ni dulces ni amargos simples recuerdos de una vida mortal por demás patética.
Unos padres muertos aun cuando él ni siquiera tenia conciencia de mismo, una infancia maltratada y abusada de la cual estaba consciente nunca había sido feliz, una adolescencia rebosante de problemas y por ultimo el inicio de una juventud llena de dolor, decepción, desamor, violencia y muertes.
Por el cielo que tipo de vida había sido esa, en su momento lo habían consternado al grado de sentir la muerte en vida, pero ahora simplemente le parecía patética.
Mientras sus pasos de encaminaban y perdían entre los terrenos del bosque prohibido, se preguntaba por que estaba prohibido si era un bosque hermoso, “lastima” soltó su fría conciencia recordándole que dentro de poco nada de eso existiría, camino un poco mas hasta llegar a un claro entre los arboles, el bosque en sí si era un poco tenebroso pero a él, a él que era lo que era un bosque así era para jugar con los niños.
Se dejo caer y las raíces del un árbol detuvieron su caída dejándolo suavemente sobre el piso del bosque, y una vez mas se pregunto por que las criaturas mágicas, semi-humanas y humanas no podían ser mas como los plantas y comprender por intuición quien era él, y las estupidez que habían echo una tras otra buscando su propia muerte a sus manos.
Era de suponerse puesto que ellos se había hundido en su propio ego y grandiosidad olvidándose que era solo simples seres mortales, creyéndose sobre todas las cosas, olvidando que era iguales que cualquier piedra o peor aun.
Pero que mas daba, al diablo, ellos morían sin remedio y él… pues él no sentiría nada como ahora. Que lo disfrutaran, que disfrutaran sus últimos momentos de feliz ignorancia pues pronto ya no la abría, y el tormento empezaría.
Eran los seres más patéticos que había conocido jamás, incapaces de enfrentar sus propias culpas, incapaces de pelear sus propias batallas, bien lo sabía él que había sido usado para pelear la batalla de otros.
Pero que más daba ahora. En un suspiro nada de aquello existiría y ellos tendrían la entera culpa, aunque tal vez hubiesen salvado sus patéticos cuellos si aquel que había elegido amar le hubiera amado, pero había sido tal su arrogancia que no lo había echo, y su corazón hubiera sido amado y protegido por aquel a quien había amado, ellos, todos los seres de ese mundo hubieran tenido la oportunidad de salvarse pero ahora, ja, eran felices en aquella orgia de egos antes de morir miserablemente, les vería retorcerse en la llamas, o algo por el estilo pues aun no tenia claro como seria masacrados.
Su cuerpo se contorsiono relajando sus músculos, músculos de aquel cuerpo mortal que pronto se habría consumido en sus totalidad, era increíble que tan humano parecía, casi imposible de creer o pensar que tan solo era un cascaron que contenía otro cuerpo que se alimentaba e iba consumiendo el cuerpo exterior. Ni hablar definitivo que era algo que solo él en ese mundo podía ser.
Las enredaderas cubrieron su cuerpo, acariciando con ternura, asiendo muda suplica para que reconsidera sus pensamientos, pero no había nada que reconsiderar, ese mundo, su mundo perecería dentro de poco por decisión suya.
Nadie había valorado su sacrificio para devolverles la paz y otórgales una oportunidad de salvar sus cuellos, al contrario, lo habían querido seguir utilizando como simple marioneta, simple ser sin pensamiento repleto de poder, el arma, el instrumento de victoria.
Eran seres repugnaste al tratarlo así. Donde había quedado su agradecimiento y su, por lo menos, deseo que él también fuera feliz, joder en algún momento él también había tenido sentimientos y había deseado ser feliz, aunque gracias a ellos y a su “amado” ya no tenia sentimiento alguno, por lo menos aun conservaba sus emociones que le permitían disimular frente a los demás dejándolos en sus burbujas de “todo esta perfecto”, con cerebros tan pequeño que no acababan de procesar que estaban con un pie en le abismo.
No se preguntaba que pensaban cuando lo veían sonreír por que lo sabia, sabia lo que todos cada y uno pensaba, desde amigos que solo desean tirárselo a pesar de ser “feo” solo para poder presumir al mundo que se habían tirado a una estrella, un héroe, que mas daba, u otros que solo pensaban que a su lado ellos también obtenía fama, cosa que era verdad pero de que servía si no era verdadera ni la victoria.
Solo un amigo había valido la pena para acompañarlo y por eso le había obsequiado la indulgencia, lo había arrancado de los brazos de la mortalidad convirtiéndolo en su eterna compañía, bueno por lo menos de él podía obtener los sentimientos que ya no poseía que gracias aquel, su amigo, aun poseía podía imitarlos.
Sabia que su amigo sufría por su causa, preocupado, con algo de temor pero no de él, si por él, sufría por que sabia que él había sufrido mucho por el desamor de su amado, tenia que nunca se recuperaría pero no importaba, él estaba perfecto y su amigo también, pronto se irían y él tomaría una copa de vino mientras veía arder el mundo, caerse a pedazos, como en la historia de roma.
La única diferencia seria que ellos tenían la culpa de sus muertes, como había osado olvidarlos, como habían siquiera pensado que simplemente podían ir y venir asiendo lo que quisiesen sin el mas mínimo control, por favor que se creían ellos.
En fin era mejor no pensar en nada. Simplemente hundirse en la nebulosa del oscuro universo, no… mejor en el azul del cielo, le gusta y como no gustarle si le recordaba al ser que mas quería, al ser mas cercado que poseía y a la ves del que ahora esta tan alejado. Pronto muy pronto estarían juntos, un mismo corazón, una misma razón.
Los pasos silencios de alguien llamaron su atención, muy poco pero lo hicieron aunque no lo suficiente como para sacarlo de su contemplación. Se detuvieron, lo bastante para considerarlo a su lado pero no lo suficiente para considerarlo cerca de él.
- Lo demás te están buscando… -susurro una vos.
- En serio… -dijo con vos aburrida, si ya sabia era tarde, pero el tiempo es relativo y para él no había si ni una micro-fracción de un segundo en su vida.
- Harry… -oyó susurran aun mas bajo.
- No quiero ir, simplemente ocupa tu mi lugar… me gusta estar aquí – lo dijo pero no había usado su vos, si no su magia.
- Puedo hacerlo, pero no seria correcto, -dijo y por fin los ojos verdes se despegaron le azul del cielo para ver los ojos ahora chocolate de su amigo.
- ¿Por qué no lo seria? Simplemente hazlo…
- A ti no te gusta que otros ocupen tu lugar… -dijo y sus ojos siempre tímidos remarcaron las palabras, era cierto, odiaba a los charlatanes.
- Es diferente, pues te lo pido yo, y no tú tomas eso como lo han tomado muchos otros en busca de poder… - respondió simplemente.
- Pareces un niño caprichoso, sin tus sentimientos… -susurro mas para si que para le otro.
- Es que lo soy… soy un niño caprichoso, que amó a un ser muy estúpido, buscó poder donde no debía sido que yo pude darle todo lo que pedía…
- Pero tú puedes… tu sabes… hacer que te ame… -dijo bajando la vista, cuantas veces había pasado por su cabeza, por la de su amigo y él lo había escuchado, por eso lo había escogido, su amigo no había pensado en salvar al mundo al obligar a su “amado” a amarlo, su amigo deseaba obligarlo para hacerlo feliz a él, solo a él, sin que hubieran otros fines de por medio, era tan tierno, lastima que no fuera él a quien le iba a entregar su corazón, corazón que ya no existía.
- No Neville, puedo hacerlo si, pero eso no serviría, para que necesito un amor que no me amo por su propio deseo si no que yo obligue… seria un amor sin valor, falso y que al fin solo me hubiera llevado a esto, lo hubiera retrasado si, pero el final será el mismo – dijo poniéndose de pie al fin.
- Pero Harry…
- Nada… sabes creo que te daré un obsequio… -dijo repentinamente contento el moreno.
- ¿Así? Sabes que no necesito nada, ya todo me lo has dado… -dijo con ternura y sus ojos chocolate brillando con dulzura.
- Quiero hacerlo, de todas maneras te lo mereces… -dijo sujetándolo con un movimiento rápido y elegante por la cintura y pegándolo a su cuerpo. – te lo mereces.
Una de las manos del ojiverde soltaron la cintura del otro y acariciando suavemente sus mejilla se inclino y beso suavemente casi con ternura su frente.
El sonrojo en la mejillas del castaño no se hicieron esperar, Harry podía llegar a ser el ser mas dulce y a la ves el mas terrible de todos.
La mano que aun sujetaba el talle del castaño se deslizo acariciando todo a su paso, haciendo estremecer al cautivo en sus brazos, lentamente esa mano se coló dentro de su túnica y después con delicadeza empezó a des-faldar la camisa del pantalón.
Neville se había dado cuenta pero esta mas ocupado con las suaves carisias del moreno ojiverde sobre su rostro los cuales le hacían estremecer. Un pequeño gemido escapo de sus labios cuando Harry toco ese punto oculto dentro de sus ropas, Harry paseo sus dedos sobre las ultimas vertebras de su columna.
Por fin los labios de Harry casaron a los de Neville en un beso, un tanto fogoso que hizo sus labios se abrieran pero sus lenguas no se tocaron, simplemente Harry dejo unas gotas doradas de su saliva en la boca del castaño.
Su mano acariciaba ese tatuaje-sello de color negro brillante que había aparecido en el momento mismo que sus labios se juntaran, estaba colocado convenientemente en un lugar que nadie veía comúnmente, en la espalda baja haya donde esta pierde el nombre, justamente sobre la ultimas vertebras de la columna y sobre la frente de Neville una especie de flecha había aparecido de color negra que resplandecía.
Cuando por fin sus labios se separaron, Neville vio a su amigo completamente rojo, en Harry no había reacción alguna y permanecía con esa sonrisa que podía pasar con de travesura. Pero al fijarse mejor pudo notar los tatuajes que ahora lucia el moreno ojiverde por todo sus cuello que parecían finas líneas negras que brillaban, y sus ojos verdes habían perdido sus pupilas dejándolos de un profundo y oscuro color verde, que en definitiva incitaba al pecado.
- No te preocupes en un momento desaparecerán, igual que las tuyas… y mis ojos estarán bien… solo tarden un momento en recuperes… -dijo muy tranquilo usando por primera vez su voz, que sonaba terriblemente sexi, había leído sus pensamiento, y sabia de su preocupación y también lo que había pensado con referencia de sus ojos – sabes este es mi color natura… cuando recupere mis verdadero ojos cuídate de mi… jejeje…
- Mejor vamos al castillo… no quiero que nos castigue…
- Este bien vamos pues… -dijo asiendo un puchero de niño caprichoso para después soltándolo, pero al hacerlo de repente estaba en la antesala del gran comedor.
Ambos con pasos ligero se introdujeron al gran comedor para desayunar con los otros, los ojos verdes que ahora eran como siempre los había contemplado los ojos humanos, se fijaron en la mesa opuesta a la suya, y allí esta él con su, muy posible, nueva conquista, vaya porquería su ser especial no era mas que un puto cualquiera, pero que mas daba, el morirá con los demás…
- Sabes dentro de poco las puestas se abrirán… -dijo con una sonrisa cínica a su castaño amigo mientras se sentaban con un pelirrojo y una castaña que no paraban de pensar en el próximo evento en el cual eran invitados de honor, sin saber que muy poco tiempo iban a disfrutar mas sus famas…
- Eso significa que… se aceleró… el tiempo se corto a la mitad… -dijo un poco pálido…
- Sip… pero sonríe… tú estarás a salvo a mi lado…
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