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El Alas Rojas, El Tercero. por Aries Shade

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Notas del fanfic:

Ninguno de estos personajes me pertenece, todos y cada uno son de sus creadores, quienes sean estos, solo los tome prestados para dar vida a mis locas historias XD, que eso por y para la comunidad de mundial!!!! Espero les agrade mi historia… jejeje.

Notas del capitulo: si!!!! tres de siete!!!!, aunque me pregunto si no les molestara que cada fic cambien mi manera de escribir... si les moletas habicen para dejarla en la que escogan... jeje
El Alas Rojas, El Tercero.


Los ninjas regresaban a la aldea después de una agotadora misión, habían pasado casi dos semanas rastreando a un grupo de criminales rango S, finalmente después de cazarlos de noche y de día se habían confrontado a ellos, la mayoría de los criminales estaban muertos y los que restaban ahora eran llevados amarrados por los ninjas, de parte del grupo de Konoha, no había habido muertos y curiosamente tampoco heridos, bueno tal ves esto por que en el grupo de rastreadores se encontraban los famosos hermanos Uchiha, Itachi y Sasuke, y el ninja numero uno en sorprender a la gente, Uzumaki Naruto…

¿Cómo era esto posible?, bueno pues después de perseguir al menor de los hermanos sin descanso y sin resultado, el rubio había cambiado de estrategia y en ves de perseguir al menor empezó a perseguir al mayor, como resultado había logrado capturar a Itachi, por muy descabellado que esto suene pues había contado un par de aliados que jamás nadie se le había podido ocurrido que podía tener, y usándolo como carnada había atrapado al segundo Uchiha, de una forma rara ello había logrado que al final de cuentas Itachi hablara con el baka-menor descubriéndose así la verdad.

Después de eso ellos dos habían desmantelado a Akatsuki y al propio equipo de Sasuke, la mayoría de los integrantes del equipo había logrado de alguna manera el perdón de la Hokage y ahora parte de la aldea, aunque claro cada uno tuvo que cumplir una condena.

Como cereza del pastel, los hermanos ahora eran los casanovas de la aldea, de nuevo, pero ahora con ese airecito de peligrosidad al saber que eran ahora los ex-traidores de la aldea. Por otro lado el rubio fue, a pesar de ahora llevaba el titulo bien gano de el ninja numero uno en sorprender a la gente y héroe, fue echo de nuevo aun lado y a pesar de todo seguía sintiendo como mucha intensidad el rechazo de algunos, o la mayoría, de los aldeanos ellos sin contar que sus propios amigos, en especial las chicas, lo había desplazado por los azabaches…

El rubio seguía actuando igual que siempre sin darle importancia o al menos… eso era lo que todos creían…

- Oba-channnnnn!!! –grito un lindo y sonriente rubio al entrar estrepitosamente a la oficina de la rubia Hokage.

- Mocoso!!! Cuantas ves tengo que decirte que no me digas así!!!! – grito la rubia poniéndose de pie y golpeando con ambas manos su escritorio asiendo temblar levemente el edificio…

- Ejejejeje –el rubio rió tonta y nervosamente al ver la expresión asesina de la mujer…

- Hokage-sama… le venimos a entregar el reporte de la misión… -dijo entrando tras el rubio uno de los azabache… concretamente el azabache mayor…

- Bien… veamos… -dijo colocándose de nuevo en su silla y empezando a leer el informe mientras así una que otra pregunta a los ninjas enviados… - esta bien pueden retirarse…

- Hai… -dijeron mientras se empezaban a marchar…

De los presentes, las tres mujeres del grupo lanzaron prácticamente sobre los azabache mientras que los hombres restantes, no los azabaches, empezaron a platicar entre ellos alejándose, dejando a un rubio total y completamente excluido que, aunque parezca extraño, solo ensanchó su sonrisa mientras se daba la vuelta y caminaba en el sentido contrario a sus compañeros, desapareciendo poco después…

Camino hasta el limite de la fortaleza de la aldea y de allí salto sobre esta sin que nadie lo notar, para después sobre los arboles empezar a saltar de uno a otro ágilmente avanzando rápidamente en una dirección determinada.

****

A la orilla de un lago un rubio se encontraba sentado, perdido en sus pensamientos, intentando grabar en sus azules ojos aquella preciosa imagen… intentando recordarla siempre.

A su alrededor había un inmenso campo de flores de muchos colores una real belleza, que se perdería lamentablemente.

Sus ojos olor cielo estaban llenos de lagrimas y ligeramente rojos, había llorado por horas, por días, ya ni se acordaba, aun que si se acordaban en momento mismo que aquella angustia se había clavado en su pecho, desde el momento aquel en el que esas palabras habían salido de sus labios, había echo de todo para que le reconsiderara, pero todo había sido en vano, él solo le sonreía con tranquilidad y le decía “no llores preciso, no es tu culpa, es le destino, pero se feliz ten en cuenta que tú estarás a salvo, te lo has ganado”

No, era su culpa, lo sabia si no hubiera sido tan descuidado nada hubiera pasado, sus ojos se llenaban de lagrimas mientras la culpa crecía, lloraba por todos aquellos que morirán por la estupidez de unos, por sus propios errores… lloraba por los inocentes que ya no llegarían a ver el o ha conocer nunca mas la luz ni el amor… y especialmente lloraba por él, aquel cuyo puro había sido destrozado.

Un sonido seco llamo su atención, a unos cuantos metros de él había aterrizado otro rubio de ojos azules que le miraba con una expresión aburrida y un tanto burlesca.

- ¿Lloras de nuevo Deidara? – pregunto con vos aburrida.

- Tú nunca lo haces, y alguien tiene que llorar por las vidas que se pierden, y por él que siempre sufre… -dijo con voz apenas audible.

- No es tu culpa, y de hecho ¿Por qué llorar por ellos si no saben? Ellos no hacen otra cosas que regocijares con lo que ahora viven… debería estar feliz de que tus suplicas sirvieran para darles la dulce muerte ignorante, y recuerda que él desgraciadamente ya no sufre, ya no siente nada… - respondió mientras se tiraba a un lado de otro rubio.

- No… es mi culpa que ellos vayan a morir y que él sufra… es lo menos que puedo hacer… - dijo Deidara apartando su ojos del rubio recostado a su lado.

- No es tu culpa, es sus culpas, nosotros intentamos hacerlo bien y mira como acabamos: tu clan fue exterminado, por tanto ya no hubo un portador con la edad correcta pues tú era muy niño para ser el gestante y por ultimo cuando desarrollaste el poder para poder salir en su búsqueda te expulsaron de tu aldea y te obligaron convertirte en su criminal rango S para justificar tu aniquilación –dijo con un suspiro y apartando la vista – y yo, cuando al fin lo localice para ir en su búsqueda y cuidarlo, fui atacado por ese maldito Uchiha para después ser sellado dentro de su cuerpo, como iba a cuidarlo estando atrapado dentro de él.

- Por lo menos tú estuviste a su lado… en cambio yo, yo lo ataque e intente lastimarlo… -dijo con lagrimas en sus ojos…

- No lo sabias, pero cuando lo supiste te rectificaste y te pusiste a sus servicios como era correcto… -respondió resoplando.

- Pero aun así… de nada sirvió… ahora él sufre… sufre mucho… y es nuestra culpa… - empezó a llorar descontroladamente.

El rubio de apariencia mas joven se sentó para después atraer al otro rubio para hacerlo descansar en su pecho y dejar que se desahogar, el rubio menor empezó a cambiar rápidamente, en un momento en vez de un rubio joven había un pelirrojo de unos 35 años de edad que sostenía un pequeño rubio de unos 24 años que lloraba desconsoladamente.

Aunque lo ocultara el ahora pelirrojo también sufría, se sentía un poco culpable, pero al ver los desplantes, las exclusiones, los rechazos e insultos dirigidos al rubio que minutos antes había suplantado ese dolor menguaba y crecía el deseo que verlos sufrir por la herejía de tratar al rubio que había echo de todo para hacerlos felices… era unos malditos malagradecidos.

- No llores Deidara… ellos se merecen la muerte por tratar de la forma en la que tratan a Naruto-sama, él debió ser tratado como lo que es… pero mira como lo tratan, lo tratan peor que… que… -el pelirrojo no quería decirlo…

- Que a una basura… - respondo una vos suave que no pertenecía a ninguno de los dos que estaban abrazados… - dilo mi querido Kyuubi.

- Yo… solo siento… - dijo separándose por fin del otro rubio y buscando con la mirada al rubio que debía andar por allí sin encontrarlo.

- No te preocupes esa es la verdad, antes me dolía, me hacia llorar, sufría inmensamente pero ahora… - ahora los dos lo identificaban, no era una voz era un chacra… era el chacra del rubio el que se materializaba para ellos como una voz – ahora simplemente no siento nada, solo el vacio… un inmenso vacio…

- Es nuestra culpa… -susurro el rubio pelilargo, acongojado mientras las lagrimas seguían brotando cual manantial.

- No lo es… si lo fuera, yo no los hubieras escogido y salvado…

- Yo tu acompañante eterno… -susurro del demonio de las nueve colas bajando la vista.

- Y yo dormiré dentro de un cristal hasta que haya un mundo nuevo donde me convertiré en el inicio de las razas… - lloro el rubio abrazando la pelirrojo y escondiendo su rostro en su pecho.

- Así es… ustedes, de todas nuestras creaciones, son los únicos rescatables de este mundo, de esta dimensión… -susurro y por fin el rubio apareció ante ellos saliendo el lago.

Estaba completamente desnudo, su piel morena estaba ligeramente azulada, ante los ojos de cualquiera no era notorio pero para los ojos de ellos dos si, sus cabellos dorado estaba húmedo y caía con gracia sobre su rostro, sus ojos siempre azules estaba vacios, no había ni dolor ni tristeza ni felicidad ni amor, no había nada en lo absoluto, solo azul, azul un tanto mas oscuro que lo que normalmente era, sin embargo, de ese vacio parecía desbordar sensualidad, lujuria, deseo, los mas oscuros y terribles deseo, que hicieron a ambos espectadores rehuir de esa mirada.

Aun tenía esas marcas en la mejillas que lo hacían ver que era el portador del demonio de las nueve colas, aunque en realidad ya no lo era, su cuerpo estaba desarrollado si, pero no al nivel de los demás, era mas delgado y tenia menos musculatura de lo que debería, su cuerpo era bastante aniñado.

Tanto le pelilargo rubio como el pelirrojo entonces vieron algo que los hizo oprimir sus corazones, los muslos, espalda baja y los antebrazos de que rubio frente a ellos están llenos de tatuajes, líneas rojas que se entrelazaban entre si mostrando complicados diagramas que formaban complicados e indescifrables dibujos, aunque si se fijaban bien aquellas líneas estaban hechas de pequeños símbolos, ruinas antiguas, de lenguas muertas y olvidadas.

El rubio movió la mano y sobre su mojado cuerpo apareció ropa, sus ropas comunes, cubriendo su cuerpo y la clara señal de quien era y lo que ocurría.

- Nosotros no servimos, fracasamos en nuestra misión, la razón de nuestra creación no se cumplió… somos seres tan o mas inútiles que los demás – suspiro el rubio pelilargo.

- No lo son… son mejores que los demás, por eso poseen la indulgencia… -respondió con simpleza el rubio.

- Es nuestra culpa que… todos… muestra dimensión… y tú… tu corazón… tus sentimientos…- las lagrimas salían otra vez de las orbes azules.

- No es la culpa de algunos Dei, es la culpa de todos, pero ustedes son los únicos cuya culpa únicamente es no haber logrado pelear y someter al mundo… no tienen la culpa, una persona única o pocas no la tienes… ummm – pareció pensarlo mejor mientras su movía un poco su cabeza y la brisa se llevo la humedad de sus cabellos dejándolos secos y ligeros – bueno si a alguien en concreto quieren echarle la culpa pues… échensela a él… a amado… o mejor dicho mi ex-amado, él solo pudo salvar a su mundo y mira lo que hizo el imbécil… - dijo encogiéndose de hombros restándole importancia.

- Lo hecho todo a perder… destruyo lo que posiblemente los salvara… - dijo con rabia el pelilargo rubio – y el muy estúpido sigue en su mundo, feliz de la vida sin saber que es el culpable de la muerte de todos, de su propia muerte.

- Ummm no importa - sonrió con tranquilidad – déjalo que haga lo que quiera… es mejor así… que siga siendo feliz, que todos lo hagan… aunque mi intención ya esta dicha y es mi ultima palabra… solo espero ver como todos se recuerden y gritan en el mas profundo de los sufrimientos mientras destruyo este mundo, todo en esta dimensión. Me sentare a comer fresas con chocolate, mientras los veo sufrir, retozare en los brazos del de la oscuridad, veremos como nuestras dimensiones se destruyen mientras yo como mis manjares y el bebe sus vinos…

- Eso sonó muy cruel, aunque es verdad… - dijo en un susurro del demonio pelirrojo.

- Lo se, pero soy incapaz de no decirlo sin la cruel realidad, sin mis sentimientos, pierdo un poco el tacto y la delicadeza de no lastimas con mis palabras a las personas… aunque que mas da, morirán dentro de poco. – dijo mientras se dejaba caer cerca del zorro y del rubio.

La maraña de plantas se alzaron para detener el impacto creando un suave colcho de flores y hojas de detuvieron paulatinamente el descenso para después deslizarse suavemente hasta tocar el suelo.

- Sacrificaste tus sentimientos para darnos un poco de tiempo… que no sirvió de nada… -susurro el rubio con lágrimas en los ojos…

- Debiste dejar que pasara entonces… así tú no estarías en estas condiciones – susurro el pelirrojo también llorando silenciosamente.

- Tenía que darles esa oportunidad, no lo supieron aprovechar y yo no iba a obligar a nadie a amarme para salvar su mundo, además al sacrificar mis sentimientos, al perderlos deje de amarlo, a todo a decir verdad… - dijo con tranquilidad.

- Podías hacerlo, pero no seria amor…. – respondió suavemente el pelirrojo.

- Así es… y cambiando de tema… ¿Cómo te fue de misión?… - pregunto con curiosidad.

- Todo salió como lo pediste… aun no entiendo como es que no se dan cuenta que no eres tu Naruto-sama… - dijo el pelirrojo.

- Nadie nunca me tomo ni un poco de atención, entonces con que haya un bullicioso, rubio, con marcas en la cara y al que insultar, para ellos seré yo. –dijo tranquilamente – ustedes se dan cuenta por que me han puesto su atención y se les hace imposible confundirme pero para lo demás no soy más que un monstro ruidoso y gritos…

- Y por eso merecen morir dolorosamente… -dijo del ojirrojo.

- Supongo… - respondió cerrando los ojos.

- ¿Has comido algo Naru-sama? – pregunto el rubio poniéndose de pie.

- No, aun no…

- Entonces iré por algo de comer…

- No es necesario, lo mejor será regresar a la aldea antes que la pasta rosa empiece a fastidiar y a gritar… -dijo Naruto – pero antes…

Naruto se giro colocándose sobre un, aun tumbado, pelirrojo a quien tomo de la cintura y lo atrajo a su cuerpo, la diferencia de estaturas era contundente pero por la posición no era tan notaria y parecía no importarle al pelirrojo que se encontraba bajo el cuerpo de rubio. El rubio acaricio el rostro bello y masculino del hermoso pelirrojo, bajo su mano acariciando el cuello con musculo fuertes y luego el pecho firme y bien marcado.

El pelirrojo cerró los ojos y se entrego al rubio, aquel que ante los ojos de cualquiera no era más que un muchachito poco desarrollado, que a sus diecinueve no era más que un niño. Pero que solo para él, el gran zorro de las nueve colas, y para el rubio, Deidara el ninja del arte explosivo, mostraba en parte sus verdaderos ojos, esos ojos fríos que destilaban la lujuria y pasión en un estado puro, aquellos que al verte directamente te seducían sin remedio. Aquel muchachito que reposaba sobre su cuerpo seduciéndolo, como ese cuerpo que tan solo era un cascaron que moría lentamente alimentando al verdadero cuerpo del hermoso rubio sobre si.

El rubio llego al pantalón que vestía y colando la mano entre el pantalón y la camisa, abriendo el cinturón, sacando el botón del pantalón y bajándolo poco empezó a acariciar sobre el vientre de aquel pelirrojo que se deshacía entre gemidos de placer. Los labios de rubio besaron el cuello de su victima mientras una mano asía mas la cintura del pelirrojo, y la otra acariciaba bondadosamente el vientre del mismo. Los labios juguetones del rubio subieron poco a poco, besando lo que encontraron a su paso, aunque esquivando la boca, llego a la frente donde la beso, con un beso especialmente tierno.

El rubio se separo un poco para ver a su pelirrojo, que tenia los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas, los labios entreabiertos soltando gemidos y jadeos. Se inclino y por fin unió sus labios a los del pelirrojo, un beso suave, una delicada caricia. Los dedos del rubio tocaron un punto en el vientre del pelirrojo que el hiso soltar un gemido en medio de beso, allí bajo esos dedos había un tatuaje rojo, un sello que solo aparecía cuando sus dedos tocaba esa parte del pelirrojo.

Un ligero brillo rojizo y dorado cubrió el cuerpo del pelirrojo, mientras el tatuaje que había aparecido en la frente del mismo brillaba con intensidad, un pequeño tatuaje en forma de una punta de flecha.

Los labios de ambos se separaron y el rubio dejo tendido al pelirrojo sobre la yerba para luego ponerse de pie, siempre con una sonrisa en los labios, en él no había cambio, ni sonrojo, ni nada. Sus labios ensancharon su sonrisa al ver al rubio que cerca de los arboles los observaba sonrojado. El rubio con paso elegante y seductor camino con dirección al precioso rubio que se congelo en su lugar viendo aquel jovencito que había dejado en tono orgásmico al demonio mas poderoso y frio del todo el mundo, que no era conmovido por absolutamente nada, o bueno casi.

Antes siquiera que el rubio pelilargo pudiera reaccionar el rubio ya lo había cogió y colocado contra un árbol mientras acariciaba sus caderas y besaba su cuello con extremo cuidado haciéndolo temblar como una gelatina.

Los brazos del rubio rodearon la cintura del rubio pelilargo estrujándolo deliciosamente, mientras los brazos del rubio pelilargo fueron a dar al cuello del su atacante envolviéndolo y al igual que pelirrojo entregase, el rubio mas joven beso su mejillas y su frente, para luego parar a dar ligeros besos sobre los labios del pelilargo, también pasando ligeros lengüetazos sobre estos y por ultimo besarlo con mas pasión dándole una pequeña mordida al labio inferior. Un tatuaje-sello apareció en la frente el rubio de cabello largo mientras este era besado, brillaba con intensidad en color rojo.

Finalmente el rubio lo soltó asiendo que el rubio pelilargo se escurriera recargando en árbol hasta quedar sentado.

El pelirrojo aun brillando un poco se acerco a ellos dos, el rojo en sus mejillas aun no desaparecía pero por lo menos ya se había colocado bien su ropa de nuevo. Miro al rubio pelilargo aun tanto apenado y el rubio le contesto con una igual reacción. Entonces ellos vieron al rubio pelicorto y sus corazones se oprimieron una vez mas, los ojos del rubio ahora ya no tenia pupilas, era únicamente de un color azul profundamente seductor, aunque sin matices solo un color uniforme, además vieron los tatuajes que ahora también tenia en el cuello y sobre salían de la camisa, vieron como estos se movían con vida propia acomodándose y creciendo por la morena piel.

- No se preocupes, en un momento dejaran de ser visible, igual con mis ojos - dijo el rubio usando por primera vez en esa conversación su vos, ya que solo había hablado por medio de su chacra y su vos salió profundamente sensual asiendo sonrojara mas a los otros dos. – igual con los sellos de ustedes, pero lo mejor será irnos ya a la aldea.

Indico como si nada hubiera pasado, caminado tranquilamente siendo seguido por los otros dos que cuando llegaron cerca de la aldea, el pelirrojo se transformo en un pequeño zorro que el rubio pelilargo cogió para llevarlo dentro de la aldea.

Al entrar dos pares de ojos se fijaron en ambos rubios, el rubio pelilargo no lo noto, mas el rubio mas joven si, y como un ultimo pensamiento dirigido a él, se retiro sin voltear a verlo.

“Te pude haber dado el cielo y la tierra si me lo hubieras pedido, si me hubieras amado pero lo despreciaste todo, solo te pedía amor y te hubiera dado literalmente todo lo que pudiera desear o querer, todo; poder, riqueza, amor, felicidad, familia, vida y de hecho una vida eterna, pero no lo quisiste, te cegó tu ambición…. Y por eso lo perderás todo… incluso tu vida y la de los demás”
Notas finales: Si, sé que no entendieron mucho TT-TT pero les adelanto que este es uno de los siete XD, inicios de mi fic largo, les daré una breve explicación, aunque dudo que algún lea las notas al final de los fic ¬¨¬ pero en fin u_u, mi fic largo *.* (como lo llamo) tiene siete protagonistas, siete sub-protagonistas, y claro los que son las parejas de estos, perooooooo las historias van por separado, por tanto cada uno en su propia categoría, jejeje sip son de diferentes animes e historias (de siete categorías en realidad pues tome un protagonista y un sub-protagonista, con sus respectivas parejas de cada categoría)… ¿Dónde iba?... Así!!! Son siete fic cortos y uno largo, cada protagonista y anexos se desarrollara en su propio mundo hasta llegar al punto donde dos historias converjan, pasando de siete a cuatro, y de cuatro a dos y de dos a la historia central, jejeje… como de darán cuenta Naruto es el protagonista y, Kyuuby y Deidara, el sub-protagonista pues comparten el papel, es una excepción por que los necesito a ambos, además que las parejas de estos que son otros dos o tres ninjas que luego mencionaremos… bueno ya me alargue, nos vemos en otro de los fic cortos que le siguen a este!!! Chao!!!

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